Asesinos en serie

Mijaíl Popkov, el mayor asesino en serie de la Rusia moderna condenado por matar a casi 80 mujeres

Redacción BBC News Mundo

  • 10 diciembre 2018
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Derechos de autor de la imagenAFP

Image captionPopkov es considerado el mayor asesino en serie de la historia reciente de Rusia.
Como policía estaba supuesto a proteger y servir. Pero una segunda condena a cadena perpetua acaba de confirmar a Mijaíl Popkov como el mayor asesino en serie de la historia reciente de Rusia.

El tribunal regional de Irkutsk condenó este lunes a Popkov por el asesinato de 55 mujeres y un policía, pero en 2015 ya había sido sentenciado a pasar el resto de su vida en prisión por la muerte violenta de otras 22 mujeres en la región siberiana.

A la mayoría las mató durante la noche, después de encontrárselas por la calle y ofrecerles un aventón; en tres ocasiones cuando estaba de servicio a bordo de su patrulla.

Y a muchas las mató con un hacha, aunque "el maníaco de Angarsk" -como pasó a ser conocido por sus brutales métodos- también utilizó martillos, cuchillos, destornilladores, punzones, garrotes, bates de béisbol y tacos de billar, entre otros objetos.

Popkov luego tiraba los cuerpos mutilados en bosques, a la orilla de la carretera e incluso en el cementerio de su ciudad natal, donde de vez en cuando se ganaba algo de dinero extra trabajando como sepulturero.

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Al menos 10 de las 77 mujeres asesinadas fueron violadas antes.

La más joven de sus víctimas solamente tenía 15 años.

Dos décadas matando
Popkov, de 53 años, empezó a matar en 1992, pero solamente fue capturado en 2012, luego de que la policía vinculara restos de ADN recogidos en su jeep Niva con el encontrado en algunas víctimas.

Marcas de neumáticos de uno de estos 4x4 habían sido encontrados cerca de algunos de los cuerpos mutilados, lo que llevó a la policía a investigar a todos los dueños de vehículos de este tipo en Angarsk.

Y Popkov, quien para entonces trabajaba como guarda de seguridad, fue arrestado cuando se dirigía a Vladivostok -a 3.900 kilómetros de distancia- a buscar otro vehículo.

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Derechos de autor de la imagenAFP
Image captionPopkov va a apelar la sentencia para tratar de conservar su pensión de expolicía, equivalente a US$360 mensuales.
Tres años después de su condena de 2015 por 22 asesinatos, el expolicía confesó haber asesinado a 59 personas más, pero la policía solamente encontró evidencia de 56 de esos casos.

Aún así, los 78 muertos por los que fue condenado superan fácilmente los 52 asesinatos atribuidos a Andrei Chitalko, "el carnicero de Rostov" que aterrorizó la Unión Soviética de 1978 a 1990, y los 48 de Alexander Pichushkin, "el asesino del ajedrez", quien logró asesinar a 48 personas en Moscú entre 2002 y 2006.

Pichuskin, quien también fue sentenciado a cadena perpetua en 2007, dijo en su momento que su intención era matar a una persona por cada uno de los 64 escaques del tablero de ajedrez.

Popkov, por su parte, aseguró querer "purgar" a la ciudad de Angarsk, de donde era originario, de lo que él consideraba mujeres inmorales. Para ello, aseguró, únicamente "castigaba" a aquellas que aceptaban su invitación a tomarse un trago.

Se cree que su obsesión fue activada por sospechas de que su esposa había cometido adulterio.

Durante el juicio los fiscales establecieron que el expolicía estaba cuerdo pero tenía "una atracción patológica hacia el asesinato".
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-46506399
 
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Gao Chengyong

Jack el Destripador chino
  • Clasificación: Asesino en serie
  • Características: Robó, violó, degolló y, en algunos casos, mutiló, a 11 mujeres
  • Número de víctimas: 11
  • Fecha del crimen: 1988 - 2002
  • Fecha de detención: 2016
  • Date of birth: 1966
  • Perfil de la víctima: 11 mujeres, incluida una niña de 8 años
  • Método del crimen: Degollación
  • Lugar: Gansu/Mongolia interior, China
  • Estado: Condenado a pena de muerte el 30 de marzo de 2018
Pena de muerte para el ‘Jack el Destripador’ de China que asesinó a 11 mujeres
Ismael Arana – El Mundo – Gao Chengyong

31 de marzo de 2018

Asesinó entre 1988 y 2002 a 11 mujeres, entre ellas una niña de 8 años.

El acusado, que reconoció los hechos, no piensa recurrir el fallo.

Tres décadas después de que Gao Chengyong asesinara a la primera de una serie de 11 mujeres en el noroeste de China a las que también robó, violó y, en algunos casos, mutiló, el criminal fue condenado este viernes a muerte por un tribunal del gigante asiático.

La sentencia emitida por una corte de Bayin, un pequeño pueblo de la provincia de Gansu, era algo de esperar en un país que ejecuta a más prisioneros que nadie en el mundo.

Sin embargo, el veredicto contra este hombre de 53 años, cuyos actos le valieron el apodo del Jack el Destripador chino, fue ampliamente difundido y bien recibido por una población a la que durante años conmocionaron sus crímenes. El acusado, que reconoció los hechos, aseguró que no piensa recurrir el fallo.

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Gao Chengyong

«Los motivos de sus crímenes eran totalmente despreciables, sus métodos extremadamente crueles, la naturaleza de sus actos completamente vil y los medios totalmente viciosos», afirmó el veredicto, según la agencia oficial China News Service.

El tribunal considera probado que Gao, casado y con dos hijos, asesinó entre 1988 y 2002 a 11 mujeres (10 en los alrededores de Baiyin y otra en Baotou, en la provincia de Mongolia Interior), incluida una niña de 8 años.

En todos los casos, el malhechor siguió a sus víctimas, jóvenes que vivían solas y solían ir vestidas en ese momento de rojo, hasta sus viviendas, donde las robaba y violaba antes de acabar con sus vidas, normalmente degollándolas. En muchos de aquellos casos, también mutiló sus cuerpos. Por el momento, se desconoce por qué puso fin a sus ataques en 2002.

Durante este tiempo, muchos se han preguntado cómo fue posible que un hombre como Gao, un agricultor y comerciante descrito por su mujer como una persona tranquila y honesta, fuera capaz de cometer semejantes acciones sin caer en las manos de la justicia durante tantos años.

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Gao Chengyong

Zhang Enwei, un detective forense que ayudó a resolver los asesinatos, dijo que había llegado a revisar hasta 230.000 juegos de huellas dactilares tratando de identificar a un sospechoso, según relató al diario Beijing News.

Pero Gao no estaba entre ellos porque era uno más de entre los miles de migrantes rurales que a menudo se trasladan de una parte a otra del país dependiendo del trabajo que encuentren, por lo que pudo escapar a los controles de datos y a la red de búsqueda de huellas dactilares en Baiyin.

Su suerte cambió en 2011, cuando los agentes de esta localidad lograron hacerse con la tecnología necesaria para rastrear pistas de ADN. Cinco años más tarde, un pariente de Gao dio muestras de su ADN por su implicación en un caso de comisiones ilegales.

Las coincidencias parciales que presentaba con los rastros presentes en los escenarios de los crímenes llevaron a los investigadores a dar con Gao, quien por entonces estaba al cargo de una pequeña tienda en una escuela de Baiyin junto con su esposa. Ya bajo custodia policial, su juicio dio comienzo el pasado verano.

En una entrevista concedida el año pasado, su abogado defensor, Zhu Aijun, negó que Gao Chengyong eligiera a sus víctimas por ser mujeres o jóvenes con pelo largo y vestidas de rojo, sino que elegía sus objetivos «al azar». «Ese fue uno de los motivos por los que fue tan difícil descifrar este caso durante mucho tiempo», añadió.

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Gao Chengyong
 
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Amy Archer-Gilligan

  • Clasificación: Asesina en serie
  • Características: Envenenadora
  • Número de víctimas: 5 +
  • Fecha del crimen: 1901 - 1914
  • Date of birth: 1869
  • Perfil de la víctima: Personas mayores
  • Método del crimen: Veneno
  • Lugar: Hartford, Estados Unidos (Connecticut)
  • Estado: Murió en 1928 en una Institución Mental
Índice

Amy Archer-Gilligan
Wikipedia

“Sister” Amy Duggan Archer-Gilligan (1868-1962)1 fue una propietaria de un hogar de ancianos en Windsor, Connecticut y asesina serial que sistemáticamente asesinó al menos a cinco personas por envenenamiento; una de esas personas fue su segundo esposo, Michael Gilligan, y el resto eran residentes de su hogar de ancianos. Es posible que estuviera involucrada en más muertes; las autoridades encontraron 48 muertes totales en sus casas de ancianos.

Asesinatos y captura
Entre 1907 y 1917, fallecieron 60 personas en el hogar Archer. Los familiares de los fallecidos sospecharon, por el alto numero de muertes. Sólo 12 habían muerto entre 1907 y 1910 y 48 habían muerto entre 1911 y 1916.

Entre ellos estaba Franklin R. Andrews, un hombre aparentemente sano. En la mañana del 29 de mayo de 1914, Andrews estaba haciendo jardinería en el hogar Archer. Su salud de repente colapsó en un día, falleciendo esa misma tarde. La causa oficial de la muerte fue úlcera gástrica. Su hermana Nellie Pierce heredó sus papeles personales. Pronto se dio cuenta en ocasiones donde Archer-Gilligan presionaba a Andrew por dinero. Los clientes de Archer-Gilligan mostraban un patrón, pues fallecían poco después de darle a su cuidadora grandes sumas de dinero.

Mientras las muertes continuaban, Pierce informó de sus sospechas a la fiscalía local, que en su mayoría no le hizo caso. Pierce luego llevó su historia a Hartford Courant, un periódico. El 9 de mayo de 1916, fue publicado. Unos meses después, la policía comenzó seriamente a investigar el caso.

La investigación duró casi un año en completarse, pero los resultados eran interesantes. Los cuerpos de Gilligan, Andrew y otros tres residentes habían sido exhumados. Los cinco habían muerto por envenenamiento, por el arsénico o estricnina. Los comerciantes locales fueron capaces de dar testimonio de que Archer-Gilligan había estado comprando grandes cantidades de arsénico, supuestamente para “matar ratas.”

Juicios
Archer-Gilligan fue arrestada y juzgada por asesinato, inicialmente por cinco cargos, en última instancia, su abogado logró que los cargos se redujeran a un solo cargo. El 18 de junio de 1917, un jurado la encontró culpable, y fue sentenciada a muerte. Se le dio un nuevo juicio en 1919. Se declaró locura, mientras que Mary Archer testificó que su madre era adicta a la morfina. Archer-Gilligan fue declarada culpable de asesinato en segundo grado y fue sentenciada a cadena perpetua.

Muerte
En 1924, Archer-Gilligan fue declarada mentalmente incapacitada y fue trasladada al Hospital Connecticut para enfermos mentales en Middletown, donde permaneció hasta su muerte, el 23 de abril de 1962.

Amy Archer-Gilligan
Última actualización: 17 de marzo de 2015

La Hermana Amy Archer dirigía un refugio para personas ancianas en una calle tranquila, sombreada por los árboles, de una ciudad pequeña de Connecticut.

Por un estipendio convenido se obligaba a cuidarlos toda la vida, proporcionándoles magníficas comodidades y servicios. Hasta que un periodista curioso y entrometido decidió interesarse por la rapidez con que se marchaban, dentro de un ataúd, varios de los pensionistas de la Hermana Amy, no se levantó la tapa del misterio.

En el mes de abril de 1907, la calle Prospect de la población de Windsor, en Connecticut, era una avenida tranquila y pacífica, bordeada de árboles, cuyas casas victorianas proporcionaban albergue a unos caballeros muy atentos a la cosa pública y que llevaban cuello de pajarita, y a unas damas bulliciosas, los cuales, habiendo logrado llegar a la cima de esa pequeña lucha que es la vida, vivían en santa y justa complacencia.

En la calle Prospect la moral recibía una recompensa, el vino de bayas de saúco era el licor más fuerte que entraba por las puertas, y el ruido más intenso que hería los oídos sensitivos era el martilleo de los cascos de los caballos sobre los guijarros.

No hay que extrañar, pues, que la tranquila marcha de las cosas en una manzana particular de la calle Prospect quedase alterada rudamente cuando una damita de treinta y tres años, con un cabello muy negro, llamada Amy Archer, adquirió una monstruosidad arquitectónica de tres pisos, cuyo propietario se había acomodado permanentemente en los terrenos del cementerio, con el propósito declarado de abrir un hogar para ancianos.

Antes de llegar a Windsor, donde en años venideros había de aportar una contribución histórica a la galería de asesinatos premeditados, mistress Archer había sido enfermera en el Hospital Bellevue, de Nueva York. El rótulo dorado sobre fondo negro clavado en la puerta de la calle decía:

HOGAR ARCHER

PARA PERSONAS ANCIANAS E INVALIDOS CRONICOS

Al otro lado de la calle y enfrente mismo del Hogar Archer vivían dos viejas damas -dos chismosas atildadas y un tanto invertidas que se llamaban Bliss-, las cuales, sentadas detrás de las cortinas irlandesas de encaje en un saloncito de felpa verde, atisbaban el ir y venir de la gente por la calle con unos gemelos.

Por la mañana, luego que cuatro conductores hubieron depositado en el Hogar Archer para Personas Ancianas e Inválidos Crónicos muebles de segunda mano en cantidad suficiente para equipar un hotel de diez dormitorios, mistress Archer, acompañada de su marido, James, cruzó la calle y apretó el pulsador de porcelana del timbre de la puerta del domicilio de las Bliss.

-Hemos creído que estaría bien que nos presentásemos -dijo mistress Archer con una sonrisa luminosa, mientras las hermanas Bliss invitaban a los visitantes a pasar al saloncito.

Mistress Archer, que sólo pesaba noventa libras, tenía una carita delgada, más bien bonita, con unos ojos que reflejaban una mente muy activa, e iba embutida en un uniforme de enfermera.

Amy Archer era locuaz, pero Big James (James «el Fornido»), como algunas personas empezaron pronto a llamar a su marido, era un hombre silencioso que se limitó a permanecer sentado en aquel sillón de pelo de camello, haciendo rodar los pulgares con la vista clavada al suelo, mientras su esposa charlaba por los codos. Archer, una, considerable mole de hombre, vestía un trajo de color castaño claro, llevaba zapatos negros impermeables, y tenía una cara gordinflona y blanquecina, un hermoso bigote castaño que actuaba como anfitrión perfecto para la espuma de cerveza y unos ojillos que a ciertos observadores les recordaban un par de pedazos de mármol rojizo.

Mistress Archer informó a las hermanas Bliss de que acomodaría a diez personas, entre hombres y mujeres, en su institución. Mediante un estipendio fijo, sus huéspedes contarían con un contrato para, toda la vida, incluyendo, como estupenda propina final, un entierro de lujo y una tumba escogida en el cementerio de la localidad.

-Será una especie de seguro de vida -atrevióse a intervenir Big Jim, hablando por primera vez, aunque sin levantar la vista del suelo-. Si hay unos cuantos que vivan muchísimo tiempo, nos enviarán a la Casa de Misericordia.

-No se trata del dinero -repuso entonces mistress Archer, con una vocecilla cantarina, inclinando ligeramente la cabeza y dejando asomar en los ojos un destello de santa indagación-. Lo que importa es el privilegio de servir al Señor.

Una de las dos ancianas señoras le preguntó a mistress Archer si ella y su esposo aceptarían un vaso de vino de bayas de saúco.

-¡No, Bondad divina! -respondió mistress Archer-. Jamás permitimos que toque nuestros labios ni una gota de alcohol.

Las hermanas dirían después que pudieron creer sin ningún trabajo a mistress Archer, pero que Big Jim, levantando la vista por primera vez, parecía lamentar que no se le ofreciese la oportunidad de expresar su opinión personal.

*****

El Hogar Árcher para Personas Ancianas e Inválidos Crónicos quedó montado y en marcha al poco tiempo. Poblado por cinco ancianos, cuatro ancianas y un individuo más joven al que se veía tan delgado, blanco y tembloroso que se adivinaba fácilmente que se encontraba al borde de la Eternidad, el Hogar era un sitio alegre. Hermana Amy, como prefería mistress Archer que la llamasen, parecía una forma vaga y fugitiva cuando, embutida dentro de su blanco uniforme, correteaba por los sombríos pasillos, llevando alimentos y medicinas a los que se habían confiado a sus cuidados. Mujer ansiosa de trabajo y que no quería saber nada de sirvientas, Hermana Amy cuidaba a los enfermos y cocinaba, mientras que Big Jim hacía las camas, vaciaba los orinales y se encargaba de que no se acumulase demasiada suciedad.

Cuando hacía un tiempo favorable, Hermana Amy conducía el rebañito de sus protegidos a un ancho pórtico que corría por todo lo largo de la fachada principal de la casa y la mitad de una fachada lateral, los acomodaba en unas mecedoras y les dejaba jugando a las damas y a los naipes. Por las noches, Hermana Amy tocaba un órgano plañidero en el saloncito de felpa encarnada y los huéspedes que tenían menos sueño la acompañaban cantando himnos antiguos.

*****

El Hogar Archer llevaba sólo tres semanas funcionando, cuando una noche de luna llena, mientras la calle estaba silenciosa y una lechuza lanzaba su lamento en la distancia, a las hermanas Bliss las despertó el redoblar de los cascos de unos caballos sobre los guijarros que empedraban la calle. Al saltar de la cama vieron un coche fúnebre, negro y brillante, arrastrado por un tiro de caballos negros como el carbón, parándose delante del Hogar Archer. Dos figuras saltaron del coche, entraron en el Hogar con un ataúd, salieron otra vez transportándolo, y dando la sensación de que pesaba más que al entrar, lo colocaron en el coche, y se marcharon de nuevo.

A la mañana siguiente, aproximadamente, a la hora del desayuno, las viejas solteronas, sentadas detrás de las cortinas de encaje, con la ventana abierta, oyeron el órgano de Hermana Amy. La enfermera dirigía a sus huéspedes en una interpretación de Más cerca de Ti, Dios mío.

A eso del mediodía, Big Jim se encontraba delante de la casa. Una de las hermanas salió a la puerta, le llamó y le preguntó si podían ayudarles en algo facilitando la buena marcha del Hogar.

-No, muchas gracias -respondió Big Jim.

-¿Cuál era el que ha salido durante la noche?

-El joven.

-¿De qué ha muerto?

-De complicaciones.

*****

Si bien los vecinos de Hermana Amy no sabían prácticamente nada de lo que sucedía en el interior del Hogar, los habituales de Paddy, un hermoso saloon irlandés situado un par de calles más allá, pronto entrevieron una parte del cuadro. El saloon de Paddy no era un establecimiento para gente peleona, sino el dominio de los respetables ciudadanos de la vecindad que se reunían allí por las noches a fumar una pipa, a beber un vaso y a conversar tranquilamente en mutua compañía. Big Jim adquirió el hábito de escapar furtivamente hasta el saloon de Paddy, engullir unos whiskies mitigados por unas cervezas, contemplar con aire solemne su propia imagen reflejada en el espejo de detrás del mostrador, ponerse unos dientes de ajo en la boca y marcharse a hurtadillas. Una noche, otro incondicional del establecimiento, que había trabado alguna amistad con Jim, le hizo entrar en conversación con el siguiente comentario:

-Usted no parece un hombre feliz, míster Archer.

Big Jim se volvió hacia él, le guiñó el ojo y se secó la espuma del bigote.

-Y, ciertamente, no lo soy -contestó con su acento del Condado de Mayo, tan denso como el humo que saturaba el aire. -Usted me da la impresión de ser un alma comprensiva y a mí me gustaría, si me lo permite, contarle mis pesares.

Los pesares de Archer nacían de Hermana Amy.

-No consigo satisfacerla por la noche -dijo-. Un poco va muy bien, pero mi mujer dejaría exhausto a cualquiera.

-Me han dicho que su mujer es enemiga de toda clase de bebida -observó el incondicional del bar-. Si esto es verdad, ¿cómo se lo arregla para engañaría? No dudo de que con los dientes de ajo que usted mastica no hay bastante.

-En realidad, hace la vista gorda para todo lo que se ofrezca, con tal de que la complazca bien por las noches. Pero, se lo digo, amigo mío, no sé hasta cuándo seré capaz de resistir esta marcha.

*****

Una noche de junio, dos meses después de haber montado Hermana Amy su establecimiento, las ancianas doncellas del otro lado de la calle despertaron desveladas por las pisadas de los cascos de los caballos. El coche fúnebre hacía otra visita al Hogar Archer. A la mañana siguiente, una de las hermanas Bliss supo de labios de Big Jim que un octogenario había mordido el polvo.

-El pobre hombre se agotaba como un reloj, y, simplemente, se ha parado -le gritó desde la otra acera.

Todo siguió marchando sin acontecimientos desagradables por espacio de un par de semanas. Los ancianos jugaban a las damas y a los naipes, y charlaban en el porche durante el día, y cantaban himnos en el salón por la noche. Los vecinos amigos de la música, que distinguían al momento lo que era cantar bien o mal, no hallaban ninguna palabra de elogio para los sones que se derramaban de las abiertas ventanas del establecimiento de Amy.

Los protegidos de mistress Archer demostraban mucha afición al género epistolar y sus misivas a los amigos que tenían en el exterior -todas cuidadosamente repasadas por Hermana Amy antes de echarlas al correo- hacían hincapié especial en la excelente comida, las deliciosas comodidades y los amorosos cuidados que caracterizaban al Hogar. Como resultado lógico, al año de existencia aquella institución gozaba de una excelente fama que se extendía por todo el litoral atlántico y podría afirmarse que los ancianos casi derrumbaban literalmente las puertas llamando para entrar. Cuando un residente perdía contra su voluntad el derecho a la prebenda -y los ancianos y ancianas subían al coche fúnebre nocturno acomodaditos en cajas de madera a un promedio de uno cada mes, casi con la regularidad de un reloj-, Hermana Amy dejaba el Hogar encomendado a Big Jim, llenaba un saco de viaje y se marchaba a lugares lejanos a visitar a los solicitantes. Por término medio se entrevistaba con una docena, informándose luego de todos sus pormenores antes de escoger al afortunado.

Aunque el porcentaje de defunciones de la población del Hogar Archer era unas cuatro veces superior al promedio que reflejan las tablas de las grandes Compañías de seguros de la vecina Hartford, nadie arqueaba las cejas con recelo. Simplemente, no hubiese sido cosa natural que hubieran sospechado de Hermana Amy.

Cuando una de las hermanas Bliss cayó enferma de un resfriado pésimo, que amenazaba convertirse en neumonía, Hermana Amy estuvo a punto de caer rendida cruzando la calle a todas horas para cuidar a la paciente. Cuando llamaba un mendigo a la puerta trasera del Hogar, no recibía una moneda tan sólo, sino que le invitaban a entrar y a probar una comida caliente. Por Navidad, Hermana Amy compró una hermosa bufanda escocesa para el guardia de servicio en el sector, hombre inofensivo, cuyo revólver de reglamento hacía tiempo que se había oxidado en el bolsillo de los pantalones.

*****

A veces, cuando uno de sus pensionistas estaba a las puertas de la muerte, Hermana Amy llamaba a uno de los tres médicos que habían acaparado la clientela del sector. Aquellos seguidores de Hipócrates, que llevaban cuello de pajarita y olían a píldoras, no eran únicamente gente nada recelosa, sino que, además, estaban muy lejos de poder considerarse unos magos en el campo de los diagnósticos. De modo que cuando Hermana Amy atribuía una determinada enfermedad a un enfermo sentenciado, el matasanos, respetando el criterio de una enfermera con mucha experiencia, aceptaba el diagnóstico sin discusión y firmaba el certificado.

*****

Un día de febrero de 1912, después de haber transcurrido casi cinco años y haberse sucedido más de cincuenta defunciones desde que Hermana Amy se estableció en Windsor, apareció en la puerta trasera del Hogar Archer un hombre que necesitaba un socorro en alimentos.

Big Jim estaba despidiendo al mendigo como a un truhán indeseable cuando el azar quiso que Hermana Amy pasase por allí y apoyase una mano blanca y delicada en el brazo de Jim, Examinando al forastero con una rápida mirada, la enfermera había advertido que se trataba de un hombre de aspecto notable que no había cumplido los cuarenta años. Resultó que el visitante se llamaba Michael Gilligan. Tenía el cabello rojo, la nariz gruesa y llevaba una chaqueta a cuadros y unos pantalones bombachos que le hacían parecer una banana desmochada en una función burlesca. Tenía unos ojos bribones, la sonrisa pronta y una voz cautivadora.

-Entre -le dijo Hermana Amy a Gilligan-. Entre en seguida y le prepararé algo que comer.

Gilligan le guiñó el ojo a Archer y entró en el edificio.

Después de una suculenta comida, Gilligan dijo que le gustaría darse una vuelta por el establecimiento.

-Manejo bien las herramientas -le dijo a Hermana Amy, después de haberío observado todo-. Si me diesen alojamiento y comida les arreglaría la casa.

Hermana Amy examinó de nuevo con la mirada al forastero y le contrató.

Poco después, el Hogar Archer retumbaba con los martillazos y el chirrido de la sierra, mientras Gilligan, inclinado sobre su tarea como un buen amante del trabajo, levantaba suelos y derrumbaba tabiques. Aficionado a un tiempo a la bebida y a mascar tabaco, Gilligan iba siempre con un pedazo de este último en la boca y tenía un aliento capaz de marchitar un geranio. Big Jim no lograba comprenderlo. Durante todos los años que llevaba casado con Hennana Amy, se había visto obligado a beber a escondidas, y he ahí que ahora se presentaba un pelirrojo desconocido con unos pantalones bombachos y hacía lo que se le antojaba.

Con el amor propio herido y los celos excitados, Big Jim decidió que Gilligan tenía que marchar de allí. De modo que una tarde, cuando Hermana Amy estaba de compras, interrumpió a Gilligan, que estaba haciendo unas reparaciones en la puerta de la calle.

-Ya no tenemos necesidad de su presencia -le informó.

-¿Quién lo ha dicho? -inquirió Gilligan.

-Yo. -Big Jim señaló con el índice el rótulo, negro y oro, a un par de pies de distancia de donde tenía lugar el diálogo-. El rótulo dice que este es el Hogar Archer, y no olvide que Archer soy yo.

Gilligan estudió brevemente el rótulo, cambió de sitio el pedazo de tabaco que tenía en la boca, cerró los labios y los abrió para soltar un chorro de jugo de, tabaco que salpicó el rótulo.

-Eso es lo que pienso de su maldito letrero -dijo.

*****

Una hermosa mañana de abril, cuando hacía un par de meses que Gilligan rondaba por el Hogar y la savia se encontraba en plena ascensión, Hermana Amy se presentó en casa de las solteronas Bliss, muy cambiada, sin manifestar su animación habitual.

-¿Qué demonios le pasa, Hermana Amy? -preguntó una de las dos solteronas.

-Se trata de mi marido.

-¿De Big Jim? ¿Y qué le ocurre de anormal a Big Jim?

-No le queda mucho tiempo de estancia en este mundo.

-¡Ah, qué pena! ¿Qué será lo que aqueja al buen hombre?

-Está deshecho por la bebida. -Hermana Amy había permanecido con la vista fija en el suelo. Ahora levantó los ojos para ver qué cara ponían las dos hermanas-. Ha bebido siempre en secreto.

-¿Quiere decir que usted no sabía que bebiese?

-Jamás lo supe. ¿Por qué? ¿Lo sabía usted?

-Ah, sí. Hermana Amy. Lo hemos sabido desde el principio.

-En fin, poco importa. Está acabado, pobre hombre. Tiene unas hemorragias de estómago terribles.

-¿Muy a menudo?

-Prácticamente todas las noches.

-¿No ha llamado a un médico?

-Sería inútil -respondió Hermana Amy, suspirando y mordiéndose el labio inferior-. Soy enfermera y sé cuándo una persona se encuentra en situación desesperada. -Hermana Amy se puso en pie, apretó las manos contra los costados y levantó la mirada por encima de las cabezas de las dos hermanas con una actitud muy digna-. ¡Ah! -exclamó-. Ojalá mi querido Jim me lo hubiese comunicado a tiempo.

Por espacio de un mes, después de haber partido de noche Big Jim hacia el desconocido destino del cual ningún viajero regresa, Hennana Amy estuvo inconsolable. Deambulaba por el Hogar preguntando a gritos al Señor por qué se había llevado a Big Jim, y casi no pasaba hora sin que se sentase al lloroso órgano a tocar una y otra vez Más cerca de Ti, Dios mío.

Pero toda nube tiene sus ribetes de plata. Hermana Amy salió de repente de su tristeza y una soleada mañana cruzó la callo a toda prisa.

-¡Ah! -exclamó, abrazando a una de las hermanas Bliss-, ¡Felicíteme! Soy la mujer más dichosa del mundo.

-¿Qué diantres ha pasado, Hermana Amy?

-Míster Gilligan me ha pedido que sea su esposa.

-¡No!

-¡Sí!

El Hermano Gilligan, como Hermana Amy había empezado a llamar al novio, tenía muchísima más perspicacia de la que Big Jim Archer había tenido nunca. Continuó bebiendo descaradamente, llevando siempre una botella en el bolsillo y empinando el codo siempre que le venía en gana. Algunos pensionistas, conociendo la decidida oposición de Hermana Amy a las bebidas fuertes, se preguntaban cómo era que tolerase semejante abuso.

-Lo necesita para la salud -explicaba un día Hermana Amy a un par de ancianos que jugaban a los naipes-. En su caso es como una medicina.

Pero los clientes del bar de Paddy sabían la verdadera explicación. El Hermano Gilligan había olfateado pronto el refugio y ahora tenía ya allí una buena tertulia de confidentes. Siendo un tipo jactancioso, había divulgado entre sus camaradas que después de varios años de rodar por el mundo como un pordiosero, al final había caído en una cama blanda.

-¿Y saben por qué la mujercita permite que beba, a pesar de lo enemiga que es del licor? -les dijo una noche.

-No. ¿Por qué?

-¡Porque en verdad que da mucho trabajo! -Gilligan se golpeó el pecho con el puño-. Pero Michael Gilligan es el hombre indicado para esa tarea.

*****

Pasaban los meses, pasaron los años. Apenas transcurría un mes sin que el coche fúnebre se parase delante del Hogar Archer-Gilligan, como se llamaba ahora el establecimiento. Allá por la primavera de 1913, seis años después de haber aparecido por primera vez Hermana Amy en aquellos horizontes, más de setenta huéspedes que firmaron contrato por toda la vida habían mordido el polvo y habían marchado de noche dentro de una caja de madera. Sin embargo, todavía nadie se paraba a pensar dos veces en aquellas defunciones. Parecía muy natural que el organismo de los ancianos, siguiendo el curso normal de los acontecimientos, se le descosieran las costuras y pereciese. Medio siglo atrás, el promedio de vida era considerablemente inferior a lo que es hoy, y la mayoría de los huéspedes de Hermana Amy, cuando entraban en el establecimiento, ya vivían de prestado.

Una noche, el Hermano Gilligan se presentó en el saloon terriblemente abatido. Una gran tragedia había descendido sobre él. Los años de abuso excesivo del alcohol, por no mencionar e desmesurado aprovechamiento de las libertades maritales con Hermana Amy, se habían cobrado su impuesto. Michael Gilligan, el pelirrojo de los pantalones bombachos, se había visto afectado de impotencia con una rapidez devastadora.

-Oye, chico -le dijo un incondicional del establecimiento, compañero suyo-, deberías ir a ver a uno de esos doctores que remedian las cosas de este género.

Gilligan volvió la cabeza para fijar en el habitual del saloon unos ojos tristes como los de un venado.

-Este es el caso, precisamente -respondió-. He ido ya, y el doctor no puede hacer nada por mí.

*****

Entonces quiso la fortuna que un buen día entrase en el Hogar Archer-Gillígan un caballero atildadamente vestido llamado Andrews, que tenía cincuenta y un años, pero estaba tan bien conservado que parecía un cuarentón vigoroso: terso el cutis, ojos azules centelleantes, paso elástico… Andrews usaba perfumes intensos, andaba por ahí leyendo, poseía y tenía una vaga especie de pasado y un presente incierto. En la casa nadie conseguía definirle por completo.

Dado que la llegada de Andrews coincidió con la dolencia de Gilligan, no era sino muy natural que Hermana Amy empezase a prestar alguna atención al recién venido. A diferencia de los otros huéspedes, Andrews tenía la mayoría de sus piezas dentarias y en realidad podía comerlo todo. De modo que Hermana Amy empezó a prepararle platos especiales para él. A las pocas semanas de su llegada, todos y cada uno de los alojados en el establecimiento miraban a Andrews como a un sujeto privilegiado.

Una noche, menos de un mes después de haber revelado su aflicción a un compañero de tertulia del saloon de Paddy, la categoría del Hermano Gilligan en dicho establecimiento sufrió un gran cambio: de ser un cliente habitual había pasado a ser un recuerdo.

-¡Lástima, pobre Gilligan! -le decía el camarero a un parroquiano.

-¿Verdad que sí? Jamás existió otro hombre mejor.

-¿Estuviste en el entierro?

-No. La ceremonia se celebró en privado. Deseo de su esposa.

-Ciertamente, le echaremos de menos. -Sin duda. Dicen que se fue a dormir y ya no despertó. Cosa del corazón.

El camarero recorrió el establecimiento con una mirada circular.

-¿Qué quieren tomar, señores? En memoria del Hermano Gilligan, esta ronda la paga la casa.

*****

El que ingresó luego en el Hogar Archer-Gilligan fue un caballero anciano de ojos guiñadores y cutis de franela, llamado Runyon, quien, con estas o las otras artes, había consegtlido engañar a Hermana Amy al sufrir el examen de admisión, pues se declaró abstemio. Runyon, un viudo de Nueva Jersey, sin hijos, era una vieja cuba. Solía marcharse a hurtadillas hasta lo de Paddy, allí cargaba de lo lindo y a eso de la media noche regresaba al Hogar, sentándose en el porche con los pies sobre la baranda, y con voz de barítono, fuerte y beligerante, se ponía a cantar antiguas canciones irlandesas, despertando a toda la vecindad.

Ahora era Runyon el que informaba a los, compañeros de saloon de lo que ocurría en el Hogar. Hermana Amy, después de la despedida del Hermano Gilligan, empezaba a ponerle ojos tiernos al atildado y misterioso Andrews. Una noche, muy temprano, Runyon corrió al saloon estallando con la noticia.

-¡Vaya con ese Andrews! -exclamó para empezar-. Ha ocurrido la cosa más chocante.

-¿Qué? -preguntó el camarero.

-Es un tipo raro,

-¿Qué quiere decir eso de raro?

-Es de la serie B.

-¿Quiere decir que es invertido?

-Ni más ni menos.

-¿Cómo lo sabe?

Parece que la noche anterior, bastante tarde, Runyon recorría un pasillo del segundo piso, dirigiéndose al cuarto de baño, y cuando cruzaba por delante del cuarto de Andrews, oyó el rumor de una conversación en voz baja. Parándose a escuchar con calma, identificó las voces de Hermana Amy y Andrews.

-Usted es un hombre muy guapo -le decía Hermana Amy a Andrews.

-Oh, por favor, Hermana Ainy -respondía el caballero-. No me toque de este modo.

-¡Oh! ¿Qué le pasa? ¿No me considera atractiva?

-No es esto, Hermana Amy. No es esto en modo alguno.

-Si no es esto, ¿qué es?

-Pues, para decirle la verdad, a mí nunca me han preocupado las mujeres.

-¿No? ¿Por qué?

-No sé. Simplemente, no me han interesado.

-Pero, ¿por qué? Dígame, por favor, ¿por qué?

-Prefiero los hombres.

-¿Quiere decir…, quiere decir que usted no es natural?

-Si le gusta expresarle de este modo, sí.

-¡Vaya! -exclamó Hermana Amy-. ¡Por lo visto, he cometido un error espantoso!

Runyon, al narrar el episodio, le dijo al camarero que después de eso se había alejado precipitadamente por el pasillo. El pobre Runyon no duró mucho, luego de haber propalado el chisme acerca de lo que ocurrió con Andrews. La vacante ocasionada por su partida se llenó pronto, y con la misma prontitud las hermanas Bliss vieron entrar en el Hogar, una tarde que soplaba el vendaval, a un matrimonio bastante maduro. Los dos ancianos estuvieron dentro del edificio más de una hora, y cuando volvieron a salir se pararon en la acera, apoyándose el uno en el otro y mirando a su alrededor. Luego cruzaron la calle y pulsaron el timbre de la puerta del hogar de las solteronas.

Los visitantes -míster y mistress Gowdy, de otra parte de Connecticut- explicaron a las hermanas Bliss que habían oído hablar tanto del Hogar Archer-Gilligan que se habían fijado la obligación de ir a visitarlo personalmente y solicitar que les admitiesen en él.

-Gozamos de buena posicion -declaró el marido-, pero no tenemos ningún pariente y nos gustaría encontrar un sitio agradable donde pasar el resto de nuestros días.

-Habrán encontrado el Hogar lleno hasta los topes -objetó una de las hermanas Bliss.

-Sí -contestó míster Gowdy-. Sin embargo, pronto habrá una vacante.

-¿Cuál?

-La del caballero joven. El que lee poesías.

-¿Míster Andrews?

-Sí, creo que es este su nombre.

-¿Qué dolencia sufre?

Gowdy se dio unas palmadas sobre el corazón.

-¡Pero si míster Andrews es el mismo retrato de la salud! -exclamaron las dos hermanas a coro.

-Esto les enseñará que las apariencias engañan -dijo Gowdy.

Cuando míster Andrews, lindamente metido en su caja, partió sobre el coche fúnebre unas noches después, las hermanas Bliss empezaron, al cabo de todos aquellos años, a sentir una vaga desazón. Atando unos cabos con otros, las pasmaba el hecha de que los residentes jóvenes del Hogar Archer-Gilligan parecían derrumbarse luego de haber vivido allí tan poco tiempo como los viejos.

-No parece nada divertido, ¿verdad, hermana? -dijo una de las dos, mordiéndose las uñas de una mano mientras con la otra abría las cortinas de encaje para mirar hacia el Hogar.

*****

Los Gowdy -el matrimonio que estaba en buena posición- se trasladaron al cuarto de Andrews, pero no pudieron disfrutarlo mucho tiempo. Menos de tres semanas después de haberlo ocupado lo desocuparon de nuevo. Ambos la misma noche, con tres horas de intervalo.

-¡Caramba! -dijo una de las solteronas a Hermana Amy cuando ésta fue a tomar el té al día siguiente al de la partida de los Gowdy-. Sus pensionistas se mueren a un ritmo acelerado, ¿no es cierto?

Hermana Amy bebió unos sorbitos antes de contestar:

-Es la voluntad de Dios. El Señor obra sus maravillas de un modo misterioso.

*****

Un día de la primavera de 1914, siete años después de haber aparecido por primera vez Hermana Amy en el horizonte, un reportero del Courant, de Hartford -un verdadero tipo de periodista de primera página que se llamaba Mike Toughy: pipa, cinismo, sombrero abollado y todo el resto-, estaba hojeando unas estadísticas del Condado de Hartford con la esperanza de reunir algunos datos que le proporcionaran tema para un buen artículo dominguero. Cuando Mike Toughy descubrió que los moradores del Hogar Archer-Gilligan se habían renovado por completo cada doce meses por obra de la muerte, sintió que se le aceleraba el pulso. Y se preguntó si los jugosos contratos vitalicios que Hermana Amy ofrecía a sus huéspedes quedaban anulados bruscamente, sin que tina de las partes contratantes tuviera noticia previa de ello.

Comprobando el promedio de mortalidad del Asilo de Ancianos de Hartford, Toughy averiguó que, en conjunto, el porcentaje de defunciones era únicamente la sexta parte del que había en el establecimiento de Hermana Arny. A continuación se fue a la oficina de un actuario de una de las grandes Compañías de seguros de Hartford. El actuario, un hombrecito exento de toda jovialidad, que llevaba unos lentes sin aros y tenía el cabello rubio y muy escaso, empezó a trazar unos números sobre un cuaderno. Al terminar, exhaló un suspiro, se recostó en el sillón giratorio, se cogió las manos por detrás de la cabeza y estudió a Toughy con la mirada. Luego, aportando su grano de arena al estilo literario que se complace en aminorar la magnitud de las cosas, declaró:

-Creo que puede usted admitir sin temor que algún elemento anormal precipita el final de la vida de los alojados en el Hogar Archer-Gilligan.

Toughy se puso en contacto con los médicos que habían firmado los certificados de defunción. Según éstos, no había nada sospechoso. Luego trató de ponerse al habla con familiares de los fallecidos. Simplemente, no existían familiares. A continuación, dando por sentado definitivamente que mistress Archer había matado con objeto de lucrarse, Toughy recorrió las Compañías de seguros para cerciorarse de si la damita había probado de asegurar a alguno de sus pensionistas. Resultó que, en efecto, en diversas ocasiones había intentado contratar pólizas para varios caballeros y damas, pero sólo uno fue lo bastante joven y se encontró suficientemente sano para salir airoso del examen médico.

-¿Quién era ese?

-Se llamaba Andrews. Murió de un ataque cardíaco inmediatamente después de haberse firmado la póliza.

Como muchos reporteros de la época, Mike Toughy no le tenía mucho respeto a la ley cuando ésta ponía obstáculos a una prueba tendente a demostrar precisamente una posible violación de la ley. En consecuencia, sencillamente, fue y engrasó las manos de un par de sepultureros, hizo desenterrar a Andrews a la luz de la luna, buscó a un amigo suyo, estudiante interno de Medicina, para que se llevara muestra de las entrañas del cadáver y luego volvió a meter a Andrews en la fosa.

Las noticias que recibió Toughy del laboratorio de Boston al cual envió un trocito del difunto Andrews fueron rápidas y desalentadoras. En contra de lo que él había supuesto, Andrews no había muerto envenenado.

Convencido de que si Andrews había fallecido, quizá, de muerte natural, no había ocurrido lo mismo con algunos de los otros, Toughy hizo desenterrar más cadáveres. Ninguno había sido envenenado, ni golpeado, ni maltratado de modo alguno que pudiera provocar la muerte.

Por aquellos días, Toughy estaba desalentado, pero no pensaba, ni mucho menos, abandonar la partida. Aquella vocecita queda y leve que hablaba a todos los irreverentes reporteros de la vieja escuela, le aconsejaba que perseverase en su empeño Mientras otros periodistas del Courant se ponían a examinar los libros de venta de tóxicos de todas las droguerías del Condado de Hartford, Toughy, presentándose como propagandista electoral, empezó a pulsar los timbres de la manzana de casas en que vivía Hermana Amy.

Cuando apretó el timbre de la casa de las hermanas Bliss y éstas le invitaron a pasar al salón, una voz en su interior le dijo que había llegado a buen puerto. Al comunicar quién era y qué se proponía, consiguió soltar la lengua de las dos solteronas. Y al saber que también a ellas las tenían intranquilas los acontecimientos del Hogar, se sintió animado por vez primera. Toughy se acomodó calladamente en una habitación del segundo piso desde la cual se veía el Hogar Archer-Gilligan. Mirando desde el otro lado de la calle con unos anteojos de campaña, Toughy pudo ver en diversas ocasiones a Hermana Amy y la calificó de una persona taimada de veras.

Durante una semana ocurrió poca cosa más. Luego, una noche, apareció de nuevo el coche fúnebre. Toughy lo siguió y se las compuso para que se procediera a una rápida autopsia secreta del cadáver -el de una anciana- antes de que lo sepultaran. La mujer había muerto a consecuencia de las enfermedades propias de la edad.

Aunque empezaba a sentirse invadido de una callada desesperación, Toughy hizo una visita a Hugh Alcorn, el inteligente y ambicioso fiscal del Condado de Hartford, y le expuso sus sospechas. Alcom estuvo un rato meditando la cuestión. Luego, haciendo describir un arco al sillón giratorio, se puso a mirar por la ventana, y dijo:

-No sólo no posee usted ninguna prueba que yo pudiera presentar a un tribunal, Mike, sino que se expone a colocar al Courant en una situación comprometida.

-¿Cómo?

Alcorn imprimió otro giro al sillón.

-Mistress Archer-Gilligan estuvo aquí a verme -dijo.

-¿Ah, si? ¿Para qué?

-Alega que usted la está persiguiendo.

-¡Vaya con el diablillo! ¿Cómo es posible que haga semejante afirmación?

Alcorn se encogió de hombros.

-Todo lo que sé es que está enterada de que usted se ha interesado mucho por sus actividades. Y dice que si no pone fin a esta conducta hará procesar el periódico por persecución.

Toughy volvió a esconderse de nuevo en el cuarto del segundo piso del hogar de las Bliss, esta vez acompañado por un dibujante del Courant. El artista tomó unos apuntes de Hermana Amy mientras iba y venía por el largo porche.

Toughy visitó las droguerías con el dibujo en la mano. Ese fue el recurso que dio el golpe. Hermana Amy había utilizado nombres falsos para comprar raticidas. Las compras de veneno, por lo común, habían precedido en número limitado de días la fecha de una defunción en el Hogar.

Con la prueba que le proporcionaba el periodista sobre la mesa escritorio, Alcorn se arremangó oficialmente la camisa. E hizo desenterrar no uno, ni dos, ni tres, sino cuatro caballeros que habían entregado el alma pocos días después de las más recientes adquisiciones de arsénico. Todos habían sido despachados por medio del raticida.

*****

Hermana Amy, sometida a juicio por la última de las defunciones provocadas con arsénico -la de un hombre de media edad-, ofrecía una figurilla triste, vestida de negro, con una Biblia pequeña en la mano, por lo cual Alcorn la describió como una Borgia del siglo veinte. Llevado por el entusiasmo, Alcorn presentó pruebas de que Amy no sólo había matado al hombre por cuyo fallecimiento la juzgaban, sino a otros veintitrés en un período de dieciocho meses.

Hermana Amy fue declarada culpable y sentenciada a la horca. Pero su defensor, apelando el caso sobre la base de que Alcorn, obsesionado por el afán de coger por el cuello a Hermana Amy, había introducido pruebas de envenenamientos no relacionados con el caso que se dirimía, consiguió que la damita fuese juzgada de nuevo. Pleiteando como culpable en el segundo juicio, celebrado cuando hacía doce años que la acusada había abierto el Hogar en la calle Prospect, Hermana Amy Archer-Gilligan salvó el pellejo. Unos años después se volvió demente y pasó un tercio de siglo en una jaula de ardillas.

-Big Jim… -solía murmurar Hermana Amy en su encierro-. Big Jim…

Nadie supo nunca si Big Jim colaboró con uno de los mayores demonios de la historia moderna del crimen en América, o si Hermana Amy continuaba pronunciando su nombre porque el hombre del hermoso bigote castaño había sido, antes de verse desplazado por Gilligan, lo que Amy pedía en sus oraciones nocturnas.

Mrs. Gilligan
Última actualización: 17 de marzo de 2015

Mrs. Gilligan, enfermera de profesión, dirigía un asilo de ancianos en la localidad de Hartford, Connecticut.

A primeros de junio de 1914 una mujer se presentó en la oficina de Lucien Sherman, editor de un periódico de la ciudad, para comunicarle sus sospechas de que su hermano había sido asesinado en el asilo en que estaba recogido; se trataba de Franklin Andrews, que había fallecido repentinamente, aunque la misma mañana de su muerte había sido visto pintando una valla del jardín y en perfecta salud. Mrs. Gilligan no había permitido a nadie ver el cadáver, pretextando que estaba siendo embalsamado.

El editor envió un periodista al asilo, donde fue recibido por la directora, Mrs. Gilligan, una mujer de apariencia maternal que había estado casada dos veces. El periodista averiguó que durante los últimos cuatro años había habido en la institución una media de doce muertes anuales aunque solamente había catorce asilados. En total, seis veces y media más fallecimientos que el resto de las instituciones de esta especie de la región. Se dio aviso entonces a la policía, que envió una mujer detective a investigar.

En los siguientes seis meses no ocurrió ninguna muerte, pero el 11 de noviembre de 1914 Mrs. Amy Hosmer, una de las asiladas, fallecía también repentinamente; el doctor Wiley, médico de la institución, certificó que a causa de apoplejía. Veintitrés horas más tarde se comunicaba a la doctora Emma Thompson que una de sus pacientes del asilo se encontraba en grave estado.

Se trataba de Mrs. Alice Gowdy, que había comenzado a notar, después de una cena de «Acción de Gracias» los síntomas de una fatal enfermedad a consecuencia de la cual moría poco después.

La doctora Thompson notó una extraña rigidez en los miembros del cadáver y comunicó sus sospechas a la policía; se practicó la autopsia secretamente, encontrándose restos de arsénico. Ante el hallazgo, se exhumaron otros cuatro cuerpos, entre ellos el del segundo esposo de la enfermera, encontrándose el mismo resultado.

La policía averiguó después que Mrs. Gilligan acostumbraba a enviar a los ancianos del asilo a comprar arsénico «para matar ratas». Fue arrestada y juzgada por dos veces con idéntico fallo: veredicto de culpabilidad v sentencia a cadena perpetua. En 1923 se reveló que era una deficiente mental; sin embargo, había preparado sus crímenes cuidadosamente: unos días antes de la muerte de Franklin Andrews había escrito a Mrs. Gowdy: «Muy pronto quedará una plaza vacante».

Los cadáveres del hogar de ancianos
Última actualización: 17 de marzo de 2015

La Hermana Amy Archer dirigía un refugio para personas ancianas en una calle tranquila, sombreada por los árboles, de una ciudad pequeña de Connecticut. Por un estipendio convenido se obligaba a cuidarlos toda la vida, proporcionándoles magníficas comodidades y servicios. Hasta que un periodista curioso y entrometido decidió interesarse por la rapidez con que se marchaban, dentro de un ataúd, varios de los pensionistas de la Hermana Amy, no se levantó la tapa del misterio.

En el mes de abril de 1907, la calle Prospect de la población de Windsor, en Connecticut, era una avenida tranquila y pacífica, bordeada de árboles, cuyas casas victorianas proporcionaban albergue a unos caballeros muy atentos a la cosa pública y que llevaban cuello de pajarita, y a unas damas bulliciosas, los cuales, habiendo logrado llegar a la cima de esa pequeña lucha que es la vida, vivían en santa y justa complacencia. En la calle Prospect la moral recibía una recompensa, el vino de bayas de saúco era el licor más fuerte que entraba por las puertas, y el ruido más intenso que hería los oídos sensitivos era el martilleo de los cascos de los caballos sobre los guijarros.

No hay que extrañar, pues, que la tranquila marcha de las cosas en una manzana particular de la calle Prospect quedase alterada rudamente cuando una damita de treinta y tres años, con un cabello muy negro, llamada Amy Archer, adquirió una monstruosidad arquitectónica de tres pisos, cuyo propietario se había acomodado permanentemente en los terrenos del cementerio, con el propósito declarado de abrir un hogar para ancianos.

Antes de llegar a Windsor, donde en años venideros había de aportar una contribución histórica a la galería de asesinatos premeditados, mistress Archer había sido enfermera en el Hospital Bellevue, de Nueva York. El rótulo dorado sobre fondo negro clavado en la puerta de la calle decía:

HOGAR ARCHER

PARA PERSONAS ANCIANAS

E INVALIDOS CRONICOS

Al otro lado de la calle y enfrente mismo del Hogar Archer vivían dos viejas damas -dos chismosas atildadas y un tanto invertidas que se llamaban Bliss-, las cuales, sentadas detrás de las cortinas irlandesas de encaje en un saloncito de felpa verde, atisbaban el ir y venir de la gente por la calle con unos gemelos. Por la mañana, luego que cuatro conductores hubieron depositado en el Hogar Archer para Personas Ancianas e Inválidos Crónicos muebles de segunda mano en cantidad suficiente para equipar un hotel de diez dormitorios, mistress Archer, acompañada de su marido, James, cruzó la calle y apretó el pulsador de porcelana del timbre de la puerta del domicilio de las Bliss.

-Hemos creído que estaría bien que nos presentásemos -dijo mistress Archer con una sonrisa luminosa, mientras las hermanas Bliss invitaban a los visitantes a pasar al saloncito.

Mistress Archer, que sólo pesaba noventa libras, tenía una carita delgada, más bien bonita, con unos ojos que reflejaban una mente muy activa, e iba embutida en un uniforme de enfermera.

Amy Archer era locuaz, pero Big James (James «el Fornido»), como algunas personas empezaron pronto a llamar a su marido, era un hombre silencioso que se limitó a permanecer sentado en aquel sillón de pelo de camello, haciendo rodar los pulgares con la vista clavada al suelo, mientras su esposa charlaba por los codos. Archer, una, considerable mole de hombre, vestía un trajo de color castaño claro, llevaba zapatos negros impermeables, y tenía una cara gordinflona y blanquecina, un hermoso bigote castaño que actuaba como anfitrión perfecto para la espuma de cerveza y unos ojillos que a ciertos observadores les recordaban un par de pedazos de mármol rojizo.

Mistress Archer informó a las hermanas Bliss de que acomodaría a diez personas, entre hombres y mujeres, en su institución. Mediante un estipendio fijo, sus huéspedes contarían con un contrato para, toda la vida, incluyendo, como estupenda propina final, un entierro de lujo y una tumba escogida en el cementerio de la localidad.

-Será una especie de seguro de vida -atrevióse a intervenir Big Jim, hablando por primera vez, aunque sin levantar la vista del suelo-. Si hay unos cuantos que vivan muchísimo tiempo, nos enviarán a la Casa de Misericordia.

-No se trata del dinero -repuso entonces mistress Archer, con una vocecilla cantarina, inclinando ligeramente la cabeza y dejando asomar en los ojos un destello de santa indagación-. Lo que importa es el privilegio de servir al Señor.

Una de las dos ancianas señoras le preguntó a mistress Archer si ella y su esposo aceptarían un vaso de vino de bayas de saúco.

-¡No, Bondad divina! -respondió mistress Archer-. Jamás permitimos que toque nuestros labios ni una gota de alcohol.

Las hermanas dirían después que pudieron creer sin ningún trabajo a mistress Archer, pero que Big Jim, levantando la vista por primera vez, parecía lamentar que no se le ofreciese la oportunidad de expresar su opinión personal.

El Hogar Árcher para Personas Ancianas e Inválidos Crónicos quedó montado y en marcha al poco tiempo. Poblado por cinco ancianos, cuatro ancianas y un individuo más joven al que se veía tan delgado, blanco y tembloroso que se adivinaba fácilmente que se encontraba al borde de la Eternidad, el Hogar era un sitio alegre. Hermana Amy, como prefería mistress Archer que la llamasen, parecía una forma vaga y fugitiva cuando, embutida dentro de su blanco uniforme, correteaba por los sombríos pasillos, llevando alimentos y medicinas a los que se habían confiado a sus cuidados. Mujer ansiosa de trabajo y que no quería saber nada de sirvientas, Hermana Amy cuidaba a los enfermos y cocinaba, mientras que Big Jim hacía las camas, vaciaba los orinales y se encargaba de que no se acumulase demasiada suciedad.

Cuando hacía un tiempo favorable, Hermana Amy conducía el rebañito de sus protegidos a un ancho pórtico que corría por todo lo largo de la fachada principal de la casa y la mitad de una fachada lateral, los acomodaba en unas mecedoras y les dejaba jugando a las damas y a los naipes. Por las noches, Hermana Amy tocaba un órgano plañidero en el saloncito de felpa encarnada y los huéspedes que tenían menos sueño la acompañaban cantando himnos antiguos.

El Hogar Archer llevaba sólo tres semanas funcionando, cuando una noche de luna llena, mientras la calle estaba silenciosa y una lechuza lanzaba su lamento en la distancia, a las hermanas Bliss las despertó el redoblar de los cascos de unos caballos sobre los guijarros que empedraban la calle. Al saltar de la cama vieron un coche fúnebre, negro y brillante, arrastrado por un tiro de caballos negros como el carbón, parándose delante del Hogar Archer. Dos figuras saltaron del coche, entraron en el Hogar con un ataúd, salieron otra vez transportándolo, y dando la sensación de que pesaba más que al entrar, lo colocaron en el coche, y se marcharon de nuevo.

A la mañana siguiente, aproximadamente, a la hora del desayuno, las viejas solteronas, sentadas detrás de las cortinas de encaje, con la ventana abierta, oyeron el órgano de Hermana Amy. La enfermera dirigía a sus huéspedes en una interpretación de Más cerca de Ti, Dios mío.

A eso del mediodía, Big Jim se encontraba delante de la casa. Una de las hermanas salió a la puerta, le llamó y le preguntó si podían ayudarles en algo facilitando la buena marcha del Hogar.

-No, muchas gracias -respondió Big Jim.

-¿Cuál era el que ha salido durante la noche?

-El joven.

-¿De qué ha muerto?

-De complicaciones.

Si bien los vecinos de Hermana Amy no sabían prácticamente nada de lo que sucedía en el interior del Hogar, los habituales de Paddy, un hermoso saloon irlandés situado un par de calles más allá, pronto entrevieron una parte del cuadro. El saloon de Paddy no era un establecimiento para gente peleona, sino el dominio de los respetables ciudadanos de la vecindad que se reunían allí por las noches a fumar una pipa, a beber un vaso y a conversar tranquilamente en mutua compañía. Big Jim adquirió el hábito de escapar furtivamente hasta el saloon de Paddy, engullir unos whiskies mitigados por unas cervezas, contemplar con aire solemne su propia imagen reflejada en el espejo de detrás del mostrador, ponerse unos dientes de ajo en la boca y marcharse a hurtadillas. Una noche, otro incondicional del establecimiento, que había trabado alguna amistad con Jim, le hizo entrar en conversación con el siguiente comentario:

-Usted no parece un hombre feliz, míster Archer.

Big Jim se volvió hacia él, le guiñó el ojo y se secó la espuma del bigote.

-Y, ciertamente, no lo soy -contestó con su acento del Condado de Mayo, tan denso como el humo que saturaba el aire. -Usted me da la impresión de ser un alma comprensiva y a mí me gustaría, si me lo permite, contarle mis pesares.

Los pesares de Archer nacían de Hermana Amy.

-No consigo satisfacerla por la noche -dijo-. Un poco va muy bien, pero mi mujer dejaría exhausto a cualquiera.

-Me han dicho que su mujer es enemiga de toda clase de bebida -observó el incondicional del bar-. Si esto es verdad, ¿cómo se lo arregla para engañaría? No dudo de que con los dientes de ajo que usted mastica no hay bastante.

-En realidad, hace la vista gorda para todo lo que se ofrezca, con tal de que la complazca bien por las noches. Pero, se lo digo, amigo mío, no sé hasta cuándo seré capaz de resistir esta marcha.

Una noche de junio, dos meses después de haber montado Hermana Amy su establecimiento, las ancianas doncellas del otro lado de la calle despertaron desveladas por las pisadas de los cascos de los caballos. El coche fúnebre hacía otra visita al Hogar Archer. A la mañana siguiente, una de las hermanas Bliss supo de labios de Big Jim que un octogenario había mordido el polvo.

-El pobre hombre se agotaba como un reloj, y, simplemente, se ha parado -le gritó desde la otra acera.

Todo siguió marchando sin acontecimientos desagradables por espacio de un par de semanas. Los ancianos jugaban a las damas y a los naipes, y charlaban en el porche durante el día, y cantaban himnos en el salón por la noche. Los vecinos amigos de la música, que distinguían al momento lo que era cantar bien o mal, no hallaban ninguna palabra de elogio para los sones que se derramaban de las abiertas ventanas del establecimiento de Amy.

Los protegidos de mistress Archer demostraban mucha afición al género epistolar y sus misivas a los amigos que tenían en el exterior -todas cuidadosamente repasadas por Hermana Amy antes de echarlas al correo- hacían hincapié especial en la excelente comida, las deliciosas comodidades y los amorosos cuidados que caracterizaban al Hogar. Como resultado lógico, al año de existencia aquella institución gozaba de una excelente fama que se extendía por todo el litoral atlántico y podría afirmarse que los ancianos casi derrumbaban literalmente las puertas llamando para entrar. Cuando un residente perdía contra su voluntad el derecho a la prebenda -y los ancianos y ancianas subían al coche fúnebre nocturno acomodaditos en cajas de madera a un promedio de uno cada mes, casi con la regularidad de un reloj-, Hermana Amy dejaba el Hogar encomendado a Big Jim, llenaba un saco de viaje y se marchaba a lugares lejanos a visitar a los solicitantes. Por término medio se entrevistaba con una docena, informándose luego de todos sus pormenores antes de escoger al afortunado.

Aunque el porcentaje de defunciones de la población del Hogar Archer era unas cuatro veces superior al promedio que reflejan las tablas de las grandes Compañías de seguros de la vecina Hartford, nadie arqueaba las cejas con recelo. Simplemente, no hubiese sido cosa natural que hubieran sospechado de Hermana Amy.

Cuando una de las hermanas Bliss cayó enferma de un resfriado pésimo, que amenazaba convertirse en neumonía, Hermana Amy estuvo a punto de caer rendida cruzando la calle a todas horas para cuidar a la paciente. Cuando llamaba un mendigo a la puerta trasera del Hogar, no recibía una moneda tan sólo, sino que le invitaban a entrar y a probar una comida caliente. Por Navidad, Hermana Amy compró una hermosa bufanda escocesa para el guardia de servicio en el sector, hombre inofensivo, cuyo revólver de reglamento hacía tiempo que se había oxidado en el bolsillo de los pantalones.

A veces, cuando uno de sus pensionistas estaba a las puertas de la muerte, Hermana Amy llamaba a uno de los tres médicos que habían acaparado la clientela del sector. Aquellos seguidores de Hipócrates, que llevaban cuello de pajarita y olían a píldoras, no eran únicamente gente nada recelosa, sino que, además, estaban muy lejos de poder considerarse unos magos en el campo de los diagnósticos. De modo que cuando Hermana Amy atribuía una determinada enfermedad a un enfermo sentenciado, el matasanos, respetando el criterio de una enfermera con mucha experiencia, aceptaba el diagnóstico sin discusión y firmaba el certificado.

Un día de febrero de 1912, después de haber transcurrido casi cinco años y haberse sucedido más de cincuenta defunciones desde que Hermana Amy se estableció en Windsor, apareció en la puerta trasera del Hogar Archer un hombre que necesitaba un socorro en alimentos. Big Jim estaba despidiendo al mendigo como a un truhán indeseable cuando el azar quiso que Hermana Amy pasase por allí y apoyase una mano blanca y delicada en el brazo de Jim, Examinando al forastero con una rápida mirada, la enfermera había advertido que se trataba de un hombre de aspecto notable que no había cumplido los cuarenta años. Resultó que el visitante se llamaba Michael Gilligan. Tenía el cabello rojo, la nariz gruesa y llevaba una chaqueta a cuadros y unos pantalones bombachos que le hacían parecer una banana desmochada en una función burlesca. Tenía unos ojos bribones, la sonrisa pronta y una voz cautivadora.

-Entre -le dijo Hermana Amy a Gilligan-. Entre en seguida y le prepararé algo que comer.

Gilligan le guiñó el ojo a Archer y entró en el edificio.

Después de una suculenta comida, Gilligan dijo que le gustaría darse una vuelta por el establecimiento.

-Manejo bien las herramientas -le dijo a Hermana Amy, después de haberío observado todo-. Si me diesen alojamiento y comida les arreglaría la casa.

Hermana Amy examinó de nuevo con la mirada al forastero y le contrató.

Poco después, el Hogar Archer retumbaba con los martillazos y el chirrido de la sierra, mientras Gilligan, inclinado sobre su tarea como un buen amante del trabajo, levantaba suelos y derrumbaba tabiques. Aficionado a un tiempo a la bebida y a mascar tabaco, Gilligan iba siempre con un pedazo de este último en la boca y tenía un aliento capaz de marchitar un geranio. Big Jim no lograba comprenderlo. Durante todos los años que llevaba casado con Hennana Amy, se había visto obligado a beber a escondidas, y he ahí que ahora se presentaba un pelirrojo desconocido con unos pantalones bombachos y hacía lo que se le antojaba.

Con el amor propio herido y los celos excitados, Big Jim decidió que Gilligan tenía que marchar de allí. De modo que una tarde, cuando Hermana Amy estaba de compras, interrumpió a Gilligan, que estaba haciendo unas reparaciones en la puerta de la calle.

-Ya no tenemos necesidad de su presencia -le informó.

-¿Quién lo ha dicho? -inquirió Gilligan.

-Yo. -Big Jim señaló con el índice el rótulo, negro y oro, a un par de pies de distancia de donde tenía lugar el diálogo-. El rótulo dice que este es el Hogar Archer, y no olvide que Archer soy yo.

Gilligan estudió brevemente el rótulo, cambió de sitio el pedazo de tabaco que tenía en la boca, cerró los labios y los abrió para soltar un chorro de jugo de, tabaco que salpicó el rótulo.

-Eso es lo que pienso de su maldito letrero -dijo.

Una hermosa mañana de abril, cuando hacía un par de meses que Gilligan rondaba por el Hogar y la savia se encontraba en plena ascensión, Hermana Amy se presentó en casa de las solteronas Bliss, muy cambiada, sin manifestar su animación habitual.

-¿Qué demonios le pasa, Hermana Amy? -preguntó una de las dos solteronas.

-Se trata de mi marido.

-¿De Big Jim? ¿Y qué le ocurre de anormal a Big Jim?

-No le queda mucho tiempo de estancia en este mundo.

-¡Ah, qué pena! ¿Qué será lo que aqueja al buen hombre?

-Está deshecho por la bebida. -Hermana Amy había permanecido con la vista fija en el suelo. Ahora levantó los ojos para ver qué cara ponían las dos hermanas-. Ha bebido siempre en secreto.

-¿Quiere decir que usted no sabía que bebiese?

-Jamás lo supe. ¿Por qué? ¿Lo sabía usted?

-Ah, sí. Hermana Amy. Lo hemos sabido desde el principio.

-En fin, poco importa. Está acabado, pobre hombre. Tiene unas hemorragias de estómago terribles.

-¿Muy a menudo?

-Prácticamente todas las noches.

-¿No ha llamado a un médico?

-Sería inútil -respondió Hermana Amy, suspirando y mordiéndose el labio inferior-. Soy enfermera y sé cuándo una persona se encuentra en situación desesperada. -Hermana Amy se puso en pie, apretó las manos contra los costados y levantó la mirada por encima de las cabezas de las dos hermanas con una actitud muy digna-. ¡Ah! -exclamó-. Ojalá mi querido Jim me lo hubiese comunicado a tiempo.

Por espacio de un mes, después de haber partido de noche Big Jim hacia el desconocido destino del cual ningún viajero regresa, Hennana Amy estuvo inconsolable. Deambulaba por el Hogar preguntando a gritos al Señor por qué se había llevado a Big Jim, y casi no pasaba hora sin que se sentase al lloroso órgano a tocar una y otra vez Más cerca de Ti, Dios mío.

Pero toda nube tiene sus ribetes de plata. Hermana Amy salió de repente de su tristeza y una soleada mañana cruzó la callo a toda prisa.

-¡Ah! -exclamó, abrazando a una de las hermanas Bliss-, ¡Felicíteme! Soy la mujer más dichosa del mundo.

-¿Qué diantres ha pasado, Hermana Amy?

-Míster Gilligan me ha pedido que sea su esposa.

-¡No!

-¡Sí!

El Hermano Gilligan, como Hermana Amy había empezado a llamar al novio, tenía muchísima más perspicacia de la que Big Jim Archer había tenido nunca. Continuó bebiendo descaradamente, llevando siempre una botella en el bolsillo y empinando el codo siempre que le venía en gana. Algunos pensionistas, conociendo la decidida oposición de Hermana Amy a las bebidas fuertes, se preguntaban cómo era que tolerase semejante abuso.

-Lo necesita para la salud -explicaba un día Hermana Amy a un par de ancianos que jugaban a los naipes-. En su caso es como una medicina.

Pero los clientes del bar de Paddy sabían la verdadera explicación. El Hermano Gilligan había olfateado pronto el refugio y ahora tenía ya allí una buena tertulia de confidentes. Siendo un tipo jactancioso, había divulgado entre sus camaradas que después de varios años de rodar por el mundo como un pordiosero, al final había caído en una cama blanda.

-¿Y saben por qué la mujercita permite que beba, a pesar de lo enemiga que es del licor? -les dijo una noche.

-No. ¿Por qué?

-¡Porque en verdad que da mucho trabajo! -Gilligan se golpeó el pecho con el puño-. Pero Michael Gilligan es el hombre indicado para esa tarea.

Pasaban los meses, pasaron los años. Apenas transcurría un mes sin que el coche fúnebre se parase delante del Hogar Archer-Gilligan, como se llamaba ahora el establecimiento. Allá por la primavera de 1913, seis años después de haber aparecido por primera vez Hermana Amy en aquellos horizontes, más de setenta huéspedes que firmaron contrato por toda la vida habían mordido el polvo y habían marchado de noche dentro de una caja de madera. Sin embargo, todavía nadie se paraba a pensar dos veces en aquellas defunciones. Parecía muy natural que el organismo de los ancianos, siguiendo el curso normal de los acontecimientos, se le descosieran las costuras y pereciese. Medio siglo atrás, el promedio de vida era considerablemente inferior a lo que es hoy, y la mayoría de los huéspedes de Hermana Amy, cuando entraban en el establecimiento, ya vivían de prestado.

Una noche, el Hermano Gilligan se presentó en el saloon terriblemente abatido. Una gran tragedia había descendido sobre él. Los años de abuso excesivo del alcohol, por no mencionar e desmesurado aprovechamiento de las libertades maritales con Hermana Amy, se habían cobrado su impuesto. Michael Gilligan, el pelirrojo de los pantalones bombachos, se había visto afectado de impotencia con una rapidez devastadora.

-Oye, chico -le dijo un incondicional del establecimiento, compañero suyo-, deberías ir a ver a uno de esos doctores que remedian las cosas de este género.

Gilligan volvió la cabeza para fijar en el habitual del saloon unos ojos tristes como los de un venado.

-Este es el caso, precisamente -respondió-. He ido ya, y el doctor no puede hacer nada por mí.

Entonces quiso la fortuna que un buen día entrase en el Hogar Archer-Gillígan un caballero atildadamente vestido llamado Andrews, que tenía cincuenta y un años, pero estaba tan bien conservado que parecía un cuarentón vigoroso: terso el cutis, ojos azules centelleantes, paso elástico… Andrews usaba perfumes intensos, andaba por ahí leyendo, poseía y tenía una vaga especie de pasado y un presente incierto. En la casa nadie conseguía definirle por completo.

Dado que la llegada de Andrews coincidió con la dolencia de Gilligan, no era sino muy natural que Hermana Amy empezase a prestar alguna atención al recién venido. A diferencia de los otros huéspedes, Andrews tenía la mayoría de sus piezas dentarias y en realidad podía comerlo todo. De modo que Hermana Amy empezó a prepararle platos especiales para él. A las pocas semanas de su llegada, todos y cada uno de los alojados en el establecimiento miraban a Andrews como a un sujeto privilegiado.

Una noche, menos de un mes después de haber revelado su aflicción a un compañero de tertulia del saloon de Paddy, la categoría del Hermano Gilligan en dicho establecimiento sufrió un gran cambio: de ser un cliente habitual había pasado a ser un recuerdo.

-¡Lástima, pobre Gilligan! -le decía el camarero a un parroquiano.

-¿Verdad que sí? Jamás existió otro hombre mejor.

-¿Estuviste en el entierro?

-No. La ceremonia se celebró en privado. Deseo de su esposa.

-Ciertamente, le echaremos de menos. -Sin duda. Dicen que se fue a dormir y ya no despertó. Cosa del corazón.

El camarero recorrió el establecimiento con una mirada circular.

-¿Qué quieren tomar, señores? En memoria del Hermano Gilligan, esta ronda la paga la casa.

El que ingresó luego en el Hogar Archer-Gilligan fue un caballero anciano de ojos guiñadores y cutis de franela, llamado Runyon, quien, con estas o las otras artes, había consegtlido engañar a Hermana Amy al sufrir el examen de admisión, pues se declaró abstemio. Runyon, un viudo de Nueva Jersey, sin hijos, era una vieja cuba. Solía marcharse a hurtadillas hasta lo de Paddy, allí cargaba de lo lindo y a eso de la media noche regresaba al Hogar, sentándose en el porche con los pies sobre la baranda, y con voz de barítono, fuerte y beligerante, se ponía a cantar antiguas canciones irlandesas, despertando a toda la vecindad.

Ahora era Runyon el que informaba a los, compañeros de saloon de lo que ocurría en el Hogar. Hermana Amy, después de la despedida del Hermano Gilligan, empezaba a ponerle ojos tiernos al atildado y misterioso Andrews. Una noche, muy temprano, Runyon corrió al saloon estallando con la noticia.

-¡Vaya con ese Andrews! -exclamó para empezar-. Ha ocurrido la cosa más chocante.

-¿Qué? -preguntó el camarero.

-Es un tipo raro,

-¿Qué quiere decir eso de raro?

-Es de la serie B.

-¿Quiere decir que es invertido?

-Ni más ni menos.

-¿Cómo lo sabe?

Parece que la noche anterior, bastante tarde, Runyon recorría un pasillo del segundo piso, dirigiéndose al cuarto de baño, y cuando cruzaba por delante del cuarto de Andrews, oyó el rumor de una conversación en voz baja. Parándose a escuchar con calma, identificó las voces de Hermana Amy y Andrews.

-Usted es un hombre muy guapo -le decía Hermana Amy a Andrews.

-Oh, por favor, Hermana Ainy -respondía el caballero-. No me toque de este modo.

-¡Oh! ¿Qué le pasa? ¿No me considera atractiva?

-No es esto, Hermana Amy. No es esto en modo alguno.

-Si no es esto, ¿qué es?

-Pues, para decirle la verdad, a mí nunca me han preocupado las mujeres.

-¿No? ¿Por qué?

-No sé. Simplemente, no me han interesado.

-Pero, ¿por qué? Dígame, por favor, ¿por qué?

-Prefiero los hombres.

-¿Quiere decir…, quiere decir que usted no es natural?

-Si le gusta expresarle de este modo, sí.

-¡Vaya! -exclamó Hermana Amy-. ¡Por lo visto, he cometido un error espantoso!

Runyon, al narrar el episodio, le dijo al camarero que después de eso se había alejado precipitadamente por el pasillo. El pobre Runyon no duró mucho, luego de haber propalado el chisme acerca de lo que ocurrió con Andrews. La vacante ocasionada por su partida se llenó pronto, y con la misma prontitud las hermanas Bliss vieron entrar en el Hogar, una tarde que soplaba el vendaval, a un matrimonio bastante maduro. Los dos ancianos estuvieron dentro del edificio más de una hora, y cuando volvieron a salir se pararon en la acera, apoyándose el uno en el otro y mirando a su alrededor. Luego cruzaron la calle y pulsaron el timbre de la puerta del hogar de las solteronas.

Los visitantes -míster y mistress Gowdy, de otra parte de Connecticut- explicaron a las hermanas Bliss que habían oído hablar tanto del Hogar Archer-Gilligan que se habían fijado la obligación de ir a visitarlo personalmente y solicitar que les admitiesen en él.

-Gozamos de buena posicion -declaró el marido-, pero no tenemos ningún pariente y nos gustaría encontrar un sitio agradable donde pasar el resto de nuestros días.

-Habrán encontrado el Hogar lleno hasta los topes -objetó una de las hermanas Bliss.

-Sí -contestó míster Gowdy-. Sin embargo, pronto habrá una vacante.

-¿Cuál?

-La del caballero joven. El que lee poesías.

-¿Míster Andrews?

-Sí, creo que es este su nombre.

-¿Qué dolencia sufre?

Gowdy se dio unas palmadas sobre el corazón.

-¡Pero si míster Andrews es el mismo retrato de la salud! -exclamaron las dos hermanas a coro.

-Esto les enseñará que las apariencias engañan -dijo Gowdy.

Cuando míster Andrews, lindamente metido en su caja, partió sobre el coche fúnebre unas noches después, las hermanas Bliss empezaron, al cabo de todos aquellos años, a sentir una vaga desazón. Atando unos cabos con otros, las pasmaba el hecha de que los residentes jóvenes del Hogar Archer-Gilligan parecían derrumbarse luego de haber vivido allí tan poco tiempo como los viejos.

-No parece nada divertido, ¿verdad, hermana? -dijo una de las dos, mordiéndose las uñas de una mano mientras con la otra abría las cortinas de encaje para mirar hacia el Hogar.

Los Gowdy -el matrimonio que estaba en buena posición- se trasladaron al cuarto de Andrews, pero no pudieron disfrutarlo mucho tiempo. Menos de tres semanas después de haberlo ocupado lo desocuparon de nuevo. Ambos la misma noche, con tres horas de intervalo.

-¡Caramba! -dijo una de las solteronas a Hermana Amy cuando ésta fue a tomar el té al día siguiente al de la partida de los Gowdy-. Sus pensionistas se mueren a un ritmo acelerado, ¿no es cierto?

Hermana Amy bebió unos sorbitos antes de contestar:

-Es la voluntad de Dios. El Señor obra sus maravillas de un modo misterioso.

Un día de la primavera de 1914, siete años después de haber aparecido por primera vez Hermana Amy en el horizonte, un reportero del Courant, de Hartford -un verdadero tipo de periodista de primera página que se llamaba Mike Toughy: pipa, cinismo, sombrero abollado y todo el resto-, estaba hojeando unas estadísticas del Condado de Hartford con la esperanza de reunir algunos datos que le proporcionaran tema para un buen artículo dominguero. Cuando Mike Toughy descubrió que los moradores del Hogar Archer-Gilligan se habían renovado por completo cada doce meses por obra de la muerte, sintió que se le aceleraba el pulso. Y se preguntó si los jugosos contratos vitalicios que Hermana Amy ofrecía a sus huéspedes quedaban anulados bruscamente, sin que tina de las partes contratantes tuviera noticia previa de ello.

Comprobando el promedio de mortalidad del Asilo de Ancianos de Hartford, Toughy averiguó que, en conjunto, el porcentaje de defunciones era únicamente la sexta parte del que había en el establecimiento de Hermana Arny. A continuación se fue a la oficina de un actuario de una de las grandes Compañías de seguros de Hartford. El actuario, un hombrecito exento de toda jovialidad, que llevaba unos lentes sin aros y tenía el cabello rubio y muy escaso, empezó a trazar unos números sobre un cuaderno. Al terminar, exhaló un suspiro, se recostó en el sillón giratorio, se cogió las manos por detrás de la cabeza y estudió a Toughy con la mirada. Luego, aportando su grano de arena al estilo literario que se complace en aminorar la magnitud de las cosas, declaró:

-Creo que puede usted admitir sin temor que algún elemento anormal precipita el final de la vida de los alojados en el Hogar Archer-Gilligan.

Toughy se puso en contacto con los médicos que habían firmado los certificados de defunción. Según éstos, no había nada sospechoso. Luego trató de ponerse al habla con familiares de los fallecidos. Simplemente, no existían familiares. A continuación, dando por sentado definitivamente que mistress Archer había matado con objeto de lucrarse, Toughy recorrió las Compañías de seguros para cerciorarse de si la damita había probado de asegurar a alguno de sus pensionistas. Resultó que, en efecto, en diversas ocasiones había intentado contratar pólizas para varios caballeros y damas, pero sólo uno fue lo bastante joven y se encontró suficientemente sano para salir airoso del examen médico.

-¿Quién era ese?

-Se llamaba Andrews. Murió de un ataque cardíaco inmediatamente después de haberse firmado la póliza.

Como muchos reporteros de la época, Mike Toughy no le tenía mucho respeto a la ley cuando ésta ponía obstáculos a una prueba tendente a demostrar precisamente una posible violación de la ley. En consecuencia, sencillamente, fue y engrasó las manos de un par de sepultureros, hizo desenterrar a Andrews a la luz de la luna, buscó a un amigo suyo, estudiante interno de Medicina, para que se llevara muestra de las entrañas del cadáver y luego volvió a meter a Andrews en la fosa.

Las noticias que recibió Toughy del laboratorio de Boston al cual envió un trocito del difunto Andrews fueron rápidas y desalentadoras. En contra de lo que él había supuesto, Andrews no había muerto envenenado.

Convencido de que si Andrews había fallecido, quizá, de muerte natural, no había ocurrido lo mismo con algunos de los otros, Toughy hizo desenterrar más cadáveres. Ninguno había sido envenenado, ni golpeado, ni maltratado de modo alguno que pudiera provocar la muerte.

Por aquellos días, Toughy estaba desalentado, pero no pensaba, ni mucho menos, abandonar la partida. Aquella vocecita queda y leve que hablaba a todos los irreverentes reporteros de la vieja escuela, le aconsejaba que perseverase en su empeño Mientras otros periodistas del Courant se ponían a examinar los libros de venta de tóxicos de todas las droguerías del Condado de Hartford, Toughy, presentándose como propagandista electoral, empezó a pulsar los timbres de la manzana de casas en que vivía Hermana Amy.

Cuando apretó el timbre de la casa de las hermanas Bliss y éstas le invitaron a pasar al salón, una voz en su interior le dijo que había llegado a buen puerto. Al comunicar quién era y qué se proponía, consiguió soltar la lengua de las dos solteronas. Y al saber que también a ellas las tenían intranquilas los acontecimientos del Hogar, se sintió animado por vez primera. Toughy se acomodó calladamente en una habitación del segundo piso desde la cual se veía el Hogar Archer-Gilligan. Mirando desde el otro lado de la calle con unos anteojos de campaña, Toughy pudo ver en diversas ocasiones a Hermana Amy y la calificó de una persona taimada de veras.

Durante una semana ocurrió poca cosa más. Luego, una noche, apareció de nuevo el coche fúnebre. Toughy lo siguió y se las compuso para que se procediera a una rápida autopsia secreta del cadáver -el de una anciana- antes de que lo sepultaran. La mujer había muerto a consecuencia de las enfermedades propias de la edad.

Aunque empezaba a sentirse invadido de una callada desesperación, Toughy hizo una visita a Hugh Alcorn, el inteligente y ambicioso fiscal del Condado de Hartford, y le expuso sus sospechas. Alcom estuvo un rato meditando la cuestión. Luego, haciendo describir un arco al sillón giratorio, se puso a mirar por la ventana, y dijo:

-No sólo no posee usted ninguna prueba que yo pudiera presentar a un tribunal, Mike, sino que se expone a colocar al Courant en una situación comprometida.

-¿Cómo?

Alcorn imprimió otro giro al sillón.

-Mistress Archer-Gilligan estuvo aquí a verme -dijo.

-¿Ah, si? ¿Para qué?

-Alega que usted la está persiguiendo.

-¡Vaya con el diablillo! ¿Cómo es posible que haga semejante afirmación?

Alcorn se encogió de hombros.

-Todo lo que sé es que está enterada de que usted se ha interesado mucho por sus actividades. Y dice que si no pone fin a esta conducta hará procesar el periódico por persecución.

Toughy volvió a esconderse de nuevo en el cuarto del segundo piso del hogar de las Bliss, esta vez acompañado por un dibujante del Courant. El artista tomó unos apuntes de Hermana Amy mientras iba y venía por el largo porche.

Toughy visitó las droguerías con el dibujo en la mano. Ese fue el recurso que dio el golpe. Hermana Amy había utilizado nombres falsos para comprar raticidas. Las compras de veneno, por lo común, habían precedido en número limitado de días la fecha de una defunción en el Hogar.

Con la prueba que le proporcionaba el periodista sobre la mesa escritorio, Alcorn se arremangó oficialmente la camisa. E hizo desenterrar no uno, ni dos, ni tres, sino cuatro caballeros que habían entregado el alma pocos días después de las más recientes adquisiciones de arsénico. Todos habían sido despachados por medio del raticida.

Hermana Amy, sometida a juicio por la última de las defunciones provocadas con arsénico -la de un hombre de media edad-, ofrecía una figurilla triste, vestida de negro, con una Biblia pequeña en la mano, por lo cual Alcorn la describió como una Borgia del siglo veinte. Llevado por el entusiasmo, Alcorn presentó pruebas de que Amy no sólo había matado al hombre por cuyo fallecimiento la juzgaban, sino a otros veintitrés en un período de dieciocho meses.

Hermana Amy fue declarada culpable y sentenciada a la horca. Pero su defensor, apelando el caso sobre la base de que Alcorn, obsesionado por el afán de coger por el cuello a Hermana Amy, había introducido pruebas de envenenamientos no relacionados con el caso que se dirimía, consiguió que la damita fuese juzgada de nuevo. Pleiteando como culpable en el segundo juicio, celebrado cuando hacía doce años que la acusada había abierto el Hogar en la calle Prospect, Hermana Amy Archer-Gilligan salvó el pellejo. Unos años después se volvió demente y pasó un tercio de siglo en una jaula de ardillas.

-Big Jim… -solía murmurar Hermana Amy en su encierro-. Big Jim…

Nadie supo nunca si Big Jim colaboró con uno de los mayores demonios de la historia moderna del crimen en América, o si Hermana Amy continuaba pronunciando su nombre porque el hombre del hermoso bigote castaño había sido, antes de verse desplazado por Gilligan, lo que Amy pedía en sus oraciones nocturnas.



MÁS INFORMACIÓN EN INGLÉS
https://criminalia.es/asesino/amy-archer-gilligan/
 
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Patrice Alègre

  • Clasificación: Asesino en serie
  • Características: Violador en serie
  • Número de víctimas: 5 +
  • Fecha del crimen: 1989 - 1997
  • Fecha de detención: 5 de septiembre de 1997
  • Date of birth: 20 de junio de 1968
  • Perfil de la víctima: Valérie Tarriote, 22 / Laure Martinet, 19 / Martine Matias, 29 / Mireille Normand, 36 / Isabelle Chicherie, 31
  • Método del crimen: Estrangulación
  • Lugar: Varios lugares, Francia
  • Estado: Condenado a reclusión perpetua el 21 de febrero de 2002
Índice

La infancia de un violador en serie, hijo de un policía, conmociona a los franceses
Última actualización: 26 de mayo de 2015

14 de febrero de 2002

El juicio contra Patrice Alègre, un asesino en serie acusado de 5 violaciones y 4 muertes, conmociona a Francia. Por la brutalidad de los crímenes, y también por el intenso odio que el acusado ha mostrado ante su padre, un policía antidisturbios ya retirado, llamado a declarar como testigo.

«Si algo lamento es no haberle matado como le dije a mi madre. No habría hecho todo el mal que hice y hoy no estaría aquí», aseguró en presencia de su padre. «Miente, como siempre», gritó cuando su progenitor declaró que le quería a pesar de que nunca le ha visitado en la cárcel.

La turbulenta historia entre padre e hijo es sólo un detalle más en una historia llena de violencia y sordidez. Un padre con problemas con el alcohol y tendencia a resolver las dificultades a golpes, que estaba obligado por su trabajo a pasar largas temporadas fuera de casa.

La madre, una mujer embarazada a su pesar, joven alcohólica y con una amplia colección de amantes. Entre ambos, Patrice, que pronto se apartó del buen camino pese a las «correcciones» de su padre, quien tapó las primeras tropelías de su hijo compensando incluso a las víctimas de los robos, para evitarle el paso por los tribunales.

El padre afirmó sentir vergüenza por el sufrimiento que su hijo ha inflingido a las familias de las víctimas. Sin descartar que tal vez tenga alguna responsabilidad en el comportamiento de Patrice, negó ser un «borracho» o haberle golpeado sistemáticamente. «No era más violento que cualquier padre aquí presente» afirmó, para después reconocer que cuando el acusado tenía 11 ó 12 años le golpeó con un palo en la cabeza porque se sentía «totalmente impotente». También insistió en que aunque él y su esposa no eran «una pareja al uso», no la golpeaba. Sólo en una ocasión la encañonó con un rifle cuando la sorprendió en compañía de un amante.

La madre definió al padre de sus hijos como un hombre «muy violento» que golpeaba a Patrice cuando «hacía tonterías».

Desgraciadamente, los hechos que se juzgan estos días en la localidad francesa de Toulouse van mucho más allá del drama familiar en el hogar de los Alègre. Según la acusación, Patrice violó y asesinó entre 1989 y 1997 a cuatro mujeres.

Un exalcalde de Toulouse, implicado en orgías
Montse Capdevila – Elperiodicodearagon.com

20 de mayo de 2003

El presidente del Consejo Superior del Audiovisual (CSA) de Francia, Dominique Baudis, denunció el domingo ser objeto de una «espantosa maquinación» al haber sido involucrado por una prost*t*ta en orgías sadomasoquistas con menores. Fue el mismo Baudis, exalcalde de Toulouse, quien reveló que había sido «citado» en el sumario abierto contra el asesino múltiple Patrice Alegre, a quien se le acusa de organizar las fiestas para un grupo de notables.

El exalcalde tomó la delantera y, antes de que la prensa de Toulouse publicara las declaraciones de la prost*t*ta, hizo público un comunicado e intervino en directo en el informativo de la cadena TF-1 para desmentir las acusaciones. Baudis explicó que, según una prost*t*ta llamada Patricia, él había estado hace 10 años «en el centro de la organización de veladas sadomasoquistas, con violaciones de menores, actos de barbarie y tráfico de cocaína».

Baudis, que se dijo dispuesto a colaborar totalmente con la justicia, señaló que esta situación es la respuesta a su decisión, adoptada el pasado julio, de no permitir la difusión de por**grafía por televisión. «Al parecer, esto –dijo el exalcalde de Toulouse- debe molestar a gente con grandes intereses».

El sumario judicial en el que aparecen estas acusaciones es el abierto contra Patrice Alegre, condenado a cadena perpetua por cinco asesinatos. Actualmente, Alegre es objeto de una nueva investigación judicial por violaciones, proxenetismo, tortura y actos de barbarie. Tres prost*tutas lo acusan de ser el organizador de las veladas, en las que presuntamente participaban personalidades de la alta sociedad de Toulouse.

En la investigación se habla también del magistrado Marc Bourragué del que se dice protegía las actividades criminales de Alegre. Bourragué es actualmente vicefiscal en Montauban y ha desmentido categóricamente las declaraciones de las prost*tutas a las que calificó de «grotescas».

Escándalo en Francia por la asistencia de personajes públicos a orgías sadomasoquistas
Elmundo.es

Miércoles, 28 de Mayo de 2003

Destituido el fiscal jefe del Tribunal de Apelaciones de Toulouse – Las sesiones incluían violación de menores, torturas, prost*tutas y drogas

La sospecha de que un grupo de personalidades públicas de Toulouse participaron en sesiones de sadomasoquismo organizadas por un asesino múltiple ha llevado al Gobierno a sustituir al jefe de los fiscales del Tribunal de Apelación de esa ciudad del sur de Francia.

El Consejo de Ministros nombró al fiscal de Créteil (en las afueras de París), Michel Barrau, sustituto de Jean Volff, quien ha sido acusado por prost*tutas de haber frecuentado esas sesiones, en las que participaron menores de edad.

El ministro de Justicia, Dominique Perben, explicó que ha adoptado esa decisión tras los informes presentados por una misión de inspección judicial de sus servicios que estuvo la semana pasada en Toulouse.

«Deseo que existan las relaciones de confianza necesarias para que el buen funcionamiento de las jurisdicciones sean restauradas en Toulouse y que quede claro que los magistrados son gente con dedicación, honesta y convencida de la importancia de su tarea», dijo Perben a la prensa.

Al igual que han hecho otros magistrados durante los últimos días, Volff reveló que una prost*t*ta le había implicado en el asunto de las sesiones sadomasoquistas.

En una entrevista a un diario regional, Volff, de 65 años, desmintió esas acusaciones y señaló que había pedido a Perben que le sustituyera en su cargo, pues se encontraba en una situación «insostenible» para continuar ejerciendo sus funciones.

El pasado día 15, la Fiscalía de Toulouse abrió una investigación contra el asesino múltiple «Patrice Alegre y otros» por «proxenetismo en banda organizada, violaciones agravadas y complicidad, torturas y actos de barbarie y violaciones a menores por personas depositarias de autoridad pública».

Este caso dio un giro espectacular el pasado día 18, cuando el presidente del Consejo Superior del Audiovisual de Francia y ex alcalde de Toulouse, Dominique Baudis, pidió él mismo comparecer ante las cámaras del telediario más visto en Francia para desvelar las acusaciones que pesaban contra él.

Es una «maquinación espantosa», afirmó Baudis, al comentar que su nombre fue «citado» por ex profesionales del s*x* en la investigación sobre Alegre.

Las ex prost*tutas dicen que Alegre, implicado en proxenetismo, contó con protección policial y judicial, y precisan que, a petición del asesino, participaron en veladas sadomasoquistas con personalidades de la ciudad.

Según las declaraciones de esas mujeres, Baudis estuvo, hace 10 años en Toulouse, en el centro de la organización de veladas sadomasoquistas, con violaciones de menores, actos de barbarie y tráfico de cocaína, explicó Baudis.

Afirmó que esas acusaciones «alucinantes» son una «maquinación espantosa» montada contra él y señaló que será fácil a los investigadores darse cuenta de la falsedad de las alegaciones si comprueban su agenda cuando era alcalde [y diputado] de Toulouse.

Tras señalar que cooperará plenamente con la justicia para que se «desenmascare» a quienes están detrás de las acusaciones, recordó que las alegaciones en su contra surgieron desde que emprendió en julio pasado una campaña contra la por**grafía en la televisión.

Asesino corrobora presuntas veladas sadomasoquistas en Toulouse
Nacion.com

1 de junio de 2003

París, 1 jun (EFE).- El escándalo de la supuesta organización de veladas sadomasoquistas en Toulouse en las que habrían participado políticos, magistrados y policías de esta ciudad del sur de Francia dio hoy un nuevo giro al ser corroboradas por el presunto organizador, un asesino en serie condenado a cadena perpetua.

En una carta enviada al presentador de un programa de la televisión Canal Plus, el asesino, Patrice Alegre, reconoce además ser el autor de la muerte de una prost*t*ta y de un travesti, que habría sido eliminado por encargo de dos personalidades de Toulouse debido a que era un «testigo molesto».

Esas orgías, organizadas a principios de la década de los años 90, degeneraban frecuentemente en violencia, según Alegre, que confirma así la versión de dos ex prost*tutas en cuyas declaraciones se han basado los jueces para abrir dos investigaciones judiciales paralelas, el pasado 15 de mayo.

Una se refiere al asesinato de Claude Martinez, un travesti que habría filmado las veladas sadomasoquistas, y de la prost*t*ta Line Galbardi, en 1992, cuyas investigaciones habían sido archivadas en el pasado.

El otro sumario contra «Patrice Alegre y otros» fue abierto por «proxenetismo en banda organizada, violaciones agravadas y complicidad, torturas y actos de barbarie y violaciones a menores por personas depositarias de autoridad pública».

El pasado viernes y a petición propia, Alegre prestó declaración ante el magistrado instructor de estos sumarios, algo inédito en el comportamiento de este asesino en serie.

Según fuentes próximas a la investigación, Alegre afirmó que fue el ex alcalde de Toulouse y actual presidente del Consejo Superior del Audiovisual (CSA), Dominique Baudis, y otros quienes le encargaron que hiciese «callar» a Martínez y recuperase los vídeos.

En cuanto a Galbardi, Alegre afirma que la mató delante de un policía que le habría encargado el asesinato.

Nada más conocer los nuevos detalles, el abogado de Baudis, Francis Szpiner, denunció en rueda de prensa «una maquinación» contra su cliente, quien, según dijo, quiere ser procesado para tener acceso al sumario y poder defenderse de la «calumnia».

Szpiner recordó que Alegre está condenado a cadena perpetua y «puede decir lo que quiera porque ya no corre ningún riesgo».

Baudis fue citado también por las dos ex prost*tutas «Patricia» y «Fanny», compañeras de Galbardi, en el sumario sobre las presuntas veladas sadomasoquistas, un dato que él mismo hizo público recientemente en un telediario de máxima audiencia, y entonces denunció ser víctima de un complot de la industria pornográfica.

Desde su puesto en la CSA, Baudis había lanzado una campaña en contra de las películas pornográficas en la televisión.

Szpiner aludió hoy a un litigio que enfrentó a un sindicato de empleados municipales y Baudis, alcalde de Toulouse de 1983 a 2001.

Baudis les demandó por desvío de fondos del centro de vacaciones del castillo de Arbas, mencionado como el supuesto lugar de las veladas sadomasoquistas.

Tres magistrados de Toulouse anunciaron también a la prensa que han sido citados por las dos ex prost*tutas, pero niegan las acusaciones.

Alegre fue condenado en febrero de 2002 a cadena perpetua, acompañada por un periodo de seguridad de 22 años, por el asesinato de cinco mujeres entre 1989 y 1997.

Después ha sido procesado por otros seis crímenes, entre ellos los de Galbardi y Martinez.

Asesino a sueldo organizaba partusas de jueces, políticos y polis sadomasoquistas
Lacuarta.com

1 de junio de 2003

París (EFE).- El escándalo de la supuesta organización de orgías sadomasoquistas en Toulouse, en las que habrían participado políticos, magistrados y policías de esta ciudad del sur de Francia, dio un nuevo giro al ser confirmadas por el presunto organizador, un asesino a sueldo condenado a cadena perpetua.

En una carta enviada al presentador de un programa de la televisión Canal Plus, el asesino Patrice Alegre reconoció ser el autor de la muerte de una prost*t*ta y de un travesti que habría sido eliminado por encargo de dos personalidades de Toulouse, debido a que era un «testigo molesto».

Esas orgías, organizadas a principios de la década de los años ’90, degeneraban frecuentemente en violencia, según Alegre, que confirmó la versión de dos ex prost*tutas en cuyas declaraciones se han basado los jueces para abrir dos investigaciones judiciales paralelas, el pasado 15 de mayo.

Una se refiere al asesinato de Claude Martínez, un travesti que habría filmado las veladas sadomasoquistas, y de la prost*t*ta Line Galbardi, en 1992, cuyas investigaciones habían sido archivadas en el pasado.

El otro sumario contra «Patrice Alegre y otros» fue abierto por «proxenetismo en banda organizada, violaciones agravadas y complicidad, torturas y actos de barbarie y violaciones a menores por personas depositarias de autoridad pública».

Según fuentes próximas a la investigación, Alegre afirmó que fue el ex alcalde de Toulouse y actual presidente del Consejo Superior del Audiovisual (CSA), Dominique Baudis, y otros quienes le encargaron que hiciese «callar» a Martínez y recuperase los videos.

En cuanto a Galbardi, Alegre afirmó que la mató delante de un policía que le habría encargado el crimen.

Tres magistrados de Toulouse han sido citados por ex prost*tutas implicadas, pero niegan las acusaciones.

Alegre fue condenado en febrero de 2002 a cadena perpetua, acompañada por un período de seguridad de 22 años, por el asesinato de cinco mujeres entre 1989 y 1997.

Después ha sido procesado por otros seis crímenes, entre ellos los de Galbardi y Martínez.

Hallan casa que albergó orgías violentas en Toulouse
Eluniversal.com.mx

16 de junio de 2003

Supuestamente las veladas sadomasoquistas eran organizadas por un asesino en serie y frecuentadas por notables a principios de la década de los 90 la policía ha encontrado la casa en la que se celebraron supuestamente veladas sadomasoquistas organizadas por un asesino en serie y frecuentadas, al parecer, por notables de Toulouse, al sur de Francia.

En base a los relatos y descripciones de dos ex prost*tutas, «Patricia» y «Fanny», los gendarmes han localizado «la casa del lago de Noe», a 20 kilómetros de Toulouse, escenario presuntamente de violentas orgías a principios de la década de los 90, según el vespertino Le Monde.

«Fanny» aseguró haber visto atadas en las paredes de una habitación, denominada «la capilla» y situada en el torreón de la casa, a «menores de 12 o 13 años», mientras que «Patricia» dijo que dos prost*tutas fueron asesinadas y sus cuerpos fueron arrojados al lago situado en la parte de atrás de la vivienda.

Esa casa, que era propiedad de un hotelero de la zona, se la había dejado a su padre, quien vivía con una prost*t*ta y quien murió recientemente a los 76 años víctima de una fractura craneal.

Su cadáver va a ser exhumado y sometido a una autopsia, según el rotativo, que da cuenta además de que la casa ha cambiado de propietarios y estos han corroborado la presencia de argollas en algunas habitaciones, que arrancaron, así como la moqueta, porque tenía manchas oscuras como de «sangre seca».

«Fanny» y el asesino múltiple Patrice Alegre, que habría llevado a las víctimas en esas veladas sadomasoquistas, comparecerán de nuevo el viernes próximo ante el juez instructor por «proxenetismo en banda organizada, violaciones agravadas y complicidad, torturas y actos de barbarie y violaciones a menores por personas depositarias de autoridad pública».

La teoría de la conspiración planea sobre Francia
Adeguello.net

Enero 2004

En Toulouse (Francia) se ha desatado este verano un escándalo por la posible existencia de un grupo de personas influyentes que, supuestamente, participaban en orgías en las que se realizaban violaciones -también de menores-, prácticas sadomasoquistas, tráfico de drogas y trata de blancas.

El grupo giraría en torno a la figura de Patrice Alegre, un asesino convicto que está a la espera de otros cinco juicios, en los que se le acusa de haber asesinado a cinco prost*tutas que, presuntamente, había reclutado para algunas de estas fiestas.

Algunos altos funcionarios públicos han sido acusados en los medios de comunicación de proteger a Patrice, que -curiosamente- trabajó en el bar de la Comisaría de Policía durante un tiempo.

Aunque todavía no se han demostrado estas acusaciones, el Fiscal General de Toulouse ya ha sido destituido por el ministro de Justicia francés, y un ex alcalde conservador y tres jueces, acosados por los rumores, han ido a la televisión a declarar su inocencia.

Un centenar de desapariciones sin resolver
Mientras tanto, los investigadores policiales han reabierto 115 casos de desapariciones de jóvenes, que se produjeron en los alrededores de Toulouse, entre 1986 y 1997. Con la reapertura de estos casos, se intenta investigar la teoría de que Patrice había recibido dinero de personas influyentes y lideres locales, para proveerles de prost*tutas y organizar orgías en edificios públicos. Esta teoría ya había surgido cuando juzgaron a Patrice por su primera acusación de asesinato, pero en aquel momento no se llegó a investigar.

En el caso hay, de momento, tres testigos. Se trata de tres jóvenes que, supuestamente, participaron en estas actividades y llegaron a presenciar alguno de los asesinatos. Dos de las chicas han reconocido a un funcionario del Palacio de Justicia de Toulouse y a un Inspector de Policía como miembros de ese, posible, grupo de criminales.

La teoría de la conspiración
Todo el mundo conoce teorías sobre conspiraciones: el asesinato de Kennedy o la muerte de Marilyn son algunos de los hechos sobre los que existen más tesis.

Pero al margen de los personajes famosos, cuando desaparece o matan a una persona normal (y el culpable no ha sido ni su pareja ni ningún otro conocido) también suelen surgir estas teorías, sobre todo si la víctima o desaparecida es una chica joven y guapa. En estos casos es bastante común que los familiares de las jóvenes crean en la existencia de una trama de personajes «importantes» que están detrás de la desaparición o el asesinato.

¿Por qué tienen que ser siempre «importantes» esos personajes? Se dice que es una forma de engrandecer la muerte para provocar, de esta forma, el engrandecimiento de la propia vida de la víctima. De ahí derivaría esa frecuente negativa a asumir que un ser querido ha sido asesinado por un mendigo trastornado o un quinqui analfabeto, aunque haya pruebas que lo confirmen.

Dentro de estas teorías conspiratorias, una de las más extendidas es la que ahora se está investigando en Francia: el grupo de hombres «importantes» que se entretienen violando, torturando y matando a jóvenes. Resulta difícil creer que en un país civilizado pueda existir uno de estos grupos actuando -impunemente- durante un largo periodo de tiempo, sin testigos que les delaten, y matando -repetidamente- sin crear alarma social. Para poder asesinar, estos grupos tendrían que estar protegidos por policías y/o políticos y es muy difícil creer que estos profesionales oculten este tipo de actividades, salvo que ellos mismos sean miembros activos del grupo de sádicos (como se está investigando en Francia).

De confirmarse la tesis de la trama de Toulouse, quizás habría que empezar a creer en la existencia de los famosos grupos de sádicos asesinos, porque si eso puede pasar en uno de los países más civilizados del planeta…



MÁS INFORMACIÓN EN INGLÉS

https://criminalia.es/asesino/patrice-alegre/
 
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Patrice Alègre

  • Clasificación: Asesino en serie
  • Características: Violador en serie
  • Número de víctimas: 5 +
  • Fecha del crimen: 1989 - 1997
  • Fecha de detención: 5 de septiembre de 1997
  • Date of birth: 20 de junio de 1968
  • Perfil de la víctima: Valérie Tarriote, 22 / Laure Martinet, 19 / Martine Matias, 29 / Mireille Normand, 36 / Isabelle Chicherie, 31
  • Método del crimen: Estrangulación
  • Lugar: Varios lugares, Francia
  • Estado: Condenado a reclusión perpetua el 21 de febrero de 2002
Índice

La infancia de un violador en serie, hijo de un policía, conmociona a los franceses
Última actualización: 26 de mayo de 2015

14 de febrero de 2002

El juicio contra Patrice Alègre, un asesino en serie acusado de 5 violaciones y 4 muertes, conmociona a Francia. Por la brutalidad de los crímenes, y también por el intenso odio que el acusado ha mostrado ante su padre, un policía antidisturbios ya retirado, llamado a declarar como testigo.

«Si algo lamento es no haberle matado como le dije a mi madre. No habría hecho todo el mal que hice y hoy no estaría aquí», aseguró en presencia de su padre. «Miente, como siempre», gritó cuando su progenitor declaró que le quería a pesar de que nunca le ha visitado en la cárcel.

La turbulenta historia entre padre e hijo es sólo un detalle más en una historia llena de violencia y sordidez. Un padre con problemas con el alcohol y tendencia a resolver las dificultades a golpes, que estaba obligado por su trabajo a pasar largas temporadas fuera de casa.

La madre, una mujer embarazada a su pesar, joven alcohólica y con una amplia colección de amantes. Entre ambos, Patrice, que pronto se apartó del buen camino pese a las «correcciones» de su padre, quien tapó las primeras tropelías de su hijo compensando incluso a las víctimas de los robos, para evitarle el paso por los tribunales.

El padre afirmó sentir vergüenza por el sufrimiento que su hijo ha inflingido a las familias de las víctimas. Sin descartar que tal vez tenga alguna responsabilidad en el comportamiento de Patrice, negó ser un «borracho» o haberle golpeado sistemáticamente. «No era más violento que cualquier padre aquí presente» afirmó, para después reconocer que cuando el acusado tenía 11 ó 12 años le golpeó con un palo en la cabeza porque se sentía «totalmente impotente». También insistió en que aunque él y su esposa no eran «una pareja al uso», no la golpeaba. Sólo en una ocasión la encañonó con un rifle cuando la sorprendió en compañía de un amante.

La madre definió al padre de sus hijos como un hombre «muy violento» que golpeaba a Patrice cuando «hacía tonterías».

Desgraciadamente, los hechos que se juzgan estos días en la localidad francesa de Toulouse van mucho más allá del drama familiar en el hogar de los Alègre. Según la acusación, Patrice violó y asesinó entre 1989 y 1997 a cuatro mujeres.

Un exalcalde de Toulouse, implicado en orgías
Montse Capdevila – Elperiodicodearagon.com

20 de mayo de 2003

El presidente del Consejo Superior del Audiovisual (CSA) de Francia, Dominique Baudis, denunció el domingo ser objeto de una «espantosa maquinación» al haber sido involucrado por una prost*t*ta en orgías sadomasoquistas con menores. Fue el mismo Baudis, exalcalde de Toulouse, quien reveló que había sido «citado» en el sumario abierto contra el asesino múltiple Patrice Alegre, a quien se le acusa de organizar las fiestas para un grupo de notables.

El exalcalde tomó la delantera y, antes de que la prensa de Toulouse publicara las declaraciones de la prost*t*ta, hizo público un comunicado e intervino en directo en el informativo de la cadena TF-1 para desmentir las acusaciones. Baudis explicó que, según una prost*t*ta llamada Patricia, él había estado hace 10 años «en el centro de la organización de veladas sadomasoquistas, con violaciones de menores, actos de barbarie y tráfico de cocaína».

Baudis, que se dijo dispuesto a colaborar totalmente con la justicia, señaló que esta situación es la respuesta a su decisión, adoptada el pasado julio, de no permitir la difusión de por**grafía por televisión. «Al parecer, esto –dijo el exalcalde de Toulouse- debe molestar a gente con grandes intereses».

El sumario judicial en el que aparecen estas acusaciones es el abierto contra Patrice Alegre, condenado a cadena perpetua por cinco asesinatos. Actualmente, Alegre es objeto de una nueva investigación judicial por violaciones, proxenetismo, tortura y actos de barbarie. Tres prost*tutas lo acusan de ser el organizador de las veladas, en las que presuntamente participaban personalidades de la alta sociedad de Toulouse.

En la investigación se habla también del magistrado Marc Bourragué del que se dice protegía las actividades criminales de Alegre. Bourragué es actualmente vicefiscal en Montauban y ha desmentido categóricamente las declaraciones de las prost*tutas a las que calificó de «grotescas».

Escándalo en Francia por la asistencia de personajes públicos a orgías sadomasoquistas
Elmundo.es

Miércoles, 28 de Mayo de 2003

Destituido el fiscal jefe del Tribunal de Apelaciones de Toulouse – Las sesiones incluían violación de menores, torturas, prost*tutas y drogas

La sospecha de que un grupo de personalidades públicas de Toulouse participaron en sesiones de sadomasoquismo organizadas por un asesino múltiple ha llevado al Gobierno a sustituir al jefe de los fiscales del Tribunal de Apelación de esa ciudad del sur de Francia.

El Consejo de Ministros nombró al fiscal de Créteil (en las afueras de París), Michel Barrau, sustituto de Jean Volff, quien ha sido acusado por prost*tutas de haber frecuentado esas sesiones, en las que participaron menores de edad.

El ministro de Justicia, Dominique Perben, explicó que ha adoptado esa decisión tras los informes presentados por una misión de inspección judicial de sus servicios que estuvo la semana pasada en Toulouse.

«Deseo que existan las relaciones de confianza necesarias para que el buen funcionamiento de las jurisdicciones sean restauradas en Toulouse y que quede claro que los magistrados son gente con dedicación, honesta y convencida de la importancia de su tarea», dijo Perben a la prensa.

Al igual que han hecho otros magistrados durante los últimos días, Volff reveló que una prost*t*ta le había implicado en el asunto de las sesiones sadomasoquistas.

En una entrevista a un diario regional, Volff, de 65 años, desmintió esas acusaciones y señaló que había pedido a Perben que le sustituyera en su cargo, pues se encontraba en una situación «insostenible» para continuar ejerciendo sus funciones.

El pasado día 15, la Fiscalía de Toulouse abrió una investigación contra el asesino múltiple «Patrice Alegre y otros» por «proxenetismo en banda organizada, violaciones agravadas y complicidad, torturas y actos de barbarie y violaciones a menores por personas depositarias de autoridad pública».

Este caso dio un giro espectacular el pasado día 18, cuando el presidente del Consejo Superior del Audiovisual de Francia y ex alcalde de Toulouse, Dominique Baudis, pidió él mismo comparecer ante las cámaras del telediario más visto en Francia para desvelar las acusaciones que pesaban contra él.

Es una «maquinación espantosa», afirmó Baudis, al comentar que su nombre fue «citado» por ex profesionales del s*x* en la investigación sobre Alegre.

Las ex prost*tutas dicen que Alegre, implicado en proxenetismo, contó con protección policial y judicial, y precisan que, a petición del asesino, participaron en veladas sadomasoquistas con personalidades de la ciudad.

Según las declaraciones de esas mujeres, Baudis estuvo, hace 10 años en Toulouse, en el centro de la organización de veladas sadomasoquistas, con violaciones de menores, actos de barbarie y tráfico de cocaína, explicó Baudis.

Afirmó que esas acusaciones «alucinantes» son una «maquinación espantosa» montada contra él y señaló que será fácil a los investigadores darse cuenta de la falsedad de las alegaciones si comprueban su agenda cuando era alcalde [y diputado] de Toulouse.

Tras señalar que cooperará plenamente con la justicia para que se «desenmascare» a quienes están detrás de las acusaciones, recordó que las alegaciones en su contra surgieron desde que emprendió en julio pasado una campaña contra la por**grafía en la televisión.

Asesino corrobora presuntas veladas sadomasoquistas en Toulouse
Nacion.com

1 de junio de 2003

París, 1 jun (EFE).- El escándalo de la supuesta organización de veladas sadomasoquistas en Toulouse en las que habrían participado políticos, magistrados y policías de esta ciudad del sur de Francia dio hoy un nuevo giro al ser corroboradas por el presunto organizador, un asesino en serie condenado a cadena perpetua.

En una carta enviada al presentador de un programa de la televisión Canal Plus, el asesino, Patrice Alegre, reconoce además ser el autor de la muerte de una prost*t*ta y de un travesti, que habría sido eliminado por encargo de dos personalidades de Toulouse debido a que era un «testigo molesto».

Esas orgías, organizadas a principios de la década de los años 90, degeneraban frecuentemente en violencia, según Alegre, que confirma así la versión de dos ex prost*tutas en cuyas declaraciones se han basado los jueces para abrir dos investigaciones judiciales paralelas, el pasado 15 de mayo.

Una se refiere al asesinato de Claude Martinez, un travesti que habría filmado las veladas sadomasoquistas, y de la prost*t*ta Line Galbardi, en 1992, cuyas investigaciones habían sido archivadas en el pasado.

El otro sumario contra «Patrice Alegre y otros» fue abierto por «proxenetismo en banda organizada, violaciones agravadas y complicidad, torturas y actos de barbarie y violaciones a menores por personas depositarias de autoridad pública».

El pasado viernes y a petición propia, Alegre prestó declaración ante el magistrado instructor de estos sumarios, algo inédito en el comportamiento de este asesino en serie.

Según fuentes próximas a la investigación, Alegre afirmó que fue el ex alcalde de Toulouse y actual presidente del Consejo Superior del Audiovisual (CSA), Dominique Baudis, y otros quienes le encargaron que hiciese «callar» a Martínez y recuperase los vídeos.

En cuanto a Galbardi, Alegre afirma que la mató delante de un policía que le habría encargado el asesinato.

Nada más conocer los nuevos detalles, el abogado de Baudis, Francis Szpiner, denunció en rueda de prensa «una maquinación» contra su cliente, quien, según dijo, quiere ser procesado para tener acceso al sumario y poder defenderse de la «calumnia».

Szpiner recordó que Alegre está condenado a cadena perpetua y «puede decir lo que quiera porque ya no corre ningún riesgo».

Baudis fue citado también por las dos ex prost*tutas «Patricia» y «Fanny», compañeras de Galbardi, en el sumario sobre las presuntas veladas sadomasoquistas, un dato que él mismo hizo público recientemente en un telediario de máxima audiencia, y entonces denunció ser víctima de un complot de la industria pornográfica.

Desde su puesto en la CSA, Baudis había lanzado una campaña en contra de las películas pornográficas en la televisión.

Szpiner aludió hoy a un litigio que enfrentó a un sindicato de empleados municipales y Baudis, alcalde de Toulouse de 1983 a 2001.

Baudis les demandó por desvío de fondos del centro de vacaciones del castillo de Arbas, mencionado como el supuesto lugar de las veladas sadomasoquistas.

Tres magistrados de Toulouse anunciaron también a la prensa que han sido citados por las dos ex prost*tutas, pero niegan las acusaciones.

Alegre fue condenado en febrero de 2002 a cadena perpetua, acompañada por un periodo de seguridad de 22 años, por el asesinato de cinco mujeres entre 1989 y 1997.

Después ha sido procesado por otros seis crímenes, entre ellos los de Galbardi y Martinez.

Asesino a sueldo organizaba partusas de jueces, políticos y polis sadomasoquistas
Lacuarta.com

1 de junio de 2003

París (EFE).- El escándalo de la supuesta organización de orgías sadomasoquistas en Toulouse, en las que habrían participado políticos, magistrados y policías de esta ciudad del sur de Francia, dio un nuevo giro al ser confirmadas por el presunto organizador, un asesino a sueldo condenado a cadena perpetua.

En una carta enviada al presentador de un programa de la televisión Canal Plus, el asesino Patrice Alegre reconoció ser el autor de la muerte de una prost*t*ta y de un travesti que habría sido eliminado por encargo de dos personalidades de Toulouse, debido a que era un «testigo molesto».

Esas orgías, organizadas a principios de la década de los años ’90, degeneraban frecuentemente en violencia, según Alegre, que confirmó la versión de dos ex prost*tutas en cuyas declaraciones se han basado los jueces para abrir dos investigaciones judiciales paralelas, el pasado 15 de mayo.

Una se refiere al asesinato de Claude Martínez, un travesti que habría filmado las veladas sadomasoquistas, y de la prost*t*ta Line Galbardi, en 1992, cuyas investigaciones habían sido archivadas en el pasado.

El otro sumario contra «Patrice Alegre y otros» fue abierto por «proxenetismo en banda organizada, violaciones agravadas y complicidad, torturas y actos de barbarie y violaciones a menores por personas depositarias de autoridad pública».

Según fuentes próximas a la investigación, Alegre afirmó que fue el ex alcalde de Toulouse y actual presidente del Consejo Superior del Audiovisual (CSA), Dominique Baudis, y otros quienes le encargaron que hiciese «callar» a Martínez y recuperase los videos.

En cuanto a Galbardi, Alegre afirmó que la mató delante de un policía que le habría encargado el crimen.

Tres magistrados de Toulouse han sido citados por ex prost*tutas implicadas, pero niegan las acusaciones.

Alegre fue condenado en febrero de 2002 a cadena perpetua, acompañada por un período de seguridad de 22 años, por el asesinato de cinco mujeres entre 1989 y 1997.

Después ha sido procesado por otros seis crímenes, entre ellos los de Galbardi y Martínez.

Hallan casa que albergó orgías violentas en Toulouse
Eluniversal.com.mx

16 de junio de 2003

Supuestamente las veladas sadomasoquistas eran organizadas por un asesino en serie y frecuentadas por notables a principios de la década de los 90 la policía ha encontrado la casa en la que se celebraron supuestamente veladas sadomasoquistas organizadas por un asesino en serie y frecuentadas, al parecer, por notables de Toulouse, al sur de Francia.

En base a los relatos y descripciones de dos ex prost*tutas, «Patricia» y «Fanny», los gendarmes han localizado «la casa del lago de Noe», a 20 kilómetros de Toulouse, escenario presuntamente de violentas orgías a principios de la década de los 90, según el vespertino Le Monde.

«Fanny» aseguró haber visto atadas en las paredes de una habitación, denominada «la capilla» y situada en el torreón de la casa, a «menores de 12 o 13 años», mientras que «Patricia» dijo que dos prost*tutas fueron asesinadas y sus cuerpos fueron arrojados al lago situado en la parte de atrás de la vivienda.

Esa casa, que era propiedad de un hotelero de la zona, se la había dejado a su padre, quien vivía con una prost*t*ta y quien murió recientemente a los 76 años víctima de una fractura craneal.

Su cadáver va a ser exhumado y sometido a una autopsia, según el rotativo, que da cuenta además de que la casa ha cambiado de propietarios y estos han corroborado la presencia de argollas en algunas habitaciones, que arrancaron, así como la moqueta, porque tenía manchas oscuras como de «sangre seca».

«Fanny» y el asesino múltiple Patrice Alegre, que habría llevado a las víctimas en esas veladas sadomasoquistas, comparecerán de nuevo el viernes próximo ante el juez instructor por «proxenetismo en banda organizada, violaciones agravadas y complicidad, torturas y actos de barbarie y violaciones a menores por personas depositarias de autoridad pública».

La teoría de la conspiración planea sobre Francia
Adeguello.net

Enero 2004

En Toulouse (Francia) se ha desatado este verano un escándalo por la posible existencia de un grupo de personas influyentes que, supuestamente, participaban en orgías en las que se realizaban violaciones -también de menores-, prácticas sadomasoquistas, tráfico de drogas y trata de blancas.

El grupo giraría en torno a la figura de Patrice Alegre, un asesino convicto que está a la espera de otros cinco juicios, en los que se le acusa de haber asesinado a cinco prost*tutas que, presuntamente, había reclutado para algunas de estas fiestas.

Algunos altos funcionarios públicos han sido acusados en los medios de comunicación de proteger a Patrice, que -curiosamente- trabajó en el bar de la Comisaría de Policía durante un tiempo.

Aunque todavía no se han demostrado estas acusaciones, el Fiscal General de Toulouse ya ha sido destituido por el ministro de Justicia francés, y un ex alcalde conservador y tres jueces, acosados por los rumores, han ido a la televisión a declarar su inocencia.

Un centenar de desapariciones sin resolver
Mientras tanto, los investigadores policiales han reabierto 115 casos de desapariciones de jóvenes, que se produjeron en los alrededores de Toulouse, entre 1986 y 1997. Con la reapertura de estos casos, se intenta investigar la teoría de que Patrice había recibido dinero de personas influyentes y lideres locales, para proveerles de prost*tutas y organizar orgías en edificios públicos. Esta teoría ya había surgido cuando juzgaron a Patrice por su primera acusación de asesinato, pero en aquel momento no se llegó a investigar.

En el caso hay, de momento, tres testigos. Se trata de tres jóvenes que, supuestamente, participaron en estas actividades y llegaron a presenciar alguno de los asesinatos. Dos de las chicas han reconocido a un funcionario del Palacio de Justicia de Toulouse y a un Inspector de Policía como miembros de ese, posible, grupo de criminales.

La teoría de la conspiración
Todo el mundo conoce teorías sobre conspiraciones: el asesinato de Kennedy o la muerte de Marilyn son algunos de los hechos sobre los que existen más tesis.

Pero al margen de los personajes famosos, cuando desaparece o matan a una persona normal (y el culpable no ha sido ni su pareja ni ningún otro conocido) también suelen surgir estas teorías, sobre todo si la víctima o desaparecida es una chica joven y guapa. En estos casos es bastante común que los familiares de las jóvenes crean en la existencia de una trama de personajes «importantes» que están detrás de la desaparición o el asesinato.

¿Por qué tienen que ser siempre «importantes» esos personajes? Se dice que es una forma de engrandecer la muerte para provocar, de esta forma, el engrandecimiento de la propia vida de la víctima. De ahí derivaría esa frecuente negativa a asumir que un ser querido ha sido asesinado por un mendigo trastornado o un quinqui analfabeto, aunque haya pruebas que lo confirmen.

Dentro de estas teorías conspiratorias, una de las más extendidas es la que ahora se está investigando en Francia: el grupo de hombres «importantes» que se entretienen violando, torturando y matando a jóvenes. Resulta difícil creer que en un país civilizado pueda existir uno de estos grupos actuando -impunemente- durante un largo periodo de tiempo, sin testigos que les delaten, y matando -repetidamente- sin crear alarma social. Para poder asesinar, estos grupos tendrían que estar protegidos por policías y/o políticos y es muy difícil creer que estos profesionales oculten este tipo de actividades, salvo que ellos mismos sean miembros activos del grupo de sádicos (como se está investigando en Francia).

De confirmarse la tesis de la trama de Toulouse, quizás habría que empezar a creer en la existencia de los famosos grupos de sádicos asesinos, porque si eso puede pasar en uno de los países más civilizados del planeta…



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Los 80/90 en ese aspecto fueron la ostia, tienes en Bélgica todo el caso Dutroux, y en España supuestamente al Clan de la Moraleja en Alcacer, y muy probablemente relacionado con Gloria Martínez, Macastre, y las niñas de Aguilar (en este caso tendría más dudas porque había, al menos, dos asesinos/violadores en serie por la zona en ese tiempo), en el resto (Gloria y Macastre) encuentro similitud en época, zona levantina, personajes q aparecen en la investigación de Gloria, y Macastre esos montes tan cercanos a Alcasser, caseta abandonada, cadáver q aparece d repente, el otro no aparece, el pie q luego aparece en la Calle.......... Alcacer ........
 
Gertraud-Arzberger-00.jpg


Gertraud ARZBERGER

  • Clasificación: Asesina
  • Características: Infanticidio - Confesó que mató a los niños debido a su incapacidad para pagar las facturas y por temor al rechazo de su pareja sentimental, quien reconoció sus amenazas
  • Número de víctimas: 4
  • Fecha del crimen: 2000 - 2005
  • Fecha de detención: Junio de 2005
  • Date of birth: 1972
  • Perfil de la víctima: Sus hijos recién nacidos
  • Método del crimen: Desconocido - Introdujo a dos de sus bebés en un congelador y sepultó a los otros dos en cubos llenos de cemento
  • Lugar: Graz, Austria
  • Estado: Condenada a cadena perpetua por tres cargos de asesinato el 31 de marzo de 2006. Los expertos dijeron que no podían descartar que alguno de los bebés hubiera nacido muerto
Infantes en conserva
José Luis Durán King – Operamundi-magazine.com

8 de diciembre de 2013

El 3 de junio de 2005, un adolescente bajó al sótano de un complejo departamental en Austria. En la penumbra distinguió un envoltorio que tenía la apariencia de un bebé. Las autoridades encontraron cuatro cuerpos de infantes, envueltos en plástico y refrigerados.

Además de la belleza de sus palacios y jardines, Austria destaca por ser una de las ciudades más tranquilas de Europa y del orbe. Sus saldos rojos de fin de semana tienen que ver más con riñas de bar o accidentes en esquíes (en temporada invernal), que con enfrentamientos con armas de alto poder, secuestros o narcotráfico.

Sin embargo, en los años 70 del siglo pasado, en 1974 para precisar, Johann Jack Unterweger escandalizó a sus paisanos al ser convicto por el asesinato de prost*tutas en varios países. La presión internacional por parte de intelectuales y políticos -que ponían al hombre como un ejemplo de rehabilitación- rindió frutos, y fue puesto en libertad en 1990.

Lo que Unterweger había comenzado en prisión lo consolidó fuera de ella: convertirse en periodista y, con base en esto, en una celebridad de mediana rutilancia. Escribió libros y era uno de los reporteros asignados por su diario a cubrir una ola de homicidios en Austria. Unterweger daba en cada nota un reporte tan preciso que parecía que él era el asesino de mujeres… Y lo era.

Después de 11 homicidios en su nueva época, es decir, tras de salir de prisión, Unterweger fue señalado nuevamente como posible sospechoso, hasta que fue arrestado el 27 de febrero de 1992 en Miami, Florida. Incapaz de lidiar con la idea de regresar a una celda, el carismático individuo decidió colgarse en su celda el 29 de junios de 1994.

Un caso más reciente también puso los pelos de punta a los habitantes de la apacible Austria. En esta ocasión, una mujer fue la protagonista.

El 3 de junio de 2005, un adolescente bajó al sótano común de un complejo departamental al sur de Austria. Iba por un poco de hielo. Pese a la penumbra distinguió un envoltorio que tenía la apariencia de un bebé. Subió con su familia, y ésta alertó a la policía. Las autoridades encontraron dos cuerpos de infantes, envueltos en bolsas de plástico y refrigerados. En el transcurso de la semana, los agentes, con la ayuda de los perros, dieron con dos cuerpos más, metidos en cubetas de plástico, recipientes que fueron rellenados con cemento.

No se necesitó mucha investigación para dar con la presunta culpable de los crímenes: Gertraud Arzberger, bibliotecaria, de 38 años, quien llevaba viviendo en el condominio aproximadamente un lustro. En ese lapso, los vecinos la vieron embarazada en igual número de veces, aunque ignoraban qué había sucedido con los menores. El novio, de Gertraud, un hombre de 39 años llamado Johannes Genser, también fue detenido, aunque el individuo quiso deslindarse de cualquier participación en los hechos, al decir que nunca supo que su pareja haya estado embarazada.

Sin embargo, resulta que Johannes era casado, eso sí, pero andaba con Gertraud desde hacía ocho años atrás. De hecho, tres de los infantes hallados fueron procreados por Genser.

La mujer declaró que se tuvo que deshacer de sus hijos porque no pudo pagar los gastos derivados de su manutención, aunque al parecer el motivo verdadero es que Johannes Genser puso en claro desde un principio de la relación que no quería niños de por medio.

Aunque no se pudo determinar con exactitud la causa de la muerte de los menores se supo que estaban vivos cuando fueron colocados en las bolsas de plástico y en las cubetas.

Gertraud Arzberger fue condenada a prisión de por vida y su novio a 15 años. Al salir de la Corte, Johannes Genser vio a su amante-cómplice, volteó hacia el juez y preguntó que si podía pedir la mano de su amada. El magistrado, sin perder la serenidad, simplemente negó esa posibilidad.



MÁS INFORMACIÓN EN INGLÉS

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Juan Manuel Alvarez

  • Clasificación: Asesino en masa
  • Características: su***dio frustrado - Aparcó su camioneta en las vías del tren y provocó un descarrilamiento
  • Número de víctimas: 11
  • Fecha del crimen: 26 de enero de 2005
  • Fecha de detención: Mismo día
  • Date of birth: 26 de febrero de 1979
  • Perfil de la víctima: Manuel Alcala, de 51 años / Julia Bennett, de 44 / Alfonso Caballero, de 62 / Elizabeth Hill, de 62 / Henry Kilinski, de 39 / Scott McKeown, de 42 / Thomas Ormiston, de 58 / William Parent, de 53 / Leonard Romero, de 53 / Deputy James Tutino, de 47 / Don Wiley, de 58
  • Método del crimen: Descarrilamiento de tren
  • Lugar: Glendale, Estados Unidos (California)
  • Estado: Condenado a 11 cadenas perpetuas el 20 de agosto de 2008

Índice

Juan Manuel Álvarez – Un suicida frustrado provoca un choque de trenes con diez muertos en Los Angeles
Libertaddigital.com

26 de enero de 2005

La investigación policial del descarrilamiento de trenes que dejó este miércoles en Glendale, al norte de Los Angeles, diez muertos y más de 200 heridos apunta a un hispano que se arrepintió a la hora de suicidarse y dejó su automóvil en las vías. El sospechoso ha sido identificado como Juan Manuel Alvarez, de 26 años, residente en el barrio de Compton, al sur de Los Angeles.

Las autoridades encargadas del caso confirmaron que hay una persona detenida como sospechosa de homicidio tras aparcar su vehículo en las vías del tren y causar el descarrilamiento en el que se vieron implicados tres trenes. Según las primeras informaciones, el sospechoso dirigió su vehículo, un Jeep Cherokee verde, a las vías del tren en el área de Glendale en un intento de suicidarse.

Al parecer no era su primer intento de su***dio, ya que esa misma noche se había asestado varias puñaladas y se había intentado cortar las venas, señaló el jefe de la policía de Glendale, Randy Adams. Una vez en el vehículo, el sospechoso cambió de opinión y abandonó el automóvil en las vías de ferrocarril, contra el que se estrelló el primer tren de pasajeros, que se dirigía al centro de Los Angeles. Esta primera colisión hizo descarrilar al tren de pasajeros, que chocó contra una locomotora que circulaba por la zona.

El choque del tren de cercanías contra la locomotora dejó a uno de los vagones de pasajeros bloqueando la vía contraria, donde fue golpeado por un tercer tren de cercanías que procedía del centro de Los Angeles hacia la localidad de Burbank, barrio contiguo a Glendale. Adams señaló que el sospechoso se había quedado a ver el accidente y que fue detenido por la policía sin ofrecer resistencia.

En total, hasta el momento se ha confirmado la muerte de diez personas, entre ellas un agente de policía, y han sido trasladados a diferentes centros hospitalarios en la zona otras 89 personas. El número total de víctimas resulta difícil de precisar dado que al tratarse de trenes de cercanía no existen listas de pasajeros.

Varias decenas de heridos han sido atendidos en la zona del accidente, una localidad residencial al norte de Los Angeles con una gran actividad ferroviaria a primera hora de la mañana, hora punta para acudir a los centros de trabajo. Mientras continúa la investigación de esta tragedia, el tráfico ferroviario ha quedado cortado, lo que ha paralizado el resto del transporte en la ciudad.

Arrestan a conductor que ocasionó descarrilamiento de tren
La Opinión

26 de enero de 2005

La Policía de Oxnard detuvo al conductor del auto impactado por el tren de Metrolink que se descarriló esta mañana en esa ciudad.

Las autoridades reportaron que un camión lleno de grava estaba presuntamente estacionado sobre la vía y habría provocado el accidente que provocó que 5 vagones se salieran de la vía, tres de ellos se volcaron.

El auto se prendió en llamas luego del impacto.

El conductor de ese vehículo huyó del lugar, pero fue aprehendido más tarde y está bajo custodia de la Policía. Se desconoce su identidad.

Las autoridades también reportan que no hubo fatalidades en el choque y que al menos cuatro personas están en condición crítica, de un total de 51 víctimas. Al menos 28 de ellas tuvieron que ser trasladadas a un hospital local.

Muchos otros pasajeros tienen brazos y piernas rotas, o sufrieron lesiones significativas en la cabeza.

Además, alrededor de 1,700 galones de diésel se desparramaron por el área como consecuencia del choque. Un equipo de químicos tóxicos ya controló ese problema y está en el lugar de los hechos ayudando con esa tarea.

Los trenes de Metrolink ya enfrentaron otros accidentes con resultados fatales.

El 26 de enero de 2005, Juan Manuel Álvarez estacionó su camioneta SUV, a la que roció con gasolina, en las línea de ferrocarril en Glendale esperando el paso de un tren de Metrolink que se dirigía a Los Ángeles.

Álvarez, quien luego dijo que quería suicidarse, se arrepintió y se salió del auto al último momento para ver como el tren impactaba el vehículo, provocando un descarrilamiento. El tren luego chocó con un tren de carga de Union Pacific estacionado en una vía alterna, así como otro tren de Metrolink que iba en dirección norte.

El accidente dejó a 11 personas muertas y casi 200 heridos.

Álvarez, un jornalero residente en Compton, fue convicto a 11 sentencias consecutivas de cadena perpetua y actualmente está recluido en la Prisión Estatal de Kern Valley.

El 12 de septiembre de 2008, 25 personas murieron y 135 resultaron heridas cuando un tren de Metrolink colisionó con un tren de cargo de Union Pacific en el área de Chatsworth.

Los investigadores determinaron que el ingeniero de Metrolink se pasó una señal que le habría advertido que se detuviera para dejar pasar al tren de carga.

Se cree que el ingeniero, quien falleció en el accidente, iba enviando mensajes de texto al momento del suceso.

Hispano causa trenazo fatal
J. Jaime Hernández – El Universal

27 de enero de 2005

Un choque de trenes en California, el peor que se haya registrado en el estado, dejó ayer un saldo de 10 personas muertas y 20 heridas. La causa: una camioneta atravesada a la mitad de las vías.

El reloj de la estación del Metrolink, en el centro de Los Ángeles, marcaba las 6 de la mañana cuando Juan Manuel Álvarez, un suicida reincidente de 26 años, estacionaba su camioneta Grand Cherokee sobre las vías del tren. En su mente la idea del su***dio había vuelto a atormentarle desde que, la víspera, su mujer lo había rechazado por enésima ocasión y lo [había] denunciado ante la policía por el incumplimiento de una orden de alejamiento.

El intento de su***dio de Juan Manuel, que ya había intentado cortarse las venas y contaba con un largo historial delictivo por violencia y posesión de drogas, se transformaría en la peor tragedia ferroviaria en la historia de California cuando se arrepintió en el último minuto y abandonó su vehículo en el cruce de las avenidas Chevy Chase y San Fernando.

«Toda esta tragedia ha sido provocada por un solo hombre perturbado con impulsos suicidas que ha dejado tras de sí la muerte de 10 personas y más de 200 heridos de diversa gravedad», aseguraba indignado el jefe de la policía de Glendale, Randy G. Adams, mientras los equipos de rescate de los bomberos y la policía se empleaban a fondo en el rescate de los cuerpos y en el traslado de los supervivientes a los hospitales de Glendale, Burbank y Los Ángeles.

Adams precisó que Álvarez será puesto bajo custodia y se le hará una acusación de homicidio por cada muerte que resulte del accidente que provocó.

Según la reconstrucción de los hechos, uno de los trenes que viajaba en dirección a la terminal de Burbank se estrelló contra el coche de Juan Manuel Álvarez y se descarriló. El convoy, fuera de control, se fue a estrellar contra otro tren que viajaba en dirección contraria y contra una locomotora que se encontraba realizando maniobras en ese mismo cruce.

En la escena de la tragedia, los convoyes del Metrolink parecían una serpiente lustrosa de metal seccionada en varias partes. Mujeres y hombres intentaban a duras penas abandonar el amasijo de hierros retorcidos en que se encontraban atrapados. Los equipos de rescate trabajaban a marchas forzadas por rescatar los cuerpos de decenas de supervivientes, mientras el olor a gasolina lo impregnaba todo.

«Fue un estruendo horrible. Mi mujer fue a estrellarse hasta el otro extremo del tren, mientras el carro se partía en dos y estallaba. El fuego y el humo me impidieron ver a dónde había ido a parar, pero al final la pudimos rescatar para llevarla al hospital», narró José Francisco Martínez, un enfermero que trabaja en un hospital en el condado de Burbank.

Impasible ante el escenario de caos y destrucción que había provocado, Juan Manuel Álvarez intentó escapar. Sin embargo, una larga lista de testigos que lo habían visto abandonar su coche lo acorralaron hasta que elementos de la policía llegaron para detenerlo e interrogarlo.

«Nos dijo que intentaba suicidarse y que, en el último momento se arrepintió y abandonó su vehículo para evitar ser arrollado por el tren. Sin embargo, el convoy no pudo frenar y provocó una serie de choques y descarrilamientos en cadena que se han saldado con la muerte de al menos 10 personas», aseguró el jefe de la policía, Randy Adams.

Según testimonios recabados entre la familia de Juan Manuel Álvarez, sus continuos pleitos y su reciente separación de su esposa le habían costado una orden de alejamiento emitida por un juez del condado de Burbank. En la víspera de la tragedia, Juan Manuel habría desafiado esa orden de restricción para ir a buscar a su mujer y a su hijo y asegurarles que ya había abandonado las drogas, que había encontrado un nuevo empleo y que quería una nueva oportunidad.

Pero su esposa lo rechazó y lo denunció ante la policía, desatando así la cólera y la desesperación de un hombre que provocó la peor tragedia ferroviaria en la historia de California y que hoy se enfrenta a una larga lista de cargos criminales y a la posibilidad de una cadena perpetua.

Decenas de expertos y peritos de la Junta Nacional para la Seguridad en el Transporte permanecían en el lugar de la tragedia realizando estudios y mediciones para documentar uno de los peores accidentes ferroviarios en la historia de Estados Unidos. En marzo de 1999, un tren de la Amtrak chocó contra un camión y descarriló cerca de Burbonnais, Illinois, dejando un saldo de 11 muertos y más de 100 heridos.

Cientos de familias afectadas por este accidente se agolpaban en los hospitales, mientras el consulado de México en Los Ángeles se mantenía en guardia ante la eventualidad de que compatriotas mexicanos hubieran fallecido o se encuentren hospitalizados en los distintos hospitales de la zona.

Sangre en las vías
Joseph Trevino – El Sol de Yakima

2 de julio de 2008

El triste caso de Juan Manuel Álvarez, el inmigrante mexicano que causó la muerte de 11 personas al poner su SUV frente a un tren pasajero, tiene lecciones importantes para los residentes del Valle.

Llamadme Jeremías.

Me refiero al profeta del Antiguo Testamento, el que advirtió al pueblo judío de un sinfín de calamidades.

El viernes estuve como invitado en Radio KDNA con la señora Ninfa Gutiérrez. El programa estilo foro se trató de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, pero creo que en parte el tema que se robó la atención fue el de la asimilación.

Y al hablar sobre la asimilación se me vino a la mente el caso de Juan Manuel Álvarez, el hombre de 29 años de edad (entonces tenía 26) que en el 2005 puso su Jeep Cherokee en las vías de un tren en Glendale, California (una ciudad en medio de Los Ángeles), en un intento de su***dio. A último minuto, según él, se arrepintió e intento quitar su vehículo, pero éste no encendió, por lo que lo abandonó ahí.

Lo que sí sucedió fue que un tren pasajero se estrelló de lleno contra el Jeep, causando que la locomotora se descarrilara, yendo a impactarse contra un tren de carga. El resultado fue 11 muertos y 180 heridos.

La semana pasada, un jurado encontró culpable a Álvarez de 11 cargos de asesinato en primer grado. Podría ser sentenciado a muerte.

¿Qué qué tiene eso que ver con Yakima y con la asimilación? Ah, para allá voy.

Pues verán, yo solía tomar ese mismo tren Metrolink apenas unos meses antes de esa tragedia cuando trabajaba para un semanario de Ventura, ciudad al norte de Los Ángeles. Es curioso que a veces abordaba el tren en Glendale, precisamente muy cerca de donde sucedió semejante incidente.

Creo que como seres humanos, y en mi caso como periodista, la pregunta que retumbó en mi cerebro en cuanto escuché de esta tragedia hace tres años fue, ¿por qué?

¿Por qué?
¿Qué fue lo que llevó a un inmigrante mexicano oriundo de Mexicali, ciudad fronteriza que colinda con la ciudad de mi niñez, Calexico, a cometer la peor catástrofe ferroviaria de los últimos tiempos en los Estados Unidos?

Según las declaraciones del mismo Álvarez en el tribunal y otros testigos, el homicida convicto se había separado de su esposa y vivía en una casa de huéspedes durante el tiempo del intento de su***dio. Dijo, de acuerdo a los reportes de prensa, que intentó quitarse la vida para llamar la atención de su exmujer.

Los diarios locales han publicado muchas notas al respecto, pero fue el Washington Post el periódico que entrevistó a fondo a la esposa de Álvarez y sus familiares y estuvo más cerca de todos en contestar el elusivo por qué. Según los entrevistados, Álvarez sufría de alucinaciones desde niño; aseguran que decía que un ser fantasmagórico dormía con él.

«Cuando tenía nueve años, siempre decía que había alguien más en el cuarto», le dijo Beto, primo de Álvarez, al Post. «Decía que se metían en su cama y dormían con él. Decía que era un espíritu malo».

Como muchos inmigrantes, Álvarez dejó a su familia en Baja California y se fue a vivir a Los Ángeles, de acuerdo al Post. Ahí conoció a su esposa, Carmelita, en un grupo de danza azteca, Xipe Totec, con el que bailaban en festivales, iglesias etc.

Se unieron. Pero con el tiempo él comenzó a sospechar de su mujer, quien trabajaba como mesera, pensando que lo engañaba con otro; alucinaba que su esposa hacía vídeos pornográficos con el supuesto amante.

Según la esposa, las alucinaciones de Álvarez empeoraron cuando él perdió su trabajo y comenzó a consumir metanfetamina y entró en una profunda depresión. Resultó ser tan insoportable que tuvo que echarlo de la casa, consiguiendo una orden de restricción en su contra, declaró la esposa.

La mañana en que Álvarez provocó la muerte de 11 personas, conducía su Jeep Cherokee. En los asientos traseros, según declaraciones de prensa, veía a su esposa y al amante de ella, riéndose de él.

El resto ya es historia.

Tal vez nunca sepamos -y quizás sea mejor así- lo que realmente pasó entre Álvarez, su esposa y su familia. Lo cierto es que algo andaba mal.

Muy mal.

Sí. La historia de Álvarez y su mujer, con los bemoles que trae consigo el emigrar a tierras lejanas, con costumbres nuevas, muchas veces hostiles, es algo que también se puede ver en el Valle de Yakima.

Es el lado oscuro de la asimilación. Es la parte que nadie nos advirtió cuando nos hablaron del sueño Americano.

Para nada estoy exonerando de culpa a Álvarez. Algunos familiares de las víctimas dijeron tras la sentencia que Álvarez se merece la pena de muerte. Sin duda que su dolor es muy grande.

Pero lo que también es cierto es que muchas veces la asimilación a este nuevo mundo en los Estados Unidos nos pide mucho. Aparte de aprender inglés, nos exige constantemente de forma sutil y a veces no tanto que dejemos a nuestras familias, que nos deshagamos de nuestros valores, que olvidemos nuestras raíces, que abandonemos al esposo o esposa que nos fue fiel en nuestra peor época; que si somos hijos desamparemos a nuestros padres (muchas veces en un asilo) y que de plano hagamos un borrón y cuenta nueva.

Es un precio muy alto que pagar.

Creo que haríamos bien en definir lo que realmente significa asimilarse.

Llamadme Jeremías.

Concluyó el juicio de Juan Manuel Álvarez, quien causó un descarrilamiento que provocó la muerte de 11 personas en enero de 2005
Univision.com

20 de agosto de 2008

Un hombre que en enero de 2005 aparcó su camioneta deportiva en las vías ferroviarias de la frontera Glendale-Los Ángeles y causó un descarrilamiento de tren que dejó a 11 muertos y 118 heridos, fue sentenciado el miércoles a 11 cadenas perpetuas consecutivas.

Juan Manuel Álvarez, de 29 años, fue condenado el pasado 26 de junio bajo 11 cargos de homicidio premeditado y un cargo por incendio premeditado por sus acciones el 26 de enero de 2005, que ocasionaron el accidente ferroviario más letal en la historia de Estados Unidos desde 1999.

El mismo jurado que lo encontró culpable el 15 de julio recomendó que el exresidente de Compton fuera sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de salir en libertad bajo fianza en lugar de la pena capital.

Durante la audiencia, el juez de la Corte Superior de Los Ángeles, William Pounders, escuchó los emotivos testimonios de los parientes de las personas que murieron o resultaron heridas en la catástrofe.

Álvarez, que pasó más de cuatro días en el estrado durante su juicio, testificó que intentaba suicidarse cuando estacionó su Jeep Cherokee verde en las vías de tren al sur de la calle Chevy Chase en Glendale, pero que cambió de parecer y no pudo mover la camioneta a tiempo.

«Iba a matarme», testificó Álvarez. «Me siento horrible y pido perdón».

Durante el juicio, el subfiscal de distrito John Monaghan le dijo al panel que el acusado merecía la pena de muerte porque éste nunca dio señales de arrepentimiento verdaderas y porque no le importaba nadie más que él.

El fiscal dijo que los hechos del crimen eran «tan aplastantes… que solo eso dictaba el castigo de muerte».

El abogado de Álvarez, Michael Belter, respondió que «la justicia en este caso sería efectuada al darle una sentencia en la penitenciaría por el resto de su vida».

Dolorosa catástrofe
Los fiscales respondieron que el trabajador de la construcción que entonces tenía 26 años trató de ocasionar una catástrofe para obtener la atención de su esposa.

El tren No. 100 de Metrolink, que se dirigía en dirección sur a Union Station, se desrieló tras impactarse con el vehículo de Álvarez para después chocar con el tren 901 de Metrolink que viajaba en dirección norte.

El tren también se impactó con una locomotora de Union Pacific que terminó volcándose.

Investigadores del Departamento de Bomberos de Glendale dijeron que el Jeep había sido bañado por dentro y fuera con gasolina. Esto causó un incendio después de que el tren 100 se impactara con el vehículo en las vías.

Se trató del accidente más letal en las historia de Metrolink, que empezó sus servicios en 1992.

Los jurados escucharon durante dos días y medio testimonios de las 11 familias de las víctimas que murieron en el choque, además de testimonios de pasajeros que sobrevivieron pero que tendrán que vivir con dolor físico el resto de sus vidas.

El panel también escuchó de varios parientes de Álvarez, entre ellos su esposa Carmelita, de quien estaba separado cuando ocurrió el choque, así como de su madre Leticia Ayala.

Entre los fallecidos en el incidente estuvieron el conductor de tren Tom Ormiston, un veterano de la guerra de Vietnam de 58 años que estaba cerca de jubilarse de una carrera ferroviaria que inició en 1970; el oficial del alguacil James Tutino, de 47 años, quien ocasionalmente tomaba el tren para ir a su trabajo en la cárcel central para hombres en el centro de Los Ángeles.
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Velma Barfield

  • Clasificación: Asesina en serie
  • Características: Envenenadora
  • Número de víctimas: 5 - 7
  • Fecha del crimen: 1969 - 1978
  • Fecha de detención: 13 de mayo de 1978
  • Date of birth: 29 de octubre de 1932
  • Perfil de la víctima: Su madre, maridos y amantes
  • Método del crimen: Envenenamiento (arsénico)
  • Lugar: Robeson, Estados Unidos (Carolina del Norte)
  • Estado: Ejecutada por inyección letal el 2 de noviembre de 1984
Índice

Velma Barfield
Wikipedia

Margie Velma Barfield (de soltera, Margie Velma Bullard; n. 29 de octubre de 1932 – f. 2 de noviembre de 1984) fue una asesina en serie, condenada por seis asesinatos. Fue la primera mujer en los Estados Unidos en ser ejecutada después de la reanudación en 1976 de la pena de muerte y la primera desde 1962. También fue la primera mujer en ser ejecutada por inyección letal.

Historia
Velma Barfield nació en la zona rural de Carolina del Sur, pero creció cerca de Fayetteville, Carolina del Norte. Su padre era abusivo y ella resentía a su madre que no impedía los golpes. Se escapó al casarse con Thomas Burke en 1949. La pareja tuvo dos hijos y eran felices hasta que Velma tuvo una histerectomía y desarrolló dolor de espalda. Estos eventos llevaron a un cambio de comportamiento en Velma y una eventual adicción a las drogas.

Thomas Burke comenzó a beber y las quejas de Velma se convirtieron en amargas discusiones. En abril de 1969, después que Burke se había desmayado, Velma y los hijos se fueron, regresando para encontrar el hogar incendiado y Burke muerto. Sólo unos meses después, su hogar se quemó nuevamente, esta vez con una recompensa de dinero del seguro.

En 1970, Velma se casó con un viudo, Jennings Barfield. Menos de un año después de su matrimonio, Jennings murió de un aparente ataque al corazón, dejando a Velma viuda una vez más. Velma siempre negó haberlo asesinado.

En 1974, la madre de Velma, Lillian Bullard, mostró síntomas de intensa diarrea, vómitos y náuseas, sólo para recuperarse a los pocos días. Durante la temporada de Navidad del mismo año, Lillian experimentó la misma enfermedad como el año anterior, resultando en su muerte sólo horas tras llegar al hospital.

En 1976, Velma comenzó a cuidar de los ancianos, trabajando para Montgomery y Dollie Edwards. En el invierno de ese año, Montgomery se enfermó y murió. Un poco más de un mes de la muerte de su esposo, Dollie experimentó síntomas idénticos a la de la madre de Velma y pronto murió, una muerte que Velma luego confesó.

Al año siguiente, 1977, Velma tomó otro trabajo de cuidadora, esta vez de Record Lee de 76 años, que se había roto una pierna. El 4 de junio de 1977, el esposo de Lee, John Henry, comenzó a experimentar dolores de trasiego en el estómago y el pecho, con vómitos y diarrea. Murió poco después y Velma luego confesó su asesinato.

Otra víctima fue Stuart Taylor, el novio de Velma y un familiar de Dollie Edwards. Temiendo que él descubriera que ella había estado falsificando cheques en su cuenta, mezcló veneno para ratas en su cerveza y té. Murió el 3 de febrero de 1978, una autopsia encontró arsénico en el sistema de Taylor. Después de su arresto, el cuerpo de Jennings Barfield fue exhumado y se encontró rastros de arsénico, un asesinato que Barfield había negado cometer. Pronto confesó el asesinato de Lillian Bullard. Jonathan Byrd es el nieto de Jennings Barfield y su primera esposa. La canción de Byrd, “Velma”, de su álbum Wildflowers da una cuenta personal de los asesinatos e investigación.

Juicio ejecución
Durante su estancia en el corredor de la muerte, Barfield se convirtió en una devota cristiana de nuevo.

Sus últimos años fueron pasando atendiendo a los presos. Antes de su ejecución, dio una declaración; “Sé que todos han pasado por mucho dolor, todas las familias conectadas, y lo siento, y quiero agradecer a todos quienes me han estado apoyando esos seis años.” Barfield negó una última comida, teniendo una bolsa de Cheez Doddles y una lata de Coca-Cola. Barfield vestía pijama de color rosa y un pañal para adultos mientras fue condenada a muerte.

Barfield fue enterrada en un pequeño cementerio de Carolina del Norte, cerca de su primer esposo, Thomas Burke.

Velma Barfield
Matase.wordpress.com

Margie Velma Bullard nació el 29 de octubre de 1932 en Carolina del Sur, aunque se crió en Fayetteville (Carolina del Norte). Era hija de una familia granjera con muy pocos recursos económicos. Su padre abusaba físicamente de ella, y su madre al parecer no hacía nada por impedirlo.

Al llegar a la adolescencia, se escapó de casa y en el año 1949, con 17 años, se casó con Thomas Burke. En un principio eran un matrimonio pobre pero feliz, con dos hijos y una granja pequeña en propiedad. Sin embargo, Velma sufrió una histerectomía y se quedó con dolor lumbar crónico. Por otro lado, Thomas Burke empezó a beber a diario, lo que desembocó en innumerables discusiones que dieron como resultado que su relación comenzase a distanciarse.

En abril de 1969 Velma salió de casa con sus hijos a hacer unas compras y al regresar se encontraron con que la casa había ardido. En su interior se encontraba el cadáver carbonizado de Thomas. La investigación posterior concluyó que el incendio había sido fortuíto, causado por un fallo en un electrodoméstico. También señaló que si Thomas no hubiese estado ebrio en aquel momento se hubiese salvado. Sin embargo, unos meses más tarde la misma casa volvió a ser pasto de las llamas y esta vez había un seguro contra incendios.

Velma contrajo matrimonio nuevamente en el año 1970 con un viudo llamado Jennings Barfield. Jennings fallecería unos meses más tarde a causa de complicaciones cardíacas, a pesar de que nunca había padecido del corazón.

En el año 1974 la madre de Velma, Lilliam Bullard, ingresó en un hospital con un cuadro clínico de vómitos, náuseas y diarrea intensa, aunque se restableció en una semana. En las Navidades, Lilliam volvería a ingresar en el hospital con los mismos síntomas, aunque en esta ocasión falleció sólo unas horas después de ser ingresada. Por aquella época Velma salía con un hombre que falleció en un accidente de tráfico que las autoridades calificaron de “sumamente extraño”.

En el año 1976 empezó a trabajar cuidando a un matrimonio anciano, a Montgomery y Dollie Edwards. En ese invierno, Montgomery se sintió indispuesto durante una cena y fue a acostarse. No se volvería a levantar con vida. Un mes más tarde Dollie ingresó en un hospital con el mismo cuadro que la madre de Velma había experimentado dos años antes, y también falleció en cuestión de horas.

En 1977 comenzó a trabajar para el matrimonio Lee, ya que la mujer, llamada Record, se había roto una pierna y necesitaba ayuda en las tareas del hogar. El 4 de junio John Henry, el marido de Record, empezó a sentir unos dolores muy intensos en el pecho y en el estómago (lo que descartaba un infarto según el personal que le atendió) y fue evacuado urgentemente a un hospital, aunque falleció en la ambulancia que le transportaba.

Una vez restablecida Record, Velma dejó de trabajar para ella y se fue a vivir con Stuart Taylor, a quien había conocido el año anterior puesto que era sobrino de Dollie Edwards. Acostumbrada a un nivel de vida que no se podía permitir, emitió cheques sin fondos a nombre de Stuart. Como temía que éste se enterase, resolvió echarle un veneno para ratas basado en el arsénico en las cervezas que le abría. El 3 de febrero de 1978, Stuart fallecía presa de dolores que le hacían prácticamente suplicar que le rematasen mientras Velma le cuidaba e “intentaba restablecerle la salud” según sus palabras.

El equipo médico encontró esta muerte muy extraña, y una autopsia reveló que en el cuerpo de Stuart había una gran concetración de arsénico. Alertadas por esto las autoridades decidieron exhumar los cuerpos de su madre y de Jennings Barfiled, hallando en ambos alas concentraciones de arsénico también. Fue detenida según fue comunicado el resultado de las autopsias al juez.

En el juicio fue hallada culpable y sentenciada a muerte.

El 2 de noviembre de 1984 Margie Velma Barfield fue ejecutada por inyección letal en la prisión estatal de Raleigh.



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Ambrosio Analco Ramírez

  • Clasificación: Asesino en masa
  • Características: Celos - Disputas familiares
  • Número de víctimas: 5
  • Fecha del crimen: 9 de junio de 2007
  • Date of birth: 1985
  • Perfil de la víctima: Su esposa Nicole Marie McAffee, de 19 años; dos de sus hijos, Argenis e Isaiah Analco, gemelos sólo meses de edad; su cuñada Ashley Huerta, de 21 años y una amiga de la familia Vanesa Iverson, de 19
  • Método del crimen: Arma de fuego
  • Lugar: Delavan, Estados Unidos (Wisconsin)
  • Estado: Se suicida el mismo día disparándose en la cabeza
Índice

Encuentran muertas por disparos a seis personas en una casa de Wisconsin
ElMundo.es

11 de junio de 2007

Al menos seis personas han muerto y una niña de dos años ha resultado herida por disparos en la localidad de Delavan (Wisconsin), informó el jefe de la Policía local, Timothy O’Neill.

La policía acudió al lugar tras ser avisada de los disparos a las 22.36 horas (5.36 en la España peninsular) y halló los seis cadáveres dentro de una casa en el sur de Delavan, informa CNN.

Además, en un coche aparcado cerca de la casa fue encontrada una niña de dos años herida por un disparo en el pecho. En un primer momento fue llevada al hospital Rockford Memorial, pero desde allí fue trasladada en helicóptero al University of Wisconsin Hospital, en Madison, dada la gravedad de su estado.

O’Neill no ha facilitado más datos sobre la identidad o la edad de las víctimas, aunque explicó que la policía está tratando de averiguar si estaban relacionadas entre sí.

Sin embargo, algunos familiares sí que han revelado la identidad de las víctimas. Entre ellas está Kay Macara, quien dijo que una de las víctimas es su hija, Vanessa Iverson, de 19 años.

La cuñada de la fallecida, Sarah Iverson, manifestó que en el momento del tiroteo se encontraban en la casa una amiga de Vanessa, así como el marido de la amiga, la hermana y un cuñado, junto con tres niños: unos gemelos y la pequeña de dos años en estado grave.

Marco Pastrana indicó en declaraciones a la prensa local que su primo, Ambrosio Analco, de 22 años, es otra de las víctimas. Aseguró que Analco fue a la casa el sábado por la noche a dejar a sus dos niños gemelos, de unos dos o tres meses, y a su hija Jasmine, de dos años.

Algunos de los vecinos relataron a la prensa local que la vivienda en la que se produjo la tragedia es de alquiler y cambia de inquilinos con frecuencia.

La casa de color blanco está ubicada en una calle plantada con árboles a escasas manzanas de una iglesia metodista.

Delavan está a unos 72 kilómetros del suroeste de Milwaukee y muy próximo a Lake Geneva. El responsable policial describió el lugar como un sitio tranquilo, con unos 8.000 residentes, donde muchos habitantes de Chicago acuden para descansar.

Tras haber sido evacuados, los vecinos de la zona han sido autorizados a regresar a sus casas, detalló O’Neill.

Guerrerense de Las Vigas mató a esposa, dos hijos y dos amigas y se suicidó en Wisconsin
Ricardo Castillo Díaz – SurAcapulco.com.mx

19 de junio de 2007

Ambrosio Analco Ramírez, originario de Las Vigas, Guerrero, habría asesinado a balazos a cinco integrantes de su propia familia y posteriormente se suicidó en la ciudad de Delavan, en el sur del estado de Wisconsin, en Estados Unidos.

Un cable de la agencia EFE, fechado en Washington el pasado domingo 10, reportó que el sábado 9 «un tiroteo dentro de una vivienda en la ciudad de Delavan, en el sur del estado de Wisconsin, terminó con seis personas muertas y una niña de dos años herida, que fue encontrada en un vehículo cerca de la casa».

Delavan es una comunidad conocida por ser tranquila, de unos 8 mil habitantes, situada a unos 64 kilómetros al suroeste de Milwaukee, y a unos 90 minutos de Chicago.

El martes 12, diversos diarios publicaron que una llamada al número de emergencias 911, de un testigo familiar de una de las víctimas, ayudó a esclarecer la masacre, pues al pedir auxilio informó que el agresor era Ambrosio Analco Ramírez, de 22 años de edad, quien mató a su esposa Nicole Marie McAffee, de 19 años; a dos de sus hijos, Argenis e Isaiah Analco, dos gemelos hombres de sólo meses de nacidos; la cuñada Ashley Huerta, de 21 años y una amiga de la familia Vanesa Iverson, de 19.

Según los reportes de la prensa local, en la masacre resultó herida otra niña, Jasmine Analco, hija también de Analco y McAffee, de apenas dos años de edad, quien permanece en el hospital recuperándose de una bala en el pecho.

Por su parte, en una llamada telefónica a El Sur, el presidente del Club de Sanmarqueños Radicados en Atlanta, Carlos Villanueva Cuevas, exigió al gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo que no permanezca como espectador ante la situación que viven los guerrerenses en Estados Unidos, y demandó al Congreso del estado la aprobación del Instituto del Migrante Guerrerense, una iniciativa que ya se encuentra en comisiones legislativas.

Villanueva Cuevas denunció que el Consulado de México en Chicago –ciudad donde fue trasladado el cuerpo de Analco–, se ha negado a brindar apoyo para enviar el cadáver a Guerrero, y que los paisanos del sanmarqueño sólo han recibido «un trato despreciable».

Aseguró que en el consulado les dijeron que «no hay dinero para el traslado», y que incluso les sugirieron que los familiares de la víctima se organicen para juntar la cantidad necesaria para ello. «¡Cómo no entienden que toda la familia de esta persona también está muerta por esta masacre!», exclamó Villanueva.

De acuerdo con la agencia EFE, algunos de los vecinos relataron que la vivienda en la que se dio la tragedia es de alquiler y cambia de inquilinos con frecuencia. La casa de color blanco está ubicada en una calle plantada con árboles, a escasas cuadras de una iglesia metodista.

Luego de este despacho noticioso, los reportes posteriores de la prensa local informaron que la policía de Delavan reveló la grabación de una llamada al 911, de Gaspar Huerta –hermano de Ashley Huerta, una de las víctimas–, quien aseguró fue Analco, al llegar a su casa, comenzó a disparar a los presentes.

Gaspar Huerta dijo haber estado en la casa cuando comenzó la balacera, pero que logró escapar al saltar por una ventana.

Aunque la policía de Delavan dio a conocer la grabación de la llamada, no ha señalado directamente a un responsable de la masacre ni el motivo. Sin embargo, informó que nadie se encuentra bajo custodia y que la comunidad no corre peligro, y los periódicos locales lo han interpretado como si sugiriera que el sospechoso principal está entre los propios muertos.

El presidente del Club de Sanmarqueños Radicados en Atlanta, Carlos Villanueva Cuevas, insistió en que los migrantes guerrerenses, además de que no cuentan con dinero para sufragar las repatriaciones de cadáveres, tampoco tienen asesoría legal para enfrentar acusaciones por delitos cometidos en Estados Unidos.

Por ello, exigió al gobierno zeferinista y a los diputados locales no seguir sólo como espectadores de las muertes de sus paisanos, y crear políticas e instituciones para la atención de los migrantes.

Reiteró su petición al gobierno del estado para que intervenga en el traslado del cadáver de Analco, de Chicago, Illinois, a Las Vigas, Guerrero.



MÁS INFORMACIÓN EN INGLÉS

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Juana Barraza

La Mataviejitas
  • Clasificación: Asesina en serie
  • Características: Robos
  • Número de víctimas: 11 +
  • Fecha del crimen: 2002 - 2006
  • Fecha de detención: 24 de enero de 2006
  • Date of birth: 27 de diciembre de 1958
  • Perfil de la víctima: Mujeres entre 64 y 79 años
  • Método del crimen: Estrangulación
  • Lugar: México, D. F., México
  • Estado: Condenada a 759 años de prisión el 31 de marzo de 200
Índice

Juana Barraza Samperio
Wikipedia

Juana Dayanara Barraza Samperio es una asesina en serie mexicana, conocida popularmente como «La Mataviejitas».

Biografía
Juana Barraza Samperio nació a las 8:30 horas, el viernes 27 de diciembre de 1958 en el municipio de Epazoyucan, Hidalgo, México, sus padres fueron Trinidad Barraza Ávila y Justa Samperio quienes nunca se casaron, vivieron en unión libre por cuatro o cinco años. Barraza posee conocimientos de enfermería y se dedicó también en algunas ocasiones a la lucha libre (bajo el seudónimo de «La Dama del Silencio»).

Barraza se ha convertido en uno de los casos más interesantes dentro de la historia criminal en México, ya que durante muchos años se mantuvo la comisión de sus crímenes sin ser capturada, y por la semejanza de su modus operandi con el de famosos asesinos en serie de otros países, como Thierry Paulin.

Modus operandi
Todas las víctimas de la asesina eran ancianas, quienes en su mayoría vivían solas. Las muertes eran provocadas por golpes, heridas de armas punzo cortantes o estrangulación, con robos materiales a las víctimas inmediatamente después de ser asesinadas. En cada asesinato que cometía siempre vestía de rojo. En casos aislados, se encontró evidencia de abuso sexual en las víctimas.

En el transcurso de las actividades criminales de «La Mataviejitas», las autoridades policíacas fueron duramente criticadas por los medios de comunicación puesto que, todavía a finales del 2005, asumían un «sensacionalismo mediático» respecto a un asesino en serie. Asimismo, se criticó el hecho de que el asesino era buscado, tal vez inútilmente, entre las prost*tutas y/o travestis de la Ciudad de México.

De hecho, durante la cacería de la asesina, Bernardo Bátiz, entonces Procurador de Justicia de la Ciudad de México, había indicado que «El Mataviejitas» era «brillantemente listo» (creyéndose hasta ese momento que se trataba de un hombre y no de una mujer) que cometía sus crímenes después de un corto período durante el cual se ganaba la confianza de sus víctimas.

Los oficiales que investigaban el modus operandi del asesino sospecharon que «El o La Mataviejitas» se presentaba ante sus víctimas como trabajador social del gobierno (enfermera), ofreciendo programas de beneficencia para personas de la tercera edad.

La búsqueda de la asesina fue complicada debido al cúmulo de evidencias contradictorias. En un punto de la investigación, la policía conjeturó que eran dos asesinos los que podrían estar implicados. También se puso singular atención en la extraña coincidencia de que por lo menos tres de las víctimas del asesino poseían una copia de una pintura del siglo XVIII, «Niño en Chaleco Rojo», del artista francés Paul Cézanne.

Interesantemente, antes de la captura de la presunta asesina, las autoridades mexicanas divulgaban declaraciones de testigos que señalaban que el asesino usaba ropa de mujer para acceder a los apartamentos de las víctimas.

En uno de los casos, uno de los testigos observó a una «mujer grande con una blusa roja» salir del hogar de una de las mujeres asesinadas. Ello fue importante para los criminólogos, forenses y detectives puesto que había grandes paralelos entre «La Mataviejitas» y Thierry Paulin.

Bajo ese contexto, se atribuyó al asesino (presumiblemente varón) la posibilidad de una doble personalidad. Otra observación interesante hecha por los investigadores fue la extraña coincidencia de que algunas de las víctimas de la asesina en serie eran de origen español.

El mayor avance en el caso ocurrió el 25 de enero de 2006 cuando se arrestó a una persona sospechosa huyendo del hogar de la última de las víctimas atribuidas a la asesina. La víctima, Ana María de los Reyes Alfaro, de 82 años de edad, residente de la colonia Moctezuma 1a sección en la ciudad de México, había sido estrangulada con un estetoscopio, siendo varias veces apuñalada con un cuchillo ranger militar.

Para sorpresa de muchos, que aseguraban que el asesino era hombre, la persona detenida fue Juana Barraza Samperio, de entonces 48 años. En pruebas preliminares, Barraza se asemejaba bastante a un modelo de arcilla que describía las características faciales del asesino: Persona de cabello tupido, teñido de color rubio y rostro de facciones duras. Al ser detenida portaba un estetoscopio, formas de solicitud de pensión para adultos mayores y una tarjeta que la identificaba como trabajadora social.

Preliminarmente, la policía de la ciudad de México no pudo detenerla antes ya que no se contaba con huellas dactilares completas que pudieran dar la identidad de la asesina, en las escenas del crimen no se encontraban completas sino solo fragmentos de ellas, por lo cual no se podía tener una prueba para detener a alguien.

Se dice que, al momento de ser capturada, la presunta asesina confesó haber asesinado a la anciana, Ana María de los Reyes Alfaro y a otras tres mujeres, pero negó estar implicada en el resto de los asesinatos. Ella comentó a los reporteros que había visitado la casa de Ana María de los Reyes Alfaro en búsqueda de trabajo como lavandera. «Ustedes sabrán por qué lo hice cuando lo lean de mi declaración ministerial» finalizó Barraza Samperio.

Antecedentes
A través de entrevistas realizadas a la detenida por la Dra. Feggy Ostrosky-Solís, directora del Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiológica de la Facultad de Psicología de la UNAM, le practicó estudios a Juana Barranza alias «La Mataviejitas», se conoció que parte de su conducta criminal venía a ser un reflejo de la violación que sufrió durante su niñez; Justa Samperio, la madre de «La Mataviejitas» era una alcohólica y en una reunión con otras personas, la madre de «La Mataviejitas» accedió a que tres hombres tuvieran acceso carnal con la menor a cambio de unas cervezas.

Es entonces que producto de este trauma (el que fue más adelante agrandado, cuando el hijo mayor de Juana, José Enrique Lugo Barraza, es asesinado por una pandilla en plena calle a los veinticuatro años de edad), «La Mataviejitas» acarrea un gran problema psicológico que de un momento a otro en su vida es resaltado en el primer homicidio que realiza, donde en base a lo manifestado por Barraza cada parte de sus acciones en el homicidio son un reflejo condicionado por el trauma vivido en su niñez.

En 2006, el escritor Víctor Ronquillo publicó el libro Ruda de corazón: el blues de la Mataviejitas, el cual es un reportaje novelado que narra los asesinatos de Juana Barraza Samperio, la obra es el resultado de una investigación biográfica que llevó a cabo el autor sobre esta asesina serial.

Cultura popular
En 2010 en la tercera temporada de la serie de televisión mexicana Mujeres asesinas, existe un episodio recreando el caso de Juana Barraza Sampeiro, titulado: Maggie, pensionada donde «Juana» fue interpretada por la actriz Leticia Perdigón.

Las víctimas de Juana Barraza Samperio
Última actualización: 11 de agosto de 2015

1. María de la Luz González Anaya, de 64 años. Fue asesinada el 25 de noviembre de 2002.

2. Guillermina León Oropeza, de 84 años. 2 de marzo de 2003.

3. María Guadalupe Aguilar Cortina, de 86 años. 25 de julio de 2003.

4. María Guadalupe de la Vega Morales, de 87 años. 9 de octubre de 2003.

5. María del Carmen Muñoz Cote de Galván, de 78 años. 24 de octubre de 2003.

6. Gloria Enedina Rizo Ramírez, de 81 años. 28 de octubre de 2003.

7. Lucrecia Elsa Calvo Marroquín, de 85 años. 4 de noviembre de 2003.

8. Natalia Torres Castro, de 85 años. 19 de noviembre de 2003.

9. Alicia Cota Ducoin, de 76 años. 28 de noviembre de 2003.

10. Alicia González Castillo, de 75 años. 20 de febrero de 2004.

11. Ana María Tecante Carreto, de 74 años. 25 de febrero de 2004.

12. Carmen Cardona Rodea, de 76 años. 20 de marzo de 2004.

13. Socorro Enedina Martínez Pajares, de 82 años. 26 de marzo de 2004.

14. Guadalupe González Sánchez, de 74 años. 24 de mayo de 2004.

15. Esthela Cantoral Trejo, de 85 años. 25 de junio de 2004.

16. Delfina González Castillo, de 92 años. 1 de julio de 2004.

17. María Virginia Xelhuatzi Tizapán, de 84 años. 3 de julio de 2004.

18. María de los Ángeles Cortés Reynoso, de 84 años. 19 de julio de 2004.

19. Margarita Martell Vázquez, de 72 años. 31 de agosto de 2004.

20. Simona Bedolla Ayala, de 79 años. 29 de septiembre de 2004.

21. María Dolores Martínez Benavides, de 70 años. 24 de octubre de 2004.

22. Margarita Arredondo Rodríguez, de 83 años. 9 de noviembre de 2004.

23. María Imelda Estrada Pérez, de 76 años. 17 de noviembre de 2004.

24. Julia Vera Duplán, de 60 años. 11 de enero de 2005.

25. María Elisa Pérez Moreno, de 76 años. 13 de abril de 2005.

26. Ana María Velázquez Díaz, de 62 años. 20 de abril de 2005.

27. Celia Villaliz Morales, de 78 años. 17 de junio de 2005.

28. María Guadalupe Núñez Almanza, de 78 años. 29 de junio de 2005.

29. Emma Armenta Aguayo, de 80 años. 20 de julio de 2005.

30. Emma Reyes Peña, de 72 años. 9 de agosto de 2005.

31. Dolores Concepción Silva Calva, de 91 años. 15 de agosto de 2005.

32. María del Carmen Camila González Miguel, de 82 años. 28 de septiembre de 2005.

33. Guadalupe Oliver Contreras, de 85 años. 28 de septiembre de 2005.

34. María de los Ángeles Repper Hernández, de 92 años. 18 de octubre de 2005.

35. Ana María de los Reyes Alfaro, de 84 años. 25 de enero de 2006.

Detienen a quien podría ser «La Mataviejitas»
Notimex

25 de enero de 2006

Policías del Distrito Federal detuvieron la tarde de este miércoles a una mujer luego de que presuntamente quitó la vida a una anciana en su domicilio en la Colonia Moctezuma.

De acuerdo con información de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), Ana María Reyes González, de 82 años de edad, fue encontrada muerta en el número 21 de la calle José J. Jasso, en dicha colonia de la Delegación Venustiano Carranza.

La presunta homicida fue detenida luego de que salió corriendo de dicho inmueble, y espera ser trasladada a la Fiscalía de Homicidios de la PGJDF que conocerá el caso.

Cae «La Mataviejitas»
Noticieros Televisa

Confirma la PGJDF la detención de la asesina de adultas mayores; se trata de Juana Barraza, una mujer de 48 años dedicada a la lucha libre

En su primera declaración reconoció varios crímenes. Esta noche el procurador Bernardo Bátiz confirmó que asesinó al menos a 10 víctimas.

En sólo tres años se convirtió en el homicida serial más buscado en México, y digo homicida porque nunca se logró establecer si era mujer u hombre.

Varios rostros elaborados por testigos se distribuyeron por toda la capital del país, siguiendo sus patrones de conducta se esperaba que atacara en cualquier momento. Huellas dactilares dejadas en las escenas del crimen por la homicida, fueron valiosas para que se cotejaran con la detenida Juana Barraza.

Todas sus víctimas fueron mujeres de entre 64 y 79 años edad, en todos los casos la víctima vivía sola, en casa particular o departamento, todas fueron estranguladas. La homicida serial utilizo piolas, cordones de cortina, mascadas, e incluso la propia ropa interior de la victima.

La mayoría de las víctimas vivían en las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Iztapalapa, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.

Su primer contacto con el homicida se registró en parques públicos o en la periferia de unidades habitacionales. Esta noche, esta presunta homicida declara en las instalaciones de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal.

Se aclara el misterio «del Mataviejitas»
Santos Mondragón / Fuente: Noticieros Televisa

25 de enero de 2006

En sólo tres años se convirtió en el homicida serial más buscado en México.

Sobre su identidad se manejaron diferentes hipótesis.

Nunca se logró establecer con precisión si era hombre o mujer.

La policía dio a conocer varios rostros elaborados por testigos.

El homicida serial de mujeres de la tercera edad rompió el patrón de su conducta criminal en los últimos meses.

No había atacado y la policía esperaba que en cualquier momento lo hiciera.

Operativos con gente encubierta como señuelo, carteles y constantes avisos a la opinión pública fueron las herramientas para intentar detenerlo.

La Procuraduría de Justicia del Distrito Federal buscó al homicida serial relacionado con al menos 4 de los 31 casos registrados desde el año 2003; pero se asegura que son hasta 10.

Y es que mantuvo siempre un patrón de conducta criminal al momento de causar la muerte.

El homicidio serial siempre actuó con limpieza en la escena del crimen, tenía la precaución de limpiar sus huellas.

Sin embargo, peritos de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal localizaron fragmentos dactiloscópicos en lugares como la parte interna de la perilla de una puerta y atrás de portarretratos.

Todas la víctimas fueron mujeres, de entre 64 y 79 años de edad.

En todos los casos la víctima vivía sola, en casa particular o departamento.

Una de las últimas víctimas fue Ana María Velásquez de 64 años.

La causa de muerte se determinó como asfixia por estrangulación.

Guadalupe Núñez Almazán de 79 años y Emma Reyes Peña de 78 años, también murieron por esa causa.

La mayoría de las víctimas vivían en las delegaciones Cuauthémoc, Benito Juárez, Iztapalapa, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.

Su primer contacto con el homicida se registro en parques públicos o en la periferia de unidades habitacionales.

Esta ola de muerte al parecer llegó a su fin.

«La Mataviejitas» reconoce tres crímenes
Noticieros Televisa

26 de enero de 2006

Juana Barraza, quien fue identificada como «La Mataviejitas» y detenida este miércoles en el Distrito Federal, reconoció haber cometido tres homicidios de ancianos, aunque por sus huellas digitales se le relaciona con 10 asesinatos más, dijo el procurador capitalino Bernardo Bátiz.

En entrevista telefónica con Carlos Loret de Mola, para Primero Noticias, Bátiz Vázquez advirtió que a pesar de la detención de «La Mataviejitas», la posibilidad de que alguien cometa crímenes contra adultos mayores siempre está latente, aunque por lo pronto –aclaró- no existe otro homicida serial.

Una denuncia oportuna logró la detención

A las 4:00 de la mañana de este jueves, concluyó la presentación y declaración de Juana Barraza Samperio, señalada por las autoridades locales como la asesina serial de adultos mayores.

Alejandro Encinas, jefe de Gobierno del Distrito Federal, informó en su conferencia de prensa matutina que una denuncia oportuna de un vecino de la colonia Moctezuma fue la clave para poder capturar a la también conocida como «La Mataviejitas».

«Se empiezan a acreditar todos lo datos que se habían venido integrando en un esfuerzo conjunto muy importante del Gobierno de la ciudad, está acreditado ya por lo menos la responsabilidad sobre 10 de los homicidios, habrá que continuar con las líneas de investigación que tenemos para esclarecer todos», explicó Encinas Rodríguez.

El titular del Gobierno capitalino dijo que luego de la captura de Barraza Samperio, la prueba más contundente de su participación en al menos 10 homicidios, es la identidad entre las huellas dactilares.

Alejandro Encinas invitó a la conferencia de prensa de la mañana de este jueves a los policías Marco Antonio Cacique y José Ismael Alvarado, quienes fueron los responsables de detener a la presunta asesina serial.

Sin embargo, el jefe de Gobierno dijo que la captura de esta persona ha sido un esfuerzo de investigación entre la Procuraduría capitalina y la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF).

El jefe de Gobierno hizo un balance de la muerte de adultos mayores en el Distrito Federal. «Andamos en la cifra de 49, desde 1998 a la fecha, y en este caso ya se han aclarado ocho con cinco detenidos. Aquí se acreditan claramente 10 por una sola persona y esperemos que sigamos esclareciendo estos crímenes», explicó Encinas Rodríguez.

El titular del Gobierno del Distrito Federal dijo que para evitar informaciones no válidas, el único funcionario que podrá hablar sobre este caso será el procurador Bernardo Bátiz.

Premian a los policías que detuvieron a «La Mataviejitas»
Miguel Nila / Fuente: Noticieros Televisa

26 de enero de 2006

Los dos policías preventivos del Distrito Federal que lograron la captura de la presunta homicida serial de ancianos, estuvieron con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas.

La mañana de este jueves, autoridades capitalinas anunciaron que los policías, José Ismael Alvarado Ruiz y Marco Antonio Cacique Rosales, serán premiados.

«Como policías del mes les será entregado dos estímulos: uno por parte del Gobierno de la ciudad, que consistirá en un departamento a cada uno de ellos, y otro por parte de la Policía capitalina, que serán 100 mil pesos en efectivo a cada uno de ellos», informó el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF).

Subirán de rango: a partir de este jueves serán policías Primero.

Por su parte, el procurador del Distrito Federal, Bernardo Bátiz, aseguró que la presunta «Mataviejitas», Juana Barraza Samperio, ha confesado otros asesinatos.

«Está confesa por el caso de ayer (miércoles) y dos más que relata sin precisar, con mucha vaguedad. Dice que en Coyoacán mató a otra persona y reconoce dos casos, los reconoce ella dos más, pero seguramente irá reconociendo otros», comentó el titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

Bátiz Vázquez señaló que se ha comprobado que la mujer detenida este jueves en la colonia Moctezuma, 1a. Sección, actuó en 10 homicidios registrados del 2003 a la fecha. Pero no descartó que Barraza Samperio haya cometido asesinatos desde 1998.

Aseguran la casa de «La Mataviejitas» en Ixtapaluca
Por: Jaime Vázquez / Fuente: Noticieros Televisa

26 de enero de 2006

Agentes ministeriales aseguraron esta madrugada la casa en donde vivía Juana Barraza Samperio, presunta homicida en serie de mujeres de la tercera edad, en Ixtapaluca, Estado de México.

A las 2:15 horas de este jueves, Guillermo Sayas, fiscal de Homicidios de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, y agentes ministeriales se presentaron en el Centro de Justicia de Ixtapaluca.

Ahí solicitaron al Ministerio Público en turno la preservar de la planta baja casa número 35 de la calle Abetos, en la colonia Izcalli como parte de las diligencias del caso.

El fiscal dijo que esta medida es parte de las investigaciones para determinar la situación jurídica de Juana Barraza Samperio, detenida por el homicidio de Ana María de los Reyes González, de 82 años, en la colonia Moctezuma, DF, pero que no podía dar más información.

«Estamos trabajando unas diligencias que no puedo dar a conocer por secrecía de la investigación», dijo Guillermo Sayas.

Tras el aseguramiento de la casa, la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal solicitará una orden para realizar el cateo del domicilio en las próximas horas.

Premiará el GDF al ciudadano que delató a «La Mataviejitas»
Fernando Mora / Fuente: Noticieros Televisa

27 de enero de 2006

El gobierno de la ciudad de México recompensará y reconocerá a Joel López, quien fue la persona que delató a Juana Barraza Samperio, presunta asesina serial de adultos mayores, conocida como «La Mataviejitas».

Alejando Encinas, jefe de Gobierno del Distrito Federal, fue cuestionado este viernes, en la conferencia de prensa matutina, sobre si el ciudadano que delató ante agentes de la policía a Barraza Samperio recibiría también algún premio.

«Así es, estamos estableciendo contacto con él, es probable que nos reunamos a la brevedad… aquí se trata de un ciudadano, tenemos que conocer su situación particular y, por supuesto, estamos en la idea de hacer un reconocimiento, en el ánimo de fortalecer la participación ciudadana en la denuncia de delitos», dijo Encinas.

Joel López fue quien alertó a los policías Marco Antonio Cacique y José Ismael Alvarado sobre esta presunta asesina serial, el pasado miércoles, en la colonia Moctezuma, primera sección de la Ciudad de México.

Sin embargo, aún no queda claro cual será el monto del premio o gratificación que recibiría este ciudadano por parte de las autoridades capitalinas.

«En este caso específico, queremos platicar con el interesado para que este estímulo esté acorde con sus necesidades. Ya lo veremos», señaló el jefe de Gobierno.

Los dos policías que detuvieron a «La Mataviejitas» recibieron por parte del gobierno del Distrito Federal y la Secretaría de Seguridad Pública Capitalina un departamento y 100 mil pesos cada uno por esta captura.

Ingresan a «La Mataviejitas» en Santa Martha
Notimex

27 de enero de 2006

Juana Barraza Samperio, conocida como «La Mataviejitas», se encuentra ya en el penal de Santa Martha Acatitla, acusada de los delitos de homicidio calificado y tentativa de homicidio.

Fuentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) indicaron que la mujer ingresó poco después de las 7:00 horas de este viernes al penal, y que su traslado se llevó a cabo en medio de estrictas medidas de seguridad.

Consignan a «La Mataviejitas» por 4 asesinatos
Miguel Nila / Fuente: Noticieros Televisa

27 de enero de 2006

A las 7 de la mañana de este viernes ingresó a la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, Juana Barraza Samperio, de 48 años, presunta asesina serial de ancianas.

Abordo de una patrulla de la Policía Judicial del Distrito Federal, que era escoltada por otra unidad policíaca, Barraza Samperio salió del edificio de la Procuraduría capitalina, alrededor de la 5:30 de la mañana.

La supuesta «Mataviejitas» fue consignada por los delitos de homicidio y robo agravado diversos, en cuatro casos.

El Ministerio Público (MP) dejó abierto el expediente para investigar y determinar si Barraza Samperio es responsable de otros siete homicidios de mujeres adultas mayores.

La Procuraduría capitalina informó que a Juana Barraza Samperio se le comprobaron cuatro asesinatos, con base en sus huellas dactilares: el de Luz María González Anaya, de 64 años, ocurrido el 25 de noviembre del 2002 en un departamento de la colonia Revolución Popular, en Coyoacán; el de María Imelda Estrada Pérez, de 73 años, cometido el 17 de noviembre del 2004, en la calle de Imperio de la colonia Industrial, delegación Gustavo A. Madero; el de Ema Armenta Aguayo, de 80 años, ocurrido el 21 de julio del 2005, en la calle de Farol, colonia Narciso Mendoza, en Coyoacán, y Ana María de los Reyes, de 82 años, cometido el miércoles pasado en la calle de José Jasso 21, en la 1a. sección de la colonia Moctezuma.

Este mismo viernes, la Procuraduría del Distrito Federal presentó el pliego consignatorio ante el juez en turno de la Penitenciaría femenil de Santa Martha Acatitla para que Juana Barraza pueda rendir su declaración preparatoria en las próximas horas.

Guarda silencio «La Mataviejitas»
Miguel Nila / Fuente: Noticieros Televisa

27 de enero de 2006

Se reservó el derecho a rendir su declaración preparatoria, ante el Juzgado 67 Penal de la Penitenciaria de Santa Martha Acatitla, Juana Barraza Samperio, presunta multihomicida de adultos mayores.

La Procuraduría capitalina sólo la consignó por robo y el homicidio de la señora Ana María Reyes, crimen ocurrido el pasado miércoles en la colonia Moctezuma y que motivo su captura.

«Pero ahorita nada más viene por homicidio y robo, por lo de la señora Ana, que ese fue casi en flagrancia, y ya vienen los demás expedientes que se van a trabajar», dijo Ofelia Urtuzástegui, fiscal de Procesos Penales de la PGJDF.

Vestida ya con el uniforme reglamentario del penal, la llamada «Mataviejitas», fue presentada en la rejilla de prácticas en punto de las 5:45 de la tarde.

Asesorada por el defensor de oficio, Juan Mendoza Yarze, porque aseguró que no sabe leer ni escribir, se le explicó el desarrollo de la diligencia y la acusación que le imputan.

Juana Barraza, de 48 años de edad, dio sus generales. Dijo ser de oficio lavandera y que percibía 350 pesos a la semana sólo cuando la contrataban. Precisó que no fuma, no toma ni ingiere drogas. Aseguró que profesa la religión católica y reveló que su pasatiempo era ver la lucha libre.

Enrique Juárez, Juez 67 Penal, determinará a más tardar el próximo lunes la situación legal de la hora consignada.

Dictan formal prisión a «La Mataviejitas»
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

30 de enero de 2006

Juana Barraza Samperio, presunta multihomicida de adultos mayores, fue declarada formalmente presa.

Este lunes, Enrique Juarez, juez 67 Penal de la Penitenciaria de Santa Martha Acatitla, notificó que es presunta responsable de homicidio calificado en contra de la señora Ana María Reyes.

Delia Valencia, secretaria de Acuerdos del Juzgado 67 penal, resolvió: «siendo las 15:30 horas del día 30 de enero del año 2006 se decreta a Juana Barraza Semperio o Juana Barraza Samperio, su formal prisión o preventiva».

Crimen ocurrido el pasado miércoles en la colonia Moctezuma, y que motivó su detención.

No alcanza libertad provisional bajo fianza.

Ofelia Urtusuastegui, fiscal de Procesos Penales de la Procuraduria Capitalina, aseguró que se continúa integrando otra averiguación previa en contra de la llamada «Mataviejitas» para anexarla al expediente ya instruido en su contra.

«Si así es. Éstas se van a trabajar sin detenido» dijo la fiscal.

¿Por cuántos homicidios sería la consignación?

«Hay bastantes, no le podría decir por cuantas personas, pero sí, se está trabajando», respondió Urtusuastegui.

De resultar penalmente responsable de este homicidio por el cual se le sigue un juicio ya a Juana Barraza Samperio, podría ser sentenciada hasta con 50 años de prisión, tan solo por este asesinato.

Libre el supuesto cómplice de «La Mataviejitas»
Notimex

31 de enero de 2006

Luego de 20 días de arraigo domiciliario, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) determinó levantar dicha medida cautelar contra Oliver Guzmán López, a quien se le vinculó con «La Mataviejitas».

Guzmán López fue detenido el 10 de enero pasado, luego de que dos personas supuestamente lo vieron merodeando algunos lugares donde vivían personas de la tercera edad, y quien supuestamente vestía una bata blanca.

El presunto cómplice de Juana Barraza Samperio, alias «La Mataviejitas» finalmente salió a trabajar este martes y pintó el rótulo de un negocio en la delegación Iztapalapa, donde reside con su familia.

Guzmán López habita en la colonia José López Portillo de Iztapalapa, junto con su esposa y tres hijos, y reconoció que fue dificil el arraigo, principalmente porque él es el único proveedor de dinero en su casa.

En breve entrevista, quien durante un tiempo también fue indocumentado y laboró en Filadelfia, Estados Unidos, reiteró su inocencia y sostuvo que él no tiene nada que ver ni con Barraza Samperio ni con otros luchadores.

Según las propias palabras de Oliver Guzmán, aún cuando la PGJDF le levantó la medida de arraigo le informó que continuará sujeto a investigación, y que de ser necesario se le llamará a declarar de nueva cuenta.

Dos de los testigos de la PGJDF identificaron a este trabajador como la persona que merodeaba las casas de las personas de la tercera edad, como una señora de 87 años, residente de Coyoacán, quien afirmó que fue agredida por Guzmán López.

Comprueban once homicidios de «La Mataviejitas»
Miguel Nila / Fuente: Noticieros Televisa

1 de febrero de 2006

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal ya comprobó la participación de Juana Barraza Samperio, conocida como «La Mataviejitas» en 11 homicidios de mujeres adultas mayores.

La próxima semana, el Ministerio Público enviará al juez 67 Penal de la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, todas las pruebas que incriminan a Barraza Samperio.

Bernardo Bátiz, procurador del DF, dijo que «las pruebas de comparación de las huellas ya fueron verificadas, tenemos 11 casos más por los que la vamos a consignar también; como ella está detenida y está en proceso no tenemos mucha prisa, pero queremos ya que la semana próxima quede hecha la consignación».

De acuerdo con el procurador Bernardo Bátiz, los 11 asesinatos los cometió Juana Barraza del año 2002 a la fecha.

Confirmó que Oliver Guzmán, quien estaba arraigado y bajo investigación por su probable participación en el asesinato de María de los Ángeles Repper, de 92 años, en la colonia Escandón, ya fue liberado.

«Solicitamos al juez que levantara el arraigo. Él queda libre con las reservas de la ley y vamos a seguir investigando», agregó el procurador.

Bernardo Bátiz señaló que algunas personas que practican la lucha libre, y que conocían a Barraza Samperio, han sido interrogadas.

«Han declarado ya dos luchadores, ya han declarado con este motivo y está la averiguación en su curso», explicó Bátiz.

El procurador del DF no descartó la presunta complicidad de algunas personas conocidas por Juana Barraza, en los asesinatos de ancianas.

Policías del Edomex dejaron escapar a «La Mataviejitas»
Óscar Hernández / Fuente: Noticieros Televisa

1 de febrero de 2006

Hace 10 años la carrera delictiva de Juana Barraza Samperio pudo haber terminado, pero no fue así. En 1996 el entonces policía judicial del Estado de México, Moisés Flores Domínguez, detuvo a la presunta asesina de adultos mayores, pero la dejó escapar, luego de extorsionarla.

«Por la cantidad de 12 mil pesos a la señora Juana Barraza, en 1996, cuando ésta se dedicaba al robo a casa habitación», señaló Alfonso Navarrete Prida, procurador del Estado de México.

En ese año, 1996, el policía judicial Flores Domínguez mantenía una relación sentimental con Araceli Tapia Martínez, quien le propuso extorsionar a su amiga y comadre.

«Yo de lo único que supe es que había cometido un robo en el Distrito Federal, nunca se me precisó en qué lugar ni bajo que circunstancias, solamente que había cometido un robo», apuntó Moisés Flores, comandante de aprehensiones de la PGJEM.

Un año después, en 1997, Juana Barraza Samperio fue nuevamente detenida, pero ahora por agentes judiciales de la Ciudad de México.

«Yo conocía a un policía judicial del Distrito Federal, le comenté de la señora que había robado, que la investigara. Ellos la interceptaron y mientras la llevaban al Distrito Federal la señora los acusó de que la estaban tratando de extorsionar y fueron puestos a disposición de un Ministerio Público y consignados ante un juez penal», señaló el comandante Flores Domínguez.

Otra vez libre, Juana Barraza Samperio siguió delinquiendo. Moisés Flores Dominguez fue detenido este miércoles y está sujeto a investigación. Él se desempeñaba como comandante del segundo grupo de aprehensiones de Tlanepantla.

Las pruebas contra «La Mataviejitas»
Santos Mondragón / Fuente: Noticieros Televisa

1 de febrero de 2006

Plena identificación de testigos, huellas dactilares y el mismo modus operando, son las pruebas que presentará la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal para involucrar a Juana Barraza en un total de 11 homicidios.

La presunta multihomicida dejó huellas claras de la mano derecha en cuatro diferentes domicilios donde fueron asesinadas mujeres de la tercera edad.

«La victimaria tomó con sus manos una radiografía del hijo de una anciana… Toma con sus manos la radiografía y estampa sus huellas, estas huellas cotejadas con nuestro sistema nos dieron positivo en lo que hace a cinco homicidios, a cuatro homicidios perdón…», comentó el subprocurador Renato Sales Heredia.

De esta forma se logró establecer que Juana Barraza participó en el homicidio de Luz María González Anaya de 64 años de edad, crimen ocurrido el 25 de noviembre del 2002 en un edificio de departamentos de la Colonia Revolución Popular de la Delegación Coyoacán.

También se le consignará por la muerte de María Imelda Estrada Pérez de 73 años, a quien asesinó el 17 de noviembre del 2004 en la Colonia Industrial, en Gustavo A Madero.

De igual forma se encontraron sus huellas en el departamento de la Calle Farol, Colonia Narciso Mendoza, en Villa Coapa. En este sitio fue ultimada Ema Armenta Aguayo, el 21 de julio del 2005.

María Ángel Peper fue estrangulada el 18 de octubre del mismo año.

Durante el cateo realizado en el domicilio de Juana Barraza se encontró la funda de una computadora portátil y la credencial de elector propiedad de la fallecida.

También se encontraron sus huellas digitales en el asesinato de Margarita Redondo Rodríguez ocurrido el 2 de noviembre del 2005 y, María Elisa Pérez, el 13 de abril del mismo año.

Hay homicidios donde sólo se encontraron fragmentos dactilares de Juana Barraza.

Sin embargo, se estableció su participación con base en testigos que la reconocieron y el mismo modus operandi.

«Las pruebas de comparación de huellas ya fueron verificadas, tenemos 11 casos… Eran 10 donde encontramos fragmentos, uno más que se encontró en el dedo meñique hace unos días, la tentativa y el caso de flagrancia que fue por el que se le detuvo», comentó el procurador del DF, Bernardo Bátiz el 1 de febrero de 2006.

Las víctimas son Andrea Tecante Carreto, estrangulada el 25 de febrero 2004; Estela Cantoral Trejo, el 15 de junio del 2004; Julia Vera Duplan, el 11 de enero del 2005, y Guadalupe Olivera Contreras el 29 de septiembre del 2005.

«Tenemos un común denominador, si vemos por ejemplo aquí, el centro que vincula a estos tres homicidios es un parque, en este caso es el parque de Santa María la Rivera donde esta el kiosko morisco… Las víctimas después de que regresan de un mercado o supermercado porque se encuentra el mandado, se encuentra la bolsa a un lado del cadáver…» informó Renato Sales, subprocurador del DF.

Este miércoles la procuraduría capitalina informó que se encuentra bajo investigación Araceli Tapia, amiga de la presunta homicida serial.

Consignan a la amiga de «La Mataviejitas»
Miguel Nila / Fuente: Noticieros Televisa

2 de febrero de 2006

Hace unos minutos fue consignada a la Penitenciaria de Santa Martha Acatitla Araceli Tapia Martínez, de 37 años, por falsedad de declaraciones.

Tapia fue detenida por ser amiga de Juan Barraza Samperio, detenida el 25 de enero por ser la presunta «Mataviejitas».

Fue trasladada de la Fiscalía de Homicidios, en una patrulla de la Policía Judicial, escoltada por cuatro elementos de esta corporación, hacia la penitenciaria de Santa Martha Acatitla.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal aclaró que la consigna es por falsedad de declaraciones y no por ser cómplice de Juana Barraza.

Tapia fue detenida el 31 de enero en el municipio de Chalco, Estado de México.

Trasladan a la amiga de «La Mataviejitas» a Santa Martha
Mario Torres / Fuente: Noticieros Televisa

2 de febrero de 2006

La tarde de este jueves, Araceli Tapia Martínez, amiga de Juana Barraza Samperio, presunta «Mataviejitas», fue trasladada a la Penitenciaría femenil de Santa Martha Acatitla.

Veinte minutos antes de las tres de la tarde, cuatro agentes judiciales la trasladaron en esta patrulla, de la Fiscalía de Homicidios de la Procuraduría del Distrito Federal, en la colonia Doctores hacia la Penitenciaría, en Iztapalapa.

Antes de partir a prisión, Araceli se despidió de su esposo. A las 4 de la tarde, Araceli Tapia, de 37 años, ingresó a la Penitenciaría Femenil de Santa Martha Acatitla.

La mujer quedó a disposición del Juez 67 Penal, Enrique Juárez, por el delito de falsedad en declaraciones.

La Procuraduría del Distrito Federal la consignó por este delito, ya que primero declaró conocer a Juana Barraza – presunta homicida serial de ancianas -, desde hace 10 años, pero desde hace 9 años no tenían contacto.

Supo de ella a través de televisión, cuando fue detenida el pasado 25 de enero, en la colonia Moctezuma.

Sin embargo, en una segunda declaración, Araceli Tapia aseguró conocer a Barraza Samperio desde hace 12 años.

Dijo que desde 1995 ambas se disfrazaban de enfermeras y visitaban a ancianas en sus domicilios.

El objetivo era robar joyas y dinero en efectivo. Tapia Martínez declaró que hace 2 años, Juana Barraza la amenazó de muerte si revelaba a la policía sobre los robos que cometían contra las adultas mayores.

El delito de falsedad en declaraciones es considerado como grave, por lo que no alcanza libertad bajo fianza. A las 10 de la mañana de este viernes, Araceli Tapia rendirá su declaración preparatoria.

Se acumulan acusaciones contra «La Mataviejitas»
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

3 de febrero de 2006

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) solicitó este viernes formalmente ante el Juzgado 67 Penal de la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, procese a Juana Barraza Samperio, conocida como «La Mataviejitas» por tres homicidios más de adultas mayores.

Se trata de tres crímenes registrados en la Ciudad de México durante los años 2002, 2004 y 2005.

Asesinatos en perjuicio de las señoras María Imelda Estrada, de 73 años de edad, ocurrido el 17 de noviembre de 2004 en el interior de su domicilio de la colonia Industrial Vallejo.

También de Ema Armenta, de 80 años, crimen perpetrado el 20 de mayo de 2005 en su departamento ubicado en la Unidad Narciso Mendoza de Tlalpan.

Por último, el expediente incluye el homicidio de Luz María González, de 64 años de edad, registrado el 25 de noviembre de 2002 en la colonia Revolución popular de Coyoacán.

Enrique Juárez, juez 67 Penal, tiene como plazo máximo para determinar si enjuicia por estos tres crímenes a la llamada «La Mataviejitas» el próximo 14 de febrero.

Actualmente Juana Barraza se encuentra presa en la penitenciaría femenil de Santa Martha Acatitla.

Enfrenta un juicio por homicidio calificado en contra de la señora Ana María de los Reyes, ocurrido el pasado 25 de enero en la colonia Moctezuma, que luego de consumado permitió su captura.

Niega Bátiz extorsión a «La Mataviejitas» hace 6 años
Juan Carlos González / Fuente: Noticieros Televisa

4 de febrero de 2006

El procurador capitalino, Bernardo Bátiz, descartó que policías del Distrito federal hayan detenido y extorsionado hace seis años a la homicida serial de personas de la tercera edad, Juana Barraza Samperio.

Desacreditó el testimonio de un agente ministerial del Estado de México, quien confesó que también extorsionó a la llamada «Mataviejitas».

«Él señala, sin dar mayores datos, sin precisar nada, que también fue Juana Barraza extorsionada por policías del Distrito Federal, sin embargo, sobre eso no hay ninguna evidencia, ni ningún dato más que el dicho de ese policía, no hay ninguna constancia de que haya sido detenida», aseguró el titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

El procurador capitalino informó este sábado que enviarán al Estado de México copias certificadas de la declaración de Araceli Tapia Martínez, quien fue consignada por falsedad en declaraciones en torno a su amistad con la asesina serial y que también conocía al judicial mexiquense.

El procurador Bátiz señaló, de igual forma, que hasta el momento no se tiene la certeza de que exista un cómplice de «La Mataviejitas».

«En muchos de los casos de los homicidios tenemos la certeza de que ella actuó sola, algunos pudiera ser que tuviera algún apoyo externo de alguien que la esperara y es lo que estamos investigando, pero no tenemos todavía algo definitivo», aseguró.

Bernardo Bátíz confirmó que el Ministerio Público consignó tres casos de homicidio más en contra de la asesina serial y que la próxima semana se enviarán los otros siete expedientes que están pendientes.

Verifica la PGJDF si «La Mataviejitas» tiene cómplice
Notimex

7 de febrero de 2006

El procurador capitalino, Bernardo Bátiz Vázquez, aseguró que investigan y verifican las declaraciones de testigos que refieren que «La Mataviejitas», Juana Barraza Samperio, en ocasiones actuaba con un cómplice.

Entrevistado al término de la reunión del gabinete de seguridad, señaló que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) indaga esa situación, pues existen versiones de que un hombre la esperaba en un taxi afuera de las casas, donde cometía los homicidios, o caminaba por el lugar para darle apoyo.

Además –dijo- la dependencia a su cargo investiga para precisar si en algunos homicidios actuaba con otra persona, aunque en su declaración, Juana Barraza manifestó que lo hacía sola, localizaba a las víctimas, cometía los atracos y las mataba.

Bátiz Vázquez destacó que evalúan los casos de homicidios que se tienen para detectar si «La Mataviejitas» es responsable de alguno, y se revisan los casos registrados en los últimos años, sin embargo hasta el momento no se tienen resultados.

Mencionó que la Procuraduría capitalina está en la mejor disposición de apoyar en la investigación que realiza su homóloga del estado de México sobre la extorsión de que fue víctima Barraza Samperio hace varios años por un elemento de esa corporación y quien fue puesto en libertad, tras haber prescrito el delito.

La Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) tendrá que indagar si existe un registro de algún asesinato donde haya participado Juana Barraza.

Para ello –puntualizó- la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal está en la mejor disposición de proporcionarle todos los elementos que se tienen y las huellas para realizar los comparativos.

Formal prisión a la cómplice de «La Mataviejitas»
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

8 de febrero de 2006

Araceli Tapia Martínez, presunta cómplice de Juana Barraza Samperio, conocida como «La Mataviejitas», enfrenta ya un juicio formal, o con derecho a obtener su libertad provisional bajo fianza.

Este miércoles Enrique Juárez, juez 67 Penal de la Penitenciaria de Santa Martha Acatitla, le reclasificó el delito de falsedad en declaraciones agravado, por el que inicialmente fue consignada, a sólo falsedad en declaraciones, ilícito no considerable como grave, lo que le permite salir en libertad bajo reservas de ley.

Delia Valencia, secretaria de Acuerdos Juzgado 67 Penal, decretó a Araceli Tapia Martínez su formal prisión «como probable responsable de falsedad ante autoridad, hipótesis de que al declarar ante autoridad en ejercicio de sus funciones faltare a la verdad, en relación con los hechos que motivan la intervención de ésta».

Acusación derivada de declaraciones falsas emitidas ante el Ministerio Publico (MP) sobre su presunta relación y participación con Juana Barraza en asesinatos y robos cometidos en perjuicio de adultas de la tercera edad.

Araceli Tapia podría alcanzar su libertad mediante una fianza y así enfrentar su juicio.

Este jueves, el juez Juárez Saavedra determinará el monto de la caución.

Fijan fianza a la cómplice de «La Mataviejitas»
Notimex

9 de febrero de 2006

El juez 67 en Materia Penal radicado en el penal de Santa Martha Acatitla, Enrique Juárez Saavedra, concedió la libertad bajo fianza a Araceli Tapia Martínez, presunta cómplice de Juana Barraza Samperio, la Mataviejitas.

Juárez Saavedra reclasificó el delito de falsedad de declaraciones y fijó el pago de 44 mil pesos para que Tapia Martínez recobre su libertad, más la cobertura de 30 mil pesos adicionales por el pago de obligaciones procesales.

El juez aclaró que la acusada aún está sometida a proceso, pero que éste puede enfrentarlo fuera de la cárcel, de tal forma que una vez cubierto el monto arriba señalado quedará en libertad, bajo las reservas de la ley.

A su vez, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) afirmó que apelará la determinación del juez de la causa, pues considera que el delito que se le atribuye no amerita la libertad bajo fianza.

Durante sus declaraciones ministeriales, Araceli Tapia cayó en diversas contradicciones. Inicialmente aseguró que no conocía a Juana Barraza, y después admitió que ambas llegaron a vestirse de enfermeras para acudir a domicilios de algunas mujeres de la tercera edad.

Por ello, la Procuraduría capitalina aseguró que utilizará un recurso de apelación para solicitar que Tapia Martínez permanezca en prisión durante el proceso.

Apelará la PGJDF la libertad de la cómplice de «La Mataviejitas»
Notimex

9 de febrero de 2006

El procurador general de Justicia capitalino, Bernardo Bátiz Vázquez, informó que apelarán la resolución del Juzgado 67 Penal, que consideró que el delito de falsedad de declaraciones en que incurrió Araceli Tapia, presunta cómplice de «La Mataviejitas», no es grave y podrá obtener su libertad.

Entrevistado al término de la reunión del gabinete de seguridad señaló que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) es respetuosa de la resolución que determinó el juez; sin embargo se solicitará la revisión del caso al Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

Dijo que la PGJDF cuenta con huellas de Juana Barraza, «La Mataviejitas», desde finales de 2002 y principios de 2003, y hasta ahora no han encontrado información sobre algún expediente que se le haya abierto por algún homicidio, pero continúa la investigación.

Bátiz Vázquez dijo que hasta ahora la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) no ha enviado la información solicitada sobre la presunta responsabilidad de Juana Barraza en un homicidio en el municipio de Ixtapaluca, cinco días antes de ser detenida.

En otro tema, el procurador capitalino expuso que durante la Reunión Plenaria de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, la PGJDF presentará como aportación un vídeo sobre la preservación del lugar de los hechos de homicidios y accidentes.

Añadió que entre los temas más importantes a tratar está la necesidad de más coordinación para el combate al narcomenudeo y los recursos para este trabajo.

Libre la cómplice de «La Mataviejitas»
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

9 de febrero de 2006

Obtuvo su libertad, mediante una fianza de 44 mil pesos, Araceli Tapia Martínez, presunta cómplice de Juana Barraza Samperio, conocida como «La Mataviejitas».

Sin hacer declaraciones, abandonó la penitenciaria de Santa Martha Acatitla, en punto de las 11:30 de la noche, lugar en donde permaneció ocho días presa.

Araceli Tapia enfrenta un juicio formal, en Juzgado 67 Penal, como probable responsable de falsedad en declaraciones, delito no tipificado como grave. Acusación derivada de declaraciones falsas, emitidas ante la Procuraduría capitalina, de su presunta relación y participación con Juana Barraza Samperio, en asesinatos y robos, cometidos en perjuicio de adultas de la tercera edad.

Como obligaciones procesales Araceli Tapia tendrá que presentarse ante el Juzgado 67 Penal todos viernes a firmar el libro de procesados libres bajo fianza, hasta que concluya su proceso.

Premian a los captores de «La Mataviejitas»
Fernando Mora / Fuente: Noticieros Televisa

13 de febrero de 2006

José Joel López González, quién el pasado 26 de enero delató a Juana Barraza Samperio como la asesina serial de adultos mayores o «Mataviejitas», fue homenajeado este lunes en la sede del Gobierno del Distrito Federal.

Junto con José Joel López González se reconoció a los policías Marco Antonio Cacique Rosales y José Ismael Alvarado Ruiz, quienes capturaron a «La Mataviejitas».

«Los policías dieron alcance en su huida a esta peligrosa homicida serial de personas de la tercera edad, con esta detención terminó la zozobra y el peligro para las personas que se veían amenazadas con su forma de actuar», destacó el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF), Joel Ortega.

A los dos policías y al ciudadano que delató a Juana Barraza Samperio se les otorgó una recompensa por 100 mil pesos, así como las llaves de una casa-habitación a cada uno.

Alejandro Encinas, jefe de Gobierno del Distrito Federal, calificó de oportuna y valiente la intervención tanto de José Joel López González, como de los policías Cacique y Alvarado.

«Ha permitido esclarecer uno de los temas mas difíciles para resolver en la ciudad de México y que había causado ya la vida de muchas víctimas. Nos puede permitir hoy, además de la detención de esta persona, tener la certeza de que se trata de la asesina serial que estábamos buscando».

También se reconoció la labor de investigación en este caso que realizaron funcionarios de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

En la ceremonia, se informó que a partir de este lunes, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) iniciará con un programa de recompensas para los ciudadanos que aporten datos para capturar a delincuentes.

Se ofrecen 50 mil pesos por datos que ayuden a la captura del secuestrador Rubén Palacio Rodríguez, quién se escapó del penal de Santa Martha Acatitla el pasado 27 de enero, así como 10 mil pesos por diferentes asaltantes de bancos y cuentahabientes de la ciudad de México.

Se acumulan las acusaciones contra «La Mataviejitas»
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

14 de febrero de 2006

Contestó Juana Barraza Samperio conocida como «La Mataviejitas», a la acusación de tres homicidios más, de personas adultas mayores, ocurridos en la Ciudad de México, y que le atribuye la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal.

Este martes, Barraza Samperio rindió su declaración preparatoria ante el Juzgado 67 Penal de Santa Martha Acatitla, por esta nueva acusación.

Ahí, aseguró que fue forzada durante su declaración ministerial para autoculparse de más crímenes.

«En que lo que están declarando, yo en ningún momento lo declaré voluntariamente, cada que me bajaban para abajo, a donde supuestamente decían que me iban a llevar, había una persona que me decía, di esto, di lo otro, que era por mi bien, que lo dijera», declaró Barraza.

Ofelia Urtusuástegui, fiscal de Procesos Penales de la Procuraduría Capitalina, contestó al respecto:

«Todos los inculpados pueden decir en su defensa lo que quieran, falta que lo prueben…»

Precisó que las pruebas aportadas en esta nueva acusación en contra de la llamada «Mataviejitas», fueron debidamente sustentadas.

«Están las huellas en diferentes objetos, en los domicilios de las occisas», dijo la funcionaria de la PGJDF.

Enrique Juárez, juez 67 Penal, determinará a más tardar el próximo viernes, si enjuicia por estos tres crímenes a Juana Barraza.

Actualmente Barraza Samperio, sólo enfrenta un proceso por el homicidio de la señora Ana María de los Reyes. Crimen cometido en flagrancia en la colonia Moctezuma y que culminó con la captura de Juana Barraza.

Consignan a «La Mataviejitas» por tres homicidios más
Mario Lopez / Fuente: Noticieros Televisa

14 de febrero de 2006

Consignan por tres homicidios más, en perjuicio de igual número de adultas mayores, a Juana Barraza Samperio, alias «La Mataviejitas».

Este martes, en punto de las 4 de la tarde, Enrique Juárez Saavedra, juez 67 Penal de Santa Martha Acatitla, celebrará una audiencia en donde se espera que Juana Barraza rinda su declaración preparatoria.

La Procuraduría capitalina acusa a la llamada «Mataviejitas» de tres homicidios más contra mujeres de la tercera edad, ocurridos en la ciudad de México entre los años 2002 y 2005.

Se trata de los homicidios de la señora María de la Luz González Anaya, de Imelda Estrada Pérez y de Emma Armenta Aguayo. Asesinatos que son investigados si tienen relación con Juana Barraza, por las huellas dactilares encontradas en los domicilios de las víctimas y su forma de operar.

Actualmente Juana Barraza enfrenta un juicio formal por el asesinato de la señora Ana María de Los Reyes, ocurrido en la colonia Moctezuma y que luego de consumado este homicidio fue detenida.

Fincarán más crímenes a «La Mataviejitas»
Miguel Nila / Fuente: Noticieros Televisa

22 de febrero de 2006

El pasado viernes, Juana Barraza Samperio, conocida como «La Mataviejitas», quedó formalmente presa por cuatro asesinatos cometidos contra ancianas.

Este miércoles, el procurador del Distrito Federal, Bernardo Bátiz, aseguró que el Ministerio Público consignó los expedientes de otros tres homicidios, ante el juez 67 penal de la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla.

«Ya tenemos siete casos consignados, se están preparando los demás, no queremos ni llenar al juez de trabajo que tuviera que hacer aceleradamente sus análisis de los expedientes, ni nosotros tampoco hacerlo con apresuramientos sin tener bien hechos los pliegos de consignación», informó el titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

Bernardo Bátiz dijo que la Procuraduría capitalina tiene pruebas de que Barraza Samperio cometió por lo menos 15 asesinatos.

«Calculamos terminar en unos 15 por lo pronto», resaltó Bátiz Vázquez.

Las pruebas en contra de la presunta «Mataviejitas» se han basado en sus huellas dactilares que han comparado con las que la policía ha descubierto en varias escenas de crímenes.

Detienen al cómplice de «La Mataviejitas»
Notimex

23 de febrero de 2006

Elementos de la Policía Estatal detuvieron este jueves a Antonio Barraza Nuñez, familiar de Juana Barraza Samperio, mejor conocida como «La Mataviejitas», acusado por el delito de narcomenudeo.

Barraza Núñez, de 49 años, fue aprehendido esta mañana en la calle de Zumpango, colonia La Romana, de este municipio, luego de que Blanca Estela García Abadía lo denunciara por maltrato y venta de drogas al menudeo.

En su declaración ministerial, el detenido admitió que vendía en el mercado negro las joyas y otros objetos que «La Mataviejitas» robaba a sus víctimas.

Barraza Samperio se encuentra recluida en el penal de Santa Martha Acatitla, a quien se le relacionada con al menos seis homicidios de personas de la tercera edad.

«La Mataviejitas» acumula más acusaciones
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

24 de febrero de 2006

Acumulan más acusaciones en contra de Juana Barraza Samperio, alias «La Mataviejitas».

Este viernes la procuraduría capitalina presentó ante el Juzgado 67 Penal de Santa Martha Acatitla, dos averiguaciones previas más, en las que se le culpa de dos homicidios en contra de adultas mayores.

Se trata de los crímenes ocurridos en la Ciudad de México, de Dolores Martínez Benavides, perpetrado el 23 de octubre de 2004 y de Guillermina León Oropeza, registrado el 28 de marzo de 2003.

Estas acusaciones se suman a otras dos solicitudes de consignación por dos homicidios que se le imputan a «La Mataviejitas».

Enrique Juárez, Juez 67 Penal, resolverá a más tardar el próximo 3 de marzo, si proceden las cuatro acusaciones, para anexarlas al expediente instruido en contra de Juana Barraza.

La llamada «Mataviejitas» es procesada formalmente hasta el momento, como probable responsable de 4 homicidios en contra de adultas de la tercera edad.

Rinde «La Mataviejitas» declaración preparatoria
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

1 de marzo de 2006

Así contestó Juana Barraza Samperio, alias «La Mataviejitas», durante su declaración preparatoria, ante el juzgado 67 penal, a la nueva acusación que le hace la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) de dos homicidios más, en contra de adultas mayores.

«Cuando a mi me dijeron declárelo, yo lo declaré, pero de la señora Ana María, no de todas las demás», respondió Juana Barraza.

Reiteró haber asesinado a la señora Ana María de los Reyes en la colonia Moctezuma, crimen por el que fue detenida. Pero rechazó su participación en los dos asesinatos ocurridos en la ciudad de México en octubre de 2002, de Natalia Torres Castro, y en octubre de 2005, de María de los Ángeles Reter.

Las huellas dejadas por Juana Barraza en ambos domicilios, luego de presuntamente cometer los asesinatos, son las pruebas aportadas por el Ministerio Público, para que se anexen en el expediente ya instruido en contra de la llamada «Mataviejitas» por cuatro homicidios más de adultas mayores.

Enrique Juárez, juez 67 penal de Santa Martha Acatitla, resolverá a más tardar el próximo sábado si declara probable responsable a Juana Barraza Samperio de estos dos crímenes.

De ser así, Barraza Samperio enfrentaría un sólo juicio formal por seis asesinatos de personas de la tercera edad.

Acusan a «La Mataviejitas» de dos asesinatos más
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

3 de marzo de 2006

Juana Barraza Samperio, alias «La Mataviejitas», es probable responsable de dos homicidios más de adultas mayores.

De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), con esta nueva acusación, hasta el momento, suman seis los crímenes presuntamente cometidos por la llamada «Mataviejitas».

Este viernes Enrique Juárez, juez 67 Penal de Santa Martha Acatitla, la declaró probable responsable de dos asesinatos más de personas de la tercera edad.

Crímenes ocurridos en el 2003 y 2005, en la Ciudad de México, en contra de Natalia Torres Castro, de 85 años de edad, y de María de los Ángeles Reper, de 92 años de edad.

Las huellas dejadas por Juana Barraza en ambos domicilios, luego de que presuntamente cometió los asesinatos, son las pruebas aportadas por el Ministerio Público para demostrar su culpabilidad.

Terminada esta audiencia, Juana Barraza fue notificada de que se le acusa de más crímenes que le imputa la Procuraduría Capitalina.

Se trata de los asesinatos de María Dolores Martínez Benavides, de 72 años de edad, registrado el 23 de octubre de 2004, en la Unidad Santiago Tlatelolco, y de Guillermina León Oropeza, ocurrido en la Colonia Juárez, en febrero de 2003.

Juana Barraza rechazó esta acusación:

«Que no se engañen ellos mismos, esto es pura política, ¿qué no se agarraron otra más mensa que yo?, porque yo creo que una persona que es ignorante, que no sabe leer ni escribir ¿cómo va a matar a tantísima gente?».

El juez Juárez determinará a más tardar el próximo lunes si integra esta acusación al expediente de Juana Barraza.

De ser así, sumarían ocho los crímenes atribuidos a «La Mataviejitas».

Formal prisión a «La Mataviejitas» por dos crímenes más
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

6 de marzo de 2006

A 41 días de su detención y encarcelamiento por el asesinato en flagrancia de la señora Ana María de Los Reyes, ocurrido en la colonia Moctezuma, este lunes Juana Barraza Samperio fue notificada de su presunta responsabilidad en dos asesinatos más de adultas mayores.

Con esto suman ya ocho los homicidios de mujeres de la tercera edad imputados a la llamada «Mataviejitas».

Ambos crímenes, cometidos en contra de María Dolores Martínez Benavides, ocurrido el 23 de octubre de 2004, en la unidad Tlatelolco, y de Guillermina León Oropeza, perpetrado en la colonia Juárez, en febrero de 2003.

Delia Valencia, secretaria de Acuerdos del juzgado 67 Penal de Santa Martha Acatitla, dijo que fue «como probable responsable de la comisión de delito del homicidio calificado, hipótesis de ventaja, cuando la gente es superior en fuerza física al ofendido, y éste no se haya armado, y por los medios empleados, hipótesis, que se cause por asfixia».

Las huellas digitales dejadas por Barraza Samperio en los dos domicilios, luego de que presuntamente cometió los asesinatos, son las pruebas presentadas por el Ministerio Público(MP) para demostrar su culpabilidad.

Informó que la Procuraduría Capitalina continúa recabando pruebas en contra de Juana Barraza a quien vinculan en cuatro homicidios más, de mujeres de la tercera edad, registrados en el Distrito Federal.

Se aseguró que una vez reunidos los indicios, la averiguación previa pendiente será enviada para su consignación y estudio ante el juzgado 67 Penal de Santa Martha Acatitla para determinar si se anexa al expediente instruido en contra de Juana Barraza Samperio.

«La Mataviejitas» no está loca
Jesús Barba / Fuente: Noticieros Televisa

8 de marzo de 2006

Para las autoridades, Juana Barraza Samperio, alias «La Mataviejitas», no esta loca.

«Que ella es una persona que tiene la capacidad de querer y entender el acto que hizo», dijo Ofelia Urtusuástegui, Fiscal de Procesos de la PGJDF.

La defensa intenta demostrar que ella padece de sus facultades mentales.

«La defensa esta tratando de considerar que es in imputable la señora Barraza, pero en este momento no hay pruebas fehaciente y nosotros no tenemos pruebas, dictámenes psiquiátricos», señaló Ofelia Urtusuástegui.

Ofelia Urtusuástegui, Fiscal de Procesos Penales de la Procuraduría Capitalina dijo que el próximo viernes se le podría practicar a Juana Barraza un examen psiquiátrico.

Este miércoles se llevó a cabo la primera audiencia del juicio que enfrenta Juana Barraza por el asesinato de la señora Ana María de los Reyes.

En esta diligencia compareció José Joel Jorge González, testigo del crimen.

El testigo ratificó su denuncia ante el juzgado 67 Penal de Santa Martha Acatitla.

Para esta audiencia también estaban citados para ratificar su denuncia los dos policías que detuvieron a Juana Barraza, pero no se presentaron.

Enrique Juárez, juez 67 Penal, multó con 30 días de salario mínimo a cada uno de los policías y al secretario de Seguridad Pública, Joel Ortega, por no presentar a sus elementos.

La fiscal reveló que está pendiente de resolver si se acumula un noveno crimen atribuido a Juana Barraza. El de María Elena Pérez Moreno, ocurrido el 13 de abril de 2005.

«Tiene el juez hasta el día martes 14 que se le vence el término, para que él nos diga si nos obsequia la orden de aprehensión», dijo Ofelia Urtusuástegui, Fiscal de Procesos Penales de la PGJDF.

Esta semana se determinará si «La Mataviejitas» padece o no de sus facultades mentales.

Imputan nuevo crimen a «La Mataviejitas»
Mario López / Fuente: Noticieros Televisa

14 de marzo de 2006

Acusan de un noveno asesinato, perpetrado en contra de una adulta mayor, a Juana Barraza Samperio, alias «La Mataviejitas».

Se trata del crimen de la señora María Elena Pérez Moreno, registrado en la Unidad San Juan de Aragón, Primera Sección, el 13 de abril de 2005.

Este miércoles, Enrique Juárez Saavedra, Juez 67 penal, le notificó a Barraza Samperio esta nueva acusación que le hace la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

Juana Barraza negó los cargos durante su declaración preparatoria.

De nueva cuenta la Procuraduría capitalina aportó como prueba en contra de la llamada «Mataviejitas» por este nuevo homicidio, huellas dactilares, presuntamente dejadas en el domicilio de su víctima.

El Juez Juárez determinará a más tardar el próximo sábado si anexa este crimen al expediente instruido en contra de Barraza Samperio, por 8 homicidios.

De resultar probable responsable de esta nueva imputación, Juana Barraza enfrentaría 9 cargos por igual número de homicidios, cometidos en contra de mujeres de la tercera edad.

También tiene pendiente de que se le practique el examen psiquiátrico solicitado por su defensor de oficio para que se le declare inimputables los homicidios que se le atribuyen, toda vez que asegura que la llamada mataviejitas padece de sus facultades mentales y que en caso de resultar culpable, permanezca en un centro psiquiátrico.



MÁS INFORMACIÓN EN INGLÉS

https://criminalia.es/asesino/juana-barraza/
 
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Shoko Asahara

  • Clasificación: Asesino
  • Características: Fundador y gurú de la secta "La Verdad Suprema"
  • Número de víctimas: 12
  • Fecha del crimen: 20 de marzo de 1995
  • Date of birth: 2 de marzo de 1955
  • Perfil de la víctima: Hombres y mujeres (viajeros de Metro)
  • Método del crimen: Veneno (gas sarín)
  • Lugar: Tokio, Japón
  • Estado: Fue condenado a pena de muerte el 27 de febrero de 2004
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Shoko Asahara
Última actualización: 15 de marzo de 2015

Shoko Asahara, (麻原 彰晃 Asahara Shōkō), nacido Chizuo Matsumoto (松本智津夫 Matsumoto Chizuo) el 2 de marzo de 1955 en Kumamoto, Japón, fue el líder espiritual de la secta japonesa Aum Shinrikyo que en 1995 se haría famosa por los atentados terroristas con gas sarín en el metro de Tokio.

Búsqueda de la iluminación
Se queda ciego en su ojo izquierdo por un glaucoma infantil, y gracias a las ayudas económicas se gradúa en 1977 y empieza a estudiar Acupuntura y Medicina China.

Asahara practica Yoga hasta convertirse en Maestro mientras va profundizando en tradiciones religiosas como budismo, taoísmo y astrología china.

El objetivo de Asahara era ‘alcanzar la iluminación última’. En un primer momento, forma parte del culto Agonshu (presente en Europa y calificado de secta destructiva). Una de las prácticas más curiosas de este grupo es la de los 1000 días consecutivos de ofrendas. A aquellos que ofrecen dinero diariamente durante este periodo se les promete la iluminación.

Asahara consideraba como una virtud esencial en el desarrollo espiritual la constancia y la entrega al método. Ponía como ejemplo que durante su período de 1.000 días de ofrendas tuvo serias dudas sobre el culto de Agonshu. A pesar de ello, cumplió hasta el final con esta práctica, y sólo después de terminarla, abandonó la organización.

Comienza a enseñar yoga en su apartamento en el distrito de Shibuya. En aquel entonces no quería aceptar pago por sus enseñanzas por la tradición de que sólo aquel que ha alcanzado la iluminación puede aceptar ofrendas materiales.

Obtención de la iluminación y establecimiento de Aum Shinrikyo
En 1987 Asahara vuelve a la India y cuenta a sus discípulos que ha alcanzado su objetivo final: la iluminación. Los discípulos más cercanos le ofrecen dinero que éste no acepta; finalmente lo utilizan para organizar un seminario intensivo de yoga que atraiga a gente interesada en el desarrollo espiritual. El propio Asahara instruye a los participantes. El grupo comienza a crecer exponencialmente.

Este año Shoko cambia oficialmente su nombre y comienza el registro del grupo Aum Shinrikyo. Las autoridades se muestran inicialmente reacias a concederles el status de organización religiosa y congela el proceso de registro. El grupo no es reconocido legamente hasta que se resuelve su apelación en 1989. La orden monástica se establece, mientras que nuevos seguidores siguen uniéndose.

Durante el período de desarrollo de Aum, Shoko escribe buen número de libros. El más conocido “Más allá de la Vida y la Muerte, el Mahayana Sutra y la Iniciación”.

Ataque al metro de Tokyo, acusación, juicio y condena
El 20 de marzo de 1995, creyentes de Aum atentan en el metro de Tokio esparciendo gas sarín. Murieron doce personas, y más de 600 resultaron intoxicadas. Tras los primeros indicios, algunas autoridades sospechan de Nor-Corea, pero después las autoridades acusan a Aum Shinrikyo de ser cómplices o perpetradores del ataque, así como de una serie de incidentes de menor escala. Decenas de discípulos son detenidos. Las sedes de Aum son registradas ( en una de las sedes, se encuentra un helicóptero ruso, con el que tal vez se rociaría la ciudad capital) y el juzgado ordena la detención de Shoko Asahara. Se le descubre en un pequeña habitación incomunicada de un edificio propiedad de Aum, meditando.

Shoko es encarcelado y se enfrenta a 27 penas de asesinato en 13 acusaciones separadas. La fiscalía arguye que “Asahara dio la orden de atacar el metro de Tokyo” y le acusa de haber preparado el incidente de Matsumoto y el asesinato de la familia Sakamoto.

Algunos de los discípulos testificaron en contra de Asahara en el juicio del siglo para la prensa japonesa, quien fue finalmente declarado culpable de 13 cargos de los 17 (otros tres fueron retirados) y sentenciado a muerte en la horca en 27 de febrero de 2004.

Yoshihiro Yasuda, el abogado de Asahara con mayor preparación, fue arrestado y no pudo participar en la defensa a pesar de ser absuelto finalmente. La organización Human Rights Watch criticó el aislamiento de Yasuda. Actualmente Asahara es defendido sólo por abogados de oficio.

Poco después del principio del juicio, Asahara cooperó con la defensa y dio explicaciones amplias acerca de la doctrina, objetivos y otros temas de la organización. Más tarde, abandonó la postura de representante de Aum para defender a la organización de la disolución inminente.

Actualmente la organización ha cambiado su nombre y mantiene un perfil bajo en los suburbios de Tokio.

La secta Aum Shinrikyō
Última actualización: 15 de marzo de 2015

La secta Aum Shinrikyō (en japonés オウム真理教) o Verdad Suprema), organización japonesa liderada por Shoko Asahara, perpetró ataques terroristas contra la población civil de Tokio en enero de 1994.

Su nombre deriva del término hindú Om (ॐ, también transcrito como Aum) (que representa el universo), seguido por los kanji shin (verdad, realidad), ri (razón, justicia) y kyo (enseñanza, fe, doctrina).

Nace a partir de seminarios intensivos de yoga a los que se dotaba de discursos acerca de espiritualidad. La doctrina de Aum estaba considerablemente influenciada por las prácticas yógicas. Los estudios se desarrollaban de acuerdo a un especial sistema de entrenamiento (kogaku), en el que una nueva etapa sólo es conseguida tras superar unos exámenes favorablemente. Los exámenes son teóricos, pero también prácticos, basados en ejercicios en sesiones de meditación con base en el yoga. Ejemplos de estos exámenes son alcanzar: reducción del consumo de oxígeno (comprobada con sensores), cambios en la actividad electromagnética del cerebro y reducción del ritmo cardíaco. Se dice que Asahara podía levitar.

Desde el punto de vista de Asahara, la doctrina une las tres escuelas budistas principales: Theravada (dirigida a la iluminación del individuo), Mahayana (el gran vehículo, destinado a ayudar a los demás), y el tántrico Vajrayana (de iniciaciones y mantras secretos, y meditaciones avanzadas). En su libro Iniciación compara las etapas de la iluminación de acuerdo al Yoga Sutra de Patanjali con el Camino de las ocho etapas budista, afirmando que estas dos tradiciones tratan la misma experiencia con palabras distintas.

Otras creencias incluyen la práctica del shaktipat yógico, que es la transmisión directa de energía espiritual entre el gurú y el estudiante, y la experiencia del cuerpo espiritual en otros planos. Algunos miembros llevaban en la cabeza electrodos que conectaban sus mentes, y transferían energía, con el Maestro. En el momento de su detención, Asahara llevaba puesto uno.

Asahara dentro de Aum tenía carácter semi-divino, y la exaltación de su figura era continua. De modo que estaba presente bien en imágenes (aceptadas dentro de la liturgia de Aum) o de citas.

Aum asume su existencia en el mundo moderno, imitando algunas de las estructuras de gobierno y organización. Los miembros pasaban a formar parte de los distintos Ministerios en los que desarrollaban sus labores de soporte para el culto. La modernidad les permitía tratar de poner en práctica los estudios sobre armas eléctricas de Nikola Tesla, o tener la influencia de La Fundación de Isaac Asimov como modelo de Aum. Un grupo de élite de científicos evolucionados espiritualmente obligados a vivir bajo tierra durante una etapa de barbarie preparándose a sí mismos para el momento… en el que resurjan y reconstruyan la civilización (Lifton, 258).

El culto tenía especial interés en llegar a la población estudiantil, siendo uno de los vehículos de enganche más habitual sesiones de lectura de obras tanto religiosas como no.

Una parte muy importante de los creyentes tenían titulaciones superiores en universidades y trabajos con cierta responsabilidad. La vida monástica en Aum les obligaba a salir totalmente de estas situaciones, dejar a sus familias o integrarlas en Aum; y abandonar toda actividad anterior dentro de la sociedad.

Los objetivos principales para captación, como otras sectas, eran aquellas personas que tuvieran dudas sobre su existencia. Asahara era el portador de la Verdad Absoluta, y podía revelarla a los miembros. Sus libros eran lectura ineludible para el creyente de Aum.

El movimiento recibió el status oficial de religión del gobierno japonés en 1987. Y creció de forma muy rápida entre las clases medias de las principales ciudades japonesas. Se calcula que en el año 1995 eran 9.000 miembros en Japón, y que tenía hasta 40.000 seguidores en países como Sri Lanka, Alemania o Estados Unidos.

Los atentados descabezaron la organización. Muchas de sus sedes fueron desmanteladas, y se encontraron con el rechazo absoluto por parte de la población japonesa. Fueron procesados por la Ley anti-subversiva aunque no se prohibió la organización finalmente.

Tras el abandono del liderazgo por Asahara durante el juicio, se trasladó el culto a sus dos hijos varones, los Rinpochi (a pesar de que las mayores eran las hermanas).

En 2000 la organización cambia el nombre a Aleph, encabezada por Fumihiro Joyu, antiguo portavoz de Aum que había estado en prisión por otras causas distintas a las de los atentados.

El culto de Aleph reniega de los atentados, pide perdón cada año por los mismos, niega la posibilidad de entrar a los miembros de Aum vinculados a los atentados y crea un fondo de compensación para las víctimas de los atentados. A pesar de todo mantienen algunos de los textos de Asahara como referencias doctrinales. Aunque han eliminado el derecho que reconocían a acabar con la vida de otras personas siguen siendo acusados de secta destructiva dentro de Japón.

La doctrina de Aleph es una mezcla de varias tradiciones, cuya deidad reverenciada es Shiva (deidad que simboliza el poder de destrucción en la tradición Hindú). De hecho, el Señor Shiva de Aleph (también conocido como Samantabhadra, Kuntu-Zangpo o Adi-Buddha) deriva de la tradición Vajrayana tibetana y no tiene conexión con el Shiva hindú.

El grupo está desde 2000 bajo vigilancia. Esto permite a las autoridades durante tres años prorrogables capturar sus comunicaciones y registrar sus instalaciones, entre otras cosas, sin permiso judicial previo.

Condenan a muerte al gurú de la secta que atentó con gas sarín en Tokio
El Mundo

27 de febrero de 2004

El Tribunal de Tokio ha condenado a morir en la horca al fundador y gurú de la secta La Verdad Suprema, Shoko Asahara, por 13 crímenes, incluido el ataque con gas sarín en el metro de la capital japonesa, en 1995.

El veredicto, que responde a la pena solicitada por la Fiscalía, se produjo cinco horas después de iniciarse el último juicio contra Asahara. El acusado no se inmutó al escuchar la sentencia. Tiene 14 días para presentar una apelación. El proceso judicial ha durado ocho años.

Además del atentado con sarín, Asahara estaba acusado de otros 12 cargos de diferente tipo, desde asesinato, inducción al asesinato, el lanzamiento de sarín en unos apartamentos y producción ilícita de armas y drogas. Los variados delitos de la organización causaron la muerte de 27 personas y heridas de diferente grado a otras 5.500.

El juez dijo que Asahara, cuyo verdadero nombre es Chizuo Matsumoto, de 48 años, ordenó cada uno de los 13 actos por los que se sentó en el banquillo de los acusados. Según el juez, Asahara se creyó Buda o Dios, y en nombre de una aparente salvación trató de dominar todo el país para demostrar que era un ser superior.

El presidente del tribunal calificó los delitos de Asahara como “crímenes crueles y deplorables”, por los cuales se mereció la mayor pena existente en el código penal nipón, la horca.

La defensa, en sus argumentos presentados en octubre del año pasado, afirmaba que los delitos fueron realizados por los seguidores del gurú, pero por su propia iniciativa y sin que fueran ordenados por él.

Asahara es el último en ser juzgado de los 189 miembros de la organización que él fundó en 1987. Hasta la fecha la justicia japonesa ha condenado a muerte a 11 dirigentes y seguidores del gurú que tomaron parte en el atentado del metro o en otros asesinatos.

La policía reforzó la seguridad en el centro de Tokio y en lugares estratégicos y más de 4.600 personas hicieron fila desde primeras horas de la mañana para poder conseguir alguno de los 38 asientos de la sala del tribunal abiertos al público, y que fueron sorteados.

El juicio comenzó el 24 de abril de 1996, un año después de ser capturado Asahara, escondido en un doble techo de uno de los edificios centrales de su organización en Kamikuishiki, en la provincia de Yamanashi, en el que el gurú se refugió.

Durante la mayor parte de las vistas orales del juicio, Asahara ha permanecido en silencio, aunque en una ocasión se declaró inocente de todos los cargos, salvo de un intento de asesinato con la utilización del gas nervioso ‘VX’.



MÁS INFORMACIÓN EN INGLÉS

https://criminalia.es/asesino/shoko-asahara/
 
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Martha Beck, la asesina de los Corazones Solitarios.

  • Clasificación: Asesina en serie
  • Características: Robos
  • Número de víctimas: 4 +
  • Fecha del crimen: 1948 - 1949
  • Fecha de detención: 28 de febrero de 1949
  • Date of birth: 6 de mayo de 1919
  • Perfil de la víctima: Myrtle Young / Janet Fay, de 66 años / Delphine Downing, de 41, y su hija de dos años, Rainelle
  • Método del crimen: Sobredosis de droga - Estrangulación - Arma de fuego
  • Lugar: Varios lugares, Estados Unidos (Illinois), Estados Unidos (Michigan), Estados Unidos (Nueva York)
  • Estado: Fue ejecutada en la silla eléctrica el 8 de marzo de 1951
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Los asesinos de Corazones Solitarios
Última actualización: 9 de abril de 2015

Ella pesaba más de 100 kilos y era ninfómana. Él estaba convencido de tener poderes paranormales y poder hacer que todo el mundo le obedeciera gracias a la telepatía. Juntos, haciendo contactos a través de los clubs de “Corazones Solitarios”, asesinaron a un número incalculable de víctimas, tras apoderarse de todos sus bienes.

Los “poderes mágicos” de Fernández
Muchos especialistas consideran que fue una herida en la cabeza lo que convirtió a Raymond Fernández en un maníaco. En diciembre de 1945, estando a bordo de un barco, se cayó una escotilla y le golpeó en la cabeza produciéndole una fractura múltiple de cráneo.

Fernández, un ciudadano norteamericano de 31 años, era un hombre de carácter afable, trabajador y fiel a su mujer, que se encontraba en España. Después del accidente y tras pasar diez semanas en el hospital, se convirtió en un criminal.

De pronto se sintió dominado por una furia sexual desorbitada. No importaba que se tratara de mujeres jóvenes y bellas o mujeres entradas en años y poco atractivas. Cualquier mujer le despertaba el deseo sexual. En los dos años siguientes, según su propia versión, Fernández sedujo a más de 100 mujeres.

Antes había pasado un tiempo en la cárcel por un delito cometido poco después de abandonar el hospital el 15 de marzo de 1946. En Mobile, Alabama, intentó pasar por la aduana un cargamento ilegal. El 4 de abril de 1946, Fernández se declaró culpable de intento de robo. “No podía evitarlo, no sé por qué”, dijo antes de ser sentenciado a un año de prisión en Tallahassee, Florida.

En la cárcel había muchos indios, y allí se hablaba de vudú y magia negra. A Fernández le fascinó todo eso, particularmente las historias sobre hipnotismo. Se convenció de que él mismo tenía poderes mágicos. Para comprobarlo, escribió al juez que lo había condenado, quejándose de la dura sentencia que le había impuesto. Luego empleó varios días intentando influir en el juez mediante hipnosis.

Sus poderes parecieron funcionar, ya que el juez le redujo la pena. Para Fernández esto fue toda una revelación. Si podía influir sobre la gente a larga distancia, entonces nada era imposible. Podía hacerse rico o famoso o, lo que era mejor aún, tener a todas las mujeres que quisiera.

De vuelta a Nueva York en diciembre de 1946, se quedó con unos parientes que encontraron que el hombre tímido y formal, de modales impecables que ellos conocían, se había convertido en un maníaco de ojos hundidos que desvariaba sobre magia e hipnotismo.

Los clubs de “Corazones Solitarios”
Muy pronto, en 1947, Fernández decidió utilizar sus poderes. De acuerdo con las leyendas sobre vudú, sólo necesitaba alguna cosa de una mujer, un mechón de pelo o incluso una carta, para tenderle una trampa. En la ciudad de Nueva York había bastantes mujeres solas de mediana edad que deseaban tener un romance. Muchas de ellas pertenecían a clubs de “corazones solitarios” que se anunciaban en las revistas. De unos de estos clubs, el “Mother Dinene’s Friendly Club”, Fernández consiguió una larga lista de direcciones.

Pronto recibió una gran número de respuestas y Fernández se puso en contacto con varias mujeres a la vez. Muchas de ellas se enamoraron de él a primera vista, y otras muchas, incluso matronas respetables, se prestaron a hacer el amor con él en su primer encuentro.

Fernández atribuía su éxito a su mirada hipnotizadora. Cuando una mujer se oponía a sus deseos acudía a rituales ocultos, como el de esparcir sobre las cartas que escribía unos “polvos mágicos” que había comprado en una tienda jamaicana en Nueva York.

Pocas mujeres se le resistían durante mucho tiempo. Y Fernández llegó a estar en relaciones con una docena de mujeres al mismo tiempo. Se sentía obligado a demostrar algo, pero también descubrió otros beneficios. Muchas de sus mujeres eran adineradas, y se mostraban dispuestas a abrumarle con su dinero. Parecía absurdo rechazarlo.

La primera víctima
En la primavera de 1947, Raymond Fernández conoció a una cocinera de mediana edad llamada Jane Lucilla Wilson Thompson, que vivía con su madre en un apartamento en la calle Oeste, 139. Ella aceptaba huéspedes, y Fernández pronto se trasladó allí.

Lucilla Thompson, como decía llamarse, estaba separada. En agosto, ella y Fernández planearon unas vacaciones en España. Se embarcaron en octubre, viajando como marido y mujer, y visitaron Madrid, Granada y Málaga.

Llevado por la extraña irracionalidad que ya le había hecho cometer un delito, Fernández llevó a la señora Thompson a conocer a su verdadera mujer, Encarnación, y a sus cuatro hijos, que vivían en La Línea de la Concepción, en una única habitación de una pobre pensión.

Durante varios días las dos mujeres estuvieron muy educadas la una con la otra, hasta que Lucilla Thompson sintió que estaba compartiendo a su “marido”. La noche del 7 de noviembre de 1947, ésta estalló en un ataque de rabia y amenazó con volver sola a los Estados Unidos.

A la mañana siguiente, la señora Lucilla Thompson apareció muerta en su habitación del hotel Sevilla. Un doctor local diagnosticó un ataque al corazón derivado de una gastroenteritis. No parecía haber nada sospechoso y Fernández pudo dejar la ciudad al día siguiente. El 29 de noviembre se embarcó rumbo a Nueva York.

Sin embargo, a principios de 1948 una mujer inglesa llamada White declaró en el consulado de EE.UU. en La Línea que sospechaba que la señora Thompson había sido asesinada. Las dos mujeres se conocieron en el viaje a España, y luego se continuaron escribiendo. La señora White advirtió que el “marido” de su amiga era bastante más joven que ella, y que no la dejaba hablar con otros pasajeros.

Gracias a su persistencia, la policía de La Línea descubrió que Fernández había adquirido un frasco de digitalina en la farmacia del hotel dos días antes de la muerte de su “esposa”. Esta droga provocaba los mismos síntomas que el de un ataque al corazón. El cadáver de Lucilla se hallaba en avanzado estado de descomposición, y no se le pudo practicar una autopsia.

En diciembre de 1947, Fernández volvió al apartamento de la señora Thompson en Nueva York, y se presentó ante su madre, Pearl Wilson, con un documento que le nombraba único heredero de la propiedad de su hija. Esta, estaba tan deprimida, que no cuestionó la autenticidad del documento. Un examen minucioso hubiera demostrado que se trataba de una falsificación. Fernández había conseguido que Lucilla Thompson firmase en dos hojas de papel, y sobre ellas había redactado el documento.

Raymond conoce a Martha Beck
Fernández volvió a escribirse con mujeres solitarias. Le pareció interesante una chica de 26 años que era directora de una residencia de niños minusválidos en Florida y tenía su propio apartamento. Se llamaba Martha Seabrook Beck. Justo antes de las Navidades de 1947, Fernández le envió un telegrama informándole de su inminente llegada.

Cuando Fernández conoció a Martha Beck se quedó de una pieza. Era una mujer fea y gordísima. Pero también era posible que fuese rica, así que, sin demostrar mucho entusiasmo, la acompañó a su casa donde ella le ofreció una abundante cena.

A Fernández no le preocupó que ella hubiera estado casada dos veces y que tuviera dos hijos. Lo que si le preocupó fue cuando Martha le confesó que estaba locamente enamorada de él. Cuando ella le confesó su amor, y tras comprobar que Martha era pobre, Raymond decidió escapar.

Después de pasar dos días en Florida, Fernández se despidió con simulado pesar y regresó a Nueva York. Ella entonces le escribió una serie de cartas de amor, pero en enero de 1948 recibió una horrible noticia. Fernández la escribió para decirle que ella había interpretado mal sus sentimientos y que más que pasión lo que él sentía por ella era respeto. La carta concluía diciendo que no debían volverse a ver nunca más.

Martha dejó a sus dos hijos con una vecina, volvió a su casa, encendió el horno y metió la cabeza dentro. La vecina, preocupada por el estado en el que había visto a su amiga, fue a su casa a ver qué pasaba y al oler a gas llamó a la policía.

Martha Beck había escrito una nota de despedida a Fernández. Pocos días más tarde él la recibió con el correo; en ella describía el intento de su***dio. Sin sentir remordimiento alguno ni la necesidad de evitar un escándalo, él le contestó una carta afectuosa en la que le invitaba a Nueva York. Martha pidió un permiso de dos semanas en la residencia y cogió el primer tren.

En Nueva York, Martha encontró la felicidad. Su romance era tan apasionado como antes. Pero Fernández no quería sentirse atado a nadie. Cuando ella regresó al sur, él la despidió en el tren con un suspiro de alivio.

De vuelta en Florida, Martha se enteró de que la habían despedido de la residencia para niños minusválidos de Pensacola. No le dieron ninguna explicación, pero, en una comunidad tan pequeña, las noticias sobre la tórrida relación entre Martha y Fernández la habían hecho centro del escándalo.

Ella intentó defenderse acudiendo a los periódicos locales para que abogaran por su causa; pero, lejos de ello, la publicidad sobre el escándalo se disparó, y se le garantizó que nunca volvería a encontrar trabajo como enfermera en Florida.

El 18 de enero de 1948, Fernández, atónito, encontró a Martha y a sus hijos en la puerta de su casa de Nueva York. Él le dijo muy seriamente que no podía aceptar a los niños en su casa, así que Martha se las arregló para dejarlos en casa de su madre en Florida. Si hasta entonces había sido una madre devota, a partir de este momento cambió y no los volvió a ver ni a mostrar ningún interés por ellos.

Una vez instalada en el piso de Fernández, no perdió el tiempo y obligó a la madre de Lucilla Thompson a abandonar el apartamento.

Cuando se quedaron solos, él decidió jugarse el todo por el todo. Le dijo francamente que no podía casarse con ella porque se ganaba la vida seduciendo a mujeres solitarias. Martha se quedó estupefacta. Pero en vez de poner fin a su “carrera” decidió tomar parte en ella.

Matar en pareja
La siguiente víctima fue la señora Esther Henne, una viuda jubilada, profesora de un colegio de Pennsylvania. Después de un breve noviazgo, Fernández le propuso matrimonio. Pero Martha era demasiado celosa y no quería dejarle marchar. Finalmente Fernández accedió a llevarla con él. La presentó como su cuñada y los tres viajaron en el coche de la novia hasta Fairfax, Virginia, donde ésta y Fernández se casaron, el 28 de febrero de 1948. La novia desconocía por completo que él ya estaba casado y que por consiguiente estaba cometiendo bigamia.

De vuelta en el apartamento de la calle Este, 139 de Nueva York, Fernández hizo todo lo que pudo par apropiarse del dinero y de las propiedades de su nueva esposa. Pero ella se mostró muy precavida.

“Discutíamos agriamente porque yo no le quería ceder mis pólizas de seguro ni mi pensión como profesora”, diría más tarde la señora Henne. Y después de escuchar rumores de otros inquilinos sobre la sospechosa muerte de la señora Thompson, un buen día huyó a Pennsylvania. Allí consiguió, a través de procedimientos legales, recuperar su coche y 300 dólares.

Fernández empezó a tener problemas. Una de las mujeres con las que salía se quedó embarazada y quería casarse con él. Decidió vender el apartamento e ir en busca de nuevas víctimas. Por medio del club “Mother Dinene’s Friendly” encontró una: Myrtle Young, de Greene Forrest, Arkansas.

Cuando el hipotético novio se presentó con su “cuñada”, la señora Young se quedó encantada. Fernández cometió bigamia por segunda vez al casarse por lo civil en el condado de Cook, Illinois, el 14 de agosto de 1948.

Durante la luna de miel, en una barata pensión de Chicago, la recién casada se fue impacientando progresivamente. Fernández no podía consumar el matrimonio. Además, las discusiones entre Myrtle y Martha eran constantes y cada vez de tono más subido.

Al tercer día, Myrtle Young dijo que si su “cuñada” no se marchaba se iría ella. Los tres se enzarzaron en una agria pelea que terminó cuando la nueva esposa se tomó un frasco de barbitúricos.

Fernández y Beck, que se las habían arreglado para sacarle 4.000 dólares a la víctima, decidieron deshacerse de ella. La dejaron, al borde del colapso, en un autobús con rumbo a Arkansas. Durante el viaje sufrió un ataque, y poco después fallecía de “hemorragia cerebral” en un hospital.

A martillazos
Las Navidades de 1948 fueron deprimentes. Beck y Fernández se habían gastado casi todo el dinero que estafaron a Myrtle Young, y ya habían elegido a su nueva víctima. Se trataba de Janet Fay, una viuda de 66 años de Albany, en el Estado de Nueva York.

La señora Fay era muy devota. Cuando un tal “Charles Martin” le escribió diciendo que compartía sus creencias religiosas, se entabló entre ellos una amistad por carta basada en sus mutuas convicciones. La viuda se entusiasmó con la próxima visita de su nuevo amigo.

El día de Año Nuevo de 1949, “Charles Martin” se presentó en el apartamento de la señora Fay acompañado de una mujer muy gruesa a la que presentó como su hermana. Fernández le contó que había perdido su cartera el día anterior, y le preguntó si él y su hermana podían quedarse en su casa hasta que les llegara más dinero. (De hecho, Beck y Fernández no tenían ni un duro).

La señora Fay estaba fascinada con su nuevo amigo. El 2 de enero, ella aceptó su propuesta de matrimonio y al día siguiente retiró 2.500 dólares de su cuenta corriente. Después el trío se dirigió al nuevo apartamento que Beck y Fernández habían alquilado en Long Island.

Janet Fay confiaba en su prometido completamente y al llegar a Long Island le endosó dos cheques por un total de 3.500 dólares.

Sin embargo, esa misma noche, empezó a pensar que se había precipitado. Ella y Martha durmieron en la misma cama, y la viuda le acosó a preguntas sobre la infancia de su prometido. Pero Martha se mostraba taciturna. Finalmente, la señora Fay perdió los estribos y gritó: “¡Aunque seas la hermana de Charles no permitiré que vivas con nosotros cuando estemos casados!”.

Saltó de la cama y despertó a su novio para explicarle lo ocurrido. Martha la siguió y, sin mediar palabra, la golpeó en la sien con un martillo, dejándola inconsciente. Janet Fay murió poco después.

Fernández, invadido por el pánico, quiso llamar a la policía, pero ella se arrodilló ante el cuerpo de la víctima y dijo: “Está muerta”. Paralizado por el miedo, ayudó a Martha a limpiar la sangre que había en el suelo, y cubrió con una toalla la cabeza de la señora Fay. Martha Beck admitió que la había golpeado en un ataque de celos.

Al día siguiente, 4 de enero de 1949, compraron un gran baúl y metieron dentro el cadáver. Siete días después lo ocultaron bajo una capa de cemento en el sótano de una casa alquilada en Queens.

Ahogar a una niña de 2 años
Fernández todavía confiaba en sus “poderes mágicos”. No se dejaba intimidar por la larga lista de muertes que iban dejando detrás suyo. El mismo día en que la viuda Fay fue asesinada, recibió una carta de Delphine Downing, una viuda de 41 años que vivía en Grand Rapids, Michigan, con su hija de dos años, Rainelle.

“Charles Martin” llegó con el cuento de siempre y con su “cuñada”, y sugirió trasladarse a casa de la nueva víctima. En pocos días dormía con ella mientras Martha hacía lo imposible por disimular su odio y su rabia.

Existen varias versiones sobre lo que ocurrió a continuación. La más probable es que el domingo 27 de febrero de 1949, Martha ofreció a su rival unas pastillas que la provocarían un aborto. En realidad las pastillas eran somniferos. Luego, cuando la señora Downing estaba profundamente dormida, Fernández la envolvió la cabeza con una sábana y la mató con el revólver de su ex marido.

Una vez hecho esto, él sufrió un colapso nervioso. Estaba aturdido y desmoralizado por lo que acababa de hacer. Fue Martha, la eficiente enfermera que tantas veces había amortajado cadáveres, la que se hizo cargo de todo. Enterraron el cadáver en el sótano bajo una capa de cemento.

Fernández estaba a punto de desmayarse. “¿Qué vamos a hacer?”, le preguntaba a ella una y otra vez. Durante dos días estuvieron dando vueltas a varios planes para deshacerse de Rainelle Downing. La niña les rehuía y se negaba a comer. Sabían que llamaría la atención si la dejaban en un orfanato.

Finalmente, Fernández ordenó a Martha que la matara. Esta la llevó al sótano y la ahogó en una tinaja de lavar la ropa. Él le ayudó a enterrar a la niña junto a su madre.

Poco después dos vecinos que sospechaban algo raro llamaron a la puerta. La pareja estuvo charlando un rato con ellos, luego los despidieron y se fueron al cine. Poco después, de regreso a casa, volvieron a llamar a la puerta. Eran dos oficiales de policía. Beck y Fernández estaban arrestados.

Condenados a muerte
En la prisión de Kent, Fernández confesó detalladamente todos los episodios de su carrera criminal junto a Martha Beck, que también confesó a su vez, aunque su versión difería en algunos aspectos de la de su cómplice.

Al día siguiente todos los periódicos publicaba la historia de los “asesinos de Corazones Solitarios”. Las víctimas fueron exhumadas, y la policía de La Línea, en España, fue requerida de nuevo para reabrir el caso sobre la muerte de Lucilla Thompson.

Sin embargo, fue sobre todo el asesinato de la niña lo que más conmocionó a la opinión pública de América. En el Estado de Michigan no existe la pena de muerte; así que Beck y Fernández fueron trasladados a Nueva York, donde los asesinos condenados podía ser ejecutados. Allí serían juzgados por el asesinato de Janet Fay. “No quiero volver a Nueva York”, dijo Martha en su celda. Y llorando, añadió: “No quiero morir en la silla eléctrica”.

Sin embargo, tras el arresto, Fernández parecía haber escarmentado, y su comportamiento cambió. La seguridad que tenía en sus “poderes mágicos” había desaparecido; se hizo más reservado, y volvió a ser el hombre que era antes de recibir el golpe en la cabeza. “Deberían matarme”, dijo. “He hecho cosas horribles, pero no tengo miedo a la silla”.

En junio de 1949 la pareja compareció ante los Tribunales del Bronx por el asesinato de Janet Fay. Se declararon “no culpables” de asesinato en primer grado.

La defensa era poco convincente. Su abogado, Herbert Rosenberg, sostenía que Martha estaba loca y que Fernández no sabía que ella fuera a matar a la señora Fay. Pero más tarde, la defensa de Fernández decidió cambiar su planteamiento, y se declaró “no culpable” por incapacidad mental.

Como prueba de ello se hizo un amplio relato de la anormal conducta sexual de ambos, pero no sirvió de nada. El 17 de junio de 1949, tras un juicio que había durado 44 días, Beck y Fernández, culpables de asesinato, fueron sentenciados a morir en la silla eléctrica. La condena fue por un único asesinato, pero se sospecha que pudieron haber acabado con la vida de al menos 17 personas.

Los últimos días de su vida, Martha Beck, se aferraba a la idea de que Fernández le había querido de verdad. Uno de sus peores momentos, después de haber sido arrestada, fue cuando el psiquiatra de la prisión le dijo que Fernández tenía sifilis. Martha se puso a llorar al darse cuenta de que podía haberse infectado. “Mis recuerdos no pueden ayudarme ahora -sollozó- ¿Nunca me quiso, verdad?” El doctor le respondió, “no, nunca le quiso”.

Fernández había dicho a los doctores que sentía un “cariño sincero” por Martha y “una gran consideración” pero que no estaba seguro de si la amaba. Pero dos horas antes de su ejecución, el 8 de marzo de 1951, Fernández le envió un mensaje en el que decía: “Me gustaría gritarle al mundo el amor que siento por ti”. Cuando ella lo recibió se le iluminó el rostro, se abrazó a una enfermera y dijo, “ahora sé que Raymond me quiere y puedo afrontar la muerte con alegría”.

El 8 de mayo de 1951, tras agotar todos los recursos de apelación, los asesinos de “Corazones Solitarios” fueron electrocutados en la prisión de Sing-Sing, en Nueva York.

¿Responsabilidad compartida?
En otoño de 1951, el doctor Richard Hoffman, uno de los psiquiatras que había prestado testimonio por parte de la defensa, publicó un artículo en el que ponía en entredicho la versión hasta entonces aceptada de la responsabilidad compartida en los crímenes de los asesinos de “Corazones Solitarios”.

El doctor Hoffman decía que Raymond Fernández se había convertido en un sádico después de luchar junto a los fascistas en la guerra civil española, y que el golpe que había recibido en la cabeza no era la causa de su criminalidad. Asimismo, decía que Martha Beck no era responsable de las muertes de Janet Fay y Rainelle Downing, pero que, aterrorizada ante los poderes hipnóticos de Fernández, no se atrevía a negar los hechos. Fernández había insistido en que si él iba a ser ejecutado, ella también.

Esta versión de los hechos fue muy criticada por los estudiosos del caso de “Corazones Solitarios”, pero lo cierto es que aún no se sabe con certeza qué papel jugó cada uno en los crímenes.

Los clubes de Corazones Solitarios
Cuando fue detenida, Martha Beck reconoció que siempre había estado dominada por una fantasía destructiva. “¿Por qué no ponéis punto final a las agencias matrimoniales?”, dijo a un oficial de policía. “Cuanto antes lo hagáis, mejor será para todos. Nos ahorraremos muertes y dinero. Todas son un timo”.

Martha siempre comentó que su carrera criminal junto a Fernández había sido un “sueño”, mientras que para éste había sido una “pesadilla”. Ambos declararon que se sintieron atrapados por algo que no podían controlar, y que, aparte de la necesidad que tenían de salvar su propio pellejo, cada uno de ellos estaba firmemente convencido de que el otro poseía poderes extraordinarios.

Eran dos solitarios que sentían que eran diferentes del resto de la gente. Los “poderes mágicos” y la hipnosis, los anuncios de clubs de “Corazones Solitarios”, las cartas de amor, les ofrecían la posibilidad de ejercer el poder y de ver realizados sus sueños.

Fernández conseguía las direcciones en el Club Mother Dinene’s Friendly de Nueva York. Después del arresto se descubrió que “Mother Dinene” era una mujer que vivía confortablemente en el distrito del Bronx en la ciudad de Nueva York. Las paredes de su casa estaban decoradas con fotos de mujeres “felizmente casadas”. Su club, como muchos otros, no hizo nada para proteger a sus clientes de la enfermedad venérea que padecía Fernández o del carácter posesivo y enfermizo de Martha Beck, y menos aún de los crímenes que juntos cometieron.

Los detectives de la policía cerraron “Mother Dinene’s Friendly” por fraude. Sin embargo, la propietaria volvió a abrir con otro nombre, prometiendo el oro y el moro por tan solo 5 dólares.

El folleto del club Mother Dinene’s Friendly que recibió Martha Beck en el buzón de correo en noviembre de 1947, era una hoja raída con la foto de 8 mujeres. Todas las fotos, aunque borrosas, eran de señoras de avanzada edad. Cada una de ellas tenía las iniciales del nombre y agradecía al club el que las hubiera ayudado a encontrar marido.

Cuando Martha rellenó la solicitud escribió que la gente decía de ella que era “ingeniosa, vivaz y con mucha personalidad”. Naturalmente no mencionó que había llegado a pesar 120 kilos y que tenía dos hijos. A pesar de las dudas, envió la carta y los 5 dólares a Nueva York. Cuando la arrestaron la preguntaron qué tipo de hombre esperaba encontrar a través del club de los Corazones Solitarios. “Desde luego no a un tipo como Ray”, respondió.

Polvos de amor
En la primera carta que escribió a Martha Beck, Fernández sugería que sus vidas y sus destinos estaban unidos, aunque no podía sospechar la profunda verdad de lo que había escrito. Martha firmaba la carta que envió al Club como Martha Seabrook Beck, su nombre de soltera. Fernández había leído el libro Magic Island de Willam Seabrook y estaba convencido de que unas fuerzas ocultas operarían en su encuentro con la chica. Escribió que un “poder psíquico” los había unido y esparció unos “polvos mágicos” sobre la carta. Luego quemó incienso y se sentó tratando de hipnotizar a la mujer que iba a leer su misiva. Martha estaba tan entusiasmada con ella que le contestó inmediatamente, incluso antes de ponerse a cenar.

Raymond Fernández
Raymond Fernández, hijo de padres españoles, nació en Hawai el 17 de diciembre de 1914. Su padre, un obrero, trataba a su hijo pequeño y débil con gran dureza. Más tarde la familia se trasladó a EE.UU. Fernández padre compró una pequeña finca en Fairfield, Connecticut. A Raymond siempre le encargaban las tareas más desagradables. A pesar de que era muy inteligente, su padre no le dejó ir a colegio, y a los 16 años le pillaron robando pollos. Los padres de sus otros dos cómplices pagaron la fianza; pero el padre de Raymond se negó, y éste pasó dos meses en prisión.

Durante la Gran Depresión de los años treinta, la familia se trasladó al sur de España. Fernández padre se convirtió en un importante hombre de negocios y llegó a alcalde de Orgiva. A los 20 años, Raymond se casó y durante la Segunda Guerra Mundial se marchó a Gibraltar donde trabajó como vendedor de helados, a la vez que obtenía información para el gobierno británico.

En 1949 fue arrestado y el Departamento de Defensa y Seguridad de Gibraltar, declaró que “Fernández es totalmente leal a la causa aliada, y ha desempeñado sus deberes algunas veces difíciles y peligrosos, perfectamente”.

Al haber nacido en Hawai, Fernández era ciudadano norteamericano, y en 1945 regresó solo a América. Durante el viaje por mar hacia Curaçao, en las islas occidentales, tuvo lugar el accidente que cambió su vida.

Raymond Fernández no recibió ningún tipo de asistencia psiquiátrica después de su accidente en el mar, en 1945. Sin embargo, cuando fue arrestado en 1949, los médicos de la prisión rápidamente se dieron cuenta de que el accidente podría haber trastornado su capacidad para distinguir el bien y el mal. Su informe apuntaba que ciertas áreas frontales del cerebro, precisamente aquellas dañadas en el accidente, controlan la capacidad de realizar distinciones morales; en otras palabras, el tener “conciencia”.

El informe continuaba: “Puede haber sufrido una alteración de la personalidad hasta tal punto que se haya dañado su juicio moral. Así, aunque legalmente esté cuerdo, y su razón no haya sufrido daños, puede haberse convertido en un monstruo”.

Martha Beck
Martha Beck era la hija pequeña de una madre dominante. Su padre, un hombre tímido y retraído, llamado William Seabrook, abandonó a la familia cuando la niña tenía 10 años.

Nacida en Milton, Florida, en 1920, era una chica taciturna y malhumorada, una joven fea y gorda a la que todos ignoraban. Los otros niños la atormentaban. A los 9 años comenzó a desarrollarse y los hombres empezaron a acosarla. Un desorden glandular le provocó una tendencia sexual desordenada, pero su madre, al advertirlo, hizo lo imposible para que Martha no pudiera llevar a cabo sus deseos.

A los 22 años, aprobó los exámenes de enfermera. “Creo sinceramente que puedo hacer algo para ayudar a la humanidad”, había escrito en su solicitud de ingreso a la Escuela Local de enfermería de Pensacola. Pero su apariencia física estaba en contra suya y no pudo encontrar trabajo.

Finalmente, se colocó en un servicio de pompas fúnebres, en donde lavaba y amortajaba los cadáveres. Pasaba su tiempo libre leyendo revistas del corazón. Cuando la frustración le llevó al borde de una depresión nerviosa, Martha se trasladó a California.

Allí encontró trabajo en un hospital y se dedicó a acosar a los hombres que esperaban en las paradas de autobús. Uno de ellos la dejó embarazada. La unión terminó cuando el hombre intentó suicidarse y Martha sufrió un colapso nervioso que la dejó amnésica.

Al volver a Pensacola, mintió a su familia y a sus amigos, dijo que se había casado con un oficial de la Marina que había muerto en la guerra. Después de dar a luz a su hijo, trabajó en el hospital en el que había nacido el pequeño. Unos pocos meses después, el 31 de mayo de 1944, la despidieron por conducta escandalosa.

El 13 de diciembre de 1944 se casó con un conductor de autobús llamado Alfred Beck, pero seis meses después, cuando estaba embarazada de nuevo, Martha pidió el divorcio. Sin embargo, después del nacimiento del segundo hijo, las cosas empezaron a irle bien en el trabajo. El 15 de febrero de 1946, Martha comenzó a prestar servicio en la residencia para niños minusválidos de Pensacola, y en el otoño la nombraron directora.

Por otra parte, bebía mucho, y no parecía encontrar ninguna relación duradera o estable, hasta que en el mes de noviembre un conocido suyo le gastó una broma. Escribió al Club de “Corazones Solitarios” de Nueva York en su nombre, pidiendo que le mandaran una solicitud de inscripción.

Problemas glandulares
Uno de los problemas de Martha Beck consistía en que no había pasado de forma gradual de ser una niña a ser una mujer. El trastorno glandular que le hacía estar tan gruesa, lo que se conoce como una deficiencia de la glándula pituitaria de los ovarios, hizo que tuviera su primera menstruación a los 9 años. Los hombres notaban que estaba bien desarrollada y trataban de acercarse a ella. La primera vez que un hombre intentó acariciarla, Martha huyó llena de temor. El autor Wenzell Brown, que hizo un estudio del caso publicado como “Introduction to Murder” escribió: “Físicamente era una mujer que deseaba ser amada tanto como cualquier otra pero sin haber madurado plenamente aún y sin tener el más mínimo conocimiento sobre el s*x*”.

Sentía enormes deseos sexuales pero su madre la tenía totalmente vigilada e incluso una vez golpeó a un chico con su paraguas porque acompañaba a su hija al teatro. Además de un desarrollo precoz, Martha era una mujer muy dominante que disfrutaba con el s*x* duro y a la que no le interesaba el galanteo previo a una mayor intimidad. Toda su vida tuvo una gran necesidad de afecto y de romanticismo alimentado además por la lectura de revistas baratas. Cuando conoció a Raymond Fernández pensó que había encontrado a su hombre ideal.

Fechas clave
  • 12-45 – Fernández sufre un accidente en un barco.
  • 15-3-46 – Raymond Fernández abandona el hospital.
  • 4-4-46 – Fernández ingresa en prisión por robo.
  • 1-47 – Raymond comienza a escribir cartas a “Corazones Solitarios”.
  • 2-10-47 – Viaja a España con Lucilla Thompson.
  • 8-11-47 – Encuentran muerta a Lucilla Thompson.
  • 22-12-47 – Martha Beck se entera de la inminente llegada de Fernández.
  • 28-12-47 – Beck y Fernández se encuentran en Florida.
  • 8-1-48 – Martha Beck intenta suicidarse.
  • 18-1-48 – Beck se muda al apartamento de Fernández en Nueva York.
  • 28-2-48 – Fernández se casa con Esther Henne.
  • 4-3-48 – Esther Henne abandona a Fernández.
  • 14-8-48 – Fernández se casa con Myrtle Young.
  • 18-8-48 – Myrtle Young muere por sobredosis.
  • 1-1-49 – Fernández y Beck conocen a Janet Fay.
  • 3-1-49 – Janet Fay es asesinada.
  • 27-2-49 – Delphine Downing es asesinada.
  • 1-3-49 – Reinelle Downing es asesinada. Beck y Fernández son arrestados.
  • 17-7-49 – Beck y Fernández acusados del asesinato de Janet Fay y condenados a muerte.
  • 8-3-51 – Ejecución de Beck y Fernández.
La historia de Martha Beck y Raymond Fernández fue llevada a la pantalla en 1970 por Leonard Kastle, en la película “Los asesinos de la luna de miel”.



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https://criminalia.es/asesino/martha-beck/
 
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