Esta tía se ha montado ella solita un culebrón venezolano, con su amor imposible, la escapada por la ventana, la familia en contra, la sociedad señalando con el dedo, las infidelidades, las rupturas, el amor que lo perdona todo, las ex azuzando por detrás, el bodorrio y ahora la niña como símbolo del triunfo del amor; ella sola contra el mundo como una Juana de Arco o una Agustina de Aragón.
Amos, anda, a ver si se cae del guindo, que ya tiene una edad para soñar con telenovelas.
Amos, anda, a ver si se cae del guindo, que ya tiene una edad para soñar con telenovelas.