Tal y como se titula un libro de Anasagasti, tenemos "una monarquia protegida por la censura." Nunca más acertado.Peñafiel, que siempre habla o mejor dicho escribe por boca de ganso, hoy el artículo se lo han hecho entre Oscar Wilde, Lorca y Concepción Arenal. Tira del libro de citas que tiene y es una detrás de otra.
Por mi parte, cuanto más sé de estas infectas castas reales más me ratifico en que la sangre azul está totalmente corrompida, absolutamente degenerada, pero todavía hay algo peor, y es que hay miserables siervos que los justifican y defienden. Con lo que sabemos del crápula Juan Carlos Borbón más lo que cuenta ahora del fulano este de Bélgica (presuntamente implicado en casos de pederastia) y todavía dice el servil y "monarcáico" (sic) Peñafiel que ambos han sido buenos reyes. Y quizá tenga razón, porque comportamientos tan miserables y corrompidos son propios de los reyes y no se espera otra cosa de ellos. O sea, que entiendo qué como reyes, buenos; pero como personas, unos absolutos degenerados. Me resulta más difícil de entender, que en pleno siglo XXI y en plena Europa occidental siga habiendo monarquías que desentrañar el misterio de la Santísima Trinidad