Ana Obregón

Sí, una camiseta de sí misma. Con lo que recaude quiere comprar material de protección para el virus o donarlo a Cáritas. Cuánto se cree que va a recaudar? El proyecto poco serio porque no dice cuánto va a donar. De camino se queja de que cerraran las iglesias. Ella necesita rezar.
Además nos cuenta que está en un piso con amigos italianos. Y que lo comparten todo porque son italianos. Y además no planchan, planchan con las nalgas, se sientan sobre la ropa. Si alguien tiene miedo de comprarle una camiseta que no tema. Creo haber entendido que entre las asentaderas y la ropa coloca un pañuelo. La ropa con el calor posterior queda estupenda. Además ella no es de evacuaciones frecuentes según contó en otro post.
Con Antonia tengo sentimientos encontrados. No sé si es muy bruta, o si quiere venderse como "de carácter" pero en el fondo se moja cuando hay que hacerlo. Que tiene cara caballuna y le pagan un pastuzio que ya me gustaría a mí por hacer los calendarios y las cosas, eso lo tengo claro.
 
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Sí. Lo dijo Alberto Rey en El Mundo, un columnista de series y de celebrities desde un punto de vista irónico y le pedía perdón por si en algún momento se habia pasado con ella en algún comentario.
A mi ese chico me encanta como escribe. Y se le ve con algo de recorrido al muchacho, lo cual no es muy frecuente ya, entre la gente que escribe en prensa.
 
Yo creo que esta foto de la portada de Hola se ha publicado con la autorización de Ana Obregón. La mujer de Lequio, María Palacios trabaja para Hola, y tiene mucha mano...Si ella no quisiera o los Obregón no quisieran, esa foto no se hubiera publicado.Y yo creo que no es una foto nada ofensiva... Se ve a Ana delante de la tumba de su hijo, sin más....
 
Pues sí, en cuanto a ella como persona, al no conocerla hablo de lo que ella me parece.
Cierto que las apariencias engañan, pero muchas veces nuestro gesto o nuestra postura dice mucho de como somos, otras veces no y es un escudo que ponemos para que no se conozca cómo realmente somos.
Si siempre vas con gesto adusto y serio, la mayoría de las veces es porque en realidad eres así.
Pero bueno, que sí, que la excepción confirma la regla, y no se puede juzgar sin conocer.


No siempre es así, por mucho que veamos a alguien siempre con gesto serio para conocer de verdad como es esa persona hay que tratarla, yo me he llevado algunas sorpresas con esto : de ver a alguien y por sus gestos pensar que era una borde y antipática y un día hablar con ella y resultó ser todo lo contrario
 
Estoy totalmente de acuerdo con Abel Arana,hay necesidad de esta portada?
Es propia de revista de mal gusto ,no encuentro lógica esta foto,una madre,sea quien sea frente a una tumba,que bajo habeis caído,tanta pose,glamour y gente fina y hacéis esto
Yo no creo que tenga el permiso de ella,que intromisión en la intimidad,dejad a la gente vivir su duelo,es meter los dedos hasta la profundidad
Pienso así porque creo que es de sentido común y de humanidad
 
miércoles, 27 de mayo de 2020

REVISTA HOLA: ASÍ NO



La revista HOLA es una maravilla porque, básicamente, habla de gente irreal que vive en casas irreales y viste ropa ideal. Los protagonistas de HOLA están delgados y tienen buena piel porque beben mucha agua, comen mucha fruta y hacen yoga. Porque en el mundo de HOLA nadie se opera, nadie se pone botox, nadie va a la cárcel y se da brillo y esplendor a lo que haga falta. Y yo lo compro y se lo cuento a ustedes todas las semanas.

Todas las semanas menos esta.

Yo me debo a ustedes, mis queridos lectores, y a nadie más. Este blog es mi columna, mi opinión y la descacharrante (a veces) visión que tengo de las cosas. Yo escribo aquí, la mayoría de las veces, para que ustedes se diviertan y pasen un rato entretenido. No sé si lo consigo o no, pero yo intento entretenerles. Pero esta semana, viendo la portada, sinceramente no puedo.

Odio las portadas "en la prensa seria" con cadáveres o ataudes. Las detesto. Y la portada de HOLA de hoy se me atraganta. Esta vez me parece que se han tirado al mundo de la "por**grafía sentimental" a lo bestia. El dolor de una madre que ha perdido a un hijo víctima del cáncer (o de lo que sea), es, según los entendidos en la materia, el peor de los dolores. El que nunca se cura. Y retratar de esta manera a Ana Obregón, en ese sitio y en ese momento, a mí me parece indecente y sobre todo, impropio de una publicación que se supone el último bastión del buen gusto, las buenas maneras y la elegancia.

Esta semana, por primera vez en muchísimos años, no les compro la revista. Ya sé que no sirve de nada, pero yo no quiero ser partícipe de esta invasión de la intimidad. El momento es terrible, sin más. No me hace falta ver a Ana Obregón desecha en esas fotos para saber que está desecha. No tengo ningún interés en acceder a esa parte de su intimidad en ese momento que tiene que estar siendo un infierno. Y lo mismo para el padre del chaval. De verdad no me hace falta ni me parece información.

No puedo abrir la revista y hacer humor después de haber visto esta portada. No me sale. No me apetece. Ya sé que tengo siempre una cita aquí con ustedes y que, por ustedes, me río de lo que haga falta porque su risa es mi gasolina. Esto siempre ha sido un toma y daca. Yo me desahogo con este estúpido sentido del humor que tengo y ustedes (si tengo suerte) se despiporran. Pero hoy no porque hay límites que no me da la gana cruzar, porque siempre me pondré del lado del débil y Ana Obregón y Alessandro Lequio me parecen ahora los protagonistas de una pesadilla. Y no quiero ni clicks, ni me gustas ni nada a costa de esto.

Por eso, les agradezco especialmente esta semana que me hayan y leído y por una sola vez, les pido que no compartan este texto en sus redes. No quiero likes a costa del dolor.

Espero volver la semana que viene y espero que volvamos a reírnos juntos.

Muchas gracias, como siempre, por dedicarme un ratito.




Excelente artículo. Además, no se puede negar que Ana en la foto parece la antítesis de como la conocemos y aunque se haya tomado a distancia, se nota que estaba llorando y tiene la cara hinchada. Ver el dolor de una madre que ha perdido a su único hijo y recrearse en su dolor ante la tumba...¿ De verdad es necesario? Ya vimos bastantes fotografías la semana pasada de ella y toda su familia destrozados, es momento de dejarlos a solas con su dolor, para que puedan hacer el duelo como corresponde.


De todas formas, mantengo la duda de si la foto fue pactada o no. Se ha comentado aquí que Ana tiene mucha amistad con Belén Junco, durante años ha sido parte de la "plantilla" del Hola... No sé, me parece raro que la hayan publicado sin contar con su visto bueno. Pero que es de un gusto horrible, eso no puede dudarse. Y tampoco creo que Ana esté ahora mismo con las ideas muy claras. Ella siempre ha sido muy consciente de su "personaje", así que verla tan al natural no me acaba de cuadrar en absoluto.
 
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Dicen que el Coronavirus traerá un cambio social en el mundo y que como sociedad no volveremos a ser los mismos luego de la pandemia. Yo me permito hacer la analogía con la portada del Hola de esta semana y agrego que estamos ante la evidencia que ya ni la prensa del corazón de "alta gama" es la que era. Adiós a los reportajes estéticamente cuidados que nos mostraban mansiones imposibles de adquirir para la mayoría de sus lectores. No en vano alguna vez escuché decir por ahí: esa casa parece del Hola!. Adiós a las entrevistas a grandes figuras del acontecer artístico local o mundial. Ahora solo tienen cabida los trepadores convertidos en famosetes por un día, cual efímera y maloliente flor. Lo que se lleva en el Hola Post-Pandémico es el morbo, el sensacionalismo, el amarillismo, manifestado en todo su esplendor a través de una burda portada mortuoria con aroma a lirios blancos y salpicada de lágrimas maternas. Los buitres de la prensa rosa habrían pagado con sus vidas por una foto del hoy difunto yaciendo enfermo y demacrado en una fría cama de hospital. Con su madre al lado sosteniendo su pálida mano. No me importa si la foto es pactada o no. No me importa si la foto fue tema de discusión en la redacción del Hola! para analizar su repercusión. No me importa si Ana se encuentra bajo efectos del dolor y la medicación y aceptó la presencia del fotógrafo inquisidor. Lo que SÍ me importa es que Hola! sin proponérselo abrió la puerta de lo que nos espera de su parte en años venideros y de paso nos lanza una radiografía en la jeta (y no digo cara porque ya ni eso tenemos como seres humanos) de lo que nos hemos convertido como sociedad. Hola! a partir de este momento ya no eres más un revista con nombre de saludo...eres una triste despedida y para mi te empiezas a llamar...Adiós!
 
Dicen que el Coronavirus traerá un cambio social en el mundo y que como sociedad no volveremos a ser los mismos luego de la pandemia. Yo me permito hacer la analogía con la portada del Hola de esta semana y agrego que estamos ante la evidencia que ya ni la prensa del corazón de "alta gama" es la que era. Adiós a los reportajes estéticamente cuidados que nos mostraban mansiones imposibles de adquirir para la mayoría de sus lectores. No en vano alguna vez escuché decir por ahí: esa casa parece del Hola!. Adiós a las entrevistas a grandes figuras del acontecer artístico local o mundial. Ahora solo tienen cabida los trepadores convertidos en famosetes por un día, cual efímera y maloliente flor. Lo que se lleva en el Hola Post-Pandémico es el morbo, el sensacionalismo, el amarillismo, manifestado en todo su esplendor a través de una burda portada mortuoria con aroma a lirios blancos y salpicada de lágrimas maternas. Los buitres de la prensa rosa habrían pagado con sus vidas por una foto del hoy difunto yaciendo enfermo y demacrado en una fría cama de hospital. Con su madre al lado sosteniendo su pálida mano. No me importa si la foto es pactada o no. No me importa si la foto fue tema de discusión en la redacción del Hola! para analizar su repercusión. No me importa si Ana se encuentra bajo efectos del dolor y la medicación y aceptó la presencia del fotógrafo inquisidor. Lo que SÍ me importa es que Hola! sin proponérselo abrió la puerta de lo que nos espera de su parte en años venideros y de paso nos lanza una radiografía en la jeta (y no digo cara porque ya ni eso tenemos como seres humanos) de lo que nos hemos convertido como sociedad. Hola! a partir de este momento ya no eres más un revista con nombre de saludo...eres una triste despedida y para mi te empiezas a llamar...Adiós!
Yo no creo que el mundo cambie, el ser humano tiene una capacidad de olvido absoluta, en cuanto la vacuna aparezca o el virus desaparezca volveremos a las mismas andadas, ciudades que parecen parques de atracciones, 27 vuelos directos Paris Nueva York y 560 con escala, colas en HM, primark y Zara etc etc.
En la segunda parte no puedo estar más de acuerdo en Hola está perdiendo el poco glamour que le quedaba y la linea editorial es bochornosa, es un viaje sin retorno. Una pena
 
Dicen que el Coronavirus traerá un cambio social en el mundo y que como sociedad no volveremos a ser los mismos luego de la pandemia. Yo me permito hacer la analogía con la portada del Hola de esta semana y agrego que estamos ante la evidencia que ya ni la prensa del corazón de "alta gama" es la que era. Adiós a los reportajes estéticamente cuidados que nos mostraban mansiones imposibles de adquirir para la mayoría de sus lectores. No en vano alguna vez escuché decir por ahí: esa casa parece del Hola!. Adiós a las entrevistas a grandes figuras del acontecer artístico local o mundial. Ahora solo tienen cabida los trepadores convertidos en famosetes por un día, cual efímera y maloliente flor. Lo que se lleva en el Hola Post-Pandémico es el morbo, el sensacionalismo, el amarillismo, manifestado en todo su esplendor a través de una burda portada mortuoria con aroma a lirios blancos y salpicada de lágrimas maternas. Los buitres de la prensa rosa habrían pagado con sus vidas por una foto del hoy difunto yaciendo enfermo y demacrado en una fría cama de hospital. Con su madre al lado sosteniendo su pálida mano. No me importa si la foto es pactada o no. No me importa si la foto fue tema de discusión en la redacción del Hola! para analizar su repercusión. No me importa si Ana se encuentra bajo efectos del dolor y la medicación y aceptó la presencia del fotógrafo inquisidor. Lo que SÍ me importa es que Hola! sin proponérselo abrió la puerta de lo que nos espera de su parte en años venideros y de paso nos lanza una radiografía en la jeta (y no digo cara porque ya ni eso tenemos como seres humanos) de lo que nos hemos convertido como sociedad. Hola! a partir de este momento ya no eres más un revista con nombre de saludo...eres una triste despedida y para mi te empiezas a llamar...Adiós!
Eso de que el mundo no será el mismo... nosotras creo que no lo veremos. Por ahora sigue igual que siempre, salvo que con miedo y mascarillas.
 
Hace tiempo puede que sí; ahora ya no creo.

Pues más bien creo que al revés, antes más que ahora, apenas quedan famosos así que a los que quedan deben tratarlos bien, es una relación de beneficio mutuo, y Ana es un peso pesado en el famoseo, de los pocos auténticos que les queda

Antes las denuncias eran más habituales, pero ahora ya no tanto, además los reportajes son "blancos "
 
Eso de que el mundo no será el mismo... nosotras creo que no lo veremos. Por ahora sigue igual que siempre, salvo que con miedo y mascarillas.
Vivimos en una extraña realidad,rara donde se ha prohibido por salud andar por la calle a los niños o ver a nuestros mayores.
Casi hace 3 meses que no vemos a mi madre.
Un mundo extraño ..
Los humanos caemos una y otra vez en los mismos herrores y creo que volveremos a ser como éramos en meses.
Me parece una portada triste y desafortunada.
Una madre desesperada que visita la tumba de su hijo.
Deben vender poco y cualquier cosa ve,cuanto tiempo hacia que una portada de Hola no estaba así en boca de todos.
Me da igual pactada por ella a cambio de que no la molesten o pillada.
No hacía falta
 
Me imagino que las revistas del corazón deben estar pujando por hacerse con alguna entrevista exclusiva por parte de Ana.
 

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