Asesinatos impactantes

El asesinato de Amber Hagerman
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El 12 de enero de 1996, un hombre blanco o hispano en una camioneta negra secuestra a Amber, que estaba montando en su bicicleta en El Paso, TX. Un testigo, Jim Kevil, fue capaz de proporcionar a la policía una descripción somera del secuestrador y su vehículo. Según Kevil, el hombre de la camioneta se detuvo en el estacionamiento de la tienda abandonada donde Amber estaba jugando, corriendo hacia ella y la arrastró hasta su camioneta.

Mientras Kevil relataba sus observaciones a la policía, el abuelo de Amber, Jimmie Whitson, condujo buscando a la niña. Amber era la segunda hija de su familia que había sido secuestrada. Su nieta de dos días de edad, fue secuestrada por su padre en 1991 y se recuperó 10 horas después.

La policía de Arlington empezó a buscar a Amber inmediatamente. Los voluntarios buscaron a Amber Hagerman durante varios días junto al FBI. Cuatro días después de su secuestro, un hombre que paseaba a su perro encontró el cadáver de Amber en un arroyo. Una autopsia reveló que su garganta había sido cortada. Ella había estado viva dos días antes de ser encontrada.
Amber a sus 9 años fue degollada y violada. Su cadáver fue arrojado a un canal de desagüe, no muy lejos de su casa. El crímen causó indignación entre los habitantes de Arlington, Texas. A pesar de que la Policía realizó una investigación a gran escala, nunca se pudo encontrar a su asesino.
A pesar de que una recompensa de 75.000 dólares fue ofrecida por información que condujera al asesino de Amber, nunca fue encontrado. El grupo de trabajo que investigaba el asesinato de Amber se disolvió en junio de 1997.

Legado
A los pocos días, la madre de Hagerman, Donna Norris, estuvo “pidiendo leyes más estrictas que rigen los delincuentes sexuales” Whitson testificó frente a los Congreso de los Estados Unidos en junio, pidiendo a los legisladores crear un registro nacional de delincuentes sexuales. Martin Frost, el congresista que representa al Distrito Whitson, propuso una Ley de protección llamada “Amber Hagerman”. Entre las secciones del proyecto de ley estaba la creación de un registro nacional de delincuentes sexuales.

Los padres de Hagerman estaban presentes cuando el presidente Bill Clinton, firmó ley el proyecto que crea el registro nacional de delincuentes sexuales. Whitson y Richard Hagerman entonces comenzaron a recoger firmas en Texas, que tenían previsto presentar al entonces gobernador de George W. Bush como una señal de que la gente quería leyes más severas para los delincuentes sexuales.

La alerta Amber
La Alerta AMBER es un sistema de notificación de menores de edad desaparecidos, implementado en varios países desde 1996. AMBER es un retroacrónimo en inglés de America’s Missing: Broadcasting Emergency Response pero que originalmente hace referencia a Amber Hagerman, niña que fue secuestrada y días después localizada sin vida.

Los expertos han indicado que las primeras horas son vitales, por ello la alerta se emite lo antes posibles y es transmitida por diversos medios como televisión, radio, sms, correo electrónico, pantallas electrónicas, entre otras; a fin de poder llegar al mayor número de personas posibles.

Según estimaciones policiales la alerta Amber ha salvado la vida de al menos 700 menores de edad desde su puesta en funcionamiento.
 
El asesinato de la familia List
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John Emil List nació el 17 de septiembre de 1925 en Bay City, Michigan (Estados Unidos), hijo único de John Frederick List (1859-1944) y Alma List (1887-1971), ambos de ascendencia alemana. Su padre fue siempre estricto y lo enseñó a creer en su iglesia, castigándolo con dureza a la menor infracción.

John List se convirtió así en un luterano devoto e inclusive enseñó en la escuela dominical. List sirvió en el Ejército durante la Segunda Guerra Mundial y obtuvo el grado de teniente. Posteriormente, asistió a la Universidad de Michigan en Ann Arbor, donde cursó la licenciatura en Administración de Empresas y la maestría en Contabilidad. List conoció a su esposa, Helen, en 1951 y se casaron poco después. Su vida en Westfield, Michigan, transcurrió en perfecta armonía. Tuvieron dos hijos y List se desempeñó como contador en una empresa. Consiguieron una inmensa casa victoriana, que inclusive poseía un amplio salón de baile. No les faltaba nada. Pero su idílica vida no duró mucho tiempo. Después de dieciocho años de matrimonio, List descubrió que su esposa padecía sífilis, la cual le había sido contagiada por su primer esposo. Durante todo ese tiempo, le había ocultado a List su padecimiento. Al paso de los años, Helen comenzó a mostrar rasgos de demencia.

Después, durante un recorte de personal, List perdió su trabajo como contable y empezó a sufrir problemas financieros. Debía $11,000.00 dólares de su hipoteca y obtenía fondos de las cuentas bancarias de su madre. List desarrolló un trastorno obsesivo-compulsivo. A medida que pasaban las semanas, List vio solamente dos soluciones a sus problemas: encontrar una manera de continuar con su nivel de vida o matar a su familia.

Creyente como era, quería enviar las almas de su familia directamente al cielo. Estaba especialmente preocupado por el alma de su hija mayor, Patricia, quien mostraba poco interés en acudir la iglesia. También era actriz de teatro, fumaba marihuana y creía en la brujería. List tenía miedo de que si no hacía algo, estaría violando las enseñanzas de su autoritario padre, quien siempre insistió en que debía cuidar y proteger a su familia.

Lo que siguió fue una de las historias más extrañas. List planeó todo con frialdad. Primero, vació su cuenta bancaria y la de su madre; para entonces, ella vivía con su hijo y su familia, en el ático de la inmensa casa. El 7 de noviembre, John List avisó a la escuela de sus hijos que se irían de viaje a Carolina del Norte durante varias semanas. También comentó lo mismo con los vecinos. Consiguió un revólver calibre .22 y rescató la pistola Steyr de .9 mm. de su padre.

El 9 de noviembre de 1971, reunió a su madre y a su esposa en la sala de la casa. Primero le disparó a Helen, de cuarenta y cinco años, en la parte posterior de la cabeza. Después a su madre Alma, de ochenta y cuatro años, una vez, dándole en el ojo izquierdo. Sus hijos estaban en la escuela. Cuando Patricia, de dieciséis años, y Frederick, de trece, regresaron a casa, les disparó en la parte posterior de la cabeza.

John jr., el hijo mayor de quince años de edad, estaba jugando un partido de football. List preparó el almuerzo y luego fue a ver jugar a su hijo. Al terminar el partido, lo llevó a casa y le dio de comer. Comió con él y conversaron. Al terminar, le disparó una vez en la parte posterior de la cabeza. John jr. cayó al piso, presa de convulsiones, y List le disparó de nuevo. El chico seguía vivo. List volvió a dispararle. Su hijo no moría. Desesperado, List le siguió disparando, hasta asestarle un total de diez balazos.

List arrastró los cadáveres de su esposa y de los niños muertos, en sacos de dormir, hasta el salón de baile de la enorme casa victoriana. A continuación limpió la escena del crimen, encendió todas las luces y prendió la radio. List guardó la comida en el refrigerador, lavó, secó y acomodó los platos, y limpió la casa.

Dejó el cuerpo de su madre en el ático, rodeada de sus pertenencias. Luego se sentó ante su escritorio y le escribió una carta a su pastor, que especificaba: “Mi madre está en el ático. Era demasiado pesada para moverla”. En la carta, List también afirmó que había rezado sobre el cadáver. Luego, List se duchó, se cambió e hizo su maleta. List escapó sin que nadie se diera cuenta, dejando la carta para el pastor sobre su escritorio y acomodando todo en la casa. Inclusive apagó el gas y todas las luces. Ya había avisado al lechero, al cartero y al repartidor de periódicos para que dejaran de asistir a su domicilio. Después se marchó en su Chevrolet Impala.

Transcurrió todo un mes antes de que alguien se diera cuenta de la sospechosa ausencia de la familia List, quienes a veces se recluían por motivos religiosos. Además, el aviso de John List acerca de su supuesto viaje borró toda sospecha. Cuando los cadáveres fueron hallados, estaban completamente putrefactos. La policía encontró la carta de List, ya cubierta por el polvo, encima de su escritorio.

Una búsqueda nacional se puso en marcha. Su Chevrolet Impala fue encontrado estacionado en el Aeropuerto John F. Kennedy, pero no había constancia de que hubiera abordado ningún vuelo.
Durante meses, la policía revisó cientos de pistas sin resultados. Poco a poco, el interés en el caso fue diluyéndose. Sin pistas, la policía terminó por archivar el caso.

En 1989, la policía de Nueva Jersey se acercó a los productores de la serie de televisión America’s Most Wanted, debido a los buenos resultados que habían obtenido en la búsqueda y captura de fugitivos. Les propusieron dar a conocer el caso de John List. Se trataba del caso sin resolver más antiguo que se hubiera transmitido en el programa.
La emisión incluyó un busto de arcilla con edad aumentada que, como se vio después, era extraordinariamente parecido al nuevo aspecto de John List. John Walsh, el conductor del programa, llamó al trabajo de Bender, el artista forense, como el ejemplo más brillante de una labor de reconstrucción que jamás hubiera visto. Walsh mantuvo el busto de List en un lugar de honor en su oficina durante muchos años, y en 2008 lo donó a una exposición permanente sobre ciencia forense en el Museo Nacional de Crimen y Castigo.
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John List vivió en un tráiler en Denver, Colorado, y luego se trasladó a Midlothian, Virginia, donde volvió a casarse con una mujer llamada Delores y a trabajar como contador. Se construyó una nueva identidad: la de Robert “Bob” Peter Clark. List había elegido el nombre porque pertenecía a uno de sus compañeros de clase, quien más tarde declaró que nunca había conocido a List.
Al contemplar la emisión, un amigo de los Clark reconoció el retrato del perfil como el de su vecino y contactó con las autoridades. La policía llegó de inmediato para detener a List, quien se negó a entregarse voluntariamente. El 1 de junio de 1989, John List fue detenido. En ese momento era empleado como contador por una empresa de Richmond, Virginia, donde vivía con su segunda esposa.

El 12 de abril de 1990, John List fue juzgado en una corte de Nueva Jersey por cinco cargos de asesinato en primer grado. El 1 de mayo, fue condenado a cinco períodos consecutivos de cadena perpetua. List nunca expresó ningún remordimiento por sus crímenes. En una entrevista realizada en 2002 con la reportera Connie Chung, ella le preguntó por qué no había tomado su propia vida, y List respondió que creía que el su***dio le impediría llegar al Cielo, donde esperaba reunirse con su familia.

John List murió el 21 de marzo de 2008 por complicaciones de neumonía a los ochenta y dos años de edad, en la cárcel de Trenton, Nueva Jersey. Fue enterrado junto a su madre en Frankenmuth, Michigan.
 
La madre más odiada de Ámerica
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El 16 de junio de 2008, Casey se fue a Tampa junto a su hija de 2 años. Estuvieron allí cerca de un mes. Durante todo ese tiempo, la madre y el padre de Casey reclamaban ver a su nieta, pero las respuestas eran siempre las mismas; "Está con la niñera, estoy muy ocupada, en la playa o en parques de agua".

Todo eso era mentira: Caylee había desaparecido hacía 31 días. Mientras tanto, Anthony seguía yendo a fiestas y de compras, tal como se vio en las fotos presentadas como evidencia durante el juicio. Y un detalle: se tatuó "Bella Vita" (bella vida), mientras la nena estaba desaparecida. La supuesta niñera tampoco existía. Todo el relato de Casey era puro invento, según ella misma admitió más tarde a los investigadores.

Fue luego de la insistencia de la abuela que Casey finalmente reveló que la nena no estaba en su hogar. ¿Por qué tardó cinco semanas en alertar a las autoridades? ¿Por qué entorpeció la investigación al decir que la niñera (que no existía) había secuestrado a Caylee? ¿Por qué actuó como si nada hubiera pasado mientras su hija estaba desaparecida? ¿Por qué jamás manifestó preocupación por su niña?

Después de una extensa búsqueda de seis meses, Caylee fue encontrada muerta en un bosque cerca de la residencia de los Anthony en Orlando.

La defensa de Casey alegó que la nena se ahogó en la piscina familiar y fue encontrada por George Anthony, el abuelo. Para evitar una larga sentencia en la cárcel por negligencia de menores, el hombre (un expolicía) recomendó arrojar a Caylee en el bosque para que pareciera un homicidio.

Pero para la fiscalía, Anthony sofocó a su hija, la escondió durante varios días en el baúl de su auto (del que salía un olor "a cadáver" según testificaron varias personas), y luego la enterró en un bosque. Además, describió a Casey como una "fiestera" que eligió asesinar a su hija para liberarse de las responsabilidades y disfrutar de su vida personal, algo que explicaría su tatuaje "Bella Vita".

Además del olor del baúl del auto, la fiscalía también mostró como evidencia el hecho de que Caylee apareció con cinta adhesiva en la boca (un indicio claro de homicidio, dijeron) y las búsquedas de Google en la computadora personal de Anthony: cómo hacer cloroformo, rotura de cuello, hemorragia interna, defensa personal, trauma de pecho.

Casey fue encontrada no culpable de asesinato en primer grado. El jurado sólo la encontró culpable de cuatro cargos menores por proporcionar información falsa a la Policía. Quedó en libertad el 17 de julio del 2011 tras pasar 3 años en prisión.

El juicio fue televisado y duró 33 días. Más de 600 periodistas de medios estadounidenses se acreditaron para cubrir el proceso. La revista Time lo catalogó como "el juicio mediático del siglo" y millones de personas siguieron en directo el veredicto
Más información (en inglés): https://en.wikipedia.org/wiki/Death_of_Caylee_Anthony#Verdict_and_sentence
 
Asesinatos que cambiaron la ley
El asesinato de Polly Klaas

El 1 de octubre de 1993, Polly de 12 años fue secuestrada a punta de navaja durante la celebración de una fiesta de pijamas con dos amigas en casa de su madre en Petaluma, California. El secuestrador ató a sus amigas, les puso una funda de almohada en la cabeza, les dijo que contaran hasta 1000 y se llevó a Polly
Durante los siguientes dos meses, miles de personas buscaron a Polly sin encontrar nada hasta que finalmente dieron con un hombre en cuyo coche encontraron ropa perteneciente a Polly. Posteriormente, el asesino, Richard Allen Davis, informó a la policia el lugar donde se encontraba el cadaver de Polly. Se descubrió que el asesino tenía una larga serie de antecedentes lo que provocó la llamada Three Strikes Law en California por la cual una persona con un condena por delito violento podría tener duplicada su condena en caso de un segundo delito y en el caso de cometer tres pasaría de 25 años al resto de su vida en prisión sin importar la severidad del delito.
Wynona Ryder que creció en Petaluma ofreció una recompensan de 200.000 dólares por cualquier información que devolviera a Polly sana y salva a su casa. Tras la aparición del cadáver, Ryder protagonizó la película Mujercitas que está dedicada a la niña puesto que era su libro favorito.
Richard Allen Davis se encuentra en el corredor de la muerte.

El asesinato de Kitty Genovese
Kitty Genovesse tenia 28 años cuando en la madrugada del 13 de marzo de 1964 volvía del trabajo sin saber que un coche la seguía. Aparcó a unos 30 metros de su coche cuando Winston Moseley se le acercó, corrió hacia ella y rápidamente la apuñaló dos veces en la espalda. Los gritos de Genovese fueron oídos por varios vecinos, pero era una noche fría y con las ventanas cerradas pocos de ellos reconocieron el ruido como gritos de auxilio. Cuando uno de los vecinos gritó al atacante “¡Deje en paz a esa muchacha!”, Moseley huyó y Genovese retomó lentamente su camino hacia el apartamento malherida, pero fuera de la vista de aquellos pocos que habrían tenido razones para pensar que necesitaba ayuda.

Las grabaciones de las primeras llamadas a la policía son confusas y ésta no les dio una alta prioridad. Uno de los testigos dijo que su padre había llamado a la policía y dijo que una mujer había sido golpeada, pero que ya se había levantado, aunque estaba tambaleándose.

Otros testigos observaron a Moseley subir a su coche y alejarse, sólo para volver diez minutos más tarde. Moseley hizo una búsqueda sistemática por el aparcamiento, la cercana parada de metro y el complejo de apartamentos hasta encontrar a Genovese, que estaba tumbada y apenas consciente en el suelo, en un vestíbulo en la parte posterior del edificio. Fuera de la vista de cualquiera que hubiera podido haber visto u oído cualquier señal del primer ataque, Moseley siguió apuñalándola más veces. Las heridas de cuchillo en la mano de ella, sugieren que intentó defenderse de su atacante. Mientras ella moría, él la violó, le robó 49 dólares y la dejó tirada en el vestíbulo. Los ataques duraron aproximadamente media hora.

Algunos minutos después del ataque final, un testigo, Karl Ross, llamó a la policía. La policía y el personal médico llegaron pocos minutos después de la llamada de Ross; Genovese fue llevada en una ambulancia y murió durante el camino al hospital. Una posterior investigación policial determinó que unos 12 individuos habían visto u oído partes del ataque, aunque no habían podido enterarse del incidente al completo. Solamente un testigo (Joseph Fink) estaba enterado de que la apuñalaron en el primer ataque y sólo Karl Ross era consciente de esto durante el segundo ataque.
En aquel entonces para llamar a la policia por algún incidente tenías que pulsar el 0 para hablar con el operador de la policia que transfería la llamada a la oficina de comunicaciones donde se transfería al precinto correspondiente. Es entonces cuando un oficial de policía salía para comprobar el posible delito. Tras el asesinato de Kitty Genovesse nació el teléfono 911 cuya primera llamada fue realizada el 16 de febrero de 1968.
 
La muerte de Terrell Peterson
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Terrell Peterson (1992 - 15 de enero de 1998) era un niño de cinco años de Atlanta, Georgia que fue torturado y golpeado hasta la muerte mientras su caso estaba bajo la supervisión activa del estado. Fue uno de los más de 800 niños que murieron entre 1995 y 1998 luego de que sus casos fueran llevados a la atención de la División de Servicios para Familias y Niños (DFCS) del Departamento de Servicios Humanos de Georgia (DHS).

El Departamento de Servicios para Familias y Niños del Condado de Fulton recibió siete llamadas entre 1992 y 1995 en referencia al abandono de Terrell o sus hermanos:
- La madre está tomando drogas durante el embarazo, utilizando cupones de alimentos y cheques de bienestar para comprar crack (mayo de 1992).
- Los padres están encerrando a los niños en la habitación los fines de semana negándoles comida y agua (agosto de 1993).
- La madre está drogada, los niños no están supervisados (febrero de 1994).
- Los niños piden comida a los vecinos, la madre consume cocaína diariamente (enero de 1995).
- La madre es adicta al crack y deja a los niños con su enfermiza abuela materna (noviembre de 1995).

Las quejas fueron manejadas por 11 trabajadores sociales diferentes, supervisados por 10 supervisores en el Departamento de Servicios Familiares e Infantiles de Georgia, sin embargo, no se hizo nada hasta junio de 1996 cuando el departamento se hizo cargo de Terrell. Siguiendo el protocolo Terrell fue puesto al cuidado de Pharina Peterson, la abuela del medio hermano y media hermana de Terrell que no estaba directamente relacionada con él. Mientras que en su agencia de custodia los trabajadores sociales tenían poco o ningún contacto con Terrell y no hubo visitas mensuales.

El caso salió a la luz cuando Terrell fue llevado a la sala de emergencias del Hospital de Niños Hughes Spalding en Atlanta en un paro cardíaco, donde murió posteriormente.

Durante el curso de la investigación se descubrió que en 1996 Terrell había sido agredido por lo cual necesitó acudir a Urgencias donde fue diagnosticado con el sindrome del niño vapuleado. Pharina Peterson fue arrestada pero la trabajadora social que debía llevar a Peter al juicio nunca lo hizo y el caso fue sobreseido.
Para cubrir su atroz transgresión, la trabajadora social preparó un memorando interno fraudulento y retroactivo que se colocó en el archivo de Terrell; que el juicio efectivamente ocurrió, no se encontraron pruebas de abuso infantil y los cargos fueron descartados como resultado. Según ella, "el juez creyó que la Sra. Peterson no sentía que fuera culpable de abuso infantil". Este supuesto hallazgo a pesar de la evidencia médica y los resultados de la investigación policial, junto con la falta de fundamentación de documentos judiciales, nunca fue cuestionado por sus supervisores. Como resultado, se consideró que Terrell estaba "a salvo", se archivó su archivo y se lo devolvió a la custodia de Peterson.

Después del juicio, Pharina quemó las plantas de los piés de Terrell lo que provocó que necesitara injertos de piel, a pesar de que fue una profesora la que descubrió las quemaduras no se procedió a realizar una investigación de lo que había pasado. Terrell fallecería tan solo un año después con solo 5 años.

Pharina Peterson y la tía de Terrel fueron condenadas a cadena perpetua. Los trabajadores sociales y el Departamento de Asuntos Sociales fueron absueltos por la negligencia en el tratamiento del caso de Terrell.

Como consecuencia de su muerte, se instauró el Terrell Peterson Act que otorgaría a los médicos la autoridad para anular a la policía y poder decidir que si creen que un niño puede haber sido abusado, se le retire la custodia a los padres y sea entregado al Departamento de Servicios Sociales hasta que se realice una audiencia judicial.
 
Los asesinatos de la niña a la que no le gustaban los lunes
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Brenda Ann Spencer, una adolescente solitaria y problemática criada en San Diego, California, empleó el rifle semiautomático que su padre le había regalado en Navidad para tirotear una escuela de primaria el lunes 29 de enero de 1979. La joven de 16 años fue detenida por la policía tras seis horas de tiroteo donde mató al director del colegio, Burton Wragg de 53 años y un vigilante del colegio, Mike Suchar de 56 años que intentaba ayudar a un estudiante, e hirió a nueve personas, la mayoría niños. En apariencia, uno más de los muchos ataques a colegios que ocurren en EEUU, salvo por la inaudita respuesta que dio Brenda Spencer al ser capturada: «Los ataqué porque no me gustan los lunes. Solo lo hice para animarme el día».

La macabra historia inspiró al cantante Bob Geldof a componer solo unos meses después de la tragedia el tema "I don't like Mondays" (No me gustan los lune), en referencia a la respuesta de la adolescente y a su falta de remordimientos por los crímenes cometidos. Declarada culpable de dos asesinatos y asalto con arma mortal, Brenda Spencer no mostró ni un ápice de arrepentimiento durante el proceso. «No tenía ninguna razón más que mi odio a los lunes, solo fue por divertirme. Vi a los niños como patos que andaban por una charca y un rebaño de vacas rodeándolos, así que eran blancos fáciles para mí», explicó la californiana sobre las razones de su ataque.

Brenda Ann recibió una condena de entre 25 años a cadena perpetua, a día de hoy continúa en prisión.
 
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