Alonso Guerrero se anima a publicar libro sobre Letizia



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Alonso Guerrero en imagen de archivo. Gtres

CASAS REALES EL PURGATORIO BY MARTA CIBELINA
Alonso Guerrero, con el libro son ganas de tocar los Kinder al King
Lo de escribir un libro en una editorial del exministro Pimentel es toda una provocación a Felipe VI. Dicen que algunos documentos relativos al divorcio y a las causas del mismo descansan en una caja fuerte de 600 kilos.
3 marzo, 2018 01:50
  1. REINA LETIZIA
  2. FELIPE VI
  3. ALONSO GUERRERO
Marta Cibelina
A Su Majestad la Reina Letizia (45 años) le crecen los libros como las setas. Su ex marido, Alonso Guerrero (55), a quien muchos consideraban una especie de caballero andante a lo Hernán Cortés, con ese acento extremeño tan sexy que le sale de vez en cuando, se me ha venido un poquito abajo. Cuando se anunció su compromiso con Letizia volví Extremadura del revés.De Coria a Jerez de los Caballeros, de Olivenza a La Siberia, fui biblioteca por biblioteca para hacerme con dos de sus libritos publicados en aquel momento antes que nadie: El Durmiente y El hombre abreviado. Disfruté de su prosa barroca y gongorina, aún a costa de quedarme frita en el tren de Cercanías y aparecer en Colmenar Viejo, y eso que tenía muy poquitas páginas.

Este tema me trae loca. ¿Por qué ahora y no antes? Lo de escribir un libro en una editorial del exministro Pimentel (55) es toda una provocación a Felipe VI (50). Son ganas de tocar los kinder por parte del ex ministro de trabajo de Aznar (65), muy afín al Opus Dei, al menos hace tiempo cuando tenía el casquete capilar tan colocado que parecía que no se lavaba el cabello.





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La joven pareja.

Pimentel, por si no lo sabéis, es el padre del hijo de Alicia Sánchez Camacho (50), la del PP de Cataluña, la de las grabaciones, la de la comida en la Camarga con la novia despechada de Pujolín… Mira que me están entrando ganas de escribir un libro sobre este señor ex ministro, que además, con menos gracia que Marujita Díaz -que en paz descanse- me coge el teléfono y me dice que no es él. Ni siquiera se molesta en ponerme acento filipino.

Material hay de sobra…. De él se decía que mantuvo una amistad muy grande con Ivonne Reyes (50) hace muchos, muchos años. ¡Qué ironías tiene la vida! Fue precisamente Aznar quien le dijo a Felipe VI (50) que no se casara con Eva Sannum (42) en un tono bastante feo que el actual monarca nunca le perdonará. Y ahora va uno de sus ministros y le hace la 13-14 a nuestra actual reina. Cada vez que me acuerdo de Aznar pienso firmemente que este señor lo que quería es ser él el heredero al trono. Para muestra, la rocambolesca boda que le montó a su hijita, la tercera infanta, en El Escorial.

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Letizia Ortiz y Alonso Guerrero.

Pero volvamos a coger el hilo. El libro se titula El amor de Penny Robinson (editorial Almuzara), y esto es lo que reza su contraportada: "Narra un caso real sin precedentes: la transformación de un hombre con una vida sin sobresaltos en un personaje mediático a quien, por el hecho de haber estado casado con la que iba a convertirse en Reina de España, la prensa del corazón persigue para arrancarle los pedazos no solo de lo que pueda contar, sino de lo que es…". El libro se define como una epopeya moderna donde : "El protagonista, comparte las preguntas con el lector, puesto que al lector podría haberle ocurrido lo mismo".

[Más información: El exmarido de Letizia, alérgico a la fama, da un paso al frente: así es Alonso Guerrero]

Le ha quedado muy bonita la introducción, pero si no nos cuenta por qué se divorciaron realmente el libro va a ser un bluff… Dicen que algunos documentos relativos al divorcio y a las causas del mismo descansan en una caja fuerte de 600 kilos y que hubo mucho dolor en una ruptura que a Alonso le costó superar.

Como quiera que sea, el titulito en cuestión le hace un flaco favor a su autor. Penny Robinson es una niña muy inteligente, con un cociente intelectual que ronda los 150 puntos. Es una de las protagonistas de Perdidos en el Espacio, la serie de Fox Televisión que podía verse entre 1965 y 1968. Si la gente va a asociar a Penny Robinson con la reina el perjudicado es su profe de literatura y marido. Le llevaba diez años cuando ella estudió segundo y tercero de BUP y COU. Era casi una niña.



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Alonso Guerrero. Gtres



Y no voy a decir que era una jovencita precoz. La comprendo perfectamente. Yo no fui la única que se enamoró de su profesor de Latín en el insti y fantaseó con asaltarlo en el claustro a solas. ¿Qué me ha quedado de entonces? Puedo declamaros el Arma Virumque Cano de la Eneida y varias odas de Catulo. Pero mi profe, un hombre tan joven y atractivo como aquel entonces Alonso Guerrero, sabía mantener las distancias con las alocadas alumnas a las que ponía a traducir los pasajes más verdes del Satiricón de Petronio en COU, con la esperanza de que pusiéramos algo de interés. Pero volvamos a Penny Robinson, el personaje que interpretaba una jovencísima Angela Cartwright(65): insinuar que tenía un amor ya de por si solo es muy fuerte. Solo había dos hombres en la nave ajenos a la familia espacial: el Doctor Smith y el comandante Don West, que mantenía una relación absolutamente platónica con la hermana de Penny, Judy. ¿Amaba secretamente y de reojo Penny a Don? Todos estos interrogantes eran absolutamente inocentes hace mucho tiempo, a finales de los noventa, e incluso en los sesenta, cuando todo se suponía platónico. Entonces hasta se comprendía la pasión de otro escritor, Antonio Machado, por la adolescente Leonor, su esposa casi niña, una relación “santificada” por el matrimonio. Cuando se anunció el compromiso de Letizia estas preguntas no resultaban escandalosas, ahora están casi al límite y con motivos fundados que no tienen nada que ver con la historia de amor de Alonso Guerrero y la actual Reina.

El arte es libre, pero Lolita y Ada y el Ardor de Noabokov casi no se podrían editar actualmente. El menor o la persona que roza la minoría de edad siempre serán las personas más frágiles frente al adulto, que, aunque solo le lleve diez años, tiene una cierta posición de poder que le da ventaja.

¿Un noviazgo que se inició a los 16?
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Letizia en imagen de archivo. Gtres

Letizia nunca sería la mala, sino, probablemente, quiero imaginar, la persona que puso en riesgo su corazón. Se casaron en 1998 en Almendralejo (Badajoz), la capital de Tierra de Barros, que tan buenos vinos da. Casi todos los medios, incluido El Español, escriben que el noviazgo duró 10 años. ¿Se inició a los 16 o a los 18? Me da que el título podría tener que ver con el intento de dejar claro que la relación fue platónica durante largo tiempo. El matrimonio solo duró un año. ¿Qué le quedó a Letizia de aquella relación? Un amor profundo por la literatura que nunca ha abandonado y que transmitirá a sus hijas.

Leonor (12 años) y Sofía (10) serán las niñas más leídas de toda la historia de los Borbones. ¿Y qué le ha quedado a Alonso? Un dolor en el alma sin resolver que precisa de la terapia que solo se cura al ponerla sobre papel. Supongo que habrá tirado muchos folios. Dudo que nos explique si el motivo de la ruptura fue que la Reina no quería tener hijos por aquel entonces, como comentan algunas fuentes.

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El libro de Guerrero.

Y tampoco aclarará si es cierto que Letizia odiaba las tareas caseras, al contrario que él. Me consta que este votante de izquierdas, por supuesto antimonárquico, estuvo muy enamorado de la actual reina, que la quiso con locura. No creo que haya publicado el libro por dinero. Corre el rumor de que hizo un pacto con Zarzuela para no hablar nunca….¿Remunerado? Hay quien dice que sí. También se cuenta que recibió una llamadita con unas instrucciones muy explícitas para no hablar. ¿Es un valiente? ¿Es un cobarde? Yo estoy convencida de que es tal la pasión por escribir de este hombre que sería capaz de renunciar a todo el oro del mundo por seguir haciéndolo y que sus libros los leyera el mayor número de gente posible. Recordemos que Belén Esteban (44) vende más que Mario Vargas Llosa (81) Que una recomendación literaria de Kiko Matamoros disparó las ventas de un libro…

Igual la salvación del País está en la información de corazón. Y Alonso Guerrero se ha dado cuenta a tiempo del servicio que le podemos hacer los plumillas de este género que tal vez no acabe de convencer a mucha gente. Y también a la Corona. Majestad, perdone, pero sabemos latín.. Desde aquí me ofrezco humildemente a llevarle la Comunicación en Zarzuela.

P.D: Un amigo me ha sugerido que el título podría ser también una metáfora sobre Letizia y el príncipe. Así Penny Robinson sería nuestra reina, y el comandante, el segundo al mando, Felipe. Porque El Rey Juan Carlos era el Number I de nuestro Júpiter II, es decir, España. Si es así, creo que no me lo compro. ¿Qué hipótesis os parece más probable?

[Más información: La 'erótica' de Letizia: la reina más biografiada de España después de Isabel la Católica]
 
Duque gagá ¿podrías traer lo publicado en El Mundo?
Gracias

aquí está

http://www.elmundo.es/cronica/2018/03/04/5a9ac2ab22601de91e8b4597.html

ENTREVISTA EN EXCLUSIVA CON EL EX MARIDO DE DOÑA LETIZIA
Alonso Guerrero: "No soy monárquico, pero creo que estoy en un país que se roba tanto que jamás podrá existir una república"
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"Mi relación con ella y con el Rey es absolutamente normal... Me han invitado a actos en la Zarzuela, alguna cena con amigos... La gente es maja"

El ex marido de la Reina Letizia ante su novela autobiográfica

A veces la lluvia es una tregua. A veces anuncia una tempestad mayor. Alonso Guerrero cree en la belleza de un diluvio. Alonso es un tipo que ha guardado mucho silencio. Es uno de sus tesoros, de lo que conserva como esencia de su yo. Guerrero es un hombre especial. Como escritor, ha lanzado un grupo de novelas que la crítica ha recibido con fruición. Se presenta en el Café Gijón con los hombros encogidos, gabardina, bufanda gris. Camina como un escritor que se dirige a hablar sobre lo que nunca ha hablado. De su pasado, presente, del futuro de su novela. Alonso Guerrero publicará en unos días El amor de Penny Robinson(Editorial Almuzara). Es una obra autobiográfica escrita a ritmo de persecución. El personaje principal se llama Alonso Guerrero. Él. Su voz es grave y mantiene siempre un tono calmo. Llueve y la terraza del Café Gijón es un refugio. Se ve solitario rodeado de sillas de hierro forjado. Y las gotas que caen. Como las palabras que soltará, lentas y vitales. «Mi silencio es mío», repetirá una y otra vez durante la conversación. Guerrero es el ex esposo de Letizia Ortiz. Y viene a contar su verdad, la literaria y la humana, aunque en su caso sean una. «Aunque a nadie le interese escucharla», dice como cobijándose en sus propias frases. Las manos las tiene gastadas, no como las del soberbio profesor de literatura que es, más bien como el labrador que fue su padre. Vamos a hablar de su obra. Pero es que, en este caso, su novela es su vida. Lo que vivió-sufrió-sintió cuando supo que su ex mujer iba a ser la futura reina de España. Adiós silencio.

-No hay mejor argumento de una vida literaria que la suya... Comienza con una historia macroniana al revés. La alumna que se enamora del profesor. El maestro que se hace su pareja. Se casan. La vida se tuerce y se divorcian. Ella se vuelve a casar. Y se convierte en princesa. Después en reina...

-Yo a Letizia nunca la tuve en clase. Fue una persona a la que conocí en el instituto donde trabajaba. Y sí, visto desde este punto de vista puede ser todo eso. Todo lo demás es una casualidad.

-Casualidad de esas increíbles...

-Es el azar más bien.

-Creo que es más que eso. En su novela suelta una frase más que emblemática: «Era un peón en la partida, pero había sido atacado con el movimiento de una reina»

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-Ten en cuenta que cuando yo escribí la novela ella aún no era reina. Siempre me refiero a ella como princesa. Pero leída ahora, la frase parece profética.

-Su novela es de escapada como El conde de Montecristo...

-La gran diferencia es que esta es una tremenda sátira. Cosa que El conde de Montecristo, no. Aunque a veces lo parece por las distintas personalidades de Edmundo Dantés. Mi novela es un vodevil. Hay que mirar esto con la distancia de la comedia. La gente entiende mejor el humor que la tragedia.

-En su obra puntualiza que a nadie le interesa lo que tenga que decir... Que nadie le quiere encontrar porque nadie sabría qué preguntarle. Eso es una mentira...

-Una de las premisas de la novela es que a nadie le interesa la verdad. Las grandes verdades, a la sociedad en que vivimos, no interesan. ¿Por qué? Obligan al compromiso. Y nadie se compromete.

-Retomando esa palabra. En noviembre de 2003 se anuncia el compromiso real. Es el inicio de lo que pasa en la novela y en su existencia. Su vida iba a cambiar...

-Había pasado el día en el campo. Y lo vi en la televisión. Me extrañó. Me cayó, no como una losa, sino como una interrogación tremenda. Ni siquiera pensé en la situación en que yo me colocaba sino en lo que había pasado. En cómo había pasado. Después se contestaron todas esas preguntas. Era absolutamente argumental. Eso debía llevarlo a una novela. Lo dice la contraportada del libro. «Es la historia de una persona que se convierte en personaje». Eso le ha pasado a mucha gente con todo esto. Gente que nada tenía que ver con la oficialidad ni con la monarquía ni con la nobleza... Saltan a ser perseguidos. Y quizás yo sea el menos importante.

-«Pierde su vida de un zarpazo», relata. Eso es un corte radical. ¿Así sintió que su exmujer se transformase en princesa?

"Era un peón en la partida, pero había sido atacado con el movimiento de una reina"

-No es que ese anuncio supusiera la pérdida de mi vida. Inició la persecución de la prensa. Me pareció apocalíptico. No se me puso un micrófono para que dijera lo que pensaba. Se me arrancaban las respuestas. De qué sirve la verdad si va a ser tergiversada. Siempre.

-Su boda fue sencilla, de 90 personas, los muy cercanos. Y pasó a ser motivo de deseo...

-Fue algo hiperbólico. Circulaba tanto dinero por esas imágenes. Pero yo sabía que no se iban a vender y no se han vendido. A mí me ofrecieron 300.000 euros por una foto.

-¡300.000 por una sola foto!

-¿A costa de qué? Nunca he necesitado el dinero. He sido una persona muy frugal. Puedo decir que no va con mi naturaleza vender una foto. Por el dinero que sea. Más si es una foto privada. Y lo que es privado pertenece a uno, por definición. Y sigo sin planteármelo. Mi silencio es mío.

-Toda esa gente que ha vivido lo que ha vivido usted, según reflexiona, se droga o se divorcia... O se suicida. Definitivamente se ha divorciado y está aquí... ¿El resto?

-Mi única droga es la lucidez. Ni he pensado en suicidarme.

-¿Es una droga el divorcio? Hay quienes lo viven permanentemente.

-El divorcio es una lección.

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Pausa para las fotografías. La luz roja incendia su rostro. Pregunta por su novela. Soy de los pocos que la ha leído completa. Ni siquiera se plantea la posibilidad de ser best-seller. «Soy un escritor minoritario y lo seguiré siendo». Mira a la cámara. A veces parece que va a esbozar una sonrisa como si recordar fuera eso. Un acercamiento a la felicidad. A esa que le dieron cada una de las mujeres de su vida. Sí, Letizia también. Pero no adelantemos acontecimientos. «Creo que he hecho una novela de carne y sangre. Era el argumento más vital que he tenido». La lluvia casi atraviesa el frágil techo de lona. Pero seguimos.



-Stevenson es su eje político y vital. Tiene un poema que se llama Happy Thoughs[pensamientos alegres] que habla de la felicidad, de ser felices como reyes...

-Dudo que eso exista. Eso forma parte de los cuentos de hadas. No creo que la realeza sea excesivamente feliz. La felicidad se busca por caminos privados.

-Stevenson luchó a favor de la monarquía en Hawai.

-Tenía al rey de espectador y de oyente.

-Y se enamoró de una princesa mestiza. Mitad de un mundo. Mitad del otro. Su caso otra vez al revés.

-Lo describe en un cuento. Se enamora de una princesa y contrae lepra. Y le pide al diablo de la botella librarse del mal. El amor verdadero es intocable, siempre.

"Me ofrecieron 300.000 euros por una foto de nuestra boda... Pero jamás... Mi silencio es mío"

-Hablando de la felicidad. Cuando le entrevistamos hace 15 años [Crónica, 9/11/2003] sobre el enlace real, sólo dijo que le deseaba a los dos la felicidad...

-Lo normal.

-¿Ha vivido la felicidad?

-Muchas veces.

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-¿Qué es para usted?

-Cuando rozas algo que se parece a la intensidad y hace que la vida valga la pena. La felicidad me la han dado las mujeres y la literatura.

-Su novela es un recorrido por distintos tipos de ellas y las engloba con esta frase: «Las mujeres de mi vida me criticaron por mirar el mundo desde un andén».

-Sí. Mirar el mundo desde un andén es la posición de alguien que está a punto de irse. Siempre al borde de tomar ese tren. Las mujeres tienen celos de eso. El escritor siempre vive esperando que llegue algo.

-Siempre se dijo que Letizia lo dejó y más...

-No puedo contestar.

Alonso Guerrero marca los tempos con las manos. Sus uñas las tiene extremadamente cortas. De vez en cuando aprieta las manos. Las pone unas sobre la otra. Encima de la mesa están colocadas las pruebas de la novela más deseada. Dos frases de ella que parecen escritas para este momento. «Les concedes una entrevista y te escriben un epitafio. Luchas por la posteridad, como Aquiles, y te cae encima la actualidad». Guerrero escribe tratando de explicar la condición humana. Sobre lo que pasó desde que se convirtió en el 'ex-critor' y no en el escritor a secas que es. «Era una promesa de 41 años», tecleó. «Y sigo siendo una promesa con 55», explica hoy. Su biografía se puede repasar así. Nació en Extremadura en 1962. Es licenciado en Filosofía y Letras. Ha publicado 15 obras. Esta es la decimosexta. Ha hecho vida laboral en Madrid. Conoció a una muchacha que le encandiló. Vivió con ella. Se casó en 1998. Hace justo dos décadas. El matrimonio no llegó a los 24 meses. Ese mismo año, cuatro meses antes de la boda, publicó una novela llamada 'El hombre abreviado'. Tiene dedicatoria. A Letizia. Todo eso junto le hizo carne de programas del corazón. A él que este músculo sólo lo usaba para escribir y amar.

-Calle Pareja de Guadalajara. Había guardia permanente de fotógrafos en su casa a partir del compromiso real...

-Y mis padres sufrieron un asedio. Querían testimonios sobre la monarquía que nunca obtuvieron.

"Creo que he hecho una novela de carne y sangre. Era el argumento más vital que he tenido"

-¿Ordenó que destruyan los recuerdos de ese momento como dice en su libro? ¿De su boda?

-No. No ordené que hicieran nada. De hecho no hay nada destruido. Son cosas que se conservan. ¿Por qué lo iban a destruir? Pertenecen a la privacidad de cada uno.

-Y 300.000 es mucho dinero...

-Aunque se hubiese pagado no creo que se hubiese publicado nada.

-¿Por qué Penny Robinson?

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-Es la parte más íntima de la novela. Fue una de las primeras niñas de las que me enamoré. Yo era un chico que iba desde mi escuela a casa rápido para ver el episodio [es una de las protagonistas de la serie Perdidos en el espacio].

-Si se observa con perspicacia, su Penny es Letizia. Incluso se puede hallar fotos donde se parecen...

-No tiene nada que ver. Es un icono de mi infancia.

-«Penny se me aparecía en sueños. Con aquel flequillo que nunca crecía y los ojos incendiados en la pubertad», escribió. Muchas veces vamos en busca de ese primer amor idealizado toda la vida...

-Creo que las mujeres son la parte más enigmática de la creación. Soy lo que ellas me daban. Siempre eran un espejo, la medida de todas las cosas. No sé si he creado personajes femeninos interesantes... Pero lo he intentado.

-En su obra, las mujeres siempre tienen el poder.

-Sí. Es un poder basado en la fascinación. Soy un personaje femenino al que las mujeres siempre han atraído mucho. Me miro en ellas.

La lluvia obliga a cambiar de lugar. Nos podemos quitar los abrigos. Alonso está en buena forma. El pelo cano. La camisa azul es algo ajustada. Mide unos 175 centímetros. Estamos a 10 minutos caminando del instituto donde trabaja, uno de los más prestigiosos del país. «Para mí el mejor». Es el Beatriz Galindo, uno de los pocos colegios públicos donde se puede cursar el bachillerato internacional. Guerrero no vive tampoco lejos. «A pocas paradas de metro». Corrió el rumor de que se casó de nuevo. No es cierto. «Y me separé hace seis años de esa persona». Hace hincapié en esto para que a ella no la acosen... La vida de Alonso transcurre apacible entre clases de literatura y escribir. Hasta ahora.

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-Me gustan dos personajes de su novela. Uno es Laura, la gran traidora. Otro Nené, la gran seductora... ¿Quiénes la inspiran?

-Existen pero no tiene sentido explicar quiénes son. A Laura no la considero traidora. Ninguna mujer me ha traicionado.

-La describe como alguien que tras un divorcio es capaz de todo.

-Son las circunstancias. Las mujeres son más consecuentes con su personalidad que los hombres.

-No seré el primero que al leerla y sepa que hay dos fotos desnuda de Laura, imagine que hay dos fotos de la reina desnuda. ¿Se hizo con ese fin?

-No lo hice con una intención. El lector debe leer entre líneas.

-Para despistar pone el año de las fotos: 1986. Años antes de que conociera a Letizia.

-La conocí en 1989.

-Hay un momento en que Penny se convierte en princesa. Yo creo que en todos sus personajes femeninos hay algo de Letizia.

-Es una tesis bastante arriesgada. Tendrá que escribir un ensayo.

-Su libro habla de la belleza y sus dramas, por eso creo que Nené también es ella. «Su piel, su sonrisa, no podían permitirse retrasos ni depresiones, porque la belleza es una mariposa enamorada de una vela encendida».

-La belleza siempre está al borde del precipicio. Al borde de la combustión. A veces es peligrosa.

-Se puede establecer el paralelismo con esta Letizia cambiada. Distinta. A la que le achacan todo. Operaciones, delgadez...

-Le dejo toda la libertad a la gente que opine. Yo no opino nada sobre eso. Solo lo presencio.

-Un espectador privilegiado. Conoce el antes....

-Estoy ya tan lejos como cualquier persona.

-Hay tantos guiños que contar... como por ejemplo que en su libro sale tres veces la palabra «princesa»...

-Pocas me parece...

-Y cinco, la palabra «reina»; cuatro veces, «rey»; y «monarquía» una sola vez...

-No es a propósito. No tengo esa consciencia. El texto es superior a mí. Solo pienso en la estructura y en los sentimientos.

-Aparecen en los momentos justos y precisos. Tanto así que, al final del libro, reaparece la palabra «princesa».

-En la última frase. Porque inicia la epopeya de este personaje.

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-Que es usted.

-Que soy yo.

-Escribe: «Los hombres de 40 y tantos siempre sufrimos cuando nos enamoramos de chicas de 30». Coinciden los años de usted y ella cuando se anunció el compromiso...

-Es una frase elegíaca y punto. No somos tan diferentes.

-¿Cree que le preguntarán más veces si Penny Robinson es Letizia?

-No creo que lo hagan. Porque tampoco lo voy a decir.

La novela está escrita desde el máximo respeto. Lo saben sus protagonistas. Lo sabe Alonso. Lo encontrará el lector. Es un relato de persecución donde él se ve obligado a huir. Y en esa fuga lo pierde y lo gana todo. Es una obra para rememorar lo que sucedió. Con Alonso Guerrero. Con sus recuerdos.

-¿En su desesperación realmente tiró su móvil en una cuneta?

-Sí

"Una de las premisas de la novela es que a nadie le interesa la verdad. Las grandes verdades ya a la sociedad en que vivimos no interesa. ¿Por qué? La verdad obliga al compromiso... Y nadie se compromete"

-¿Y lo encontraron los malos?

-Sí y eso indica lo cerca que estaban.

-¿Le pagaron para que no salga en televisión?

-Nunca me han pagado nada. Jamás. No lo hubiese aceptado. Mi silencio es mío.

-Por dignidad...

-No lo he hecho para ser digno. No lo haría por Letizia Ortiz ni por ninguna mujer con la que he estado. No hay diferencia entre unas y otras. Se trata de mi vida. De mi silencio, de mi privacidad.

-¿Letizia alguna vez le habló de ser reina o princesa?

-Nunca.

-He imaginado que la próxima novela se titularía La llamada. ¿Letizia volvió a llamar?

-Sí, sí. Claro que sí.

-¿Nos cuenta más?

-Mi relación con ella y con el rey es absolutamente normal. Hemos contactado. Me han invitado a actos a la Zarzuela.

-¿No era una relación de odio?

-¿Por qué? No lo entiendo.

-Se habló siempre del hombre despechado.

-Qué va. ¡Qué va!

-Letizia ha leído la novela. ¿Qué le parece?

-No voy a hacer ese tipo de publicidad. La única publicidad de esta novela es el argumento.

-¿Qué tal en el Palacio Real?

-Fue en alguna cena con amigos. Hubo más de una. La gente es maja. Como en cualquier otro sitio.

-«Me indignaba más haber murmurado frases mediocres sobre Dostoievski que insultantes contra el rey de España», ha escrito.

-Sabía que iba a sacar esa frase. Debo decir que mi vida siempre está más cerca de la literatura.

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-Es el ex marido de una reina. Es un hecho fáctico...

-Es muy fácil serlo. Y más cuando uno no ha dejado su vida.

-Es casi como un título nobiliario en sí mismo.

-Yo diría que es una anécdota

-Del que sale una novela de 208 páginas. Es más que una anécdota.

-No crea.

-¿Letizia le avisó antes de comprometerse?

-Me enteré por la tele

-¿No antes?

-Me llamó. Pero no me dijo lo que iba a pasar. Me advertía de las posibles molestias que yo podría padecer. Pero no me contó más. Ella supuso que yo podría deducirlo. Y yo soy corto para esas cosas. No deduje ni que se iba a casar. Creo que ni siquiera tenía que haberme llamado. Y sin embargo lo hizo.

"De Felipe VI no me puedo pronunciar sobre sus labores y funciones institucionales, pero sobre él sí debo decir que es una buena persona"

-Muy inteligente por su parte...

-Es un gesto con sensibilidad.

-¿Qué piensa de la monarquía? No lo respondió hace 15 años...

-¿Quiere una exclusiva? No soy monárquico. Pero creo que estoy en un país que se roba tanto que jamás podrá existir una república.

-¿Del rey qué puede decir?

-Sobre Felipe VI no me puedo pronunciar sobre sus labores y funciones institucionales, pero sobre él sí debo decir que es una buena persona.

-Ahora entiendo el hombre del que se enamoró Letizia. Es usted un buen tipo...

-Estupendo. -y ríe.

-Es de los escritores que viven las palabras, que son más importantes que el abolengo.

-Bueno, aquí estamos.

Da la mano con fortaleza para despedirse. Rechaza una última cerveza. Hay bruma de escapada y las calles de Madrid tienen brillo de rocío. Parte en dirección norte. Encoge los hombros. Es quien ha escrito esto: «¿Por qué es Penny su paradigma de mujer? No era mi paradigma de mujer, era mi paradigma de infancia, pero expliqué, de una forma inevitablemente bobalicona, que el flequillo de esa chica había sido lo único irracional en aquella infancia embriagada por la brisa apolínea de la literatura». Esconde sus manos maltratadas en la chaqueta. Hunde la cabeza entre los hombros y la bufanda. De repente hay una extraña falta de ruido. «Silencio de extremaunción», le hurto a Guerrero, quien ha escrito la palabra silencio 38 veces en su novela. «Después volvió a agazaparse en su silencio, que era un modo de asentir todo...».
 
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ENTREVISTA EN EXCLUSIVA CON EL EX MARIDO DE DOÑA LETIZIA
Alonso Guerrero: "No soy monárquico, pero creo que estoy en un país que se roba tanto que jamás podrá existir una república"
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"Mi relación con ella y con el Rey es absolutamente normal... Me han invitado a actos en la Zarzuela, alguna cena con amigos... La gente es maja"

El ex marido de la Reina Letizia ante su novela autobiográfica

A veces la lluvia es una tregua. A veces anuncia una tempestad mayor. Alonso Guerrero cree en la belleza de un diluvio. Alonso es un tipo que ha guardado mucho silencio. Es uno de sus tesoros, de lo que conserva como esencia de su yo. Guerrero es un hombre especial. Como escritor, ha lanzado un grupo de novelas que la crítica ha recibido con fruición. Se presenta en el Café Gijón con los hombros encogidos, gabardina, bufanda gris. Camina como un escritor que se dirige a hablar sobre lo que nunca ha hablado. De su pasado, presente, del futuro de su novela. Alonso Guerrero publicará en unos días El amor de Penny Robinson(Editorial Almuzara). Es una obra autobiográfica escrita a ritmo de persecución. El personaje principal se llama Alonso Guerrero. Él. Su voz es grave y mantiene siempre un tono calmo. Llueve y la terraza del Café Gijón es un refugio. Se ve solitario rodeado de sillas de hierro forjado. Y las gotas que caen. Como las palabras que soltará, lentas y vitales. «Mi silencio es mío», repetirá una y otra vez durante la conversación. Guerrero es el ex esposo de Letizia Ortiz. Y viene a contar su verdad, la literaria y la humana, aunque en su caso sean una. «Aunque a nadie le interese escucharla», dice como cobijándose en sus propias frases. Las manos las tiene gastadas, no como las del soberbio profesor de literatura que es, más bien como el labrador que fue su padre. Vamos a hablar de su obra. Pero es que, en este caso, su novela es su vida. Lo que vivió-sufrió-sintió cuando supo que su ex mujer iba a ser la futura reina de España. Adiós silencio.

-No hay mejor argumento de una vida literaria que la suya... Comienza con una historia macroniana al revés. La alumna que se enamora del profesor. El maestro que se hace su pareja. Se casan. La vida se tuerce y se divorcian. Ella se vuelve a casar. Y se convierte en princesa. Después en reina...

-Yo a Letizia nunca la tuve en clase. Fue una persona a la que conocí en el instituto donde trabajaba. Y sí, visto desde este punto de vista puede ser todo eso. Todo lo demás es una casualidad.

-Casualidad de esas increíbles...

-Es el azar más bien.

-Creo que es más que eso. En su novela suelta una frase más que emblemática: «Era un peón en la partida, pero había sido atacado con el movimiento de una reina»

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-Ten en cuenta que cuando yo escribí la novela ella aún no era reina. Siempre me refiero a ella como princesa. Pero leída ahora, la frase parece profética.

-Su novela es de escapada como El conde de Montecristo...

-La gran diferencia es que esta es una tremenda sátira. Cosa que El conde de Montecristo, no. Aunque a veces lo parece por las distintas personalidades de Edmundo Dantés. Mi novela es un vodevil. Hay que mirar esto con la distancia de la comedia. La gente entiende mejor el humor que la tragedia.

-En su obra puntualiza que a nadie le interesa lo que tenga que decir... Que nadie le quiere encontrar porque nadie sabría qué preguntarle. Eso es una mentira...

-Una de las premisas de la novela es que a nadie le interesa la verdad. Las grandes verdades, a la sociedad en que vivimos, no interesan. ¿Por qué? Obligan al compromiso. Y nadie se compromete.

-Retomando esa palabra. En noviembre de 2003 se anuncia el compromiso real. Es el inicio de lo que pasa en la novela y en su existencia. Su vida iba a cambiar...

-Había pasado el día en el campo. Y lo vi en la televisión. Me extrañó. Me cayó, no como una losa, sino como una interrogación tremenda. Ni siquiera pensé en la situación en que yo me colocaba sino en lo que había pasado. En cómo había pasado. Después se contestaron todas esas preguntas. Era absolutamente argumental. Eso debía llevarlo a una novela. Lo dice la contraportada del libro. «Es la historia de una persona que se convierte en personaje». Eso le ha pasado a mucha gente con todo esto. Gente que nada tenía que ver con la oficialidad ni con la monarquía ni con la nobleza... Saltan a ser perseguidos. Y quizás yo sea el menos importante.

-«Pierde su vida de un zarpazo», relata. Eso es un corte radical. ¿Así sintió que su exmujer se transformase en princesa?

"Era un peón en la partida, pero había sido atacado con el movimiento de una reina"

-No es que ese anuncio supusiera la pérdida de mi vida. Inició la persecución de la prensa. Me pareció apocalíptico. No se me puso un micrófono para que dijera lo que pensaba. Se me arrancaban las respuestas. De qué sirve la verdad si va a ser tergiversada. Siempre.

-Su boda fue sencilla, de 90 personas, los muy cercanos. Y pasó a ser motivo de deseo...

-Fue algo hiperbólico. Circulaba tanto dinero por esas imágenes. Pero yo sabía que no se iban a vender y no se han vendido. A mí me ofrecieron 300.000 euros por una foto.

-¡300.000 por una sola foto!

-¿A costa de qué? Nunca he necesitado el dinero. He sido una persona muy frugal. Puedo decir que no va con mi naturaleza vender una foto. Por el dinero que sea. Más si es una foto privada. Y lo que es privado pertenece a uno, por definición. Y sigo sin planteármelo. Mi silencio es mío.

-Toda esa gente que ha vivido lo que ha vivido usted, según reflexiona, se droga o se divorcia... O se suicida. Definitivamente se ha divorciado y está aquí... ¿El resto?

-Mi única droga es la lucidez. Ni he pensado en suicidarme.

-¿Es una droga el divorcio? Hay quienes lo viven permanentemente.

-El divorcio es una lección.

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Pausa para las fotografías. La luz roja incendia su rostro. Pregunta por su novela. Soy de los pocos que la ha leído completa. Ni siquiera se plantea la posibilidad de ser best-seller. «Soy un escritor minoritario y lo seguiré siendo». Mira a la cámara. A veces parece que va a esbozar una sonrisa como si recordar fuera eso. Un acercamiento a la felicidad. A esa que le dieron cada una de las mujeres de su vida. Sí, Letizia también. Pero no adelantemos acontecimientos. «Creo que he hecho una novela de carne y sangre. Era el argumento más vital que he tenido». La lluvia casi atraviesa el frágil techo de lona. Pero seguimos.



-Stevenson es su eje político y vital. Tiene un poema que se llama Happy Thoughs[pensamientos alegres] que habla de la felicidad, de ser felices como reyes...

-Dudo que eso exista. Eso forma parte de los cuentos de hadas. No creo que la realeza sea excesivamente feliz. La felicidad se busca por caminos privados.

-Stevenson luchó a favor de la monarquía en Hawai.

-Tenía al rey de espectador y de oyente.

-Y se enamoró de una princesa mestiza. Mitad de un mundo. Mitad del otro. Su caso otra vez al revés.

-Lo describe en un cuento. Se enamora de una princesa y contrae lepra. Y le pide al diablo de la botella librarse del mal. El amor verdadero es intocable, siempre.

"Me ofrecieron 300.000 euros por una foto de nuestra boda... Pero jamás... Mi silencio es mío"

-Hablando de la felicidad. Cuando le entrevistamos hace 15 años [Crónica, 9/11/2003] sobre el enlace real, sólo dijo que le deseaba a los dos la felicidad...

-Lo normal.

-¿Ha vivido la felicidad?

-Muchas veces.

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-¿Qué es para usted?

-Cuando rozas algo que se parece a la intensidad y hace que la vida valga la pena. La felicidad me la han dado las mujeres y la literatura.

-Su novela es un recorrido por distintos tipos de ellas y las engloba con esta frase: «Las mujeres de mi vida me criticaron por mirar el mundo desde un andén».

-Sí. Mirar el mundo desde un andén es la posición de alguien que está a punto de irse. Siempre al borde de tomar ese tren. Las mujeres tienen celos de eso. El escritor siempre vive esperando que llegue algo.

-Siempre se dijo que Letizia lo dejó y más...

-No puedo contestar.

Alonso Guerrero marca los tempos con las manos. Sus uñas las tiene extremadamente cortas. De vez en cuando aprieta las manos. Las pone unas sobre la otra. Encima de la mesa están colocadas las pruebas de la novela más deseada. Dos frases de ella que parecen escritas para este momento. «Les concedes una entrevista y te escriben un epitafio. Luchas por la posteridad, como Aquiles, y te cae encima la actualidad». Guerrero escribe tratando de explicar la condición humana. Sobre lo que pasó desde que se convirtió en el 'ex-critor' y no en el escritor a secas que es. «Era una promesa de 41 años», tecleó. «Y sigo siendo una promesa con 55», explica hoy. Su biografía se puede repasar así. Nació en Extremadura en 1962. Es licenciado en Filosofía y Letras. Ha publicado 15 obras. Esta es la decimosexta. Ha hecho vida laboral en Madrid. Conoció a una muchacha que le encandiló. Vivió con ella. Se casó en 1998. Hace justo dos décadas. El matrimonio no llegó a los 24 meses. Ese mismo año, cuatro meses antes de la boda, publicó una novela llamada 'El hombre abreviado'. Tiene dedicatoria. A Letizia. Todo eso junto le hizo carne de programas del corazón. A él que este músculo sólo lo usaba para escribir y amar.

-Calle Pareja de Guadalajara. Había guardia permanente de fotógrafos en su casa a partir del compromiso real...

-Y mis padres sufrieron un asedio. Querían testimonios sobre la monarquía que nunca obtuvieron.

"Creo que he hecho una novela de carne y sangre. Era el argumento más vital que he tenido"

-¿Ordenó que destruyan los recuerdos de ese momento como dice en su libro? ¿De su boda?

-No. No ordené que hicieran nada. De hecho no hay nada destruido. Son cosas que se conservan. ¿Por qué lo iban a destruir? Pertenecen a la privacidad de cada uno.

-Y 300.000 es mucho dinero...

-Aunque se hubiese pagado no creo que se hubiese publicado nada.

-¿Por qué Penny Robinson?

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-Es la parte más íntima de la novela. Fue una de las primeras niñas de las que me enamoré. Yo era un chico que iba desde mi escuela a casa rápido para ver el episodio [es una de las protagonistas de la serie Perdidos en el espacio].

-Si se observa con perspicacia, su Penny es Letizia. Incluso se puede hallar fotos donde se parecen...

-No tiene nada que ver. Es un icono de mi infancia.

-«Penny se me aparecía en sueños. Con aquel flequillo que nunca crecía y los ojos incendiados en la pubertad», escribió. Muchas veces vamos en busca de ese primer amor idealizado toda la vida...

-Creo que las mujeres son la parte más enigmática de la creación. Soy lo que ellas me daban. Siempre eran un espejo, la medida de todas las cosas. No sé si he creado personajes femeninos interesantes... Pero lo he intentado.

-En su obra, las mujeres siempre tienen el poder.

-Sí. Es un poder basado en la fascinación. Soy un personaje femenino al que las mujeres siempre han atraído mucho. Me miro en ellas.

La lluvia obliga a cambiar de lugar. Nos podemos quitar los abrigos. Alonso está en buena forma. El pelo cano. La camisa azul es algo ajustada. Mide unos 175 centímetros. Estamos a 10 minutos caminando del instituto donde trabaja, uno de los más prestigiosos del país. «Para mí el mejor». Es el Beatriz Galindo, uno de los pocos colegios públicos donde se puede cursar el bachillerato internacional. Guerrero no vive tampoco lejos. «A pocas paradas de metro». Corrió el rumor de que se casó de nuevo. No es cierto. «Y me separé hace seis años de esa persona». Hace hincapié en esto para que a ella no la acosen... La vida de Alonso transcurre apacible entre clases de literatura y escribir. Hasta ahora.

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-Me gustan dos personajes de su novela. Uno es Laura, la gran traidora. Otro Nené, la gran seductora... ¿Quiénes la inspiran?

-Existen pero no tiene sentido explicar quiénes son. A Laura no la considero traidora. Ninguna mujer me ha traicionado.

-La describe como alguien que tras un divorcio es capaz de todo.

-Son las circunstancias. Las mujeres son más consecuentes con su personalidad que los hombres.

-No seré el primero que al leerla y sepa que hay dos fotos desnuda de Laura, imagine que hay dos fotos de la reina desnuda. ¿Se hizo con ese fin?

-No lo hice con una intención. El lector debe leer entre líneas.

-Para despistar pone el año de las fotos: 1986. Años antes de que conociera a Letizia.

-La conocí en 1989.

-Hay un momento en que Penny se convierte en princesa. Yo creo que en todos sus personajes femeninos hay algo de Letizia.

-Es una tesis bastante arriesgada. Tendrá que escribir un ensayo.

-Su libro habla de la belleza y sus dramas, por eso creo que Nené también es ella. «Su piel, su sonrisa, no podían permitirse retrasos ni depresiones, porque la belleza es una mariposa enamorada de una vela encendida».

-La belleza siempre está al borde del precipicio. Al borde de la combustión. A veces es peligrosa.

-Se puede establecer el paralelismo con esta Letizia cambiada. Distinta. A la que le achacan todo. Operaciones, delgadez...

-Le dejo toda la libertad a la gente que opine. Yo no opino nada sobre eso. Solo lo presencio.

-Un espectador privilegiado. Conoce el antes....

-Estoy ya tan lejos como cualquier persona.

-Hay tantos guiños que contar... como por ejemplo que en su libro sale tres veces la palabra «princesa»...

-Pocas me parece...

-Y cinco, la palabra «reina»; cuatro veces, «rey»; y «monarquía» una sola vez...

-No es a propósito. No tengo esa consciencia. El texto es superior a mí. Solo pienso en la estructura y en los sentimientos.

-Aparecen en los momentos justos y precisos. Tanto así que, al final del libro, reaparece la palabra «princesa».

-En la última frase. Porque inicia la epopeya de este personaje.

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-Que es usted.

-Que soy yo.

-Escribe: «Los hombres de 40 y tantos siempre sufrimos cuando nos enamoramos de chicas de 30». Coinciden los años de usted y ella cuando se anunció el compromiso...

-Es una frase elegíaca y punto. No somos tan diferentes.

-¿Cree que le preguntarán más veces si Penny Robinson es Letizia?

-No creo que lo hagan. Porque tampoco lo voy a decir.

La novela está escrita desde el máximo respeto. Lo saben sus protagonistas. Lo sabe Alonso. Lo encontrará el lector. Es un relato de persecución donde él se ve obligado a huir. Y en esa fuga lo pierde y lo gana todo. Es una obra para rememorar lo que sucedió. Con Alonso Guerrero. Con sus recuerdos.

-¿En su desesperación realmente tiró su móvil en una cuneta?

-Sí

"Una de las premisas de la novela es que a nadie le interesa la verdad. Las grandes verdades ya a la sociedad en que vivimos no interesa. ¿Por qué? La verdad obliga al compromiso... Y nadie se compromete"

-¿Y lo encontraron los malos?

-Sí y eso indica lo cerca que estaban.

-¿Le pagaron para que no salga en televisión?

-Nunca me han pagado nada. Jamás. No lo hubiese aceptado. Mi silencio es mío.

-Por dignidad...

-No lo he hecho para ser digno. No lo haría por Letizia Ortiz ni por ninguna mujer con la que he estado. No hay diferencia entre unas y otras. Se trata de mi vida. De mi silencio, de mi privacidad.

-¿Letizia alguna vez le habló de ser reina o princesa?

-Nunca.

-He imaginado que la próxima novela se titularía La llamada. ¿Letizia volvió a llamar?

-Sí, sí. Claro que sí.

-¿Nos cuenta más?

-Mi relación con ella y con el rey es absolutamente normal. Hemos contactado. Me han invitado a actos a la Zarzuela.

-¿No era una relación de odio?

-¿Por qué? No lo entiendo.

-Se habló siempre del hombre despechado.

-Qué va. ¡Qué va!

-Letizia ha leído la novela. ¿Qué le parece?

-No voy a hacer ese tipo de publicidad. La única publicidad de esta novela es el argumento.

-¿Qué tal en el Palacio Real?

-Fue en alguna cena con amigos. Hubo más de una. La gente es maja. Como en cualquier otro sitio.

-«Me indignaba más haber murmurado frases mediocres sobre Dostoievski que insultantes contra el rey de España», ha escrito.

-Sabía que iba a sacar esa frase. Debo decir que mi vida siempre está más cerca de la literatura.

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-Es el ex marido de una reina. Es un hecho fáctico...

-Es muy fácil serlo. Y más cuando uno no ha dejado su vida.

-Es casi como un título nobiliario en sí mismo.

-Yo diría que es una anécdota

-Del que sale una novela de 208 páginas. Es más que una anécdota.

-No crea.

-¿Letizia le avisó antes de comprometerse?

-Me enteré por la tele

-¿No antes?

-Me llamó. Pero no me dijo lo que iba a pasar. Me advertía de las posibles molestias que yo podría padecer. Pero no me contó más. Ella supuso que yo podría deducirlo. Y yo soy corto para esas cosas. No deduje ni que se iba a casar. Creo que ni siquiera tenía que haberme llamado. Y sin embargo lo hizo.

"De Felipe VI no me puedo pronunciar sobre sus labores y funciones institucionales, pero sobre él sí debo decir que es una buena persona"

-Muy inteligente por su parte...

-Es un gesto con sensibilidad.

-¿Qué piensa de la monarquía? No lo respondió hace 15 años...

-¿Quiere una exclusiva? No soy monárquico. Pero creo que estoy en un país que se roba tanto que jamás podrá existir una república.

-¿Del rey qué puede decir?

-Sobre Felipe VI no me puedo pronunciar sobre sus labores y funciones institucionales, pero sobre él sí debo decir que es una buena persona.

-Ahora entiendo el hombre del que se enamoró Letizia. Es usted un buen tipo...

-Estupendo. -y ríe.

-Es de los escritores que viven las palabras, que son más importantes que el abolengo.

-Bueno, aquí estamos.

Da la mano con fortaleza para despedirse. Rechaza una última cerveza. Hay bruma de escapada y las calles de Madrid tienen brillo de rocío. Parte en dirección norte. Encoge los hombros. Es quien ha escrito esto: «¿Por qué es Penny su paradigma de mujer? No era mi paradigma de mujer, era mi paradigma de infancia, pero expliqué, de una forma inevitablemente bobalicona, que el flequillo de esa chica había sido lo único irracional en aquella infancia embriagada por la brisa apolínea de la literatura». Esconde sus manos maltratadas en la chaqueta. Hunde la cabeza entre los hombros y la bufanda. De repente hay una extraña falta de ruido. «Silencio de extremaunción», le hurto a Guerrero, quien ha escrito la palabra silencio 38 veces en su novela. «Después volvió a agazaparse en su silencio, que era un modo de asentir todo...».
Duque gagá, muchas gracias por haberlo traido.
Casi al principio es donde dice que ella no fue su alumna.
Animarse a leerlo, mejor camino para criticar con más razón.
Yo me pongo ahora, con calma.
 
Dado el tono que utilizas hay que respirar hondo antes de contestarte. Eres muy injusta.
No voy a recordarte lo que he hablado contrariando a la monarquía por ilegítima y opuesta al principio de igualdad, quizá no me hayas leido por lo que no te doy por enterada.
Pero que te las des de angel libertador exponiendo verdades más sabidas que el abecedario no es de recibo, no lo es. Alto y claro aquí se ha hablado en multitud de ocasiones, no descubres la sopa de ajo ni tus arengas creo sean de lo más exacto en la situación presente.
El poner a Leticia en primer plano del desbarajuste monárquico y decirme a mi que soy una especie de conformista con la actual situación, falso en el más amplio sentido, hay que mirarse un poco cuando se habla y conocer con quien se hace.
Poner a Leticia en primera persona a defenestrar no es de recibo para acabar con la monarquía, no es el punto álgido de la cuestión.
Hablar sin cesar de los gastos enormes de la Institución con la apostilla siempre de que "los pagamos todos", tampoco. Así llevamos tiempo más tiempo sin lograr nada en contra.
Lo que ha de tenerse claro es la ilegitimidad de un Jefe de Estado que asciende a tal jefatura solo por ser hijo de, algo nítido y claro que ahí está repitiéndose casi de continuo, el capítulo gastos suntuarios, fastos y eventos es lo siguiente pero nunca el punto principal como ya está bien probado.
Y si te alteras pues que le vamos a hacer.

Así debe ser, Letizia no es la forma es una consecuencia.
La legitimidad de la monarquía es lo que debe ponerse de relieve siempre, a fin de que vale en la sociedad.
Te felicito por tu iniciativa.
 
Con el primo intentaron que no llegara a reina. Con el ex. la quieren confirmar......? Habra que ver el contenido del libro. De todas formas, el título es para salir corriendo. Demasiado "roman de gare"
 
https://www.cotilleando.com/threads...bro-sobre-letizia.119131/page-45#post-5128487

"//.......fue en alguna cena de amigos....la gente es maja....//...me invitan a actos....//..."

Sin palabras.

Este hombre no se recupera.

Y piensa que le interesa a alguien el impacto recibido.
No lo digiere.
Oiga, usted importa un bledo. Estaria olvidado completamente, si usted no se empeñara en ser famoso.
Estå obsesionado con ella. "El escritor de minorias".
Por Dios.
La prepotencia, los delirios de grandeza, , , ,
Y arrastrando una obsesión.

Siempre he pensado que les escribe algún discurso...que ella también cuenta con ėl.

Caballero, su indigestión importa un bledo.
Es ya muy mayorcito para actuar como un adolescente pueblerino y cateto.
Lo veo como un palurdo, con delirios de grandeza.
Escritor de minorias. Manda huevos.

¿Tambien acude el duende, cuando usted va a cenar?.
¿Es usted amigo de el duende?.

En fin.
Casese usted con Pelma hombre.
 
Yo creo que nunca fue menor de edad solo que ella tiene más años de los que dice que tiene.

Me pone usted en la duda. Si nació en 1972 y fue en segundo-tercero de BUP, que se correspondía con 15-16 años, en el caso de no haber repetido curso, cuando se enamoró de su profesor de Lengua y Literatura, a mí me salen los 45 actuales.
El BUP se empezaba al terminar octavo de EGB, curso que se acababa con 14 años.
Ahora bien, dicho lo anterior, si sus padres, con esa edad que entonces tenía LiZta, le consintieron irse a vivir con un profesor, que en buena lógica, solo por ser eso, profesor suyo, era mayor que ella y según parece, nada menos que diez años, lo que, en esas edades, se nota y mucho, ya tienen delito. Me quedo sin palabras.
A mí, jamás, los míos me lo habrían permitido y tampoco “me se hubiera ocurrido plantearlo, nunca”. ¡Menudo drama!.
Hay qué ver cuántas capacidades y virtudes adornan a LiZta, porque yo, cuando estudiaba la carrera, me pasaba el día “chapando” y no tenía tiempo para dedicarme a esas veleidades. Claro, que egggggggque yo soy más de lo técnico, por lo que no soy la mejor periodista que ha nacido desde que se dibujaron los frescos de las Cuevas de Altamira. “NoZotroZ eggggque Zemo geeentedeapie”.
Saludos.
 
Última edición:
Leída la entrevista del mundo, solo puedo decir. Menudo personajazo! Conozco a varios así, escritores minoritarios por ser demasiado inteligentes, que luego te lees el libro y dices Pero esto que eh lo que eh? Cuentas por ahí que no lo entiendes y te dicen que alomejor no estás a la altura. No, yo no estoy a la altura del betún, es verdad. Entre este junta letras pretencioso y un escritor de verdad hay galaxias. Muy en la línea Letizia. No creo que me lea el libro.

Yo tuve un compañero de trabajo, más joven que yo, ingeniero de Telecomunicaciones casi desde que salió de la adolescencia, que era tan listo, tan listo, que al pobre, con poco más de treinta y cinco años, le concedieron la invalidez para el desempeño de su función ganada por Oposición, por tener una esquizofrenia galopante y no diré más, porque ya supongo que “mesentiende”.
 
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