Un caso más o menos equivalente a este, en Estados Unidos por ejemplo, lo hubieran desentrañado mucho mejor. No tengo ninguna duda. Y que conste que no soy para nada pro anglosajón ni pro USA, que hoy en día está todo el día todo el mundo con el inglés y con las costumbres de esos países -los anglosajones-, que parece casi que somos colonias de ellos -y lo somos en el aspecto cultural-. Pero en este terreno nos dan mil vueltas. En aquellos años, la policía española no estaba para casos así, y me refiero también por ejemplo al de los galindos, que sería comparable. Ahí se quedó muerto de risa también ese caso. La policía española -y la guardía civil- estaba preparada para lo que estaban mejor entrenados por la práctica: ladrones de gallinas, chorizos rurales, delincuencia carpetónico-pedrestre con pruebas sencillitas y lugareños muy dispuestos a darle al palique para que la policía o la guardia civil hilaran datos con más facilidad, o bien tráfico de drogas y delitos conexos que la policía husmeaba ya razonablemente bien por la cantidad de veces que se había detenido a jóvenes delincuentes y tenían ya el contexto de esa delincuencia más trabajado.Esa investigación dejó mucho que desear. Como ejemplo, la pistola y los casquillos desaparecieron de dependencias policiales. Eso ya nos da una idea de lo chapucero de todo. Bastante con que dieron con el autor material de los asesinatos. Aunque da rabia que los autores intelectuales siguieran haciendo su vida como si nada.
Es cierto lo que dices, de la pistola y los casquillos, pero es que aunque no hubieran desaparecido, a los autores intelectuales no habrían sabido cómo atraparlos. La incapacidad policial era de más calado. Por ejemplo, hablando de este caso, estando en prisión Javier Anastasio, hablamos del año 85, le iba a visitar Romero Tamaral y otros, y le preguntaban -igual que en prisión habían estado visitando a Rafi-, y Javier les decía bien a las claras que "según lo que me tiene dicho Rafi, Juan y Miriam están implicados". Esto Javier lo sabía de sobra, pero lo presentaba a la policía como un testigo que pasaba por allí, y al cual el autor ya condenado, le informaba. Pues con estos datos y testimonios, no eran capaces de hilar nada para tratar de atrapar a la trama intelectual.
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