El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
18/06/2016
LAS MEMORIAS Y LAS MENTIRAS
FELIPE DIJO NO A LETIZIA
EL BOLSO DE LA REINA
EL MÁNAGER DE JULIO IGLESIAS
Descubra Orbyt
No existe la menor duda de que serían mucho más que interesantes, apasionantes diría yo. No sólo por su vida sentimental, por su conflictiva relación con Doña Sofía, con su padre, el conde de Barcelona, el enfrentamiento con su hijo Felipea causa de su matrimonio con Letizia y la relación con ésta, la muerte de su hermano, los secretos del 23F... Pocas personas han vivido tanto. Pero es una norma que los reyes, salvo excepciones, como la del rey búlgaro o la reina Federica, escriban memorias. También Carlos V, que comenzó a dictárselas a su ayuda de campo, Guillaume van Mäle. Pero llegó a preguntar al jesuita Francisco de Borja, en su retiro del monasterio de Yuste, si le parecía que había algún rastro de vanidad al escribir sus propias hazañas. Que la había.
Recién casados, Felipe sorprendió a Letizia escribiendo un diario. No hay que olvidar que era periodista y que su historia lo merecía. Pero le rogó que no lo hiciera. Sus razones tendría.
José Luis de Vilallonga escribió en sus “memorias no autorizadas” que éstas o son inmisericordes con el autor o no tienen razón de ver la luz. Incluso no se pueden obviar los caracteres sexuales de quienes las escriben. Y hay que hacerlo con humildad, rigor, sinceridad y el deseo de transmitir las experiencias para justificar su protagonismo ante la historia. Cierto es que cuando Don Juan Carlos muera (¡larga vida a Su Majestad!) muchas personas se lanzarán a escribir su biografía, pero no se le podrá defender porque ignoramos toda la verdad que sólo él podría contar.
Yo Dona, la revista que con tanto acierto dirige mi querida Marta Michel, ofrecía, la pasada semana, un curioso reportaje de Teresa González-Manso sobre los bolsos, un elemento que en toda mujer está considerado como una parte unida indefectiblemente a su persona. Penetrar en su contenido puede ser tan agresivo y apasionante como hacerlo en su intimidad. Yo Dona ha vaciado, para la curiosidad de los lectores, los bolsos de una ministra, de una juez-candidata, de una periodista y de una líder política. Muy oportuno el tema. Estos días, la reina Isabel de Inglaterra ha cumplido 90 años. Con tal motivo, la prensa ha realizado una disección sobre todo lo que le rodea, incluyendo... su bolso. El contenido ha sido objeto de miles de artículos. ¿Qué esconde el de Isabel II? Tal es la pregunta que se hace el personal sobre este “secreto de Estado”. Un invitado a una cena de gala, que se aproximó a la soberana, descubrió con estupor que en el interior no había nada más que galletas para perros. Lo cuenta Bertrand Meyer, biógrafo de Isabel en su documentada obra La corte de Buckingham. Fuera de la casa, contiene algo más, como una barra de labios de la marca Clarins, un espejito y una mini percha adhesiva para colgar el bolso bajo la mesa. Según María Luisa Funes, compañera de ABC experta en moda, el bolso de la reina sirve también de lenguaje no verbal con sus damas o con su ayudante para indicarles si desea acabar una entrevista o le quitan algún pesado invitado a una recepción. También dicen que, cuando lo coloca en el suelo, es que en cinco minutos se marcha.
Así se le conoce internacionalmente. Pero Alfredo Fraile es mucho más que eso, habiendo sido uno de los más importantes mánagersdel mundo y no sólo de Julio, siendo el creador de la leyenda del gran cantante español. Alfredo puede considerarse como un mago de la comunicación y el más discreto profesional que conozco. Además, leal como ninguno. Por sus manos pasaron Adolfo Suárez, Silvio Berlusconi y hasta el rey de Marruecos, entre otros. Hoy, por culpa de los escándalos de Toño Sanchíscon Belén Esteban y el seísmo producido por la crisis de Alejandro Sanz con su mánager, Rosa Lagarrigue, quiero traer aquí la figura del gran Alfredo Fraile, quien supo hacer mutis por el foro después de haber llevado con mano firme la carrera de Julio y haber tenido, durante años, lazos más que profesionales casi de familia. En el trascurso de la entrevista que Isabel le hizo a Julio para ¡Hola!, en octubre de 1984, poco después de la ruptura del cantante con su manager, le preguntó: “Háblame de Alfredo, ¿qué ha pasado?”. La respuesta de Iglesias no tiene desperdicio: “No ha pasado nada. Él y yo somos amigos del alma. Hemos trabajado juntos durante muchos años. Yo le he ayudado mucho a él y él a mí. Ahora, cada uno trabaja por su lado y los dos tan felices”. Fue Alfredo quien decidió marcharse. “Julio nunca nos perdonó a ti y a mí que nos fuéramos de su lado”, le dijo Isabel a Alfredo. Y, a diferencia de otros mánagers, se marchó con la cabeza alta y los bolsillos vacíos.

MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
18/06/2016
LAS MEMORIAS Y LAS MENTIRAS
FELIPE DIJO NO A LETIZIA
EL BOLSO DE LA REINA
EL MÁNAGER DE JULIO IGLESIAS
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No existe la menor duda de que serían mucho más que interesantes, apasionantes diría yo. No sólo por su vida sentimental, por su conflictiva relación con Doña Sofía, con su padre, el conde de Barcelona, el enfrentamiento con su hijo Felipea causa de su matrimonio con Letizia y la relación con ésta, la muerte de su hermano, los secretos del 23F... Pocas personas han vivido tanto. Pero es una norma que los reyes, salvo excepciones, como la del rey búlgaro o la reina Federica, escriban memorias. También Carlos V, que comenzó a dictárselas a su ayuda de campo, Guillaume van Mäle. Pero llegó a preguntar al jesuita Francisco de Borja, en su retiro del monasterio de Yuste, si le parecía que había algún rastro de vanidad al escribir sus propias hazañas. Que la había.
Recién casados, Felipe sorprendió a Letizia escribiendo un diario. No hay que olvidar que era periodista y que su historia lo merecía. Pero le rogó que no lo hiciera. Sus razones tendría.
José Luis de Vilallonga escribió en sus “memorias no autorizadas” que éstas o son inmisericordes con el autor o no tienen razón de ver la luz. Incluso no se pueden obviar los caracteres sexuales de quienes las escriben. Y hay que hacerlo con humildad, rigor, sinceridad y el deseo de transmitir las experiencias para justificar su protagonismo ante la historia. Cierto es que cuando Don Juan Carlos muera (¡larga vida a Su Majestad!) muchas personas se lanzarán a escribir su biografía, pero no se le podrá defender porque ignoramos toda la verdad que sólo él podría contar.
Yo Dona, la revista que con tanto acierto dirige mi querida Marta Michel, ofrecía, la pasada semana, un curioso reportaje de Teresa González-Manso sobre los bolsos, un elemento que en toda mujer está considerado como una parte unida indefectiblemente a su persona. Penetrar en su contenido puede ser tan agresivo y apasionante como hacerlo en su intimidad. Yo Dona ha vaciado, para la curiosidad de los lectores, los bolsos de una ministra, de una juez-candidata, de una periodista y de una líder política. Muy oportuno el tema. Estos días, la reina Isabel de Inglaterra ha cumplido 90 años. Con tal motivo, la prensa ha realizado una disección sobre todo lo que le rodea, incluyendo... su bolso. El contenido ha sido objeto de miles de artículos. ¿Qué esconde el de Isabel II? Tal es la pregunta que se hace el personal sobre este “secreto de Estado”. Un invitado a una cena de gala, que se aproximó a la soberana, descubrió con estupor que en el interior no había nada más que galletas para perros. Lo cuenta Bertrand Meyer, biógrafo de Isabel en su documentada obra La corte de Buckingham. Fuera de la casa, contiene algo más, como una barra de labios de la marca Clarins, un espejito y una mini percha adhesiva para colgar el bolso bajo la mesa. Según María Luisa Funes, compañera de ABC experta en moda, el bolso de la reina sirve también de lenguaje no verbal con sus damas o con su ayudante para indicarles si desea acabar una entrevista o le quitan algún pesado invitado a una recepción. También dicen que, cuando lo coloca en el suelo, es que en cinco minutos se marcha.
Así se le conoce internacionalmente. Pero Alfredo Fraile es mucho más que eso, habiendo sido uno de los más importantes mánagersdel mundo y no sólo de Julio, siendo el creador de la leyenda del gran cantante español. Alfredo puede considerarse como un mago de la comunicación y el más discreto profesional que conozco. Además, leal como ninguno. Por sus manos pasaron Adolfo Suárez, Silvio Berlusconi y hasta el rey de Marruecos, entre otros. Hoy, por culpa de los escándalos de Toño Sanchíscon Belén Esteban y el seísmo producido por la crisis de Alejandro Sanz con su mánager, Rosa Lagarrigue, quiero traer aquí la figura del gran Alfredo Fraile, quien supo hacer mutis por el foro después de haber llevado con mano firme la carrera de Julio y haber tenido, durante años, lazos más que profesionales casi de familia. En el trascurso de la entrevista que Isabel le hizo a Julio para ¡Hola!, en octubre de 1984, poco después de la ruptura del cantante con su manager, le preguntó: “Háblame de Alfredo, ¿qué ha pasado?”. La respuesta de Iglesias no tiene desperdicio: “No ha pasado nada. Él y yo somos amigos del alma. Hemos trabajado juntos durante muchos años. Yo le he ayudado mucho a él y él a mí. Ahora, cada uno trabaja por su lado y los dos tan felices”. Fue Alfredo quien decidió marcharse. “Julio nunca nos perdonó a ti y a mí que nos fuéramos de su lado”, le dijo Isabel a Alfredo. Y, a diferencia de otros mánagers, se marchó con la cabeza alta y los bolsillos vacíos.