"ARQUEOLOGÍA, PALEONTOLOGÍA"

SEGÚN PUBLICA LA REVISTA 'SCIENCE ADVANCES'
El extraño (y valioso) resto azul en la boca de una monja que revela su profesión 'oculta'
Monjes escribiendo sin descanso manuscritos. Esa es la imagen de la Edad Media que siempre aparece en los libros, pero un hallazgo desvela la aportación de la mujer en su elaboración


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En el centro de la imagen, restos de lapislázuli hallados en la dentadura de una mujer de la Edad Media


SARA DE DIEGO
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EDAD MEDIA
CAPILLA SIXTINA
AFGANISTÁN


10/01/2019

Monjes aplicados sentados frente a una mesa trabajando sin descanso en la elaboración de manuscritos. Esa es la imagen que cualquiera puede tener del día a día en los monasterios durante la Edad Media, pero lejos de esto, el papel de la mujer parece que tenía mucha más relevancia de lo que se creía. Y todo por el hallazgo de unos 'dientes azules' que revelan la importancia de la aportación femenina no solo en los manuscritos medievales, sino en la cultura de esta época.

Según publica la revista 'Science Advances', en los restos de una dentadura de una mujer que murió entre los siglos XI y XIII y que fue enterrada en un monasterio de Alemania se han hallado partículas de lapislázuli, uno de los pigmentos más caros de la época y de los más utilizados en los manuscritos iluminados.

Más allá del texto, tenían gran importancia las letras capitales embellecidas, los dibujos y las miniaturas que acompañaban al contenido del libro. Y ese es precisamente el trabajo que podría haber realizado esta mujer, oficio que siempre se ha considerado que era exclusivo de los hombres. Este nuevo planteamiento, que cambiaría de forma radical la manera de entender la cultura de la Edad Media, se apoya en el hallazgo de este mineral de color azul intenso, que durante siglos se ha utilizado en la pintura y en la ornamentación, en la placa dental de una dentadura enterrada hace más de 900 años.

¿Cómo llegó ese color azul a los dientes?
Este descubrimiento no tiene precedentes. La dentadura fue encontrada en 2014 en el cementerio de un monasterio medieval en Dalheim, Alemania, y en el que, según los escritos de la época, vivían 14 mujeres religiosas. En el siglo XIV, durante una batalla, este fue destruido. Pero no ha sido hasta un lustro después, en 2019, cuando gracias al empleo de sofisticadas tecnolgías han descubierto que ese resto de color azul es lapislázuli, el pigmento más codiciado de aquella época y que años después se empleó para pintar los frescos de la Capilla Sixtina.


Pero, ¿cómo llegó ese color azul a los dientes de esta mujer? Según Monica Tromp, del Instituto Max Planck de Ciencia de la Historia Humana, que ha participado en la investigación difundida, la hipótesis "más probable" es que mientras pintaba con este mineral chupara la punta del pincel mientras iluminaba un manuscrito. Este planteamiento se ve reforzado porque también se han encontrado entre los dientes pequeños restos de pan de oro, empleado también en la decoración de las páginas.


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Cementerio del convento en el que se ha hallado este manuscrito. (Christina Warinner)



Sin duda, el trabajo femenino en la producción de manuscritos apenas tiene visibilidad en nuestros días, por lo que este descubrimiento podría romper con la idea de que las mujeres tenían un papel reducido en ella. De hecho, permite colocarla en un lugar de la historia que nunca ha ocupado dándole una importancia especial, no solo por su contribución a la cultura medieval, sino por el acceso que tenían a uno de los materiales más valiosos, lo que les permitía tener contactos con mercaderes no solo de Alemania sino de Afganistán, lugar de donde procedía ese lapislázuli.

"Se puede observar con este hallazgo que la mujer estaba insertada en una vasta red comercial global que se extendía desde las minas de Afganistán hasta su comunidad en la Alemania medieval a través de las metrópolis comerciales del Egipto islámico y la bizantina Constantinopla", explica Michael McCormick, de la Universidad de Harvard (EEUU), otra de las instituciones participantes en el estudio. "La economía emergente de la Europa del siglo XI estimuló la demanda de ese precioso y exquisito pigmento, que viajó miles de kilómetros en caravanas de mercaderes y en navíos para servir a la ambición creativa y artística de esta mujer", añade.

El resultado de esta investigación también llena de incógnitas el papel de esta mujer y si hay más como ella. Y es que esto deja muy claro que no solo iluminaba manuscritos, sino que lo hacía con un pigmento muy raro y caro, al que no tenía acceso cualquiera. Y, además, en un sitio alejado y remoto de los centros artísticos de la época. La historia de esta mujer hubiera quedado oculta sin el uso de las nuevas tecnologías. ¿Cuántas artistas más podríamos encontrar en los cementerios medievales?


https://www.elconfidencial.com/cultura/2019-01-10/lapislazuli-dientes-dentadura-edad-media_1749494/
 
El Tesoro de Guarrazar: siglo y medio para resolver un enigma visigodo
Un arqueólogo consigue explicar por qué se ocultaron una veintena de coronas de oro y otras joyas en una huerta a 15 kilómetros de Toledo


VICENTE G. OLAYA
Guadamur 16 ENE 2019


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El arqueólogo Juan Manuel Rojas, junto a una de las basas desenterradas en la basílica de Guarrazar.VÍCTOR SAINZ



El arqueólogo Juan Manuel Rojas ha resuelto uno de los enigmas que desde hace más de 150 años intentaban desentrañar los expertos en historia y arqueología con escaso éxito: ¿quién y por qué escondió una veintena de coronas de oro visigodas, además de numerosos cálices y cruces del valioso metal, en un paraje deshabitado a 15 kilómetros de Toledo, en el municipio de Guadamur? Es lo que se conoce como Tesoro de Guarrazar, por el nombre de la finca donde fue hallado, un relato en el que se entremezclan traiciones, robos, intrigas diplomáticas y hasta abominables criminales nazis.

Para entender la historia hay que remontarse hasta el año 711 cuando las tropas musulmanas y bereberes de Táriq Ibn Ziyad atraviesan la Península sin apenas resistencia militar. Su aplastante victoria frente a los ejércitos de don Rodrigo en la batalla de la Laguna de la Janda —también conocida como batalla de Guadalete—les había dejado el camino expedito hacia la capital del reino visigodo, Toledo.

La hipótesis hasta ahora manejada por los especialistas es que los cristianos tomaron la decisión de ocultar el tesoro real –que fueron recogiendo por todas las iglesias y palacios del reino– en una solitaria huerta para recogerlo una vez pasado el peligro. Abrieron dos fosas y en ellas vertieron coronas, cálices, joyas y cruces de oro recubiertas de gemas y esmeraldas. Durante más de 1.100 años quedaron así ocultas hasta que Escolástica Morales, hija de Francisco Morales y María Pérez, sintió una necesidad fisiológica al volver desde Toledo en el verano de 1858. Al ocultarse tras unas piedras vio un hueco y dentro de él un objeto que brillaba. Padres e hija comenzaron a extraer las impresionantes piezas, las lavaron en una charca cercana, llenaron las alforjas del burro que los acompañaba y siguieron su camino en mitad de una fortísima tormenta. Lo que no sabían es que otro vecino de Guadamur, Domingo de la Cruz, les observaba a unos metros. Cuando se marcharon, él se acercó al hueco y descubrió otro de las mismas dimensiones. Allí se ocultaba la otra parte del increíble tesoro.



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Reproducción de la corona de Recesvinto que se conserva en el centro de interpretación arqueológica de Guadamur. VÍCTOR SAINZ



La pregunta que queda desde entonces en el aire es: ¿por qué se ocultaron las joyas reales en mitad del campo sin puntos de referencia claros para recuperarlas? El enigma ha provocado desde su hallazgo y posterior pérdida –el conjunto fue vendido al Estado francés– numerosas polémicas políticas e históricas, que se han plasmado últimamente en dos libros: la novela El último tesoro visigido (Penguin Random House), del académico de Historia José Calvo Poyato, y Guarrazar, el tesoro escondido, del historiador Pedro Antonio Alonso Revenga.

Juan Manuel Rojas lo explica así: “No tenía ningún sentido lo que se decía de que lo ocultaron en una huerta. Por eso, empecé a excavar en la parcela donde se halló y que en 1859 ya excavó Amador de los Rios. Él encontró diversas estructuras y restos arquitectónicos, lápidas [incluida la del presbítero Crispinus, que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional]. Pero se seguía con la teoría de la huerta. Era cuestión de verlo todo desde un punto global”. Así, con la ayuda decidida del Ayuntamiento de Guadamur, inició unas investigaciones que han dado lugar, además, a un parque arqueológico visitable.


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Reproducción de la corona de Suintila, robada en 1921, que se expone en el museo de Guadamur. VÍCTOR SAINZ


Durante los últimos años han aflorado los muros de un edificio de más de 30 metros de longitud, una iglesia basilical, los restos de un posible palacio, un cementerio visigido y hasta una edificación que servía de residencia a los peregrinos. Porque las pesquisas de Rojas le permiten afirmar que el lugar donde se halló el tesoro era, en realidad, un complejo religioso, semejante al santuario de Lourdes (Francia), con aguas curativas propias (el pozo donde los Morales limpiaron las joyas) y donde los cristianos venían a pedir a Dios su sanación. Por eso, y dada su importancia, el tesoro real se guardaba allí, en los edificios religiosos y reales, de cuyos techos colgaban las coronas votivas de los monarcas.

Cuando sus ocupantes conocieron el avance imparable de los musulmanes, aterrados, buscaron un lugar donde enterrar las joyas. Se les ocurrió que lo mejor era meterlas en el cementerio. Allí nadie miraría. Levantaron dos lápidas, escondieron los preciados objetos, los taparon con piezas de tela y arena y volvieron a poner los cadáveres encima. Cuando Escolástica se ocultó para hacer sus necesidades más de mil años después, buscó el lugar más protegido: lo que ella no reconoció como la valla del desaparecido cementerio.

En 2014, durante las labores de excavación de uno de los grandes edificios desenterrados, la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez, comenzó a remover con una palita una pequeña alberca hallada junto a una estructura arquitectónica. Buscaba encontrar de dónde procedía el manantial que llenaba la balsa. Escarbó hasta que la pala hizo aparecer algo azul: era una de las joyas que se habían desprendido de las coronas cuando los Morales las lavaron en lo que creyeron un pozo y que no era otra cosa que el lugar donde los peregrinos tomaban el agua del santuario.

Himmler entra en juego
El Tesoro de Guarrazar fue vendido en 1856 a diversos joyeros toledanos. Numerosas piezas fueron fundidas y desmontadas para hacerlas desaparecer de las autoridades y de la policía. Otras, en cambio, se conservaron y terminaron en manos del diamantista José Navarro. Este las vendió al Museo de Cluny(Francia). El Gobierno español, en mitad de un fortísimo escándalo que llegó a las Cortes, intentó recuperarlas sin éxito. Napoleón III esgrimía las más peregrinas excusas.

Finalmente, en 1941, con una Francia ocupada, el lugarteniente de Adolf Hitler, el nazi Heinrich Himmler, devolvió al Gobierno de Francisco Franco buena parte del hallazgo, además de piezas arqueológicas como la Dama de Elche. Hoy en día, gran parte del descubrimiento se puede admirar en el Museo Arqueológico Nacional y en el Palacio de Oriente, en Madrid, mientras que otras joyas se conservan en el Museo de Cluny.

"Es una historia apasionante que aún no ha acabado", señala el catedrático de Historia José Calvo Poyato. "Domingo de la Cruz, el otro vecino que halló numerosas alhajas, agobiado por la presión, regaló a Isabel II parte de lo que encontró, incluida la corona de Suintila. Esta se guardó en la armería del Palacio Real hasta 1921, cuando fue robada". Calvo recuerda que las pesquisas policiales fracasaron, aunque estuvieron cerca de encontrarla. "¿Dónde está la corona de Suintila, el rey visigodo que expulsó a los bizantinos de la Península? Ese es otro de los misterios aún sin resolver. Indudablemente es una historia apasionante que da para muchos más libros", concluye el académico.


UN PASEO POR LA HISTORIA

Guadamur es un pequeño pueblo toledano recubierto de olivos que guarda dos joyas: su impresionante castillo en un excelente estado de conservación y el Tesoro de Guarrazar. Sobre este último, y gracias a la cooperación público-privada, se han abierto dos lugares para conocer mejor la historia del que está considerado el más importante conjunto de joyas visigodas de Europa. En la localidad hay un centro de interpretación municipal donde se reproducen todas las coronas, calices y cruces desenterrados en la finca de Guarrazar, además de amplios paneles que explican de manera clara el reinado de los visigodos. También se pueden admirar piezas arquitectónicas encontradas por los vecinos en la zona y que han sido donadas al Ayuntamiento.

A poco más de un par de kilómetros, se levanta un cuidado yacimiento. Incluye visitas guiadas por los terrenos y la posibilidad de hacer actividades arqueológicas y medioambientales con los niños. El precio por persona es de 8 euros, descuentos para desempleados y gratuidad para niños menores de 10 años.

https://elpais.com/cultura/2019/01/12/actualidad/1547308785_538922.html
 
15 yacimientos españoles para enamorarse de la arqueología
De la mina romana de Las Médulas, en León, al poblado talayótico menorquín de Torre d’en Galmés, emocionantes aventuras en el tiempo



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La Cuevona, en la llamada Senda de las Valiñas de Las Médulas (El Bierzo, León), declaradas patrimonio mundial en 1997. GONZALO AZUMENDI



J. M. BARBOT


Siempre es difícil elegir. Y si hablamos de yacimientos arqueológicos en un país tan rico y diverso como España, acertar con la selección es casi una utopía. En anteriores ocasiones hemos recomendado la visita a algunos yacimientos muy especiales, como Tiermes (Soria) o la fortaleza circular del agua Motilla del Azuer (en Ciudad Real), y también hemos hablado de otros que, desde el punto de vista histórico e historiográfico, podrían considerarse los más importantes (se recogen en el despiece de la página contigua), siempre eligiendo que no se hallasen debajo de ciudades actuales e intentando que la muestra incluyera una variedad de épocas y zonas geográficas.

Pero en esta ocasión recorremos enclaves en los que se percibe no solo la presencia de los hombres y mujeres que los habitaron, sino aquello que pudieron sentir; lugares con una magia especial en los que el viento guarda en sus dobleces el llanto de los niños y el bramido de la muerte, pero también el runrún de tantas cotidianidades y horas baldías.



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1 Cueva de Tito Bustillo
Ribadesella (Asturias)


Fue descubierta en 1968 por miembros de un grupo de montaña. Pocos días después, uno de ellos, Celestino Fernández Bustillo, falleció en un accidente, lo que llevó a rebautizar la cueva del Pozu’l Ramu como la de Tito Bustillo. La gruta alberga pinturas y grabados del Premagdaleniense y Magdaleniense (22000-10000 a. de C.) con una calidad y cantidad que la convierten en uno de los más importantes santuarios rupestres de Europa. Las representaciones, evocadoras y de fuerte carga simbólica, muestran una gran variedad de animales —cérvidos, caballos, cabras, toros, osos, bisontes, uros e incluso un excepcional animal marino identificado con una ballena—, signos geométricos y figuras antropomorfas, sin olvidar un gran conjunto de vulvas, uno de los motivos más emblemáticos del lugar.

  • Abierta de miércoles a domingo hasta el 28 de octubre. Acceso limitado a 150 personas al día. Entrada: 7,34 euros.
2 Poblado neolítico de La Draga
Banyoles (Girona)


Datado en época neolítica (5200 a. de C.), fue descubierto en 1990 y se ha venido excavando desde entonces, tanto la zona seca del poblado (10.000 metros cuadrados) como la parte sumergida bajo el lago de Banyoles (1.000 metros cuadrados). En el Neolítico las aguas estaban unos dos metros más bajas, de modo que el poblado quedaba un poco elevado, en una península unida por un estrecho istmo que a veces se inundaba sirviendo de defensa natural.

Su singularidad es su ambiente lacustre, que facilitó la conservación y el hallazgo de elementos poco habituales, como restos de vigas o postes de las cabañas, mangos de madera de herramientas de sílex, utensilios completos de madera —inéditos en otros yacimientos—, cestos y cuerdas vegetales y objetos de adorno personal.

  • Abierto sábados y domingos de junio a octubre. Entrada: 4 euros; imprescindible reserva previa.
3 La Bastida de Totana
Totana (Murcia)


Las primeras excavaciones en este poblado de la cultura de El Argar se realizaron en 1869. Las investigaciones han permitido diferenciar tres fases de ocupación dentro de la Edad del Bronce, entre los años 2200 y 1550 a. de C., cuando fue abandonado. El enclave, situado en un lugar estratégico y con buenas defensas naturales, llegó a tener unos mil habitantes. Se han recuperado decenas de viviendas escalonadas en terrazas artificiales, un potente sistema de fortificación y una gran balsa. También se han hallado sepulturas bajo el suelo de las viviendas, con uno o dos cadáveres en posición fetal, dentro de grandes recipientes cerámicos, cistas de piedra, fosas o pequeñas covachas, acompañados de ofrendas que varían en función de la clase social del difunto. Algunas tumbas solo con ajuar se interpretan como cenotafios de guerreros muertos en combate cuyos cuerpos no pudieron ser recuperados.

  • Abierta los sábados y domingos. Entrada: 3,40 euros.

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Visitantes en el yacimiento de Torre d’en Galmés, en Menorca. G. AZUMENDI



4 Torre d’en Galmés
Entre Alaior y Son Bou (Menorca)


Este poblado talayótico, el más extenso de la isla, está en una colina con una magnífica panorámica de la costa sur de Menorca. Su enclave privilegiado y sus tres talayotes llevan a pensar que ejercía cierta hegemonía sobre el resto de los poblados. Fue fundado hacia 1600 a. de C. y tuvo una larga época dorada desde 1300 a. de C. hasta la ocupación romana. En la Edad Media aún conservaba un reducto de población. Entre sus restos destacan los talayotes mencionados, varias casas de planta circular, el recinto de taula o santuario, una sala hipóstila, la muralla, el sistema de recogida de aguas y cuatro hipogeos o cuevas-cementerio.

  • Abierta todos los días (el centro de interpretación cierra los lunes). 3 euros.

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El poblado ibérico de Ullastret, en Girona. ALFRED ABAD AGE FOTOSTOCK



5 Poblado ibérico de Ullastret

Ullastret (Girona)


Ciudad principal de la tribu íbera de los indigetes, Ullastret fue fundada en el siglo VI a. de C. y vivió su momento más próspero en los siglos IV y III a. de C., cuando pudo superar los 6.000 habitantes. Su imponente muralla se fue ampliando desde los inicios hasta los restos que hoy pueden verse. La organización urbana es propia de un oppidum, con calles adaptadas a la orografía, restos de viviendas aristocráticas, templos, cisternas y silos para el grano. Las transformaciones que trajo la conquista romana hicieron que el poblado quedara bajo el área de influencia de Ampurias. Fue abandonado por causas desconocidas en el siglo II a. de C.

  • Cerrado los lunes. Entrada: 4 euros.
6 Castro de la Mesa de Miranda
Chamartín (Ávila)


Habitado por los vetones desde finales del siglo V a. de C., no se sabe si fue abandonado al término de las Guerras Celtíberas (133 a. de C.) o de la guerra entre César y Pompeyo (49 a. de C.). Está en un extenso cerro amesetado, en la confluencia de dos ríos y a 1.145 metros de altitud, y domina un amplio territorio que limita al norte con el valle del Duero y al sur con las primeras estribaciones de la sierra de Ávila. Muestra tres recintos amurallados, no contemporáneos entre sí.

En la necrópolis de La Osera, que estaba dividida en seis zonas que responderían a diferentes linajes o castas, se excavaron más de 2.200 tumbas. Los cuerpos se incineraban con sus ajuares y adornos personales; en el caso de los guerreros, también con sus armas, que acaso pensaban usar en el más allá.

  • Visita libre.
7 Contrebia Leucade
Aguilar del Río Alhama (La Rioja)


Las primeras excavaciones se remontan al siglo XVIII, pero fue en las décadas de 1920 y 1930 cuando se iniciaron las excavaciones sistemáticas. Los autores clásicos describen esta ciudad celtibérica como inexpugnable. En la campaña militar de 143-142 a. de C., el general romano Quinto Cecilio Metelo solo pudo entrar en ella mediante un ataque sorpresa. Años después, en 77 a. de C., otro general romano, Sertorio, logró rendirla, tras un largo asedio y numerosas bajas, minando la torre, que era su mayor baluarte defensivo.

Además de las murallas y el impresionante foso excavado en la roca, tiene una elaborada red de cloacas y un sistema de pozos que permitía obtener agua sin salir de la fortificación.

  • Visitas: sábados y domingos (a partir del 16 de septiembre, solo los sábados). Es necesaria reserva previa. Entrada: 6 euros.
8 Castro de San Cibrao de Las
San Amaro (Ourense)


Habitado desde el siglo II a. de C. hasta el II d. de C., es representativo de la etapa final de la cultura castreña, en la que los galaicos se fueron adaptando al proceso de romanización. El hallazgo de una inscripción dedicada a la divinidad indígena Bandua permitió conocer su nombre original, Lansbricae (“castro indígena de Lans”). Destaca por su extensión y conservación, y muestra dos recintos amurallados concéntricos: la acrópolis o recinto interior y el recinto exterior, donde se hallaban las viviendas, con una calle empedrada que cruza ambos de este a oeste.

  • Visitas: de martes a domingos (confirmar horario según la época del año). Entrada: 5 euros.
9 Las Médulas
Carucedo (León)


La que se considera la mayor mina de oro a cielo abierto del imperio romano estuvo en El Bierzo. La explotación alteró por completo el entorno, y el resultado fue un bello paisaje de cárcavas y atalayas rojizas que contrastan con el verde y el dorado de castaños, robles y carrascas. Las primeras extracciones las iniciaron los pueblos autóctonos astures, que bateaban los lechos fluviales. Los ingenieros romanos que llegaron en época de Augusto aplicaron nuevas técnicas más agresivas para obtener el máximo provecho. La explotación se mantuvo hasta el siglo III d. de C. El historiador romano Plinio el Viejo, que fue administrador de las minas, relata que se extraían al año casi 20.000 libras de oro (la libra romana equivalía a 273 gramos) y habla de las penosas condiciones de los trabajadores.

  • La Fundación Las Médulas realiza visitas guiadas en 4×4 y autobús (20 y 12 euros, respectivamente). El Aula Arqueológica de Las Médulas organiza rutas a pie por el yacimiento (precio en función del recorrido y las personas; +34 987 42 28 48).
10 Bílbilis
Calatayud (Zaragoza)


Los fundadores de la vieja Bílbilis fueron los lusones, una tribu celtíbera. Tras la conquista por los romanos en el siglo I a. de C., el poblado se convirtió en ciudad romana. Y adoptó el apelativo de Bilbilis Italica. Cuando obtuvo el rango de municipium, sus habitantes se convirtieron en ciudadanos romanos de pleno derecho y pasó a llamarse Augusta Bilbilis. Este estatus privilegiado trajo profundas transformaciones urbanísticas, como el foro, visible desde el valle del Jalón, que logra una escenografía espectacular para mostrar la grandeza de Roma. La topografía impuso un urbanismo que contrasta con el esquema reticular de las ciudades romanas, con aterrazamientos, calles empinadas, cuestas y rampas. A partir de Trajano, inició una progresiva decadencia que concluyó con su desaparición entre los siglos IV y V.

  • Abierto todos los días de la semana; acceso libre.

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La ciudad romana de Itálica, en Sevilla. HILARY MORGAN ALAMY


11 Itálica
Santiponce (Sevilla)


Los orígenes de Itálica se remontan al año 206 a. de C., cuando el general Publio Cornelio Escipión asentó a un destacamento de legionarios licenciados tras la II Guerra Púnica en un paraje de la Turdetania. La procedencia italiana de los soldados le dio nombre.

Itálica alcanzó su mayor esplendor a finales del siglo I d. de C. y durante los reinados de Trajano y Adriano, que fueron generosos con su ciudad natal. Este le otorgó el rango de colonia y auspició la llamada “ciudad nueva”, ampliación urbanística que se inició ya bajo Trajano. Se trata de un barrio de trazado hipodámico, con calles en ángulo recto, enormes mansiones y un gran anfiteatro —el cuarto del imperio en capacidad—. Los restos de este barrio son lo que se puede visitar, ya que lo que fue la “ciudad vieja” se encuentra bajo el pueblo de Santiponce.

  • Cerrado los lunes. Entrada gratuita para ciudadanos de la UE.

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Un mosaico de la villa romana de La Olmeda (Palencia). GETTY IMAGES


12 Villa romana de La Olmeda
Pedrosa de la Vega (Palencia)


Hace 50 años, en 1968, Javier Cortés descubrió por azar en una de sus tierras los restos de un mosaico. Este terrateniente, que llegaría a hacerse arqueólogo, costeó las primeras excavaciones hasta 1980.

Desde entonces se ha ido sacando a la luz uno de los más importantes conjuntos de mosaicos de España, diferenciando dos fases cronológicas: una villa fundada a finales del siglo I, que perduró hasta finales del siglo III, y otra que se edificó durante el siglo IV y pervivió hasta el siglo VI. A esta segunda fase corresponde el auge de la villa, cuyos dueños, miembros de una dinastía de terratenientes, nos observan aún hoy desde sus retratos en el mosaico del Oecus (la gran sala) junto a rostros de la mitología como Aquiles y Ulises.

  • Cerrado los lunes. Entrada: 5 euros.

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Uno de los templos en la ciudad romana de Baelo Claudia, en Tarifa (Cádiz). G. AZUMENDI


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Tarifa (Cádiz)


Desde el siglo XVIII, diversas noticias hablaban de la presencia de ruinas en la ensenada de Bolonia. A partir de 1917 se realizaron las primeras excavaciones, pero no fue hasta 1966 cuando los trabajos se hicieron sistemáticos. La ciudad nació a finales del siglo II a. de C., a partir de un asentamiento bástulo-púnico más antiguo (Bailo, Baelokun). Su economía se basaba en el comercio con el norte de África, la pesca y la industria de salazón y garum, una salsa de pescado considerada una exquisitez en Roma. Alcanzó su mayor prosperidad entre los siglos I a. de C. y II d. de C., cuando un maremoto la arrasó en gran parte. La crisis del siglo III y las incursiones de piratas mauritanos y germanos iniciaron una decadencia que culminó con su abandono en el siglo VII.

  • Cerrado los lunes. Entrada gratuita para ciudadanos de la UE.

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Escultura del yacimiento de Munigua, en Sevilla. ALAMY


14 Munigua
Villanueva del Río y Minas (Sevilla)


Estas ruinas son tan impresionantes como ignoradas, a pesar de que se conocen desde el siglo XVI. Sus orígenes tienen que ver con la explotación de las minas de cobre y hierro y se remontan al siglo IV a. de C., aunque es la ciudad romana de los siglos I a III d. de C. la que ha sido rescatada del peso de la tierra. El imponente santuario consagrado a Fortuna y Hércules domina el entramado urbano, que se extiende a sus pies ofreciendo una excelente panorámica de una urbe romana en miniatura, con sus viviendas, foro, termas y muralla. Todo prácticamente como quedó a finales del siglo III, cuando un terremoto inició su declive.

  • Se puede visitar de miércoles a domingo. Entrada gratuita.
15 Calatrava la Vieja
Carrión de Calatrava (Ciudad Real)


Esta ciudad islámica, levantada sobre un asentamiento ibérico del que apenas se conocen restos, es citada ya en tiempos de Abderramán I (785) y alcanzó su esplendor durante el siglo IX. De carácter defensivo, disponía de una muralla con 44 torres y corachas para el abastecimiento de agua durante los asedios, y llegaba a convertirse en una verdadera isla-fortaleza gracias al río Guadiana, que entonces tenía mucho más caudal. En el interior se diferencian el alcázar y la medina, y en el exterior, los arrabales. En el siglo XII pasó a manos cristianas, fundándose en ella la Orden de Calatrava, cuyos monjes guerreros resistieron en el castillo de Salvatierra tras la derrota de la batalla de Alarcos (1195) y contribuyeron después a la victoria de las Navas de Tolosa (1212).

  • Visitas: viernes, sábados y domingos. Entrada: 4 euros.

LOS 15 YACIMIENTOS CLÁSICOS


Estos 15 yacimientos, imprescindibles para conocer la historia de España, son todos visitables.

Atapuerca (Burgos) es uno de los más importantes del mundo: ha ayudado a entender la evolución del hombre, que se explica también en el Museo de la Evolución Humana.

La cueva de Altamira (Cantabria) fue descubierta en 1879. Icono del arte rupestre paleolítico, la entrada está muy limitada, aunque se puede visitar libremente una réplica, la llamada Neocueva.

Los Dólmenes de Antequera (Málaga) son un referente del megalitismo (de hace unos 6.500 años).

Los Millares (Almería), asentamiento de la Edad del Cobre, conserva cuatro líneas de muralla, una necrópolis y varios fortines.

Las Cogotas (Ávila) datan del Bronce Final y la II Edad del Hierro, y han permitido conocer mejor la vida de los vetones.

Son Fornés (Mallorca) es un ejemplo de la época talayótica de Baleares, hace 3.000 años.

Cancho Roano (Badajoz) es un palacio de origen tartésico que fue quemado hace 2.500 años.

Numancia (Soria) muestra los restos de un bastión celtíbero arrasado tras el asedio romano que terminó en el año 133 a. de C.

Empúries (Girona), fundada por los griegos en el VI a. de C., fue puerto de entrada de los romanos a la Península en 218 a. de C.

Cabezo de Alcalá (Teruel). El poblado ibérico de Azaila tuvo varias fases de ocupación hasta ser destruido por los romanos.

Segóbriga (Cuenca) es un yacimiento que ejemplifica el desarrollo urbano de la Hispania romana.

El castro galaico de Santa Tegra (Pontevedra) se remonta al siglo II a. de C., aunque sus casas rectangulares delatan el influjo romano.

Cueva Pintada (Gran Canaria), descubierta en 1873, habla del pasado remoto de la isla.

Recópolis (Guadalajara) fue fundada por el rey Leovigildo en el año 578. Destacan el palacio, la iglesia palatina y la muralla.

Medina Azahara (Córdoba). La ciudad califal, de 936, es un ejemplo único de arquitectura, arte y cultura omeya en Occidente.

J. M. Barbot es arqueólogo y autor del libro de relatos Cristales rotos (Lastura).


https://elviajero.elpais.com/elviajero/2018/09/06/actualidad/1536227368_035580.html?por=mosaico














 
En especial para @extra-brut :)
Saludos:kiss:
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ESTRENO EL 25 DE ENERO
¿Quién mató a Ötzi? Los últimos días del hombre de hielo asesinado hace 5274 años
El director Felix Randau recrea en una película lo que pudo ocurrirle a la momia humana más antigua de Europa, descubierta en 1991


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Jürgen Vogel en el papel de Ötzi. (Festival Films)


MARTA MEDINA

21/01/2019


El cadáver se encontró semienterrado en la nieve, inclinado hacia delante. Cuando Erika y Helmut Simon se toparon con él un 19 de septiembre de 1991 durante una excursión por la cordillera de los Alpes de Ötztal —entre Austria e Italia—, al principio creyeron que se trataba de algún alpinista desaparecido. "Era un verano muy caluroso. En el descenso desde el pico Fineilspitze, tomamos un atajo y luego, a 30 metros del sendero, mi esposo se detuvo de repente y dijo: 'Mira qué hay allí'. Del hielo sobresalía la parte posterior de la cabeza, los hombros y la espalda, como si estuviese con la tripa pegada a las rodillas. Estaba desnudo. Pensamos que se trataba de un escalador o un guía de esquí muerto. En el siguiente refugio de montaña le preguntamos al ventero si echaba de menos a alguien. 'Allí abajo hay un hombre muerto'", recordó Erika en una entrevista al 'Frankfurter Allgemeine Zeitung' en 2011.


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Ötzi, un increíble estado de conservación para sus 5.300 años de edad


El equipo de rescate no tuvo demasiado cuidado al intentar extraer el cadáver de la superficie helada: el martillo neumático arrancó parte del músculo de la cadera izquierda, la mochila que cargaba acabó rasgada y un arco de madera roto en dos trozos. Pero cuando las autoridades trasladaron los restos a un laboratorio de Innsbruck para identificar al fallecido, el arqueólogo Konrad Spindler se dio cuenta de que aquello no era un excursionista. Junto a las pertenencias del hombre había un hacha de cobre de más de 60 centímetros de largo... y 4000 años de antigüedad. El cobre había empezado a utilizarse en el Neolítico, la era de transición entre las herramientas de piedra y las de metal, cuando la recolección y la caza empezó a dar paso a la agricultura.

El cadáver resultó ser el de un hombre que había muerto alrededor del año 3255 a.C., una datación que lo convertía en la momia humana más antigua de Europa. Y en un análisis posterior con rayos X los investigadores descubrieron en la espalda, clavado, un triángulo de metal. El hombre había muerto probablemente desangrado después de que una flecha le seccionase la arteria subclavia. Y también presentaba un fuerte traumatismo en la cabeza. ¡Al hombre neolítico lo habían asesinado! "Hace aproximadamente año y medio un experto en análisis de perfiles humanos nos dijo que todo indicaba a que la muerte a la que había sucumbido Ötzi [así decidieron llamar a la momia] había sido una muerte por venganza", desvela Felix Randau, director de 'Ötzi: el hombre del hielo', la película que recrea los últimos momentos de este —probablemente— líder tribal neolítico y que se estrena en España el 25 de enero.





Según los estudios del Museo Arqueológico del Tirol del Sur, donde se conserva el cuerpo, "unos días antes de su muerte se vio envuelto en un combate cuerpo a cuerpo en el que sufrió una herida en su mano derecha. Los indicios apuntan a que a Ötzi lo persiguieron y le atacaron una o varias personas". Los botánicos que analizaron el polen y las hojas de arce encontrados en el macuto del hombre estiman que murió a principios de verano y el examen de las osteonas (capas del hueso) del fémur apunta a que tenía alrededor de 45 años [bastante teniendo en cuenta la esperanza de vida de la época]. En el momento de su muerte medía aproximadamente 1'60m y pesaba 50 kilos. El genoma de Ötzi está prácticamente decodificado: su haplogrupo (grupo genético) es muy raro en la Europa actual y se encuentra casi exclusivamente en la población de Cerdeña y Córcega, que estuvieron aisladas durante periodos largos. Ötzi tenía predisposición genética a sufrir enfermedades vasculares, que se manifestaron en forma de arterioesclerosis. Probablemente fuese intolerante a la lactosa y su grupo sanguíneo fuese 0 positivo.

El examen de las osteonas (capas del hueso) del fémur apunta a que tenía alrededor de 45 años

"Absolutamente todo lo que aparece en la película, cualquier pieza de vestimenta, cualquier cuchillo, cualquier vasija —incluso los peinados—, todo está documentado", defiende el director. "Se sabe con bastante exactitud cómo murió y cuáles fueron sus últimos momentos. Se sabe que fue abatido por un disparo de flecha y que su muerte duró aproximadamente un minuto y medio porque la flecha rasgó una arteria subclavia y se desangró rápidamente", explica Randau. "Tenemos muchos hechos documentados que en la película hemos rellenado con ficción, porque obviamente esto no es un documental, pero la construimos de tal forma que es es probable que las cosas hubiesen sucedido como las presentamos".



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Una reproducción de Ötzi en el momento de su muerte, a los 45 años




Incluso, Randau se ha atrevido a rodar en la lengua —ahora muerta— que se hablaba hace cinco milenios en la zona del Tirol: "Escribí los diálogos en alemán y luego, con ayuda de un filólogo experto en rético, los adapté como en una especie de traducción a lo que se supone que fue el rético arcaico y, de esa manera, reconstruimos un idioma ficticio basado en el idioma real".

En 'Ötzi: el hombre del hielo', Randau comienza recreando el hipotético día a día del hombre neolítico: apenas unas pocas chozas de madera a los pies de las montañas,pieles de animales secándose colgadas de las vigas, que también funcionan como aislante del frío. El hombre sale a cazar con su arco y sus flechas. Su mujer, los niños y otras pequeñas familias se quedan aguardando su vuelta. Ötzi sube a la montaña, apunta y dispara, y con el animal cargado sobre los hombres regresa al asentamiento. Pero el poblado está arrasado. A partir de aquí, el film de Randau se convierte en un western de venganza y la cámara sigue al protagonista (Jürgen Vogel) en su búsqueda de los culpables a través de los bosques y de las montañas nevadas, hasta llegar a la zona del Fineilspitze.

'Ötzi: el hombre del hielo' se convierte en un western de venganza a través de los bosques y las montañas nevadas


¿Es el hombre violento por naturaleza? ¿Demuestra el asesinato de Ötzi que el hombre antiguo era más propenso a la guerra y que la civilización nos ha hecho menos agresivos? El psicólogo y lingüista de la Universidad de Harvard Steven Pinker expuso en su libro 'Los ángeles que llevamos dentro' (Paidos, 2018) que la especie humana es cada vez menos violenta y más altruista. Costumbres como los sacrificios humanos o las ejecuciones por tortura están prohibidas y la crueldad contra las mujeres, los niños y los animales cada vez menor, según Pinker, gracias al proceso de civilización. Sin embargo, el analista político John Arquilla advierte de que "las muertes de civiles en combate han aumentado gradualmente. Alrededor de un millón de los 10 millones de muertos de la Primera Guerra Mundial fueron civiles, mientras que en la Segunda Guerra Mundial fueron más de la mitad de las víctimas totales y en los conflictos en el Congo de las últimas décadas ascendió al 90%". El filósofo británico John Gray arguye también que el concepto "violencia" tiene una fuerte carga moral y que habría que determinar si, por ejemplo las hambrunas o enfermedades o violaciones durante los conflictos bélicos, o las migraciones de los refugiados, que pueden no causar una muerte inmediata, podrían encajar en las estadísticas de lo que consideramos violencia.



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Felix Randau a su paso por España esta semana. (Efe)


"Yo creo que en términos de violencia no se han producido muchos cambios desde entonces. Puede que la violencia hoy esté más concentrada, delimitada o refrenada, pero en cualquier momento puede haber un estallido", argumenta Randau. "Puede surgir otro brote de tremenda brutalidad. Como ejemplo, la Guerra de Yugoslavia hace 20 años, cuando en nadie pensaba que en Europa pudiese ocurrir algo así otra vez. A todos nos gustaría pensar que el ser humano ha mejorado, que es menos violento, pero creo que no es así".

Las guerras se pueden desencadenar por causas que son en realidad ridículas y carentes de valor


Porque la película de Randau esconde un mensaje pacifista que se desvela en el momento en el que el espectador descubre qué es lo que esconde la pequeña caja que desencadena —en la ficción— el enfrentamiento entre Ötzi y sus asesinos. "Es una muestra de lo que puede llegar a provocar un objeto sin ningún valor ni importancia. Hemos visto en tantas ocasiones que las guerras se pueden desencadenar por causas que son en realidad ridículas y carentes de valor. Pensemos en las Cruzadas: no se produjeron por territorios o cuestiones financieras, sino por fetiches. En el fondo, todas las acciones violentas se mueven en torno a un fetiche, que en un momento pueden tener un valor determinado para algunas personas pero que con la perspectiva de la distancia pierden absolutamente su valor", reflexiona.

El rodaje de 'Ötzi: el hombre del hielo' duró tan sólo 35 días y se desarrolló en localizaciones naturales de Tirol del Sur, en Italia. Pero para el director, lo más complicado fue encontrar parajes vírgenes sin contaminar por la civilización. "Esto lo único que demuestra es que en estos últimos milenios el ser humano se ha esforzado por modificar su entorno natural, lo que no tiene que ser necesariamente negativo, siempre y cuando esa modificación no sea masiva, insostenible y destructiva", defiende Randau."Toda la problemática y la preocupación sobre el medioambiente que nos parece tan moderna no lo es; pensemos en la época de los romanos, en la que Europa era un bosque inmenso que ellos talaron para construir sus galeras. Creo, eso sí, que ese proceso se intensifica cuando el ser humano deja de ser nómada y se asienta y empieza a transformar el entorno en el que vive".

https://www.elconfidencial.com/cult...e-hielo-muerte-ano-3255-antes-cristo_1767186/
 
Las lanzas de caza neandertales podrían matar a distancia.
Fecha:
25 de enero de 2019
Fuente:
Universidad de Londres
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Fragmento de lanza de Clacton-on-Sea, Inglaterra, que data de hace 400,000 años. Crédito: Annemieke Milks (UCL)
Se suele imaginar a los neandertales como los primos inferiores de los humanos modernos, pero un nuevo estudio realizado por los arqueólogos en UCL revela por primera vez que produjeron armamento lo suficientemente avanzado como para matar a distancia.

El estudio, publicado en Scientific Reports , examinó el rendimiento de las réplicas de las lanzas Schöningen de 300,000 años de antigüedad, las armas más antiguas reportadas en registros arqueológicos, para identificar si los lanzadores de jabalina podrían usarlas para golpear un objetivo a distancia.

El Dr. Annemieke Milks (Instituto de Arqueología de la UCL), quien dirigió el estudio, dijo: "Este estudio es importante porque se suma a la creciente evidencia de que los neandertales eran tecnológicamente expertos y tenían la capacidad de cazar caza mayor a través de una considerable variedad de estrategias de caza, no solo encuentros cercanos arriesgados. También contribuye a las opiniones revisadas de los neandertales como nuestros primos inteligentes y capaces ".

La investigación muestra que las lanzas de madera habrían permitido a los neandertales usarlas como armas para matar a distancia. Es un hallazgo significativo dado que estudios previos consideraron que los neandertales sólo podían cazar y matar a sus presas a corta distancia.

Las lanzas de Schöningen son un conjunto de diez lanzas de madera del Paleolítico que fueron encontradas entre 1994 y 1999 en una mina de lignito a cielo abierto en Schöningen, Alemania, junto con aproximadamente 16,000 huesos de animales.

Las lanzas Schöningen son las armas de caza más antiguas y completamente conservadas de la Europa prehistórica descubiertas hasta ahora. Además de las de Schöningen, existe un fragmento de lanza de Clacton-on-Sea, Inglaterra, que data de hace 400,000 años, que se puede encontrar en el Museo de Historia Natural de Londres.

El estudio se realizó con seis lanzadores de jabalina que fueron reclutados para probar si las lanzas podrían usarse para golpear un objetivo a cierta distancia. Los lanzadores de jabalina fueron elegidos para el estudio porque tenían la habilidad de lanzar a alta velocidad, igualando la capacidad de un cazador neandertal.

Owen O'Donnell, un ex alumno del Instituto de Arqueología de la UCL, hizo las réplicas de las lanzas a mano con herramientas de metal. Fueron elaboradas a partir de abetos noruegos cultivados en Kent, Reino Unido. La superficie se manipuló en la etapa final con herramientas de piedra, creando una superficie que replicaba con precisión la de una lanza de madera del Pleistoceno. Se utilizaron dos réplicas, con un peso de 760 gy 800 g, que se ajustan a los registros etnográficos de las lanzas de madera.

Los lanzadores de jabalina demostraron que el objetivo podría ser alcanzado hasta a 20 metros, y con un impacto significativo que se traduciría en la muerte de la presa. Esto es el doble de la distancia que los científicos creían que podían lanzar las lanzas, lo que demuestra que los neandertales tenían las capacidades tecnológicas para cazar a distancia, así como también a corta distancia.

El peso de las lanzas Schöningen anteriormente llevó a los científicos a creer que tendrían dificultades para viajar a una velocidad significativa. Sin embargo, el estudio muestra que el equilibrio de peso y la velocidad a la que los atletas podían lanzarlas produce suficiente energía cinética para golpear y matar a un objetivo.

El Dr. Matt Pope (Instituto de Arqueología de la UCL), coautor del artículo, dijo: "El surgimiento de armas, tecnología diseñada para matar, es un umbral crítico pero mal establecido en la evolución humana.

"Siempre hemos confiado en las herramientas y hemos ampliado nuestras capacidades a través de la innovación técnica. Comprender cuándo desarrollamos por primera vez la capacidad para matar a distancia es, por lo tanto, un momento oscuro pero importante en nuestra historia".

El Dr. Milks concluyó: "Nuestro estudio muestra que la caza a distancia estuvo probablemente dentro del repertorio de las estrategias de caza de los neandertales, y que la flexibilidad de su comportamiento se asemeja mucho a la de nuestra propia especie. Esta es una evidencia adicional que reduce la brecha entre los neandertales y los humanos modernos".




Texto original: https://www.sciencedaily.com/releases/2019/01/190125084048.htm

Más información: https://www.nature.com/articles/s41598-018-37904-w
 
Las lanzas de caza neandertales podrían matar a distancia.
Fecha:
25 de enero de 2019
Fuente:
Universidad de Londres
Ver el archivo adjunto 932000
Fragmento de lanza de Clacton-on-Sea, Inglaterra, que data de hace 400,000 años. Crédito: Annemieke Milks (UCL)
Se suele imaginar a los neandertales como los primos inferiores de los humanos modernos, pero un nuevo estudio realizado por los arqueólogos en UCL revela por primera vez que produjeron armamento lo suficientemente avanzado como para matar a distancia.

El estudio, publicado en Scientific Reports , examinó el rendimiento de las réplicas de las lanzas Schöningen de 300,000 años de antigüedad, las armas más antiguas reportadas en registros arqueológicos, para identificar si los lanzadores de jabalina podrían usarlas para golpear un objetivo a distancia.

El Dr. Annemieke Milks (Instituto de Arqueología de la UCL), quien dirigió el estudio, dijo: "Este estudio es importante porque se suma a la creciente evidencia de que los neandertales eran tecnológicamente expertos y tenían la capacidad de cazar caza mayor a través de una considerable variedad de estrategias de caza, no solo encuentros cercanos arriesgados. También contribuye a las opiniones revisadas de los neandertales como nuestros primos inteligentes y capaces ".

La investigación muestra que las lanzas de madera habrían permitido a los neandertales usarlas como armas para matar a distancia. Es un hallazgo significativo dado que estudios previos consideraron que los neandertales sólo podían cazar y matar a sus presas a corta distancia.

Las lanzas de Schöningen son un conjunto de diez lanzas de madera del Paleolítico que fueron encontradas entre 1994 y 1999 en una mina de lignito a cielo abierto en Schöningen, Alemania, junto con aproximadamente 16,000 huesos de animales.

Las lanzas Schöningen son las armas de caza más antiguas y completamente conservadas de la Europa prehistórica descubiertas hasta ahora. Además de las de Schöningen, existe un fragmento de lanza de Clacton-on-Sea, Inglaterra, que data de hace 400,000 años, que se puede encontrar en el Museo de Historia Natural de Londres.

El estudio se realizó con seis lanzadores de jabalina que fueron reclutados para probar si las lanzas podrían usarse para golpear un objetivo a cierta distancia. Los lanzadores de jabalina fueron elegidos para el estudio porque tenían la habilidad de lanzar a alta velocidad, igualando la capacidad de un cazador neandertal.

Owen O'Donnell, un ex alumno del Instituto de Arqueología de la UCL, hizo las réplicas de las lanzas a mano con herramientas de metal. Fueron elaboradas a partir de abetos noruegos cultivados en Kent, Reino Unido. La superficie se manipuló en la etapa final con herramientas de piedra, creando una superficie que replicaba con precisión la de una lanza de madera del Pleistoceno. Se utilizaron dos réplicas, con un peso de 760 gy 800 g, que se ajustan a los registros etnográficos de las lanzas de madera.

Los lanzadores de jabalina demostraron que el objetivo podría ser alcanzado hasta a 20 metros, y con un impacto significativo que se traduciría en la muerte de la presa. Esto es el doble de la distancia que los científicos creían que podían lanzar las lanzas, lo que demuestra que los neandertales tenían las capacidades tecnológicas para cazar a distancia, así como también a corta distancia.

El peso de las lanzas Schöningen anteriormente llevó a los científicos a creer que tendrían dificultades para viajar a una velocidad significativa. Sin embargo, el estudio muestra que el equilibrio de peso y la velocidad a la que los atletas podían lanzarlas produce suficiente energía cinética para golpear y matar a un objetivo.

El Dr. Matt Pope (Instituto de Arqueología de la UCL), coautor del artículo, dijo: "El surgimiento de armas, tecnología diseñada para matar, es un umbral crítico pero mal establecido en la evolución humana.

"Siempre hemos confiado en las herramientas y hemos ampliado nuestras capacidades a través de la innovación técnica. Comprender cuándo desarrollamos por primera vez la capacidad para matar a distancia es, por lo tanto, un momento oscuro pero importante en nuestra historia".

El Dr. Milks concluyó: "Nuestro estudio muestra que la caza a distancia estuvo probablemente dentro del repertorio de las estrategias de caza de los neandertales, y que la flexibilidad de su comportamiento se asemeja mucho a la de nuestra propia especie. Esta es una evidencia adicional que reduce la brecha entre los neandertales y los humanos modernos".




Texto original: https://www.sciencedaily.com/releases/2019/01/190125084048.htm

Más información: https://www.nature.com/articles/s41598-018-37904-w

Muchas gracias por tus interesantes aportes @Dromas (y)
Saludos:)
pilou12
 
PALEONTOLOGÍA

Denisovanos, neandertales y sapiens pudieron compartir la cueva


El misterioso hombre de Denisova ocupó su cueva siberiana 100.000 años antes de lo que se pensaba


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Parte del equipo científico discutiendo el hallazgo en la cueva de Denisova (Siberia). TOM HIGHAM


Al sur de Siberia, en el macizo ruso de Altái (las Montañas de Oro), existe una gruta de apenas 270 metros cuadrados que encierra uno de los enigmas más importantes sobre el origen de la Humanidad. Es Denisova, la cueva de San Denis, llamada así en honor a un viejo ermitaño que la ocupó durante la segunda mitad del siglo XVIII. Pero hace 300.000 años, fue la cuna de los denisovanos, una especie humana que coexistió con los neandertales y los primeros Homo sapiens, que tienen un ancestro común, pero se separaron hace más de 550.000 años. No obstante, los científicos intentan desde hace tiempo descifrar si, además de ser contemporáneos, estas especies convivieron en este lugar.

Ahora, una investigación publicada ayer en Nature ha logrado dar un paso más en la reconstrucción del relato de los tres grupos humanos en este rincón de Siberia tras el hallazgo de tres nuevos restos fósiles de denisovanos y de numerosas herramientas.

Gracias a una técnica pionera de luminiscencia con estimulación óptica, los investigadores pueden calcular el tiempo transcurrido desde que minerales como el cuarzo fueron expuestos por última vez a la luz solar. Así, científicos de la Universidad de Wollongong (Australia) han podido estimar cuándo fue sepultado cada fragmento de hueso, utensilio u objeto decorativo encontrado en la cueva.

La dificultad es enorme y deben descartar todo aquello que presente indicios de haberse desplazado. Los resultados de 103 muestras apuntan a que los fósiles y objetos encontrados en Denisova indican que los denisovanos ocuparon la cueva hace entre 287.000 y 55.000 años, 100.000 años antes de lo que se pensaba; mientras que los neandertales lo hicieron hace entre 193.000 y 97.000 años.
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Los datos, apoyados por las pruebas genéticas de muestras también halladas en el yacimiento, sugieren que la cueva fue habitada durante el último periodo interglaciar por una población de denisovanos y por dos grupos distintos de neandertales. Todo indica, además, que los denisovanos quizá sobrevivieron más tiempo, hasta el momento en el que los humanos modernos ya estaban presentes en otras partes de Asia.

Aunque los datos señalan que ambas especies se solaparon, no demuestran, sin embargo, que cohabitaran en el mismo espacio, pues su presencia podría haberse alternado. «Hay una coincidencia en el tiempo entre los dos grupos de homínidos, pero no se puede resolver si ocuparon la cueva al mismo tiempo, dado el margen de error de la cronología», explica Zenobia Jacobs, investigadora de la Universidad Wollongong y autora principal de este trabajo. Jacobs tampoco quiere afirmar que los denisovanos duraran más que los neandertales en ese lugar. "Parece que los denisovanos persistieron en el sitio durante más tiempo que los neandertales, pero ese espacio de tiempo de diferencia podría llenarse con nuevos hallazgos", ha destacado.

La presencia de una niña de madre neandertal y padre denisovano encontrada con anterioridad tampoco resuelve si Denisova fue una cueva compartida. «El descubrimiento de un descendiente neandertal-denisovano y la frecuente alternancia de las diferentes poblaciones, como mostramos en nuestro estudio, sugiere que el sitio era atractivo para ambos grupos, que pudieron haber vivido muy cerca», cuenta Katerina Douka, arqueóloga del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (Alemania) y autora de un segundo trabajo también publicado ayer en Nature.

El equipo de Douka ha presentado tres nuevos fragmentos óseos de denisovanos y ha analizado, por el método del radiocarbono, todos los fósiles conocidos hasta la fecha de esta especie. «La datación por radiocarbono mide cuándo un organismo vivo murió y dejó de intercambiar carbono con su entorno. Nos centramos en fósiles humanos y material modificado por humanos, como huesos de animales con marcas de carnicería, carbón vegetal de madera y dientes de animales perforados para usar como colgantes», explica Douka.

Su grupo aporta 50 dataciones nuevas para la cueva. La más antigua es de hace 195.000 años y la más nueva de entre 76.000 a 52.000 años. Douka y sus colaboradores sitúan los colgantes decorativos hechos a base de dientes perforados hace entre 49.000 y 43.000 años, lo que indica que son los objetos arqueológicos más antiguos del norte de Eurasia. Su elaboración pudo ser denisovana, pero no se excluye otro origen. «Los denisovanos parecen ser los creadores de tales objetos, ya que no se han identificado restos humanos modernos en la cueva, pero el hombre moderno estaba presente en Siberia al mismo tiempo (hace 45.000 años) por lo que no se puede descartar su participación en la producción de estos artilugios».

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Herramientas y utensilios hallados en la cueva de Denisova. IAET SB RAS




A Denisova se accede desde el margen derecho del río Altái. La entrada está a 28 metros de altura y desde ahí se llega a una cámara central amplia que comunica con dos galerías estrechas de apenas tres metros de ancho. En cada una de ellas, a lo largo del tiempo, se fueron depositando sedimentos que contienen, capa a capa, toda la historia de sus ocupantes. Son como chimeneas de roca caliza rellenas de arcilla y arena en las que se entremezclan cientos de fragmentos de huesos de animales, de denisovanos, de neandertales y utensilios u objetos decorativos tallados por ellos: herramientas de piedra, agujas, adornos hechos de dientes y huesos de animales, marfil de mamut y piedras preciosas.

La cueva fue excavada por primera vez hace 40 años. En un espesor de seis metros posee 22 estratos distintos con una estratigrafía compleja. Datar su contenido es muy difícil ya que, por su antigüedad, los métodos empleados (termoluminiscencia y radiocarbono) conllevan grandes márgenes de error. Además, las muestras podrían haberse desplazado entre las distintas capas por la acción del hielo, el agua, el rascado de animales, la construcción de madrigueras o incluso la actividad humana. Se cree que nuestra especie pudo estar presente también en la cueva, incluso tallar algunos colgantes, pero, por el momento, no se ha hallado ningún resto biológico (ni ADN, ni huesos) de Homo sapiens de la misma época.

Hasta la fecha, en Denisova se han encontrado tres molares y una falange que pertenecen a cuatro denisovanos distintos, otra falange neandertal y un fragmento de hueso largo de una niña híbrida, hija de una madre neandertal y un padre denisovano. El genoma de ambas especies y el de la niña de origen neandertal y denisovano ya está secuenciado. Además, a través de nuevas técnicas, los científicos identificaron en 2017 la presencia de ADN en el sedimento, sin haber en él ningún hueso. Aún mezcladas entre los pequeños granos de arena, los investigadores extrajeron trazas biológicas de los habitantes de Denisova, las analizaron y determinaron que era ADN de neandertales y de denisovanos.

Aunque estos dos nuevos estudios de la revista científica Nature arrojan cierta luz sobre la alternancia en Denisova de las dos especies de homínidos (denisovanos y neandertales) no aclara su convivencia ni la posible presencia de Homo sapiens. La dificultad para despejar la incógnita se debe a que, hasta ahora, sólo se han encontrado denisovanos en la cueva rusa. Douka quiere buscarlos en los alrededores de Siberia e incluso pone su mirada en China. A través del proyectoFINDER, dirige a un grupo de investigación que intenta identificar a los denisovanos en otras partes de Asia. "Espero que pronto podamos trabajar con huesos y materiales chinos del sureste de Asia y ampliar la gama de los denisovanos", ha adelantado a este periódico.

https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2019/01/30/5c51f94bfdddff9b448b465b.html
 
Dinamarca busca a sus antepasados visigodos en Vicálvaro
La Universidad de Copenhague coteja el ADN de la necrópolis de Los Ahijones con el genoma de los godos.


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Los arqueólogos de Argea, examinan dos de los cuerpos encontrados - ABC


Tras un largo periodo de luchas en Europa, a finales del siglo V, unos 300.000 visigodos envainaron la espada para alzar el arado y adentrarse en una Hispania en la que apenas habitaban un millón de humildes campesinos hispano-romanos. Llegaron hasta aquí llamados por el propio Imperio romano, que quería frenar el avance devastador del resto de tribus bárbaras y que ellos, tras expulsarlos, repoblasen los terrenos yermos. Entre otros asentamientos, los visigodos convirtieron en su próspero hogar el solar en el que ahora las excavadoras trazan un vial que conectará el desarrollo deLos Ahijones con el resto de Vicálvaro. Siguiendo su rastro, también han aterrizado aquí los investigadores de la Universidad de Copenhague, que buscan a sus antepasados en la necrópolis que fue hallada en este páramo en 2010.

Cuando se quiso iniciar la construcción de esta carretera, las piquetas se toparon con el que es el enterramiento más antiguo y más grande encontrado hasta la fecha en la Comunidad. Si la sorpresa fue mayúscula para los investigadores españoles, más aún lo fue para los arqueólogos escandinavos, cuyo afán por reconstruir el periplo del pueblo godo por el mundo les trajo hasta esta parcela para extraer el ADN de los restos de los 894 individuos que fueron exhumados.

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Las oquedades de las tumbas, una vez exhumados todos los restos - ABC


«El Museo de Historia Natural de Dinamarca y el Centro de Geogenética de la Universidad de Copenhague han logrado obtener la secuencia genética de los godos, que proceden de Dinamarca y Suecia, y pretenden ver en qué cantidad hay ese genoma en la población que vivía en Vicálvaro», explica a ABC el arqueólogo Jorge Vega, que dirigió la excavación junto a Roberto Menduiña.

«Este estudio, aún en proceso, permitirá determinar la huella genética de la población enterrada», añade Vega, cuyo equipo de arqueólogos independiente, Argea, colabora en este proyecto internacional. Los resultados se conocerán, si todo va según lo previsto, a lo largo de este 2019. Una veintena de este equipo de expertos extrajo durante dos años todos los cuerpos y objetos que se encontraban en un área de 9.067 metros cuadrados. En total, se documentaron y excavaron 824 tumbas, algunas de ellas con dos individuos enterrados.

No obstante, dado el grado de deterioro de muchos de ellos, sólo se pudo realizar un análisis antropológico en el 30 por ciento de los cuerpos. «Los demás estaban tan deshechos que no nos permitían estudiarlos, eran sólo la impronta. Están excavados en un terreno compuesto por yesos y este material drena muy mal, el agua se acumula en su base y los cuerpos se diluyeron en una especie de sopa en la que no hay masa ósea que luego se pueda estudiar», arguye el experto.

Saqueos
La necrópolis ha sido objeto de diferentes saqueos desde la antigüedad. Pese a que las piezas documentadas son muchas, es evidente que el ajuar de la mayoría de los individuos fue robado. Sin embargo, en algunos enterramientos sí que se han logrado recuperar objetos de adorno personal compuestos por hebillas de cinturón, pendientes de tipo aro, collares de cuentas de pasta vítrea, anillos de sección circular y rectangular, cuchillos y pinzas.


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Una hebilla de cinturón hallada en una de las tumbas - ABC


También se rescató un pequeño conjunto de jarras y botellas con una o dos asas. «Las piezas más antiguas son de finales del siglo V, que parece coincidir con la llegada a Hispania de los visigodos, y los últimos son de principios del siglo VIII, que coincide con la llegada de los musulmanes», concluye Vega, que añade que, después, la población se trasladó a 500 metros y se islamizó. La aldea se mantuvo en pie hasta el inicio del siglo X, momento en que se abandonan la mayor parte de los asentamientos rurales en Madrid y se trasladan a vivir a las ciudades, que ya están fortificadas.

Falsa alarma

Una vez finalizada la excavación, en 2012, la Dirección General de Patrimonio autorizó las obras promovidas por la Junta de Compensación sobre los terrenos que ocupaba la necrópolis. No obstante, la crisis económica y los litigios que frenaron los desarrollos del Sureste paralizaron las obras y las oquedades quedaron a la vista hasta hace apenas unos días. «Una vez extraídos todos los restos arqueológicos quedan solo los hoyos de las estructuras, sin ningún valor arquitectónico y, al estar excavados en el terreno natural, no pueden conservarse», aclaran desde la Consejería de Cultura, ante la alarma vecinal.


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El viaje de los Godos hasta Hispania - ABC


El resultado de aquellos dos años de trabajo de campo se ha prolongado en otros seis más de investigación para traducir a hechos todos los indicios que arrojan las mediciones de los huesos, tendones y dientes. Todos los restos, tras su análisis e inventario, han sido depositados en el Museo Arqueológico Regional, donde está previsto realizar una exposición que relate todo lo que aquel yacimiento cuenta a través de sus cuerpos y sus ofrendas funerarias.

Exposición y parque arqueológico

«De la excavación también nos llevamos sedimentos para ver si en el futuro se podía hacer algún tipo de analítica con ellos, porque en algunos enterramientos hemos visto que podía haber cálculos renales en algunos individuos», cuenta Vega, que deja la puerta abierta a continuar esas investigaciones. Esa ingente cantidad de material -unas 500 cajas que se encuentran ahora en el depósito del Museo- ha arrojado una información certera sobre cómo era la vida entonces.

Otro de los objetivos de la Consejería es, precisamente, divulgar toda su historia a través de un parque arqueológico que se instalará en las inmediaciones del yacimiento, para que los vecinos tengan conocimiento de quiénes y cómo eran los vicalvareños hace más de 1.200 años.


https://www.abc.es/espana/madrid/ab...visigodos-vicalvaro-201902010125_noticia.html




 
Descubierto un dinosaurio que se defendía con espinas gigantes en el cuello
El 'Bajadasaurus pronuspinax', hallado en el norte de la Patagonia argentina, era herbívoro y medía unos nueve metros


MAR CENTENERA
Buenos Aires 5 FEB 2019


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Un grupo de Bajadasaurus a la vera de un río, ilustrados por Jorge A. González. CONICET / VÍDEO: REUTERS-QUALITY



En la provincia argentina de Neuquén, en el norte de la Patagonia, vivieron al menos 35 especies de dinosaurios. El último en descubrirse ha sido el Bajadasaurus pronuspinax, un gigante herbívoro, de unos nueve metros de longitud, con enormes espinas en el cuello y la espalda, según el hallazgo publicado este lunes en la revista científica Scientific Reports.

De la familia de los dicreosáuridos, distinguida por las espinas que tienen como continuación de sus vértebras, el Bajadasaurus pronuspinax fue un cuadrúpedo que pasaba gran parte del tiempo alimentándose de plantas del suelo mientras las cuencas de sus ojos, cercanas al techo del cráneo, le permitían controlar lo que sucedía en su entorno. Su nombre encierra una doble alusión: por un lado, la localidad en la que fue hallado en 2013, Bajada Colorada; por el otro, las largas espinas inclinadas hacia delante que lo caracterizan.

"Creemos que las largas y puntiagudas espinas en el cuello y la espalda debían servir para disuadir a posibles predadores. Pero las espinas debieron estar protegidas por un estuche córneo de queratina, similiar al de los cuernos de muchos mamíferos, como cabras, antílopes, que tienen un corazón de hueso recubierto de queratina", dice Pablo Gallina, investigador adjunto del Conicet en la Fundación Azara y de la universidad Maimónides y primer autor del trabajo científico. De no haber estado protegidas, se hubiesen partido al primer golpe.

Otras hipótesis menos probables son que las espinas hubiesen sido una especie de vela para regular la temperatura corporal, que conformasen una cresta de exhibición que los dotase de mayor atractivo sexual o que ayudasen a sostener jorobas carnosas entre ellas para almacenar reservas.


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Maqueta de 'Bajadasaurus Pronuspinax' exhibida en el Centro Cultural de la Ciencia. EFE


"La importancia de este estudio radica, entre otras cosas, en que nos permite conocer un poco más de los dinosaurios que habitaron la zona de Patagonia Norte mucho antes del reinado que ejercieron durante el Cretácico Superior grupos de dinosaurios como los saurópodos titanosaurios o los terópodos abelisaurios, sobre los que sabemos mucho más. Es con este objetivo que desde 2010 venimos explorando la zona de Bajada Colorada donde encontramos rocas de 140 millones de años atrás", subraya Gallina.

Los huesos de la nueva especie fueron descubiertos en 2013. Se recuperó el 80% del cráneo, el mejor preservado mundialmente para un dinosaurio dicreosáurido, las primeras vértebras del cuello y una de la parte media. Mediante el estudio de los dientes y de la mandíbula, de 30 centímetros de longitud, los paleontólogos concluyeron que este dinosaurio pasaba muchas horas arrancando pequeñas plantas.

En ese momento, la Patagonia argentina era muy distinta de lo que es hoy. Aún no existía la cordillera de los Andes y el clima era mucho más cálido. "Era un ambiente fluvial, con vegetación adaptada a grandes temperaturas y también a épocas de sequía", describe el paleontólogo. Helechos, equisetos y coníferas en forma de arbusto habrían formado parte de la dieta del Bajadasaurus pronuspinax.

Al no encontrarse restos fósiles de las extremidades inferiores no es posible determinar el peso aproximado de este dicreosáurido, el cuarto de esta familia encontrado en Argentina. Sus parientes más cercanos son el Amargasaurus cazaui, una especie que vivió en la zona unos 15 millones de años después que el Bajadasaurus y el Pilmatueia, que habitó en el Cretácico inferior.

El Bajadasaurus se suma a las cerca de 250 especies de dinosaurios halladas hasta el momento en Argentina. Aunque los hallazgos están repartidos en gran parte del país, la provincia de Neuquén concentra el mayor número, por lo que la región lo que le ha valido es conocida como el Parque Jurásico del Hemisferio Sur.


VIDEO:

https://elpais.com/elpais/2019/02/05/ciencia/1549366167_111402.html
 
Un estudio sugiere que los neandertales eran velocistas en lugar de corredores de larga distancia.

31 de enero de 2019 por John Stewart, La conversación.

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Los neandertales pueden no haber estado cazando en la tundra después de todo.

La imagen de los neandertales como brutos y culturalmente poco sofisticados ha cambiado en los últimos años ya que podían hacer arte rupestre, joyas, herramientas de piedra complejas y pueden haber tenido lenguaje y alimentos cocinados. Sí, eran extremadamente fuertes físicamente, ciertamente más fuertes que la gran mayoría de los humanos que viven hoy. Y sí, se extinguieron justo después de que nuestra propia especie ingresara en sus territorios (aunque con una pequeña cantidad de mestizaje). Pero ninguno de los hechos significa que fueran lentos o cognitivamente inferiores a los humanos modernos.

En nuestro nuevo estudio, publicado en Quaternary Science Reviews, desafiamos otra visión hasta ahora aceptada acerca de nuestros primos lejanos, que eran cazadores de persecución adaptados a vivir en ambientes fríos de tundra.

Una razón por la que los investigadores creen que los neandertales solían vivir en un clima frío es que sus restos se han encontrado junto a mamíferos de la edad del hielo, como mamuts, rinocerontes lanudos, caballos y renos. Algunos también han argumentado que sus características físicas, especialmente las extremidades cortas, la cavidad nasal grande y un gran torso, fueron adaptaciones evolutivas para vivir en el frío.

Queríamos ver si esta idea realmente se mantuvo, considerando tanto la evidencia fósil como la genética. Comenzamos investigando cuándo y dónde vivían preferentemente los neandertales. Sabemos que esto ocurrió en Europa y partes de Asia desde hace aproximadamente 300,000 años hasta hace aproximadamente 40,000 años, cuando comenzaron a extinguirse. Lamentablemente, hay muy pocos fósiles neandertales antiguos, por lo que sabemos muy poco acerca de sus vidas hasta hace unos 130.000 años, justo antes de que comenzara la última era glacial. Por lo tanto, nos enfocamos en su última ocupación en el noroeste de Europa, que fue en general un período durante la Edad de Hielo (hace 60,000-20,000 años) cuando el clima fluctuaba enormemente.

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Neanderthal versus humano moderno. Crédito: Nicolas Prim / Shutterstock




Al investigar las capas sedimentarias en las que se encontraron sus fósiles, descubrimos restos de animales como roedores y otros mamíferos pequeños. Notablemente, estos animales realmente vivieron en los episodios más cálidos de la última era glacial, cuando el ambiente era generalmente más boscoso y menos hospitalario para los mamuts.

Entonces, ¿cómo es posible que se hayan encontrado mamuts en sitios de neandertales? Todavía estamos trabajando en los detalles de esto, pero es posible que la ecología fuera tal que los mamuts pudieran haber podido vivir en este clima más cálido. También es posible que los mamuts y los neandertales no fueran contemporáneos, pero sus huesos se hayan mezclado posteriormente.


Poder contra resistencia

La caza en el bosque generalmente implica una necesidad de velocidad y aceleración, en resumen, correr. Esto se debe a que cuando se encuentra una presa, por ejemplo, detrás de los árboles, puede ser muy repentino y se debe responder rápidamente. Por el contrario, la carrera de resistencia que caracteriza a los humanos modernos es más útil para la caza en entornos de pastizales abiertos o tundra. Nuestra teoría del bosque nos llevó a sugerir que los neandertales pueden haber estado adaptados para carreras de velocidad en lugar de para carreras de larga distancia.

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Esqueleto y modelo de restauración del neandertal. Crédito: wikipedia, CC BY-SA

La idea de que los neandertales puedan haber tenido buena constitución para la velocidad nos dio una nueva forma de interpretar su forma corporal. Entre los atletas de élite modernos, los corredores de larga distancia tienden a ser delgados y tienen extremidades largas, mientras que los corredores de corta distancia tienden a ser mucho más musculosos y pueden tener extremidades más cortas en proporción a su tamaño corporal general. Es fácil ver que la construcción de Neanderthal se parece más a los velocistas que a los corredores de larga distancia.

Partido genético

Para explorar más a fondo esta idea, observamos las variantes genéticas que estudios anteriores habían demostrado estar asociados con los atletas de velocidad. Encontramos que la mayoría de estas variantes genéticas asociadas eran, de hecho, mucho más comunes en los neandertales que en los humanos de hoy. Así que parece que nuestra teoría derivada del estudio de la ecología neandertal resiste el control genético provisionalmente.

Es importante tener en cuenta que estos resultados se basan en un número relativamente pequeño de neandertales cuyo ADN se ha leído. También se basan en la suposición de que las variantes genéticas asociadas con la velocidad en los seres humanos de hoy actúan de la misma manera o de manera similar en los neandertales. También es posible que los neandertales tengan otras variantes genéticas asociadas con la locomoción, que no están presentes o no se han estudiado en seres humanos actuales. Al igual que con todos los estudios del pasado, existen explicaciones alternativas para los patrones que vemos, pero el enfoque que hemos tomado señala un camino potencialmente valioso para estudiar la evolución de la familia humana en general.

El cuadro emergente de cómo diferimos de los neandertales ya no es uno de los inteligentes contra los estúpidos, los sofisticados contra los no sofisticados, los brutales contra los refinados, sino el de resistencia contra velocidad. Todas las especies están adaptadas de forma única a la ecología en la que viven. Resulta que las diferencias que antes se usaban para clasificar a los neandertales como más primitivos que los humanos modernos, como su estructura, pueden reflejar simplemente adaptaciones a diferentes requisitos de caza. Desafortunadamente para nuestros primos neandertales, y no por última vez, la tortuga venció a la liebre.

Texto original: https://phys.org/news/2019-01-neanderthals-sprinters-distance-runners-surprisingly.html
 
El misterio de las 20 sacerdotisas envenenadas con mercurio hace 4.800 años en Sevilla
La universidad de la capital andaluza desvela que los cuerpos hallados en el dolmen de Montelirio portaban ropas tejidas con miles de cuentas


VICENTE G. OLAYA
Madrid 6 FEB 2019


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Recreación del interior de la cámara funeraria grande con los cuerpos hallados y de la estela de una divinidad. UNIVERSIDAD DE SEVILLA



Lo único seguro es que todas fueron inhumadas en la cámara principal del megalito hace unos 4.800 años. Los prehistoriadores desconocen si murieron a la vez, así como qué provocó su fallecimiento. Pero sí saben que se trata de 20 personas (al menos 15 mujeres y 5 individuos de s*x* no identificado, pero más que probablemente féminas) ataviadas con espectaculares vestidos trenzados con miles de cuentas de entre 3 y 4 milímetros de diámetro y que portaban colgantes de marfil y ámbar en forma de bellotas. Eran las sacerdotisas del templo de Montelirio (Castilleja de Guzmán, Sevilla). Ahora, una investigación de un amplio equipo liderado por el catedrático Leonardo García Sanjuán, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, desvela uno de los grandes misterios del megalitismo peninsular: murieron con una edad media de 31 años y entre grandes dolores, envenenadas por mercurio, aunque cabe la posibilidad de que mientras sufrían los efectos del veneno fueran rematadas de forma violenta.


El yacimiento, cuyo nombre es Tholos de Montelirio, en la zona arqueológica de Valencina de la Concepción-Castilleja de Guzmán, fue descubierto en 1868 y abandonado durante décadas. Su excavación se retomó a partir de 1980 a causa del crecimiento urbanístico de Sevilla. Esquemáticamente se trata de una construcción megalítica (entre 3.000 y 2.800 años antes de Cristo) compuesta por un “corredor” al aire libre de unos 40 metros de longitud que desemboca en dos cámaras subterráneas techadas con sendas cúpulas de unos 5 y 2,75 metros de diámetro, respectivamente, que se sostenían –durante el fraguado de la obra- sobre pilares de madera. La principal de las cámaras, donde se hallaron los cuerpos, estaba recubierta de una pátina roja de cinabrio y decorada con motivos que hacían referencia al Sol.

Las últimas investigaciones de la Universidad de Sevilla han permitido determinar que durante unos pocos minutos durante el solsticio de invierno el sol se colaba por el corredor de entrada, iluminaba la cámara funeraria e incidía sobre una estela que representaba a la Diosa Madre, provocando “una saturación sensorial” entre las personas que se encontraban en su interior.


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Restos óseos de una de las mujeres junto a miles de cuentas de su vestido. UNIVERSIDAD DE SEVILLA


En los restos de todos los cuerpos se han detectado “elevadísimos niveles” de mercurio (traído desde Almadén, Ciudad Real), lo que les provocaría graves disfunciones motrices y cognitivas. “Esto significa que estaban expuestas continuamente al cinabrio, bien por ingestión por razones religiosas o porque viviesen con la piel pintada por el mercurio”, señala el investigador. Además, los huesos presentan afecciones de tipo óseo (artritis y artrosis) que, dada su "juventud" (la edad media de fallecimiento en la Edad del Cobre rondaba los 40 años), indican que o caminaban mucho o eran "bailarinas", lo que refuerza su posible carácter sacerdotal. García Sanjuán admite que se ignora si "todas murieron a la vez o en un periodo muy corto de tiempo, pero sí que es posible que el monumento fue construido para un evento funerario único o para un colectivo muy especial".

Estas personas fueron inhumadas recubiertas por una especie de vestidos de lentejuelas, que en realidad eran ropas confeccionadas con decenas de miles de cuentas de caliza o conchas y ensartadas por hilos. El peso de estos trajes rondaría, según los cálculos de los estudiosos, los ocho o 10 kilos. Uno de los cuerpos ha sido hallado en postura orante hacia la estatua de la divinidad femenina, aunque la mayoría de los esqueletos están en posición supina. Junto a los restos se han desenterrado materiales suntuarios importados de lugares lejanos, como marfil, ámbar, variscita, cinabrio o cristal de roca.

El sepulcro, que acumula materiales que fueron transformados mediante una artesanía de excepcional calidad, incluye piezas de marfil tallado, una lámina de oro o puntas de flecha de cristal de roca. La tumba de Montelirio ha sido relacionada con otro gran mausoleo megalítico hallado a unos 200 metros: el sepulcro tumba del denominado Marchante del Marfil. Se trata de un "gran hombre" que fue enterrado con valiosos objetos, entre ellos el colmillo de un elefante y un puñal de sílex con pomo de ámbar. La Sociedad Max Planck de Jena (una destacada red de institutos alemanes de investigación científica) está analizando varias muestras que permitirán determinar la posible relación de parentesco entre todos los cuerpos hallados.

El Tholos de Montelirio no se puede visitar y sus objetos y restos se almacenan actualmente en el Museo de Arqueología de Sevilla. "Es lamentable que unas piezas que han dado la vuelta al mundo científico, dado su innegable valor, no puedan ser admiradas por el público, lo que generaría más expectación sobre un yacimiento que es único en el mundo", concluye García Sanjuán.

https://elpais.com/cultura/2019/02/06/actualidad/1549449614_194949.html
 
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