'Asesinato en el Orient Express

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ESTRENOS DE CINE
'Asesinato en el Orient Express': Poirot, tú antes molabas

Kenneth Branagh dirige y protagoniza este 'remake' que adapta una de las novelas más populares de Agatha Christie con un reparto repleto de estrellas


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Fotograma de la versión de Lumet de 'Asesinato en el Orient Express'.

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MARTA MEDINA
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@MartaMedinadelV
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TIEMPO DE LECTURA5 min
24.11.2017 – 05:00 H.

Si algo tienen las novelas de Agatha Christie, es la habilidad para mantener el suspense —y al lector atrapado—, el ingenio para sorprender con los desenlaces más maravillosamente enrevesados y, sobre todo, mucha, mucha ironía. Sidney Lumet comprendió perfectamente la esencia de la literatura de Christie en su adaptación de 1974 de 'Asesinato en el Orient Express', una película entretenidísima —no es una obra maestra, pero sí deja un regusto amable indeleble— que consiguió uno de los seis Oscar a los que estuvo nominada, con la estuilla a mejor actriz de reparto para Ingrid Bergman, y que contó con el reparto que uno salvaguardaría en una cápsula del tiempo si quisiese resumir la historia del Hollywood del siglo XX a través de un puñado de sus grandes estrellas: Lauren Bacall, Bergman, Sean Connery, Jacqueline Bisset, Anthony Perkins, Vanessa Redgrave y Martin Balsam. Un fulgor como para quedarse ciego. Sin olvidar al excéntrico, sarcástico y carismático Poirot de Albert Finney. Muy esdrújulo todo.


No podía ser otro que el actor-barra-director más shakespeariano de Hollywood quien se atreviese a adaptar de nuevo al cine una de los títulos más leídos de Christie; Kenneth Branagh no sólo dirige esta nueva versión de 'Asesinato en el Orient Express', sino que también se reserva el personaje del perspicaz Hercule Poirot. Con el precedente del filme de Lumet en mente, Branagh ha reunido un grupo de actores a la altura de las expectativas —ajustadas al Hollywood contemporáneo—, en el que es, probablemente, el reparto coral más reconocible del año.





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Kenneth Branagh, además de dirigir la película, interpreta al detective Hercule Poirot. (Fox)


'Asesinato en el Orient Express' está ambientada en 1934 —el mismo año de su publicación—, un momento en el que Europa estaba sumida en la decadencia previa al estallido de la Segunda Guerra Mundial, en que el romanticismo y la aventura del colonialismo decimonónico habían quedado atrás, y cuyas aspiraciones de expansión territorial quedaban soterradas por la necesidad de, simplemente, mantener la integridad dentro de sus propias fronteras. Una época de desencanto en la que precisamente el Orient Express representa el espejismo del esplendor pasado al que agarrarse como a un clavo ardiendo, como una Norma Desmond geopolítica en sus últimos estertores. De una Constantinopla reconvertida en Estambul a un París en el que la fiesta ya se había acabado. Christie tuvo la ocurrencia de utilizar este palacio sobre vías como el escenario de un asesinato del que todos los viajeros —de clase alta, no hay que olvidarlo— son culpables en potencia. Lo más alto de la pirámide enfrentado a sus instintos más bajos.

Después de una escena en Jerusalén que únicamente sirve para demostrar su perspicacia —y probablemente revelar un trastorno obsesivo-compulsivo— y constatar que es el mejor detective del mundo, Hercule Poirot (Branagh) decide tomarse un tiempo de vacaciones y subirse al Orient Express, una oportunidad para desconectar de la investigación criminal. "Tengo la habilidad de ver la realidad como debería ser, no como es, así que cualquier imperfección destaca como una nariz prominente de perfil", explica en relación a su olfato detectivesco.



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Johnny Depp, en un momento de 'Asesinato en el Orient Express'. (Fox)


Una vez en el tren, uno de los viajeros, el inquietante y turbio Edward Ratchett (Johnny Depp), intenta contratar los servicios de Poirot para proteger su vida después de haber recibido una serie de amenazas de muerte. Una oferta que Poirot, que quiere seguir con sus vacaciones, rechaza. Cuando el cadáver de Ratchett aparezca en su compartimento acuchillado con nocturnidad y saña, Poirot comenzará la investigación del crimen. Dentro de un tren en marcha, el asesino no puede ser sino uno de los viajeros. Desde una princesa (Judi Dench) a un mayordomo (Derek Jacobi), pasando por un médico afroamericano (Leslie Odom Jr.), una 'nanny' (Daisy Ridley), una misionera española (Penélope Cruz), una solterona casquivana (Michelle Pfeiffer) y un supuesto supremacista alemán (Willem Dafoe) —entre otros—, Poirot investiga uno a uno a todos los pasajeros del Orient Express. Probablemente el reparto con más nominaciones por metro cuadrado en mucho tiempo, sí, pero tener a Judi Dench en plantel para reducirla a dos frases y tres planos debería ser punible.

En su película, Branagh ofrece una reflexión sobre las falsas apariencias, pero, sobre todo, sobre el concepto de justicia y la necesidad de que esta, en ocasiones, se despegue de la literalidad del texto para no acabar completamente deshumanizada. Una idea que hace explícita con un monólogo grandilocuente, teatral y demasiado grave, el punto culmen de una propuesta afectada que se aleja del espíritu ameno y mordaz de la novela de Christie. Branagh no entiende que, después de partir de unos personajes hiperbólicos y una trama totalmente alejada del realismo, empujar a 'Asesinato en el Orient Express' a un tono existencialista y moralizante supone darle a la película un empaque que no necesita. Christie no necesita justificación, como tampoco debería necesitarla Branagh.



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Imagen promocional de 'Asesinato en el Orient Express'. (Fox)


Porque aunque la película deja ver destellos del absurdo de, por ejemplo, 'Mucho ruido y pocas nueces' (1993), a 'Asesinato en el Orient Express' le falta humor e irreverencia. Y a su Poirot, cierta extravagancia menos... irritante. Aun así, el filme es una exhibición del talento interpretativo de estos pesos pesados del cine de Hollywood, un deleite visual a nivel de arte y vestuario, con esa pátina nostálgica de comienzos de siglo XX, cuando la decadencia significaba que todavía había algo que quedaba por decaer.



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Cartel de 'Asesinato en el Orient Express'.


'Asesinato en el Orient Express' queda muy lejos tanto de la adaptación de Lumet como de las mejores película de la carrera de Branagh como director. El norirlandés, acostumbrado al drama de Shakespeare, no ha sabido limitarse —que no rebajarse— a los contornos de un personaje ligero y caricaturesco y de una historia que trasciende por su ingenio y originalidad, pero no por su peso existencialista. Branagh ha cometido el pecado de tomarse a sí mismo demasiado en serio. El resultado: lo que debería ser un pequeño divertimento familiar acaba sucumbiendo al tedio. Eso sí, un tedio lleno de lujo y boato.

https://www.elconfidencial.com/cult...o-en-el-orient-express-penelope-cruz_1481953/
 
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