"ARQUEOLOGÍA, PALEONTOLOGÍA"

Historias
40 años de Atapuerca... y el 99% de los fósiles sigue enterrado
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Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca, sostiene una réplica del cráneo de 'Miguelón' JAVIER MARTÍNEZ


Cinco especies humanas vivieron o pasaron por esta sierra burgalesa durante los últimos 1,2 millones de años.

Al cumplirse 40 años de las excavaciones, recorremos los yacimientos con Eudald Carbonell, uno de sus directores

Ahora recopila en un libro su historia y lo que queda por descubrir: menos del 1% de fósiles ha salido a la luz

Tenía poco más de 30 años y casi era un anciano (o una anciana) para su época (vivió hace 1.200.000 años). "Los encontramos justo aquí", dice el arqueólogo Eudald Carbonell mientras muestra el lugar exacto en el que, en 2007, descubrieron la mandíbula y una falange de la mano del europeo más antiguo que se conoce. Acabamos de entrar en la Sima del Elefante, una de las cuevas de la sierra burgalesa de Atapuerca que han sido testigo de nuestra evolución. "Todas las especies humanas que vivieron en Europa están representadas en Atapuerca", asegura Carbonell que, desde hace 25 años, dirige los yacimientos junto con Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez de Castro.

La naturaleza, la historia y la suerte hicieron el resto, aliándose para formar cuevas que han conservado sus restos hasta nuestros días. Es emocionante pensar que el suelo que estamos pisando a varios metros de profundidad lo pisaron hace más de un millón de años nuestros antepasados. Si te quedas en silencio, escuchas la melodía que compone el viento al chocar con los tubos metálicos de los andamios que permiten a los científicos desde 1978 leer las páginas de este gran libro de historia escrito en sus paredes y suelos. El murmullo de un grupo de visitantes en la superficie -cada año entran unas 100.000 personas- rompe el silencio que reina en la cueva, con una temperatura bastante estable que no suele bajar de los 11 grados.

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Esta mandíbula tiene 1.200.000 años y fue atribuida a la especie 'Homo sp.' debido a la escasez de restos. J. M. BERMÚDEZ DE CASTRO

A punto de cumplirse 40 años del inicio de las excavaciones, recorremos Atapuerca con Eudald Carbonell, que acaba de recopilar en un libro la historia de este cruce de caminos, el lugar del mundo con más fósiles humanos descubiertos y en el que se ha formado toda una generación de científicos españoles. Le acompaña en esta aventura literaria la veterana periodista Rosa M. Tristán, coautora de Atapuerca. 40 años inmersos en el pasado (RBA-National Geographic)', en el que el público no especializado encontrará numerosas anécdotas, curiosidades y las claves para entender el complejo camino evolutivo que nos ha hecho sapiens.

Los neandertales (Homo neanderthalensis) han sido los últimos homínidos en salir a la luz (en 2016 y 2017 se han descubierto restos en dos de los 10 yacimientos del complejo paleontológico en los que se realizan trabajos en la actualidad). "No me quería jubilar sin encontrarlos", dice Carbonell cuando llegamos a la Cueva Fantasma, uno de los lugares donde se han hallado neandertales (el otro es la Galería de las Estatuas). En Atapuerca también hay fósiles de las especies Homo antecessor (de hace unos 850.000 años), Homo heidelbergensis (de hace unos 400.000 años) y Homo sapiens por todas partes". Carbonell está convencido de que el treintañero de la Sima del Elefante fue un Homo erectus aunque, como no se puede saber con seguridad a qué especie se puede asignar por la escasez y el estado fragmentario de los restos, ha sido catalogado como Homo sp.

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Eudald Carbonell y Rosa M. Tristán, coautora del libro 'Atapuerca. 40 años inmersos en el paso', en la Sima del Elefante JAVIER MARTÍNEZ
En la historia de la humanidad, sostiene el equipo de Atapuerca, no hubo un único camino y los restos esqueléticos de homínidos que han ido hallando a lo largo de estos 40 años han puesto de manifiesto que nuestra morfología no es sino el producto de miles de ensayos y variaciones que fueron seleccionadas de forma natural para adaptarse mejor al entorno. Carbonell cree que "somos el resultado de experimentos aleatorios, algunos fallidos". Por eso ha habido tantas especies y tan diversas.

Utilizando una copia del cráneo de un Homo erectus que conserva en su despacho de la Fundación Atapuerca, en la localidad vecina de Ibeas de Juarros, el arqueólogo nos enseña los rasgos que les ayudan a identificar especies. Como si fuera lo más natural del mundo, sobre su mesa tiene piedras de hace un millón de años y huesos de osos prehistóricos. Los fósiles humanos son tan importantes desde el punto de vista de la paleontología que suelen eclipsar los otros tesoros de los yacimientos: miles de restos de animales prehistóricos -osos, cánidos, cérvidos, roedores, caballos, elefantes y un largo etcétera- y herramientas que revelan el grado de desarrollo de nuestros antepasados.

Poner todo esto en conjunto, reconstruir cómo era el marco en el que vivían, es para Carbonell, lo más importante. "La paleoecología es lo que realmente hace la ciencia moderna". ¿Y cómo era este lugar hace un millón de años? "Se parecía mucho más a África o a Asia que a Burgos. Era un clima más húmedo, de safari, tendiente a subtropical. Había acumulaciones de agua; hemos encontrado restos del águila pescadora, que necesita un clima más cálido, y de hipopótamos que vivían en pozas". Por lo que respecta a la forma de vida de estos homínidos, "eran cazadores y recolectores. Se encontraban animales muertos y los aprovechaban. No comían hojas porque enseguida costó mucho metabolizarlas, pero sí tomaban frutas del bosque, raíces, tallos, tubérculos... Era una dieta omnívora clásica, aprovechaban todo y tomaban los alimentos crudos", repasa.

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HOMO ANTECESSOR'. Vivió hace 900.000 años. Medía entre 1,60 y 1,75 m. y su rostro tenía rasgos muy evolucionados, parecidos a los de 'Sapiens' , pero con frente arcaica. Su capacidad craneal era de 1.000 cm3. MAURICIO ANTÓN/MUSEO DE LA EVOLUCIÓN HUMANA
"A los 30 años uno era ya muy mayor, no porque no pudieran vivir mucho tiempo sino porque en esa época el estrés ambiental era muy grande. En la Sima de los Huesos hemos encontrado a un viejo, viejo, de unos 50 años. La capacidad de resistencia del ser humano es muy grande, pero estaban sometidos a muchos peligros y envejecían muy rápido", señala. No obstante, todo indica que nuestros antepasados de Atapuerca constituyeron "sociedades complejas y avanzadas, cuidaban a las personas, se vestían, etc."

El trazado del ferrocarril minero que empezó a construirse a finales del siglo XIX para enlazar las minas de hierro de Monterrubio con la estación de Villafría fue clave para la historia de Atapuerca. Con dinamita, los obreros abrieron en la sierra una enorme grieta, de medio kilómetro de longitud y unos 20 metros de profundidad, que sacó a la luz un entramado de cuevas del Pleistoceno. Esa hendidura se conoce como la Trinchera del Ferrocarril y es la primera que recorre el visitante cuando entra al complejo. "Hemos identificado cuatro kilómetros de cuevas", dice Carbonell mientras caminamos por la Trinchera y explica cómo se formó ese complejo de galerías y simas, lo que llaman un sistema kárstico. "Las cuevas nacen siempre de dentro hacia fuera, aunque la gente suele pensar que salen de fuera a dentro".

Corría el año 1977 cuando Carbonell pisó Atapuerca por primera vez, de la mano de Emiliano Aguirre. Acababa de terminar la carrera: "Los primeros años fueron muy difíciles porque el proyecto no estaba consolidado. Había muchas posibilidades para excavar y Emiliano Aguirre quería trabajar siempre en la Trinchera del Ferrocarril; decía que teníamos que averiguar dónde vivían porque en algún lugar tenían que estar", recuerda. Había poco dinero y solo algunos días para trabajar. Carbonell llegaba a recorrer a pie los 15 kilómetros para llegar a los yacimientos. "Pero es que, además, no encontrábamos casi nada", recuerda. En 1983 llegaron Bermúdez de Castro y Arsuaga. A lo largo de estos años, los tres han forjado una sólida amistad aunque admite que ha habido tensiones en lo que respecta al desarrollo del proyecto de Atapuerca y "división de pareceres sobre la estrategia" a seguir: "No ha sido fácil, pero las grandes decisiones han sido siempre por consenso", dice Carbonell.

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'HOMO HEIDELBERGENSIS'. Era un 35% más robusto que 'sapiens' y medía entre 1,65 y 1,80m. Vivió desde hace 600.000 años a 250.000 años y su cráneo medía hasta 1.350cm3. Solían morir antes de los 20 años. Aunque humanos de la Sima de los Huesos (de hace 430.000 años) fueron atribuidos provisionalmente a esa especie, en 2014 dejaron de estar considerados así . EDUARDO SÁIZ
El arqueólogo recuerda perfectamente la primera vez que bajó a la Sima de los Huesos, datada hace 430.000 años y donde se han hecho extraordinarios hallazgos. "Es una cueva impresionante", asegura. Aunque es conocida desde hace siglos, fue el descubrimiento en 1976 de restos humanos en esta cavidad lo que impulsó el proyecto de Atapuerca. Allí se encontró en 1992 el famoso cráneo nº5 (apodado Miguelón en honor a Miguel Induráin), el más completo del Pleistoceno Medio en todo el mundo. En total, se han hallado 28 individuos que según creen, no llegaron allí de forma accidental. Probablemente fue el lugar donde se arrojaron los cadáveres de aquellos humanos.

La Sima de los Huesos está en la Cueva Mayor, un poco alejada de la Trinchera del Ferrocarril. Carbonell tarda un par de minutos en abrir el gran portón, que tiene la cerradura por dentro para evitar que pueda ser forzada. Una vez dentro, el camino que lleva a la Sima de los Huesos pasa por la Sala del Coro, con estalactitas.

Desde aquella primera incursión de 1978, ha bajado cientos de veces a la Sima de los Huesos. La instalación eléctrica, la apertura de un agujero y otras obras de acondicionamiento en la cueva han permitido que las condiciones de trabajo ahora sean mucho mejores para los investigadores, que suelen permanecer un par de horas en grupos de dos o tres personas. Debido a la escasez de oxígeno, al inicio de los trabajos sufrieron algunos sustos y tuvieron que hacer un par de evacuaciones de urgencia: "No ha habido ningún muerto porque hemos tenido suerte. Al principio bajábamos muchas horas para aprovechar el tiempo y ha habido alguna ocasión en la que casi no salimos", recuerda.

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'HOMO SAPIEN' (i) y 'HOMO NEANDERTHALENSIS'. El neandertal tenía más capacidad craneal que 'sapiens', (1.500 cm3), cuerpo robusto, extremidades cortas y medía entre 1,50 y 1,70. Vivió hace entre 250.000 y 28.000 años EDUARDO SÁIZ
En el primer año de excavaciones de Atapuerca apenas participaron 10 personas. "En la última campaña, unas 350 procedentes de 18 países, 60 de ellas doctores, "que en una excavación es una barbaridad". "La calidad de la investigación está directamente ligada a la especialización de los investigadores", añade.

Hace sólo una década que empezaron a participar investigadores de otros países: "Aquí hubo una política muy estricta, que fue privilegiar a las personas del país porque queríamos que hubiera un masa crítica. España era un país que no tenía una estructura científica de ningún tipo, muchos de nosotros habíamos estudiado fuera y cuando volvimos empezamos a construir las infraestructuras científicas", señala.

Cuarenta años después, la mayoría de la historia de Atapuerca está por redescubrir. De los 400 yacimientos que hay, algunos al aire libre, sólo se ha trabajado en 10 y el arqueólogo estima que ha salido a la luz menos del 0,01% de los fósiles que conserva. El yacimiento de Gran Dolina, añade, es uno de los más prometedores a corto plazo y pronto esperan llegar a un nivel que les dará acceso a cientos de fósiles deHomo antecessor.

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Los tres codirectores de Atapuerca: José María Bermúdez de Castro (i), Juan Luis Arsuaga (c) y Eudald Carbonell MUSEO DE LA EVOLUCIÓN HUMANA
"Por supuesto, el relevo en la dirección del proyecto y de las excavaciones está planteado. Se hará con tranquilidad porque tenemos varios años por delante", dice el codirector José María Bermúdez de Castro, que este año ha cumplido los 65 (un año más que Carbonell y dos más que Arsuaga). "Quizás el resultado final sea diferente al que podemos pensar en la actualidad, pero lo cierto es que Atapuerca es más que un proyecto. Su calado socio-económico hará que el proyecto siga adelante, con el apoyo de las administraciones y de toda la sociedad", afirma.

A la hora de quedarse con un descubrimiento, Bermúdez de Castro no duda en quedarse con los primeros dientes humanos encontrados en el yacimiento de Gran Dolina-TD6 el 10 de julio de 1994: "A la postre serían parte del holotipo de Homo anteccesor, cuando la especie se publicó en 1997. Este descubrimiento y sus consiguientes investigaciones terminaron de abrir las puertas de Atapuerca al mundo científico", señala.

En estos 40 años, dice, ha vivido momentos muy emotivos desde el punto de vista profesional: "Me quedo quizás con la noticia que me dio Eudald circulando con un todoterreno entre Atapuerca e Ibeas. Me comentó que se había encontrado un bifaz en la Sima de los Huesos (Excalibur). No sé la razón pero se me saltaron las lágrimas. Era un descubrimiento importante, cierto, pero creo que me llegó algo más a la mente que la propia noticia. Creo que intuí el significado de aquel hallazgo, todavía cuestionado por la ciencia. Las intuiciones no tienen cabida en la ciencia objetiva, pero haberlas, hablas".

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¿DE QUÉ AÑO ES?

A la hora de estimar la antigüedad de los fósiles encontrados, siguen siendo imprescindibles técnicas clásicas como la del carbono-14, pero los paleontólogos usan también otros trucos en los yacimientos, como la presencia de restos de Mimomys savini, un roedor que se extinguió hace medio millón de años. Si aparece entre los restos saben que como mínimo tiene esa antigüedad.

Para datar con más precisión se usan técnicas basadas en el estudio de los elementos radiactivos como el uranio, el torio o el potasio que de forma natural hay en los sedimentos, o la termoluminiscencia. Por ejemplo, recuerda Carbonell, cuando se encontró en la Sima del Elefante la mandíbula que resultó ser de hace 1,2 millones de años, ya sabían "que tenía más de un millón de años por el estrato en el que estaba". Para saber con exactitud su antigüedad, usaron por primera vez en Atapuerca la datación de con núclidos cosmogénicos, berilio 10 y aluminio 26, que solo se puede hacer con materiales enterrados a más de siete u ocho metros de profundidad. Esos nucleidos se producen al interactuar los rayos cósmicos de la atmósfera y los átomos de las superficies expuestas en la Tierra.

Por otro lado, en los últimos años se ha dado un salto de gigante en la obtención de ADN de fósiles, llegando a extraerlo de fósiles de hace 400.000 años de la Sima de los Huesos y permitiendo el estudio genético de nuestros antepasados.
 
DESENTERRANDO EL PASADO
Los diez tesoros arqueológicos descubiertos en 2017
Aquí los descubrimientos más fascinantes del año: desde cientos de misteriosas estructuras de piedra en Arabia Saudí a la mujer que fue literalmente enterrada con el corazón de su esposo.
  1. Patrimonio_271235244_58416184_1706x960.jpg


    Uno de los descubrimientos arqueológicos del año: una mujer llamada Louise de Quengo, que murió en 1656, fue enterrada con el corazón de su esposo, literalmente. Se ha descubierto en un convento en Rennes, Francia.


    GALERIA :https://www.elespanol.com/cultura/p...s-arqueologicos-descubiertos/271252880_3.html

 
Historias
40 años de Atapuerca... y el 99% de los fósiles sigue enterrado
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Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca, sostiene una réplica del cráneo de 'Miguelón' JAVIER MARTÍNEZ


Cinco especies humanas vivieron o pasaron por esta sierra burgalesa durante los últimos 1,2 millones de años.

Al cumplirse 40 años de las excavaciones, recorremos los yacimientos con Eudald Carbonell, uno de sus directores

Ahora recopila en un libro su historia y lo que queda por descubrir: menos del 1% de fósiles ha salido a la luz

Tenía poco más de 30 años y casi era un anciano (o una anciana) para su época (vivió hace 1.200.000 años). "Los encontramos justo aquí", dice el arqueólogo Eudald Carbonell mientras muestra el lugar exacto en el que, en 2007, descubrieron la mandíbula y una falange de la mano del europeo más antiguo que se conoce. Acabamos de entrar en la Sima del Elefante, una de las cuevas de la sierra burgalesa de Atapuerca que han sido testigo de nuestra evolución. "Todas las especies humanas que vivieron en Europa están representadas en Atapuerca", asegura Carbonell que, desde hace 25 años, dirige los yacimientos junto con Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez de Castro.

La naturaleza, la historia y la suerte hicieron el resto, aliándose para formar cuevas que han conservado sus restos hasta nuestros días. Es emocionante pensar que el suelo que estamos pisando a varios metros de profundidad lo pisaron hace más de un millón de años nuestros antepasados. Si te quedas en silencio, escuchas la melodía que compone el viento al chocar con los tubos metálicos de los andamios que permiten a los científicos desde 1978 leer las páginas de este gran libro de historia escrito en sus paredes y suelos. El murmullo de un grupo de visitantes en la superficie -cada año entran unas 100.000 personas- rompe el silencio que reina en la cueva, con una temperatura bastante estable que no suele bajar de los 11 grados.

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Esta mandíbula tiene 1.200.000 años y fue atribuida a la especie 'Homo sp.' debido a la escasez de restos. J. M. BERMÚDEZ DE CASTRO

A punto de cumplirse 40 años del inicio de las excavaciones, recorremos Atapuerca con Eudald Carbonell, que acaba de recopilar en un libro la historia de este cruce de caminos, el lugar del mundo con más fósiles humanos descubiertos y en el que se ha formado toda una generación de científicos españoles. Le acompaña en esta aventura literaria la veterana periodista Rosa M. Tristán, coautora de Atapuerca. 40 años inmersos en el pasado (RBA-National Geographic)', en el que el público no especializado encontrará numerosas anécdotas, curiosidades y las claves para entender el complejo camino evolutivo que nos ha hecho sapiens.

Los neandertales (Homo neanderthalensis) han sido los últimos homínidos en salir a la luz (en 2016 y 2017 se han descubierto restos en dos de los 10 yacimientos del complejo paleontológico en los que se realizan trabajos en la actualidad). "No me quería jubilar sin encontrarlos", dice Carbonell cuando llegamos a la Cueva Fantasma, uno de los lugares donde se han hallado neandertales (el otro es la Galería de las Estatuas). En Atapuerca también hay fósiles de las especies Homo antecessor (de hace unos 850.000 años), Homo heidelbergensis (de hace unos 400.000 años) y Homo sapiens por todas partes". Carbonell está convencido de que el treintañero de la Sima del Elefante fue un Homo erectus aunque, como no se puede saber con seguridad a qué especie se puede asignar por la escasez y el estado fragmentario de los restos, ha sido catalogado como Homo sp.

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Eudald Carbonell y Rosa M. Tristán, coautora del libro 'Atapuerca. 40 años inmersos en el paso', en la Sima del Elefante JAVIER MARTÍNEZ
En la historia de la humanidad, sostiene el equipo de Atapuerca, no hubo un único camino y los restos esqueléticos de homínidos que han ido hallando a lo largo de estos 40 años han puesto de manifiesto que nuestra morfología no es sino el producto de miles de ensayos y variaciones que fueron seleccionadas de forma natural para adaptarse mejor al entorno. Carbonell cree que "somos el resultado de experimentos aleatorios, algunos fallidos". Por eso ha habido tantas especies y tan diversas.

Utilizando una copia del cráneo de un Homo erectus que conserva en su despacho de la Fundación Atapuerca, en la localidad vecina de Ibeas de Juarros, el arqueólogo nos enseña los rasgos que les ayudan a identificar especies. Como si fuera lo más natural del mundo, sobre su mesa tiene piedras de hace un millón de años y huesos de osos prehistóricos. Los fósiles humanos son tan importantes desde el punto de vista de la paleontología que suelen eclipsar los otros tesoros de los yacimientos: miles de restos de animales prehistóricos -osos, cánidos, cérvidos, roedores, caballos, elefantes y un largo etcétera- y herramientas que revelan el grado de desarrollo de nuestros antepasados.

Poner todo esto en conjunto, reconstruir cómo era el marco en el que vivían, es para Carbonell, lo más importante. "La paleoecología es lo que realmente hace la ciencia moderna". ¿Y cómo era este lugar hace un millón de años? "Se parecía mucho más a África o a Asia que a Burgos. Era un clima más húmedo, de safari, tendiente a subtropical. Había acumulaciones de agua; hemos encontrado restos del águila pescadora, que necesita un clima más cálido, y de hipopótamos que vivían en pozas". Por lo que respecta a la forma de vida de estos homínidos, "eran cazadores y recolectores. Se encontraban animales muertos y los aprovechaban. No comían hojas porque enseguida costó mucho metabolizarlas, pero sí tomaban frutas del bosque, raíces, tallos, tubérculos... Era una dieta omnívora clásica, aprovechaban todo y tomaban los alimentos crudos", repasa.

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HOMO ANTECESSOR'. Vivió hace 900.000 años. Medía entre 1,60 y 1,75 m. y su rostro tenía rasgos muy evolucionados, parecidos a los de 'Sapiens' , pero con frente arcaica. Su capacidad craneal era de 1.000 cm3. MAURICIO ANTÓN/MUSEO DE LA EVOLUCIÓN HUMANA
"A los 30 años uno era ya muy mayor, no porque no pudieran vivir mucho tiempo sino porque en esa época el estrés ambiental era muy grande. En la Sima de los Huesos hemos encontrado a un viejo, viejo, de unos 50 años. La capacidad de resistencia del ser humano es muy grande, pero estaban sometidos a muchos peligros y envejecían muy rápido", señala. No obstante, todo indica que nuestros antepasados de Atapuerca constituyeron "sociedades complejas y avanzadas, cuidaban a las personas, se vestían, etc."

El trazado del ferrocarril minero que empezó a construirse a finales del siglo XIX para enlazar las minas de hierro de Monterrubio con la estación de Villafría fue clave para la historia de Atapuerca. Con dinamita, los obreros abrieron en la sierra una enorme grieta, de medio kilómetro de longitud y unos 20 metros de profundidad, que sacó a la luz un entramado de cuevas del Pleistoceno. Esa hendidura se conoce como la Trinchera del Ferrocarril y es la primera que recorre el visitante cuando entra al complejo. "Hemos identificado cuatro kilómetros de cuevas", dice Carbonell mientras caminamos por la Trinchera y explica cómo se formó ese complejo de galerías y simas, lo que llaman un sistema kárstico. "Las cuevas nacen siempre de dentro hacia fuera, aunque la gente suele pensar que salen de fuera a dentro".

Corría el año 1977 cuando Carbonell pisó Atapuerca por primera vez, de la mano de Emiliano Aguirre. Acababa de terminar la carrera: "Los primeros años fueron muy difíciles porque el proyecto no estaba consolidado. Había muchas posibilidades para excavar y Emiliano Aguirre quería trabajar siempre en la Trinchera del Ferrocarril; decía que teníamos que averiguar dónde vivían porque en algún lugar tenían que estar", recuerda. Había poco dinero y solo algunos días para trabajar. Carbonell llegaba a recorrer a pie los 15 kilómetros para llegar a los yacimientos. "Pero es que, además, no encontrábamos casi nada", recuerda. En 1983 llegaron Bermúdez de Castro y Arsuaga. A lo largo de estos años, los tres han forjado una sólida amistad aunque admite que ha habido tensiones en lo que respecta al desarrollo del proyecto de Atapuerca y "división de pareceres sobre la estrategia" a seguir: "No ha sido fácil, pero las grandes decisiones han sido siempre por consenso", dice Carbonell.

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'HOMO HEIDELBERGENSIS'. Era un 35% más robusto que 'sapiens' y medía entre 1,65 y 1,80m. Vivió desde hace 600.000 años a 250.000 años y su cráneo medía hasta 1.350cm3. Solían morir antes de los 20 años. Aunque humanos de la Sima de los Huesos (de hace 430.000 años) fueron atribuidos provisionalmente a esa especie, en 2014 dejaron de estar considerados así . EDUARDO SÁIZ
El arqueólogo recuerda perfectamente la primera vez que bajó a la Sima de los Huesos, datada hace 430.000 años y donde se han hecho extraordinarios hallazgos. "Es una cueva impresionante", asegura. Aunque es conocida desde hace siglos, fue el descubrimiento en 1976 de restos humanos en esta cavidad lo que impulsó el proyecto de Atapuerca. Allí se encontró en 1992 el famoso cráneo nº5 (apodado Miguelón en honor a Miguel Induráin), el más completo del Pleistoceno Medio en todo el mundo. En total, se han hallado 28 individuos que según creen, no llegaron allí de forma accidental. Probablemente fue el lugar donde se arrojaron los cadáveres de aquellos humanos.

La Sima de los Huesos está en la Cueva Mayor, un poco alejada de la Trinchera del Ferrocarril. Carbonell tarda un par de minutos en abrir el gran portón, que tiene la cerradura por dentro para evitar que pueda ser forzada. Una vez dentro, el camino que lleva a la Sima de los Huesos pasa por la Sala del Coro, con estalactitas.

Desde aquella primera incursión de 1978, ha bajado cientos de veces a la Sima de los Huesos. La instalación eléctrica, la apertura de un agujero y otras obras de acondicionamiento en la cueva han permitido que las condiciones de trabajo ahora sean mucho mejores para los investigadores, que suelen permanecer un par de horas en grupos de dos o tres personas. Debido a la escasez de oxígeno, al inicio de los trabajos sufrieron algunos sustos y tuvieron que hacer un par de evacuaciones de urgencia: "No ha habido ningún muerto porque hemos tenido suerte. Al principio bajábamos muchas horas para aprovechar el tiempo y ha habido alguna ocasión en la que casi no salimos", recuerda.

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'HOMO SAPIEN' (i) y 'HOMO NEANDERTHALENSIS'. El neandertal tenía más capacidad craneal que 'sapiens', (1.500 cm3), cuerpo robusto, extremidades cortas y medía entre 1,50 y 1,70. Vivió hace entre 250.000 y 28.000 años EDUARDO SÁIZ
En el primer año de excavaciones de Atapuerca apenas participaron 10 personas. "En la última campaña, unas 350 procedentes de 18 países, 60 de ellas doctores, "que en una excavación es una barbaridad". "La calidad de la investigación está directamente ligada a la especialización de los investigadores", añade.

Hace sólo una década que empezaron a participar investigadores de otros países: "Aquí hubo una política muy estricta, que fue privilegiar a las personas del país porque queríamos que hubiera un masa crítica. España era un país que no tenía una estructura científica de ningún tipo, muchos de nosotros habíamos estudiado fuera y cuando volvimos empezamos a construir las infraestructuras científicas", señala.

Cuarenta años después, la mayoría de la historia de Atapuerca está por redescubrir. De los 400 yacimientos que hay, algunos al aire libre, sólo se ha trabajado en 10 y el arqueólogo estima que ha salido a la luz menos del 0,01% de los fósiles que conserva. El yacimiento de Gran Dolina, añade, es uno de los más prometedores a corto plazo y pronto esperan llegar a un nivel que les dará acceso a cientos de fósiles deHomo antecessor.

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Los tres codirectores de Atapuerca: José María Bermúdez de Castro (i), Juan Luis Arsuaga (c) y Eudald Carbonell MUSEO DE LA EVOLUCIÓN HUMANA
"Por supuesto, el relevo en la dirección del proyecto y de las excavaciones está planteado. Se hará con tranquilidad porque tenemos varios años por delante", dice el codirector José María Bermúdez de Castro, que este año ha cumplido los 65 (un año más que Carbonell y dos más que Arsuaga). "Quizás el resultado final sea diferente al que podemos pensar en la actualidad, pero lo cierto es que Atapuerca es más que un proyecto. Su calado socio-económico hará que el proyecto siga adelante, con el apoyo de las administraciones y de toda la sociedad", afirma.

A la hora de quedarse con un descubrimiento, Bermúdez de Castro no duda en quedarse con los primeros dientes humanos encontrados en el yacimiento de Gran Dolina-TD6 el 10 de julio de 1994: "A la postre serían parte del holotipo de Homo anteccesor, cuando la especie se publicó en 1997. Este descubrimiento y sus consiguientes investigaciones terminaron de abrir las puertas de Atapuerca al mundo científico", señala.

En estos 40 años, dice, ha vivido momentos muy emotivos desde el punto de vista profesional: "Me quedo quizás con la noticia que me dio Eudald circulando con un todoterreno entre Atapuerca e Ibeas. Me comentó que se había encontrado un bifaz en la Sima de los Huesos (Excalibur). No sé la razón pero se me saltaron las lágrimas. Era un descubrimiento importante, cierto, pero creo que me llegó algo más a la mente que la propia noticia. Creo que intuí el significado de aquel hallazgo, todavía cuestionado por la ciencia. Las intuiciones no tienen cabida en la ciencia objetiva, pero haberlas, hablas".

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¿DE QUÉ AÑO ES?

A la hora de estimar la antigüedad de los fósiles encontrados, siguen siendo imprescindibles técnicas clásicas como la del carbono-14, pero los paleontólogos usan también otros trucos en los yacimientos, como la presencia de restos de Mimomys savini, un roedor que se extinguió hace medio millón de años. Si aparece entre los restos saben que como mínimo tiene esa antigüedad.

Para datar con más precisión se usan técnicas basadas en el estudio de los elementos radiactivos como el uranio, el torio o el potasio que de forma natural hay en los sedimentos, o la termoluminiscencia. Por ejemplo, recuerda Carbonell, cuando se encontró en la Sima del Elefante la mandíbula que resultó ser de hace 1,2 millones de años, ya sabían "que tenía más de un millón de años por el estrato en el que estaba". Para saber con exactitud su antigüedad, usaron por primera vez en Atapuerca la datación de con núclidos cosmogénicos, berilio 10 y aluminio 26, que solo se puede hacer con materiales enterrados a más de siete u ocho metros de profundidad. Esos nucleidos se producen al interactuar los rayos cósmicos de la atmósfera y los átomos de las superficies expuestas en la Tierra.

Por otro lado, en los últimos años se ha dado un salto de gigante en la obtención de ADN de fósiles, llegando a extraerlo de fósiles de hace 400.000 años de la Sima de los Huesos y permitiendo el estudio genético de nuestros antepasados.

No nos hacemos idea de lo que es Atapuerca para el estudio de nuestra evolución, el yacimiento más impresionante del mundo ¡y está en Burgos!
 
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4 ENE 2018 - 10:30 CET
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Hallazgo de los restos de las dos niñas en el yacimiento de Upward Sun River, en Alaska. UNIVERSITY OF ALASKA FAIRBANKS


Una niña está reescribiendo buena parte de la historia de los primeros americanos. Sus restos, hallados en Alaska, tienen una antigüedad de unos 11.600 años. Un grupo de investigadores ha logrado obtener su genoma completo. Al compararlo con el de nativos americanos tanto ancestrales como actuales, han comprobado que pertenecía a un pueblo desconocido hasta ahora. Más importante aún, los genes de la pequeña señalan que los primeros americanos son más antiguos de lo que se creía y cruzaron desde Asia antes de lo que se pensaba.

La teoría más aceptada sobre los primeros americanos mantiene que cruzaron a América desde Asia por un puente terrestre que quedó sumergido al final de la última glaciación. Lo que no está tan claro es si aquellos primeros colonos pertenecían a un mismo grupo o vinieron en distintas oleadas. Tampoco se sabe con certeza cuándo cruzaron y qué paso en los milenios siguientes hasta llegar a la amplísima diversidad genética, lingüística y cultural de los actuales nativos americanos.

"En 2015 mostramos que los ancestros de los nativos americanos entraron en una única oleada desde Siberia y que fue en América donde divergieron en dos grandes ramas", dice el investigador en paleogenómica del Museo de Historia Natural de Dinamarca, el mexicano Víctor Moreno Mayar. Aquel trabajo, publicado en Science, señalaba que la división americana se produjo hace unos 13.000 años, cuando los hielos de la última glaciación estaban en retirada. Ahora, el nuevo estudio liderado por Moreno desvela que la niña de Alaska era una nativa americana "pero su ADN nos dice que formaba parte de una población externa, diferente de las otras dos ramas".

La niña, nombrada Pequeño Amanecer, solo vivió entre seis y doce semanas y fue enterrada en las cercanías del río Upward Sun, en la parte central de Alaska. El yacimiento ya ha dado algunos frutos, como el registro más antiguo de consumo de salmón en suelo americano. Su datación por radiocarbono la sitúa como uno de los fósiles humanos más antiguos localizados más al norte.

Pero son sus genes los que más alegrías están dando a la ciencia. Al contar con los datos de todo su genoma, su ADN se convierte en un punto de referencia muy robusto a la hora de compararlo con otras poblaciones del pasado. Teniendo en cuenta mecanismos de diferenciación como la deriva genética, el flujo de genes entre grupos o la tasa de mutaciones, los investigadores lograron un reloj biológico muy preciso cuyos resultados publica la revista Nature.

Así, los investigadores confirmaron que los ancestros de los primeros americanos empezaron a diferenciarse de otros pueblos asiáticos hace más de 36.000 años. Doce milenios después, el aislamiento era completo, reforzado porque fue entonces cuando la Edad de Hielo marcó su máximo glacial, quedando muy pocas regiones del hemisferio norte libres de hielo y con presencia humana. "La niña nos dice también que hace 20.000 años los nativos americanos ya eran americanos", comenta Moreno. Estuvieran donde estuvieran (en Asia, América o entremedias), para entonces eran genéticamente diferentes de los asiáticos.

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Ilustración de cómo debía ser el poblado de Pequeño Amanecer. ERIC S. CARLSON Y BEN POTTER


"Lo que no sabemos es dónde se originó el linaje americano", reconoce Moreno. Pero Pequeño Amanecer vuelve a dar pistas. Después de su separación inicial, los genes de la niña muestran que sus antepasados mantuvieron el contacto (hubo flujo genético) con las otras poblaciones americanas. Y para ello debían estar en la misma región, probablemente al norte de la gigantesca capa de hielo que cubría casi todo el actual Canadá y buena parte de los EE UU. Por entonces, la corriente del Pacífico norte hacía de Alaska un lugar más habitable y libre de hielo perpetuo.

Sobre la relevancia del estudio, el investigador de las universidades de Cambridge (Reino Unido) y Copenhague (Dinamarca) y coautor del estudio, Eske Willerslev, afirma: "Hemos podido mostrar que probablemente entraron en Alaska hace algo más de 20.000 años. Se trata de la primera vez que tenemos una evidencia genética directa de que todos los nativos americanos pueden ser rastreados hasta una única población de origen, por medio de una única migración fundadora", afirma.

Las palabras de Willerslev, y toda la investigación, vienen a confirmar parte de la conocida como hipótesis de la parada en Beringia. Postulada en 2007, en ella se sostiene que los ancestros de los primeros americanos se aislaron durante milenios de sus orígenes asiáticos y que aquella población fundacional encontró refugio en alguna región desconocida situada en el encuentro entre Asia y América hoy sumergida bajo el estrecho de Bering. El estudio de Nature corrobora el aislamiento durante milenios pero no dónde se produjo.

"¿Dónde estuvo viviendo esta población aislada de ancestrales nativos americanos hace más de 15.000 años? La cuestión se complica por el hecho de que este periodo de aislamiento se produjo durante el Último Máximo Glacial, cuando las condiciones eran tan frías y secas en el hemisferio norte que las poblaciones humanas de muchos lugares, como Siberia, tuvieron que abandonarlas por un clima tan extremo", recuerda el científico del Instituto de Investigación Ártica y Alpina de la Universidad de Colorado-Boulder (EE UU), John F. Hoffecker.

Para Hoffecker, que no ha participado en el actual estudio, la investigación aunque relevante, falla al no reconocer la existencia de pistas sobre la presencia humana en diversas partes de Beringia muy anteriores (de 30.000 a 25.000 años). "No tenemos ADN antiguo de estas zonas, por lo que no sabemos si eran en realidad nativos americanos ancestrales, pero no es ilógico suponer que lo fueran y, por tanto, que se tratara de la población que quedó aislada en Beringia de su origen asiático durante el último Máximo Glacial", afirma.

https://elpais.com/elpais/2018/01/03/ciencia/1514970823_405582.html
 
MENORCA
La cueva escondida de los trepanadores del pelo rojo
Una gruta descubierta en Menorca alberga restos humanos con cabellos teñidos hace 3.300 años

MANUEL ANSEDE
17 ENE 2018 - 13:09 CET
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Los investigadores inspeccionan la cueva de Biniadrís, en la isla de Menorca. PROYECTO BINIADRÍS


La arqueóloga Eva Alarcón recuerda perfectamente el día del verano de 2015 en el que entró por primera vez a aquel rincón olvidado durante milenios. “Sentí escalofríos”, rememora. La investigadora se había encaramado a la pared de un barranco, a 16 metros del suelo. Allí, en una cueva prácticamente inaccesible de apenas 10 metros cuadrados, había multitud de cráneos humanos cubiertos por una capa de lodo. Algunos de ellos mostraban un orificio perfecto: habían sido trepanados. “Es emocionante pensar que estás en un lugar donde parece que el tiempo se detuvo hace 3.000 años”, relata.

Alarcón es la codirectora de las excavaciones en la cueva de Biniadrís, descubierta en 2013 en la isla de Menorca. Su equipo ha identificado huesos de alrededor de un centenar de personas, según sus cálculos preliminares. La gruta, explica, se usó desde hace unos 3.300 años hasta hace unos 2.600 como un lugar de enterramiento, “un espacio sagrado” en el que se llevaban a cabo enigmáticos rituales funerarios.

“No sabemos cómo llevaban los cadáveres hasta la cueva. Parece que los envolvían en una especie de sudario de lino y los transportaban a la espalda”, señala. “Colocaban el cadáver en el centro de la cueva, espolvoreaban ocre rojo por encima y lo dejaban allí, hasta que había que hacer sitio para otro cadáver. Entonces, apiñaban los restos antiguos en los laterales de la cueva”, detalla la arqueóloga, de la Universidad de Granada.

Alarcón muestra fotografías de uno de los hallazgos más impactantes de Biniadrís: mechones perfectamente conservados de pelo coloreado por el ocre. “A las personas que morían les cortaban un mechón y lo metían en un tubito, de cuero, de madera o de otro material”, describe. En las tapas de estos recipientes, elaboradas con hueso, grababan series de círculos concéntricos casi perfectos. Es imposible saber qué significaban estas ceremonias para ellos. En la misma época, los asirios alababan a Enki, el dios del agua dulce; y los egipcios adoraban a Osiris. Como otros miles de creencias que fueron la verdad revelada y motivo de guerras para generaciones enteras de seres humanos, hoy ya no significan nada.

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Cráneos apiñados en el interior de la cueva de Biniadrís (Menorca). PROYECTO BINIADRÍS

El equipo de la arqueóloga acaba de publicar los primeros resultados de sus investigaciones en la revista especializada Quaternary International. En Biniadrís han aparecido también botones de hueso, similares a los de una trenca actual, que indican que los cadáveres estaban vestidos. “Los botones eran piezas de artesanía, que quizá pasaban de generación en generación”, apunta el arqueólogo Manuel Altamirano, también de la Universidad de Granada.

En su estudio, el grupo de Alarcón describe cinco cráneos trepanados, con agujeros prácticamente perfectos. En algunos de ellos apenas cabe un lápiz, pero otros orificios llegan a los tres centímetros. Sus rebordes indican que el hueso se regeneró tras la operación. Los individuos siguieron viviendo.

“La trepanación era una operación médica habitual desde el Neolítico para aliviar la presión de las meninges, ante fuertes dolores de cabeza”, explica la arqueóloga Marta Díaz-Zorita. Esta especialista de la Universidad de Tubinga (Alemania) lleva a cabo las investigaciones antropológicas de los restos hallados en Biniadrís, pertenecientes a la cultura talayótica, la Edad del Bronce de Menorca. “Las trepanaciones eran realizadas por personas que tenían un cierto conocimiento. Hacían los agujeros por abrasión, con una herramienta de piedra, como una lija, y luego con una punta. Tendrían algún tipo de analgésico para evitar el dolor”, especula.

La cueva de Biniadrís es la última sorpresa del territorio funerario de Calescoves, en el término municipal de Alaior, donde desde la década de 1990 se han encontrado otras cavidades con inhumaciones similares, como las de Es Mussol, Es Càrritx y Es Pas. Pero, incluso en este marco extraordinario, Biniadrís es “excepcional” por la calidad de sus restos, según Díaz-Zorita. Las excavaciones, financiadas por la Fundació Rubió i Tudurí y el Consell Insular, continuarán el próximo verano. La cueva todavía esconde mucha información sobre los trepanadores del pelo rojo.

CAMINO DE SER PATRIMONIO MUNDIAL


La cueva de Biniadrís es la última joya de la Menorca talayótica, una cultura presente en más de 1.500 yacimientos en apenas 700 kilómetros cuadrados de isla, según las cifras del Consell Insular. La institución ha promovido en los últimos años la candidatura de una selección de estos lugares arqueológicos a entrar en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. Sin embargo, tras un informe del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios que recomendaba reformular la propuesta, el Consell Insular anunció en mayo que retrasaba la candidatura. El documento reconocía el potencial de la Menorca talayótica, pero alertaba de algunas faltas, como pintadas y vegetación en algunos yacimientos.

https://elpais.com/elpais/2018/01/15/ciencia/1516041205_651219.html
 


ARQUEOLOGÍA
Cuenta con 350 kilómetros de extensión conectados por medio metro
Descubren en México la cueva sumergida en agua más grande del mundo
    • JAVIER BRANDOLI
    • Ciudad de México
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  • 17 ENE. 2018 17:17
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Descubren en México la cueva sumergida en agua más grande del mundo REUTERS (Imagen) | EL MUNDO / CAROLINA NIETO (Vídeo)
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El sacrificio de los mayas para pedir lluvia a los dioses

Arqueólogos mexicanos descubren la 'puerta de entrada' al inframundo maya

"Es una de las últimas fronteras y odiseas humanas. Posiblemente estamos anteuna de las zonas arqueológicas más importantes del planeta", explica a EL MUNDO el arqueólogo Guillermo De Anda, del Instituto Nacional de Antropología de México, director de este proyecto bautizado como Gran Acuífero Maya. De lo que habla el investigador no es de un mundo exterior, sino de las entrañas del planeta. "Hemos descubierto el pasado 10 de enero la cueva inundada más grande del mundo", confirma.

A su lado, Robert Schmittner explica los detalles de este enorme descubrimiento que, pese a los muchos años invertidos en dar este primer paso, es la punta de un enorme iceberg: "Estuvimos 20 años haciendo los mapas y llevo 14 años buceando por los posibles lugares de conexión entre las dos cuevas. Una vez estuvimos muy cerca, a un metro de pared entre ambos acuíferos, pero no se conectaban y seguimos buscando el punto donde sí lo hicieran", explica el buzo que ha gastado 14 años entre las rocas y aguas del subsuelo del estado mexicano de Quintana Roo.

Oficialmente tenemos hoy el sistema de cavernas inundadas más grande del mundo con una extensión de 350 kilómetros conformados por la unión de dos famosos cenotes: el turístico Dos Ojos y Sac Actun. Sin embargo, los investigadores creen que el agujereado subsuelo de la Península del Yucatán reserva nuevos descubrimientos.

¿Hay más? ¿Puede haber uniones con otros acuíferos? "En mi opinión sólo hemos comenzado. La siguiente conexión, ya estamos cerca de hallarla, conformará una cueva de más de 500 kilómetros", explica Schmittner. La previsión, según los mapas con los que están trabajando de este inmenso entramado de cavernas acuáticas, es que se pueden alcanzar los 1.000 kilómetros de extensión: "Podemos hablar de una cueva de 1.000 kilómetros que la convertiría en la más grande del mundo inundada y en seco", señala De Anda.

Queda en todo caso un trabajo casi milimétrico para seguir avanzando. "El paso que encontramos entre ambas cuevas es muy estrecho. Tuve que quitarme las botellas de oxígeno e introducirlas primero y luego pasar yo por un hueco de no más de medio metro", explica Schmittner sobre este mundo escondido y enigmático que conforman cientos de cenotes que los mayas ocuparon y que son en todo caso un vestigio del último gran cambio climático que sufrió el planeta.

"Estamos reportando las consecuencias del último gran cambio climático que hubo en la Tierra. Lo que aquí hallamos es una gran lección para entender lo que está pasando hoy", dice De Anda, que recuerda que estas cavernas se inundaron tras la desglaciación y hasta entonces vivían allí humanos y animales. "Hablamos de testar el Pleistoceno y el Holoceno", incide el arqueólogo.

Y es que entre esa oscuridad inundada se están hallando cientos de huesos humanos y de animales, restos de la civilización maya que usaba los cenotes como lugares sagrados, especies de animales endémicas y huesos de especies animales ya desaparecidas. "Hay restos de animales y humanos de entre 10.000 y 15.000 años. Entre los más de 200 cenotes que hemos buceado hemos hallado también restos de templos, casas, vasijas y huesos de los mayas", comenta el buzo. ¿Han hallado animales o un ecosistema distinto? "Dentro de este sistema hay dos especies de peces ciegos, sin ojos, que son endémicos de la cueva. También hay algún tipo de crustáceo propio", responde Schmittner.

Por el momento, y a la espera de que el equipo de buzos conformado también por Marty O Farrell, Jim Josiak y Sev Regehr, junto al mencionado Schmittner, sigan sumergiéndose, mapeando el inframundo inundado de los mayas y consigan como parece hallar nuevos puntos de encuentro revisando palmo a palmo la profunda oscuridad de los cenotes, la clasificación de los grandes acuíferos queda con este nuevo sistema, que recibe el nombre Sac Antun, como el más grande con sus 347 kilómetros.

Hallazgos anteriores
Hasta hace un par de días, el Sistema Ox Bel Ha, localizado al sur de Tulum era el más largo con 270 kilómetros; el Sistema Sac Actun, ubicado al noreste, de Tulum, tenía 263 km y ocupaba el segundo lugar en extensión. El tercero en la lista es el Sistema Kook Baal con 93 km y el cuarto era el Sistema Dos Ojos, que contaba con 84 km; este último se suma ahora al Sistema Sac Actun, como resultado de esta intensiva exploración. Según datos del Quintana Roo Speleological Survey, sólo en el norte de Quintana Roo hay 358 sistemas de cuevas sumergidas, lo que representan cerca de 1.400 km de pasajes inundados de agua dulce.

Además, y como resultado de esta búsqueda, el grupo de exploración del GAM ha registrado otro importante sistema con una longitud de 18 km hasta ahora denominado "la madre de todos los cenotes", cuya profundidad máxima es de 20 metros y se encuentra al norte de Sac Actun. La madre de todos los cenotes, es por el momento un sistema individual, pero el equipo del GAM está muy cerca de conectarlo con el Sistema Sac Actun también.

Por último, el grupo de investigadores que conforma el Gran Acuífero Maya no quiere olvidar a la persona que hizo del buceo entre cenotes de Tulum un trabajo de décadas que fue el germen de todo lo que se está descubriendo. "Bil Phillips exploró hasta los últimos días de su vida este maravilloso mundo subacuático. Durante más de 40 años se consagró a comprender el acuífero a través de la investigación de estas aguas ancestrales. El equipo del GAM le dedica este importante y valioso logro a Bil, quien fuera el cartógrafo subacuático del proyecto y quien falleció en noviembre de 2017".

México
 
Descubren cómo se movían las piedras con las que se construyó la gran pirámide de Guiza
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Una panorámica de la Gran Pirámide de Guiza, en Egipto. (WIKIPEDIA)



Un papiro escrito por un capataz desvela que se usaron canales artificiales por los que flotaban botes de madera sobre los que iban las piedras. Esos canales llegaban casi hasta la base de la pirámide y permitían mover los enormes pesos de los 2,3 millones de bloques de piedra que se emplearon.

20MINUTOS.ES. 26.09.2017 - 08:32h

Hicieron falta más de 170.000 toneladas de piedra caliza para construir la Gran Pirámide en Guiza, en Egipto y esa cantidad de material se movió hace nada menos que 4.500 años, puesto que fue construida en torno al 2570 a. C por mandato del faraón Keops. Hasta ahora muchas teorías habían creído resolver el misterio de cómo en el antiguo Egipto se lograron mover las grandes piedras, de varias toneladas, desde las canteras hasta la obra. Sin embargo la respuesta definitiva estaba en el papiro de un capataz. El papiro, descubierto en una excavación arqueológica en el puerto de Wadi al-Jafr, fue escrito por Merer, un jefe de cuadrilla que tenía a sus órdenes a 40 marineros y peones de élite. Hicieron falta 2,3 millones de bloques de piedra para la construcción, algunos procedentes de la cercana cantera de Tura, pero otros fueron traídos de casi 800 kilómetros de distancia.

El texto desvela que se construyeron canales artificiales que llegaban a pocos metros de la base de la pirámide. Por ellos y desde el Nilo se movían los bloques sobre botes de madera cosidos con cuerdas, de los que tiraban los peones, moviendo las rocas con facilidad hasta la zona de su colocación. En el mismo lugar donde se halló el papiro también se encontraron restos de un barco ceremonial y evidencias de un sistema hidráulico. El autor del descubrimiento y el descifrado del papiro es el arqueólogo Pierre Tale, que pasó cuatro años minuciosamente descifrando el texto. Todos los detalles se dan a conocer en el documental , dijo al Canal 4 en el nuevo documental de la Egypt's Great Pyramid: The New Evidence : "Desde el mismo día del descubrimiento era bastante evidente que teníamos ante nosotros el papiro más antiguo jamás encontrado en el mundo", dice en el documental el arqueólogo. Este descubrimiento encajaría con el del arqueólogo Mark Lehner, que ha dedicado su carrera a descubrir quién construyó las pirámides, y que hace poco explicó cómo su equipo había descubierto un canal escondido debajo de la meseta de Giza.

http://www.20minutos.es/noticia/314...las-piedras-se-construyo-gran-piramide-guiza/

Fascinante, muchas gracias por tan interesante información respecto a este gran misterio.

Yo me había quedado con esta teoría...;)

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ARQUEOLOGÍA
Anjesenamón se casó con el faraón niño y, tras su muerte prematura, con Ay
Egipto inicia la búsqueda de la tumba de la esposa de Tutankamón
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Pinturas que decoran la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes E. M.




Egipto aparta al arqueólogo Reeves de la investigación de la tumba de Tutankamón

La "conmoción climática" que derrotó a Cleopatra

La búsqueda de la tumba de Anjesenamón, la esposa de Tutankamón (1336-1327 a.C.), ha comenzado. El mediático egiptólogo Zahi Hawass lidera la expedición egipcia que tratará de localizar el lugar de su descanso eterno en el Valle de los Reyes, en la orilla occidental de Luxor, a unos 600 kilómetros al sur de El Cairo.

Según el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio, Mustafa al Waziri, la misión horada las proximidades del enterramiento de Ay, el faraón que sucedió a Tutankamón y con el que se esposó Anjesenamón tras la prematura muerte del "faraón niño". La zona, una sección del Valle de los Reyes, recibe popularmente el nombre del "Valle de los Monos" por la docena de simios representada en los muros de la tumba de Ay.

En sus alrededores los expertos tratan de hallar una tumba desconocida hasta ahora perteneciente a la dinastía XVIII. "Durante una excavación en el Valle de los Reyes encontramos junto al enterramiento de Ay los depósitos de fundación, una oquedad llena de objetos como cerámica, retos de comida, herramientas y otros materiales", relató el pasado verano a EL MUNDO Hawass, ex ministro egipcio de Antigüedades. "Cuando los antiguos egipcios hacían eso, sólo podía significar que se estaba construyendo una nueva tumba", agregó.

Un pariente del faraón niño
Su esperada aventura arranca tras obtener el plácet del comité permanente de las antigüedades egipcias, ha informado este viernes el ministerio de Antigüedades en un escueto comunicado. A juicio de Al Waziri, el difunto más probable de la tumba es alguien emparentado con Tutankamón. Los objetos hallados datan del reino de Amenhotep III, padre de Ajenatón -el primer faraón monoteísta de la Historia- y abuelo de Tutankamón.

?"De momento, es solo un presentimiento", advirtió en declaraciones a este diario Hawass. Una prueba de radar ha detectado ya la existencia de una anomalía situada unos cinco metros por debajo del nivel del suelo, lo que algunos señalan como la posible entrada al enterramiento. "Hasta que no lo excavemos podría ser cualquier cosa", ha reconocido el arqueólogo a la prensa local.

Precisamente, Hawass ha dirigido en el último año una misión italiana encargada de, con ayuda del radar, auscultar la árida geografía del Valle de los Reyes en busca de "cavidades no conocidas hasta la fecha".

Sin la supervisión de Hawass, el equipo de expertos italianos también ha asumido la tarea de comprobar la teoría de Nicholas Reeves que hace más de dos años sugirió la existencia de dos espacios ocultos en los muros oeste y norte de la tumba de Tutankamón. Según su tesis, una de las cavidades albergaría la cámara funeraria de la esquiva Nefertiti. De momento, sin embargo, no ha trascendido ningún detalle sobre los resultados del proyecto.

Hasta ahora, el mayor éxito de este polémico arqueólogo egipcio fue trazar el árbol genealógico de Tutankamón. "Descubrimos a través de estas técnicas que su padre era Ajenatón y que la reina Tiyi era su abuela. Fue realmente sorprendente. Jamás imaginé que el ADN podría relevar tales secretos", confesó Hawass en una entrevista a este diario.

Los resultados de la investigación -publicada a principios de 2010 junto a la constatación de que la malaria y una enfermedad ósea provocaron la muerte prematura de Tutankamón- han alentado ahora una nueva fase del proyecto. "Quiero recuperar la iniciativa. Vamos en busca de la madre de la reina Nefertiti. Sospecho que podría ser la momia hallada en la KV21. La estamos estudiando a partir de su hermana Mutbenret. También someteremos a examen a las momias de Ramsés II y sus parientes. Es el mismo equipo que ya averiguó las causas del fallecimiento de Tutankamón".

http://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2018/01/19/5a62134e22601d504a8b457a.html
 
Hallan cuatro ataúdes en tres pozos al sur de las Pirámides de Guiza EFE 01.02.2018 - 14:22H Uno de los féretros tiene tallada una inscripción con el nombre del rey Ptolomeo IV. Los descubrimientos arqueológicos fueron depositados en el almacén del museo de la zona para su restauración y mantenimiento.

EFE 01.02.2018 - 14:22H Uno de los féretros tiene tallada una inscripción con el nombre del rey Ptolomeo IV. Los descubrimientos arqueológicos fueron depositados en el almacén del museo de la zona para su restauración y mantenimiento. Varios turistas disfrutan de un paseo a camello delante de la Pirámides en Guiza (Egipto). KHALED ELFIQI / EFE


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Varios turistas disfrutan de un paseo a camello delante de la Pirámides en Guiza (Egipto). KHALED ELFIQI / EFE



Un grupo de arqueólogos ha descubierto cuatro ataúdes, uno de los cuales tiene tallada una inscripción con el nombre del rey Ptolomeo IV, en la zona de Abu Sir, al sur de las Pirámides de Guiza, en el suroeste de El Cairo, según informó el Ministerio de Antigüedades de Egipto. El ministerio explicó que fueron hallados tres pozos de entierro tallados en las rocas, dentro de los cuales se encontraron ataúdes de madera, vasijas y envolturas para preservar las entrañas, lo más probable, de animales. El director del sector de Antigüedades, Ayman Ashmaui, indicó que el primer pozo lleva a una pequeña cámara funeraria, donde hallaron dos ataúdes rectangulares pequeños, en malas condiciones, y dentro descubrieron dos momias pequeñas "probablemente de dos aves". Los arqueólogos egipcios encontraron también rollos de forma esférica donde se hallan las entrañas de las momias y 22 vasijas simbólicas de fayenza, material cerámico de acabado exterior vítreo. Según estudios preliminares, en el primer ataúd está tallado el nombre de Ptolomeo IV (221-203 a.C) en un cartucho, mientras que el segundo cuenta con escritos jeroglíficos con tinta negra, aunque no son legibles. Dentro del segundo y tercer pozo hay partes de otros dos sarcófagos donde hallaron dos momias de aves, encima de las cuales hay una lámina de resina negra en buenas condiciones de conservación. Todos los descubrimientos arqueológicos fueron depositados en el almacén del museo de la zona para su restauración y mantenimiento.

https://www.20minutos.es/noticia/3250332/0/hallan-cuatro-ataudes-tres-pozos-sur-piramides-guiza/
 
Localizan la sepultura de un adolescente islámico del siglo VIII en Barcelona EFE 06.02.2018

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La sepultura fue descubierta tras el inicio de obras en el antiguo barrio de la Ribera. Se trata de una sepultura que responde a los cánones islámicos: el cuerpo esta enterrado de lado con el cráneo mirando hacia la Meca. La falta de elementos y materiales encontrados durante la excavación no permite precisar su conología exacta. Imagen de una necrópolis medieval. A. ALVÁREZ / EFE

Una intervención arqueológica en el barrio de la Ribera de Barcelona ha puesto al descubierto la sepultura de un adolescente islámico que data de entre los siglos VIII y XI, según ha informado el Servicio Arqueológico de la Ciudad Condal. Unos trabajos en la calle Antic de Sant Joan, antes de iniciar las obras de una nueva red de alcantarillado y recogida neumática de basuras, ha permitido encontrar una sepultura islámica. Los trabajos, dirigidos por el arqueólogo Walter Alegría Tejedor, de la empresa Global Geomática SL, han permitido documentar parte del antiguo barrio de la Ribera del siglo XVII y XVIII, derribado durante la construcción de la Ciudadela borbónica. Durante la última semana, esta operación ha permitido localizar una sepultura islámica, identificada por las características comunes empleadas en este tipo de ritual funerario. En concreto, se trata de una sepultura excavada directamente en las arenas naturales, en fosa simple, donde el individuo está orientado como mandan los cánones islámicos: enterrado de lado con el cráneo mirando hacia el Este, hacia la Meca.

Según ha informado el Servicio Arqueológico de Barcelona, se trata de un adolescente, sin poder precisar su género por su precario estado de conservación, y no presenta ninguna patología aparente. Durante la excavación de la tumba no se ha encontrado ningún elemento de ajuar ni ningún material arqueológico, lo que no permite precisar su cronología exacta, por lo que los arqueólogos sitúan la antigüedad de la tumba en un tramo comprendido entre los siglos VIII y XI dC, pudiéndose alargar hasta el siglo XIII. Ahora, tendrán que hacer los pertinentes estudios antropológicos, así como dataciones de carbono 14 para poder datar con más precisión el hallazgo. Los trabajos de excavación de la inhumación han sido realizados por la antropóloga Izaskun Ambrosio. Según los arqueólogos, esta sepultura estaría relacionada con la maqbara o necrópolis islámica asociada al extenso conjunto funerario localizado en el barrio de la Ribera, concretamente en torno al mercado del Born, donde se han localizado hasta un total de 20 sepulturas islámicas. "Estamos ante un espacio de culto que perdura a lo largo de los siglos a pesar de la diferencia religiosa de los individuos enterrados, teniendo en cuenta el hallazgo de diferentes necrópolis desde época romana, antigüedad tardía y época medieval", según los responsables del Servicio de Arqueología de Barcelona. Además de este hallazgo, en la misma calle se han encontrado elementos de la Guerra de Sucesión de 1714 y de periodos anteriores, como una parte de edificios bajomedievales y estructuras relacionadas con el uso y el aprovechamiento del agua, como un pozo, un depósito y alcantarillas del siglo XVII. Consulta aquí más noticias de Barcelona.

https://www.20minutos.es/noticia/32...escente-islamico-del-siglo-viii-en-barcelona/
 
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