El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
19/08/2017
CHSSS...
YA VUELVE EL ESPAÑOL DONDE SOLÍA...
LA CAÍDA DEL CABALLO...
LOS 14 DE CASETAS...
Descubra Orbyt
Al lector puede que le sorprenda que este periodista de tan larga trayectoria, haya sido, también... minero. Fue la hermosa locura de un joven burgués, hijo de ingeniero conservador y de dama muy religiosa, así como ahijado de un coronel de Aviación, héroe de la guerra en la escuadrilla de García Morato y nieto de un magistrado justiciero y masón de polémica memoria. Jesús García Calderón, el mejor fiscal superior que ha tenido Andalucía, me mostró, recientemente, el garrote vil que mi abuelo utilizaba, con frecuencia, en sus sentencias y que se conserva en la Audiencia de Granada dentro de una urna. ¡Escalofrío daba contemplarlo! Lo de Derecho, estaba cantado. Me tocó en suerte tener como profesor a uno de los mejores catedráticos que han pasado por la Universidad de Granada: José María Stampa Braum. Procedía de Bolonia y estaba recién casado con Adela, “una chica de Valladolid”. No se había visto nunca una mujer más guapa y más hermosa. De ella todos los alumnos estuvimos enamorados. Y fue en esta facultad y a pesar de todos estos antecedentes tan burgueses donde decidí hacerme... minero.
Consciente de la ignorancia en la que vivíamos los universitarios acerca de los más trascendentales problemas sociales, el padre Llanos, el más conocido de los llamados curas obreros, “con triple carné: el de la Compañía de Jesús, sacerdote y comunista”, un jesuita singular y excepcional y Eduardo Zurita, un catedrático, así como otros “infiltrados” universitarios, fundan, en 1952, el SUT (Servicio Universitario de Trabajo). Se trataba de un camino espinoso, difícil y peligroso, sobre todo después de los problemas creados en Francia por los sacerdotes obreros que acabaron implicándose en las reivindicaciones sociales y políticas de los trabajadores que, of course, eran de izquierdas, comunistas. Se daba la curiosa y surrealista circunstancia que la sede del SUT se encontraba en el edificio de la calle de Alcalá, de Madrid, en cuya fachada campeaba, de arriba abajo, el famoso cangrejo rojo del yugo y las flechas de la... Falange. Y hasta ahí me fui yo buscando al padre Llanos.
La “caída del caballo” se produjo no sólo cuando le conocí sino cuando me hizo ver que el problema obrero de la España de entonces, no se reflejaba en los demagógicos discursos de Solís y Girón sino en el roce con el trabajo, en los tajos a quinientos o más metros de profundidad y en las conversaciones, largas y sinceras en los chigres después de cada jornada laboral. Y de allí salí con un billete de tren a las minas de carbón de las hulleras de Sabero, en la provincia de León, donde me convertí en un ayudante de picador trabajando a 700 metros de profundidad.
A poca distancia de aquel pozo donde yo trabajaba, creo recordar que era La Herrera, se produjo, en el de Casetas de Oceja, el 10 de junio de 1954, una violentísima explosión que acabó con la vida de... 14 mineros, abrasados por el fuego del grisú. Fue tan fuerte la ventilada de fuego que salió por la boca del pozo que calcinó los sembrados de centeno y los robles que había cerca. “La mina es hembra pero se ha llevado a muchos machos por delante”, se decía.
Todavía conservo la carta que mi padre, aquel conservador, porque es “lo mejor que se puede ser en estos tiempos de política única”, en la que me decía “sé cauto en lo que digas por mucho que te afecte un mundo como el de los mineros cuyas ideas, por la dureza de su trabajo y las condiciones de sus vidas, no pueden ser como las de un estudiante como tú. Sé que eres un joven sensible, inquieto y solidario y lo sucedido te puede desestabilizar”. Y finalizaba aquella admirable carta con esta inteligente reflexión: “Lógicamente, los mineros no pueden pensar como tú, pero procura que no te obliguen a pensar como ellos. Desearía que regresaras enriquecido pero no envilecido... Si en algún momento te sientes arrastrado, domínate. Eres joven y tiempo tendrás de pensar y actuar de manera diferente a como estamos obligados hoy. Aunque pensar puedes pensar como quieras”. Hoy, cuando esta noche pronuncie el pregón desde el balcón del Ayuntamiento de Sabero, no solo recordaré aquella etapa de mi vida. Pero, sobre todo a los 14 mineros de Casetas y el Festival que organicé en el Deportivo del pueblo en beneficio de las viudas y huérfanos de aquella tragedia en la que 134 personas perdieron a sus familiares. Sólo el minero Leonardo Tascón dejó huérfanos a siete hijos. ¿Lo más terrible? La “normalidad” con la que se vivía la tragedia en el día a día de la mina. Pero yo no puedo olvidar esta noche a las viudas y los huérfanos del grisú. La imagen de las madres, esposas y huérfanos de luto se ha quedado, tras los 60 años transcurridos, en el disco duro de mi memoria. A pesar de los consejos de mi padre, esto influyó para que yo me radicalizara, políticamente hablando, sin pensar que es imposible no hacer política a fuerza de pasión y desesperación. A mi regreso de la mina llegué a la conclusión, con Jules Renard, de que si no me ocupaba de la política es como si no me preocupara la vida.
¿En qué paraíso desconocido les habrá sorprendido el criminal atentado de Barcelona? (...) A propósito del aniversario de la muerte de Diana y todo lo que se está publicando, recuerdo lo que Jaime del Burgo le dijo a Letizia el día que se reunió con ella para consultarle las capitulaciones: “A ti la Familia Real te tiene que tratar mejor que la inglesa a Lady Di”. (...) No sólo es ridícula sino tergiversadora. Nadie le ha atacado por sus lecturas sino por las tonterías que dijo. (...) El nuevo presidente ha decidido redecorar su despacho. Pienso que lo mismo debería haber hecho él. Porque siempre que se sienta ante esa mesa, estamos viendo a su padre. (...) Tres eran tres sus hijas. Una a una se han ido muriendo. La última, esta mi semana. Ninguna quiso llevar nunca ese apellido de triste memoria. (...) Le afectaba tanto el pasado que rechazó el papel de protagonista de ‘La casa de Bernarda Alba’ para evitar el morbo. (...) Difícil que una ‘socialité’ reconozca que tiene mala leche como ella se lo ha reconocido al compañero Antonio Diéguez. (...) Según el director del Prado, los 220 millones de euros pagados por el futbolista es la aportación del Estado al Museo durante... 15 años. ¡Para llorar! (...) El muchacho, sin saber lo que se dice, está encantado de que su novia se parezca, cada vez más, a su fallecida madre. ¡Más vale que no, guapo!
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
19/08/2017
CHSSS...
YA VUELVE EL ESPAÑOL DONDE SOLÍA...
LA CAÍDA DEL CABALLO...
LOS 14 DE CASETAS...
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Al lector puede que le sorprenda que este periodista de tan larga trayectoria, haya sido, también... minero. Fue la hermosa locura de un joven burgués, hijo de ingeniero conservador y de dama muy religiosa, así como ahijado de un coronel de Aviación, héroe de la guerra en la escuadrilla de García Morato y nieto de un magistrado justiciero y masón de polémica memoria. Jesús García Calderón, el mejor fiscal superior que ha tenido Andalucía, me mostró, recientemente, el garrote vil que mi abuelo utilizaba, con frecuencia, en sus sentencias y que se conserva en la Audiencia de Granada dentro de una urna. ¡Escalofrío daba contemplarlo! Lo de Derecho, estaba cantado. Me tocó en suerte tener como profesor a uno de los mejores catedráticos que han pasado por la Universidad de Granada: José María Stampa Braum. Procedía de Bolonia y estaba recién casado con Adela, “una chica de Valladolid”. No se había visto nunca una mujer más guapa y más hermosa. De ella todos los alumnos estuvimos enamorados. Y fue en esta facultad y a pesar de todos estos antecedentes tan burgueses donde decidí hacerme... minero.
Consciente de la ignorancia en la que vivíamos los universitarios acerca de los más trascendentales problemas sociales, el padre Llanos, el más conocido de los llamados curas obreros, “con triple carné: el de la Compañía de Jesús, sacerdote y comunista”, un jesuita singular y excepcional y Eduardo Zurita, un catedrático, así como otros “infiltrados” universitarios, fundan, en 1952, el SUT (Servicio Universitario de Trabajo). Se trataba de un camino espinoso, difícil y peligroso, sobre todo después de los problemas creados en Francia por los sacerdotes obreros que acabaron implicándose en las reivindicaciones sociales y políticas de los trabajadores que, of course, eran de izquierdas, comunistas. Se daba la curiosa y surrealista circunstancia que la sede del SUT se encontraba en el edificio de la calle de Alcalá, de Madrid, en cuya fachada campeaba, de arriba abajo, el famoso cangrejo rojo del yugo y las flechas de la... Falange. Y hasta ahí me fui yo buscando al padre Llanos.
La “caída del caballo” se produjo no sólo cuando le conocí sino cuando me hizo ver que el problema obrero de la España de entonces, no se reflejaba en los demagógicos discursos de Solís y Girón sino en el roce con el trabajo, en los tajos a quinientos o más metros de profundidad y en las conversaciones, largas y sinceras en los chigres después de cada jornada laboral. Y de allí salí con un billete de tren a las minas de carbón de las hulleras de Sabero, en la provincia de León, donde me convertí en un ayudante de picador trabajando a 700 metros de profundidad.
A poca distancia de aquel pozo donde yo trabajaba, creo recordar que era La Herrera, se produjo, en el de Casetas de Oceja, el 10 de junio de 1954, una violentísima explosión que acabó con la vida de... 14 mineros, abrasados por el fuego del grisú. Fue tan fuerte la ventilada de fuego que salió por la boca del pozo que calcinó los sembrados de centeno y los robles que había cerca. “La mina es hembra pero se ha llevado a muchos machos por delante”, se decía.
Todavía conservo la carta que mi padre, aquel conservador, porque es “lo mejor que se puede ser en estos tiempos de política única”, en la que me decía “sé cauto en lo que digas por mucho que te afecte un mundo como el de los mineros cuyas ideas, por la dureza de su trabajo y las condiciones de sus vidas, no pueden ser como las de un estudiante como tú. Sé que eres un joven sensible, inquieto y solidario y lo sucedido te puede desestabilizar”. Y finalizaba aquella admirable carta con esta inteligente reflexión: “Lógicamente, los mineros no pueden pensar como tú, pero procura que no te obliguen a pensar como ellos. Desearía que regresaras enriquecido pero no envilecido... Si en algún momento te sientes arrastrado, domínate. Eres joven y tiempo tendrás de pensar y actuar de manera diferente a como estamos obligados hoy. Aunque pensar puedes pensar como quieras”. Hoy, cuando esta noche pronuncie el pregón desde el balcón del Ayuntamiento de Sabero, no solo recordaré aquella etapa de mi vida. Pero, sobre todo a los 14 mineros de Casetas y el Festival que organicé en el Deportivo del pueblo en beneficio de las viudas y huérfanos de aquella tragedia en la que 134 personas perdieron a sus familiares. Sólo el minero Leonardo Tascón dejó huérfanos a siete hijos. ¿Lo más terrible? La “normalidad” con la que se vivía la tragedia en el día a día de la mina. Pero yo no puedo olvidar esta noche a las viudas y los huérfanos del grisú. La imagen de las madres, esposas y huérfanos de luto se ha quedado, tras los 60 años transcurridos, en el disco duro de mi memoria. A pesar de los consejos de mi padre, esto influyó para que yo me radicalizara, políticamente hablando, sin pensar que es imposible no hacer política a fuerza de pasión y desesperación. A mi regreso de la mina llegué a la conclusión, con Jules Renard, de que si no me ocupaba de la política es como si no me preocupara la vida.
¿En qué paraíso desconocido les habrá sorprendido el criminal atentado de Barcelona? (...) A propósito del aniversario de la muerte de Diana y todo lo que se está publicando, recuerdo lo que Jaime del Burgo le dijo a Letizia el día que se reunió con ella para consultarle las capitulaciones: “A ti la Familia Real te tiene que tratar mejor que la inglesa a Lady Di”. (...) No sólo es ridícula sino tergiversadora. Nadie le ha atacado por sus lecturas sino por las tonterías que dijo. (...) El nuevo presidente ha decidido redecorar su despacho. Pienso que lo mismo debería haber hecho él. Porque siempre que se sienta ante esa mesa, estamos viendo a su padre. (...) Tres eran tres sus hijas. Una a una se han ido muriendo. La última, esta mi semana. Ninguna quiso llevar nunca ese apellido de triste memoria. (...) Le afectaba tanto el pasado que rechazó el papel de protagonista de ‘La casa de Bernarda Alba’ para evitar el morbo. (...) Difícil que una ‘socialité’ reconozca que tiene mala leche como ella se lo ha reconocido al compañero Antonio Diéguez. (...) Según el director del Prado, los 220 millones de euros pagados por el futbolista es la aportación del Estado al Museo durante... 15 años. ¡Para llorar! (...) El muchacho, sin saber lo que se dice, está encantado de que su novia se parezca, cada vez más, a su fallecida madre. ¡Más vale que no, guapo!