Asesinatos impactantes

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He pensado abrir este tema para hacer una recopilación de asesinatos que hayamos leído y nos hayan impactado por su dureza. Si existe algo así en el foro, pido a la moderadora que lo borre.
Asesinato de Junko Furuta
Junko contaba con 17 años cuando ocurrieron lo hechos, era una chica sencilla, hija de una familia trabajadora y muy apreciada por sus amigas y vecinos. Por desgracia para ella, había una persona que no la apreciaba tanto; esa persona era Miyano Hiroshi, un compañero de clase que era un miembro de bajo nivel de la Yakuza, la temible Mafia Japonesa.

Hiroshi sentía una fuerte atracción por Junko, pero ella no le correspondía. Este hecho, sumado a la especie de inmunidad que Hiroshi disfrutaba por ser miembro de los Yakuza, le incitaron a cometer los actos que a continuación describo.

En noviembre de 1988, cuatro jóvenes (Miyano Hiroshi, 18 años en el momento del crimen; Jo Kamisaku -apellido adoptado tras su salida de prisión-, de 17; Minato Nobuharu, de 16; y Watanabe Yasushi de 17) raptaron y escondieron a Junko Furuta en una vivienda de la ciudad de Misato (Prefectura de Saitama, Japón), concretamente en el domicilio de los padres de Nobuharu.

Con el fin de evitar una investigación policial, Hiroshi obligó a Junko a llamar a sus padres para contarles que se había marchado de casa por voluntad propia junto a un amigo y que no se preocuparan, ya que no corría ningún peligro. Además, Junko fue obligada a fingir ser la novia de Nobuharu cuando sus padres estaban presentes, una farsa que apenas se sostuvo unos pocos días. Junko, pidió en numerosas ocasiones ayuda a los padres de Nobuharu, pero éstos nunca accedieron a ayudarla por el temor a las amenazas de Hiroshi.
Esta situación se extendió durante 44 interminables días en los que los 4 jóvenes le infligieron las más crueles torturas y vejaciones.
Según la propia confesión de los jóvenes en el juicio, los cuatro raptores mantenían a Junko desnuda todo el tiempo, la violaban por vagina y ano (invitando además a decenas de Yakuzas a hacer lo mismo), le propinaban palizas, orinaban sobre ella, la obligaban a tocarse antes de las violaciones mientras tomaban cerveza, la alimentaban de cucarachas y orina, le introducían múltiples objetos por sus partes (incluyendo petardos, tijeras, botellas, barras de hierro e, incluso, una bombilla caliente que se rompió en su oreja), le amputaron un pezón con unos alicates, le lanzaban mancuernas al estómago mientras permanecía tumbada boca arriba, le rompieron los huesos de la mano a pisotones, le quemaron los párpados con cera caliente, la colgaron del techo de los brazos para utilizarla como saco de boxeo, la metieron varias horas en un congelador, le clavaron decenas de alfileres en los pechos y le quemaron la vagina con cigarrillos y mecheros.

El 4 de enero de 1989, Junko fue retada a jugar al mahjong, saliendo victoriosa. Esto causó la ira de los jóvenes, los cuales le dieron una última paliza para luego rociar sus extremidades, tronco y cara con líquido inflamable y prenderle fuego. Furuta murió 2 horas después a causa de un estado de shock. Los asesinos escondieron su cadáver en un bidón lleno de cemento, el cual fue abandonado en Koto, Tokio.

Poco después, un informante infiltrado en la Yakuza delató a los asesinos siendo arrestados y puestos a disposición judicial, pero por desgracia, y como suele ser habitual en esta sociedad en la que vivimos, poco tiempo después fueron puestos en libertad por tratarse de menores de edad cuando cometieron los delitos a excepción del cabecilla que fue condenado a 20 años. (en Japón la mayoría de edad se alcanza a los 20 años).
 
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El asesinato de Gabriel Kuhn
Daniel Felipe Petry nació en 1991 en Blumenau, Santa Catarina (Brasil). Desde pequeño fue un chico rebelde, agresivo y que reaccionaba con inusitada violencia a la menor provocación. Estuvo bajo tratamiento psiquiátrico, pero siempre abandonaba las terapias. Su refugio era la televisión y posteriormente, el Internet.
Sus padres terminaron por desentenderse de él. Abandonó la escuela y pasaba los días navegando en la red, viendo programas de TV y escuchando música.
Gabriel Kuhn nació en 1995 en la misma localidad, hijo de una familia estable. El niño era un buen estudiante, respetuoso y educado: el lado opuesto de Petry. Ambos eran vecinos y aunque Petry era cuatro años mayor, tenían algo parecido a una amistad. Frecuentemente conversaban, aunque los padres de Gabriel Kuhn tenían sus reservas respecto al problemático hijo de los vecinos.
El 23 Julio del 2007, un acontecimiento cambiaría la historia criminal de Brasil. Petry, ya de dieciséis años, jugaba Tibia en línea con Gabriel Kuhn, de doce años. En algún momento, comenzó una discusión. Petry aseguraría que el niño hizo trampa en el juego.
Furioso, Petry se dirigió a la casa de su vecino. Los padres de Gabriel no estaban, su hermano había salido y el niño se hallaba solo. Confiado, le abrió la puerta a Petry, quien apenas entrar lo derribó de un empujón y empezó a golpearlo. Gabriel Kuhn trató de defenderse, pero no lo consiguió. Entonces Petry lo llevó a su recámara y lo violó sobre la cama. El niño gritaba y lloraba, pero eso únicamente hizo que Petry fuera más cruel. Las sábanas de la cama del niño quedaron manchadas de sangre. Gabriel Kuhn amenazó con denunciarlo y contar todo a sus padres. Entonces Petry, frenético, decidió matarlo. Tomó un cable y lo pasó alrededor del cuello del niño. Siguió apretando hasta que el chico se desmayó. Entonces tuvo otra idea. Fue a la cochera de la casa y tomó una segueta. Regresó junto al chico y empezó a cortarlo.
Gabriel Khun recuperó la conciencia y empezó a gritar de dolor. Petry siguió cortando. Le cercenó la pierna izquierda. Gabriel dejó de gritar: estaba cayendo en shock a causa del sangrado. Petry tomó la segueta y decidió continuar. Con inusitada saña, le cortó la pierna derecha. La necropsia mostraría que Gabriel estaba vivo cuando las dos piernas le fueron cortadas; murió poco después, a causa del dolor y la pérdida de sangre.
Petry primero trató de esconder el cadáver en una trampilla de la casa. Para ello tomó más cable y trató de izarlo. Pero no lo consiguió, pues Gabriel pesaba demasiado. Entonces lo abandonó a la entrada de la casa. Su hermano llegó poco después y encontró el cadáver despedazado, tirado junto a la puerta. Horrorizado, salió corriendo a la calle. Otro vecino lo vio y llamó a la policía.

La policía localizó enseguida a Petry: la computadora de Gabriel mostró la pelea que habían sostenido apenas un rato antes. Lo arrestaron enseguida en su propia casa. Después del resultado de la necropsia, Petry aceptó haber descuartizado vivo al niño, pero se negó a admitir la violación, alegando que él no era homosexual.

El joven homicida fue juzgado; todo el país se horrorizó al ver las fotografías del caso y conocer la historia del joven asesino. Petry fue trasladado a un centro de menores delincuentes para cumplir una sentencia de apenas tres años de prisión.
En prisión, Petry hizo una enloquecida declaración: “Gabriel hizo trampa y haré que pague por todos sus actos; como él dijo que existe el Cielo y el Infierno, allá en el Infierno está él; lo encontraré allí y me vengaré nuevamente”.
En internet hay fotos de la escena del crimen y del cuerpo (no recomiendo verlas pero aviso por si buscáis el caso en internet)
 
Asesinato de Brian
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na (Baby Brianna)


Brianna era hija de Stephanie Lopez (19) y Andrew Walters (21), nació de forma prematura el 14 de febrero de 2002. Vivía con sus padres, su hermano de 18 meses y su tío Steven (19) que era gemelo de su madre en un caravana.
El 18 de julio de julio de ese mismo año, su padre y su tío "jugaron" con ella lanzandola al aire lo que provocó que se golpeara la cabeza 3 veces contra el techo. Posteriormente la niña sufrio abusos sexuales, malos tratos, etc. a manos de su padre, tio y en presencia de su madre. El 19 de julio la madre de Brianna llama al 911 para decir que su hija no respira. Brianna muere ese mismo día a causa de las heridas craneales producidas por los golpes. En la autopsia se encuentran heridas infringidas desde el nacimiento de la pequeña con heridas en cabeza, orejas, marcas de mordisco en la cara, cuello y cuerpo, dos costillas rotas desde hacía semanas, etc.
La madre fue condenada a 27 años, el tio a 51 y el padre a 63 años. Asi mismo la abuela paterna y otro tio fueron condenados a 60 días cada uno por no informar de la situación de abuso.
Aquí no acaba la historia: nadie reclamó el cuerpo de la niña y fue enterrada gracias a las
donaciones de gente del condado. La familia hizo un pequeño funeral intimo. No se colocó una lápida en la tumba puesto que su familia queria que su muerte fuera silenciada. Colocaron una jaula que encerrara la lapida para que "no la molestaran"
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He hecho una pequeña traducción porque la historia la lei hace años en inglés y no se me va a olvidar nunca.
Dejo un enlace en inglés: NO APTO PARA PERSONAS SENSIBLES (se ve a la nena)

https://ripeace.wordpress.com/2013/01/17/the-worst-case-of-child-abuse-in-us-history-the-murder-of-baby-brianna/
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El asesinato de Silvia Likens
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Un 26 de octubre de 1965 en Indianápolis (Estados Unidos) se encuentra el cuerpo de Sylvia Likens en un mugriento sótano del 3850 de East New York Street. La muchacha, de 16 años, había sido torturada, acosada y violada hasta la muerte por Gertrude Baniszewski y sus hijos, así como varios adolescentes y adultos del vecindario. Fue la víctima del peor caso de abuso físico del estado de Indiana.

Sylvia Marie Likens, nacida un 3 de enero de 1949 falleció de las peores formas un 26 de octubre de 1965 a la corta edad 16 años. Probablemente por su juventud, la joven debería ser recordada por otros hechos menos onerosos, sin embargo pasó a la historia como la mayor víctima de asesinato, tortura y violación de Indianápolis, Indiana, en Estados Unidos.

El país entero quedó horrorizado por el sufrimiento de Sylvia, quien fue torturada por Gertrude Baniszewski y sus hijos, así como varios jóvenes y niños del vecindario, algunos de apenas 10 años de edad.

Luego de conocer a los padres de Sylvia, Gertrude se dispuso a cuidarla a ella y a su hermana, por lo que ninguno sospecharía el calvario que le esperaba.

Antes de morir, los gritos de Sylvia llegaron a oídos de vecinos de la familia, pero creyeron que era mejor no entrometerse.

Los médicos forenses describieron el caso como «el caso de abuso físico más terrible del estado de Indiana».

En su honor, hay un pequeño monumento con su foto colocado por orden del Departamento de Policía de Indianápolis.

Dos semanas después de haber dejado a las niñas al cuidado de Baniszewski, los Likens volvieron a visitar a sus hijas, no hubo ninguna queja al respecto así que se marcharon conformes, y a partir de ahí Baniszewski, sus hijos, y varios adolescentes del vecindario empezarían la verdadera tortura física y psicológica de Sylvia. Por alguna razón simplemente no podía soportar a las chicas, y sobre todo a Sylvia, con quien más se desquitaba; posiblemente sentía una especie de celos debido a que ella era hermosa, amable, y virgen.

Un día le pregunta a Sylvia porqué pasaba tanto tiempo en la tienda donde trabajaba, y Likens le dijo que solía juntar latas de sodas vacías para ganar dinero extra. No le creyó y obligó a la joven a que se introdujera una botella de Coca-Cola en su vagina frente a todos sus hijos y Jenny, ésta se rompe, y los vidrios desgarran las paredes vaginales de Sylvia. También después de fumar solía apagar su cigarrillo en el cuerpo de la joven, además de golpearla con una paleta, y cuando se cansaba, le otorgaba la tarea de golpearla varias veces al día a su hija Paula Baniszewski quien tenía 18 años. Incluso en ocasiones obligaba a la hermana de Sylvia, Jenny, a que la golpeara en la cara.

Gertrude a la hora de cenar sólo le daba pocas raciones de agua, galletas saladas, y algunas sobras. Una vez mandó a su hija Stephanie Baniszewski y su novio Coy Hubbard (un adolescente del vecindario), a arrojarla por las escaleras del sótano; así, Sylvia recibió un fuerte golpe en la cabeza y permaneció inconsciente durante casi dos días. Coy Hubbard, quien tenía 15 años y era el novio de Stephanie, era experto en judo y le encantaba lanzar a la joven por los aires hacia un colchón que se suponía que era donde tendría que aterrizar, pero muchas veces calculaba mal y la pobre chica caía al suelo de cemento.
Pocas semanas antes del crimen Baniszewski obligó a Likens a escribir una carta dirigida a sus padres comentando que ella y su hermana las estaban pasando bien, y luego, con ayuda de sus hijos escribió con una aguja al rojo vivo “I am a prostitute and proud of it” (“Soy una prost*t*ta y estoy orgullosa de serlo”), en el estómago y abdomen de Likens; y al sentirse incapaz de terminar, Richard Hobbs terminó ese trabajo.

Al día siguiente formuló la manera de deshacerse de Sylvia, le comentó a su hijo John Jr, que podían ir a tirarla a un basurero cuando ella se encontrase desfalleciendo, para que así muriera. Sylvia oyó la conversación e intentó huir, pero Gertrude la detuvo rápidamente y volvió a tirarla por la escaleras del sótano, encerrándola nuevamente.

En la tarde del martes 26 de octubre, Gertrude le ordenó a Stephanie Baniszewski y a Richard Hobbs que le tirasen un balde con agua fría a Sylvia mientras dormía para que despertara. Ellos así lo hicieron, pero la chica quedó totalmente inmóvil, dándose cuenta entonces de que ya no respiraba. Stephanie se desesperó e intentó reanimarla, pero para entonces ya era tarde, Likens ya estaba muerta. Las causas de la muerte fueron hemorragia cerebral, Shock, y Desnutrición.

Richard Hobbs fue quien llamó a la policía esperando que ellos la resucitasen. Los oficiales se percataron de las heridas de la chica y de su grado de desnutrición, le preguntaron a los jovenes que fue lo que había pasado, pero ninguno respondió. Baniszewski trato de explicarle que unos vandalos le hicieron eso y sus hijos la habían traído a casa. Entonces Jenny Likens estalló en llantos y le dijo a los oficiales “Sáquenme de aquí y les diré todo”. Gertrude, sus hijos, y varios jóvenes del vecindario fueron arrestados por la policía.

Gertrude Baniszewski, sus hijos, Hobbs, y Hubbard, tuvieron libertad bajo fianza en espera del juicio.

• Gertrude Baniszewski fue hallada culpable de asesinato en primer grado y sentenciada a cadena perpetua. Se le recluyó en la Prisión de Mujeres de Indiana. Obtuvo su libertad condicional por buen comportamiento el 4 de diciembre de 1985, tras estar 20 años en prisión. Ella se cambió el nombre por el de Nadine van Fossan y se mudó a Iowa, donde murió de cáncer de pulmón el 16 de junio de 1990, pocos años después de aceptar finalmente su culpabilidad.
• Paula Baniszewski fue hallada culpable de asesinato en segundo grado y sentenciada a cadena perpetua. Obtuvo su libertad condicional el 23 de febrero de 1973, después de servir 7 años en prisión. Tuvo una hija en ese mismo año y la llamó Gertrude.
• Coy Hubbard fue hallado culpable por homicidio impremeditado y sentenciado a 21 años de prisión. Se convirtió en un delincuente y volvió a la cárcel con frecuencia.
• Richard Hobbs murió de cáncer de pulmón a la edad de 21 años, 4 años después de salir del reformatorio.
• John Baniszewski Jr., pese a tener 13 años de edad, fue sentenciado a cumplir 21 años de cárcel; fue el preso más joven del reformatorio de la historia de ese estado. Tras cumplir su condena, se convirtió en pastor laico, para contar su historia.
• Stephanie Baniszewski fue hallada culpable por cómplice y fue sentenciada a cumplir 12 meses en prisión. Ella junto con Coy Hubbard arrojaron a Sylvia por las escaleras del sótano, lo que le produjo una hemorragia cerebral.
 
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Asesinato de Michael y Alex Smith
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EL buzo Steve Morrow se agachó en la orilla del lago y lloró. Los niños estaban aún asegurados en la silla, con los vidrios cerrados... "Cuando es una muerte accidental usted puede manejarlo un poco mejor, pero sabiendo que alguien lo hizo deliberadamente...". Su voz se entrecortó. Al llegar a casa esa noche Morrow se metió en la cama con su pequeño hijo. "Tenía que abrazarlo por un rato", dijo después. Llevaba ocho días buscando en el lago, pero habría sido imposible encontrar el carro a menos que supieran dónde buscar, como sucedió ese día.

Susan Smith, la joven madre que salió en televisión llorando y rogando por el regreso de sus niños secuestrados -quien mostró un video de ellos jugando en una fiesta de cumpleaños y pidió al secuestrador que los alimentara y cuidara- había confesado que ella misma los habla matado. Todos quieren saber cómo fue posible que esto pasara. Aun, mientras la búsqueda de Michael y Alex Smith continuaba, se hubiera requerido de una mente muy turbia para sospecharlo.

La historia empezó con una llamada de emergencia al 911. "Hay una señora que dice que unos tipos se llevaron su carro con sus dos hijos. Ella está histérica". Quien llamaba era el hijo de Shirley McCloud, la persona que abrió la puerta a Susan, quien gritaba: "Me han quitado a mis hijos". Mientras llamaban a la policía, Susan continuaba su recuento: un hombre se le aproximó en un semáforo en rojo y se metió en su carro, apuntándole con una pistola en la cabeza. "Me dijo que manejara. Seis millas afuera de la ciudad el hombre me bajó del auto y no me permitió llevarme a los niños". Antes de que la policía llegara los McCloud fueron hasta esa carretera, esperando que el secuestrador los hubiera dejado en el camino. Ese fue el comienzo de una búsqueda nacional para encontrar a los menores.

Los Smith eran bien conocidos en Unión. Susan fue una estudiante de honores, cuyo padre se había suicidado cuando ella tenía 8 años. En 1991 se casó con David, pero el matrimonio acabó al año de haber nacido el segundo hijo. Un juez de familia le dio a Susan la custodia permanente de sus hijos y ordenó a David dejar de visitarlos sin anunciarse. Hace un año Susan comenzó un romance con Tom Finlay el buen mozo hijo del dueño de una planta textilera donde ella trabajó como secretaria. Una semana antes de la desaparición de los niños, él le escribió una carta: "Quiero estar contigo, pero no estoy listo para la responsabilidad de una familia". Cuando se conoció el crimen, Finlay imprimió una copia y se la dio a la policía. "En ningún momento yo sugerí que los niños fueran un obstáculo en la relación", dijo en su declaración.

Cuando Susan confesó, explicó estar agobiada por las deudas, su fracaso matrimonial y sus fallidas relaciones románticas. Pero nadie que la conozca en Union puede imaginar que esa joven madre, que parecía adorar a sus pequeños, sea la misma que los mató. Esa mujer, sin embargo, dio una tan detallada descripción del crimen que logró conmover y conseguir el apoyo de todo el país. El pueblo entero recibió a los agentes federales y a la prensa nacional con café y donuts, pensando que toda esa atención ayudaría a encontrar a los niños. Las autoridades siguieron cada una de las miles de pistas que llegaban, pero una a una se iban derrumbando.

Susan y David estaban muy agobiados para aparecer en público pero, finalmente, salieron ante las cámaras: "Michael, Alex, los queremos mucho y no nos daremos por vencidos", les dijo David. Pero había toda suerte de interrogantes sobre la historia de Susan. "No creo que ninguna madre quiera a sus hijos más que yo", afirmaba ella. Sin embargo para la policía no había explicación para que un criminal que quisiera escapar se llevara a unos niños y que en el sitio del secuestro no hubiera habido ningún testigo. Nunca habían hecho una búsqueda tan exhaustiva sin obtener ningún resultado.

Entonces la policía empezó a cuestionar el comportamiento de Susan. Ella se negó rotundamente a recibir la ayuda de un sicólogo que un padre que había sufrido lo mismo quiso llevarle. Por cinco días ambos fueron prácticamente echados de su casa. "Yo era una amenaza para ella. Susan debió sentir que sería difícil esconderme cosas", dijo después el sicólogo. La historia de Susan empezó a derrumbarse antes de que hubiera fallado la primera prueba del detector de mentiras. Pero la policía continuó dándole el beneficio de la duda, al menos en público. Poco después algunos vecinos, que la habían acompañado en su dolor, también empezaron a dudar.

Sabían de sus fallidas relaciones sentimentales y de sus angustias económicas. Sabían que su amante veía en los niños un obstáculo para una relación. Y se extrañaban que el secuestrador, en su huída, la hubiera dejado casi a la puerta de su casa y no en las afueras, donde no hay teléfonos. Finalmente la policía registró su casa y encontró una carta del amante, que sirvió como única pista de la terrible sospecha. En ella Finlay le decía que quería estar con ella, pero sin los niños. En medio del interrogatorio, Susan confesó su crimen.

La noche del 25 de octubre la joven de 23 años condujo su automóvil con sus dos pequeños hijos sentados en la parte trasera. Agobiada por sus problemas tuvo pensamientos suicidas. En la orilla del lago se sintió incapaz de acabar con su vida. Y en un acto de cobardía que ha asombrado al mundo, dejó rodar su automóvil con sus hijos, de 3 años y 14 meses. Según algunas versiones, Susan observó a Michael, aterrorizado, tratando de zafarse del asiento antes de que el auto se hundiera en el lago.

Siguiendo sus indicaciones, el 3 de noviembre las autoridades sacaron el carro del lago. "Aun después de que lo dijo, yo no podía creer que los niños estuvieran entre el carro", dijo el buzo Steve Morrow. Una hora más tarde se confirmó lo impensable: dos cuerpos fueron encontrados en la parte trasera del vehículo. Y la señora Smith fue arrestada y acusada por doble homicidio. Fue condenada de treinta años a cadena perpetua, podrá optar a la libertad condicional en 2025.
 
La extraña muerte de Paulette Gebara Farah
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La noche del domingo 21 de marzo de 2010, Paulette llegó de Valle de Bravo a su casa, ubicada en Huixquilucan, acompañada por su hermana y su padre, Mauricio Gebara. La madre de las niñas, Lizette Farah, esperaba su llegada para meterlas y prepararlas para dormir, así lo hizo y fue el último día que vio a la pequeña Paulette.7

A la mañana siguiente, Erika, una de las dos nanas de Paulette, fue a despertarla para llevarla a la escuela y notó su desaparición; notificó a la Sra. Lizette y comenzó la búsqueda en el edificio ubicado en la calle Hacienda del Cuervo. Mauricio Gebara notificó a su hermana de la desaparición de su hija, quien informó a las autoridades de Huixquilucan del caso, luego, el alcalde lo notificó al Fiscal General del Estado de México.

Paulette no apareció, su familia había buscado en todo el departamento y el edificio. No hubo señales de robo o secuestro, las chapas estaban intactas, como las ventanas y todos los accesos a la casa. El complejo de viviendas tenía vigilancia, pero nadie vio nada, no podía salir sola, dijeron, porque tenía una discapacidad motora y del lenguaje.7

Por la tarde, el Procurador General del Estado de México difundió un póster con una foto de Paulette y algunos datos que daban cuenta de su edad, apariencia y deficiencias físicas. La tía de Paulette, Arlette Farah, envió correos y subió la foto de la niña a las redes sociales, donde las noticias se difundieron con gran velocidad y los cibernautas desencadenaron una búsqueda masiva. Por la noche, Lizette Farah llamó al presunto secuestrador, pidió que le devolvieran a su hija que la dejaran en un centro comercial o un lugar abarrotado y aseguró, en televisión, que no habría represalias. Lizzete no lloró, pero parecía nerviosa en los videos. Después de la notificación, distribuyó folletos con la cara de Paulette, ordenó poner anuncios en televisión y transporte público.

Mauricio también apareció en los medios pidiendo que le devolvieran a su hija, recordó que había salido a trabajar la mañana del lunes 22 de marzo, cuando aparentemente Paulette había desaparecido. El 29 de marzo, el Procurador General del Estado de México anunció que Mauricio Gebara y Lizette Farah, padres de Paulette, así como las hermanas Erika y Martha Casimiro, niñeras de Paulette, estarían enraizadas en falsedades e inconsistencias en las declaraciones.

"Cada uno de ellos en un momento dado ha falseado su declaración, lo cual ha dificultado conocer la verdad de los hechos y esclarecer una línea de investigación firme ", dijo el entonces abogado Alberto Bazbaz.

El 30 de marzo, los padres de Paulette pasaron unas horas en la Procuraduría Mexiquense y luego fueron trasladados a un hotel donde cumplirían su arraigo, ese mismo día, los expertos de la unidad colocaron mantas en el hogar para llevar a cabo la reconstrucción de los eventos con la presencia de los padres.

El 31 de marzo, alrededor de las 2:00 a.m., el cuerpo de Paulette fue encontrado muerto en su propia habitación, donde anteriormente los expertos habían ido con perros entrenados y donde la madre de la niña había dado entrevistas.78 Paulette había muerto de un accidente por "asfixia mecánica debido a la obstrucción de las cavidades nasales y compresión tórax-abdominal", dijo Alberto Bazbaz.

La autopsia reveló que Paulette había ingerido alimentos al menos cinco horas antes de su muerte, otro punto que señalo el reporte referente al aspecto exterior es que el cadáver presentaba dos segmentos de tela adhesiva rectangulares en posición vertical sobre ambas mejillas, además de señas de un golpe en el codo y rodilla izquierdos, las conclusiones también revelaron que en el cuerpo de la niña desaparecida el 22 de marzo y que fue encontrado el 30 de marzo por la noche, no había signos de violencia física o sexual. La misma necropsia estableció que su muerte se registró entre cinco y nueve días antes de que se fuera realizado el análisis, del cual se informó el 31 de marzo

El 3 de abril, la madre de Paulette, Lizette Farah, inició un juicio de amparo contra el arraigo al afirmar que ella no había intervenido en los eventos que causaron la muerte de su hija. Especialistas indicaron que la mujer sufría de trastornos de la personalidad. Durante el procedimiento, la señora Farah se convirtió en sujeto de acusación formal. El 4 de abril: un juez concedió libertad a los padres y niñeras de Paulette. Mauricio Gebara salió del hotel donde estaba arraigado a las 10:20; Lizette Farah, principal sospechosa, a las 11:00 horas, y las niñeras Erika y Martha Casimiro, a la hora del mediodía. Ninguno pudo salir del país porque las investigaciones continuaron. El 5 de abril: en entrevistas separadas, Mauricio Gebara y Lizette Farah entraron en una guerra de acusaciones verbales, mientras que Lizette afirmó que su marido la culpaba por la muerte de Paulette, y dijo que la muerte no podía haber sido solo un accidente y que no podía poner las manos al fuego por su esposa.

El 6 de abril, el cuerpo de Paulette fue sepultado, la procesión fúnebre fue encabezado por la madre de la niña; la familia Gebara no asistió al entierro debido a un "acuerdo".

El 7 de abril, la familia Gebara le negó a Lizette Farah ver a su otra hija, Lizette, de siete años, quien se había quedado con la familia de su padre desde el domingo 4 de abril. El 10 de mayo, el Procurador General del Distrito Federal, quien también colaboró en el caso a pedido de su contraparte en el Estado de México, otorgó la custodia de la hermana de Paulette a su madre, Lizzette Farah, quien habia interpuesto una denuncia contra su esposo exigiendo la custodia de la niña.278 El 26 de mayo, aunque Alberto Bazbaz había defendió la investigación y conclusiones del caso, renunció a su cargo como titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México diciendo que una Procuraduría necesita confianza para actuar con eficacia y la dependencia a su cargo la había perdido por los cuestionamientos de su actuación en las pesquisas de la muerte de Paulette Gebara Farah.

Mas de siete años después el 3 de mayo de 2017, el cuerpo de Paulette fue exhumado de su tumba y cremado, ya que las autoridades consideraron que sus restos ya no eran objetos de evidencia para la investigación del caso.7814


Declaraciones de las niñeras de Paulette
Las niñeras de Paulette, Ericka y Martha Casimiro, aseguraron que el cuerpo de la niña no estaba debajo del colchón, con Casimiro declarando

"Yo busqué en el baño, debajo de la cama y en el clóset. Vi que no estaba y también me metí en la recámara de la señora a buscar, hacia la otra recámara de la niña (se refiere a la habitación de la hermana mayor de Paulette, Lisset de 7 años) y de ahí nos empezamos a buscarla otra vez. Y volví a buscarla en la recámara", dijo Martha Casimiro Cesáreo, con 35 años de edad.

Y Ericka declarando;

"De hecho, de haber sido así yo creo que nos hubiéramos dado cuenta, ya que entraron miles de personas a buscarla, se hizo la cama, cosa que yo nunca vi el colchón recorrido hacia atrás, tampoco vi un bulto ni nada, o sea no se me hace lógico que hubiera podido estar ahí el cuerpo desde el día lunes", sostuvo.

Grabación entre la madre de Paulette y su hermana mayor
Durante la investigación del caso, se publico una grabación entre la madre de Paulette, Lizette y su hermana mayor de 7 años con el mismo nombre que su madre, en la que recomienda a su hija no decir nada sobre la desaparición de Paulette, para que no fueran culpados, con las siguientes palabras:

"La pequeña Lizette le pregunta ‘¿por qué mamá?' y le contesta ‘porque sino nos van a echar la culpa de que nos la robamos o de que tú la sacaste para que se la robaran.'"

Primeramente Lizette negó esto diciendo que la grabación había sido editada para que se sonara como si ella le estuviera diciendo a su otra hija ocultar cualquier información, pero mas tarde aceptó que estas fueron las palabras que le dijo a ella declarando "Si tuve la conversación con mi hija, pero no en el contexto en que lo ensañaron ."

Pijama de Paulette
En 2010 vía YouTube, un vídeo titulado 'El extraño caso de la pijama de Paulette' con fotografías de su cuerpo vestido en una pijama con figuras de renos, tomadas por expertos y diseminados en algunos medios, segundos después, muestran el video de una entrevista con la madre de la pequeña niña hecho por el programa Hechos de Fuerza Informativa Azteca en el cual la misma pijama aparece sobre la cama de la niña.

Vídeo del descubrimiento del cadáver (no se ve mucho el cuerpo pero aviso por si acaso) Min: 2:40
 
Gracias @Antxo , leeré con detenimiento. Me da miedo y me fascina a la vez de lo que es capaz el ser humano.
Me gusta la psicología, la psiquiatría, la medicina forense, la antropología. Saber, en definitiva.
Te agradezco mucho los spoilers, soy incapaz de ver imágenes o vídeos crueles, me hacen daño.

Sigue, sigue con tu tarea, seguiré este hilo de cerca.
 
El caso del niño en la caja (Caso sin resolver)
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El caso —o el descubrimiento del caso— comienza en febrero de 1957 en la zona rural de Susquehanna Road, en Filadelfia, cuando un cazador que buscaba presas en zona prohibida comienza a recoger las trampas que había puesto a escondidas el día anterior.
Pero para su sorpresa el cazador encuentra, entre los descuidados arbustos, una pequeña caja que dice «frágil, manejar con cuidado». Como es cierto que la curiosidad es más fuerte que el hombre el cazador en cuestión decide observar dentro de la caja.
Lo que encuentra primero le resulta escalofriante, pero lo que encuentra después le resulta mucho peor.
El hombre asustado no tarda demasiado en darse cuenta de que lo que en principio creyó que era un raro muñeco hiperrealista de 1 metro de largo era en realidad el cadáver de un niño muerto lleno de marcas de golpes en la cabeza.
Frente a la macabra situación el cazador shockeado decide huir sin llamar a la policía, temiendo represalias o sanciones por haber estado cazando en donde no debía.
Luego de dos días —el 25 de febrero— llega entonces a la escena un hombre llamado Frederick Benosis notificando finalmente a la policía acerca del niño en la caja.

Lo que indicaron los análisis forenses fue que el cuerpo encontrado era el cuerpo de un niño de entre 4 y 6 años de edad con síntomas claros de maltrato. También señalaron que su pelo había sido cortado de forma apresurada breves momentos antes de su muerte o incluso después de la misma.
Por otra parte aunque los análisis encontraron al cuerpo lleno de moretones también encontraron que quien lo hubiera puesto en la caja lo había hecho con mucho cuidado y mucha delicadeza.
En esta misma linea los forenses indicaron que las uñas habían sido cortadas recientemente mientras que sus manos y pies mostraban señales de haber estado bajo el agua durante un tiempo prolongado.
Por otro lado los exámenes oculares indicaron que probablemente había sufrido algún tipo de enfermedad en los ojos.
También encontraron en los tobillos, en la ingle y en la barbilla cicatrices que podían indicar que el niño había sido sometido a numerosas cirugías.
Los forenses señalaron que el niño había comido seguramente 2 o 3 horas antes de morir y encontraron en su esófago un líquido que probablemente pudo ser vómito.
Finalmente los forenses no pudieron determinar cuánto tiempo había estado el cuerpo en el bosque debido a que el clima del lugar era demasiado frío, aunque indicaron que era bastante probable que la causa de muerte no hubieran sido los golpes en la cabeza.
Como resulta lógico los análisis también se extendieron a la caja en la que fue encontrado el pequeño niño. Según se supo la caja era proveniente de una tienda de muebles llamada JC Penny y era probablemente una caja pensada para contener una cuna.
La parte del asunto que motivó a los investigadores fue que la caja contaba todavía con un número de serie visible mediante el cual iban a intentar averiguar el número de envío.
Pero los investigadores también encontraron en la caja la dirección de un a tienda que se encontraba a tan solo 25 kilómetros del lugar.
Por otro lado en la caja no se encontraron huellas dactilares pero sí se encontró cerca de su ubicación una gorra y una correa de cuero con hebilla.
Para poder resolver el caso los oficiales hicieron circular fotos del niño.
Ellos creyeron que iban a resolver el caso rápidamente. Pero no lo hicieron.
Finalmente los investigadores encontraron que se habían vendido 12 cunas de ese estilo de las cuales no había registro, debido a que los compradores solían pagar en efectivo.
Sin embargo 8 de los compradores aparecieron después de leer sobre el caso en las noticias aunque todos habían tirado la caja o la habían utilizado para guardar objetos en sus casas. Nunca se supo quienes fueron los otros 4 compradores, incluso hasta la fecha de hoy.
Por otra parte, la dueña de la tienda —Hannah Robbins— no pudo recordar el rostro de los compradores ni aportar nuevos datos al respecto.
Frente a la incertidumbre y la desesperación la policía comenzó a recorrer casa por casa con la foto del niño pero nadie lo reconoció. Las huellas dactilares y la información del ADN del niño fueron enviadas a hospitales pero no se pudo encontrar ninguna coincidencia.
Frente a la frustración las autoridades llegaron a vestir y sentar al niño con la intención de hacerlo ver más familiar para ver si alguien era capaz de reconocerlo en las fotos de esa forma pero tampoco fue de utilidad.
Incluso la Asociación Americana de Médicos distribuyó información y fotos del niño con la esperanza de encontrar a quien hubiera hecho las operaciones pero todo el esfuerzo fue en vano.
Una de las teorías más fuertes e impactantes del caso surge cuando Remington Bristow —un ayudante del forense del caso— se contactó con un psíquico que le sugirió buscar una en una casa de acogida ubicada a menos de 2 kilómetros y medio.
Cuando los investigadores decidieron investigar dicha casa encontraron una cuna similar a la que habría estado dentro de la caja en donde el niño fue escondido y encontraron también varias mantas similares a la manta en la que el niño había sido envuelto.
Si bien Remington Bristow estaba seguro de que el niño había sido asesinado por alguien de la casa —sobre todo sospechaba de Arthur Nicoletti— no se pudieron encontrar pruebas de que él lo hubiera hecho.
Por otra parte —durante el año 2002— una mujer llamó desde Cincinnati y en un discurso descrito como «perturbador» ella le dijo a la policía que su madre había comprado al niño en 1954 y que lo había sometido a horribles abusos físicos, psicológicos y sexuales.
Los policías relacionaron esta nueva información con un testimonio recogido años atrás en el cual una persona había visto a dos mujeres en la fecha y en la zona en donde el cuerpo del niño había sido encontrado.
Sin embargo esta teoría terminó siendo descartada debido a que descubrieron que la mujer que había hecho la denuncia tenía graves problemas mentales y no pudieron encontrar ninguna prueba que afirmara lo que ella les había dicho.
A día de hoy el caso sigue sin resolverse.
 
La desaparición de la familia McStay
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Los McStay desaparecieron el 4 de febrero de 2010. Las autoridades fueron alertadas por los familiares y amigos de la pareja después de que pasaran varios días sin tener noticias de ellos.
Cuando la policía visitó su casa todo parecía estar en orden y no había signos de violencia. De hecho, los investigadores creen que la familia abandonó la vivienda con prisa, ya que encontraron restos de comida en la cocina y el salón. Los perros de la familia habían sido alimentados por los vecinos.
Su automóvil fue hallado días después de su desaparición aparcado a unas cuadras del paso fronterizo de San Ysidro. En el maletero del vehículo estaban los regalos de cumpleaños de uno de los niños pero no había ni rastro de los McStay.
Antes de desvanecerse sin dejar rastro, Joseph tenía un próspero negocio de instalación de fuentes de agua, mientras que su esposa Summer cuidaba en casa de sus dos hijos. Según las autoridades, no se les conocían enemigos.
Ni las cuentas bancarias de la pareja -en las que había unos US$100.000- ni sus teléfonos celulares registraron actividad alguna tras su desaparición.
En los meses posteriores al suceso cobró fuerza la teoría de que los McStay habían cruzado a pie la frontera hacia México.
La policía pasó semanas analizando las grabaciones de las cámaras de seguridad del paso de San Ysidro hasta dar con unas imágenes en las que se veía a una pareja con dos niños abandonando Estados Unidos.
Ello, sumado a una búsqueda de internet que se realizó en un computador de la familia sobre los documentos necesarios para viajar a México, parecía confirmar que los McStay habían salido del país de forma voluntaria.
Pero sus familiares nunca aceptaron esta explicación. Las imágenes de las cámaras de videovigilancia eran demasiado borrosas y no encontraban ningún motivo para que los suyos abandonaran la apacible vida que llevaban en Fallbrook, donde hacía unos meses habían comprado una casa nueva.
"Mi hijo no se marchó. No entraron en México. Nunca hubieran hecho eso", aseguró a los medios el padre de Joseph, Patrick McStay
El 11 de noviembre de 2013 se encontraron unos restos humanos en dos fosas en el desierto de Mojave (California) que posteriormente fueron identificados como los cuatro cuerpos de la familia McStay.
Dos años después de encontrarse los cuerpos el exsocio de Joseph, Carlos “Chase” Merrit, fue detenido acusado de haber matado a la familia. Se cree que los asesinó porque tenía una deuda con ellos de 30.000 dólares. Todavía no ha sido juzgado
 
El caso Nevada Tan
Natsumi Tsuji “Nevada Tan” (“La Niña Nevada”) es como comúnmente, debido a la sudadera gris que usó al momento del crimen, se conoce a la japonesa Natsumi Tsuji, célebre por un asesinato que cometió cuando tenía once años y estudiaba en una escuela de Sasebo, en Nagasaki, Japón. -La historia de Nevada Tan: Natsumi era una chica de once años a la que le gustaban los deportes (particularmente el básquetbol), el internet, el anime, las películas y otras cosas más que calificaríamos de “frikis”. Era una alumna excelente, siempre obtenía las mejores calificaciones, y no le costaba, ya que su coeficiente intelectual era de casi 140 puntos. Fue, durante mucho tiempo antes de su crimen, una niña sana y alegre, o al menos eso parecía.
No se sabe bien hasta qué punto, pero muchos señalan que, en los inicios del torcido camino que condujo a Natsumi al homicidio, estuvo su temprana exposición y afición a ficciones cuya violencia no era apropiada para personas de su edad. Dicen que adoró la película japonesa Battle Royale, en la cual se mostraba a una sociedad futurista donde los escolares, por desafiar a sus maestros, eran forzados a participar en un reality show donde se seleccionaba (como en Juegos del Hambre) al azar a un grupo de estudiantes de secundaria, y estos eran enviados a una isla desierta con un collar letal. Si se intentaban quitar el collar, morían, si pasaba cierto tiempo, también el collar explotaba y morían: solo podía sobrevivir el que quedará vivo después de una matanza que, lógicamente, debía efectuarse antes del tiempo de autodestrucción de los collares. Junto a Battle Royale, entre sus películas favoritas también se contaba Voice, film donde la protagonista es una joven que enloquece y se transforma en asesina Paralelamente a la intensificación de este tipo de aficiones, Natsumi comenzó a dar menos importancia a sus estudios y a encerrarse en sí misma. Inclusive, Natsumi diseñó su propia página web dedicada al terror, la violencia extrema y el guro, un género japonés a medias entre el hentai (de carácter por**gráfico) y el gore (donde se ven mutilaciones, sangre, etc). Era a ese portal donde ella subía sus propias y macabras animaciones flash, que fueron bien acogidas y contribuyeron a darle cierta fama en la subcultura del mundo guro. Todas las cosas anteriores, naturalmente contribuyeron a aumentar la inmersión de Natsumi en un mundo de ficciones que, en cierto modo y medida, la habituaban a la violencia y la predisponían a la misma, en parte debido al carácter que estas asumían como refugio reactivamente adoptado ante un entorno socio cultural (el de Japón) que, en su elevado índice de suicidios, evidencia fallos estructurales a nivel de las relaciones entre las necesidades subjetivas de los individuos, y las exigencias que el sistema les impone para sobrevivir dentro del mismo.
Satomi Mitarai de 12 años, la víctima y alguna vez amiga de Natsumi Tsuji. Era pues esa la Natsumi que un día entró en discusión con su amiga Satomi Mitarai (de doce años). Ambas discutían por quién era la más popular, pero Satomi llevó la pelea a otros espacios y publicó en Internet comentarios calumniosos donde afirmaba que Natsumi era “una gorda”. Eso colmó la paciencia de Natsumi, y actuó como un elemento que precipitó también la agresividad que, debido a otros problemas, Natsumi guardaba dentro de sí. Primeramente, Natsumi reaccionó aislándose más en el internet, y saliendo menos de casa, junto a lo cual también descuidó todavía más los estudios, cosa que hizo a su madre obligarla a dejar el equipo de baloncesto para emplear ese tiempo en los estudios. Posteriormente Natsumi volvió a meterse al equipo, esta vez con el consentimiento materno, aunque después lo dejó por cuenta propia y volvió de nuevo a las bajas calificaciones. Al parecer, la niña se encontraba descolocada, auto marginada, frustrada y con una buena cantidad de enojo guardado que, como sabemos, puede estallar en el momento menos pensado… En efecto, cierta mañana Natsumi acudió a la escuela y amenazó a un compañero del aula con un cuchillo. Le dieron una sanción disciplinaria, pero continuó mostrando una conducta agresiva por algunos días, aunque eso era solo una pequeña muestra de lo que estaba por venir. Antes del gran crimen, el primero de junio del 2004, Natsumi y Satomi se tomaron una foto que es bastante simbólica para quienes han estudiado el caso. En ella está un grupo de alumnos y, separadas y puestas una en cada extremo, se ve a Natsumi y Satomi, ambas haciendo una señal de “V” (que representa la victoria) con los dedos. Esa es la última foto que se conoce de Satomi en vida…
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Y es que, justo el mismo día de la foto, Natsumi llevó a Satomi a una sala vacía donde le vendó los ojos, todo con actitud de amistad, y simulando que era un juego. Allí sacó un cortapapel y la degolló, dejándola tirada en el suelo, viva pero sangrante. Luego se alejó caminando, mientras Satomi expiraba, ahogada en su propia sangre… Nadie olvidaría jamás la imagen de Natsumi después de la venganza. Llevaba una falda de mezclilla, unos zapatos tenis blancos, y una sudadera gris con la palabra “NEVADA” en el pecho y un cortapapel ensangrentado en el bolsillo. En su ropa se veían manchitas de sangre que delataban un posible crimen, pero ella estaba calmada, y sonreía maliciosamente mientras bajaba las escaleras y miraba a los alumnos que la fotografiaban impresionados. Fue esta la imagen que dio la vuelta al mundo, otorgándole el sobrenombre de “Nevada Tan” o “Nevada Chan”, que en japonés quiere decir “La Niña Nevada"
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A la izquierda vemos a Natsumi, fotografiada justo después de cometer su asesinato. En la foto de la derecha, vemos nuevamente a Natsumi en la parte izquierda, mientras que a su víctima en la derecha, ambas señaladas con flechas rojas. Satomi, su víctima, murió por subir a internet comentarios en que tachaba a Natsumi de gorda, todo tras discutir con ella sobre cuál de las dos era más popular… Cuando el profesor vio a Natsumi con sangre en la ropa y después subió y encontró el cuerpo inanimado y degollado de Satomi, inmediatamente llamó a la Policía. En poco tiempo los agentes estaban en el lugar y Natsumi confesó su crimen, diciendo con una mezcla de inocencia y arrepentimiento: “He hecho algo malo, ¿cierto? Lo siento, lo siento mucho”. Ya en la comisaria, Natsumi se negó a comer todo lo que le ofrecieron, lloró varias veces, e intentó justificarse diciendo que había matado a Satomi Mitarai porque ésta la llamaba “mosquita muerta” y había colocado en internet comentarios falsos en que la tachaba de “gorda”. El 15 de septiembre del 2004 Natsumi fue declarada culpable de asesinato en primer grado, recibiendo la condena de nueve años de internamiento en el reformatorio de la prefectura de Tochigi. Como medida de protección, el gobierno japonés prohibió que se difundiera y publicara el nombre de la pequeña, a la cual simplemente llamaban “Chica A”; sin embargo, cierta noche un conductor de noticias de TV Fuji pronunció por accidente el supuesto nombre real de la chica: “Natsumi Tsuji” En cuanto a la chica, ya recluida, fue visitada por psicólogos y psiquiatras criminalistas, y sometida a múltiples exámenes y test. Sorprendentemente se concluyó que era una chica casi completamente sana, con un único trastorno consistente en el síndrome Hikikomori , el cual lleva a quienes lo padecen a buscar auto-aislarse para evadir las presiones del mundo exterior, entre otras cosas. Pero, mientras Natsumi continuaba recluida en el reformatorio, una legión de frikis y otakus hacían de ella una celebridad, al menos dentro de los espacios correspondientes a ciertas subculturas. Ella era “La Pequeña Nevada”, una ídolo que aparecía en mangas, animes, ecchis, guros, y hasta hentais… Inclusive se hicieron figuras de colección de ella, y en Japón se puede conseguir su versión de lego.
 
La desaparición de Etan Patz
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Era la mañana del viernes 25 de mayo de 1979 y, por primera vez, Stanley y Julie Patz le habían permitido a su hijo Etan, de 6 años, caminar en soledad dos calles hasta la parada del autobús escolar que debía recogerlo. Llevaba una gorra de Eastern Airlines, pantalones azules y un dólar para comprar un refresco. Dudaron, pero no temían demasiado: estaba a pocos metros de su loft en el SoHo de Manhattan, una de las zonas más concurridas de la ciudad.

Sin embargo, el pequeño nunca llegó a su escuela, ni a la parada.

A las pocas horas, se realizó la denuncia por la desaparición de Etan Patz, y Nueva Yorkcomenzó a conmoverse con la historia. A tal punto que muchos olvidaron la gravedad del hecho y comenzaron a debatir respecto a la responsabilidad de los padres por dejar al niño caminar solo por la ciudad. Esa mañana empezó un misterio que duraría 38 años
La desaparición de Etan conmocionó a Nueva York y al resto de Estados Unidos. Durante años, investigadores buscaron pruebas de un crimen que no dejó rastro. Hubo sospechosos, pero las autoridades no encontraron pruebas concluyentes. Las calles se llenaron de carteles de “desaparecido” con la foto del niño, los periódicos hacían llamamientos a quienes pudieran tener información y por primera vez en la historia los envases de leche también llevaban el anuncio del niño desparecido. Miles de padres vieron en Etan Patz y su familia un reflejo de la suya. Les podría haber pasado a ellos, a sus hijos, en su vecindario.
Su desaparición supuso la creación del Día Nacional de los Niños Desaparecidos (National Missing Children's Day) por parte del presidente Reagan en 1983. Se conmemora el 25 de mayo, día de la desaparición de Etan.

En 2012, cuando el cuñado de Pedro Hernandez, un antiguo empleado de almacén contactó a las autoridades al sospechar que podía ser el responsable del crimen. Tras ser detenido, Hernández describió cómo convenció al niño de que entrara en el almacén donde trabajaba, le asfixió y metió su cuerpo en una caja. Hernández confirmó con fotos que se trataba de Etan Patz.

En 2015, tras cuatro meses de juicio, un juzgado rechazó la culpabilidad del sospechoso y consideró más creíble el argumento de la defensa, que se basó en los problemas mentales de Hernández, una personalidad convulsa e inteligencia limitada. Alegaron que estos problemas ponían en cuestión la veracidad de su propio testimonio.

“El hombre lo hizo. Él lo dijo. ¿Cuántas veces tiene que confesar un hombre para ser creído? No es una alucinación”, dijo entonces Stanley Patz, el padre del niño desaparecido. Pero el jurado, de 12 personas, fue incapaz de acusar con unanimidad a Hernandez como autor del crimen ante la falta de evidencia.

La fiscalía retomó el caso en octubre de 2016. A falta de nuevas pruebas, apostó por profundizar en los detalles que proporcionó Hernandez durante su confesión en 2012 del día en que asesinó al pequeño. El nuevo jurado ha acabado ahora convencido de la culpabilidad del sospechoso. En 2017 Hernández fue condenado a pasar su vida en prisión, podrá acceder a libertad provisional en 25 años.
 
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