Azul y Rosa,Jaime Peñafiel.Sábado,15 de Agosto de 2020.

Trato de entender cómo funciona la casa real de España...pero es imposible...tan, pero tan mal anda esa "familia"...que necesita mensajeros para decir las cosas?...es que ninguno puede o quiere decirle personalmente al otro las cosas?...necesitan emisarios?...cobardía?...si no pueden decir las cosas de frente a su familia...cómo pretenden ser "reyes" ante los demás?...
 
La niñera real es Mariangel Alcazar la lameculos del preparao y de kk, que cuando la hija mayor era un bebe la tomo en brazos y comennzo hacerle carantoñas ante la complaciente mirada de kk. Desde que el abuelo esta missing, la niñera real escribe en La Vanguardia articulos babosos en defensa del preparao y de kk y sale en TV5 discutiendo y tirando puyas por doquier a todo aquel que critica la NO informacion de donde se encuentra el jubilado.

Gracias
 
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
15/08/2020
CHSSS...
DOÑA SOFÍA, UNA ESPOSA DESPECHADA
CADA JEFE DE LA CASA HA TENIDO SU AFÁN


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El comportamiento de Doña Sofía en el drama del ¿exilio?, ¿éxodo? de Don Juan Carlos no ha sido el que cabía esperar de quien, todavía es, y lo ha sido para su desgracia, la esposa, la Reina consorte. Ella misma se lo reconoció a la querida amiga y compañera Pilar Urbano para su libro La reina muy de cerca(Planeta, 2008): “Cuando me casé con Juanito, yo era princesa de Grecia. Ahora soy reina porque soy la consorte del rey”. Aunque añadía: “Seré reina hasta la muerte”. Pienso que de haber renunciado con la abdicación Don Juan Carlos al título de Rey, Doña Sofía hubiera dejado de ser reina ya que lo ha sido y lo sigue siendo en función de su matrimonio.
Cierto es que, como el general Sabino decía, la Emérita “no es una mujer muy inteligente, pero es mejor que la gente lo crea”. Lo ha demostrado estos días marchándose de vacaciones a Marivent sin esperar que el Rey, el esposo, abandonara su hogar. De irónica crueldad, impropia de Doña Sofía, es que preguntara “¿con qué amiguita se ha ido ahora?”. También pienso que fue una frivolidad acudir a El Corte Inglés de Palma, para comprar unas cremas, departiendo con su habitual simpatía con las empleadas del departamento de perfumería como si nada hubiera pasado, estando pasando tanto. Esta frivolidad me ha recordado, salvando las distancias, la actitud de Alfonso XIII el día que se marcha de España hacia el exilio. Cuando desembarca en Marsella, la única preocupación que tiene es comerse una bullabesa en un restaurante del puerto. A esa misma hora, su esposa, la reina, se encuentra refugiada en su dormitorio con todos sus hijos, uno de ellos, el príncipe de Asturias, gravemente enfermo, mientras manifestantes republicanos han logrado trepar hasta las balconadas del palacio para colgar banderas republicanas. Aunque la compañera Pilar Urbano cree que la actitud de Doña Sofía fue una respuesta lógica a tanta humillación como ha recibido del Rey, pienso que momentos ha tenido para exteriorizarla. Este no era precisamente el más adecuado, ¡por caridad!
El protagonismo de Jaime Alfonsín en la salida de Zarzuela del Rey Juan Carlos (él recibió la orden de Felipe VI de comunicar a su padre que tenía que abandonar Zarzuela) ha puesto de manifiesto el importantísimo papel de los jefes de la Casa del Rey, seis en 40 años, los mismos que la Monarquía: Nicolás Cotoner y Cotoner, marqués de Mondéjar, Sabino Fernández Campo, Fernando Almansa Moreno Barreda, Alberto Aza Arias y Rafael Spottorno, durante el reinado de Don Juan Carlos I, y Jaime Alfonsín con Felipe VI. Cada uno de ellos ha tenido que enfrentarse a delicados y trascendentales problemas...
EL MARQUÉS DE MONDÉJAR (desde 1975 a 1990) a quien el propio Rey Juan Carlos calificaba como “padre adoptivo”, vivió los momentos complicados de la Transición pero, sobre todo, el fracasado golpe de Estado de 1981 con una actitud de apoyo al Rey . También la proclamación de Felipe como Príncipe de Asturias.
SABINO FERNÁNDEZ CAMPO, aunque solo estuvo tres años, desde 1990 a 1993 como jefe de la Casa de Su Majestad, fue, durante 17, la sombra de Don Juan Carlos como jefe de la Secretaría. Él, junto a Mondéjar, pero sobre todo él, fue decisivo en el fracaso del 23-F hasta el extremo de decirle al Rey: “Si el golpe triunfa, mis compañeros me fusilarán al amanecer”. También tuvo que lidiar con el tema de “la dama Gayà”, de la periodista británica Selina Scott que frivolizó su imagen, el libro sobre el Rey de José Luis de Vilallonga, la muerte del conde de Barcelona, Mario Conde (que consiguió echarle), Manolo Prado y otras amistades peligrosas.
FERNANDO ALMANSA MORENO BARREDA (desde 1993 a 2002). Era el primer diplomático en ocupar este cargo con un trabajo intenso, largo y con muchos problemas, algunos de índole privado, como el noviazgo de Felipe y Eva Sannum, que él, por orden del Rey, tuvo que pedirle al Príncipe que rompiera. Felipe se lo cobró pidiendo la cabeza de Almansa que el Rey le entregó. También tuvo que enfrentarse a la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, de vacaciones en Colorado, pidiéndoles, cuando ya no era jefe de la Casa, que se divorciaran. No llegaron a las manos porque Fernando, independientemente de ser un buen diplomático, es un caballero. Asimismo, el ictus de Marichalar.
ALBERTO AZA ARIAS (de 2002 a 2011), el segundo diplomático en convertirse en jefe de la Casa del Rey en una etapa crucial para la Monarquía con motivo del caso Nóos. Tuvo que reconducir, mediáticamente hablando, la polémica boda de Felipe con una periodista divorciada.
RAFAEL SPOTTORNO DÍAZ (de 2011 a 2014) tercer diplomático, el hombre que, según Fernando Ónega, “no disfrutó ni de un día tranquilo” el tiempo que fue jefe de la Casa del Rey. Tuvo que lidiar con lo de Bostwana y lo de Corinna impidiéndole la entrada en España. Como anécdota negativa: hacerle decir a Don Juan Carlos, cuando abandonaba la clínica tras la operación de rotura de cadera por la caída en la cacería de elefantes “lo siento mucho... Me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Fue mezquino obligarle a humillarse estando en una situación crítica, física y moralmente hablando.
JAIME ALFONSÍN ALFONSO (desde 2014). Jefe de la Casa de Felipe VI. Lo más delicado: la retirada del Ducado de la Infanta Cristina el 12 de junio de 2015 y la crítica situación del Rey Juan Carlos. Persona clave en la negociación de su marcha. “De orden de la vicepresidenta, tenéis que abandonar Zarzuela”. ¡Vaya trago! ¿No podía haberlo hecho Felipe? ¡Vaya cobardía!
“Al alcalde de las luces navideñas se le han apagado las de la razón (Agustín del Pino). Con la actitud más servil y vergonzosa ante su jefe, digo yo. (...) Un querido amigo y compañero, Juan Luis Galiacho, ha recibido el peor regalo que un periodista puede recibir hoy: una inquietante carta de los abogados de Corinna (...) El impresentable Sánchez elude siempre referirse a Felipe como Rey y a Don Juan Carlos lo hace siempre como “el afectado” (Álvaro Martínez) ¡Vaya tipejo! (...) Con su llegada a Marivent, la cuñada abandonó Palma para reunirse con su hermana, otra gran “amiga” de la consorte.(...) Primero le robaron la infancia. Hoy le han robado su jubilación dorada, escribe su biógrafa francesa. Pues tiene toda la razón. (...) Solo un rey, en España, Alfonso XII, murió en el trono. ¡Atención Felipe, hay que andarse con cuidado! (...) “¿Qué quieres ser de mayor?”, le preguntó una niña de Palma a Leonor. Letizia contestó por ella: “Lo que quiere no, lo que debe ser”, qué marcaje a su hija.


OpiniónLa semana de Jaime Peñafiel: Doña Sofía, una esposa despechada
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  • JAIME PEÑAFIEL
Viernes, 14 agosto 2020 - 23:34
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Doña Sofía en Palma de Mallorca

Doña Sofía en Palma de Mallorca GTRES
El comportamiento de Doña Sofía en el drama del ¿exilio?, ¿éxodo? de Don Juan Carlos no ha sido el que cabía esperar de quien, todavía es, y lo ha sido para su desgracia, la esposa, la Reina consorte. Ella misma se lo reconoció a la querida amiga y compañera Pilar Urbano para su libro La reina muy de cerca (Planeta, 2008): "Cuando me casé con Juanito, yo era princesa de Grecia. Ahora soy reina porque soy la consorte del rey". Aunque añadía: "Seré reina hasta la muerte". Pienso que de haber renunciado con la abdicación Don Juan Carlos al título de Rey, Doña Sofía hubiera dejado de ser reina ya que lo ha sido y lo sigue siendo en función de su matrimonio.
Cierto es que, como el general Sabino decía, la Emérita "no es una mujer muy inteligente, pero es mejor que la gente lo crea". Lo ha demostrado estos días marchándose de vacaciones a Marivent sin esperar que el Rey, el esposo, abandonara su hogar. De irónica crueldad, impropia de Doña Sofía, es que preguntara "¿con qué amiguita se ha ido ahora?". También pienso que fue una frivolidad acudir a El Corte Inglés de Palma, para comprar unas cremas, departiendo con su habitual simpatía con las empleadas del departamento de perfumería como si nada hubiera pasado, estando pasando tanto. Esta frivolidad me ha recordado, salvando las distancias, la actitud de Alfonso XIII el día que se marcha de España hacia el exilio. Cuando desembarca en Marsella, la única preocupación que tiene es comerse una bullabesa en un restaurante del puerto. A esa misma hora, su esposa, la reina, se encuentra refugiada en su dormitorio con todos sus hijos, uno de ellos, el príncipe de Asturias, gravemente enfermo, mientras manifestantes republicanos han logrado trepar hasta las balconadas del palacio para colgar banderas republicanas. Aunque la compañera Pilar Urbano cree que la actitud de Doña Sofía fue una respuesta lógica a tanta humillación como ha recibido del Rey, pienso que momentos ha tenido para exteriorizarla. Este no era precisamente el más adecuado, ¡por caridad!
CADA JEFE DE LA CASA HA TENIDO SU AFÁN
El protagonismo de Jaime Alfonsín en la salida de Zarzuela del Rey Juan Carlos (él recibió la orden de Felipe VI de comunicar a su padre que tenía que abandonar Zarzuela) ha puesto de manifiesto el importantísimo papel de los jefes de la Casa del Rey, seis en 40 años, los mismos que la Monarquía: Nicolás Cotoner y Cotoner, marqués de Mondéjar, Sabino Fernández Campo, Fernando Almansa Moreno Barreda, Alberto Aza Arias y Rafael Spottorno, durante el reinado de Don Juan Carlos I, y Jaime Alfonsín Alfonso con Felipe VI. Cada uno de ellos ha tenido que enfrentarse a delicados cuando no trascendentales problemas...
EL MARQUÉS DE MONDÉJAR (desde 1975 a 1990) a quien el propio Rey Juan Carlos calificaba como "padre adoptivo", vivió los momentos complicados de la Transición pero, sobre todo, el fracasado golpe de Estado de 1981 con una actitud de apoyo al Rey . También la proclamación de Felipe como Príncipe de Asturias.
SABINO FERNÁNDEZ CAMPO, aunque solo estuvo tres años, desde 1990 a 1993 como jefe de la Casa de Su Majestad, fue, durante 17, la sombra de Don Juan Carlos como jefe de la Secretaría. Él, junto a Mondéjar, pero sobre todo él, fue decisivo en el fracaso del 23-F hasta el extremo de decirle al Rey: "Si el golpe triunfa, mis compañeros me fusilarán al amanecer". También tuvo que lidiar con el tema de "la dama Gayà", de la periodista británica Selina Scott que frivolizó su imagen, el libro sobre el Rey de José Luis de Vilallonga, la muerte del conde de Barcelona, Mario Conde (que consiguió echarle), Manolo Prado y otras amistades peligrosas.
FERNANDO ALMANSA MORENO BARREDA (desde 1993 a 2002). Era el primer diplomático en ocupar este cargo con un trabajo intenso, largo y con muchos problemas, algunos de índole privado, como el noviazgo de Felipe y Eva Sannum, que él, por orden del Rey, tuvo que pedirle al Príncipe que rompiera. Felipe se lo cobró pidiendo la cabeza de Almansa que el Rey le entregó. También tuvo que enfrentarse a la Infanta Cristinae Iñaki Urdangarin, de vacaciones en Colorado, pidiéndoles, cuando ya no era jefe de la Casa, que se divorciaran. No llegaron a las manos porque Fernando, independientemente de ser un buen diplomático, es un caballero. Asimismo, el ictus de Marichalar.
ALBERTO AZA ARIAS
(de 2002 a 2011), el segundo diplomático en convertirse en jefe de la Casa del Rey en una etapa crucial para la Monarquía con motivo del caso Nóos. Tuvo que reconducir, mediáticamente hablando, la polémica boda de Felipe con una periodista divorciada.
RAFAEL SPOTTORNO DÍAZ (de 2011 a 2014) tercer diplomático, el hombre que, según Fernando Ónega, "no disfrutó ni de un día tranquilo" el tiempo que fue jefe de la Casa del Rey. Tuvo que lidiar con lo de Bostwana y lo de Corinna impidiéndole la entrada en España. Como anécdota negativa: hacerle decir a Don Juan Carlos, cuando abandonaba la clínica tras la operación de rotura de cadera por la caída en la cacería de elefantes "lo siento mucho... Me he equivocado y no volverá a ocurrir". Fue mezquino obligarle a humillarse estando en una situación crítica, física y moralmente hablando.
JAIME ALFONSÍN ALFONSO (desde 2014). Jefe de la Casa de Felipe VI. Lo más delicado: la retirada del Ducado de la Infanta Cristina el 12 de junio de 2015 y la crítica situación del Rey Juan Carlos. Ha sido la persona clave en la negociación de su marcha. "De orden de la vicepresidenta, tenéis que abandonar Zarzuela". ¡Vaya trago! ¿No podía haberlo hecho Felipe? ¡Vaya cobardía!
CHSSS...
"Al alcalde de las luces navideñas se le han apagado las de la razón (Agustín del Pino). Con la actitud más servil y vergonzosa ante su jefe, digo yo. (...) Un querido amigo y compañero, Juan Luis Galiacho, ha recibido el peor regalo que un periodista puede recibir hoy: una inquietante carta de los abogados de Corinna. (...) El impresentable Sánchez elude siempre referirse a Felipe como Rey y a Don Juan Carlos lo hace siempre como "el afectado" (Álvaro Martínez) ¡Vaya tipejo! (...) Con su llegada a Marivent, la cuñada abandonó Palma para reunirse con su hermana, otra gran "amiga" de la consorte.(...) Primero le robaron la infancia. Hoy le han robado su jubilación dorada, escribe su biógrafa francesa. Pues tiene toda la razón. (...) Solo un rey, en España, Alfonso XII, murió en el trono. ¡Atención Felipe, hay que andarse con cuidado! (...) "¿Qué quieres ser de mayor?", le preguntó una niña de Palma a Leonor. Letizia contestó por ella: "Lo que quiere no, lo que debe ser", qué marcaje a su hija.
 
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