Aniversario de 40 años de compromiso y boda de los reyes 2016.

Royal Court homenaje a la pareja real - nueva exposición única
17 de de junio de, 2016, 10:22 en

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La pareja real se celebra con una nueva exposición.



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El 19 de junio el año 2016 El 40 aniversario de la pareja real se casaron en una hermosa principios de verano Estocolmo. Para celebrar la apertura del otoño una exposición exclusiva en el Palacio Real con cinco vestidos de boda reales. Los vestidos han sido usados por la reina Silvia, la princesa heredera Victoria, la princesa Magdalena, Princesa Sofía y la princesa Lilian.
La exposición ofrece al visitante una oportunidad única para ver a la novia vestidos reales y revivir las bodas reales en el entorno bello palacio real. La exposición abrir 22 de octubre de 2016, y hasta el 5 de marzo de carreras, de 2017.

http://www.svenskdam.se/2016/06/hovets-hyllning-till-kungaparet-ny-unik-utstallning/
 
Dior, ABBA y el escándalo: 40 años de la boda real más pop
El 19 de junio de 1976 un rey playboy y una azafata latina se casaron ante 500 millones de telespectadores y a ritmo de una de las canciones más famosas de la historia de la radiofórmula.
Por CARMEN GALLARDO

17 de junio de 2016 / 8:53

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Boda de Carlos Gustavo y Silvia de Suecia en 1976.

© Gtresonline

Una morena de rasgos latinos ceñía la corona de Suecia tras su boda con el rey Carlos XVI Gustavo hace cuarenta años. La historia de amor la resumió el joven rey con un click al presentar a su novia al pueblo sueco en una rueda de prensa: "He conocido a esta joven y sencillamente me ha hecho click”. Fue el resumen de lo que había ocurrido en el ardoroso corazón del heredero de los Bernadotte cuando conoció a la azafata germano brasileña Silvia Renata Sommertlath de Toledo en las Olimpiadas de Munich 1972.

Los juegos olímpicos parecen ser terreno abonado para que miembros de las familias reales hallen su media naranja. La infanta Cristina de Borbón cayó rendida ante el jugador de balonmano Iñaki Urdangarín en la Olimpiada de Atlanta 1996. Mary de Dinamarca conquistó al heredero de la corona danesa en Sidney 2000. Y el deporte también unió a Charlène y Alberto de Mónaco.

Cuando el corazón de Carlos Gustavo hizo click aún era príncipe heredero. Un joven de cabello rubio ensortijado, ojos bien azules y una mueca tímida y seductora que se ha ido apagando a lo largo de los años. El príncipe tenía dos aficiones que ha conservado: su amor por los scouts y su debilidad por las mujeres. De vivir su abuelo, el rey Gustavo VI Adolfo, probablemente la boda entre el príncipe y la azafata no se habría celebrado. Por entonces, las plebeyas no accedían a los tronos. Solo dos mujeres lo habían logrado: Grace de Mónaco y Sonia de Noruega.

Pero desde los flirteos en la discoteca Kinki, tras el encuentro en Munich, la joven de larga melena y atrevidas minifaldas no parecía llamada a convertirse en reina de la noche, pero sí en reina de Suecia. En 1973 Carlos XVI Gustavo accede al trono tras la muerte de su abuelo. En 1976 anuncia el compromiso con la hija del empresario alemán Walter Sommerlath, tres años mayor que él.

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Carlos Gustavo y Silvia de Suecia saludan a los curiosos que se acercaron a la catedral de Estocolmo el día de su boda.© Gtresonline

Su prometida había nacido en Heilderberg el día antes de la Navidad de 1943. Con dos años, su familia abandonó Alemania para instalarse en Brasil. Vivieron en ese país hasta 1957. De regreso a Alemania, Silvia comenzó a estudiar idiomas (habla alemán, francés, inglés, sueco, español, portugués y la lengua de signos); trabajó en el consulado de Argentina en Munich, y, además de formar parte de la organización de los juegos olímpicos de 1972, fue suplente de la jefatura de protocolo de juegos olímpicos de Innscbruck 1976. El 19 de junio de ese año se convirtió en la séptima reina de Suecia.

LA BODA
1.200 INVITADOS ACUDIERON A LA CATEDRAL DE ESTOCOLMO Y A LOS FASTOS PREVIOS Y POSTERIORES: PRÍNCIPES, PRINCESAS, REYES Y REINAS. TAMBIÉN ALFONSO DE BORBÓN DAMPIERRE Y SU ENTONCES ESPOSA, CARMEN MARTÍNEZ BORDIÚ. Y 500 MILLONES DE TELESPECTADORES.

La novia vestía un sobrio diseño de Dior, un traje de línea simple y larga cola. El velo era una reliquia de los Bernadotte. La corona, una de las más originales de los joyeros reales: la tiara de los camafeos creada para la Emperatriz Josefina, esposa de Napoleón. La tiara lleva cinco camafeos clásicos y perlas, engastados con oro rojo y diseño de madreselva. El camafeo central representa la coronación del amor. Una sonrisa amplia y limpia iluminó aún más el rostro de la nueva reina. El torso del rey iba adornado de tantas condecoraciones que casi no se adivinaba la pechera del uniforme. Era la primera boda que un monarca reinante celebraba en el país desde 1797. Mil doscientos invitados acudieron a la catedral de Estocolmo y a los fastos previos y posteriores príncipes, princesas, reyes y reinas. Hasta el presidente de Alemania Federal. Y Alfonso de Borbón Dampierre y su entonces esposa, Carmencita Martínez Bordiú. Y 500 millones de telespectadores que siguieron el cuento a través de la televisión.

En el banquete sirvieron “paloma fría con hígado de oca”. Inimaginable un plato semejante en estos tiempos. El grupo ABBA presentó Dancing Queen, que le dedicaron a la futura reina. Y los novios se fueron de viaje a Hawái.

VIDA REAL
Al año del matrimonio nació la primera hija de Carlos Gustavo y Silvia, Victoria, la heredera. Después, llegaría Carlos Felipe y finalmente Magdalena. Familia feliz. Eso fue al principio. Ella continúo formándose, él mantuvo sus aficiones. Tras educar a sus hijos la reina se volcó en las organizaciones de ayuda y solidaridad, apoyo a discapacitados, disléxicos, investigación, contra las drogas, y hasta 30 instituciones a las que presta su apoyo.

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Silvia de Suecia, Juan Carlos, la princesa Lilian de Suecia y el exprimer ministro Thorbjorn Falldin durante una cena en la embajada española de Suecia en 1979.© Getty Images

Si la reina tuvo problemas de adaptación a su estatus, nadie lo ha notado.Nunca faltó la sonrisa oportuna y comedida, nunca dio un escándalo. Silvia enterró su origen plebeyo y fue la más reina entre las reinas. El joyero de los Bernadotte no es precisamente discreto: Silvia lo ha paseado por los salones palaciegos como si toda la sangre del gotha corriera por sus venas, adornada de diamantes, esmeraldas o rubíes. Ha intimado a la perfección con reinas de más pedigrí, como Sofía, de la que es amiga, Beatriz de Holanda o Margarita de Dinamarca.

Solo a partir de los cincuenta algo empezó a cambiar. Su rostro. Desde entonces, hace ya 23 años, la reina Silvia empezó a visitar a menudo Brasil. Pensaron que era cortesía con sus parientes. Luego, se ha sabido que la reina no aceptaba sus arrugas y desde hace años se realiza intervenciones de cirugía estética. Ella parece convencida del resultado, sin embargo no es la opinión generalizada. Sam Hamra, un especialista en la materia, aseguraba en una publicación sueca. “La reina tiene ahora un rostro extraño y le han dejado muy mal el cuello. Parece que le querían hacer algo discreto, pero no lo han conseguido ya que se le notan mucho las cirugías que se ha realizado”. También Aftonbladet, uno de los principales periódicos de Suecia, ha llevado en sus páginas en más de una ocasión la obsesión de la esposa de Carlos Gustavo por la belleza artificial.

En su rostro no solo se adivinan las marcas del bisturí, también las de ciertas amarguras. La muerte de su hermano Jorge, la anorexia de su hija Victoria, los amoríos de los pequeños. Pero, sobre todo, las infidelidades de su marido, del que sigue enamorada. Los suecos siempre supieron de la debilidad del rey por alcoba ajena, pero, por si había alguna duda un par de libros aportaron pelos y señales de las amantes del rey. El escándalo sacudió el país. El rey se explicó: “No he leído el libro, pero esos hechos sucedieron hace mucho tiempo. He hablado con mi familia y vamos a pasar página y seguir adelante". Sí, Silvia le perdonó. Dicen que es una mujer paciente y sufridora.

Los disgustos no solo fueron producto del desamor. El libro de Johan Asard,The Queens Secret, explicaba con detalle el pasado nazi de Walter Sommerlath, padre de la reina. Denunciaba que en Alemania se hizo cargo de una fábrica metalúrgica, propiedad de un judío. Era una fábrica de gran éxito, por lo que amasó una gran cantidad de dinero. El judío, Efim Wechsler, hubo de escapar de Alemania. Silvia justificó a su pare con un débil argumento, que hizo lo que no le quedó más remedio que hacer. Y decidió llamar a las radios, periódicos y televisiones. Grave error, la propia biografía de su padre demuestra que la familia salió de Alemania tras la derrota de los nazis y como muchos otros se instalaron en Sudamérica.

Esos sofocones también están dibujados en su rostro, tantas veces operado.Tras 40 años de matrimonio, parece que su entorno goza de cierta armonía: es abuela de cinco nietos, Estele, Óscar, Leonore, Nicolás, y el benjamín, Alexander. Y su flamante marido, Carlos XVI Gustavo, ya no parece estar para trotes extramatrimoniales.

http://www.revistavanityfair.es/rea...os-gustavo-de-suecia-abba-dancing-queen/22496
 
La corte real organiza una exposición de cinco vestidos de boda reales en honor del rey y 40 aniversario de boda de la reina.Los vestidos de novia de la reina Silvia, Victoria, Madeleine, Sofía y Lilian estarán en la exposición en el Palacio Real entre 22 octubre-5 marzo 2017.
 
Boda del rey Carlos XVI Gustavo y Silvia Sommerlath

by hola.com 10 de Mayo de 2010

La boda del rey Carlos XVI Gustavo de Suecia, a sus 30 años de edad, y la alemana Silvia Sommerlath, tres años más que él, fue la primera que un monarca reinante celebraba en el país desde 1797; la anterior fue la del rey Gustavo IV Adolfo, a sus 21 años, y la princesa Fredrika de Baden, a los 16. Carlos Gustavo y Silvia se habían conocido en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972.
El compromiso de Carlos Gustavo, rey de Suecia desde el 15 de septiembre de 1973, y Silvia se anunció el 12 de marzo de 1976en el Palacio Real y, al día siguiente, los novios mantuvieron un encuentro con la prensa en los apartamentos de la princesa Sibylla. Las amonestaciones de matrimonio las hizo públicas el Jefe de la Corte, Chaplain Hans Åkerhielm, el 7 de junio desde el púlpito de la Capilla Real. La boda tuvo lugar en la Catedral de Estocolmo casi tres meses después de su compromiso, el 19 de junio.

Actos previos al enlace
La noche anterior a la boda, se vivió una velada de gala en la Ópera. La novia hizo una entrada inolvidable: deslumbrante y hermosa con un vestido fino, de corte alto y totalmente plegado, una chaqueta de encaje y, por primera vez, luciendo la tiara favorita de la princesa Sibylla. El día anterior, Silvia Sommerlath, aún una ciudadana extranjera, había sido galardonada con la Orden del Serafín, que lució por primera vez.
Tras la función en la Ópera, el Rey ejerció de anfitrión de una cena y baile enDrottningholm para unos 200 invitados, allegados y amigos personales.
La primera boda de un monarca reinante en Suecia en los tiempos modernos fue sencilla, juvenil y romántica. Resultó ser un acontecimiento que atrajo el interés de numerosos medios de comunicación y, en este sentido, se cumplió el deseo expreso del Rey de que hubiera la mayor transparencia posible en lo concerniente a los preparativos oficiales del enlace.

Decoración en la catedral de Estocolmo
El día de la boda, muy temprano por la mañana, el Maestro de Ceremonias y dos chambelanes recogieron del Tesoro las coronas de Erik XIV y Lovisa Ulrika y las llevaron a la Catedral de Estocolmo, donde se colocaron sobre dos cojines en color azul oscuro a izquierda y derecha del altar y que durante la ceremonia portó Carmita Sommerlath, sobrina de Silvia. La iglesia catedral de Storkyrkan estaba decorada en azul y rosa claro y perfumada con lilas blancas, gladiolos y espíreas contenidos en urnas de flores.
En el altar colgaba un antependium, donado por Johan, el hijo de Axel Oxenstierna, en 1659. El frontal, brocado en pequeños motivos florales, estaba decorado con el escudo de armas de Oxenstierna y Brahe. Las iniciales, títulos y propiedades del donante y su esposa, Margareta Brahe, también iban bordadas en el antependium, que es exclusivo de la catedral de Estocolmo y se utiliza para las ceremonias reales.
En el altar también se colocaron dos grandes candelabros y un crucifijo de madera de roble, plata y oro realizado en Augsburgo y donado por Magnus Gabriel De la Gardie a la reina Kristina para su coronación en 1650. Silvia Sommerlath había seleccionado ella misma para el altar dos jarrones de plata que contenían la rosa roja que lleva el nombre de la reina Silvia, cultivada especialmente para la ocasión. La reina Luisa había donado los jarrones a la catedral de Estocolmo y Silvia estaba muy orgullosa de ellos.

1.200 invitados a la boda
Alrededor de 1.200 invitados se concentraron en el interior de la catedral y esperaron al inicio de la ceremonia mientras el coro de la catedral cantaba y la orquesta sinfónica sueca tocaba una selección musical que incluía piezas de la época de la reina Cristina, Carlos XI, Adolfo Federico y Gustavo III. Pocas veces se había visto reunidas a tantas personalidades de las Casas Reales europeas y altos dignatarios de los Gobiernos: la reina Beatriz de Holanda y su esposo, el príncipe Claus; los reyes Simeón y Margarita de Bulgaria; Harald y Sonia de Noruega, entonces príncipes herederos, junto al rey Olav; la reina Margarita de Dinamarca con su esposo, el príncipe Henrik, y su madre, la reina Ingrid; los ex reyes de Grecia, Constantino y Ana María; los reyes Balduino y Fabiola de Bélgica; los Grandes Duques de Luxemburgo, el Presidente de la Alemania Federal, Walter Schell; y los duques de Cádiz, Alfonso de Borbón Dampierre y Carmen Martínez-Bordíu.
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El rey Carlos Gustavo, vestido con el uniforme de almirante, esperó a la novia en el vestíbulo de la iglesia. Llevaba la Orden de Serafín, la Orden de la Espada y, en consideración a su prometida, la Orden de la República Federal Alemana. Una vez reunidos, a las doce en punto y en una mañana radiante y soleada, el Rey la besó en las dos mejillas y la contempló durante unos momentos con contenida emoción. Rozó el elegante velo con la mano y miró el ramo de flores con satisfacción. Juntos caminaron hasta el altar mientras sonaba la Sinfonía de Chiesa de J.H. Roman. Firmaron como testigos Amelie Middelschulte, James Ambler, Helène Silfverschiöld, Hubertus Hohenzollern y Sophie Sommerlath.
Siguiendo la tradición nupcial alemana, el anillo de boda, de oro blanco y diamantes, fue llevado en un cojín por la dama de honor Carmita Sommerlath, hija de Ralf Sommerlath, hermano de la Reina.

El vestido de la novia
El vestido de novia, el secreto tradicional mejor guardado, no fue desvelado hasta el último momento. La novia había elegido uno en el mismo estilo clásico que los que habían llevado las princesas Birgitta y Desirée en sus respectivas bodas y había sidodiseñado por Marc Bohande la casa Dior, que también se encargó de los trajes de los pajes y de las damitas de honor. El vestido era de color marfil, completamente liso y con manga larga, entalaldo en la cintura y con una larga cola que arrancaba de un poco más arriba del talle.
El velo de la futura Reina, bordado de encaje, era una reliquia de la familia Bernadotte heredada de la reina Sofía y llevada por la madre del Rey, la princesa Sibylla, así como por las princesas Desirée, Margarita y Cristina. El velo se sostenía por la diademacon camafeos incrustados en oro rojo y perlas que fue el regalo que recibió de la princesa heredera Josefina cuando se casó con el rey Óscar I. La diadema estaba cerrada por una ramita de mirto de Sofiero, lugar donde fue plantado el árbol de la abuela paterna del Rey, la princesa Margarita.
A la joven florista Marlene Pröpster de los grandes almacenes NK se le había concedido el honor de hacer el ramo de novia con orquídeas blancas, un par de ramitos de jazmín y lirios del valle. Los pajes y damas de honor llevaron sus propios ramos de flores: Amelia Middelschulze, Helene Silfverschiold y Sofía Sommerlath portaban ramos blancos, y James Ambler y Hubertus von Hohenzollern, bastones con ramos de flores amarillas y azules, los colores de la bandera sueca.

Túnicas históricas del Arzobispado
La ceremonia de matrimonio se televisó y fue oficiada por el arzobispo Olof Sundby, que llevaba un vestido blanco y rosa procedente de las colecciones reales realizado en París para la coronación en 1751 de Adolfo Federico. El Arzobispo fue asistido por el capellán de la Corte, reverendo Hans Åkerhielm, vestido con sus propias túnicas de la Orden del Serafín en color azul claro, y por el doctor Ernst Sommerlath, profesor de Teología y tío de la novia, con túnica blanca.
El programa musical incluyó Festmusik de Lars-Erik Larsson, los himnos suecos I denna ljuva sommartid y Herren vår Gud är en konung i makt och i ära, Wie ist Dein Name so gross de G.P. Telemanns y, por último, Sinfonia D-dur de J.S. Bach. El organista de la catedral, Gotthard Arnér, tocó el órgano mientras que la orquesta sinfónica de la Radio sueca, conducida por Gustaf Sjökvist., se encargó del resto de la música.
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Cuando los novios pronunciaron el "sí quiero", floreió el patriotismo de los ciudadanos suecos y sonaron aplausos y vítores en todo Estocolmo. Se tomaron los anillos y, mientras el arzobispo pronunciaba las promesas, los novios las repitieron mirándose a los ojos. El momento en que el Rey le puso el anillo a Silvia sólo lo vieron ellos y los oficiantes, un momento que quisieron conservar para sí solos. El arzobispo ratificó después el matrimonio y Silvia Sommerlath se convierte, a las 12.18 horas, en Reina se Suecia ante los 1.200 invitados y alrededor de 500 millones de telespectadores.

Viaje por mar al Palacio Real
Tras la ceremonia matrimonial y bajo un sol primaveral, los nuevos Reyes de Suecia recorrieron triunfalmente en una carroza de lámparas de plata, con banderas y pañuelos ondeando a lo largo de todo el camino, la ciudad de Estocolmo. Escoltados por escuadrones de lanceros y dragones reales, y con un Estocolmo en pleno júbilo que les aclamaba con sonrisas y vivas llegaron hasta Skeppsholmen, donde tomaron el Vasaorden para iniciar un viaje a través de Strømmen hasta Logårdstrappan, en Skeppsbron.
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Después de ocho minutos de viaje en la lancha real, estallaron las 21 salvas de ordenanza. A su llegada al muelle de Logårdstrappan, que se había transformado en un florido prado, un total de 224 músicos de folk de Dalarna, vestidos con sus trajes regionales y guiados por el músico de folk Knis Karl Aronsson, tocaron Brudmarsch från Leksand (la marcha nupcial de Leksand) para los recién casados mientras caminaban por la alfombra roja.
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En la escalinata de Logården, hacia el Palacio Real, les recibió el Gobernador del Palacio Real Sixten Wohlfart. En el Patio Interior de palacio, los novios agradecieron las ceremonias de bienvenida. Entre ellas, destacó la de varios aviones que hicieron unas rápidas pasadas sobre las montañas del sur, en testimonio de felicitación de las Fuerzas Aéreas, trazando un fugaz corazón de humo contra el cielo.

La foto de boda
La tradicional fotografía de boda fue tomada por el fotógrafo Lennart Nilsson, que se tomó su tiempo en su tarea mientras miles de ciudadanos de Estocolmo se concentraban en Norrbro y las calles y plazas adyacentes esperando para ver a los recién casados.
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Finalmente, y mientras comenzaban a caer las primeras gotas de lluvia ("Cuando sobre la corona de la novia llueve, suerte tiene" dice un popular dicho sueco), el rey Carlos Gustavo y la reina Silvia salieron al balcón superior de Lejonbacken. “Sentimos haber llegado un poco tarde y haberos hecho esperar", se disculpó el Rey. "Ha sido un día maravilloso y lleno de recuerdos. Estamos tan felices”, dijo mientras levantaba el brazo de la Reina en actitud radiante. La Asociación Coral de Estocolmo cantó En nuestro campo crecen arándanos mientras el público se unía espontáneamente a los cantos y los novios se miraban y sonreían. Después, el Rey. el coro y el pueblo sueco entonaron el himno nacional.

Banquete nupcial en Vita havet
El banquete de bodas se organizó enel piso de representación del príncipe Bertil, Vita havet, en la planta alta del ala oriental del palacio. El propio príncipe Bertil ejerció de anfitrión y a los postres dio un emotivo discurso a los novios en representación de toda la Familia Real en el que les deseó "toda la felicidad imaginable en sus vidas". Alice y Walther Sommerlath, padres de la novia, eran los invitados de honor, a pesar de que entre los demás invitados había Reyes y Reinas.
El almuerzo había sido preparado por el chef de la corte, Werner Vögeli. El menú incluyó consomé frío con caviar, mousse de salmón al horno "Reina Silvia", paloma fría con hígado de oca y fresas silvestres con helado de vainilla y crema batida. Magníficos pasteles croquembouche, decorados con rosas de mazapán color rosa y horneados por el maestro pastelero de Operakällaren Dag Öster, dominaban las mesas.
La pareja eligió Hawái como destino para su luna de miel, tras la cual regresaron para disfrutar de unas bien merecidas vacaciones en el Palacio Solliden en Öland.

http://bodasreales.hola.com/carlos-...toria/201005103022/carlosgustavo/silvia/boda/
 
La corte real organiza una exposición de cinco vestidos de boda reales en honor del rey y 40 aniversario de boda de la reina.Los vestidos de novia de la reina Silvia, Victoria, Madeleine, Sofía y Lilian estarán en la exposición en el Palacio Real entre 22 octubre-5 marzo 2017.
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Revive la boda real en Drottningholm, 18 de Junio, 2016, 14:00 en boda

¿Quieres revivir toda la reciente boda real gloriosa? O aprender más sobre cómo fue que los reyes y reinas casaron en el pasado? Bueno, entonces usted haría bien a la cabeza a Drottningholm ...

Mañana, 19 de junio, se celebra el 40 aniversario del rey Carlos Gustavo y la reina Silvia se casó! Debe, en otras palabras, celebrado bodas de rubí. Y los que quieran aprender un poco más sobre lo que pasó ese día de junio de 1976, o en un montón de otras bodas reales tienen la oportunidad este verano ...
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A partir de mañana, 19 de junio hasta el 17 de julio se tendrá que saber, vistas las bodas en Drottningholm. Cada día a las 15 proyecciones tirones comenzó. Aquí llegamos a conocer más sobre la boda real de todo tipo. No sólo los que han tenido lugar en los tiempos modernos, sino también cómo era entonces, por ejemplo, Hedvig Eleonora casaron Charles X Gustav en 1654. Por supuesto, también es la boda real reciente con las instrucciones - preciosa de la boda del príncipe Carlos Felipe del año pasado y la princesa Sofía.
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Para aquellos que están dispuestos a ir en el programa, pero no pasa de Drottningholm también podemos asesorar sobre la exposición "En el momento - Real relojes desde hace 400 años" en el Palacio Real ahora se ha ampliado. Hasta el 25 de septiembre, se puede ahora disfrutar de estos quién es realmente la artesanía de alta calidad.
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Foto: / casa real Alexis Daflos

Cualquiera que quiera saber más sobre la exposición puede echar un vistazo a el blog Detrás de las escenas en donde sirvió un espectáculo!

http://www.svenskdam.se/2016/06/aterupplev-kunglig-brollopsyra-pa-drottningholm/
 
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