Autoestima y otros temas de psicología

Un proyecto puede cambiar tu vida. Te digo cómo


Vamos a hablar de dos tipos de personas. Las personas a las que “les pasan” cosas y las personas que provocan cosas.

Es fácil identificarlas cuando hablas con ellas. Las primeras, personas reactivas que sufren los avatares (supuestamente) injustos del destino, pronuncian frases del tipo “no me quieren en ningún trabajo”, “me ha dejado mi pareja”, “me vino una depresión”, “la gente me ataca”, “tengo mala suerte y no sé por qué” y así un largo etcétera.

A estas personas parece que todo les pasa sin que puedan hacer nada para evitarlo… Están sujetas a los vaivenes de la vida y se sienten sin control sobre las circunstancias externas, pero no porque realmente lo estén sino porque se han desconectado de sus sentimientos, reacciones, mentalidad y de su poder creativo.

Escribí hace algún tiempo un artículo que titulé “Todo lo que pasa nos pertenece“. Con esto quise decir que la manera en que se desenvuelve nuestra vida, en una parte grande, depende de lo que hemos estado haciendo los últimos treinta, cuarenta o cincuenta años.

Si hemos tomado decisiones inteligentes, valientes, alineadas con nuestro ser esencial, seguramente estaremos en un lugar agradable. Por el contrario, si hemos actuado movidos por el miedo, o si vivimos sin conciencia y sin preguntarnos nada, o si hemos sido egoístas, o si vamos montando líos y conflictos a nuestro alrededor, seguramente tengamos la sensación de que el mundo es injusto y que las desgracias “nos pasan”.



Y en realidad, la mayoría de las cosas no “nos pasan”. Salvo accidentes y cosas así, nuestras circunstancias las provocamos, las construimos día a día, nos demos o no cuenta.


Muchas personas rechazan este planteamiento porque les lleva a grandes sentimientos de culpa (“vaya, ¿entonces es culpa mía que todo me vaya tan mal, encima?”). Dejemos a un lado la culpa, de verdad… Una culpa sana debería durar cinco minutos y luego dejar paso a su compañera sabia que es la RESPONSABILIDAD y a su dinámico compañero que es el COMPROMISO. Una culpa sana no nos maltrataría día tras día sino que serviría como un “avisador” de mejora.

Así que, dejando a un lado el monstruo de la culpa desproporcionada, darnos cuenta de que nuestra vida es una creación propia, que está moldeada por nuestras decisiones y acciones pasadas es una noticia maravillosa… Porque significa que podemos utilizar este poder A NUESTRO FAVOR.



Las personas proactivas que crean su realidad
Frente a las personas a las que “les pasan cosas”, de las que acabamos de hablar, están las personas que actúan y toman las riendas de su vida.

Estas personas saben que hay acontecimientos imprevisibles, sobre los que no se puede hacer nada, pero que la vida deja un amplio margen de maniobra para generar nuevos eventos. Y en esto se esfuerzan.

Las personas proactivas se preguntan cuáles son sus deseos verdaderos y se paran una tarde, o una semana, o un mes entero si es preciso para hacer una hoja de ruta para conseguirlo.

También se paran a preguntarse cuál es el sentido o el aprendizaje de esto que les está pasando, y en vez de quedarse en una culpa tóxica, deciden hacer a partir de ahora algo diferente.

Las personas que crean su realidad saben que el éxito no es (muchas veces) rápido ni gratuito, que hay precios importantes que pagar y que tienen que ser perseverantes a veces más allá de lo que es racional.

Finalmente, las personas que toman las riendas de su vida invierten tiempo y dinero en conseguir lo que les apasiona, pidiendo ayuda si es necesario o formándose de manera continua para ser mejores profesionales o personas. Sin ninguna duda, una manera de reafirmar que algo es importante para nosotros y que queremos progresar en ello es dedicarle tiempo y dinero.



¿Tú en qué lado estás?
¿Qué quieres? ¿Cómo te gustaría ser? ¿Qué relaciones te gustaría tener? ¿Dónde querrías estar de aquí a 10 años? ¿Qué cosas sueñas con vivir antes de abandonar este mundo? Si no tienes respuesta a estas preguntas es el momento de hacértelas, en primer lugar.

Y ya sabes y tienes clarísimo lo que quieres y lo que necesitas… ¿por qué no tomas acción? ¿Por qué no moldeas y entrenas tu poder creativo, ese poder de materializar cosas en el mundo?

Muchas veces la respuesta a la pregunta anterior es la siguiente: porque no sabemos por dónde empezar o nos parece muy difícil.

Qué tremendo error… A veces pensamos que para conseguir la vida de nuestros sueños tenemos que comenzar haciendo cosas que nos dan mucho miedo, que son muy difíciles, que requieren una gran inversión de tiempo o de dinero. Cuando en realidad es mucho más sencillo que eso. Tan sencillo que podrías empezar hoy mismo, ahora mismo si me apuras.

Te lo comentaré: el camino hacia la vida de tus sueños se construye…

A partir de un proyecto. Un proyecto que se amolda a quién eres hoy, lo que tienes y lo que es posible en tu caso.

Vamos a verlo con más detalle.



El poder de los proyectos para cambiar nuestra vida
Si has leído mi artículo sobre cómo salir de situaciones de estancamiento o bloqueo, verás que el primer paso que propongo es empezar a movernos. Sí, como sea, de cualquier manera, “El movimiento es el remedio” que diría Gabrielle Roth.

Y un segundo paso para salir de un bloqueo (y también para construir la vida que deseas) es desarrollar un hábito o una acción enfocada y estructurada en el tiempo. A esto yo le llamo un proyecto.

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Un proyecto es, por tanto, una acción continuada en el tiempo, que sigue un orden y que tiene un fin. - ¡Twitea esto!
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La influencia positiva de tener un proyecto cualquiera está MINUSVALORADA, pero completamente. Subestimamos el poder de avanzar con persistencia y pasito a paso. Y subestimamos, asimismo, la claridad mental y la tranquilidad que proporcionan los hábitos y los límites propios en nuestra vida.

Si quieres ser una persona activa y creativa, te sugiero que no subestimes el poder de un proyecto que te pongas tú mism@. Y que comiences a pensar que comprometerte con algo durante un tiempo (cualquier acción, desde hacer deporte hasta llevar un diario personal) puede ser la llave mágica hacia la vida de tus sueños.

¿Qué no sabes cuál podría ser tu proyecto, o con qué podrías comprometerte? No pasa nada ¡elige cualquier cosa! Por ejemplo en este artículo te digo 21 sugerencias de hábitos saludables con los que podrías empezar.



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¡Pinea este artículo!


Mi curso “21 días para impulsar tus proyectos”
Hace ya unos cuantos años que me di cuenta del poder de los proyectos para mejorar mi vida. Cada vez que me comprometía con una acción durante un tiempo (escribir a diario, mejorar mi alimentación, hacer un curso de formación de manera ordenada, empezar a enviar mi newsletter todas las semanas), mientras iba evaluando el camino transitado, mi vida avanzaba.

Estas acciones, una tras de otra, siempre con un fin en mente, no sólo me hacían conseguir logros en el exterior sino que me permitían conocerme más a mí misma (por ejemplo saber qué cosas favorecían o limitaban mis avances) y adquirir más seguridad en lo que era capaz de lograr (porque el compromiso es como un músculo, si te comprometes a dar un paseo de 20 minutos todos los días es más fácil que te comprometas con otro objetivo que tiene que ver con un sueño a largo plazo).

Por ese motivo, en el año 2015 decidí crear un curso online que estuviera enfocado, en primer lugar, en adquirir un compromiso y trabajar de manera constante en ello durante unos días, y en segundo lugar, en hacerse un montón de preguntas (y pequeños retos) durante el camino para descubrir nuestros obstáculos pero también nuestros tesoros.

Este curso sólo se ha abierto en 2 ocaciones durante los últimos 3 años y estoy encantada de anunciar que… ¡el 9 de octubre de 2018 dará inicio la 3ª edición del curso! con algunos materiales nuevos, más profundos, y mi acompañamiento entusiasta y comprometido en todo momento.

Tienes toda la información del curso 21 días aquí pero así brevemente te puedo comentar que es un programa de reflexión + motivación + acción para las personas que:

  1. Se encuentran atascadas en sus objetivos, desmotivadas o paralizadas por el miedo
  2. Quieren conocerse mejor, indagar en sus sombras y desafiarse a través de pequeños retos durante un mes.


A mí me gusta definirlo como un viaje apasionante, lleno de información de valor en pequeñas dosis, que no sólo nos cambia por fuera sino sobre todo POR DENTRO, que es el verdadero reto.


El curso “21 días para impulsar tus proyectos” consta de 21 lecciones, en audio y en pdf, que vas recibiendo en tu correo durante 21 días, de lunes a viernes. Antes de eso hay dos vídeos previos que recibes nada más te inscribes + vídeos extra (¡más de 21!) al finalizar el curso para que sigas repasando contenidos. Aparte tenemos un grupo de Facebook privado donde me puedes hacer todas las preguntas que quieras (de manera anónima o para todos los participantes)

En este curso-viaje de 21 días trataremos temas como los miedos, la inseguridad, conectar con tus fortalezas, la (verdadera) motivación, cómo planificarte, cómo ser más productivo, cómo hacer un plan de acción infalible y cómo dejar de postergar evitando las distracciones, entre muchos otros. Como ves es un panorama COMPLETO de todo lo que necesitas para salir del bloqueo y ponerte a caminar hacia la vida que quieres. Y si no me crees a mí, mira por ejemplo este testimonio de una de las participantes en la edición anterior

¿Me dejas que te acompañe en crear una vida mejor?



Reflexión final: no te conformes con poco…
A día de hoy, pienso que el conformismo mal entendido (el que viene de ser una de esas personas a las que “les pasan” cosas y creen que no tienen poder para cambiarlas) es un cáncer. Un problemón que nos convierte en personas marchitas, amargadas, envidiosas y permanentemente nostálgicas porque nuestra vida no es como quisiéramos…

La buena noticia es que para salir de esa situación de inacción y conformismo NO hay que hacer grandes cosas, ni ser temerarios, ni empezar un camino dificilísimo. Sólo hace falta escoger un proyecto, comprometerse con él durante varias semanas, poner el corazón en ello y perseverar.

En este movimiento fluido, constante y enfocado nuestra fuerza, entusiasmo y combustible interior comienzan a brotar de nuevo, y entonces pasamos a ser de las personas del tipo dos, las que CREAN sus circunstancias en vez de sufrirlas.

La vida se vuelve generosa y apasionante cuando decides hacerte cargo y retomas el poder creativo con el que has nacido. Así que si sientes que este es el momento, te espero en este viaje de 21 días hacia la vida de tus sueños.

¡Feliz travesía!

https://www.puedoayudarte.es/poder-proyecto-vida/
 
¿Conoces el efecto del mar sobre tu cerebro?





El mar es saludable desde cualquier punto de vista. De hecho, cuando el ser humano tiene la oportunidad de apreciar extensiones infinitas, se producen cambios en su percepción y en su estado emocional. Unos cambios que se potencian cuando el espacio infinito tiene un movimiento cadencioso. Por eso hay muchas personas que pueden permanecer horas enteras contemplando el mar.


El cerebro está dotado de una propiedad que se conoce como plasticidad. Esto tiene que ver con el hecho de que todo lo que experimentamos produce un cambio en su arquitectura, ya sea más grande o más pequeño. Por ejemplo, la meditación y mirar el mar son algunas de esas experiencias que dan lugar a un cambio poderoso en nuestro estado mental.




“Éramos yo y el mar. Y el mar estaba solo y solo yo. Uno de los dos faltaba”.


-Antonio Porchia-


No es casualidad que tantos poetas en el mundo hayan dedicado sus versos al mar. Esa gigantesca masa de agua genera grandes emociones y la percepción de su movimiento puede tener una resonancia muy poderosa en nuestro sistema nervioso. A continuación vamos a profundizar en algunos de sus efectos.




1. El mar potencia la creatividad

Se ha comprobado que los entornos sobrecargados de estímulos simultáneos generan estrés. Es lo que ocurre cuando, por ejemplo, nos desplazamos por una enorme avenida de la gran ciudad. Allí hay muchos coches, muchas personas, muchas construcciones… Nuestra mirada se encuentra con cientos de estímulos al mismo tiempo y generarnos una sensación de agobio.




Con el mar ocurre todo lo contrario. Se trata de una gran extensión de agua en donde sobresalen pocos elementos. Están las olas, las aves marinas y quizás alguna embarcación. Cada elemento es plenamente identificable. Frente a esto, el cerebro reacciona imaginando y creando. El entorno permite que podamos destinar una buena parte de nuestros recursos a generar pensamientos novedosos, cuando en otras visiones más estimulantes tendríamos que destinar parte de ellos a mantener la atención.


2. El mar facilita la meditación

El mar no solamente se ofrece a la vista, sino que es una experiencia que involucra casi todos los sentidos. Tiene un rumor suave y rítmico, que se capta a través del oído. Al mismo tiempo, el color azul o verde del océano son tonos que aquietan la mente. El mar también llega hasta el olfato, con su aroma mineral y de vida.




Todo esto en conjunto potencia la aparición de ondas alfa en el cerebro. Estas ondas son propias del sueño. Pero en este caso aparecen durante la vigilia y frente a un foco de atención fijo y poco variable. Ese estado cerebral es el mismo que se alcanza a través de la meditación y tiene el poder de ayudarnos a eliminar elementos tóxicos de la mente.


3. Contribuye a la relajación y disminuye la angustia

Este es quizás el efecto más visible del mar en el cerebro. El color, el movimiento y la extensión del mar ejercen un efecto de descanso sobre el cerebro y todo el sistema nervioso. Ante nuestros ojos tenemos un espacio completamente abierto, que se complementa con el infinito del cielo y propicia una sensación de tranquilidad.




Instintivamente, el mar en calma nos genera confianza. Esto se debe a que se trata de una extensión plana, en donde no hay lugares “ocultos”. Nuestro cerebro lo asume como una ausencia de amenazas y por eso elimina las voces de alerta. El resultado es una relajación del sistema nervioso. Además, algo en nuestro interior sabe, biológicamente, que de allí venimos. Que de allí viene la vida. Por eso, lo sentimos en alguna medida “familiar” y protector.


4. El mar detiene la rumiación de pensamientos

La rumiación de pensamientos corresponde a ese ejercicio de volver una y otra vez sobre la misma idea, de manera obsesiva. Tienes en mente algo que no se aparta. Pero al pensar en ello nunca llegas a nueva conclusión, sino que vuelves al punto de partida. Las mismas preguntas. Las mismas respuestas. Y eso te inquieta.


El mar nos ayuda a cortar con estos ciclos perniciosos de pensamientos que se parecen a una calle sin salida. Esto se debe a que se trata de un espacio que guarda poca relación con nuestros entornos cotidianos. No hay muchos referentes que puedan remitirnos a nuestras rutinas. Se trata de una ruptura y eso contribuye a desengancharnos de las ideas obsesivas, que tantas veces nos persiguen en el día a día.


5. Tiene un efecto relativamente hipnótico

La simple contemplación del mar nos ayuda a entrar en un nuevo estado mental. Como anotábamos antes, propicia la producción de ondas alfa. Al mismo tiempo, desde el punto de vista emocional ejerce una gran atracción. Esto conduce a que el concepto de tiempo se relativice. Por eso podemos pasar largos ratos frente al mar sin darnos cuenta.




El mar es en definitiva una de esas maravillas que se nos revelan en la naturaleza. Nos lleva a experimentar un momento trascendental y, a la vez, renovador. Equivale casi a una terapia, por sus extraordinarios efectos sobre el cerebro. Es, sin duda, uno de los lugares a los que es bueno acudir cuando nos invade el desasosiego ya que en sus aguas podemos deshacernos de aquello que nos preocupa.

Por Edith Sánchez
 
Cómo prepararte mentalmente para recibir lo que mereces


La psicología moderna del crecimiento personal, no sólo permite revisar los cánones de conducta y cambiar completamente los estereotipos que impiden vivir en plenitud y prosperar para recibir lo que mereces. También permite cambiar el mundo interior y establecer las prioridades de forma correcta. Por supuesto, todos están de acuerdo con la idea de que no hay dos personas iguales en la tierra. Pero los tipos de pensamiento en muchas personas son casi idénticos y esto se debe a una serie de factores.


El trabajo, las personas, padres, amigos, la mala suerte y los problemas cotidianos acumulan diversas experiencias en el alma. Y, así, comienzan a interferir, en un sentido literal, en la vida normal y el pensar sólo con la cabeza. El principal problema de quienes se consideran pobres, enfermos e infelices es que constantemente quieren sentirse víctimas de las circunstancias. Y no solo eso, sino que, además, no hacen nada para salir de un círculo vicioso.


Cosechamos lo que sembramos

Puedes leer decenas de libros sobre psicología, entrenar tus habilidades y comunicarte con personas inteligentes e instruidas. Pero todavía no es posible adoptar completamente la forma de pensar de otra persona y proyectarla en nuestra propia vida.


Debes comprender una verdad simple, si no comienzas a cambiar hoy, mañana será más difícil y tendrás problemas aún mayores. Debemos asumir la responsabilidad de nuestros propios problemas y entender que no son más que el resultado de nuestras acciones. Todo en el mundo está conectado no sólo en el nivel físico, sino también en el mental. Si haces cosas que son inherentemente malas, tarde o temprano cosecharás los beneficios por estas decisiones a una escala global.



Cambia tu enfoque respecto a la vida

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Por supuesto. Existe una solución a la pobreza, la enfermedad y la infelicidad. Esta solución consiste en que uno debe aceptar sus errores y deshacerse del complejo de sacrificio y culpabilidad permanente. Esto cambiará radicalmente tu vida, porque estarás eliminando esa sensación de inferioridad y decadencia. No hay un hombre en el mundo que haya nacido con el destino especialmente marcado para sufrir y vivir atormentado. Todas las personas son dignas de prosperidad y fuerza, pero las circunstancias dan constantemente las pruebas que necesitan ser aprobadas.


Asume riesgos y consigue la vida que deseas

El riesgo es otro factor que tiene un gran valor cuando se trata de lograr el desarrollo humano. Cuanto más riesgos y situaciones que requieren un pensamiento crítico rápido, más rápido una persona comienza a desarrollarse. Entonces, la vida de estas personas se encamina en la dirección correcta y dejan de tener miedo de los demás. Dejan de lado el pensamiento negativo que hace perder el tiempo en lamentos por los demás y el medio ambiente.


Por supuesto, los fundamentos de la sociedad y las emboscadas morales muchas veces dicen lo contrario. Nos hablan de la necesidad de ser pacientes, sumisos, misericordiosos y amables. Que la riqueza y el lujo son males que nunca nos darán la verdadera felicidad, por lo tanto, debemos ser piadosos. No, y una vez más no debes seguir tales afirmaciones. Esa es sólo una correa para que la gente común no pueda desarrollarse normalmente y subir las escaleras.



No hay nada de malo en tener una vida cómoda y rica, y aún más, no tengas miedo de abrirte nuevas oportunidades y fortalezas para alcanzar tus metas. Cada persona es capaz de convertir su mundo y pasar de la pobreza a la riqueza y el lujo.


Descubre tus habilidades y déjalas fluir




Las herramientas para la prosperidad se encuentran en el subconsciente y dependen del tipo de pensamiento. En otras palabras, todo lo que una persona comienza a pensar, tarde o temprano se materializa. Dando así vida al estilo de vida que siempre se tenían en los pensamientos.


Si te quejas constantemente de tu salario, tu trabajo monótono y tu vida desinteresada, entonces nada cambiará en tu futuro. Necesitamos ahora descubrir en nosotros mismos una fuerza interior y fe en nuestras habilidades. Así comenzaremos a soñar con una vida rica y hermosa, esto ayudará a cerrar la brecha entre realidad y pensamiento. Por lo tanto, traerán a la vida ideas que ayudarán a realizar lo más cerca posible todos los deseos y sueños.


La venganza, el mal humor y la inseguridad es mejor que las retires de tu mundo interior. Estos sentimientos le roban energía a quien los posee y no le permite desarrollarse normalmente. Por supuesto, tales cambios no tomarán ni un mes ni un año. Pero al final te convertirás en una nueva persona exitosa y decidida que sabe lo que quiere y cómo lograrlo.
 
Los grandes errores de las personas dependientes

El problema de las personas dependientes es que necesitan a alguien que las complete. Así, cuando la otra persona se va, se quedan desvalidas


Las personas dependientes son incapaces de vivir solas, sin estar en pareja. Cuando terminan una relación, rápidamente buscan a alguien que cubra ese vacío con el que se quedan.

A veces, estas relaciones no están basadas en el amor, sino en la necesidad. Esto provoca que, con el tiempo, nos aburramos, discutamos demasiado y terminemos hartos.



Sin embargo, las personas dependientes no son conscientes de que tienen un problema hasta que la ansiedad, la desesperación y la infelicidad hacen acto de presencia.

En el momento en el que esto ocurre, intentan salir de este círculo de dependencia en el que se han envuelto. Una situación complicada que no resulta tan fácil.

Eres incapaz de poner límites


Los límites son necesarios en casi todos los aspectos de nuestra vida. Por ejemplo, puede que te guste beber alcohol, pero sabes que, si te excedes o que si lo haces todos los días, tu salud peligrará.

En las relaciones con sujetos dependientes estos siempre terminan cediendo a cosas que no les agradan. Esto lo hacen para no perder a quien tienen a su lado.

Por ello, terminan siendo personas maltratadas, cuya autoestima es muy baja. Personas que no se expresan con sinceridad por miedo al rechazo.

Dejan de lado lo que de verdad requieren para evitar sentirse de nuevo vacías.

Tu mundo gira en torno a la persona “amada”

Las personas dependientes son muy diferentes cuando están con una u otra pareja. Esto sucede así porque cambian en función de quien tienen a su lado.

Cualquiera te diría que, aunque salgas con alguien, las actividades que antes te gustaba hacer puedes y debes seguir realizándolas. Sin embargo, una persona dependiente cambia.



Empieza a adoptar todos los gustos del otro, dejando en el olvido aquello con lo que antes disfrutaba.





También, comienza un sentimiento obsesivo compulsivo de pensar en todo momento en la persona que se necesita, haciendo las cosas por y para ella.

Tu vida se amolda a tu pareja, modificándose completamente. Una circunstancia que no tendría por qué ser así.

¿Por qué pasa esto? Porque las personas dependientes no se ven como dos sujetos independientes que comparten una vida en común. Perciben la relación como dos individuos que se funden en uno solo.

Tu felicidad no depende de ti

Cuando estar feliz o triste empieza a depender de cómo se comporte contigo otra persona, nos encontramos con un gran problema.


De repente, dejas de ser el dueño de tus emociones, esta gran responsabilidad empieza a tenerla otro.

Una mala palabra, que tu pareja te ignore… Todo eso provocará que un día agradable se convierta en uno muy oscuro y melancólico.

No puedes pretender que el cómo te sientas fluctúe dependiendo de otra persona. Ella no eres tú, ella no controla tus sentimientos.

Sin embargo, estás permitiendo todo esto a pesar de que no te hace sentir bien.

No soportas la idea de que te abandone





Esto no quiere decir que alguna vez no lo hayan hecho, aunque quizás fueras tú quien dio el primer paso. Seguramente, lo hiciste cuando ya tenías a otro esperándote.

Una persona dependiente emocional jamás deja a su pareja a menos que sepa, con seguridad, que ya tiene un nuevo sustituto.

En el caso de que no sea así, vive con un constante miedo a ser abandonada, por eso prima las necesidades del otro por encima de las suyas y hace todo por agradarle.

Por decirlo de otra manera, se somete.

Esto genera una urgencia por el control de la situación que, a veces, no es posible. Cuando esto es así, surge la angustia, la ansiedad y la desesperación.

Sabes que no eres feliz, pero no puedes irte

Aunque digas que sí lo eres, en realidad no sabes lo que es ser feliz. Cada vez que te encuentras con la soledad sufres un ataque de pánico.

Las personas se han convertido en una droga a la que te aferras para recibir tu dosis diaria. Si te fallan, no logras soportar el síndrome de abstinencia.

Si eres o has sido dependiente no debes pensar en que no hay solución posible. Tu problema es que no ves la situación desde otra perspectiva.

Empieza a esforzarte por estar sola, por no atarte a nadie solo para no sentirte vacía.



Cuesta, pero ¿quién dijo que era fácil quitarse de encima una adicción?

En el momento en que aprendas a estar bien contigo misma, podrás estar con alguien sin necesitarlo.



Por Raquel Lemos
 
5 relaciones que arruinan tu relación de pareja



Siempre y cuando nuestra relación de pareja se base en la comunicación y el respeto, estos factores no tienen por qué afectarnos, pero es conveniente tenerlos en cuenta y saber identificarlos

Muchos de nosotros concordamos en que sentir amor y conseguir esa relación de pareja en la que te sientas valorado y correspondido es uno de los placeres más grandiosos que nos entrega la vida.

A pesar de que te sientas perfectamente con tu media naranja, es posible que un tercero afecte la comunicación y llegue a ocasionar ciertos problemas.


Los motivos son diversos. A veces te enfrentarás a los celos de las personas que estuvieron antes que tu nuevo amor y tal vez quieran seguir manteniendo contigo la misma relación que antes.

Otras veces, serán personas importantes que demandan tiempo y atención sin darse cuenta de que dañan tu relación de pareja.


1. Tu suegra
Ya se ha vuelto popular la idea de que las madres siempre se meten en nuestras relaciones. Está claro que esta relación puede llegar a ser muy difícil en la mayoría de los casos. Hay personas que ya tienen bastantes dificultades en aceptar a sus propios padres.

Por un lado tú y tu pareja querréis darle valor a vuestra relación y apoyaros mutuamente. Por otro lado, mamá siempre será un ser especial e importante. En este caso lo mejor es tener paciencia, piensa qué vas a sentir tú cuando tus hijos consigan parejas.

A la larga, si lo haces bien y con respeto, lograrás establecer una excelente relación con la mamá de tu pareja. Eso sí, establezcan límites y mantente firme. Algunas suegras suelen ser un poco más complicadas que otras y se hace necesario tener paciencia.



2. El amigo del trabajo



Lo que pasa en este caso es que tus compañeros de trabajo siempre reciben lo mejor de ti, porque en el sitio de trabajo siempre estás de buen humor. Os apoyáis unos a otros, salís a comer juntos y reís.

Sin embargo, cuando empiezas una relación de pareja, cambias drásticamente de tu trabajo a tu casa y este cambio te golpea fuertemente.

Recuerdas las cuentas que debes, los trastos sucios que debes limpiar antes de dormir y que tu pareja tal vez no esté con un humor agradable.

Lo que debes hacer es tratar de no hablar exageradamente sobre tu colega en casa, y no salir a citas a solas con esa persona.

La realidad es que los celos son un tema delicado y quizás a tu pareja no le enoje que salgas con amigos. Tan solo equilibra las cosas y pregúntate si tú te sentirías cómodo si ella saliera siempre con la misma persona del s*x* opuesto.

3.- La mejor amiga
No puedes negarlo. Estás familiarizada con sentir celos de la mejor amiga de tu marido, y seguro que a él le pasa contigo. La mayoría de las veces ves que tu pareja se siente mucho más cómodo y suelto cuando habla con ella que contigo.


En este punto empiezan a pasar por tu cabeza una serie de dudas que hacen que esta sea una de las relaciones que arruinan tu relación de pareja. Llega un momento en que tienes la seguridad de que algo no va bien.

Lo fundamental en este caso es mantener una buena comunicación con tu pareja y hacerle saber lo que te molesta, y no irte de buenas a primeras a crear una situación tensa. Él sabrá definir los límites adecuados para evitarte esas preocupaciones.

No te olvides de que esto es igual contigo. Dale su tiempo y espacio a tu pareja.

4. Tu mascota

Aunque suene extraño, también forma parte de las relaciones que pueden arruinar tu relación de pareja.

Mayormente ocurre cuando la mascota es de uno sólo y no de ambos. Al ser dueño de un animal le das y demuestras un amor incondicional que nunca puede ser comparado con el amor de un matrimonio.

A veces tu pareja siente más facilidad en brindarle sus atenciones a su mascota que tener que lidiar con los problemas del quehacer diario.

La señal de que esto afecta tu relación es que le quite el espacio a tu pareja en la cama o que puedes llegar a ser más afectuosa con el animal que con tu compañero sentimental, por ejemplo.

5. El entrenador
El movimiento de los cuerpos y la liberación hormonal que provoca el ejercicio ocasiona que las endorfinas fluyan. Por eso, el gimnasio es el lugar perfecto para conseguir pareja, a menos, claro, que ya tengas una relación de pareja seria.

Tu pareja fácilmente podría sentirse celoso y ver que compartes muchas conversaciones con tu entrenador personal puede darle una certeza errada.

Si deseas mantener una relación sana, siempre debes dejarle claro que solo se trata de una relación meramente profesional.

No te sugeriremos que cambies de entrenador, porque la confianza es vital. A cambio, ¿qué te parece incluir a tu pareja en la rutina? Seguro que al final se da cuenta de que el entrenador se muestra igual de amable con todos.



Límites y confianza, la clave del éxito en una relación de pareja
Cuando unes tu vida a otra persona, ese compañero pasa a ser parte de tu familia a tal punto que debes priorizar el tiempo que pases en su compañía.

Sabemos que el trabajo, los hijos y tus rutinas son importantes, pero te recordamos que decidiste unirte de por vida y que, a partir de ahora, él será tu compañero de la vejez.

No permitas que estas relaciones te alejen de quien demanda tu presencia. Será necesario saber poner límites, comunicarse y confiar.

Brunilda Zuñida
 
4 razones para no conformarse en una relación de pareja


Aunque el mundo se empeñe en clasificarnos en función de nuestro estado civil, no debes dejar que las circunstancias te empujen a llevar una vida que no quieres. Tú decides, no lo olvides

Conformarse es uno de los verbos más feos que existen. Es una palabra dolorosa y que cuesta pronunciar, pues expresa que hemos dejado de luchar, de tener ideales y de buscar lo que nos hace felices. En definitiva, significa que hemos dejado de trabajar al lado de nuestra ilusión.

Tristemente, esto es algo que suele ocurrir en las relaciones de pareja. Nos rendimos, nos damos por vencidos y, como consecuencia, nos conformamos ante situaciones por las que no deberíamos pasar.



Es algo básico: para que una relación perdure nuestros intercambios tienen que producirse desde al afecto, la comprensión y la confianza. A veces nos olvidamos de todo ello y la rutina nos permite relajarnos en ciertas muestras de amor, de respeto y de consideración mutuas que nunca deberíamos dejar desaparecer.

Pero lo cierto es que, a veces, tenemos muca prisa por resolver situaciones conflictivas y “volver a la normalidad”, aunque eso signifique pasar por el aro. Si a eso le unimos que las personas exigentes están mal vistas por la sociedad, tendremos una perfecta bomba de la que explotará conformidad.

Luego está eso de “los relojes biológicos”, “los solterones”, “el matrimonio en la edad adulta” y la importancia de encontrar a “nuestra media naranja” que nos obliga a emparejarnos a la desesperada.

Ante estos dilemas, no es extraño que nos precipitemos antes de encontrar a nuestra combinación perfecta. Pero hoy os vamos a traer unas cuantas razones a través de las que comprenderéis que, estéis o no dentro de una relación, no tenéis que renunciar a lo que os hace sentir plenamente bien.


1. El miedo a estar solo puede desordenar nuestras prioridades
Estamos convencidos de que no tener acompañantes en la vida es algo aterrador. De hecho, hay pocas cosas que nos inunden más de tristeza y compasión que observar a una persona en soledad.

No sabemos (o no queremos) contemplar la posibilidad de no tener pareja, de caminar solos por la vida; por eso, nos asusta la gente que prefiere agarrarse a su propia mano.

Es muy común que pensemos que “se nos está pasando el arroz, el tren o el momento de encontrar al amor de nuestra vida” o que “cuanto más mayores seamos, más difícil será encontrar a alguien”.



La necesidad y el miedo a estar solos se intuyen fácilmente, pues nos llevan a buscar a la desesperada una pareja que nos ayude a suplir esas carencias afectivas y vitales que parece que se nos plantean.

Nuestras relaciones no se nutren de necesidad, sino de preferencia.

Es comprensible que busquemos establecer contactos íntimos, pues somos animales sociales y sentimos de manera natural la necesidad de afiliación. Sin embargo, cuando el miedo a estar solos nos impulsa a comenzar una relación de pareja, terminaremos eligiendo relaciones perecederas, que nos deprimen y que, incluso, nos hacen vulnerables.

2. Estar soltero tiene muchas ventajas
Lo cierto es que tener como compañía a uno mismo ayuda a discernir lo que se quiere y lo que no en la vida, así como a respetarse y defenderse.


La soltería está llena de desventajas por los prejuicios que la rodean. Se presupone que si estás soltero eres una persona inadaptada, inmadura y egoísta. Como es obvio, esto es totalmente erróneo, injusto y, en gran parte, discriminativo.

El sometimiento de la sociedad a los solteros llega hasta tal punto que, por ejemplo, es mucho más complicado obtener un crédito bancario soltero que en matrimonio.


Sin embargo, la soltería se trata de un estado temporal o de una opción de vida; algo que, por su parte, nos ofrece la posibilidad de crear fuertes lazos con nuestras amistades, dedicarnos a nosotros mismos en profundidad, cultivar nuestras aficiones, etc.

Como consecuencia, es probable que generemos una mayor autoestima y un mayor sentido de la identidad que nos facilite la elección de nuestra pareja sin ser esclavos de las expectativas y los ideales.

3. Esperar al amor verdadero es un riesgo que merece la pena asumir
Es verdad, esperar un amor verdadero es arriesgado. Sin embargo, el precio que tenemos que pagar por conformarnos con cualquier amor es demasiado alto.

Conformarse con una relación infeliz porque ya has invertido mucho en ella es como seguir invirtiendo en una empresa que está destinada a la quiebra. Vas a perder algo valioso, es inevitable, pero es que lo que está en juego eres tú y tu felicidad. ¿Merece la pena? Como es obvio, cualquiera en su sano juicio diría que no.

Por lo tanto, piensa si lo que te une es el miedo a la soledad, la intolerancia a la incertidumbre, la aversión al riesgo y a la pérdida o el ideal de amor romántico.

4. Aceptar al otro tal y como es no implica conformarse
Todos tenemos virtudes y defectos y, como tales, quien nos quiera nos aceptará. Generalmente, somos demasiado perfeccionistas acerca de las cualidades que deseamos en nuestra pareja. Como consecuencia, podemos llegar a rechazar a parejas potenciales por razones meramente superficiales.


No ser demasiado alto no será tan importante, a la larga, como ser una persona bondadosa. Sin embargo, no tener en cuenta esos “defectos” no significa tener que conformarnos, sino que el amor consiste en ver a esa persona de manera completa.

No somos ni un montón de defectos ni un montón de virtudes, sino que somos un gran paisaje para contemplar. Lo que tenemos que hacer es valorar si con esa persona nos sentimos bien, a gusto y felices.

Somos seres completos, no medias naranjas
La soledad elegida es grandiosa porque te ayuda a conocerte a ti mismo, a valorarte y a confiar en ti como burbuja de protección. No es necesario no tener pareja para elegir la soledad, puedes tener una vida relacional totalmente plena pero necesitar reservarte unos minutos al día o a la semana para ti.

En definitiva, se trata de gozar de momentos de intimidad más que de soledad. Y no solo es una opción, sino que resulta verdaderamente recomendable para todo el mundo.

Sin duda, a pesar de lo que la sociedad nos dice, acompañarnos a nosotros mismos es algo extraordinariamente deseable y, desde luego, la única vía para alcanzar el equilibrio interior. Y esto es mucho más importante si aún estamos esperando la llegada de un gran amor.

Por Raquel Aldana
 
Por encima de todo, seré la heroína de mi propia historia, no la víctima


Ser la heroína o la víctima depende de nuestra actitud ante las cosas. Aunque nos cueste, debemos pensar en nosotros mismos y no permitir que vulneren nuestros derechos

A menudo suele decirse aquello de que en la vida solo se tienen dos opciones: ser héroe o ser víctima. Sin embargo, no hace falta llegar a estos sutiles extremos.

Basta, sencillamente, con ser uno mismo.


Ahora bien, también sabemos que, a veces, el complicado desafío de ser uno mismo choca con los intereses de los demás.

La convivencia no es fácil pero, a pesar de las dificultades y las posibles desavenencias, jamás debemos caer en el abismo de ser víctimas de nuestras propias historias, de nuestros mapas personales.

Los golpes de la vida son quienes nos enseñarán a ser resilientes. Si no somos capaces de dar voz a nuestras necesidades y respuesta a nuestros vacíos, seremos como náufragos a la deriva en estos mares tan complicados.

Así pues, recuerda: sé siempre tú mismo. Sé el héroe de la historia que desees contar a los tuyos el día de mañana.


Ser víctima es una opción, pero no es el mejor camino
Empezaremos diferenciando, en primer lugar, la víctima del victimismo. Estamos seguros de que a lo largo de tu experiencia relacional, has conocido a muchas de esas personas que hacen uso del victimismo.



Se trata de un tipo de manipulación y de gestión emocional realmente destructiva. Afilan un tipo de actitud donde proyectan la culpa de todo lo que les ocurre sobre los demás.

  • Infringen una mala conciencia sobre el ser amado para hacerle sentir culpable de casi todo.
  • Si sufren dolor de cabeza y malestar es por las decepciones que les causamos.
  • El victimismo es un modo muy eficaz de control basado en la anulación de los demás.


“Yo te hago sentir mal y consigo que te sientas culpable y, de este modo, pierdes tu autoestima. Tu dignidad está ahora bajo mi dominio”

  • El victimismo crónico es un trastorno realmente complejo que llega a destruir entornos familiares y muchas relaciones de pareja.
No obstante, aclarada esta dimensión, veamos ya esas situaciones en las que habitan las auténticas víctimas. Las que actúan con amor y son destruidas a pesar de su nobleza.


Cuando dejas de ser la protagonista de tu propia historia
Esta realidad es muy común en las mujeres. Son muchas las que, poco a poco, dejan de ser protagonistas de su propia vida. No obstante, lo más complejo es que lo hacen por amor, por cariño a los suyos.




Veamos algunos ejemplos de esta realidad:

  • Iniciamos una relación y lo damos todo.
  • Tenemos una familia y lo damos todo por los nuestros. Por nuestros hijos y nuestra pareja.
  • Amamos a quienes nos dan sus raíces. Nuestros padres, hermanos…
  • No nos damos cuenta pero, en ocasiones, focalizamos toda nuestra energía, emociones, tiempo y esfuerzos en los demás hasta que, al cabo de unos años, descubrimos algo preocupante:
Los demás se han acostumbrado a tenernos siempre a su alcance. A cualquier hora y en cualquier momento.

Lo dan todo por sentado, incluso a ti. No te quedan espacios personales, ya no tienes tiempo para ti misma y al final, eres víctima de tus propias circunstancias.

Todo lo has hecho por amor, pero el amor de los demás, a veces, es egoísta y asfixia.

¿Cómo reaccionar ante este tipo de situaciones?


Eres víctima, pero puedes vestirte tu armadura y dejar de serlo
Eres víctima de la falta de respeto, de reconocimiento. Eres víctima de la ausencia de afecto, de palabras amables. Avanzas mirando a tu alrededor esperando algo. Ansías consuelo, apoyo, abrazos y un “gracias por todo lo que haces por mí”.

Si es lo que sientes en estos mismos momentos, es hora de reaccionar.

Las víctimas tienen una ventaja: saben lo que es el dolor y el sufrimiento en silencio. Lo positivo de todo ello es que eres consciente de lo que no deseas.

Conocer cara a cara a nuestros demonios nos ayuda a identificarlos mucho mejor.

  • Si sabes lo que no quieres en tu vida, exige lo que necesitas.
  • Viste una armadura nueva. No se trata en absoluto de alzar una espalda y romper con todo. No hace falta cortar vínculos, relaciones y esos contextos en los que habitamos.
  • El buen guerrero es sabio y tiene voz. Pon límites. Deja claro que los amas, pero quien ama también merece dignidad.
  • Lucha por tus espacios. Defiende esos instantes para ti sola en los que poder descansar, en los que poder desconectar.
  • Si te piden un favor no hace falta que, más tarde, exijas que te lo devuelvan. Lo que pides es reconocimiento: lo haces por afecto y el afecto no debe humillarse, ni aún menos darse por sentado.

Para dejar de ser víctima nada mejor que sentarnos y escribir en una hoja nuestra propia ley. Haz un listado de cosas que ya no vas a permitir. Este debe ser tu código personal a partir de ahora.

Conviértete en la heroína de tu propia historia.

Por Valeria Sabater
 
9 señales de que tu pareja te engaña emocionalmente


Cuando la palabra “aventura” aparece, normalmente pensamos en una relación física prohibida, pero no mucha gente piensa en una aventura emocional. De hecho, hay tantas zonas grises cuando se trata de una aventura emocional. ¿Cómo sabe cuando una inocente amistad se ha convertido en algo más? ¿Sabe si está haciendo algo o ese algo es inconsciente? Es posible que sienta que algo va mal, pero puede que no se sienta lo suficientemente seguro como para confrontarse con su pareja.





Muchas personas sienten que el engaño emocional puede ser peor que el engaño físico porque su vínculo emocional especial en la relación está siendo reemplazado por el de otra persona. Cuando se trata del engaño, es posible que no lo sepa hasta el mismo final, cuando haya una confesión. A veces, no llegas a saberlo hasta mucho después de haber roto con él. Esto puede ser especialmente cierto cuando se trata de engañar emocionalmente porque puede ser difícil separar la amistad de algo más que amistad. Si sospecha que alguien que conoce puede estar teniendo una aventura emocional, busque estas señales:


1. Ser súper reservado

Todo el mundo tiene derecho a su propia privacidad y a su propio espacio, pero si su pareja de repente se ha vuelto más reservada de lo normal, puede que se sienta preocupada. Si usted conocía sus contraseñas, por ejemplo, y todas han sido cambiadas repentinamente sin su conocimiento, podría ser una señal. También es posible que descubra que su teléfono y la tableta tienen un código de acceso cuando no lo tenían antes, y casi no tiene acceso a sus pertenencias personales. Si ha habido un cambio drástico en las cosas que él comparte con usted, esto podría apuntar a una aventura emocional con otra persona.


2. Estar bastante distante

Sientes que su pareja no está haciendo un esfuerzo por hablar con usted, o que no está respondiendo bien a sus intentos de hablar con él. Puede darle respuestas al final de la conversación, como “Sí, vale, lo que tú digas” o “Estoy cansado, quizá podamos hablar mañana“. También es posible que no esté físicamente cerca de usted, como sentarse más lejos, incluso cuando hay espacio cerca de usted y prefiere otro más lejano. Estas señales podrían significar que su pareja ya ha compartido las cosas importantes con alguien más, y no quiere invertir ninguna energía en hablar con usted.


3. Constantemente menciona a su “amigo/a”

Contrariamente a mantener en secreto a esta nueva persona, su pareja podría mencionarla más a menudo de lo necesario. Puede ser porque que su pareja sienta que no está engañándole si usted sabe acerca del amigo/a, pero si escucha atentamente, seguirá encontrando maneras de conectar el nombre de esta nueva persona en cada conversación. Está muy bien cuando una pareja habla de sus amigos, pero si el nombre de una persona nueva se incluye con demasiada frecuencia junto con alguna de las otras señales, podría significar que algo puede no ir del todo bien.


4. Comparándole con alguien más

Es posible que su pareja empiece a criticarlo o a menospreciarlo con más frecuencia que antes. Las cosas que antes estaban perfectamente bien, como su cocina, podrían empezar a estar demasiado blandas o demasiado saladas. Cuando sus hábitos y cualidades normalmente aceptadas comienzan a ser criticadas regularmente, podría ser porque su pareja ve estas cualidades como mejores en una nueva persona.





5. Desapareciendo

Es posible que su pareja empiece a trabajar hasta altas horas de la noche y los fines de semana, y no se esfuerza en pasar tiempo de calidad con usted, incluso cuando están libres. Por otro lado, si usted tiene que trabajar hasta tarde o tiene planes que no involucran a su pareja, es posible que incluso parezca emocionado. Por último, cuando trata de unirse a ellos en sus planes, encuentran razones para no incluirle; e incluso cuando termina uniéndose a él, le hacen sentir que no sienten apenas entusiasmo.


6. Su vida sexual ya no es tan buena como antes

Su pareja parecerá “apagada” cuando tenga relaciones sexuales, como no hacer contacto visual, darse prisa por terminar y no dar tiempo a la intimidad después. Todo el acto podría hacerle sentir muy mal, no sólo físicamente sino también mentalmente. Terminan sintiendo que sólo hubo movimiento y no mucho más detrás del tiempo que pasaron juntos.


7. Nuevo interés por los medios sociales

Si su pareja no era tan activa en los medios sociales antes, pero usted la encuentra constantemente navegando en Facebook, Instagram o incluso LinkedIn, podría significar una bandera roja. Las redes sociales son el principal modo de comunicación cuando alguien quiere ocultar algo porque no parece que algo esté mal si estás navegando constantemente durante el tiempo que pasan juntos.


8. Nuevas opiniones, intereses y frases

Estar con una nueva persona puede ser muy influyente en su pareja, y usted puede sentir que cambian rápidamente. Puede ser especialmente preocupante cuando su pareja comienza a usar frases de las que usted no ha oído hablar antes. Por ejemplo, si siempre se está peleando por limpiar los platos, y su pareja dice algo como “Tus problemas de control están afectando a nuestra relación“, en lugar de lo habitual “he trabajado 14 horas, dame un descanso“. Las parejas a menudo hablan sobre sus problemas de relación con las personas a las que están emocionalmente apegados, y si encuentra cambios que están completamente fuera de lugar, es una señal de advertencia.


9. Un mal presentimiento

Nuestra intuición existe por una razón, y puede captar las vibraciones que nos rodean. Si ha estado en una relación con alguien, lo sabrá muy bien. Cuando se empiezan a notar las diferencias y la tensión en la relación, lo sabe de inmediato. Tendemos a racionalizar y excusarnos cuando lo sentimos, pero cuando se sabe, se sabe.



Acercarse a su pareja acerca de esto puede parecer difícil y abrumador, pero hacerlo más pronto que tarde será más útil para usted. No se enfrente y se culpe de inmediato, pero comienze una conversación: “Siento que ya no estás aquí, y no hablamos mucho. Me está asustando. ¿Podemos hablar de lo que está pasando?“. Una conversación dejará más espacio para llegar a los temas, a diferencia de una discusión que puede volverse fea y convertirse en un completo desastre.

Por Cure Joy
 
No te enganches a quien te ignora




A veces nos encontramos tan cegados que no vemos cómo otras personas pueden llegar a manipularnos y a aprovecharse de nosotros en su propio beneficio. Aprende a diferenciar a quienes te rodean y valen la pena.

Dicen que cuanto más ignora una persona a otra, más interesada estará la segunda. A veces, funciona. Quizás porque nos gusta ese juego de tira y afloja en el que parece que uno es el gato y otro el ratón. Sin embargo… ¿Qué ocurre cuando quien te ignora te provoca sentimientos que te hacen daño?


Tendemos a ‘engancharnos’ de quien no hace más que desaparecer. No da señales de vida; no muestra interés. Cuando aparece de nuevo, sientes alivio y lo que te ata se hace más fuerte. ¡Cuidado! Abre los ojos, puede que estés frente a un manipulador emocional.




Deja de autoengañarte



Cuando alguien nos gusta, nos autoengañamos. De repente, empezamos a ver ciertas señales que interpretamos como nosotros queremos o necesitamos.


Esto alimenta nuestra creencia de que a la persona por la que nos sentimos atraídos le gustamos, se preocupa por nosotros, quiere formalizar la situación… A pesar de que quien te ignora en realidad no se siente así.


No te precipites, esto es lo que quieres ver. No obstante, ¿por qué no intentas verlo desde otro punto de vista?


  • Solo se pone en contacto contigo cuando él quiere y cuando esto no es así, no da señales de vida. Por lo tanto, te está utilizando.
  • Ha pospuesto una cita que tenía contigo por quedar con sus amigos o hacer otro plan que le apetecía más, así que no le gustas tanto como piensas.
  • Alguna vez te ha dejado colgado en una conversación, por lo que no eres su prioridad, ya que ni siquiera se preocupa por dejarte una sencilla frase de despedida.








Es posible que lo justifiques con frases tales como “es que necesita su propio espacio”, “no quiere sentirse agobiado”, “es muy independiente”… Estos motivos no hacen más que dañar tu dignidad.


Quítate la venda: él te ignora



Es el momento de que te saques esa venda que te está impidiendo ver la realidad tal y como es. De todos modos, antes de hacerlo verifica que no eres una persona dependiente.


Esa necesidad tuya de estar a su lado y de ser importante para alguien provoca que te sometas y aceptes actitudes que jamás le recomendarías soportar a un amigo. Es el momento de observar; analízalo todo. De esta manera, lograrás sacarte las vendas que te están tapando los ojos.


Las palabras y actos de quien te ignora te confunden

¿Alguna vez has intentado hablarle de tus sentimientos? Eso tan profundo que te carcomía por dentro o, sencillamente, querías expresarle a esa persona lo mucho que la quieres. Es una situación que no se produce, ya que hace todo lo posible para encaminar la conversación hacia otros senderos.




Sin embargo, contrariamente, a veces sí que te lanza palabras o actúa de una manera que te deja boquiabierto. Un “me gustas”, “eres el único”… Esto te confunde y te mantiene en ese tira y afloja que te engancha aún más.




Los mimos cuando él quiere

Tú también necesitas cariño y, sin embargo, no lo recibes por su parte cuando lo requieres. Esto solo sucede cuando la otra persona así lo desea.


A pesar de esto, debes estar alerta. Si cuando te enfadas se pone muy pero muy cariñoso, puede que esté intentando manipularte para no perderte.




Te provoca inseguridad

Las buenas personas nos provocan seguridad. Cuando sucede todo lo contrario, puede que sea indispensable salir corriendo.


Seguro que tú te crees seguro. Cuando estás con esa persona, estás bien, feliz, contento, alegre… Eso siempre y cuando no intentes manifestar tus sentimientos o pensar en lo confundido que te dejan muchas de las cosas que te dice. No hablar claro, no comunicarse o no saber qué es lo que quiere provocará en ti una gran inseguridad.


No le gusta que tomes la iniciativa

Volvamos al tema de las citas y de quedar. Posiblemente, no te hayas dado cuenta de que cuando tú le dices de quedar, empiezan las excusas.


¿Qué ocurre cuando es él el que te dice de veros? Como seguramente ya te habrás dado cuenta, la situación no es la misma; a él no le gusta que tomes la iniciativa.





Estar en la cuerda floja es muy excitante, hasta que empieza a doler. Por eso, es preciso hablar claro y no permitir que las demás personas jueguen con nosotros.


A veces, esto es culpa nuestra. No quieres ver la realidad con relación a quien te ignora, que no te hace caso, que te está utilizando. Sin embargo, ahora la pregunta es: ¿Prefieres ver la realidad o darle la espalda?

Por Raquel Lemos
 
¿Cómo influye la buena compañía en la activación del cerebro?




Al rodearte de personas positivas serás más feliz, ya que la buena compañía estimula la activación del cerebro y favorece la producción de endorfinas.

El individuo está rodeado de familiares, amigos, pareja, compañeros de trabajo y conocidos. Estar acompañado es parte del proceso de socialización humana y esto ayuda a mantener tu salud mental. Conoce cómo influye la buena compañía en la activación del cerebro.


El cerebro dicta toda nuestra actividad mental desde procesos inconscientes, como respirar, hasta los pensamientos más elaborados. Las neuronas procesan la información y nos permiten pensar y actuar en las situaciones que se presentan en la vida.




El cerebro compone solamente el 2 % del peso del cuerpo y sin embargo, consume más del 20% de la ingesta calórica diaria de energía. Usar el cerebro es parte del día a día y el buen uso nos permite vivir mejor.


La información que se procesa en el cerebro está influenciada por lo que rodea al individuo. Los procesos mentales se construyen por información externa, que se aprende en los lugares donde el individuo se desenvuelve diariamente.


Estar rodeado de personas que aporten a la vida y tengan pensamientos positivos ayudará a tu cerebro a pensar mejor. Una persona que procura el bien y te ayuda a avanzar es aquella que debe permanecer en tu círculo cercano. Si piensas que la buena compañía solo te brindará buenos momentos en tu vida, acá te explicaremos los beneficios de tener una buena compañía en la activación del cerebro.




Brinda apoyo emocional



El cerebro genera emociones. Así, tener un apoyo en este ámbito, con la compañía de las personas queridas, ayudará a manejar las emociones y tener estabilidad mental. Cuando estás pasando una situación que genera emociones tristes, el apoyo de la buena compañía será clave para superar la tristeza.






Los seres humanos están llenos de emociones, y tener a personas a tu lado que te apoyan te brindará confianza para superar los obstáculos. En los momentos felices y de celebración también reforzarás esos lazos. La vida se construye entre celebraciones y tristezas: está en ti rodearte de personas que te acompañen en el camino de la vida.





Estimula los procesos mentales

Estar rodeados de una buena compañía estimulará los procesos mentales porque sentirás una conexión con la otra persona. Esto contribuye a pensar con mayor rapidez, porque existen conversaciones en común y temas para debatir.


La comunicación asertiva con personas que contribuyan a tu vida te llenará de confianza. Discernir sobre situaciones y conocimientos es parte del proceso social del ser humano. De todas las personas se aprende algo, no necesariamente un conocimiento formal o educativo, sino que por las experiencias de vida puedes crecer mentalmente.




Libera endorfinas



Cuando compartes con tus amigos, familiares, pareja y conocidos, liberarás endorfinas, mejor conocidas como las hormonas de la felicidad. Estar rodeados de gente positiva te brindará momentos alegres; disfruta del lugar y la ocasión cuando compartes con otros.


Si te rodeas de personas negativas o que no buscan el bien para ti, sentirás una carga emocional porque no avanzarás. La persona procura tu bien cuando te acepta con tus virtudes y debilidades. Acepta a los demás como son y deja a un lado los prejuicios.


Genera un equilibrio mental

Cuando estás bien contigo mismo, generas un equilibrio mental y los niveles de ansiedad se reducirán. La buena compañía aporta beneficios en la activación del cerebro y te ayuda a sentirte estable y con autoestima.


La confianza en ti mismo es un proceso interno, pero los factores externos también son fundamentales para fortalecer la autoestima. Si tienes a tu lado una persona que te critica negativamente o juzga tus acciones, es mejor dejarla ir y alejarte de las personas tóxicas.





Está en ti elegir a las personas que te rodean. No te dejes llevar por el momento y elige a personas que sumen y no resten. La buena compañía ayuda en la activación del cerebro y te brindará una estabilidad emocional.


Disfruta de tus seres queridos y vive el momento, no dejes que la tristeza perturbe tu mente. Rodéate de personas que te ayuden a seguir y avanzar en la vida, la buena compañía te hará más feliz.


“No busques la amistad de quienes tienen el alma impura; no busques la compañía de hombres de alma perversa. Asóciate con quienes tienen el alma hermosa y buena”.


– Buda –

Por Solimar Cedeño
 
El arte de pensar bien para vivir mejor




Pensar bien, tener un mayor control sobre el flujo de nuestros pensamientos es invertir en calidad de vida. Porque quien controla el rumor de la negatividad es capaz de influir directamente sobre sus emociones. Porque quien piensa y siente mejor influye en su comportamiento, en su organismo e incluso en su propia salud. Al fin y al cabo, la felicidad parte de lo que ocurre dentro de nosotros, no fuera.


A pesar de que todos tengamos claros estos principios, en nuestro día a día sigue pesando en exceso esa voz crítica y amante de la negatividad. Es ella la que nos recuerda los fallos del ayer. Es esa presencia la que tira de nosotros para llevarnos al umbral de la ansiedad, anticipándonos lo que puede o no puede ocurrir si no hacemos esto o lo otro. Lejos de desesperarnos por este estilo de pensamiento que a menudo nos caracteriza, vale la pena tener claro un aspecto.




“Ningún pesimista ha descubierto nunca el secreto de las estrellas o abierto la esperanza a otro ser humano”.


-Hellen Keller-


Los neurocientíficos nos recuerdan que el cerebro humano está programado para centrarse en lo negativo. No es una maldición ni un castigo impreso en nuestro ADN. Es nuestro mecanismo de supervivencia. Al anticipar los peligros (aunque estos no sean reales) preparamos a nuestro organismo para defendernos de ellos. Dimensiones como la preocupación, la inquietud o la ansiedad liberan al instante diversas sustancias químicas como el cortisol, para permitirnos estar siempre “alerta”.


Por otro lado, algo que nos señalan también los neuropsicólogos es que los pensamientos negativos actúan como el humo del tabaco. No solo impactan sobre nuestra salud y bienestar. A menudo, quedan impresos en nuestros entornos, afectando a nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo… Porque el cerebro de quien nos escucha también cambia, también acaba sintiéndose nervioso e irritable…




Aprendamos por tanto a pensar mejor, invirtamos en calidad de vida entrando el estilo de nuestros pensamientos.




Pensar bien para entrenar a tu cerebro hacia el bienestar

Barbara Fredrickson es una conocida científica de la Universidad de Stanford, famosa por sus estudios sobre psicología positiva. Tal y como nos explica en sus trabajos, superar el sesgo de la negatividad es un reto que, al conseguirlo, se transforma en una inversión rentable. Más que un arte, pensar bien es el resultado de un entrenamiento continuado con el cual cambiar la programación de “fábrica” de nuestro cerebro.


Como ya sabemos, la inclinación natural de nuestra mente es focalizarnos en lo negativo para garantizar nuestra supervivencia. Por tanto, debemos ser capaces de incluir en nosotros otro plan de ruta, otro programa más sofisticado con el cual invertir no solo en evitar riesgos, sino también en bienestar, en felicidad. Al fin y al cabo, un buen pensamiento genera claridad, equilibrio y dirección. Es dejar de perdernos en las marismas del miedo para ser más proactivos, más seguros de nosotros mismos.




Veamos a continuación cómo podemos entrenar a nuestro cerebro para que aprenda a pensar bien, a pensar en positivo.


1. Entrena tu atención para focalizarla en el presente

Daniel Goleman nos recuerda en su libro “Focus” la importancia de entrenar nuestra atención. Debemos verla casi como un músculo, una entidad que poner a nuestro servicio, y no al servicio de una mente errática. El objetivo, es que este proceso psicológico básico esté más controlado por nosotros que por los estímulos externos o un pensamiento anárquico.


  • Como curiosidad, cabe recordar que el circuito del pensamiento se extiende a lo largo del giro cingulado posterior y el córtex prefrontal medial. Nuestros razonamientos fluyen a través de estas estructuras cerebrales. En ocasiones, esa carretera de células, conexiones y neuronas está tan hiperactivada que es difícil tener un control sobre ella. Al poco aparece el agotamiento, el estrés, la apatía, la negatividad…
  • Un modo de tener control sobre el pensamiento es controlando nuestra atención. Para lograrlo, nada mejor que “desconectar” ese flujo de pensamientos. Intentemos durante al menos 15 minutos, no pensar en nada. Imaginar la superficie de un lago silenciosa y lisa como un espejo. Todo es equilibrio, no hay sonidos. Solo calma.
  • Una vez logremos silenciar el rumor de pensamientos, centraremos nuestra atención en lo que nos envuelve. En el momento presente.



2. Pensar bien, el arte de tener un propósito

Pensar bien exige tener un propósito. La negatividad y todo ese rumor de pensamientos invalidantes es como un ciclón sin rumbo que todo lo atrapa. Por tanto, para romper con ese sesgo mental improductivo es necesario definir nuestro propósito.


Quiero sentirme bien, quiero tener calma, quiero lograr mis objetivos, quiero estar bien conmigo mismo…


Todas esas metas tienen una direccionalidad, un sentido claro. Así, y una vez tengamos nuestra atención focalizada en el momento presente, lo que haremos es enunciar uno por uno todos nuestros propósitos con convencimiento. La fijación de objetivos es clave de bienestar, es dar sentido a la vida, es ilusionarnos y dejar que esas emociones positivas influyan en nuestra conducta.


3. Entrena la capacidad de tu cerebro para trabajar con información positiva

Pensar bien no solo requiere de un buen enfoque, de una adecuada atención, propósitos y voluntad. Requiere a su vez extender redes en nuestro cerebro para recordarle la importancia de trabajar con información positiva. ¿Qué queremos decir con esto? Básicamente que en ocasiones, aunque nos digamos aquello de “tengo un objetivo que cumplir” nuestra mente, a veces, sigue posicionada en mecanismos antiguos, en rutas de acción negativas e invalidantes.


  • Para trabajar con información positiva hay que derribar nuestras actitudes limitantes.
  • Asimismo, hay que dar forma a un yo más relajado, abierto a la experiencia y optimista. Debemos dejar a un lado los errores del ayer para ver las oportunidades del presente.
  • Asimismo, nos será muy útil aprender a poner filtros para quedarnos solo con la información útil, la que ayuda, la que estimula y no la que nos coloca una vez más en nuestra zona de confort.



Para concluir, sabemos que pensar bien nos permite sin duda vivir mejor y disfrutar de un adecuado equilibrio interior. Ahora bien, el “buen pensamiento” exige a su vez un profundo trabajo personal. Debemos reconciliarnos con nuestro “yo” presente para sentirnos merecedores de algo mejor. Solo así nuestro “yo” futuro se consolidará como alguien más fuerte, creativo y amable consigo mismo.

Por Valeria Sabater
 
Nunca es tarde para darte cuenta de que mereces algo mejor



Cuando se trata de encontrar nuestra propia felicidad y procurarnos bienestar no existe el tiempo. Podemos equivocarnos mil veces, pero nunca es tarde para pensar en nosotros mismos

Nunca es tarde para hacer un cambio. El reloj siempre va a estar en la hora perfecta para ese instante en que nuestro corazón se dé cuenta de que merecemos algo mejor.


Algo que suele ocurrir es que mucha gente lamenta no haberse dado cuenta antes de que la suya era una situación insostenible. No entiende cómo pudo esperar tanto tiempo para reaccionar.




Ahora bien, es importante tener en cuenta que nuestro cerebro, y en especial esa área relacionada con las emociones y los afectos, suele ser muy reacio a los cambios. Nos decimos a nosotros mismos eso de “voy a aguantar un poco más”, “puede que las cosas mejoren”.


No obstante, si con el paso del tiempo nada cambia y la sensación de infelicidad es la misma, es momento de decirnos a nosotros mismos “que merecemos algo mejor”. Merecemos, por encima de todo, reencontrarnos con nuestra propia tranquilidad.


Te invitamos a reflexionar sobre ello.




Nunca es tarde para ser felices de nuevo

Analicemos durante un instante la palabra “tarde”. Podemos aplicarla a esas citas en las que quedamos a una hora y, por motivos diversos, nos retrasamos y no llegamos a tiempo.


Tarde es cuando olvidamos apagar el fuego en su momento y se nos quema la comida.


Son dos ejemplos sencillos donde queda implícito un aspecto esencial: no hay vuelta atrás; por mucho que hagamos nada va a hacer que ese guiso esté en su punto o que no quedemos como “impuntuales” con nuestra cita.








Ahora bien, en lo que respecta al ciclo vital de una persona y, ante todo, a la finalidad esencial y básica del ser humano por ser feliz, la palabra “tarde” no existe ni es apropiada. Siempre es un buen momento para luchar por nuestro bienestar.


Vale la pena entonces tener en cuenta estos aspectos.




El factor miedo

  • El miedo es la barrera que, en muchas ocasiones, nos impide dar el paso para construir nuestra propia felicidad o, al menos, alcanzar aquello con lo que soñamos y que se encuentra más allá de la zona de confort.

Algo que solemos hacer y de lo que no somos del todo conscientes es lo siguiente: camuflamos el miedo con la resignación, con pensamientos como “es lo que hay, toca aguantar; lo más probable es que si dejara esto me encontrara con algo peor”.


  • Las personas racionalizamos el miedo hasta hacerlo tan cotidiano que quedamos completamente bajo sus redes porque nos hemos resignado.
  • Quien se resigna y deja de luchar acaba atrapado en una lenta infelicidad que puede muy bien derivar en una depresión encubierta.
  • Hemos de entender el miedo como lo que es en realidad: una emoción que nos pone en alerta sobre un peligro. Lejos de esconderlo o de no atender ese instinto natural del ser humano, hay que entenderlo, procesarlo y después actuar de la forma más adecuada.



No hay que “tener miedo al miedo”: es necesario saber escucharlo, porque es un claro indicador de nuestra inquietud o malestar interior.




Tu mejor momento es AHORA

Ya tenemos claro que la palabra tarde no es aplicable a la propia felicidad o a esa búsqueda incansable por nuestro bienestar. Sabemos también que el miedo es en realidad un indicador que nos avisa de que no estamos bien, de que la nuestra es una situación insostenible.





  • Entonces… ¿Por qué no actuamos? El simple hecho de racionalizar los miedos, de dejar a un lado las actitudes limitantes y las inseguridades, nos permitirá quitarnos todas esas corazas que nos impiden avanzar como personas.
  • Es muy posible que en estos momentos estés viviendo un momento complicado. Temas laborales, familiares, afectivos, de insatisfacción personal…
  • A veces, pequeños cambios traen grandes resultados. Por ello, a esas dificultades, a esos grandes ovillos vitales que nos asfixian y que nos quitan el aire, la energía y el optimismo, hay que buscarles una solución.
  • La solución en muchos casos está precisamente en el movimiento: en cruzar la línea del miedo, la zona de confort, la inmovilidad y, ante todo, ir más allá de pensamientos como “mi tren ha pasado” o “ya es tarde para mí”.

Tu mejor momento es ahora. El ayer no existe, y el mañana no está escrito todavía, así que… ¿Por qué no intentarlo?




El placer de dar el paso

Hay un aspecto que es necesario tener en cuenta. El miedo siempre nos va a acompañar, y más cuando demos el paso, cuando hagamos el cambio y dejemos unas cuantas cosas atrás.


No sabemos lo que vamos a encontrar, ni si lo que vamos a hacer saldrá bien o no. El miedo, por tanto, siempre va a ser ese compañero inseparable.


Sin embargo, es un miedo emocionante y lleno de ilusiones porque todo es nuevo, y porque tenemos el control, nuestro timón personal.





El placer de dar el paso es algo enriquecedor y nunca es tarde para experimentarlo.


Todos merecemos lo mejor en cada instante, en cada momento de nuestra vida. Lejos de esperar que sean los demás quienes nos lo ofrezcan, vale la pena alzarnos como nuestros propios artífices.


¿Te atreves?


Por Valeria Sabater
 
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