ARQUITECTURA

ARQUITECTURA
Las afueras no son Mordor: cinco edificios del extrarradio que rescatan los arquitectos y por qué

Repasamos proyectos tan amados como odiados pero que, en los últimos 20 años, han hecho de la periferia madrileña un destino arquitectónico a reivindicar


1546532105_431806_1546705431_noticia_normal.jpg


Imagen de las colmenas, de José Banús, cárcel física y mental de Carmen Maura en '¿Qué he hecho yo para merecer esto?' (Pedro Almodóvar, 1984).



IANKO LÓPEZ
9 ENE 2019



El extrarradio madrileño tiene mala fama. Más que ninguna otra cosa, su mención nos evoca aquellas colmenas —los bloques de viviendas del barrio de La Concepción pergeñadas en los años cincuenta por el constructor afecto al régimen José Banús—, que operaban como cárcel física y mental para Carmen Maura en la obra maestra de neorrealismo pop que era ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), de Pedro Almodóvar. Sin embargo, cuando, tras un mínimo receso, la burbuja inmobiliaria del centro ha retomado con entusiasmo la escalada de tiempos anteriores, muchos están redescubriendo las afueras como una posibilidad habitacional.

Este fenómeno ofrece varias lecturas: una destacaría el efecto expulsión de quienes se consideran los habitantes naturales del cogollo central, mientras otra augura un futuro más brillante para esos suburbios hasta ahora ignorados por la modernidad, o considerados como mucho un origen contingente, jamás un destino deseable.

"Al contrario que otras ciudades europeas de su tamaño, Madrid está en exceso centralizada y carece de otros centros que sean atractivos", admite el arquitecto, comisario y gestor cultural Javier Peña. Pero quizá estemos asistiendo al principio del fin de esta situación. Y, entre tanto, de la mano de nuestro comité de expertos en arquitectura, nos fijamos en algunas joyas que llevan un tiempo esperándonos desde su modesta posición periférica.


La biblioteca del barrio chino de Madrid


1546532105_431806_1546704001_sumario_normal.jpg




Con más de 4.000 metros cuadrados de superficie repartidos en siete plantas, la Biblioteca José Hierro (2003), de Iñaki Ábalos y Juan Herreros ("Se ha abusado de edificios de postal"), se inauguró en un momento en el que todo proyecto parecía posible y ningún presupuesto descabellado. El Ayuntamiento aportaba el suelo y la Comunidad de Madrid los fondos económicos. Y lo cierto es que el resultado presenta una innegable elegancia, además de un carácter icónico favorecido por su altura.

Así, Clara Moneo y Valerio Canals, socios del estudio Canals Moneo, destacan esta "solución vertical a un programa típicamente horizontal" como es el de una biblioteca, que la dota de identidad y la convierte en "una pequeña torre que actúa como referente natural del barrio" de Usera, conocido ya como el epicentro chino de Madrid.

Y concluyen: "Haciendo de la necesidad virtud, y sin ningún afán de protagonismo, resuelve lo urbano y lo arquitectónico de una vez. Es un proyecto al que su deliberada parquedad le hace precisamente cobrar su justificado protagonismo y valor".


"El feo de Sanchinarro"


1546532105_431806_1546704155_sumario_normal.jpg



Desde su construcción se ha dicho que es uno de los edificios más feos de Madrid, y de hecho durante un tiempo fue presencia habitual en los rankings del espanto. Pero Mara Sánchez Llorens, arquitecta y comisaria, no es de la misma opinión: "Quizá la extrañeza de su lenguaje, ajeno al Madrid de aquel momento y de ahora, es lo que más impacta. También destaca por su escala muy superior a la de todo lo que pasa alrededor: emerge en Sanchinarro casi como un arco del triunfo contemporáneo. Pero es uno de los casos que más han transformado la imagen del extrarradio de Madrid".

Sánchez Llorens procede a ubicarnos en los objetivos que se perseguían con el Edificio Mirador (2005), del estudio MVRDV y Blanca Lleó: "Entonces se explicó como una manzana tradicional del ensanche madrileño que 'se ponía de pie' a favor del espacio libre que quedaba alrededor. Visitar el mirador hoy solo es posible para los propietarios, pero en origen iba a ser un espacio público al que se llegaba a través de unas escaleras mecánicas gigantes. A mí me gusta pensar que encuadra —como si se tratara de un visor monocular— el maravilloso y lejano paisaje serrano que le rodea y al que muchos urbanitas viajamos con la imaginación".


La casa- reloj solar rodeada de vivienda de nuevo rico


1546532105_431806_1546704266_sumario_normal.jpg

MIGUEL GUZMÁN


Casa Turégano es una vivienda unifamiliar a base de planos de hormigón y cristal, y que sin embargo por su sofisticación no podría estar más alejada del vulgar minimalismo para nuevos ricos. Manuel Blanco, director de la ETSAM (Escuela Técnica Superior de Arquitectura, de la Universidad Politécnica de Madrid), directamente considera que si hay un sitio donde se detiene el tiempo y se entra en otra dimensión es esta casa: "Alberto Campo Baeza, profesor de mi escuela, la construyó en 1988 para la familia del diseñador gráfico Roberto Turégano, ahora presidente de DIMAD (Asociación de Diseñadores de Madrid), y la gran actriz Alicia Sánchez".

Se trata de un cubo de 10x10x10 metros "con un rico y complejo sistema espacial en el que la luz marca el espacio y el ritmo pautado del tiempo. Un cubo terso —y tenso— que se vuelca sobre el jardín y que nos enseña a entender la arquitectura no solo como un cobijo, sino como una experiencia que enriquece nuestras vidas".


El segundo intento del Ensanche de Vallecas


1546532105_431806_1546704370_sumario_normal.jpg



El Eco-bulevar de Vallecas (2007) es un ambicioso proyecto que pretendía dar un nuevo giro a la fallida operación de ensanche del Plan de Actuación Urbanística de Vallecas, con una vertiente social y también ecológica, gracias al diseño de unos "árboles de aire" o pabellones bioclimáticos de Belinda Tato.

El arquitecto, comisario y profesor universitario Javier Peña lo valora así: "Es un conjunto que reivindica una monumentalidad en un espacio y en un entorno en el que eso no se espera. Además traslada al espacio público la sostenibilidad medioambiental y social, algo que ahora está presente en todos los debates y planteamientos urbanos, pero no tanto cuando se inauguró hace más de 10 años".

Por eso, "es interesante que en el concurso se entendiera el espacio público como un espacio de todos, y que tuviera como objetivo su funcionamiento como soporte para actividades y acontecimientos, un espacio donde el ciudadano pudiera actuar en libertad y en el que tuviera cabida la espontaneidad".


Las viviendas sociales (y "defectuosas") de Carabanchel


1546532105_431806_1547027341_sumario_normal.jpg



Ni siquiera un premio Pritzker se libra de la polémica. El estadounidense Thom Mayne, ganador del "nobel de la arquitectura", era un fichaje estrella para los planes urbanísticos del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón en el extrarradio madrileño, pero graves defectos en la construcción de las viviendas llevaron a sus habitantes a interponer una demanda que acabaron ganando.

El arquitecto y profesor de la ETSAM Héctor Navarro, sin embargo, destaca las ideas que sostienen conceptualmente el proyecto, que considera "una especie de resistencia": "Se trata de una propuesta de gran porosidad que integra distintas tipologías de vivienda colectiva y recupera el paisaje natural. Cobra especial relevancia el tejido de baja densidad que parece evocar un pequeño pueblo. Patios públicos y privados que interactúan continuamente entre sí, pequeñas calles, y una propuesta paisajística buscan crear una estructura urbana vibrante que recupera el concepto de vecindario de antaño. La circulación rodada queda relegada a niveles subterráneos y el ciudadano se convierte en el absoluto protagonista".


La biblioteca premiada antes de existir y que une a un barrio fragmentado


1546532105_431806_1546704543_sumario_normal.jpg



La Biblioteca Pública Rafael Alberti (1998), en Fuencarral, obtuvo el Premio de Urbanismo, Arquitectura y Obra Pública de la Comunidad de Madrid nada más construirse, cuando no se había inaugurado y ni siquiera poseía fondos bibliográficos. El arquitecto hispanocolombiano Andrés Perea Ortega recurre al lenguaje del hormigón y el cristal con resultados muy escultóricos.

Andrés Jaque, alma mater del estudio Office for Political Innovation, lo defiende así: "Es al mismo tiempo una infraestructura pública y un monumento. Es una infraestructura porque hay pocos sitios en Madrid en los que leer y acceder al conocimiento sea algo tan placentero. Y es también un monumento porque, en un barrio fragmentado, el edificio celebra la posibilidad de producir cohesión social en torno al acceso al conocimiento. Es un espacio centrífugo, que permite concentrarse y al mismo tiempo dispara la curiosidad en todas las direcciones. Perea Ortega es un arquitecto fundamental en la historiografía de la reciente arquitectura europea y referencia obligada para los arquitectos jóvenes españoles. Para aquellos que no conozcan la biblioteca, vale la pena una visita".


https://elpais.com/elpais/2019/01/03/icon_design/1546532105_431806.html


 
El nuevo puzle de la arquitectura europea
Los 40 finalistas que aspiran al Premio Mies van der Rohe, entre ellos seis proyectos en España y tres estudios revelan cómo se está reparando y reinventando el continente


ANATXU ZABALBEASCOA
Madrid 16 ENE 2019



1547660823_685512_1547661942_noticia_normal.jpg

La terminal de cruceros de Lisboa. FERNANDO



La arquitectura siempre ha reflejado el poder. Por eso la más sobresaliente que se levanta hoy en Europa lo primero que plantea es quién y qué es el poder. En la respuesta convive la opción de sedes icónicas —como la que Bjarke Engels ha levantado para la empresa Lego en Billund, Dinamarca— con la de viviendas sociales —como las que el estudio IBAVI ha construido en Formentera—. Si el danés ha jugado a gran escala con el producto que fabrica su cliente para dibujar su edificio, los españoles han definido su postura empleando exclusivamente materiales de la isla. Han asumido que, aunque esa decisión pueda comportar un retroceso tecnológico, su arquitectura quiere reivindicar la memoria, crear puestos de trabajo y poner al día la tradición constructiva local. Entre esos dos polos, el galardón que concede la Unión Europea, el Mies van der Rohe, trata de definir la mejor arquitectura continental. Ayer se conocieron los 40 finalistas. Cuando el premio se falle, en primavera, resultará inevitable no leerlo como toma de postura.


Vivimos en el continente más urbanizado del mundo. Sin embargo, Europa está lejos de ser una región ya construida por la sencilla razón de que una ciudad nunca deja de reconstruirse. Es la transformación continua —y la capacidad de asimilar esos cambios— lo que define las urbes. Seguramente por eso entre los finalistas al Mies van der Rohe las intervenciones más sobresalientes son fundamentalmente reparadoras, de alto impacto cívico, con frecuencia pioneras y, mayoritariamente, con vocación social. Los arreglos que proponen son a veces energéticos, otras arquitectónicos, muchas veces urbanísticos y casi siempre de espacio público. El resultado puede reconvertir la arquitectura en topografía —como sucede en la nueva Terminal de Cruceros de Lisboa que Carrillo da Graça ideó como plaza pública junto al Tajo—. O puede transformarla en invento -como ocurre en la intervención para mejorar el aislamiento, sanear las fachadas y aumentar el espacio habitable de 530 viviendas de Burdeos con la que Lacaton-Vassal y Durot han dado otra impagable lección de ética, vocación, prioridades y falta de ego en el Grand Parc de la ciudad francesa-.

La progresiva peatonalización de orillas y centros urbanos ha resultado en notables espacios públicos. Algunos tradicionales, como la plaza Skanderbeg de Tirana (Albania), y otros novedosos como el graderío de viviendas que convive con comercios que Brandlhuber y Emde, Burlon, Muck Petzet han diseñado en Berlín. Sin embargo, es evidente que esa búsqueda de espacio para los peatones no está exenta de la necesidad de hacer un hueco a las crecientes cifras de visitantes de las ciudades europeas que han aceptado el turismo —y sus consecuencias— como su principal industria.


Vivimos en el continente más urbanizado del mundo. Sin embargo, Europa está lejos de ser una región ya construida por la sencilla razón de que una ciudad nunca deja de reconstruirse. Es la transformación continua —y la capacidad de asimilar esos cambios— lo que define las urbes. Seguramente por eso entre los finalistas al Mies van der Rohe las intervenciones más sobresalientes son fundamentalmente reparadoras, de alto impacto cívico, con frecuencia pioneras y, mayoritariamente, con vocación social. Los arreglos que proponen son a veces energéticos, otras arquitectónicos, muchas veces urbanísticos y casi siempre de espacio público. El resultado puede reconvertir la arquitectura en topografía —como sucede en la nueva Terminal de Cruceros de Lisboa que Carrillo da Graça ideó como plaza pública junto al Tajo—. O puede transformarla en invento -como ocurre en la intervención para mejorar el aislamiento, sanear las fachadas y aumentar el espacio habitable de 530 viviendas de Burdeos con la que Lacaton-Vassal y Durot han dado otra impagable lección de ética, vocación, prioridades y falta de ego en el Grand Parc de la ciudad francesa-.

La progresiva peatonalización de orillas y centros urbanos ha resultado en notables espacios públicos. Algunos tradicionales, como la plaza Skanderbeg de Tirana (Albania), y otros novedosos como el graderío de viviendas que convive con comercios que Brandlhuber y Emde, Burlon, Muck Petzet han diseñado en Berlín. Sin embargo, es evidente que esa búsqueda de espacio para los peatones no está exenta de la necesidad de hacer un hueco a las crecientes cifras de visitantes de las ciudades europeas que han aceptado el turismo —y sus consecuencias— como su principal industria.



1547660823_685512_1547662993_sumario_normal.jpg


14 viviendas sociales en Sant Ferran, Formentera, un proyecto diseñado específicamente para adaptarse al cambio climático. JOSÉ HEVIA




1547660823_685512_1547663195_sumario_normal.jpg


Proceso de transformación de tres edificios de viviendas sociales en el Grand Parc de Burdeos.PHILIPPE RUAULT




Por su parte, la arquitectura española sintetiza todas esas corrientes y añade cuestiones propias. De los seis proyectos finalistas erigidos en España, el más icónico —el sobresaliente auditorio de Plasencia de Selgascano— está lejos de ser una obra nueva. Lleva más de una década levantado aunque se haya inaugurado hace poco. Así, un hito arquitectónico internacional testimonia la falta de previsión de tantos políticos españoles a la hora de realizar encargos y pensar en su mantenimiento. El resto de los proyectos nacionales deja ver la búsqueda de una materialidad menos formal y una progresiva reducción de acabados que caracteriza la obra de H Arquitectes, doblemente finalistas, o el ingenio de García Germán al convertir un vivero de hidroponía levantado en un "no lugar" junto a una autovía madrileña en un ejemplo de arquitectura sostenible.

Otro atributo nacional es la cantidad de profesionales que han tenido que emigrar o han salido a trabajar. Entre la clase A de ese grupo, la Facultad de Radio y Televisión de Katowice, en Polonia, del estudio barcelonés BAAS demuestra cómo la celosía puede construir un tejido urbano. En Tallin (Estonia) Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano envuelven las fachadas de vidrio del sinuoso Centro de Música Arvo Pärt con un bosque de abedules y en Gante, RCR ha elegido una estructura metálica para levantar, en contraste con la ciudad antigua, la biblioteca De Krook junto al puerto.

Reparando, reinventando o poniéndose al servicio de lo que existe, la mejor arquitectura europea se aleja cada vez más de la voluntad de impactar para transformarse en un elemento de cohesión urbana. Así, entre tanta reparación y reinvención, se diría que la propia disciplina quiere reconvertirse en argamasa para unir la cada vez mayor pluralidad de las ciudades de un continente en crisis.



1547660823_685512_1547663264_sumario_normal.jpg


Detalle del interior del nuevo aspecto de los edificios en el Gran Parc de Burdeos. PHILIPPE RUAULT




https://elpais.com/cultura/2019/01/16/actualidad/1547660823_685512.html


 
INTERIORES
La casa de Ava Gardner que burló la represión del franquismo
¿En qué se parece la vivienda de la estrella de Hollywood en 'Arde Madrid' a la que de verdad tuvo en la capital en los años sesenta (aparte de en sus fiestas)?



1548353205_125181_1548427336_noticia_normal.jpg


La piscina de la casa de Ava Gardner en 'Arde Madrid' después de una bacanal, en una imagen del rodaje.



MIGUEL ÁNGEL BARGUEÑO
25 ENE 2019



Los 13 años que Ava Gardner vivió en Madrid dejaron huella, como bien saben camareros, taxistas, banderilleros y algún que otro torero. Veintinueve años después de su muerte (25 de enero de 1990), y gracias a recreaciones como la de la serie Arde Madrid (Movistar+, 2018), nos imaginamos la que fue su vivienda como un centro de operaciones del after hour madrileño de la época; un lugar donde no tenían cabida los tapetes de encajes, los visillos ni por supuesto las cruces de madera (salvo en el cuarto del servicio).

La serie escrita, dirigida e interpretada por Paco León (hace de chófer de la actriz) y los escenarios donde se desarrolla —como ese enorme salón con piano y acceso a la piscina, o la entrada con un modernísimo panel de madera— contribuyen a esa reconstrucción mental del universo de la "americana" libre y descarada.

"La casa que burló la represión", proclaman los autores de Arde Madrid en la web interactiva desde la que se puede navegar por sus salones o el dormitorio de la actriz, y encontrar objetos como el documento en el que la protagonista de Mogambo pedía el permiso de reunión pertinente a las autoridades del régimen: "La srta. Ava Gardner solicita de este Excmo. Ayuntamiento autorización para celebrar una reunión social con cantantes de flamenco a las nueve de la noche en su domicilio de la calle Dr. Arce 11, evento que podría congregar a gran cantidad de personas de bien. Rogamos comprensión por parte de los agentes de la benemérita, que siempre serán bienvenidos para comprobar el correcto devenir del evento. Dios guarde a Vd. muchos años. Saludo a Franco. Arriba España. Madrid, 15 de agosto de 1961".


La modernidad de la estrella de Hollywood era como una bofetada a los valores de una España constreñida en el más represivo nacional-catolicismo. En ese contexto la imaginación, puestos a elucubrar cómo sería la lujosa vivienda de Gardner en El Viso, sugiere sin esfuerzo un salón de la sofisticación del de la casa Vandamm, de Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959), con mobiliario escandinavo y arte chino y precolombino. Lo sentimos, fans de Ava, su verdadera casa en Madrid no era tan glamurosa.

Una mujer contemporánea rodeada de muebles clásicos
Pilar Revuela, ganadora de un Oscar a la Mejor Dirección Artística por El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2007), fue la primera encargada de diseñar el interior de la vivienda de Gardner para Arde Madrid y empezó documentándose a través de referencias variadas: "Quién era ella, dónde vivía, con quién estuvo, qué gente frecuentaba, qué se llevaba en ese momento, cómo era su casa en Estados Unidos, cómo era la de Madrid, cómo fue su casa posteriormente en Londres… Basándote en eso, te creas una especie de cuaderno de bitácora para poder ir recreando estos espacios". Encontró que la vivienda de la actriz no tenía nada de vanguardista. "Ella en Doctor Arce tenía una casa bastante más clásica", dice.


6b532aef81c109437bca8be8ccfde9c8.gif




Idoia Esteban, directora de arte de la serie, se llevó una impresión similar. "Investigamos cómo era su casa en realidad. Según las fotos que pudimos ver, tenía un estilo muchísimo más clásico [que el de la serie], tanto en los muebles como en toda la decoración". No representaba al personaje, así que el equipo de producción decidió crear para la actriz otra casa más pegada a la moda internacional. "Preferimos llevarnos el clasicismo al matrimonio Perón [vecinos de la actriz en la vida real y también en la serie], lo que nos servía para contrastar la actitud de unos y otros", explica Esteban. "No nos importó ser poco fieles a la realidad en este sentido. Como es una ficción nos parecía que de esa manera funcionaba mejor".

1548353205_125181_1548438414_sumario_normal.jpg



El objetivo de Paco León era reflejar el contraste entre la modernidad de la actriz y el tono rancio de la sociedad española de principios de los sesenta. "Ya en las primeras reuniones con Paco tenía muy claro que quería hacer una casa de Ava Gardner muy moderna", cuenta Esteban. "La decoración tenía que ser muy vanguardista, con muchas piezas de los cincuenta y sesenta, pero no irnos más atrás. Estar a la última. Reflejar a una mujer muy contemporánea", explica.

Cómo convertir una casa de los ochenta en una de los sesenta
"Se pretendía hacer algo que tuviera coherencia con la época, pero al mismo tiempo teníamos claro que no es un documental", dice Revuelta. "Llevó tiempo encontrar una casa de esas características; en la que se pudiera recrear ese mundo, y con elementos que podían facilitar la ambientación en los años sesenta". Finalmente, eligieron una que no se encuentra en Doctor Arce, sino en el Club de golf de Las Rozas (a las afueras de la capital). Se la conoce como "la mansión colgante", con diseño del arquitecto Fernando Higueras, y ahora mismo está a la venta por 1,8 millones de euros. "Era muy amplia [800 metros cuadrados], tenía tres salones seguidos, podíamos ocuparla durante un tiempo largo…". Revuelta explica que, al contrario que en el cine, las series pueden exigir rodar en un mismo espacio incluso durante años.

1548353205_125181_1548428727_sumario_normal.jpg

Sofá Tokyo, de Moanne, como el que la firma cedió para decorar la casa de la actriz en la serie española. | MOANNE


Pese a que encajaba en sus necesidades, hubo que realizar una adaptación profunda de la vivienda. "Era muy ochentera. Tenía mucha pared de madera", explica Revuelta. "Y estaba muy deteriorada: hubo que reparar y cambiar bastantes cosas". Por ejemplo, el acceso a la entrada principal de la vivienda era hacia abajo, al pie de unas escaleras, "y nosotros necesitábamos que ella estuviera en alto", pues hacía falta que se viera que era la vecina de arriba de los Perón. "Tuvimos que adaptar la puerta trasera, la de servicio, y hacer en ella una entrada como de los años cincuenta, con un voladizo, y cambiar la arquitectura para que fuera creíble, dándole una importancia a esa entrada para convertirla en la principal".

En el interior, reemplazaron ventanas y transformaron la puerta principal en un armario empotrado gigante que se pudiera quitar. "También hicimos un mural enorme en la nueva entrada, falseamos un montón de cosas…".

Aromas del Campo, Moanne y diseños propios
La fuente de inspiración fue el diseño de aquellos años. "Nos ilustramos con libros que hablan del mobiliario de esa época", señala Idoia Esteban; "al final acabas viendo formas, materiales". Muchos elementos se fabricaron ex profeso por un equipo de carpinteros y pintores: "Algunos muebles, los separadores del salón, un aparador muy grande que está en la entrada de la casa...". La mesa del comedor y el cabecero de la cama son diseños de Idoia Esteban. Se optó por reflejar la personalidad de Ava Gardner en los detalles.

Y también crearon los cuadros, que pintó la artista sevillana Ana Cervera Cano (pintora de escena de Han Solo: Una historia de Star Wars, Ron Howard, 2018). "A Ava le gustaba mucho el arte contemporáneo, tenía piezas de muchas partes del mundo, era muy ecléctica; y eso nos servía para hablar de una tía culturalmente inquieta", explica Esteban. "Hemos fabricado cuadros que representan los movimientos artísticos de mediados del siglo pasado: hay piezas cubistas, abstractas, algún cuadro más impresionista, una copia-homenaje a una obra de Kandinsky…". La decisión de pintar los cuadros evitaba, además, problemas de derechos.

Otros objetos son alquilados: sofás, sillones, algunos aparadores, como el que está en la antesala de su habitación, o los que están en el salón-comedor.

1548353205_125181_1548428465_sumario_normal.jpg


El cabecero de la cama de Ava es un diseño de Idoia Esteban, directora de arte de la serie.



Las lámparas son una cesión de Aromas del Campo. "Tienen diseños retro que nos funcionaban muy bien", dice Esteban. Usaron las lámparas de techo Pago, y las de mesa Cohen Gold, Lace, Noa, Lusa, y Ponn.

Moanne, firma española con aire hollywoodiense, también quiso contribuir con la serie cediendo parte del mobiliario, como el sofá Tokyo, la butaca Majestic o la mesa de comedor Rio, con diseños muy alejados de los muebles de los que Ava se rodeó en sus viviendas reales. No resulta tan extraño que los ladrones de la serie confundieran con suya la casa de los Perón.

1548353205_125181_1548429028_sumario_normal.jpg


La actriz Debi Mazar, que encarna a Ava Gardner en 'Arde Madrid', retratada por Ana Cervera Cano para un cuadro que cuelga en la casa de la actriz en la ficción. |


https://elpais.com/elpais/2019/01/24/icon_design/1548353205_125181.html?por=mosaico&por=mosaico








 
Philip Johnson: Fausto hecho arquitecto
    • EDUARDO PRIETO
    • 23 ENE. 2019
15478204564047.jpg


Philip Johnson, en Alemania, en 1933. CARL VAN VECHTEN


El primer premio Pritzker fue todo: fue nazi y gay, 'miesiano' y posmoderno, empleado de Trump y de Israel, filósofo y estrella de los medios... Su obra envejece camino del olvido pero su vida, ahora narrada en una biografía por Mark Lamster, sigue siendo apasionante


La fama es caprichosa. Cuando, en 2005, Philip Johnson murió a los 98 años, venerado como el decano de la arquitectura estadounidense, nadie hubiera podido decir que estaba destinado, si no al simple olvido, sí a la gloria de naftalina que es propia de los libros de historia. De hecho, es difícil encontrar un arquitecto que haya tenido tanta relevancia como profesional, intelectual y muñidor de estilos y carreras, y cuya figura, pasados pocos años de su muerte, se haya instalado en tal preterición. Preterición que es inversamente proporcional a la popularidad que Johnson llegó a tener, y de la que, probablemente ni siquiera le sacará la divertida y bien documentada biografía que le ha dedicado el profesor Mark Lamster, The man in the glass house: Philip Johnson, architect of the modern century.

Tal vez, las razones de este olvido tengan que ver con las contradicciones que hicieron de Johnson, nacido en una familia acomodada de Cleveland en 1906, un personaje tan atractivo e influyente. ¿Qué Johnson guardar en la memoria: el patrón del Estilo Internacional o el de la deconstrucción arquitectónica? ¿El defensor de la tabla rasa de Mies van der Rohe o el adalid del patrimonio monumental? ¿El representante de la arquitectura americana o el agente del partido nazi en los Estados Unidos? ¿El libelista eugenésico o el arquitecto que trabajó para el Estado de Israel? ¿El burlador de las minorías o la figura gay? ¿El autor de apartamentos para playboys, entre ellos el suyo propio, o el de edificios para telepredicadores, como la Crystal Cathedral? ¿El mecenas intelectual que daba cócteles a sus compañeros, los patronos del MoMA, o el profesional contratado por Donald Trump para transformar Atlantic City?

Tampoco ayuda a definir la proteica figura del maestro, y a guardarla en la memoria, el hecho de que sus edificios hayan envejecido tan mal. Es cierto que la pintoresca colección de pabellones de su finca-museo en New Canaan, organizados en torno a esa Glass House que tanto disgustaba a su presunto inspirador, Mies van der Rohe, es memorable. Como lo es también el parque de estatuas que le encargó la familia Rockefeller y lo son sus primeros rascacielos, como la IDS Tower de Minneapolis -una inteligente revisión del Seagram de Mies-, o incluso la ATT&T Tower, en su momento el edificio de oficinas más caro del mundo y verdadero precedente de la arquitectura icónica. Johnson apareció con su maqueta en la portada del Time. Pero el paso del tiempo (el tiempo no sólo pinta, como dijo Goya, sino que juzga) ha emitido un riguroso veredicto sobre los edificios de Johnson que no trascienden la arquitectura corporativa más pretenciosa, que son muchos, entre ellos las torres inclinadas que un día crecieron en Madrid con el nombre de KIO.


15478204832223.jpg

Casa de Cristal, obra de 1949 de Philip Johnson.

Si la obra ha envejecido mal, no lo ha hecho en absoluto el personaje, cuya vida y carrera es quizá la más atractiva entre las de los arquitectos del siglo XX, no sólo por novelesca sino por variada, hasta el punto de parecer una sucesión de reencarnaciones. Francis Scott Fitzgerald escribió que Estados Unidos es el país de las oportunidades, pero no de las segundas oportunidades. No cabe aplicar el aforismo a Johnson, maestro en el arte de convertirse y reconvertirse con un único objetivo, la promoción de sí mismo. Y esto vale para todas las facetas de su trayectoria.

Vale, en primer lugar, para su faceta de mecenas y promotor de la arquitectura moderna, que contribuyó como nadie a introducir en los Estados Unidos merced a una histórica exposición celebrada en el MoMA en 1932, The International Style, a la que siguieron otras dedicadas a la estética de la máquina o a Mies van der Rohe, con quien Johnson levantaría años más tarde el edificio Seagram, el primer rascacielos de vidrio. Fue una militancia inicial en la modernidad que no le impidió, una vez que el Zeitgeist empezó a soplar hacia otro lado, adscribirse, primero, a un clasicismo un tanto festivo, después a una posmodernidad más bien ruborizante, luego a la deconstrucción y finalmente a un estilo indefinible si no fuera porque sencillamente copiaba el de su admirado Frank Gehry. Todo ello refrendado por la concesión de la primera edición del Premio Pritzker en 1979.

Johnson fue el arquitecto de las segundas oportunidades en lo estilístico, pero también en lo profesional. Formado como filósofo en Harvard (llegó a leer con fluidez a Platón, Kant y Descartes en sus respectivas lenguas), Johnson lo dejó todo por la arquitectura después de conocer de primera mano, merced a sus viajes por la Europa, las obras de Mies, Gropius, Oud y Le Corbusier, de quienes le interesaron menos su compromiso social que las atractivas formas de sus edificios. Después, tras licenciarse muy tardíamente como arquitecto (también en Harvard), comenzó siendo el diletante que atendió los encargos de plutócratas tan refinados como él, antes de comenzar a trabajar para las administraciones públicas, iniciar loables campañas de protección del patrimonio y de convertirse, finalmente, en el arquitecto corporativo por excelencia de la escena estadounidense: el maestro de lo que se llamó el vernacular bussiness.

Pero las segundas oportunidades le llegaron a Johnson sobre todo en lo político. Admirador, desde sus años de estudiante, de la cultura alemana (su filósofo favorito fue Friedrich Nietzsche), Johnson fue incapaz de resistirse al ensalmo del nazismo. Como en su momento dejara patente su primer biógrafo, Franz Schulze, y ahora cuenta con todo detalle Lamster, la querencia de Johnson por Hitler fue más allá de la fascinación estética: implicó un cambio radical en su vida, que le llevó a abandonar la arquitectura para embarcarse en una campaña política que consistió en una serie de idas a la Alemania nazi (donde frecuentó a oficiales de la Gestapo, estuvo en las manifestaciones de camisas pardas en Núremberg y supo de los campos de concentración) y de vueltas a los Estados Unidos, donde secundó a fascistas como el gobernador de Luisana, Huey Long, o el populista padre Coughlin, la versión americana de Goebbels, para quien Johnson diseñó un escenario inmaculadamente blanco. El International Style puesto al servicio de la liturgia totalitaria.

15478212895396.jpg


Philip Johnson, en la portada de 'Time' del 8 de enero de 1979.



Durante estos años peligrosos, el intelectual y refinadísimo gay Johnson declaró su simpatía por Al Capone como hombre de acción, su preferencia por las armas semiautomáticas frente a las pistolas largas, y confesó su admiración por el Führer. Años después, para limpiar su imagen, Johnson declararía que su admiración por los nazis se había debido a su gusto sexual, un tanto tópico, por los jóvenes con uniforme, y a la creencia, harto ingenua, de que Hitler era el único de llevar a cabo el gran sueño de aunar la monumentalidad clásica con la modernidad radical. Es cierto que en su actitud había mucho esteticismo, y también es cierto que otros arquitectos -como el Le Corbusier a ratos fascista, el Mies que coqueteó con los nazis o el Hannes Meyer que colaboró con Stalin- no fueran menos totalitarios que él, pero esto no lo convierte en menos cómplice. Investigado por el FBI, que le acusó de "pervertido sexual" y "agente de la Gestapo", Johnson fue con todo capaz de reinventarse, y acabó construyendo sinagogas en Israel y haciendo sustanciosas donaciones a instituciones patrocinadas por judíos influyentes. Esto no quita para que, pasados cuarenta años de los devaneos totalitarios de Johnson, todavía Albert Speer, el arquitecto de Hitler, le felicitara por la monumentalidad lograda en su polémica ATT&T Tower.

Es difícil decir qué se escondía tras los atildados trajes de Armani y las gafas a lo Le Corbusier que gastaba Philip Johnson. Pero había, seguro, una cosa: la infidelidad de quien se mueve según van soplando los tiempos y se acaba convirtiendo en maestro de lo superficial. La misma infidelidad y el mismo tiempo que hoy tienden a condenarle al olvido.

https://www.elmundo.es/cultura/laesferadepapel/2019/01/23/5c41de3b21efa07c208b4665.html
 
Sale a la venta el ático más caro de España por 14,6 millones


Italinmuebles comercializa el último piso de la nueva promoción de lujo de Montalbán 11 en Madrid. Su precio ha subido dos millones en dos años.


Ver fotogalería
Terraza superior del 'triplex' de Montalban 11, promovido por Italinmuebles.



Sale a la venta el ático más caro de obra nueva en España. El dueño de la promoción Montalbán 11, en el barrio de los Jerónimos de Madrid y junto al Retiro, acaba de poner en comercialización la joya que queda por vender en ese edificio en rehabilitación de viviendas de lujo. Se trata de un triplex de 750 metros cuadrados más otros 200 de terraza, que tiene un precio de salida de 14,6 millones de euros.

El proyecto de Montalbán 11 fue presentado en 2017, un edificio de solo 10 viviendas, de cuya comercialización se ha encargado Knight Frank. Ya han volado las otras nueve casas, en tan solo ocho meses. El proyecto está impulsado por la empresa Italinmuebles, del grupo venezolano Italcambio.

Más allá del lujo de cada residencia, el inmueble se ha comercializado bajo la idea de vivir en una obra de arte, debido a que tanto en zonas comunes como en los apartamentos se incluyen obras del escultor venezolano Carlos Cruz-Diez, en un guiño al barrio en el que se ubica, cercano al triángulo de los museos de El Prado, Reina Sofía y Thyssen-Bornemisza.


CÓMO ES EL ÁTICO

Distribución. El triplex dispone de cinco dormitorios y siete baños. En la planta sexta del inmueble se encuentra el salón, cocina, cuarto de servicio, dormitorio de invitados y una de las tres terrazas. En la séptima planta se distribuyen los dormitorios y una terraza con barbacoa y zona de cocina. El piso superior está dedicado a la piscina de uso exclusivo y una terraza con vistas de 360 grados, lo que incluye el parque de El Retiro y el centro de Madrid, ya que el inmueble es el punto más alto del barrio de Los Jerónimos.

Arte y otros detalles. Dentro de la residencia, además, se incluyen dos esculturas de Cruz-Diez. Dispone de un gimnasio y spa, y baño turco.

El ático que sale ahora a la venta cuenta con tres plantas, cinco dormitorios, siete baños, cuatro plazas de garaje, gimnasio y piscina privada.

https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/01/31/companias/1548960858_714819.html


 
El multimillonario Warren Buffet quiere comprar por 150 millones de euros la torre Agbar de Barcelona


La adquisición se realizaría a través de la empresa Berkshire Hathaway, según ha confirmado la firma a la agencia EFE

El edificio, que albergó la sede de la empresa de aguas de Barcelona, es actualmente propiedad firma de inversiones inmobiliarias Merlín Properties

EFE
05/02/2019 - 22:46h
Agbar-Generalitat-UE-resoluciones-ATLL_EDIIMA20150306_0741_30.jpg

Torre Glòries EFE

El multimillonario estadounidense Warren Buffet quiere comprar a través de la empresa de inversiones Berkshire Hathaway la emblemática Torre Glòries de Barcelona -conocida popularmente como 'Torre Agbar', por su antiguo inquilino- por un valor 150 millones de euros. Lo ha confirmado a EFE la propia firma, que en los últimos días ha anunciado inversiones inmobiliarias en toda España, pero sin grandes concreciones hasta el momento.

La oferta ha sido decidida "directamente" por Warren Buffett, consejero delegado de Berkshire Hathaway, en colaboración con Alessandro Proto, máximo ejecutivo a su vez de Proto Group, la empresa asociada de Buffett en Barcelona, en una oferta que se formalizará ante notario en los próximos días.

multimillonario-Warren-Buffett-millones-Agbar_EDIIMA20190205_1027_19.jpg

Warren Buffett EFE



La empresa de inversiones norteamericana Berkshire Hathaway, que forma parte del conglomerado del magnate estadounidense Warren Bufett, informó recientemente su intención de invertir en España un total de 35 millones de euros con la apertura este año de 150 agencias inmobiliarias.

Como socio de esta operación figura también la empresa inmobiliaria de Barcelona Proto Group, con la que el grupo de Buffet ya ha completado en los últimos meses transacciones inmobiliarias en Grecia y Sudamérica.

El icónico edificio, que albergó la sede de la empresa de aguas de Barcelona, es actualmente propiedad de la sociedad española de inversión inmobiliaria Merlín Properties. El anterior Gobierno del PP ofreció la Torre Agbar para albergar la Agencia Europea de Medicamentos, pero esta finalmente recaló en Amsterdam a raíz del brexit.

Berkshire Hathaway, que cuenta con más de 1.300 oficinas en 47 estados de EE.UU., más de 43.000 agentes inmobiliarios y ventas superiores a los 100.000 millones de dólares, inició hace dos años su expansión internacional, principalmente en Latinoamérica y Europa, centrada sobre todo en propiedades residenciales de nivel medio, medio alto y alto.

Ahora Warren Buffet ha puesto su ojo en la emblemática Torre Agbar o Torre Glòries, un emblemático edificio obra del arquitecto Jean Nouvel que el Ayuntamiento de Barcelona ha barajado para facilitar el aterrizaje en la ciudad de la empresa que gestionará el centro operativo de Facebook contra las noticias falsas.

05/02/2019 - 22:46h
https://www.eldiario.es/economia/multimillonario-Warren-Buffet-millones-Agbar_0_864764583.html
 
En exclusiva, las fotos de Villa de París, la promoción de lujo más cara de España



imagen-sin-titulo.jpg





10/02/2019

El precio medio de venta de sus 12 viviendas se sitúa en 18.000 euros el metro cuadrado, desde un mínimo de 15.000 euros y un máximo de 20.000 en el caso de los dos áticos, uno de ellos adquirido por Amancio Ortega, y el otro, aún sin comprador, y también a la venta por 20.000 euros el metro cuadrado, el precio más alto jamás pagado en España. Este ático es, de hecho, la última unidad a la venta en esta exclusiva promoción, propiedad de Mabel Real Estate, el vehículo inversor de Abel Matures Prats y Manuel Campos que compite con Millenium por convertirse en la comunidad de propietarios más exclusiva de la capital, arrebatando dicho honor a Millenium en la Puerta de Alcalá.



GALERIA : https://www.elconfidencial.com/mult...eneral-castanos-canalejas-lagasca99_1812130#0
 
El Instituto Homeopático a punto de salir a la venta

El palacete de Chamberí más deseado tras 23 años de litigio y varias exhumaciones

Los descendientes del marqués de Núñez llevan dos décadas peleando por la propiedad. La solución judicial se decanta por la parte favorable a vender.


5c65a96dcdd9b.jpeg


Fachada del Instituto Homeopático de Madrid / N.B.



Alerta inversores. Está a punto de salir al mercado inmobiliario uno de los palacetes más emblemáticos, a la par que desconocido, de Madrid. Se trata del decimonónico Instituto Homeopático y Hospital de San José, ubicado en los números 3 y 5 de la calle de Eloy Gonzalo, en pleno corazón del cotizado barrio de Chamberí, un lugar donde la carpintería pintada de verde de un imponente mirador destaca sobre el resto de un edificio que fue hospital durante la Guerra Civil.

Un inmueble prácticamente vacío, gestionado por una fundación que custodia el Museo de la Homeopatía Española, sito en un palacete neomudéjar anexo. Las dos parcelas, que albergan sendos edificios, suman la nada desdeñable cifra de 3.731 metros construidos. Eso sí, el Instituto es bien de interés cultural y en el catastro se indica que el uso es exclusivo de "sanidad y beneficiencia". Pero no es este el único escollo que tendría de cara a venderse. Dos personas se disputan las llaves.


5c65aeefeb3a1.jpeg


Vista aérea del Instituto Homeopático de Madrid / Google Maps



Dos supuestos descendientes del marqués de Núñez, fundador del hospital en 1878 y médico de cámara de Isabel II, pugnan por ostentar el título nobiliario, cuyo principal (y poderoso) atractivo es que lleva adosada la propiedad de los mencionados 3.731 metros cuadrados.

23 años de litigios y cinco exhumaciones

El conflicto, que en breve verá su fin, lleva ya cinco exhumaciones de cadáveres decimonónicos, 23 años de litigios judiciales y fallidos análisis de ADN. Este medio se ha puesto en contacto con el letrado de la actual marquesa de Núñez, María José Fernández, y afirma que: "Estamos esperando la última resolución de la sala. El pronunciamiento se tenía que haber hecho hace un mes. Pero la sentencia es firme desde diciembre de 2007. Esperamos que la marquesa recupere las llaves del edificio en breve y decidir ya el uso que quiere darle".


5c65a9c8d99a3.png




La anteriormente citada María José Nuñez es la descendiente de la hija pequeña ilegítima del marqués (que murió soltero y sin descendencia oficial). Los problemas surgen cuando los descendientes de la hija mayor se unen al patronato que gestiona la Fundación Instituto Homeopático y suman fuerzas para arrebatar el edificio a la noble zaragozana. Y aquí es cuando empezamos a exhumar en pleno siglo XXI los mencionados cadáveres decimonónicos y hacer pruebas de ADN. Pero vayamos por partes.

Amoríos extramatrimoniales en la corte de Isabel II

Núñez murió soltero (había sido además de médico, diácono), pero al parecer mantuvo una relación con una mujer madrileña llamada Julia Fano. Con ella tuvo cuatro hijos ilegítimos, que fueron inscritos al nacer como hijos del hermano de Julia. Esto se demostró que era falso porque esta persona murió antes de nacer los niños. En su testamento el primer marqués nombró sucesor del marquesado a uno de esos retoños, que oficialmente solo era su ahijado, Guillermo Fano García.

Son los descendientes de dos de sus hermanas, Josefa y Carmen, los que ahora se disputan en los tribunales el legado del médico. La mujer de Zaragoza sería descendiente de Josefa. El médico Alfredo García-Alix (hermano del conocido fotógrafo que fue premio nacional de fotografía en 1999), de Carmen, la mayor de las dos. Una juez de Zaragoza ordenó en 2016 que se exhumaran tres cadáveres: el del primer marqués, que está sepultado en el jardín del hospital, y los de las dos hermanas, en la Sacramental de San Justo y en La Almudena, en Madrid.

La Justicia hasta ahora se ha decantado por dar la titularidad a la actual marquesa de Núñez en detrimento del también médico, Alfredo García-Alix, que ha manifestado su intención de no sacar a la venta el inmueble y seguir destinándolo al uso por el que se concibió originalmente que es el que actualmente intenta hacer la fundación que lo gestiona. Pero la situación jurídica se torció cuando El Instituto Nacional de Toxicología determinó el año pasado que Josefa era hija biológica del primer marqués. Pero nada más. Porque los restos de fémur que se analizaron pensando que eran los de Carmen eran en realidad de un varón. La jueza de Zaragoza desestimó la demanda de García-Alix y todo camina en favor de la actual marquesa.

La mediación del estafador de la nobleza

¿Pero cómo consiguió María José Fernández ser marquesa de Núñez? El título nobiliario salió durante años en los listados de títulos nobiliarios vacantes, hasta que en 1980 el padre de la actual marquesa, Jaime Fernández Moreno, lo consiguió recuperar. Fue en 1982. ¿Cómo lo hizo? Y aquí viene un capítulo más de esta novela. Por mediación del duque de Tovar, un noble que fue condenado en España por falsificación de títulos nobiliarios en los años 90. En 1998, con Alberto Ruiz-Gallardón en la presidencia de la Comunidad de Madrid, se empezó una rehabilitación del edificio. Se emplearon 3,3 millones de dinero público y lo inauguró Esperanza Aguirre.

Antes de la primavera, el litigio estará resuelto. El padre de la marquesa puso una vez a la venta el inmueble en 13 millones de euros. El letrado de la misma asegura que no sabe qué hará con el edificio, pero todo apunta hacia la venta.

https://www.lainformacion.com/empre...utm_campaign=prometeo&utm_source=20minutos.es







 
ARQUITECTURAS
Huf Haus: así es la casa prefabricada en la que vive Antonio Banderas


Ores Lario

Actualizado: 18/02/2019
15415967329985_1300x0.jpg

Ver galería



Con sus enormes espacios abiertos y luminosos y sus grandes dimensiones, las viviendas de las fotografías, construidas por el estudio alemán Huf Haus, representan la esencia de la modernidad. Son casas de ensueño, ideadas al gusto del consumidor. ¿Su particularidad? Son prefabricadas. Es decir, se montan en una fábrica y se trasladan allá donde uno desee.


GALERIA :http://www.expansion.com/fueradeserie/arquitectura/album/2018/11/08/5bd2c35446163f9b3c8b45e9_1.html
 
Luis Fernández-Galiano: "La arquitectura hace que nuestra vida sea mejor"


21 FEB. 2019



15506990331221.jpg


Luis Fernández-Galiano, en la sede de 'Arquitectura Viva'. JAVI MARTÍNEZ



El profesor y director de la revista 'Arquitectura Viva' reúne sus artículos periodísticos en dos volúmenes donde reflexiona sobre la sociedad actual.


Los Juegos Olímpicos, los atentados terroristas, la corrupción, el capitalismo digital, el cine, el consumismo, la huella de carbono, las casas de los reyes, el problema de la vivienda... Todos los temas que un lector espera encontrar en un periódico aparecían en los artículos que Luis Fernández- Galiano, arquitecto, catedrático, crítico y editor de revistas de arquitectura, escribió en el diario 'El País' entre 1993 y 2007. Y todos, unidos por la arquitectura como hilo. Fernández Galiano ha reunido en los dos tomos de 'Años alejandrinos' (editados con el sello de su revista más vendida, 'Arquitectura Viva') sus mejores textos periodísticos y el conjunto no sólo habla de su oficio: habla de un tiempo aparentemente feliz y despreocupado en el que sólo algunos intuyeron las raíces del descontento que caracteriza a nuestro mundo en 2019.

Cuando lanzó 'Arquitectura Viva', ¿se veía a sí mismo como periodista?
Creo que no. Las revistas me parecían una extensión del trabajo de arquitecto. Pero mi familia era de profesores, mucha gente se había dedicado a la academia y había escrito mucho. Y, de alguna manera, la educación y el periodismo son actividades parecidas. Tratan de la transmisión del conocimiento.
El tema de estos artículos, la realidad interpretada desde la arquitectura, hoy nos parece una idea casi obvia, supongo que entonces no lo era tanto.
No hay decisiones conscientes, hacemos las cosas por instinto y luego aparece un sentido. El primer artículo trataba sobre las torres KIO, que estaban con las obras paradas. Confluían muchas cosas ahí, el declive socialista, los escándalos económicos... Ahí ya enredábamos el tema de la arquitectura -que si Philip Johnson, que si la salida de la posmodernidad- con el entorno económico, político y cultural.
¿Era un momento propicio?
Estaban empezando los 14 magníficos, los 14 años consecutivos de crecimiento económico que siguieron a la pequeña recesión de 1992 y que coinciden con estos artículos. Francia tuvo 30 años gloriosos y nosotros, 14. Son 14 años de optimismo; puede que hubiera 11-S y presagios, pero había una idea de crecimiento ilimitado.
Y la arquitectura era la medida de ese optimismo. Yo recuerdo de ir a Valencia, que no tenía fama de ser la ciudad más bonita de España, de dar un paseo por el Carmen y ver el IVAM y pensar «qué bien está esto, de repente».
Claro, porque la arquitectura tiene la capacidad de expresar todo lo que la rodea: la economía, el clima estético, la visión de una sociedad de sí misma... Y lo mismo que la arquitectura fue un emblema de éxito, luego se convirtió en emblema de fracaso y de depresión económica.
¿Qué fue bien para que se diera ese momento de plenitud?
En algún momento hablé de la arquitectura de la social opulencia porque en los años de Felipe González se juntó una idea de justicia social con un momento de mucho vigor económico. Había mucho gasto público, trabajo para todos los arquitectos. Ahora hay trabajo pero viene de clientes privados, es una cosa distinta.
En uno de los artículos de 'Años alejandrinos', Fernández-Galiano escribía después de haber visto American Beauty, la película de Sam Mendes sobre la vida de los suburbios estadounidenses, con sus jardines perfectos y sus infinitas autopistas. El texto de Fernández- Galiano advertía sobre sus consecuencias: ineficiencia energética, aislamiento del individuo, degradación de la vida pública...

Ahora también podríamos escribir sobre European beauty: esos barrios en los que todo es bonito y refinado y también es un poco igual en todas partes y carísimo... Que nadie vaya a Londres si no tiene 200 libras para pasar el día...
Yo creo que ni en su momento éramos tan estupendos ni ahora somos tan desastrosos. Ha habido una exacerbación emocional del éxito y del fracaso. La realidad no es tan extrema... Y sigo pensando que en Europa se hace mucha mejor arquitectura que en Estados Unidos. Las dos grandes fuentes intelectuales durante esta época han sido Suiza y Holanda.
La ciudad europea densa, con mezcla de actividades y de clases sociales, es una cosa maravillosa pero siempre nos parece a punto de romperse.


Y siempre sobrevive. Es un invento formidable que funciona económicamente y que permite el encuentro azaroso, la innovación y la creatividad...
Hace unos años parecía que el mercado se dirigía hacia lo contrario.
Hacia el jardín-barbacoa-perro-césped. A eso me he referido como la Babilonia horizontal y es un horror contra el que he luchado tozudamente. Pero, ojo, hemos conseguido que las ciudades españolas sigan siendo densas: los barrios de adosados no son muy significativos, en realidad. Y está bien. El hormigón es más ecológico que el césped.
Estamos hablando siempre de la arquitectura como información. Vamos al lado contrario: ¿Le interesa la arquitectura como emoción? Ver la Acrópolis y conmoverse igual que con una canción o una novela...


La arquitectura, además de otras muchas cosas, es un fenómeno estético que hace que sale a nuestro encuentro porque está en la calle y que hace que nuestras vidas sean mejores, igual que lo consigue el arte.

Dígame arquitecturas con las que se haya emocionado.
Los baños de Vals, de Peter Zumthor, en Suiza. Me acuerdo de la carretera que daba 30 curvas y de que al llegar me dijeron que tenía que conseguir un bañador para pasar. Bueno, lo conseguí, y entré con la idea de estar 30 minutos, pero estuve dos horas porque la experiencia era extraordinariamente sensual: el agua, la luz, la montaña...
Pero no escribe mucho sobre este tipo de experiencias.
Algo hay, es una parte del caleidoscopio.

Cuando el 11-S sí que escribió mucho desde un punto de vista emocional y estético.


Sacamos el primer número doble en la historia de Arquitectura Viva. Sentíamos que el atentado tenía una lectura que nos concernía muy obviamente: Mohamed Atta era un arquitecto licenciado en El Cairo que estaba haciendo una tesis sobre arquitectura vernácula islámica con un profesor posmoderno que veía en las Torres Gemelas una imagen un poco ofensiva de la modernidad y del éxito del capitalismo bancario... Obviamente, además de la lectura geopolítica, había otra lectura de rechazo cultural.
Y también era el presagio que anunciaba el gran descontento de esta década.
Más que el 11-S, el quicio fue el 15-S, el día de Lehman Brothers. Ahí sentimos que todo se podía romper. Lo del 11-S era la obra de unos extremistas que estaban fuera. Lehman Brothers, en cambio, nos mostraba las grietas que venían de dentro y abría las puertas al descontento, al empobrecimiento de las clases medias y al populismo.

¿Y ya sabemos decir cómo es la arquitectura de esta época?
La primera clave de esta época es el rechazo a las élites. Los arquitectos estrella son élite, claro. Ahora, hay una voluntad mayor de atender a otras arquitecturas. En Madrid, fui comisario de la exposición de Francis Keré, que es un hombre de Burkina Faso que trabaja en su país con medios muy precarios. Bien: pues ha sido la exposición de arquitectura con más público de todas en las que he participado. Supongo que hay un deseo de empatía en la arquitectura.
Ésa es la parte buena.
La parte mala es que la arquitectura hecha para expresar el poder y el estatus no ha terminado. Las torres de Dubai, en Malasia, ahora en Arabia Saudí...

¿Donald Trump ha sido promotor de arquitectura valiosa?
No. Yo reseñé hace 20 años su libro autobiográfico, 'The art of the deal'. Hablaba de muchos arquitectos y sobre sus esfuerzos por seducir a los críticos de arquitectura de 'The New York Times'. En el fondo no lo consiguió nunca, nunca dejó de hacer esas torres de lujo un poco grosero, cubiertas de oro... El único arquitecto importante con el que trabajó fue Philip Johnson, pero era un Philip Johnson que tenía 90 años, había sido despedido de su propio despacho y se sentía un juguete roto.

Se puede ser un buen arquitecto aislado de las noticias y del mundo en que vivimos?
No los conozco. Algunos fingen alimentarse sólo de cine de Kaurismaki y de poesía, fingen vivir en las montañas al margen de lo que llaman la carrera de ratas. Pero, en realidad, todos hablan bien inglés y están muy bien integrados en las redes de comunicación.
¿Son cultos?
No suelen ser eruditos pero tampoco son incultos. Algunos tienen un vínculo con la literatura, algunos lo tienen con la música... Pero, sobre todo, todos tienen una educación visual importante. Son codiciosos con las imágenes, tienen el instinto de crearse un gran archivo visual con el que trabajan luego.
Sé que en su vida sí que ha sido importante la literatura.
Cualquiera que escribe tiene que haber leído, igual que no se pude pintar sin haber mirado.
Qué es escribir bien de arquitectura?
No existe eso de escribir de arquitectura; existe escribir bien: con orden, con claridad, con ritmo. Las enseñanzas del periodismo que enseñan en América me parecen bien: ideas nítidas, captar la atención del lector, escribir en dirección a una conclusión final. Luego yo tengo mi bagaje, un gusto por la aliteración, algún barroquismo... Pero lo importante es el ritmo. Si se fija, estos textos están llenos de pautas que se repiten, como en una pieza musical.


https://www.elmundo.es/cultura/2019/02/21/5c6dca8dfc6c83dd428b4597.html



 
Última edición por un moderador:
Powered by
1509969251-logo-gestilar-black.png

DE DISEÑO Y EFICIENTES: ASÍ SON LAS NUEVAS CASAS QUE LLEGAN A MADRID


ea5ac0089a9e7384a0c5ae0c63127271.png




Isla de Tambo es una urbanización de diseño con 52 exclusivas viviendas de 3 y 4 dormitorios


por EC Brands



Imagina vivir en una urbanización rodeada de áreas ajardinadas, con amplias zonas comunes deportivas y de ocio infantil, casas con Calificación Energética A, centros comerciales y transporte público a muy escasos metros. Con esta descripción muy pocos ubicarían esta idílica vivienda en Madrid.

Las Mercedes es hoy uno de los barrios más codiciados por las familias que buscan una vivienda de diseño en la capital, sin renunciar al contacto con la naturaleza. A un paso de la A-2 y de la M-40, así como de los parques El Capricho y Juan Carlos I, y rodeado de una densa vegetación y cerca del Pinar Cerro de La Mesa, este enclave permite disfrutar al mismo tiempo de la tranquilidad de Madrid y del atractivo de la urbe: cultura, ocio, restaurantes, grandes empresas y centros comerciales como el Palacio del Hielo o Plenilunio con todo tipo de comercios. También cuenta con excelentes conexiones en transporte público: diversas líneas de autobús, la estación de metro Canillejas y, próximamente, la estación de Cercanías Apeadero de O’Donnell.



Se trata de una exclusiva urbanización con control de acceso. El diseño de este moderno edificio de 52 viviendas de tres y cuatro dormitorios, con áticos y bajos, ha sido planteado para que la mayor parte de las viviendas posean doble orientación y amplias terrazas. Todas ellas disponen de dos plazas de garaje y trastero. Completan el conjunto residencial, las amplias zonas comunes que incluyen áreas ajardinadas, espacios para los más pequeños, piscina con cloración salina, sala polivalente con zona gastronómica, buzones inteligentes para compras y espacios cardioprotegidos.

Isla de Tambo destaca además por su diseño y moderna arquitectura con espacios luminosos y funcionales, así como una estudiada selección de calidades y acabados de muy alto nivel, que pueden ser personalizados por el comprador. ¿Cómo? A través de la elección de packs de diseño, un valor añadido que ha querido incorporar Gestilar, la promotora de estas viviendas, al entender que cada familia tiene unas necesidades concretas y necesita, por ello, un producto casi a medida.

El proyecto contempla de tres a cuatro vecinos por planta para favorecer la intimidad, con excepción de los áticos donde solo hay dos vecinos por planta. El objetivo de esta distribución es conseguir privacidad, discreción, seguridad e independencia.


UNA APUESTA FIRME POR LA SOSTENIBILIDAD Y EL AHORRO
Las viviendas tienen un punto diferenciador que cautivará a los más ‘eco-friendly’, ya que se han ideado de acuerdo con criterios eco-sostenibles: altos niveles de iluminación, soleamiento y procedimientos de optimización de energía. Por otra parte, dispondrá de Calificación Energética A, lo que supone una disminución de emisiones C02 y una reducción significativa de la demanda energética del edificio.

Para conseguir este hito de sostenibilidad las casas cuentan con un sistema de calefacción de suelo radiante. Los radiadores se sustituyen por una red de tubos bajo el suelo por los que circula agua caliente en invierno, convirtiéndolo en un emisor de calor, agua caliente sanitaria que se beneficiará de la energía solar, aire acondicionado por conductos y sistema de renovación y tratamiento del aire.

ISLA DE TAMBO EN CIFRAS
Con 7.191 metros cuadrados edificables y una inversión total estimada de 18 millones de euros, las obras de Isla de Tambo comenzarán en junio de 2019 y terminarán en el segundo trimestre de 2021. Construida en una sola fase, la promoción Isla de Tambo se une a las cinco que ya se están desarrollando en Madrid: “Arosa”, “Pedrosa”, “Estelas”, “Toja” y “Mouro”, y que constituyen un total de 668 viviendas de las cuales el 80% serán entregadas este año.


https://www.elconfidencial.com/vivi...iendas-ensueno-diseno-eficientes-bra_1485540/

 
Palacio de Justicia: de antiguo convento y colegio de señoritas a Tribunal Supremo
La reina portuguesa falleció al poco de finalizar la obra que había pedido a su marido Fernando VI. Un palacio en el que podría haberse instalado lejos de la presencia de su suegra Isabel de Farnesio. Desde 1875 es la sede del Tribunal Supremo.
Tribunal%20Supremo%20(38)-kKfD--620x349@abc.JPG


@brperiodista
MADRID
Actualizado:24/02/2019 00:58h

0El Círculo de Bellas Artes, el edificio más moderno en el eje clásico de Madrid

Su tamaño y su riqueza arquitectónica convierten al Palacio de Justicia en uno de los edificios más impresionantes de Madrid, hoy sede del Tribunal Supremo. Cuenta además con una interesante historia llena de vicisitudes que aumenta el interés que despierta entre los madrileños y los turistas. En 1870 se destinó a Palacio de Justicia el antiguo monasterio de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, más conocido como las Salesas Reales, según parece por idea de Eugenio Montero Ríos, el entonces ministro de Gracia y Justicia que más tarde presidiría el Tribunal Supremo. Y en este antiguo monasterio funcionó la administración de la Justicia entre 1875 y 1915, fecha en la que un incendio destruyó gran parte del edificio.

Pero para hablar del origen de las Salesas Reales nos remontamos a 1746, fecha en la que el monarca Fernando VI aprueba la fundación de este espacio cumpliendo así la voluntad de su mujer, la portuguesa Bárbara de Braganza. Su idea fue la de albergar un colegio y residencia para la educación de las doncellas noblesy se puso bajo tutela de la rama femenina de la orden fundada en 1610 por San Francisco de Sales (los salesianos). Pero también existía un interés más personal de la reina. «La relación de Bárbara de Braganza con su suegra Isabel de Farnesio, madrastra de su marido, no era buena y se piensa que quería tener un palacio a donde ir por si enviudase», explica la guía durante la visita al Tribunal Supremo. El edificio fue concebido y proyectado por el arquitecto francés Francisco Carlier y la primera piedra se puso en 1750. Por entonces era muy habitual construir un palacio real asociado a un convento. En 1757 se consagró la iglesia y un año después se concluyó toda la obra pero la reina falleció pocos meses después en Aranjuez y nunca llegó a vivir en este palacio. Tampoco lo hizo Fernando VI, quien siguió el mismo camino que su amada falleciendo en 1759 a los 46 años. Ambos monarcas están enterrados en Santa Bárbara, una suntuosa iglesia barroca de tres naves y una fachada-retablo que se salvó del referido incendio.

Tribunal%20Supremo%20(14)-kKfD--510x349@abc.JPG

Uno de los patios del palacio, conocido como el patio de los naranjos - BELÉN RODRIGO


Traslado a las Salesas


El origen del Tribunal Supremo es anterior al del Palacio de Justicia. «Se creó con la constitución de 1812 y fue pasando por varias sedes», explica a ABC Javier Herreros, del gabinete técnico del Tribunal Supremo. La primera sede fue en el palacio gaditano de los Marqueses de Recaño y un año después se trasladó a Madrid, al antiguo Consejo Supremo de Castilla, el Palacio de los Consejos. En 1823 estableció su sede provisional en la Audiencia de Sevilla y poco después en Cádiz, siguiendo siempre al Gobierno y a las Cortes. En 1834 regresó al Palacio de los Consejos de donde salió en 1875 para instalarse definitivamente en las Salesas. Para ello fue antes necesario obras de rehabilitación.

objetos de gran belleza y valor como son un conjunto de doce sillas de madera que la reina Isabel II regaló después del incidente que tuvo con el marquetero a quien no quiso pagar un 40% más del presupuesto acordado antes del trabajo. Una subida de precio que el autor de las sillas justificaba por tener una enorme labor artesanal ya que las sillas cuentan con más de 500 incrustaciones de madera. Sillas que se lograron salvar del incendio de 1915. Y en las paredes encontramos obras conocidas como la Inmaculada Concepción de Claudio Coello

En las salas del Tribunal Supremo (presidido actualmente por Carlos Lesmes) se celebran vistas de recurso y en casos excepcionales, cuando se cumplen una serie de requisitos, juicios como el del Procés que se está llevando a cabo en la sala de plenos, el mismo escenario del recurso contra la sentencia del 23-F, los GAL o el caso Filesa. Además, «casi todos los jueces y fiscales de España se han examinado en alguna de sus salas», recuerda Javier Herreros. Un palacio que guarda episodios de la historia de Madrid y de España abierto a los ciudadanos a través de las visitas guiadas (email: visitasguiadas.ts@justicia.es). En este palacio trabajan alrededor de 400 personas, entre ellos 82 magistrados.

Tribunal%20Supremo%20(28)-kKfD--510x349@abc.JPG

Escalera principal del palacio que llega a la sala de plenos - BELÉN RODRIGO

https://www.abc.es/espana/madrid/ab...as-tribunal-supremo-201902240058_noticia.html
 
Back