Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
10/03/2018
CHSSS...
DE DAVID ROCASOLANO...
...A ALONSO GUERRERO
EN SÓLO SEIS AÑOS
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El libro, un buen libro a pesar de todo lo que se dijera, no fue prohibido (ya le hubiera gustado a Letizia) pero la mano larga de La Zarzuela influyó para que no se vendiera en las grandes superficies. Fue un éxito editorial y todo dios lo leyó. Cierto es que su lectura no tenía desperdicio. Se trataba de la historia de una magnífica película sobre una Cenicienta que se convierte en Reina, aunque “no es una historia alegre”.
El próximo mes de abril, de aquello hará ya seis años. Y, cuando todo parecía olvidado, el pasado de Letizia vuelve a ser presente estos días con la publicación de otro libro, escrito por su ex marido, la persona que, como dice la canción de Dyango, “por más que lo he fingido, es en vano que quiera olvidar, porque soy y seré sin igual ¿el que más te ha querido?”. Aunque se trata de una novela, El amor de Penny Robinson (Ed. Almuzara) en realidad “es una sátira sobre su vida: lo que vivió, sufrió, sintió cuando supo que su ex mujer iba a ser la futura Reina de España. Yo era un peón en la partida, pero había sido atacado con el movimiento de una reina”, como se pudo leer en el magnífico resumen que hizo el querido y admirado compañero Martín Mucha, un gran escritor, el pasado domingo en CRÓNICA. “No hay mejor argumento de una vida que la suya”, escribió Martín. Como también lo había en la historia de David Rocasolano sobre su prima. Y, volviendo al relato del ex marido, éste que aparece en el libro con su propio nombre, Alonso Guerrero, se equivoca cuando, en la entrevista con el compañero, dice que “las grandes verdades a la sociedad en que vivimos no interesan”. Si este libro, como aquel otro del primo, arrasa será porque el autor lo que cuenta no es de oídas sino por haberlo vivido y sufrido en primera persona. “La noticia del compromiso de mi ex mujer con Felipe que vi en televisión, me cayó, no como una losa, sino como una interrogación tremenda. Ni siquiera pensé en la situación en que me colocaba”. Tal parecía, estaba pensando en Joaquín Sabina y en la estrofa de sus 19 días y 500 noches: “Dijo hola y adiós y el portazo sonó como un signo de interrogación”.
Lo más duro sobre Letizia es cuando Alonso escribe: “Es la historia de una persona que se convierte en personaje... sin nada que ver con la oficialidad ni con la Monarquía ni con la nobleza...”. Y la describe como “alguien que tras su divorcio es capaz de todo”. No olvidemos que una de las protagonistas de su libro es la gran traidora. “No tiene sentido explicarlo”. “Como tampoco explica el por qué de la existencia de dos polémicas fotos de la protagonista desnuda.” Imagine que hay dos fotos de la Reina desnuda (sólo existe una y en topless). ¿Se hizo con ese fin? Le pregunta el periodista. “No lo hice con una intención. El lector debe leer entre líneas”.
Una pregunta obligada: “¿Cómo le habrá caído a Letizia la autobiografía de su ex marido, hasta ahora dueño de sus silencios, no esclavo de sus palabras y con todo el derecho a ponerlas negro sobre blanco? De todas formas, tanto el libro del primo como éste del ex, simple y sencillamente, son el resultado de casarse con quien quiso pero no con quien debió.
El 8 de octubre de 1998, la periodista Letizia Ortiz Rocasolano se convierte en la breve esposa del modesto profesor Alonso Guerrero. Seis años después, el 22 de mayo de 2004, en princesa, al casarse con un Príncipe de verdad, Felipe de Borbón y Grecia.
La primera boda, por lo civil, se celebra en el salón de plenos del Ayuntamiento de Almendralejo. Seis años después, Letizia vuelve a casarse, en esta ocasión por la Iglesia, en la catedral de La Almudena. En la primera ocasión, responde “sí” a la pregunta del alcalde de Almendralejo, Manuel Moreno, del PP. Y en la segunda, lo mismo a la pregunta del cardenal arzobispo de Madrid, Rouco Varela. En la primera boda, se casa ante 90 invitados entre familiares y amigos. En la segunda, ante 1.500 miembros de familias reales de toda Europa, Gobierno y cuerpo diplomático.
La celebración de su boda con el profesor tiene lugar en un restaurante especializado en bodas y bautizos de Almendralejo, conocido como El Paraíso, presidido por una figura de hielo. La boda con el Príncipe se celebra en el Palacio Real con vajilla de Limoges, cubiertos de plata y manteles de hilo.
¡Para volverse loca ella. Para volverse loco, él!
El nombre de nuestras desgraciadas Isabel me identifica con Fernando Aramburu. También me ha inoculado una empatía hacia el ser humano. (...) Ha confesado: “Nunca he sido mala persona ni un mal bicho”, pero ¿tanto te cuesta regalarnos una sonrisa? (...) Primero se dejó embarazar para asegurarse su futuro personal y, ahora, estudia contabilidad para controlar los dineros de su compañero. ¡Qué peligro tiene la tía! (...) ¡Qué ridículos y patéticos aparecen, ella luciendo tripa de embarazada, como si fuera la primera, y él tableta y tatuajes, el muy hortera. (...) Reconoce que ha tenido relaciones con un hombre que de saberse nos quedaríamos “ojipláticos”. (...) Yo no sabía que la famosa ‘socialite’ había pasado no uno sino “dos años horribles”. ¡Y yo sin saberlo, querida! (...) Que se enamore de un joven, subordinado directo suyo en la empresa que dirige, aunque sea 16 años más joven, no tiene importancia. Pero que aproveche el importantísimo cargo que ostenta para promocionarle, no está bien, querida. (...) Tormentosa reunión del Consejo de Administración de una importantísima empresa en la que, una de las propietarias, llegó a insultar, de forma grosera, al presidente pidiéndole que se marchara y todo esto ante el silencio de uno de los consejeros, importante economista y político él.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
10/03/2018
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DE DAVID ROCASOLANO...
...A ALONSO GUERRERO
EN SÓLO SEIS AÑOS
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El libro, un buen libro a pesar de todo lo que se dijera, no fue prohibido (ya le hubiera gustado a Letizia) pero la mano larga de La Zarzuela influyó para que no se vendiera en las grandes superficies. Fue un éxito editorial y todo dios lo leyó. Cierto es que su lectura no tenía desperdicio. Se trataba de la historia de una magnífica película sobre una Cenicienta que se convierte en Reina, aunque “no es una historia alegre”.
El próximo mes de abril, de aquello hará ya seis años. Y, cuando todo parecía olvidado, el pasado de Letizia vuelve a ser presente estos días con la publicación de otro libro, escrito por su ex marido, la persona que, como dice la canción de Dyango, “por más que lo he fingido, es en vano que quiera olvidar, porque soy y seré sin igual ¿el que más te ha querido?”. Aunque se trata de una novela, El amor de Penny Robinson (Ed. Almuzara) en realidad “es una sátira sobre su vida: lo que vivió, sufrió, sintió cuando supo que su ex mujer iba a ser la futura Reina de España. Yo era un peón en la partida, pero había sido atacado con el movimiento de una reina”, como se pudo leer en el magnífico resumen que hizo el querido y admirado compañero Martín Mucha, un gran escritor, el pasado domingo en CRÓNICA. “No hay mejor argumento de una vida que la suya”, escribió Martín. Como también lo había en la historia de David Rocasolano sobre su prima. Y, volviendo al relato del ex marido, éste que aparece en el libro con su propio nombre, Alonso Guerrero, se equivoca cuando, en la entrevista con el compañero, dice que “las grandes verdades a la sociedad en que vivimos no interesan”. Si este libro, como aquel otro del primo, arrasa será porque el autor lo que cuenta no es de oídas sino por haberlo vivido y sufrido en primera persona. “La noticia del compromiso de mi ex mujer con Felipe que vi en televisión, me cayó, no como una losa, sino como una interrogación tremenda. Ni siquiera pensé en la situación en que me colocaba”. Tal parecía, estaba pensando en Joaquín Sabina y en la estrofa de sus 19 días y 500 noches: “Dijo hola y adiós y el portazo sonó como un signo de interrogación”.
Lo más duro sobre Letizia es cuando Alonso escribe: “Es la historia de una persona que se convierte en personaje... sin nada que ver con la oficialidad ni con la Monarquía ni con la nobleza...”. Y la describe como “alguien que tras su divorcio es capaz de todo”. No olvidemos que una de las protagonistas de su libro es la gran traidora. “No tiene sentido explicarlo”. “Como tampoco explica el por qué de la existencia de dos polémicas fotos de la protagonista desnuda.” Imagine que hay dos fotos de la Reina desnuda (sólo existe una y en topless). ¿Se hizo con ese fin? Le pregunta el periodista. “No lo hice con una intención. El lector debe leer entre líneas”.
Una pregunta obligada: “¿Cómo le habrá caído a Letizia la autobiografía de su ex marido, hasta ahora dueño de sus silencios, no esclavo de sus palabras y con todo el derecho a ponerlas negro sobre blanco? De todas formas, tanto el libro del primo como éste del ex, simple y sencillamente, son el resultado de casarse con quien quiso pero no con quien debió.
El 8 de octubre de 1998, la periodista Letizia Ortiz Rocasolano se convierte en la breve esposa del modesto profesor Alonso Guerrero. Seis años después, el 22 de mayo de 2004, en princesa, al casarse con un Príncipe de verdad, Felipe de Borbón y Grecia.
La primera boda, por lo civil, se celebra en el salón de plenos del Ayuntamiento de Almendralejo. Seis años después, Letizia vuelve a casarse, en esta ocasión por la Iglesia, en la catedral de La Almudena. En la primera ocasión, responde “sí” a la pregunta del alcalde de Almendralejo, Manuel Moreno, del PP. Y en la segunda, lo mismo a la pregunta del cardenal arzobispo de Madrid, Rouco Varela. En la primera boda, se casa ante 90 invitados entre familiares y amigos. En la segunda, ante 1.500 miembros de familias reales de toda Europa, Gobierno y cuerpo diplomático.
La celebración de su boda con el profesor tiene lugar en un restaurante especializado en bodas y bautizos de Almendralejo, conocido como El Paraíso, presidido por una figura de hielo. La boda con el Príncipe se celebra en el Palacio Real con vajilla de Limoges, cubiertos de plata y manteles de hilo.
¡Para volverse loca ella. Para volverse loco, él!
El nombre de nuestras desgraciadas Isabel me identifica con Fernando Aramburu. También me ha inoculado una empatía hacia el ser humano. (...) Ha confesado: “Nunca he sido mala persona ni un mal bicho”, pero ¿tanto te cuesta regalarnos una sonrisa? (...) Primero se dejó embarazar para asegurarse su futuro personal y, ahora, estudia contabilidad para controlar los dineros de su compañero. ¡Qué peligro tiene la tía! (...) ¡Qué ridículos y patéticos aparecen, ella luciendo tripa de embarazada, como si fuera la primera, y él tableta y tatuajes, el muy hortera. (...) Reconoce que ha tenido relaciones con un hombre que de saberse nos quedaríamos “ojipláticos”. (...) Yo no sabía que la famosa ‘socialite’ había pasado no uno sino “dos años horribles”. ¡Y yo sin saberlo, querida! (...) Que se enamore de un joven, subordinado directo suyo en la empresa que dirige, aunque sea 16 años más joven, no tiene importancia. Pero que aproveche el importantísimo cargo que ostenta para promocionarle, no está bien, querida. (...) Tormentosa reunión del Consejo de Administración de una importantísima empresa en la que, una de las propietarias, llegó a insultar, de forma grosera, al presidente pidiéndole que se marchara y todo esto ante el silencio de uno de los consejeros, importante economista y político él.