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Bingo y bingazo.A mi este artículo me parece hecho a posta: nos describe con pelos y señales la holgada vida de una persona que se puede permitir lo que otras no podemos. Ella solo hace culto al cuerpo, con su tiempo y nuestro dinero. Y eso escuece. ¿envidia? ¡Pues claro! Porque los maestros, investigadores, médicos, albañiles, limpiadoras, etc. que conozco y que admiro, tienen 1 hora al día, o ninguna para gimnasio, y pocos la pueden usar porque están reventados.
No pueden comprar comida ecológica porque vale un huevo, ni tienen un entrenador personal.
Puedes ser monárquico, pero con estas descripciones se abren los ojos y flaco favor se hacen a si mismos.
Es indecente además, porque cualquier funcionario público tiene deber de servicio, y nunca he leído un artículo que detalle el suyo. Y si lo hace, lo tapa con la ropa. Cero discreción.
Se habla de concienciación, de que lee mucho, de que es obsesa con los detalles (perfeccionista ni de coña), pero debería acudir a lugares en los que se vea que se implica y no la vemos.
Es evidente que los reyes viven como reyes, pero si lo exhibes, estas debilitando la institución. La superficialidad en este tema, puede no tener vuelta atrás.
Letizia, tenía razón tu suegro. Desde dentro y con el poco respeto que inspiras, aunque creas lo contrario, te vas a cargar el chiringuito.
Tu suegra, tenía o tiene un montón de joyas, pero como comentó en petit comité, no se deben exhibir por respeto al pueblo. ¿Hipocresía? Claro, pero es que se trata de no humillar con tus privilegios. Mejor suponemos, que ya es bastante.
Flaco favor hacen enseñándonos tu vida tan sana y perfecta. Con lo lista que suponíamos eras, no deberías consentirlo. Y quien te eligió, tampoco debería consentir tus exhibiciones.
Y lo digo desde el mayor de los respetos.
No podría decirlo mejor.