El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
14/01/2017
LOS PASILLOS DE BUCKINGHAM
MEJOR EN EL ASEO
MI MEDIA NARANJA
TÚ SÍ... QUE NO VALES
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La Pascua Militar de este año nos ha deparado varias noticias y alguna que otra anécdota. De nuevo, la mujer ha sido noticia: María Dolores de Cospedal quien, como ministra de Defensa, se ha atenido con disciplina castrense a la ordenanza militar para la ceremonia de este día en lo referente a la etiqueta: para las señoras, traje largo. Hay que reconocer que, junto a ella, Letiziaparecía su ayudante, también con traje largo, pero tal vez el más vulgar que ha salido de los talleres de Felipe Varela. Lo que no es de recibo, ya que es propio de la intimidad de un aseo, es retocarse el maquillaje, con ayuda de un espejo, como hizo Letizia en la Sala Gasparini del Palacio Real en presencia del rey, del presidente del Gobierno y algunos ministros. Ello me recordó cuando Marina Castaño se puso a pintarse las uñas en el gran lobby del hotel Villa Magna de Madrid, en medio de una reunión de su marido. Y que obligó a éste, Camilo José Cela, a recordarle en voz alta que no era el sitio adecuado. “Eso se hace en la intimidad”.
Y ya que hablamos de tocados y actitudes, no podemos obviar al rey Mohamed VI de Marruecos y su sorprendente estilismo. No sólo para sus súbditos, que lo son, sino para el mundo entero. Para mí tiene dos reflexiones: un rey, aunque sea de Marruecos, no puede vestir como un hortera, con chaqueta azul eléctrico, dibujos amarillos y pantalón estrecho con rotos en la rodilla. Segunda, no puede vestir así por ser vos quien sois y por disponer, en el presupuesto de la Casa Real, de 2,5 millones de euros para ropa que, en un país tan pobre, clama a Alá. Mejor estáis con la tradicional chilaba, majestad.
En la última página de LOC, mi compañera Emilia Landaluce se hacía eco, recientemente, de una frase muy coloquial, cursi y algo hortera, utilizada textualmente por Felipe VI, referida a su esposa: “Voy a buscar a mi media naranja”. Según el psicólogo y sexólogo, César Martínez Romero, “lejos de ser una inofensiva idea romántica, suele ser la base de mucha infelicidad y muchos problemas de pareja. Si lo de media naranja quiere decir que estamos hechos el uno para el otro, si somos dos mitades de una misma cosa, ¿cómo no puedes comprender? ¿cómo podemos tener problemas?”. Según el psicólogo: “Que dos personas sean felices juntas es fruto solamente de la casualidad de sus habilidades, de sus esfuerzos (no me cabe la menor duda de que Felipe se esfuerza), de su paciencia (debe tenerla con ella y mucha). Para Martínez Romero es preferible “un amor entre dos naranjas enteras que entre dos mitades incompletas. Para mí, también.
En el caso de la Pedroche, el pueblo llano y sano que para eso tiene mucha sensibilidad y sabe llamar a cada cosa por su nombre, anteponiendo el artículo determinado transformándolo casi en un apodo, me gustaría aplicar las palabras de Dante Alighieri, cuando escribía: “No hablemos de ella, sino mira y pasa”. Durante unos días, se sintió la reina del mambo, chula y provocadora: “Las críticas no me importan y me viene muy bien que hablen de mí”. Pero bastó la prueba del nueve con un solo programa Tú sí que sí, para ponerla en su sitio desde el primer día con un “tú si... que no vales”. Esta muchacha de Vallecas me sorprendió desagradablemente cuando reconoció públicamente que su madre, una limpiadora, los fines de semana iba a limpiar a su casa y que su padre estaba en el paro. Pues ayúdales, guapa, que puedes. A que en este caso no te vienen tan bien las críticas. Son las miserias de la famosa por una noche.

MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
14/01/2017
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MI MEDIA NARANJA
TÚ SÍ... QUE NO VALES
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La Pascua Militar de este año nos ha deparado varias noticias y alguna que otra anécdota. De nuevo, la mujer ha sido noticia: María Dolores de Cospedal quien, como ministra de Defensa, se ha atenido con disciplina castrense a la ordenanza militar para la ceremonia de este día en lo referente a la etiqueta: para las señoras, traje largo. Hay que reconocer que, junto a ella, Letiziaparecía su ayudante, también con traje largo, pero tal vez el más vulgar que ha salido de los talleres de Felipe Varela. Lo que no es de recibo, ya que es propio de la intimidad de un aseo, es retocarse el maquillaje, con ayuda de un espejo, como hizo Letizia en la Sala Gasparini del Palacio Real en presencia del rey, del presidente del Gobierno y algunos ministros. Ello me recordó cuando Marina Castaño se puso a pintarse las uñas en el gran lobby del hotel Villa Magna de Madrid, en medio de una reunión de su marido. Y que obligó a éste, Camilo José Cela, a recordarle en voz alta que no era el sitio adecuado. “Eso se hace en la intimidad”.
Y ya que hablamos de tocados y actitudes, no podemos obviar al rey Mohamed VI de Marruecos y su sorprendente estilismo. No sólo para sus súbditos, que lo son, sino para el mundo entero. Para mí tiene dos reflexiones: un rey, aunque sea de Marruecos, no puede vestir como un hortera, con chaqueta azul eléctrico, dibujos amarillos y pantalón estrecho con rotos en la rodilla. Segunda, no puede vestir así por ser vos quien sois y por disponer, en el presupuesto de la Casa Real, de 2,5 millones de euros para ropa que, en un país tan pobre, clama a Alá. Mejor estáis con la tradicional chilaba, majestad.
En la última página de LOC, mi compañera Emilia Landaluce se hacía eco, recientemente, de una frase muy coloquial, cursi y algo hortera, utilizada textualmente por Felipe VI, referida a su esposa: “Voy a buscar a mi media naranja”. Según el psicólogo y sexólogo, César Martínez Romero, “lejos de ser una inofensiva idea romántica, suele ser la base de mucha infelicidad y muchos problemas de pareja. Si lo de media naranja quiere decir que estamos hechos el uno para el otro, si somos dos mitades de una misma cosa, ¿cómo no puedes comprender? ¿cómo podemos tener problemas?”. Según el psicólogo: “Que dos personas sean felices juntas es fruto solamente de la casualidad de sus habilidades, de sus esfuerzos (no me cabe la menor duda de que Felipe se esfuerza), de su paciencia (debe tenerla con ella y mucha). Para Martínez Romero es preferible “un amor entre dos naranjas enteras que entre dos mitades incompletas. Para mí, también.
En el caso de la Pedroche, el pueblo llano y sano que para eso tiene mucha sensibilidad y sabe llamar a cada cosa por su nombre, anteponiendo el artículo determinado transformándolo casi en un apodo, me gustaría aplicar las palabras de Dante Alighieri, cuando escribía: “No hablemos de ella, sino mira y pasa”. Durante unos días, se sintió la reina del mambo, chula y provocadora: “Las críticas no me importan y me viene muy bien que hablen de mí”. Pero bastó la prueba del nueve con un solo programa Tú sí que sí, para ponerla en su sitio desde el primer día con un “tú si... que no vales”. Esta muchacha de Vallecas me sorprendió desagradablemente cuando reconoció públicamente que su madre, una limpiadora, los fines de semana iba a limpiar a su casa y que su padre estaba en el paro. Pues ayúdales, guapa, que puedes. A que en este caso no te vienen tan bien las críticas. Son las miserias de la famosa por una noche.