Según estadísticas oficiales, en Argentina se pierden alrededor de cuatro menores de edad por día. Esto quiere decir que anualmente se pierden aproximadamente 1460 menores en todo el país.
Aunque muchos de estos chicos pueden ser hallados y devueltos a sus familias, el paradero de algunos de ellos sigue siendo un misterio, sobre todo teniendo en cuenta que este grupo de chicos desaparecidos tienen una circunstancia en común: todos se perdieron cerca de cuerpos de agua.
El agua como elemento común
En toda la Argentina existen casos emblemáticos de chicos extraviados cerca de ríos, embalses y arroyos. Uno de estos casos es el de Bruno Gentiletti, desaparecido desde 1997, cuando se le perdió el rastro en el balneario La Florida, ubicado en Rosario.
Otros casos de desaparición de chicos en circunstancias similares son los de Vanesa Zamora (1992), Duilio Fernández (1996), Diego Armando Gutiérrez (1998), Brian Irusta (2001), Kevin Joel Sánchez (2004) y Federico Carlos Leiva (2006), por citar algunos ejemplos.
Todos estos chicos desaparecieron a plena luz del día, algunos incluso rodeados de muchas personas ya que en los lugares en los que se perdieron, se reunían familias a veranear o descansar durante los feriados; y todos estos casos empezaron a tratarse como presuntos ahogamientos, aunque ningún cuerpo ha sido encontrado a la fecha.
Ahora revisemos cada caso de estos chicos desaparecidos en el agua en contexto:
Vanesa Zamora (1992)
Vanesa Lidia Zamora era una niña de 8 años cuando desapareció en Alta Gracia, provincia de Córdoba, el 17 de marzo de 1992.
Ese día, Vanesa salió de casa a esperar a su papá en la esquina para ir a una despensa ubicada al otro lado del arroyo Chicamtoltina, lugar donde comprarían los útiles escolares de la menor que ya estaba por empezar el segundo grado. Desafortunadamente, Vanesa nunca se encontró con su padre ni tampoco llegó a la despensa. Su rastro simplemente se desvaneció.
Temiendo que la niña hubiese sido arrastrada por el arroyo, que en ese momento se encontraba crecido, se la buscó en campos y alambradas, e incluso, para descartar la hipótesis de ahogamiento, se llegaron a arrojar diez pares de ojotas (sandalias) al agua, las cuales aparecieron todas, pero Vanesa nunca.
En 2019, su madre, Olga Quinteros, pidió la difusión de su búsqueda a través de un vídeo compartido en Facebook.
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Duilio Fernández (1996)
El 1 de Enero de 1996, la familia Fernández Peralta decidió celebrar el inicio del año nuevo veraneando en el dique La Agüadita, a orillas del río Salí, en la provincia de Tucumán.
Debido al calor tan intenso que hacía ese día, Duilio, de 3 años; y su hermano mayor, Germán, de 7 años, fueron juntos a comprar un helado. Como el dinero no les alcanzó, Germán se devolvió a pedirles el monto que les faltaba a sus padres, dejando a Duilio con el heladero.
Los cuarenta metros de distancia que separaban a la familia del heladero y un repentino vendaval que duró 15 minutos (y que provocó que muchas personas abandonaran rápidamente la playa) sellaron el destino de Duilio, de quien nada se sabe desde entonces.
A pesar de todas las investigaciones realizadas a la fecha, su paradero es desconocido y su familia lo sigue buscando.
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Bruno Gentiletti (1997)
El 2 de marzo de 1997, la familia Gentiletti Olguín había decidido pasar el día en el Balneario La Florida, ubicado en Rosario, provincia de Santa Fe.
El día transcurría normalmente para los cinco hermanos: los dos mayores se bañaban el el río Paraná, mientras que los tres más chicos se habían quedado en la orilla. Por desgracia, en algún momento del mediodía, Bruno Gentiletti, de por entonces 9 años, desapareció.
En su momento, la policía barajó la posibilidad de que se hubiera ahogado en el río; no obstante, su madre, Marisa Olguín, siempre ha desechado esa hipótesis porque a Bruno no le había gustado el color oscuro del agua y también porque el chico había sido operado de otitis recientemente y no tenía consigo los tapones que debía usar para bañarse.
En abril de 2020, a 23 años de la desaparición de Bruno, su búsqueda fue reactivada a pedido expreso de su familia.
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Diego Armando Gutiérrez (1998)
Diego “Dieguito” Armando Gutiérrez tenía 6 años al momento de su desaparición, el 17 de agosto de 1998. Su familia había decidido pasar el feriado en el Dique Los Molinos, ubicado en Alta Gracia, provincia de Córdoba.
Ese día, Dieguito jugaba con sus ocho hermanos mientras su padre, Raúl “Pocho” Gutiérrez, preparaba el asado del almuerzo. De un momento a otro, el niño ya no estaba.
Ante la hipótesis de ahogamiento, sus padres no creen que Diego Armando se haya metido al agua porque ese día había sido especialmente frío. Según la información publicada por su propia familia en la página de búsqueda de Dieguito en Facebook, sólo se pudo localizar una media, la cual fue reconocida por la madre del menor.
El caso ha pasado por varios fiscales y se han hecho rastrillajes en pozos y campos cercanos a la zona en la que se extravió; además, su imagen se difundió tanto en Internet como en medios de comunicación, e incluso se le realizó una proyección de edad a la misma, pero nada ha dado resultados.
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Brian Irusta (2001)
Con apenas un año y medio de vida al momento de su desaparición, el 8 de febrero de 2001, Brian Irusta es el menor de todos los niños desaparecidos mencionados en esta investigación.
Ese día, Brian caminaba detrás de su hermano, de por entonces 5 años, por una de las calles del barrio Buenos Vecinos, ubicado en la provincia de Mendoza. Ambos, junto con otros chicos del vecindario, se acercaron a una acequia a lanzar piedras. Es allí donde Brian se esfuma, a plena luz del día.
Al infante se lo buscó en toda la zona, incluyendo la acequia, con ayuda de unos 200 vecinos que no dudaron en apoyar a la familia ante la situación a la que se enfrentaban. Tanto el cuerpo de bomberos como la policía se abocaron a la búsqueda de Brian, sin resultados.
En marzo de 2019, Elizabeth Barros, la madre de Brian, dio una entrevista a un medio local en la que reafirmaba sus sospechas sobre la posible implicación de la familia paterna del menor en su desaparición, aunque no ha podido ser comprobado.
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Kevin Joel Sánchez (2004)
El 31 de diciembre de 2004, Kevin Joel Sánchez, de por entonces 5 años, vacacionaba junto con sus padres y su hermano Brian, de 9 años, en el Balneario Camping Ñandubaysal, ubicado en Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos.
Al mediodía, luego del almuerzo, los hermanitos se quedaron jugando en la arena mientras que los padres hacían la siesta. Alrededor de las 3:00 PM, se dieron cuenta de que Brian seguía donde lo habían dejado, pero Kevin no estaba por ningún lado.
Al finalizar la tarde de ese fatídico día, una bermuda de niño apareció flotando en el río, pero no pudo comprobarse que se tratara de la misma que vestía el menor. Es por ello que la hipótesis de ahogamiento no ha podido ser comprobada ni descartada.
No obstante, la familia piensa que Kevin fue secuestrado ya que, en su momento, una niña que se alojaba en una carpa cercana a la suya les contó que un hombre desconocido la había invitado a pasear.
Su búsqueda se encuentra activa a través de un grupo de Facebook que mantiene activo su familia, con la firme esperanza de recuperar a Kevin algún día.
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Federico Carlos Leiva (2006)
El lunes 23 de octubre de 2006, Federico Carlos Leiva, de 6 años, caminaba junto con sus hermanos y un vecino (otras versiones dicen que eran dos amigos y el tío del menor) en horas de la mañana con dirección al río Matanza con la idea de pasar el día pescando.
Según los testimonios recabados, a eso de las 2:00 PM cuando el grupo atravesaba una lomada y se dirigían al arroyo Aguirre, perdieron de vista a Federico. Los chicos contaron que en un abrir y cerrar de ojos y sin ningún grito ni ruido que pudiera alertarlos, el menor ya no estaba más con ellos.
El niño fue buscado en toda la zona por efectivos de la Policía Bonaerense, pero no pudieron recabar ni una sola pista que condujera a su paradero.
En marzo de 2019, su madre, Rosana Nancy Leiva, armada con una progresión de edad de Federico, inició su propia búsqueda en el grupo de Facebook Dónde Estás, en el que voluntarios se dedican a la difusión de casos de personas perdidas y desaparecidas.
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¿Quién busca los chicos desaparecidos cerca del agua?
Todos estos chicos desaparecidos han sido buscados exhaustivamente en su momento y algunos casos han logrado mayor difusión que otros, pero lamentablemente ninguno de los niños ha podido ser hallado.
Marisa Olguín, la madre de Bruno Gentiletti, siempre ha sostenido que estas desapariciones cerca del agua son armadas y ninguna se ha dado de manera fortuita.
A decir verdad, ninguno de estos padres y madres angustiados cree que sus hijos se hayan ahogado, sino que todos fueron sustraídos y trasladados rápidamente a lugares que no han podido ser determinados.
Sin pistas fehacientes ni cuerpos encontrados, la sospecha de la existencia una red de secuestro de chicos es perenne entre estas familias que no descansan en su esfuerzo por encontrar a sus niños, ahora adultos, y recuperar de alguna manera los años que se perdieron junto con ellos.
Artículo completo disponible en Presentes Ausentes.