Hace muchos, muchos años, bastante más de veinte, la reina emérita, Sofía, se fue hasta Ferrol con otra reina, la mismísima Sirikit de Tailandia, para asistir las dos a una botadura de un buque en los astilleros.
Yo conocí a alguien que las sirvió durante el no sé si cóctel o almuerzo muy restringido. No era un camarero de estos de bares normales, sino de los acostumbrados a grandes eventos "de cierto copete". Aún así, les dieron un machaque de protocolo impresionante para servir a Sofía y, sobre todo, pensando en Sirikit, porque por lo visto con los royals tailandeses hay que tener una delicadeza y una atención absolutas. El pobre luego me decía: "creía que sabía servir cualquier evento y me dí cuenta de que no, anda que no se ponen tiquismiquis con esas cosas".
