Anécdotas de la niñez y adolescencia

Pues hablando de corregir, me acuerdo que un día íbamos mi madre y yo en el coche y dijo que iba a parar en la gasolinera y yo:
- mamá, ¿por qué llamas gasolinera a la gasolinería?
- es que se dice gasolinera cazurra
- pero si se dice papelería, panadería, librería o pastelería pues de gasolina - gasolinería. Yo digo que se dice gasolinería.

14 años de vida pensando que se decía gasolinería✌

Siguiendo un razonamiento similar yo pensaba que en la droguería vendían droga.
 
Pues hablando de corregir, me acuerdo que un día íbamos mi madre y yo en el coche y dijo que iba a parar en la gasolinera y yo:
- mamá, ¿por qué llamas gasolinera a la gasolinería?
- es que se dice gasolinera cazurra
- pero si se dice papelería, panadería, librería o pastelería pues de gasolina - gasolinería. Yo digo que se dice gasolinería.

14 años de vida pensando que se decía gasolinería✌
Yo aun lo digo hoy en día :ROFLMAO: y para mí muchos años la femia del caballo era la caballa :rolleyes:
 
Tendría unos 4 años y aún me acuerdo. Un día pillé la retahíla de decir sin parar "Don Pijote de la Mancha" por el portal de mi casa, mi madre atacada de los nervios diciendo que me callase que eso no se decía y yo sin entender el por qué...
 
A nosotros en la escuela, había unos días en semana que las clases de la tarde se prolongaban una o dos horas más. En invierno, una de esas tardes noches ya a punto de esparcirnos, dentro de un silencio sepulcral inherente a la figura del maestro con aspecto de guardia civil de los 80´s a punto de jubilarse, a uno de las primeras filas se le escapó un aire bastante importante. Tras varios segundos, sin que nadie perturbara ese silencio, el profesor se manifestó lacónicamente con su voz de ultratumba: " Te habrás quedado a gusto?".

Todos mis respetos para ese compañero. Yo me hubiera puesto amarillo. Probablemente me hubiera acarreado un malestar intestinal y quizás, al final hubiese sido inevitable un pequeño escape, cuya timidez, advertida por un zorro de la vieja enseñanza, me hubiese acarreado unos palmetazos.

Las cosas claras desde el principio o más vale una vez colorao que ciento amarillo y encima castigao.
 
Yo me enfadé con una niña porque era muy fantasiosa y sentía que me estaba engañando continuamente (mi mente de niña pensando: esta señora miente) Decía cosas como que tenía una hermana secreta, que David Bustamante era su primo y había fotos de su bautizo, que de la tela que le sobraba del traje de flamenca la madre le hacía las bragas o que una vez se tragó un plátano entero y se le quedo en el cuello atravesado ?

Algo gracioso, aqui en Sevilla comemos muchas cabrillas y caracoles en primavera, ahora me da asco pero de pequeña me encantaba. Os prometo que tengo en la mente el recuerdo de que con 4 años yo les veía ojitos con pestañas y una boquita sonriente y cuando algo más mayor volví a comerlo me quedé loquísima de que no tuviese la cara que recordaba.

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Yo me enfadé con una niña porque era muy fantasiosa y sentía que me estaba engañando continuamente (mi mente de niña pensando: esta señora miente) Decía cosas como que tenía una hermana secreta, que David Bustamante era su primo y había fotos de su bautizo, que de la tela que le sobraba del traje de flamenca la madre le hacía las bragas o que una vez se tragó un plátano entero y se le quedo en el cuello atravesado ?

Algo gracioso, aqui en Sevilla comemos muchas cabrillas y caracoles en primavera, ahora me da asco pero de pequeña me encantaba. Os prometo que tengo en la mente el recuerdo de que con 4 años yo les veía ojitos con pestañas y una boquita sonriente y cuando algo más mayor volví a comerlo me quedé loquísima de que no tuviese la cara que recordaba.




De pequeña comía caracoles y ahora me dan pena y asco comérmelos. Dejé de comerlos al poco de hacer la comunión, ya no me gustaban.

Uno de mis primeros recuerdos de la infancia fue precisamente, y lo recuerdo todavía, con dos añitos, es el estar en casa del pueblo en el jardín cogiendo caracoles, me chiflaban, igual que las mariquitas. Me encantaba encontrarme con estos dos bichejos, junto con las mariposas, me hacen todavía feliz por alguna razón.

También me encantaba ver amapolas, las flores esas amarillas típicas de nuestros campos y las margaritas. Ver los campos llenos de flores me hacía y me hace feliz, me encantaba la primavera y el verano. Ahora detesto el verano.
No se, las amapolas, ahí rojas resaltando entre el verde del campo me daban subidones de alegría.
 
En mi ciudad había un picadero que parecía un palacio de princesas, estaba todo iluminado y en verdad parecía un castillo con sus torres. Cada vez que pasábamos por ahí en el coche yo le decía a mi madre que quería ir a ese palacio de princesas jajajaja
 
Otra que me he acordado al leer a @Missmisima
No supe lo que era una hamburguesa del McDonald's ni del burger King hasta bien cumplidos los 13 años. Mi santa madre siempre se encargaba de pedirme la bazofia esa de burguer de pescado para que fuera más "sano"
Ay que ascazo yo me hubiera puesto a vomitar toda la piscina de bolas esa como venganza :angel:
 
Copio y pego de otro hilo, porque esto ya lo había contado por aquí...

Dos "confusiones" con nombres de mi yo infantil, unos 5 tiernos añitos, que todavia se rescuerdan en la familia.

Mi madre tenía una amiga que se llamaba Brígida. No sé qué me pareció escuchar, pero haciendo fotos a la salida de la comunión de sus hijos, con los curas del colegio y la plana mayor de su familia, aquí una servidora quería salir en la foto, y se metió enmedio del grupo familia-curia al grito de "Por favor, Doña Frígida, por favor".

Mi padre tenía un despacho para ejercer su profesión y a veces mi madre y yo pasabamos por la tarde, al salir del colegio. Me gustaba jugar a las secretarias y un día me empeñé en que yo era la secretaria y que iba a pasar al cliente, ante la atenta y divertida mirada de la secretaria real. Entro al despacho y anuncio al cliente con toda pompa, "Sr xxxx, el Sr foll*do a hacerle unas consultas". El pobre señor se apellidaba Hurtado.

Muchos, muchos años después, comprendí el apuro de mis padre en ambas ocasiones. Y, claro, por qué lo contaban y los mayores se descojonaban.
 
No sé cuántos años tendría entonces, pero en mi barrio construyeron una urbanización y mis padres hablaban con unos amigos de ir a ver el piso piloto...
Yo no entendía muy bien porqué teníamos que ir a ver la casa de nadie y menos de un piloto... ¡Si no conocíamos a ninguno!
Bueno, pues fuimos y mi pregunta al salir fue ¿y al piloto no le molesta que vaya tanta gente a su casa cuando no está él?
 
Lo típico de pensar que el cajero daba dinero ilimitado.
A veces quería que mi madre me compraste algo y ella me decía: no, pq no tengo dinero y yo le decía ah pero no sabes que hay un sitio donde metes una tarjeta y te dan todo el dinero que quieras?
 

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