MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
02/01/2021
CHSSS...
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vida. Al parecer, Don Juan Carlos ha asumido con resignación que no va a pasar ese día ni con familia ni con amigos. Y, según su hija, la infanta Elena, que le visitó recientemente, “muy bajito de moral y con la necesidad de volver”. Según la querida compañera Pilar Eyre, “está viviendo los peores momentos, no de su reinado, sino de su vida. Peores incluso que cuando murió su padre”. A propósito del conde de Barcelona, a cuyos 79 cumpleaños no asistió ni su hijo Juan Carlos ni su nieto Felipe, algunos temen que la historia pueda repetirse: “Se muere y lo han dejado solo”, se dijo entonces. Además, se da la circunstancia de que los cumpleaños no se celebran en los países árabes. El Islam no lo permite porque esto implica imitar a los judíos y a los cristianos en sus celebraciones de cumpleaños. El Profeta también dijo “quien imita a un pueblo es uno de ellos”. Por lo tanto, don Juan Carlos ni tendrá tarta ni velas que apagar. ¡Triste cumpleaños! Pero que no impide que hoy y aquí recordemos el día en que nació: un 5 de enero de 1938 que era miércoles, un día en el que mala estrella reinaría. Si no en Roma, donde vino al mundo, sí en España en plena Guerra Civil hasta el extremo de que el único periódico que recogió la noticia fue el ABC de Sevilla, ciudad en poder de las tropas de Franco. Aquel día se libraba la batalla de Teruel. En su página 13, podía leerse: “En Roma ha dado a luz con toda felicidad un hijo varón, la princesa doña María de las Mercedes de Borbón y Orléans, esposa de don Juan de Borbón”. En el suelto, más que noticia, no aparecía el nombre del niño que 37 años después se convertiría en el conciliador como rey de todos los españoles.
Aunque han pasado ya... ¡83 años!, casi nada ha cambiado en el entorno natal romano de Don Juan Carlos. Allí sigue la clínica angloamericana de Roma, donde la Familia Real española vivía
exiliada, ¡siempre el exilio marcando la vida de los Borbones! Don Juan Carlos, sin llegar a ser sietemesino, “vino adelantado, un mes más o menos”, contaba su madre doña María de las Mercedes. “Me encontraba en un cine con Tío Rey, como llamaban a Alfonso XIII, cuando se presentaron los primeros síntomas de un parto inminente. Y el padre, de 24 años, de cacería en el norte de Italia”. Cuando la futura mamá era llevada al hospital, la dama de honor de la condesa de Barcelona, Angelita Martínez Campos, envió un telegrama urgente a don Juan que decía: “Bambolo nato” (el
niño ha nacido). “Al recibirlo, se puso en marcha de inmediato conduciendo tan
frenéticamente que rompió un cojinete del Bentley. Alfonso XIII, que había llegado a la clínica antes que su hijo, le gastó una broma recibiendo a don Juan con un bebé chino en los brazos, hijo de una secretaria de la embajada china, nacido en la
habitación contigua. “Don Juan supo de inmediato que ese no era su hijo pero, cuando vio al suyo, confesó posteriormente que, por un instante, casi habría preferido al bebé chino”, cuenta Paul Preston en Juan Carlos, El rey de un pueblo (Random House 2003). Y es que “el pobre nació ochomesino y tenía los ojos saltones. Era feo, feo, feo, como un dolor. ¡Era horrible!”, recordaba su madre. “Las primeras fotos no se hicieron al nacer, sino cuando ya tenía cinco meses”. Pese a la alarma inicial de doña María, no siguió siendo feo durante mucho tiempo. “Su buena presencia fue siempre una gran baza a su favor, de hecho sería un factor decisivo para ganarse, posteriormente, la aprobación de la reina Federica de Grecia, su futura suegra” (Memorias de la reina Federica. G del Toro, editor 1971).
El día 26 de enero de ese año de 1938, el cardenal Pacelli, quien se convertiría en el Papa Pío XII años después, ofició el bautismo de Juanito en la capilla de los Caballeros de Malta y se festejó en el Gran Hotel donde, años después, moriría el rey Alfonso
XIII. Actuó de madrina la reina Victoria Eugenia, abuela del niño, y que amadrinaría al hijo y heredero de su nieto como rey, con el nombre de Felipe VI. Como padrino, el infante don Jaime, el sordomudo en
representación del infante don Carlos, padre de la condesa de Barcelona y general del llamado Ejército nacional. El neófito recibió los nombres de Juan por su padre, Alfonso por su abuelo paterno, Carlos por su abuelo materno y padrino. Sin embargo, la familia y amigos siempre le llamaron simplemente Juanito. Pérez Mateosen su libro Juan Carlos. La infancia desconocida de un rey(Planeta, 1980) escribe que “el acta bautismal de don Juanito está llena de errores y cuanto menos resulta confusa. En el acta aparece doña Luisa Borbón y Orleans como madre del recién nacido. Y el apellido de la madrina, incorrectamente escrito: Wattenberg en vez de Battenberg, entre otros”. A pesar de todo y de algunas amenazas, Don Juan Carlos, como dice el corrido mexicano, seguirá siendo el rey. ¡Felicidades, Señor!
Cuando declaró que pasaría las navidades con su familia, ¿a qué familia se refería? Porque familia, como tal, ya no existe (...) ¿Dónde se encontraba ella cuando su marido llegó a Vitoria? (...) Se hablaba sobre un posible desplazamiento junto a su hermana para acompañar a su padre el día de Nochebuena (...) ¿Cómo se puede acudir a una recepción en un país árabe enfundada en un llamativo y escotadísimo vestido del que sus abundantes pechos parecían desbordarse y una abertura eterna hasta las ingles? Y, encima, qué ufano iba el muchacho. (...) Ha sorprendido la fotografía de la ‘socialite’ más histriónica ridículamente tirada en la cama envuelta en una toalla y tomando un café. ¿Antes o después de...? (...) A punto de celebrar sus bodas de plata matrimoniales, la bonita
presentadora se separa por sorpresa de su marido, tras 23 años de convivencia y tres hijos. La política ¿ha sido el motivo? (...)
Tanto él como ella han vuelto a donde solían, profesionalmente hablando. (...) La real pareja ha cambiado su acuerdo matrimonial para que la
hija reconocida legalmente por su real padre reciba menos herencia (...) También la ‘princesa del pueblo’ se hace ¡diseñadora de joyas! (...)
JAIME PEÑAFIEL
02/01/2021
CHSSS...
TRISTE CUMPLEAÑOS EN EL EXILIO
“¡FEO COMO UN DOLOR !”
ERRORES EN EL ACTA BAUTISMAL
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vida. Al parecer, Don Juan Carlos ha asumido con resignación que no va a pasar ese día ni con familia ni con amigos. Y, según su hija, la infanta Elena, que le visitó recientemente, “muy bajito de moral y con la necesidad de volver”. Según la querida compañera Pilar Eyre, “está viviendo los peores momentos, no de su reinado, sino de su vida. Peores incluso que cuando murió su padre”. A propósito del conde de Barcelona, a cuyos 79 cumpleaños no asistió ni su hijo Juan Carlos ni su nieto Felipe, algunos temen que la historia pueda repetirse: “Se muere y lo han dejado solo”, se dijo entonces. Además, se da la circunstancia de que los cumpleaños no se celebran en los países árabes. El Islam no lo permite porque esto implica imitar a los judíos y a los cristianos en sus celebraciones de cumpleaños. El Profeta también dijo “quien imita a un pueblo es uno de ellos”. Por lo tanto, don Juan Carlos ni tendrá tarta ni velas que apagar. ¡Triste cumpleaños! Pero que no impide que hoy y aquí recordemos el día en que nació: un 5 de enero de 1938 que era miércoles, un día en el que mala estrella reinaría. Si no en Roma, donde vino al mundo, sí en España en plena Guerra Civil hasta el extremo de que el único periódico que recogió la noticia fue el ABC de Sevilla, ciudad en poder de las tropas de Franco. Aquel día se libraba la batalla de Teruel. En su página 13, podía leerse: “En Roma ha dado a luz con toda felicidad un hijo varón, la princesa doña María de las Mercedes de Borbón y Orléans, esposa de don Juan de Borbón”. En el suelto, más que noticia, no aparecía el nombre del niño que 37 años después se convertiría en el conciliador como rey de todos los españoles.
Aunque han pasado ya... ¡83 años!, casi nada ha cambiado en el entorno natal romano de Don Juan Carlos. Allí sigue la clínica angloamericana de Roma, donde la Familia Real española vivía
exiliada, ¡siempre el exilio marcando la vida de los Borbones! Don Juan Carlos, sin llegar a ser sietemesino, “vino adelantado, un mes más o menos”, contaba su madre doña María de las Mercedes. “Me encontraba en un cine con Tío Rey, como llamaban a Alfonso XIII, cuando se presentaron los primeros síntomas de un parto inminente. Y el padre, de 24 años, de cacería en el norte de Italia”. Cuando la futura mamá era llevada al hospital, la dama de honor de la condesa de Barcelona, Angelita Martínez Campos, envió un telegrama urgente a don Juan que decía: “Bambolo nato” (el
niño ha nacido). “Al recibirlo, se puso en marcha de inmediato conduciendo tan
frenéticamente que rompió un cojinete del Bentley. Alfonso XIII, que había llegado a la clínica antes que su hijo, le gastó una broma recibiendo a don Juan con un bebé chino en los brazos, hijo de una secretaria de la embajada china, nacido en la
habitación contigua. “Don Juan supo de inmediato que ese no era su hijo pero, cuando vio al suyo, confesó posteriormente que, por un instante, casi habría preferido al bebé chino”, cuenta Paul Preston en Juan Carlos, El rey de un pueblo (Random House 2003). Y es que “el pobre nació ochomesino y tenía los ojos saltones. Era feo, feo, feo, como un dolor. ¡Era horrible!”, recordaba su madre. “Las primeras fotos no se hicieron al nacer, sino cuando ya tenía cinco meses”. Pese a la alarma inicial de doña María, no siguió siendo feo durante mucho tiempo. “Su buena presencia fue siempre una gran baza a su favor, de hecho sería un factor decisivo para ganarse, posteriormente, la aprobación de la reina Federica de Grecia, su futura suegra” (Memorias de la reina Federica. G del Toro, editor 1971).
El día 26 de enero de ese año de 1938, el cardenal Pacelli, quien se convertiría en el Papa Pío XII años después, ofició el bautismo de Juanito en la capilla de los Caballeros de Malta y se festejó en el Gran Hotel donde, años después, moriría el rey Alfonso
XIII. Actuó de madrina la reina Victoria Eugenia, abuela del niño, y que amadrinaría al hijo y heredero de su nieto como rey, con el nombre de Felipe VI. Como padrino, el infante don Jaime, el sordomudo en
representación del infante don Carlos, padre de la condesa de Barcelona y general del llamado Ejército nacional. El neófito recibió los nombres de Juan por su padre, Alfonso por su abuelo paterno, Carlos por su abuelo materno y padrino. Sin embargo, la familia y amigos siempre le llamaron simplemente Juanito. Pérez Mateosen su libro Juan Carlos. La infancia desconocida de un rey(Planeta, 1980) escribe que “el acta bautismal de don Juanito está llena de errores y cuanto menos resulta confusa. En el acta aparece doña Luisa Borbón y Orleans como madre del recién nacido. Y el apellido de la madrina, incorrectamente escrito: Wattenberg en vez de Battenberg, entre otros”. A pesar de todo y de algunas amenazas, Don Juan Carlos, como dice el corrido mexicano, seguirá siendo el rey. ¡Felicidades, Señor!
Cuando declaró que pasaría las navidades con su familia, ¿a qué familia se refería? Porque familia, como tal, ya no existe (...) ¿Dónde se encontraba ella cuando su marido llegó a Vitoria? (...) Se hablaba sobre un posible desplazamiento junto a su hermana para acompañar a su padre el día de Nochebuena (...) ¿Cómo se puede acudir a una recepción en un país árabe enfundada en un llamativo y escotadísimo vestido del que sus abundantes pechos parecían desbordarse y una abertura eterna hasta las ingles? Y, encima, qué ufano iba el muchacho. (...) Ha sorprendido la fotografía de la ‘socialite’ más histriónica ridículamente tirada en la cama envuelta en una toalla y tomando un café. ¿Antes o después de...? (...) A punto de celebrar sus bodas de plata matrimoniales, la bonita
presentadora se separa por sorpresa de su marido, tras 23 años de convivencia y tres hijos. La política ¿ha sido el motivo? (...)
Tanto él como ella han vuelto a donde solían, profesionalmente hablando. (...) La real pareja ha cambiado su acuerdo matrimonial para que la
hija reconocida legalmente por su real padre reciba menos herencia (...) También la ‘princesa del pueblo’ se hace ¡diseñadora de joyas! (...)