Alexéi Navalni, líder opositor ruso

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TRAS EL SUPUESTO ENVENENAMIENTO
Navalni sigue grave y en coma pero estable, según el hospital berlinés
El líder opositor ruso Alexéi Navalni sigue en coma inducido y su estado es grave aunque estable, informó hoy la clínica universitaria berlinesa de la Charité


Foto: Alexei Navalni. (Reuters)


Alexei Navalni. (Reuters)


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28/08/2020



El líder opositor ruso Alexéi Navalni sigue en coma inducido y su estado es grave aunque estable, informó este viernes la clínica universitaria berlinesa de la Charité, donde está siendo tratado desde el sábado día 22 por supuesto envenenamiento.

"El paciente sigue en coma inducido en una unidad de cuidados intensivos y recibe respiración asistida. Su estado de salud sigue siendo grave, aunque su vida no corre peligro. Las posibles secuelas para el paciente a largo plazo por el envenenamiento siguen siendo impredecibles", señala en un comunicado. La clínica agrega que la sintomatología de la crisis colinérgica causada por una inhibición de la colinesterasa ha disminuido.

El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, se refirió este viernes en una rueda de prensa conjunta con el alto representante de Política Exterior del bloque comunitario, Josep Borrell, a "algunos nubarrones" en las relaciones entre la Unión Europea (UE) y Rusia y dijo, en particular, que Moscú debe "contribuir más a esclarecer el caso Navalni".

"El trasfondo de los hechos debe ser esclarecido ampliamente y de manera transparente, y los responsables, tanto indirectos como directos, deben responsabilizarse ante la Justicia", reiteró en la comparecencia ante la prensa tras la reunión informal de titulares de Exteriores mantenida ayer y hoy en Berlín.

Destacó el reconocimiento recibido por los socios comunitarios ante la disposición tan rápida de Alemania de ayudar a Navalni para que sea tratado en la Charité, así como el interés en la evolución del caso en lo que respecta también al esclarecimiento de tipo de sustancia tóxica que causó el colapso del líder opositor.

Señaló que los socios europeos acordaron seguir en estrecho contacto en lo relativo a este caso y discutir "a nivel europeo" las decisiones a tomar, aunque recalcó que ahora lo principal es esperar los resultados de los análisis para poder extraer conclusiones. En esa misma línea se expresó la canciller alemana, Angela Merkel, en su tradicional comparecencia ante la prensa tras el receso estival, al asegurar que Berlín buscará una "reacción a escala europea" una vez se esclarezca su presunto envenenamiento.

"Tenemos la obligación de hacer cuanto sea necesario para aclarar el caso. Cuando tengamos más información sobre lo ocurrido trataremos de tener una reacción a escala europea y no de un solo país", afirmó. En tanto, según informaciones del semanario "Der Spiegel", los expertos en la Charité que tratan al líder opositor ruso han pedido colaboración al ejército alemán ante la sospecha de que haya podido ser envenenado con un agente químico.

Navalni fue trasladado hace una semana a Berlín por iniciativa de la ONG Cinema for Peace desde un hospital en la ciudad siberiana de Omsk, donde había sido ingresado tras sufrir un colapso durante un vuelo que tuvo que aterrizar de emergencia.

Este firme opositor al presidente ruso, Vladímir Putin, se encuentra en estado grave después de tomar el día 20 una taza de té en el aeropuerto que sus aliados creen que estaba envenenada.


 
Navalni se encuentra “estable” y comienzan a remitir supuestos síntomas del veneno
Alemania espera los resultados de nuevos análisis y defiende una respuesta europea frente a Rusia


ANA CARBAJOSA
Berlín -
28 AGO 2020

Yulia Navalni (izquierda) a su llegada a la Charité, el hospital universitario berlinés donde recibe tratamiento su marido, el opositor ruso Alexei Navalni, el pasado martes.


Yulia Navalni (izquierda) a su llegada a la Charité, el hospital universitario berlinés donde recibe tratamiento su marido, el opositor ruso Alexei Navalni, el pasado martes.HAYOUNG JEON



Alexéi Navalni, el opositor ruso ingresado en un hospital de Berlín por un presunto envenenamiento se encuentra en condición “estable” y los síntomas de la intoxicación empiezan a remitir, según ha informado este viernes el centro médico de la capital alemana. El paciente continúa en una unidad de cuidados intensivos, en coma inducido y con respiración artificial. El comunicado de la clínica añade que su estado de salud es aún “grave, sin que su vida corra peligro”.

Una ONG alemana organizó el pasado fin de semana la evacuación de Navalni, archienemigo del Kremlin. Fue transportado desde un hospital de Siberia hasta la capital alemana en un avión medicalizado, después de que Navalni presentara síntomas de envenenamiento, según las acusaciones de su entorno. El activista anticorrupción ruso, al que se le conoce un ejército de enemigos, había bebido un té antes de despegar en Tomsk, en Siberia. Según su portavoz, ese té fue lo único que había ingerido en todo el día.

El hospital universitario de la Charité, donde el enfermo ingresó el pasado sábado, ha detallado este viernes además que “los síntomas de la crisis colinérgica, desatada por la inhibición de colinesterasa se están reduciendo”. Los médicos alemanes añaden que es aún pronto para poder determinar los posibles efectos a largo plazo consecuencia de la “severa intoxicación del paciente”.

El centro hospitalario berlinés indicó el pasado lunes que los análisis preliminares “apuntan a un envenenamiento”. Navalni, de 44 años, está siendo tratado con atropina. Los médicos no han identificado aún la sustancia concreta que habría producido la intoxicación. Los especialistas del hospital en el que Navalni fue tratado en Rusia niegan, sin embargo, que haya ningún resto de sustancias tóxicas en el paciente y rechazan la tesis del envenenamiento.

El caso Navalni ha tensado aún más las ya tirantes relaciones entre Berlín y Moscú, que este jueves además reverberaron por toda la Unión Europea. El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, advirtió de posibles consecuencias diplomáticas una vez que Berlín disponga de toda la información. Algo parecido aseguró la propia canciller, Angela Merkel, quien defendió una reacción conjunta europea. “Hay que hacer lo necesario para aclarar el caso. Cuando tengamos más información y si hay más claridad trataremos de tener una reacción europea y no solo una nacional”, dijo en la tradicional conferencia de prensa de verano. La canciller alemana recordó el caso Skripal, el del envenenamiento en 2018 de un exespía en Reino Unido con una sustancia conocida como Novichok y que derivó en la expulsión de decenas de diplomáticos rusos de la Unión.

Los políticos alemanes esperan el resultado de nuevos análisis clínicos, que se prevé puedan anunciarse en los próximos días. Preguntada por este diario, una portavoz de la Charité indicó que la semana que viene podría haber nuevos resultados de los análisis que se realizan en el centro. Conocer de qué sustancia se trata es relevante, según explicó el ministro Maas en Berlín, para poder saber si el presunto envenenamiento se puede relacionar con alguno de los ataques con sustancias tóxicas de los que han sido víctimas disidentes rusos en los últimos años.

El jefe de la diplomacia alemana pidió a Rusia que “contribuya a esclarecer el caso Navalni y que lleve a cabo una verdadera investigación. “El trasfondo de este acto debe ser investigado completamente y de forma transparente. Los responsables, los directos y los indirectos, deben ser juzgados”. Maas hizo esas declaraciones durante una conferencia de prensa en Berlín, celebrada tras la reunión de ministros de Exteriores de la UE. Alemania ostenta este semestre la presidencia rotatoria de la UE y el jueves y el viernes ejerció de anfitrión de los jefes de la diplomacia de los Veintisiete. En ese marco, se introdujo por primera vez en el debate político la posibilidad de que haya una respuesta europea al caso Navalni, según informan fuentes consultadas.

 
La tela de araña venenosa de Rusia
El diagnóstico de envenenamiento del político ruso Alexéi Navalni agrava la desconfianza entre Moscú y Occidente


PILAR BONET
26 AGO 2020



Médicos rusos de la UCI donde estaba ingresado Navalni, la semana pasada en Omsk.


Médicos rusos de la UCI donde estaba ingresado Navalni, la semana pasada en Omsk.EVGENIY SOFIYCHUK / AP



El diagnóstico de envenenamiento del político ruso Alexéi Navalni agrava el clima de desconfianza entre Rusia y Occidente. Las informaciones y desinformaciones tejen una tela de araña ahogante en la que el ciudadano se pierde y se confunde. En torno a este grave asunto cabe formular preguntas y aportar datos de contexto.

Si Navalni, como se ha afirmado, era objeto de un seguimiento total por los órganos de seguridad, éstos deberían tener vídeos de todos sus movimientos y por lo tanto podrían aportar claridad sobre lo sucedido. Si no lo han hecho, ¿qué razón tienen para ello?


Sobre la clínica de Omsk donde Navalni fue internado hay que distinguir entre los médicos que lo atendieron y el médico jefe. Las clínicas estatales rusas, al igual que otras instituciones oficiales, se han transformado en nuevos sujetos jurídicos denominados “entidades presupuestarias” y en ellas los médicos jefes organizan y reparten el presupuesto que reciben con gran libertad. El resultado es que los médicos jefes suelen adjudicarse sueldos exorbitantes a sí mismos y pagas ridículas a los subordinados, que reducen al máximo para optimizar el reparto.

Esta situación ha creado una casta de funcionarios-médicos fieles a las consignas que puedan recibir de la Administración. La doctora de Navalni, Anastasia Vasilieva, ha expresado su agradecimiento a “los médicos que le salvaron la vida” al político en la clínica de Omsk. “No son culpables de las mentiras del médico jefe y su trabajo merece respeto”, sentenció Vasílieva, según El eco de Moscú.

Desde el punto de vista del prestigio de las autoridades rusas, un envenenamiento es perjudicial por incrementar la desconfianza. Pero alguno de los grupos de poder o influencia existentes podría haber tenido la iniciativa de desembarazarse de un líder molesto. En septiembre hay elecciones, las protestas de Jabárovsk, en el lejano Oriente ruso, no se han apagado, hay protestas ecológicas y políticas en la república de Bashkortostán y no hay que subestimar la influencia de Bielorrusia. En una entrevista en El eco de Moscú, el politólogo Valeri Solovéi se muestra convencido de que Navalni ha sido envenenado y afirma haber advertido a otros dos líderes de la oposición rusa, cuyos nombres no ha querido dar, de que corren un peligro semejante.

Otro tema de reflexión es el uso del veneno como instrumento político. Los servicios secretos soviéticos tenían una sección de toxicología y el veneno se utilizaba para deshacerse de los adversarios. Los servicios de seguridad de Rusia habían comenzado a emplear una “nueva táctica” en su lucha contra la resistencia de Chechenia y durante siete meses “habían eliminado a un mínimo de 17 bandidos y sus líderes con ayuda de veneno”, escribía a fines de julio de 2010 la agencia de noticias Rosbalt, citando fuentes de los servicios de seguridad rusos.

Rosbalt, una entidad con muy buenos contactos en estos medios, señalaba que el método se había puesto en marcha en 2009, pero resulta curioso que la “operación más exitosa”, largamente preparada, tuviera lugar siete años antes, en 2002, cuando los servicios envenenaron a Jatab, un guerrillero árabe residente en Daguestán. Al Servicio Federal de Seguridad le llevó “casi un año establecer relaciones con el correo, hasta que —con ayuda de dinero y persuasión— lo convencieron para que participara en la operación”. El mensajero entregó en mano una carta envenenada a Jatab y éste murió pocas horas después de leerla, señala el artículo.

 
SIGUE EN COMA
El opositor ruso Navalni fue envenenado con el agente nervioso Novichok, según Alemania
El opositor ruso Alexei Navalni fue envenenado con una sustancia usada en la producción de armas químicas y que pertenece al grupo del agente tóxico Novichok


Foto: Alexei Navalny en una imagen de archivo. (EFE)


Alexei Navalny en una imagen de archivo. (EFE)



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02/09/2020


El opositor ruso Alexei Navalni fue envenenado con una sustancia usada en la producción de armas químicas y que pertenece al grupo del agente tóxico Novichok, ha asegurado este miércoles el portavoz del Gobierno alemán, Stefen Seibert, con base en los exámenes toxicológicos al opositor ruso realizados por el hospital universitario de La Charité.

Navalni está ingresado en Alemania, adonde fue trasladado en coma y en un avión medicalizado desde un hospital en Siberia después de que sufriera un colapso y se comenzara a sospechar que había sido envenenado. Navalni sigue ingresado en coma en una unidad de cuidados intensivos, pero su condición es "estable", según el último informe del hospital alemán.

Los test toxicológicos al opositor ruso han revelado "la indudable presencia de un agente nervioso del grupo del Novichok" en el sistema de Navalni, quien "fue la víctima de un ataque con un agente nervioso químico en Rusia", asegura Siebert en un comunicado.

Los primeros exámenes habían encontrado síntomas de que Navalni había sido envenenado pero no se había podido precisar la sustancia que se había utilizado ante lo que La Charité optó por pedir la colaboración de un laboratorio del Ejército alemán para realizar nuevos análisis, que son los que han detectado la "indudable" presencia del agente tóxico en el organismo de Navalni.


Pide explicaciones a Rusia
El Gobierno alemán ha expresado su "condena en los términos más serios posibles" al "pasmoso ataque" contra Navalni, y ha requerido "una explicación urgente" al Gobierno ruso. El portavoz ha afirmado que se trasladará toda la información sobre el ataque con Novichok al resto de países de la UE y de la OTAN, para preparar una respuesta conjunta.

En 2018, el exagente de espionaje ruso Sergei Skripal y su hija también fueron envenenados con el agente nervioso Novichok, de producción soviética. De hecho, según el medio alemán Der Spiegel, los expertos de la Charité habrían contactado con investigadores de Porton Down, el laboratorio de Reino Unido para la investigación de armas químicas y biológicas, debido a posibles similitudes con el ataque contra Skripal en 2018.

El opositor ruso Alexei Navalni comenzó a encontrarse mal poco después de abordar un vuelo con la ruta Tomsk-Moscú. El activista había sido fotografiado en el aeropuerto bebiendo un “té negro”. Al poco de despegar, el avión tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad de Omsk por una emergencia médica: Navalni había sufrido un colapso entre terribles dolores.

El opositor fue ingresado en un hospital en Siberia, en el que los doctores negaron presencia alguna de veneno en los distintos análisis toxicológicos, pese a las denuncias de sus allegados. Durante dos días, Navalni permaneció ingresado en el hospital, ya en coma, pese a la insistencia de Alemania para trasladarlo a un hospital en Berlín. "La prohibición de transportar a Navalni es solo para ganar tiempo y esperar el momento cuando ya no se pueda detectar el veneno en su organismo”, denunció Kira Yarmysh, portavoz del político ruso, a través de su cuenta de Twitter. Finalmente, el 21 de agosto, se autorizó su traslado. Desde entonces está ingresado en Berlín en coma "pero estable".


 
Envenenamiento de opositores, un problema frecuente en Rusia

El opositor ruso Alexéi Navalni se une a una lista de críticos del Kremlin que han sufrido envenenamiento o intoxicación.


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Foto: Reuters.



Portada / Internacional /
Forbes Staff
agosto 20, 2020


EFE.- El presunto envenenamiento del líder opositor ruso, Alexéi Navalni, que permanece en estado grave hospitalizado en la ciudad siberiana de Tomsk, se une a la de otros enemigos del Kremlin que sufrieron casos similares, algunos de ellos con un desenlace fatal.


El último caso notorio de envenenamiento fue el del exagente ruso Serguéi Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33 años, el 5 de marzo de 2018, cuando fueron hospitalizados en estado crítico en Salisbury (Inglaterra), tras sufrir dos días antes una intoxicación -en un parque- por un gas nervioso de naturaleza militar de fabricación rusa. Ambos se salvaron.

Desde el principio, el Gobierno británico apuntó al presidente ruso, Vladímir Putin, como “altamente probable” de ser el responsable del envenenamiento, teoría también secundada por Estados Unidos y la Unión Europea.

No tuvo igual fortuna el antiguo agente ruso Alexandr Litvinenko, quien falleció en un hospital londinense en noviembre de 2006 por envenenamiento con polonio 2010, una sustancia altamente radiactiva.

Litvinenko se entrevistó con dos compatriotas rusos, Andréi Lugovói y Dmitri Kovtun, en un hotel antes de ser envenenado. Ambos fueron hospitalizados en Moscú en diciembre con síntomas de radiación y, además, la policía alemana halló trazas radiactivas en el piso de la exmujer de Kovtun en Hamburgo.

La periodista Anna Politkóvskaya cayó enferma en septiembre de 2004 después de tomar té en pleno vuelo mientras se dirigía a la república caucásica rusa de Osetia del Norte para cubrir la toma de rehenes en la escuela de Beslán. Sobrevivió, pero en octubre de 2006 un pistolero la asesinó frente a su piso en Moscú.

También en ese septiembre de 2004, el entonces candidato de la oposición en las elecciones presidenciales ucranianas, Víctor Yúschenko, fue envenenado durante una comida con una toxina que desfiguró su rostro en plena campaña electoral. Médicos austriacos confirmaron después que Yúschenko, que se enfrentaba al prorruso Víkctor Yanukóvich, había ingerido una dioxina del tipo TCDD, altamente cancerígena.

Ganador de los comicios, que tuvieron que ser repetidos por fraude después del estallido de la Revolución Naranja, Yúschenko tomó posesión de la presidencia de Ucrania en enero de 2005.

Durante la Guerra Fría, el servicio de inteligencia exterior del KGB soviético utilizó prácticas de envenenamiento con cierta asiduidad. En 1959, el líder nacionalista ucraniano Stepán Bandera murió tras ser tiroteado con una pistola rociadora de cianuro que el asesino llevaba escondida en un periódico.

Dos décadas después, otro sicario mató con un paraguas en el que se había insertado veneno al disidente búlgaro Georgui Markov en la parada de un autobús en el puente de Waterloo en Londres.


 
NO DESCARTAN "CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO"
El opositor ruso Alexei Navalni sale del coma inducido tras su envenenamiento
El opositor ruso Alexei Navalni ha salido este lunes del coma inducido en el que los médicos del hospital de Berlín lo habían mantenido desde el pasado 22 de agosto


Foto: El opositor ruso Alexei Navalni. (EFE)


El opositor ruso Alexei Navalni. (EFE)



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EL CONFIDENCIAL
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elconfidencial
07/09/2020


El opositor ruso Alexei Navalni ha salido este lunes del coma inducido en el que los médicos del hospital de Berlín lo habían mantenido desde el pasado 22 de agosto mientras lo trataban por el presunto envenenamiento con el agente tóxico Novichok, según ha anunciado el hospital La Charité en un comunicado.

En las últimas jornadas, la condición médica de Navalni habría mejorado, por lo que los médicos tomaron la decisión de poner fin al coma inducido y retirarle gradualmente la respiración artificial. El opositor ruso "va paso a paso" para dejar de recibir soporte vital, ha informado la institución médica alemana. Navalni, que fue trasladado a Berlín desde Siberia (Rusia), donde cayó súbitamente enfermo, "reacciona cuando se le habla", pero "todavía no se puede descartar consecuencias a largo plazo por el serio envenenamiento [al que fue sometido]".

Alemania ha denunciado que el opositor, de 44, había sido envenenado con un agente nervioso de la familia Novichok, de producción soviética y el mismo que habría sido utilizado en el ataque en 2018 contra el exagente de espionaje ruso Sergei Skripal y su hija en Reino Unido. Los test toxicológicos al opositor ruso realizados por Berlín han revelado "la indudable presencia" del agente nervioso en el sistema de Navalni, quien "fue la víctima de un ataque con un químico en Rusia".

Alemania ha pedido explicaciones a Moscú, que ha rechazado todas las acusaciones y el ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Dominic Raab, ha exigido una investigación acerca del supuesto envenenamiento por parte de Rusia de Navalni, al asegurar que se trata de una acción de "puro gansterismo".


Un sospechoso "té negro"
El opositor ruso Alexei Navalni comenzó a encontrarse mal poco después de abordar un vuelo con la ruta Tomsk-Moscú. El activista había sido fotografiado en el aeropuerto bebiendo un “té negro”. No consumió nada más. Al poco de despegar, el avión tuvo que aterrizar de emergencia en la ciudad de Omsk por una emergencia médica: Navalni había sufrido un colapso entre terribles dolores.

El opositor fue inicialmente ingresado en un hospital en Siberia, en el que los doctores negaron presencia alguna de veneno en los distintos análisis toxicológicos, pese a las denuncias de sus allegados, y más tarde trasladado a Berlín ante la presión alemana y las peticiones de la familia.

 
Navalni recibe el alta médica en Berlín
El opositor ruso ha sido tratado en la Charité durante un total de 32 días, 24 de los cuales permaneció en una unidad de cuidados intensivos



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Rosalía Sánchez
Rosalía Sánchez
SEGUIRCORRESPONSAL EN BERLÍN
Actualizado:23/09/2020



Un mes después de su ingreso en la Charité de Berlín, el opositor ruso Alexei Navalni ha sido dado de alta. «El estado de salud del paciente ha mejorado hasta tal punto que se pudo finalizar el tratamiento médico agudo», dice el comunicado del prestigioso hospital, que ha accedido a los deseos del paciente y su familia de continuar con el tratamiento en una ubicación privada. Alexei Navalni ha sido tratado en la Charité durante un total de 32 días, 24 de los cuales permaneció en una unidad de cuidados intensivos. El equipo médico considera posible «una recuperación completa, en función de la evolución anterior del paciente y su estado actual», informa el comunicado, pero no descarta todavía que se puedan producir secuelas a largo plazo, una cuestión que «solo podría evaluarse más adelante».

El 7 de septiembre, Alexei Navalni se había recuperado suficientemente para que los médicos alemanes decidiesen devolverlo lentamente a la vida, sacándolo del coma al que había sido inducido. «No voy a mentir, no recuerdo nada», ha dicho Navalni más tarde, «pero puede decir que hay algo que recuerdo con seguridad. Más precisamente, difícilmente se puede llamar a eso un recuerdo, sino más bien una serie de las primeras sensaciones y emociones», ha dicho el propio Navalni, que no tiene planes de permanecer en Alemania de forma permanente ni solicitar asilo en este país. Su portavoz, Kira Jarmysch, ha informado que quiere volver a Rusia y continuar su trabajo allí tan pronto como su estado de salud lo permita. «Nunca hubo una alternativa», ha dicho Jarmysch.

Sin embargo se desconoce la ubicación a la que se trasladará después del alta médica. Las autoridades rusas han informado acerca del inicio de una investigación preliminar interna sobre el posible envenenamiento de Navalni, una investigación que el equipo del disidente considera «una farsa». «Nuestros departamentos ya lanzaron una investigación preliminar, examinaron muchas instalaciones, hablaron con el personal del hotel, del hospital y del aeropuerto», asegura el embajador ruso en Berlín, Serguéi Necháev, que sin embargo añade que Moscú podrá iniciar una investigación real «solo cuando hay pruebas concretas para la sospecha». «Es el principio del estado de derecho, se espera que esté vigente en todos países, incluido el nuestro», insiste. Necháev afirma que Moscú toma el caso de Navalni en serio y quiere cooperar con Berlín en la investigación en conformidad con todos los acuerdos internacionales, pero señala que Rusia espera recibir de Alemania las muestras de los análisis de Navalni que ya fueron enviadas a los laboratorios de Francia, Suecia y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). En este contexto, el embajador ruso se queja de que a Alemania le falta actualmente la «disposición de cooperar» con Rusia. «No podemos estar de acuerdo con el ultimátum de que el Gobierno ruso está implicado de algún modo en este caso», dice, «no podemos aceptar ultimátums ni amenazas con sanciones».

Los colaboradores de Navalni, que desprecian esas declaraciones, creen que la inteligencia rusa seguirá intentando asesinar al opositor. Leonid Volkov, el jefe de personal de Navalni, culpa al presidente ruso Vladimir Putin del el ataque con veneno a su jefe. «Putin ha decidido destruir a su rival más importante», ha dicho en una entrevista concedida al periódico alemán «Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung». Para él está claro: un ataque de ese tipo en Rusia «no funciona sin Putin». Después de todo, solo los militares pueden producir la neurotoxina Novitschok, identificada por un laboratorio militar alemán y confirmada por otros tres europeos, «eso debe ordenarse desde arriba a través de una cadena de mando». Según el jefe de gabinete, fue también Putin quien tomó la decisión final de trasladar al crítico del Kremlin a Alemania y eso fue lo que impulsó el giro de la opinión de los médicos de Omsk, que inicialmente habían diagnosticado un problema metabólico y que denegaban el permiso para el traslado por considerarlo peligroso para su salud.


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