Alegre ma non tropo

¿Por qué en primavera aumenta el deseo sexual?


La extendida creencia de que en primavera el deseo sexual aumenta tiene sustento científico

Son diversos los factores que hacen su aporte a esa suerte de "fiebre" primaveral

Cristian Vázquez
23/03/2019 - 21:17h
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Foto: Stokpic

s*x*

Perfumes a base de feromonas: ¿ayudan a ligar más? Tal vez sí

"La primavera la sangre altera": existe la creencia generalizada de que en primavera se produce un aumento del deseo sexual. Si bien es complicado para la ciencia determinar si se trata solo de una sensación o si sucede realmente, y en tal caso cuáles son sus causas y razones específicas, existen estudios que han indagado en la cuestión y han hallado algunas pistas para procurar entenderlo.

Al parecer es cierto: en primavera el deseo sexual aumenta, y la clave estaría en la luz del sol. A partir del equinoccio de primavera los días son más largos que las noches, lo que hace que en general todos estemos expuestos durante más tiempo a la luz natural (más aún a partir del momento de adoptar el horario de verano. Como consecuencia, el cuerpo produce mayor cantidad de vitamina D, un compuesto que -además de ser imprescindible para absorber el calcio y fortalecer los tejidos óseos- está asociado con la presencia de testosterona en la sangre.

Un estudio realizado por científicos de la Universidad Médica de Graz, en Austria, analizó a 2.299 hombres y comprobó que los niveles más altos de vitamina D en la sangre coincidía también con los de testosterona, la más importante de las hormonas sexuales masculinas (pero que también está presente y desempeña un papel importante en las mujeres). Este es uno de los motivos por los cuales la libido aumenta cuando el sol brilla más tiempo en el cielo, después de los meses de invierno.

Más sol y menos estrés igual a más deseo sexual
Hay quienes esgrimen razones evolutivas para explicarlo. La tarea de sobrevivir a la dura temporada de fríos era mucho más difícil para nuestros antepasados si carecían de pareja o compañía. Por eso, de acuerdo con esta hipótesis, se adaptaron mejor los individuos que, a partir de la primavera y durante los meses de buen tiempo, se sintieron más compelidos a encontrar alguien con quien estar. De modo que la fiebre de primavera no sería algo novedoso, sino que tendría muchos milenios de historia.

El efecto positivo de la exposición a la luz solar no se reduce, claro está, a la producción de vitamina D. Tomar el sol hace que el cuerpo libere endorfinas, un neurotransmisor que provoca la sensación de satisfacción y felicidad. Y que además actúa a través de la misma vía que la heroína y otras sustancias similares, lo que lleva a la tolerancia y a la dependencia, es decir, a la adicción, al menos en roedores. Así lo revelaron los resultados de una investigación publicados en 2014 en la revista especializada Cell.

El caso es que las endorfinas llevan a estar de mejor humor y, por lo tanto, a reducir los niveles de estrés y ansiedad. Y se sabe que el estrés es el principal inhibidor del deseo sexual. La luz del sol, por cierto, también propicia la liberación de serotonina y otras sustancias relacionadas con el placer. De hecho, existe el llamado trastorno afectivo estacional, un tipo de depresión relacionado con la falta de luz en las regiones con inviernos demasiado oscuros. El buen humor y el consiguiente aumento del deseo sexual que ocasiona la llegada de la primavera se podría graficar como el caso opuesto a ese trastorno.

El olfato, una clave en el deseo sexual
Otro elemento que se postula como posible factor que contribuye con esta suerte de despertar sexual en primavera tiene que ver con el olfato. Con el calor aparece el sudor y se potencian los olores corporales, los cuales están relacionados con la búsqueda de pareja sexual,según un estudio de la Universidad Técnica de Dresde, Alemania, publicado en la revista Nature en 2016.

Existen unas sustancias llamadas antígenos leucocitarios humanos (conocidos como HLA, por sus siglas en inglés), presentes en la superficie de casi todas las células de los tejidos humanos. Al igual que los peces, los pájaros y el resto de mamíferos, los humanos tendemos -por razones evolutivas- a buscar parejas con HLA lo más diferentes posibles a los propios, ya que de esa manera el sistema inmunitario de la descendencia se torna más fuerte y resistente.

Lo hacemos sin darnos cuenta, por supuesto, y por medio de los olores: es el olfato el que nos revela qué personas nos "convienen" para procrear y, en consecuencia, lo que nos lleva a sentirnos atraídos por ellas. Según los investigadores alemanes, los HLA "intervienen en el comportamiento de los seres humanos". Algo que sería más notorio en primavera.

De hecho, desde hace tiempo la industria de los cosméticos comercializa perfumes a base de feromonas, sobre el supuesto de que ayudarían a ligar más. Si bien hasta ahora no se ha comprobado -ni mucho menos- su eficacia, la ciencia no descarta que la idea tenga fundamentos.

La alimentación y la ropa también ayudan
Por lo demás, hay otros factores que también coadyuvan a que la primavera sea una época de despertar en el deseo sexual. Uno de ellos está dado por la alimentación. Como las temperaturas aumentan, muchas personas reducen las comidas calóricas y contundentes en sus dietas para optar por platos más ligeros.

Mientras las primeras tienden a generar mayor pesadez y somnolencia, estos últimos contribuyen a sentirse proactivos. En relación con esto, muchas frutas y verduras alcanzan su punto justo de maduración en marzo, cuando empieza la primavera, lo cual también fomenta su consumo. Y no es menor en este sentido el hecho de que, como las temperaturas no son tan bajas, comenzamos a usar menos ropa.

Partes del cuerpo que durante los meses de invierno permanecen ocultas por capas de abrigo, en primavera quedan a la vista o, al menos, se sugieren sus formas. Este hecho por sí mismo puede no parecer tan importante, pero sumado a todos los anteriores se termina constituyendo una suerte de cóctel de razones que parecen explicar la vieja frase: "la primavera la sangre altera".
https://www.eldiario.es/consumoclaro/vida_sexual/primavera-aumenta-deseo-sexual_0_880162283.html
 
Dos actores por** acaban por error en una hoja parroquial de O Grove
El párroco buscó en Internet una imagen de incomunicación en la pareja que pudiese ilustrar su artículo sobre el diálogo en el matrimonio. «Llevo 28 años editando la hoja parroquial y nunca había llegado a tanta gente», lamenta el sacerdote, sorprendido por la repercusión de esta «anécdota»
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@ABCenGalicia
Santiago
Actualizado:24/03/2019 18:07h8

En el número 704 de la publicación de las parroquias de San Martiño y San Vicente de O Grove (Pontevedra) don Antonio quiso hablar a sus feligreses de la importancia del «tiempo de calidad» y de la escucha atenta entre los cónyuges, pero la imagen escogida para ilustrar su artículo ha dejado en un segundo plano su mensaje y catapultado la hoja parroquial a medios de todo el mundo. «Me recuerda aquello que tus padres te decían de pequeño cuando te daban un libro y tú sólo mirabas los dibujos... 'No miras más que los santos', te decían», dice el párroco sobrecogido por la insólita repercusión que ha tenido la imagen escogida por él mismo tras una inocente búsqueda en Internet de instantáneas sobre incomunicación entre las parejas. El tema, «el diálogo y la comunicación en la vida familiar», expone el sacerdote, se imprimió acompañado de una foto de un hombre y una mujer visiblemente enfadados. Él mira hacia un lado, ella hacia otro, pero la casualidad quiso que esas dos personas fueran reconocidas como Johnny Sins y Jayden Jaymes, actores de cine para adultos.

«No sabía nada de la identidad de esas personas, pensé que la fotografía encajaba; es que además en la propia imagen aparece sobreimpresa una frase, en portugués, sobre la falta de comunicación frecuente entre las parejas en la actualidad. Lo que parece ser es que muchísima gente sí está metida en el por**», indica con naturalidad don Antonio, que atiende la llamada de ABC entre risas, sorprendido por el interés mediático suscitado por esta «anécdota» y disgustado por la dimensión otorgada. «Llevo 28 años editando la hoja parroquial y nunca había llegado a tanta gente», lamenta.
https://www.abc.es/espana/galicia/a...-parroquial-o-grove-201903241805_noticia.html
 
¿Está bien dicho «Ese pastel no le he probado» o «La di un beso»? Cómo usar «la» y «le»
El laísmo y el leísmo, entre las dudas más frecuentes del español
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SeguirCristian Buades@xtianbg
Actualizado:29/03/2019 10:08h
6¿Imprimido o impreso? Las dudas más frecuentes del español y sus respuestas

Lo primero a tener en cuenta al usar los pronombres «la», «le» y «lo» es que no depende de que sea una persona, un animal o una cosa, sino de que funcione como complemento directo («la» y «lo») o indirecto («le»). El leísmo y el laísmo, junto al loísmo, suponen uno de los problemas más habituales a la hora de construir frases.

Para explicar los dos primeros casos, vamos a ayudarnos del libro «Las 100 dudas más frecuentes del español», presentado por el Instituto Cervantes y sobre el que diseñamos un test para poner a prueba tus conocimientos sobre ortografía.

Pero volviendo a la frase del titular, «Ese pastel no le he probado», la lengua culta no acepta el uso del pronombre «le» en la frase (se considera un ejemplo de leísmo de cosa), por lo que lo correcto sería «Este pastel no lo he probado».



Según el manual, el empleo de los pronombres personales átonos origina diferencias importantes dentro de los territorios en los que se habla español. «Grosso modo, podemos establecer dos grupos: las áreas de sistema pronominal de caso o sistema etimológico, donde el pronombre se elige según la función sintáctica que desempeña (prácticamente toda América y la mayor parte de las regiones españolas); y las áreas innovadoras, donde el pronombre se selecciona de acuerdo con rasgos semánticos del referente (zonas de la cornisa cantábrica (asturias, Cantabria, el País Vasco), casi toda la zona de las dos Castillas (Castilla-La Mancha y Castilla y León) y Madrid)».

Sin faltas» lanzaba en su cuenta de Twitter una iniciativa muy gráfica y visual para entender cómo usar correctamente los pronombres «la», «le» y «lo».





https://www.abc.es/cultura/libros/a...-o-beso-como-usar-y-201903281417_noticia.html
 
Reino Unido obligará a las webs de por** a verificar la edad de sus usuarios
El Gobierno prepara el borrador de una ley, sin fecha de aprobación
https://www.abc.es/media/sociedad/2019/03/30/por**-kqUH--620x349@abc.jpg

0Condenan a un ped*filo a 260 años de cárcel y se desmaya al oír la sentencia
  • Detenido un acosador que pidió fotos o s*x* a 45 niñas españolas y latinoamericanas

El debate sigue estando presente en la sociedad británica. El Gobierno británico tiene sobre la mesa una legislación pendiente para obligar a los ciudadanos de Reino Unido a someterse a un proceso de verificación de edad para acceder a las páginas de por**grafía en internet para impedir el acceso a estas de menores de edad.

Sin embargo, el Ejecutivo tiene paralizada por ahora su aprobación. Aunque anunció hace unos meses que los planes completos sobre estas medidas se anunciarían en «poco tiempo», aún no ha puesto fecha a esa posible regulación.

El borrador de esta ley explicaba que con esta se bloqueará a los usuarios que quieran utilizar prácticamente todos los sitios web que albergan por**grafía en internet, a menos que demuestren que tienen más de 18 años. El sistema los obligaría a demostrar que son mayores de edad. El sistema utilizado no está claro aún, pero se esperaba que los usuarios fueran redirigidos a una «página de destino» diferente donde se les pediría que introdujesen una dirección de correo electrónico, una contraseña, y que verificasen su edad utilizando un pasaporte, un permiso de conducir o una tarjeta de crédito.



Los medios británicos informan ahora de que puede retrasarse aún más debido a las reclamaciones que varias asociaciones que defienden la privacidad del usuario en internet han hecho al respecto de esta futura ley. A este colectivo le preocupa que poner los detalles de millones de usuarios de este tipo de webs en manos de una sola empresa, que gestionaría esa «página de destino», pueda crear un enorme objetivo de «piratería informática» para los chantajistas. Además, creen que con esta nueva normativa no es seguro «cien por cien» que se logre el objetivo deseado de impedir que los niños accedan a la por**grafía.

Menores de edad
Uno de los investigadores del Instituto Adam Smith, que busca proteger la privacidad del usuario en internet, Matthew Lesh,advierte de que el Gobierno haría mal dando luz verde a esta ley. «El esquema de verificación de edad es una seria amenaza a nuestra libertad, socava nuestra privacidad, nos abre a las estafas, y ni siquiera impide que los menores de edad accedan a material para adultos en línea. En lugar de demorarse aún más, el Gobierno debería derogar las leyes pornográficas», asegura.

Desde el Gobierno continúan, sin embargo, tratando de dar forma a esa legislación. Un portavoz del Ministerio de Cultura y Medios Digitales defendía el plan asegurando que «el contenido para adultos es actualmente demasiado fácil de acceder en internet, nos estamos asegurando de que las protecciones que existen para los menores de edad sean las mismas que las que tienen fuera de la red».
https://www.abc.es/sociedad/abci-re...ficar-edad-usuarios-201903300124_noticia.html
 
La luna de Parasceve y por qué la Semana Santa cambia de fecha cada año
En el I Concilio de Nicea se fijó la celebración de la Pascua de Resurrección el primer domingo después de la primera luna llena de la primavera
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0 Así será el tiempo en Semana Santa este 2019 si se cumple la estadística

La Semana Santa de 2019 se inicia el próximo 14 de abril con el Domingo de Ramos y se prolonga hasta el siguiente domingo, 21 de abril, fecha en la que se conmemora el momento cumbre en la Historia para el cristianismo, la Resurrección de Jesús. Pero el año pasado la Semana Santa se celebró del 25 de marzo al 1 de abril y la del año que viene será del 5 al 12 de abril. ¿A qué tanto baile de fechas? Existe una razón histórica y ésta tiene que ver con la luna llena y con una muy concreta del calendario, la primera luna llena de la primavera oluna de Parasceve como la conocen los judíos.

En la noche de luna llena después del equinoccio de primavera, los judíos comienzan a celebrar la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto en la Pésaj o Pascua judía, el 15 de Nisán. «La elección por parte de los judíos de que fuera una noche de luna llena la escogida para la celebración de la Pascua tiene también un carácter eminentemente práctico, dado que muchos de ellos se encaminaban esa noche hacia Jerusalén para dicha celebración y, siempre que el cielo estuviera despejado, la luna era su aliada para alumbrarles el camino en medio de la noche», recordaba el historiador José Calvo Poyato en ABC.

Todos los evangelistas afirman que Jesús murió el día de la «parasceve», es decir, el día de la preparación, que era viernes. Según los sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), celebró la Pascua judía con sus discípulos el 15 de Nisán y horas después fue apresado, juzgado y condenado a muerte. Ese mismo día murió en la cruz en el Gólgota. Para el cuarto evangelista, San Juan, Jesús murió crucificado el día anterior a la fiesta de la Pascua, el 14 de Nisán. «Los judíos entonces, como era el día de preparación para la Pascua, a fin de que los cuerpos no se quedaran en la cruz el día de reposo (porque ese día de reposo era muy solemne), pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran», señala el evangelista (San Juan 19,31), que poco después insiste en que «por causa del día de la preparación de los judíos» dejaron a Jesús en un sepulcro cercano.

I Concilio de Nicea, en el año 325, la Iglesia católica fijó el Domingo de Pascua en el primer domingo después de la primera luna llena que sigue al equinoccio de primavera, de forma que nunca cae antes del 22 de marzo ni después del el 25 de abril, pero la fecha difiere cada año.

La búsqueda de una fecha común
El Papa Francisco propuso en 2015 que la Semana Santa se celebre en una fecha fija, que podría ser la segunda semana de abril, coincidiendo el día de la Pascua de Resurrección con el segundo domingo de este mes. «Desde el beato Pablo VI, se está buscando la unidad de la fecha de la Pascua, lo más definitivo va a tener que ser una fecha fija, que sé yo, supongamos el segundo domingo de abril», apuntó el Papa durante el II Retiro de Sacerdotes en la Basílica de San Juan de Letrán.

El Pontífice mostró entonces la disposición de la Iglesia católica al primer domingo después de la luna llena de primavera para lograr quetodos los cristianos celebraran juntos la Semana Santa.

La división surgió cuando en 1582 el papa Gregorio XIII corrigió el retraso de diez días acumulado en el calendario «juliano», llamado así por haberlo fijado Julio César el año 46 antes de Cristo. Las Iglesias Orientales no aceptaron el calendario «gregoriano» y sostienen que sólo un concilio ecuménico -de cuya convocatoria vienen hablando desde hace décadas- puede cambiar el calendario litúrgico.

La propuesta común de católicos, anglicanos y evangélicos es el segundo domingo de abril, de forma que la Pascua caería siempre entre el 9 y el 15 de abril, pero hasta ahora las iglesias ortodoxas no han sido favorables al cambio.
https://www.abc.es/sociedad/abci-lu...a-cambia-fecha-cada-201903291410_noticia.html
 
La auténtica razón por la que somos infieles (y no tiene que ver con el s*x*)
En las parejas felices también hay cuernos, pero todo tiene una explicación fácil de comprender

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La auténtica razón por la que somos infieles (y no tiene que ver con el s*x*) Gtres
MARÍA PALMERO
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PUBLICADO 03.04.2019 - 19:47ACTUALIZADO 3.4.2019 - 20:13

Si estás leyendo esto y eres infiel, vas a entender por qué le pones los cuernos a tu pareja por mucho que la quieras. Y si has sido el damnificado, también.

Cómo saber si debes dejar a tu pareja: las ocho señales claras de que tu relación no funcionaCómo saber si debes dejar a tu pareja: las ocho señales claras de que tu relación no funciona
La infidelidad es un tema complejo y difícil de entender. Todos prometemos ser fieles y mantener la exclusividad sexual. Nos juramos amor eterno. Nos casamos y creamos vínculos emocionales, materiales y humanos. Y de pronto nos encontramos en una cama ajena acostándonos con alguien que no es nuestra pareja.

Quiero a mi pareja y me siento feliz, entonces ¿por qué no puedo evitar ser infiel?

Creemos que es porque algo falla en la relación, por aburrimiento, por salir de la rutina, por falta de s*x*, pero no tiene nada que ver con la persona a la que queremos ni con la relación, sino con nosotros mismos.

Por qué somos infieles
El ser humano no es perfecto. Solemos confundir la emoción con el sentimiento. Puedes seguir amando a tu pareja (sentimiento) y sentir atracción por otra (emoción). Es inevitable, por muy enamorado que esté uno y a gusto en su relación, experimentar atracción sexual por otra persona.

Es aquí cuando empieza el problema: los hay que se constriñen y/o no les apetece (fieles) y los hay que sucumben y/o no logran evitarlo (infieles). Pero, lo curioso del asunto, es que los cuernos no se ponen por (ni para) el s*x*, sino por la sensación de pérdida de identidad.

Los cuernos no se ponen por el s*x*, sino por la sensación de pérdida de identidad

Cuando comenzamos una relación, nos mimetizamos con el otro y comenzamos a adoptar costumbres, roles y gustos que nuestro 'yo soltero' no tenía. Nos convertimos en otras personas. Y si hay hijos de por medio, más aún. Ya no eres solo tú: ahora eres 'el padre de' y 'el marido de' (o la mujer y madre).

Esta pérdida de identidad es la que la recuperamos al tener una aventura. Puedes volver a ser solo tú, el que eras antes de iniciar tu nueva vida.

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La infidelidad en el trabajo, un clásico Gtres
No tiene que ver con el s*x*
Esto es justo lo que defiende la psicoterapeuta Esther Perel en su libroState of Affairs: "A veces, cuando buscamos la mirada de otra persona, no estamos apartándonos de nuestra pareja, sino de la persona en la que nos hemos convertido. Más que otro amante, lo que buscamos es otra versión de nosotros mismos".

Cuando buscamos la mirada de otra persona, no estamos apartándonos de nuestra pareja, sino de la persona en la que nos hemos convertido

Esta huída de nosotros mismos nos lleva a escoger amantes que nunca querríamos como pareja: "Algunos se sienten atraídos por el recuerdo de la persona que fueron en otro tiempo. Hay otros cuyos sueños los llevan a la oportunidad perdida, el amor que dejaron marchar, la persona que podrían haber sido (...) Las aventuras nos ofrecen un atisbo de esas otras vidas, del desconocido que llevamos dentro. El adulterio es la venganza de las posibilidades desechadas".

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Lo de estos solo es vicio Gtres
Búsqueda del 'yo perdido'
La reconexión con quienes somos realmente es la auténtica razón por la que somos infieles. Y tienen más posibilidades de serlo aquellos que están metidos en una relación asfixiante.

El escritor Alain de Botton lo explica: "En una relación demasiado estrecha podemos llegar a sentir la necesidad de demostrarnos a nosotros mismos que no todo lo que hacemos y toda nuestra existencia es propiedad de nuestra pareja, que somos todavía deseables para el mundo exterior e independientes".

En una relación demasiado estrecha podemos llegar a sentir la necesidad de demostrarnos que somos todavía deseables e independientes

La psicóloga Sonali Gupta sigue la misma línea: "En mi experiencia, tanto con hombres como con mujeres, les he escuchado describir las razones que les llevaron a tener una aventura: 'He descubierto una parte de mí mismo que creía que había perdido".

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Lleva más años con su amante que con su marido Gtres
Como vemos, en realidad ponemos los cuernos de una manera narcisista: no tiene nada que ver con la pareja ni con la relación. Quizá ahora entiendas, lector, un poco más el tedioso tema de la infidelidad, que, visto así, se puede hasta perdonar. (Ojo, desde aquí no recomendamos ni la infidelidad ni perdonarla, pero cada uno es libre)
https://www.vozpopuli.com/bienestar/razon-infieles-cuernos-s*x*-pareja_0_1232877765.html
 
Reema Juffali, la pionera saudí del volante
La piloto, que tenía prohibido conducir en su país hasta el año pasado, se estrena este fin de semana en la F4 británica
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Reema Juffali (Jeddah, 27 años) es la primera mujer con una licencia de la Federación de Automovilismo de Arabia Saudí. Es una pionera, pero también otras muchas cosas. Sobre todo, una valiente. Este fin de semana se estrena pilotando un monoplaza en la Fórmula 4 británica. Lo hace como la única mujer de la parrilla y rodeada por un numeroso grupo de adolescentes, la mayoría de 15 y 16 años, hambrientos por abrirse camino hacia la Fórmula 1.

Los sueños de Juffali son más humildes que el de sus compañeros. Incluso se podría decir que ya están cumplidos en gran parte. Durante toda su vida, tanto ella como el resto de mujeres de su país se vieron obligadas a ser simples pasajeras en cualquier vehículo al que se subieran. Si necesitaban ir a un hospital o a visitar a un familiar requerían de la presencia de un hombre. Si el marido, padre o hijo no estaba, tocaba llamar a un chófer que las transportara, aunque fuera para recorrer pequeñas distancias. Reema vio con sus propios ojos cómo se detenía y castigaba a las mujeres que incumplían esa prohibición de conducir.

Así, su relación con el automovilismo fue nula hasta que cumplió los 18 años. A esa edad, Reema se marchó a Estados Unidos a estudiar. Sacó una carrera de finanzas y se aficionó a ver la Fórmula 1 por la televisión. Junto con varios amigos empezó a ir a circuitos de kárting. Se divertía y se le daba bien, por lo que su entusiasmo fue en aumento. Cuando se graduó se regaló a ella misma un curso de tres días pilotando un monoplaza. La idea de competir comenzó a rondarle por la cabeza, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo.



Juffali regresó a Arabia Saudí pocos meses antes de que se concediera a las mujeres el derecho a conducir, un hito que se hizo realidad en junio de 2018. Fue el resorte que desató la tormenta perfecta en la vida de la corredora. Eso, y una conversación con Susie Wolff, piloto profesional y esposa del mandamás de la escudería Mercedes en la Fórmula 1. Unos días después Juffali ya tenía su carnet de conducir convalidado, lo que le permitió solicitar una licencia profesional en su país. Tranquilizar y convencer a su familia fue lo más complicado, pero en octubre ya estaba disputando su primera carrera de turismos en Abu Dabi. Subió al podio. El pasado diciembre ganaba su primera carrera.

«Es increíble»
Esta progresión vertiginosa la llevó a entrar en contacto con los responsables del equipo Double R Racing, propiedad al cincuenta por ciento de Kimi Raikkonen. Le ofrecieron un asiento en la F4, y sin tiempo casi para pensarlo Juffali se ha visto viajando a Brands Hatch para su debut: «Me veo aquí y pienso que es increíble, sobre todo por haberlo hecho en tan poco tiempo», decía ayer la piloto. Anthony Hieatt, el director de Double R Racing en la F4, es uno de sus principales valedores: «Reema está derribando barreras de mucho calibre y es fantástico trabajar con ella. El objetivo es que vaya progresando en cada carrera del calendario. Seguro que lo hará».

«Va a ser un año difícil en un campeonato muy competitivo, pero estoy lista para el desafío», decía a su vez la piloto, cuyo estreno en la F4 lo seguirán de forma masiva en un país muy alejado de las carreras hasta ahora.
https://www.abc.es/deportes/abci-reema-juffali-pionera-saudi-volante-201904060145_noticia.html
 
La pesadilla de tener 300 orgasmos al día
A Diana la excitación sexual le asalta en el supermercado, conduciendo o durante una entrevista de trabajo. Sufre el síndrome de excitación genital persistente, un trastorno que afecta especialmente a las mujeres y sobre el que aún hay muchos prejuicios y desconocimiento.

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ANTONIO MARTÍNEZ RON
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PUBLICADO8.4.2019 - 20:00

La primera vez le pareció divertido. Fue durante un fin de semana de escapada con su pareja, hace cuatro años. “Salimos a desayunar y me lo había pasado tan bien que le dije ¿qué es lo que hiciste ayer?”, explica. Pero el gesto se le fue cambiando a medida que pasaba el tiempo y aquella sensación no cesaba. Lo primero que pensó fue que se trataba del efecto de una nueva crema lubricante que había probado aquella noche, así que subió a la habitación y se lavó. Pero llegó el mediodía y la tarde y la sensación y los orgasmos espontáneos no paraban. “Cuando llegó la noche y vi que no podía ni dormir me asusté mucho”, recuerda. “Aquello ya no tenía ni puñetera gracia”.

Diana tiene 41 años, vive en Badajoz y es uno de las pocas personas en el mundo que sufre una rara afectación conocida como “síndrome de excitación genital persistente” (PGAD, por sus siglas en inglés). La noche en que apareció el síndrome terminó en urgencias y los médicos le dijeron que seguramente había sido la crema vaginal. Durante un par de semanas todo volvió a la normalidad, pero una mañana, mientras atendía a un cliente en su trabajo de teleoperadora, se dio cuenta de que volvía a ocurrir. “Me dije ‘qué raro, si esta vez no he usado la crema’, y traté de disimular”, recuerda. “Tenía que poner el “mute” cada dos por tres hasta que me di cuenta de que tenía que ir al médico”. Y en aquella consulta de urgencias fue la primera vez que notó la incomprensión de los médicos y las risitas. “Una ATS me preguntó si iba allí a darles envidia y, claro, le contesté fatal”.

“Cuando la gente dice ‘¡uy, qué bien!’, no saben lo que dicen”.

Desde entonces empezó una pesadilla que le asalta cada pocas semanas y le está destruyendo la vida. “Mi crisis más bestia duró dos semanas, a una media de 250 o 300 orgasmos diarios. Son constantes, cuando te viene un arreón pueden ser dos o tres por minuto. Es algo que condiciona la vida”, explica. “Cuando la gente dice ‘¡uy, qué bien!’, no saben lo que dicen”. Diana está bajo supervisión de un neurólogo y se ha sometido a varias pruebas médicas, como resonancias, electroencefalogramas y control del nivel hormonal. Aparentemente no hay ninguna causa física que le provoque las crisis, aunque le han recetado antiepilépticos a la espera de más pruebas. “El problema es tan poco frecuente que mi médico me confesó que había oído hablar de ello, pero en Anatomía de Grey, no en la carrera”, asegura.

El deseo intrusivo
Francisca Molero, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS), ha tratado una veintena de casos como el de Diana en los últimos 15 años y conoce bien el problema y su tratamiento. “El síndrome se da cuando la mujer tiene físicamente todas las sensaciones y los cambios genitales asociados a una excitación sexual, pero sin tener mentalmente la sensación de estar excitada”, explica a Next. “Entonces considera todos estos cambios, como el aumento de lubricación o hinchanzón genital, como intrusas e invasivas porque no es una cosa que esté deseando ni quiere tener en ese momento”. En general, el síndrome no se suele manifestar con orgasmos, como en el caso de Diana, sino como una forma de excitación continuada que llega a poner a las personas en situaciones muy complicadas para su día a día.

“Traté a una señora que se excitaba al subir en un autobús o cuando escuchaba música en un concierto”

“Recientemente tuve una señora de unos 60 años, a la que le afectó mucho a su calidad de vida, pero que al final le bajó bastante la ansiedad”, recuerda la sexóloga. “En este caso, aunque le habían hecho miles de pruebas, resultó ser un problema de espalda importante, que le han operado y ha desaparecido esa excitación. Seguramente tenía afectada una zona gatillo que le desencadenaba la reacción”. Otra paciente tratada por Molero tenía muy bien identificados los momentos en que se disparaba el problema. “En esta mujer los detonantes tenían que ver con los movimientos, con el tema de subir en un autobús o incluso cuando escuchaba música en algún concierto”, explica la doctora. “La señora era muy melómana y todo lo que era música de percusión le desencadenaba la excitación. Se ponía tan nerviosa que empezaba a respirar más rápido y tenía la sensación de que todas sus amigas con las que iba a estos conciertos se daban cuenta”. Aunque no le contaron ningún motivo físico, la propia mujer aprendió a identificar y controlar las reacciones y mejoró su calidad de vida.

En general, explica la experta, no hay una causa única de este síndrome, sino que es multifactorial y en cada persona es diferente, aunque a menudo tiene que ver con factores orgánicos. “Estos factores tienen que ver con algunas alteraciones de la columna, de la zona lumbosacra y los llamados quistes de Tarlov”, asegura. “A veces se debe a malos posicionamientos, a atrapamientos del nervio pudendo y otras a un aumento de presión a nivel pélvica”. El factor psicológico es igualmente importante y explica por qué se suele dar sobre todo en mujeres, a las que no se les ha enseñado a reconocer las señales genitales. “El hecho de no saber cuándo pueden aparecer, te limita mucho la vida y te deja una sensación de vulnerabilidad”, indica Molero. “Muchas de estas mujeres han dejado de tener vida normal, dejan de hacer actividades cotidianas por miedo a que la gente descubra lo que les está pasando”.

Atrapada en vida
“Este síndrome me está aislando muchísimo, me tengo que obligar a salir un rato de casa”, reconoce Diana, a quien la excitación ha sorprendido en todo tipo se situaciones. “Me ha dado en una entrevista de trabajo, en una tutoría de mi hijo, en el supermercado… A veces estoy dos semanas sin salir. Es demoledor. Físicamente es cansancio, pero anímicamente es mucho peor que el daño físico”. Por si fuera poco, este tipo de trastornos tienen un fuerte estigma social, por lo que muchas víctimas lo sufren en silencio. “En mi caso solo lo saben mi pareja, mi madre y mi hijo (17)”, asegura Diana. “Una vez estuve tentada de contarlo en el trabajo, para que mi jefe supiera por qué tenía tantas bajas, pero ¿para qué? ¿Para que me digan cosas como las que me dicen en los médicos? En urgencias han llegado a hacer corrillos, cuchicheando y señalando”.

“En urgencias han llegado a hacer corrillos, cuchicheando y señalando”

“No tiene nada que ver con ninfomanía, es una reacción física”, explica Francisca Molero. “Y depende de si la reconoces, puedes identificar esos factores precipitantes e intentar controlarlos, lo que ayuda a bajar el nivel de ansiedad y a controlar los síntomas”. De momento, Diana no ha conseguido controlar sus brotes, aunque intenta atajarlos mediante meditación y relajantes musculares. Cuando le asalta una de las crisis, no quiere ver a nadie, ni siquiera a su pareja, aunque tiene la suerte de que el síndrome no ha destruido su vida sexual, como pasa en otros casos. “Si me asalta en una situación como una entrevista de trabajo, intento esconderme. Tiendo a ir al baño, y si empieza la crisis muy fuerte llamo a mi pareja para que venga a recogerme porque en ese caso ya no puedo ni conducir”, asegura. “Alguna vez me ha pillado al volante y lo que hago es que paro en donde sea, porque la concentración disminuye, eres un peligro para ti y para los demás”.

Hace dos años Diana pidió la invalidez y no se la concedieron porque su problema no estaba reconocido como causa. “Yo siempre he trabajado de cara al público, ¿en qué trabajo te aguantan que cada dos semanas tengas una baja de tres o cinco días?”, se queja. "Lo peor es la incomprensión. Cuando fui al tribunal médico hubo una que me dijo que debería dar las gracias porque algunas no llegan nunca al orgasmo”. Ahora lo quiere volver a intentar, aunque empieza a ganarle el desánimo. “No sé qué hacer”, confiesa. “Llega un punto en que pienso que para qué voy a buscar trabajo, si al mes me van a echar”.

Diferencias entre sexos
En todos sus años de experiencia, la doctora Molero solo ha recibido la consulta de un hombre. Esta diferencia en la incidencia entre sexos responde, en su opinión, a cómo se percibe la sexualidad en el caso del hombre y la mujer. "En la sexualidad interviene la parte cerebral y la genital y el resto del cuerpo, pero mientras que los hombres muchas veces han tenido erecciones espontáneas y no las viven como algo intrusivo, sino como algo reforzador, la reacción psicológica de la mujer es muy diferente”, explica. “La mujer lo vive como algo intruso, algo que no quiere. Si yo no estoy excitada, se pregunta, ¿por qué me pasa esto?”.

En algunos estudios en los que se medía el nivel de excitación en hombres y mujeres se ha observado una discrepancia entre lo que ellas sienten conscientemente que les excita y lo que produce síntomas físicos de excitación, mientras que en ellos hay una gran correspondencia. “Había una gran discordancia grande entre lo que la mujer decía que le excitaba y la reacción a nivel vaginal”, explica Molero. “Hay que tener en cuenta que muchos estímulos se activan, pero al pasar por el filtro del lóbulo prefrontal la mujer lo puede bloquear, pero no significa que el resto del cuerpo lo bloquee”. En esto intervienen los prejuicios y una educación sexual machista que ha establecido en las mujeres que el s*x* es un tabú y en ellos un deseo natural. “Hay una falta clarísima de educación sexual”, concluye la experta. “Hay que aprender cuál es la respuesta fisiológica, la cantidad de estímulos que pueden hacer que funcione tu cuerpo y tú decides cuáles aceptas y cuáles no”.
https://www.vozpopuli.com/altavoz/next/pesadilla-tener-orgasmos-dia_0_1234376778.html
 
Después del s*x*, ¿te duermes o te activas?
Una encuesta revela que el 66% de los hombres confiesa que se duerme, mientras que el porcentaje baja al 55% en el caso de las mujeres
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@abc_familia
Actualizado:12/04/2019 01:35h
2 Señales que indican que te aburres en la cama
  • La razón por la que te aburre el s*x* y la solución

La frase de «siempre se queda dormido después del s*x*» figura en el top 5 de las quejas femeninas hacia los hombres más populares o más comunes, junto a otras referencias clásicas o tópicos como «se deja la tapa del inodoro abierta», «parece que se está muriendo cuando tiene un constipado» o «es incapaz de hacer dos cosas a la vez».

La cuestión sobre lo que nos sucede tras mantener s*x* no es baladí. «¿Por qué nos dormimos después del s*x*?», «¿Es una cuestión que afecta más a los hombres?», «¿Qué porcentaje de población registra estos fenómenos soporíferos después de la actividad sexual?» Estas son algunas de las preguntas que han formado parte del estudio que la firma Platanomelón.com ha llevado a cabo entre sus usuarios para poner negro sobre blanco sobre un tema que genera frustración y no pocas disputa de pareja.

Los expertos de la firma de artículos eróticos parten de la base que el mundo está polarizado. De un lado: los que después de una buena sesión de s*x* experimentan esa profunda somnolencia que en pocos segundos deriva en un placentero sueño; y del otro, aquellos que se activan con unas enormes ganas de compartir secretitos, seguir con las caricias o engancharse a la serie favorita. ¿Consecuencias? «Si no compartes lecho con un igual, la disputa está servida», comentan.



Sobre los motivos por los que sucede una cosa u otra, María Hernando, del equipo de sexólogas de la firma, añade una información que quizá es poco conocida: «Un dato importante para que las parejas dejen de discutir es que la culpa de todo la tienen las hormonas», afirma.

«La oxitocina, también conocida como la hormona del amor, se libera en grandes cantidades en sangre tras mantener relaciones sexuales. Pero esto no afecta de igual manera a los dos sexos. En los hombres generalmente provoca somnolencia, mientras que en las mujeres tiende a producir ciertas ganas de actividad, como abrazar, conversar o disfrutar de manera activa de la intimidad con la otra persona», razona.

Los datos de la encuesta avalan la explicación de Hernando: el 66% de los hombres encuestados confiesa que se duerme, mientras que este porcentaje baja al 55% en el caso de las mujeres.

¿Qué nos gustaría que pasase?
Ante esta pregunta, el 67% de las mujeres desearían seguir despiertas después del s*x* para poder charlar o dedicarle caricias a su pareja, mientras que la cifra disminuye hasta el 48% en el caso de los hombres.

Y aquí, de nuevo la respuesta está en las hormonas. «Durante el orgasmo masculino, el cerebro libera varias hormonas (oxitocina, serotonina, prolactina...) que son las que provocan un estado de somnolencia más pronunciado en los hombres», explica esta experta.

Además de la información relacionada con lo que hacen los amantes después del s*x*, el estudio revela otro dato curioso: hasta un 26% de los participantes confiesa abiertamente haberse quedado dormido o bien conocer de alguien que se ha quedado dormido «durante» la sesión. Lo que no aclaraban en la encuesta es si fue por cansancio, desgana, aburrimiento o por falta de destreza.

Tampoco conocemos qué explicación les dieron a sus parejas. En cualquier caso, ante la duda, ahora ya sabemos. La culpa, como dice la experta, es de las hormonas.
https://www.abc.es/familia/parejas/abci-despues-s*x*-duermes-o-activas-201904120135_noticia.html
 
La enciclopedia de lo que no existe
Publicado por Íñigo Domínguez
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Imágenes: Luigi Serafini / Rizzoli.
Todas las personas que conozco que conocen el Codex Seraphinianus han encontrado el libro de forma azarosa. Te hablan de él un día con admiración de cosa excepcional y secreta, como de algo que les pasó una vez. Pero sale en la conversación de forma casual, no deliberada, y entonces buscas el libro, o te lo encuentras en una estantería de alguien como si te hubiera estado esperando. El aura que rodea el libro es de secta clandestina o sociedad de iniciados. Una de las mejores historias de este tipo que he oído, de cómo alguien se topó con el Codex, es la de un familiar, a quien se lo entregó un conocido con la siguiente introducción crítica: «Menuda chorrada de libro me han regalado, si quieres te lo doy». Esto también tiene su cosa, me parece, porque quien se lo regaló a esa persona, probablemente con amor e intención, porque no es un libro cualquiera, en realidad acabó haciéndolo llegar a un desconocido. Sin saberlo, y seguramente aún no lo sepa. Mi pariente se vio en las manos un enorme volumen, de dimensiones medievales y aspecto misterioso. Lo abrió y quedó fascinado, que suele ser el efecto habitual. Se lo quedó, claro.

¿Cómo explicarlo? Hay que verlo. Es una enciclopedia imaginaria de seres y objetos que no existen, explicada con un lenguaje también inventado, una escritura asémica, vacía de significado, pero el conjunto guarda una convicción minuciosa, una lógica íntima, una ambición analítica, tanto que uno cree tener la experiencia única de estar leyendo un libro marciano, o de un mundo que ha existido realmente, y que ha llegado a sus manos como un raro privilegio. El libro mismo es la experiencia, como algo mágico. Evoca, en efecto, la impresión ante un libro sabio de tiempos remotos, o legendarios. O lo que se siente con un incunable medieval de autor anónimo y genial. Porque está hecho a mano y eso ya lo saca de esta época. O, en esencia, hace revivir un momento lejanísimo y decisivo, la primera sensación de un niño ante un libro de mayores que le sugiere un universo desconocido, complejo, el de los adultos, que no es capaz de descifrar.

Es un catálogo, entre lo zoológico y el inventario de cachivaches, que comienza con formas primigenias, una especie de células o protozoos, y va ascendiendo en una evolución sorprendente de rarezas, hasta tribus y razas, ropas y alimentos, maquinarias y artefactos, mapas y ciudades. Lo hace entre el juego, la ironía y la sorpresa, todo ello envuelto en cierta ligereza espacial. Pese a ciertos rasgos setenteros, hoy más evidentes, tiene un indefinible aspecto de objeto antiquísimo, por su semejanza con esos códices del siglo XVI que imaginaban a los animales y los pobladores del Nuevo Mundo de forma fantástica, con esciápodos (criaturas con una sola pierna gigante), cinocéfalos (seres con cabeza de perro) y blemias (hombres sin cabeza). Y en aquel caso ya sabían que sí que existía otro mundo, solo que aún no sabían cómo era. Es lo mismo que hace Serafini, aunque sin tener noticias contrastadas de otro mundo, porque en el fondo qué más da: sería realmente raro, más que el propio libro, que no existieran otros mundos. Y si se piensa detenidamente, la cuestión es aún más vertiginosa: una enciclopedia de lo que no existe no debería tener fin, pero al mismo tiempo es una negación en sí misma, porque según lo va representando ya le da existencia. En cierto modo, todo lo que nos pasa por la cabeza no existe, o solo existe de forma secreta, hasta que no lo representamos, aunque después nunca es exactamente lo mismo, tal vez es otra cosa.

Yo conocí el libro de forma aún más rebuscada, al revés que casi todo el mundo, porque conocí primero a su autor, Luigi Serafini. Normalmente la gente descubre el libro, se pregunta quién demonios ha hecho eso e investiga. Ahora con internet es una tontería, igual que conseguirlo (además, luego se ha reeditado), pero hace unos años no era tan sencillo. Solo podías empezar a preguntar, y la mayoría de las personas no tenían ni idea, y algunos que habían oído hablar del libro nunca lo habían visto. Naturalmente, esto lo hacía aún más interesante. No sé si en 1981, cuando se publicó, imprimieron pocos ejemplares de forma deliberada, por contribuir al juego, o fue una elemental decisión económica, porque publicar aquello era un su***dio. Serafini pasó por todas las grandes editoriales italianas y le miraban como si estuviera loco. Al final se animó otro loco, Franco Maria Ricci, célebre editor de libros de lujo, apasionado del libro como objeto de belleza, que se estrenó con una tirada suicida de novecientos ejemplares del Manuale Tipografico de Bodoni, de 1788. Fue un éxito, prueba de que había otros locos como él, y Ricci se especializó en ello, hasta el punto de editar la Encyclopédie de Diderot en dieciocho volúmenes. El Codex Seraphinianus fue otra apuesta arriesgada, y en principio no triunfó, pero se fue dando a conocer de persona a persona, de lector a lector. Entre gente rara, en definitiva. Ahora es muy famoso en China.

Conocí a Serafini, decía, en una de esas veladas surrealistas de Roma en las que acabas en lugares que no imaginabas rodeado de personas que no sabrías describir. Y también que en principio no estaban invitadas, como yo mismo. Concretamente era su casa, y había una cena. Llegué tarde y me encontré con él, que subía unos tiramisús del restaurante de abajo para el postre. Decir que le conocí es una exageración, fue una noche, casi no recuerdo nada de él y, por supuesto, seguro que él se acuerda menos todavía de mí. He llegado a pensar que también todo esto lo imaginé, pero tengo testigos que aseguran que me vieron allí.

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Imágenes: Luigi Serafini / Rizzoli.
Su casa era divertida y extraña, con unas imágenes de huevos por aquí y por allí, quizá entonces era un objeto que le interesaba. No sé si por el huevo cósmico y la Madonna de Piero della Francesca, esa que tiene un huevo de avestruz colgando encima en perfecta armonía y misterio. En fin, luego ya me encajó todo. Aunque no recuerdo absolutamente nada de aquella noche. Solo desperté al día siguiente con la curiosidad de su libro, del que no se habló, obviamente, pero del que me hablaron. A espaldas del autor, para explicarme en voz baja quién era. Pero pensé que exagerarían su importancia, solo por dársela ellos. Cosas de las cenas.

Tampoco recuerdo cómo di con el libro. En las librerías, y solo en las que sabían de qué les estaba hablando, me sonreían con complicidad, pero me desanimaban. Era cuestión de encontrárselo. Al final, curioseando en las estanterías de algún salón, en alguna fiesta, alguien lo tenía en su casa. Aunque, en definitiva, no recuerdo nada de cómo llegué hasta el libro, sí recuerdo el momento en el que lo abrí: te sientas en un sillón con su peso sobre las piernas y desapareces unas horas pasando páginas con lentitud, y tiene trescientas sesenta, casi como los días del año. Este libro posee un poder hipnótico. Esto me lleva a Borges, que siendo ya ciego adoraba el libro sin haberlo visto, por la idea en sí. Y no me extraña, solo que te lo cuenten ya intriga, y es un asunto muy de Borges, que vivía en los libros. Imaginar a Borges imaginándose el libro, que ya de por sí es una obra imaginaria, parece el argumento de uno de sus cuentos. A Italo Calvino también le encantaba, e igualmente le pega mucho.

El editor del Codex, Franco Maria Ricci, era muy amigo de Borges. En una entrevista contó una charla que tuvo en su casa de Parma con el escritor, cuando le dijo que pensaba construir un gran laberinto de bambú en sus jardines, cosa que efectivamente llevó a cabo hace unos años. Borges le preguntó:

—¿Por qué de bambú?

—Porque es una planta tímida y mística.

—¿Qué tipo de laberinto?

—El laberinto más grande del mundo.

—El laberinto más grande del mundo es el desierto.

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Imágenes: Luigi Serafini / Rizzoli.
No creo que con Borges se tuvieran conversaciones normales, al menos por cómo las cuentan quienes las tuvieron con él. Todas eran de enmarcar. Creo también que el Codex es muy italiano, por el rechazo a conformarse con el mundo real tal como es e insistir genialmente en reinventarlo, adornarlo, embellecerlo, hacerlo distinto. Hacer mundos posibles de este. Recuerden a Arcimboldo, un pintor que se dedicaba nada menos que a hacer retratos con frutas y verduras. Pero bueno, el Bosco, también claro antepasado de este libro, es holandés.

Una de las cosas que más me gusta del Codex Seraphinianus, además de cómo uno suele entrar en contacto con él, es cómo empezó el mismo libro. Porque todos hemos estado en esa situación, y generalmente adoptamos la decisión contraria. La situación es la siguiente: te llama un amigo a ver si sales, y no sabes, estás desganado, pero al final sales, aunque intuyes que eso esconde algo de huida, de traición a ti mismo, porque algún día tienes que quedarte en casa y ponerte a hacer algo que sabes que tienes que hacer. A Serafini un día le llamó un amigo para salir, dijo que no y se puso a dibujar. Se tiró más de dos años, entre 1976 y 1978. Eso sí que es no salir. Como de un laberinto.

El Codex a mí me llevó a otro libro, como hace cualquier buen libro, porque los libros se dirigen unos a otros, con vasos comunicantes misteriosos. Me llevó al Códice Voynich, que resulta que es más o menos lo mismo que el Seraphinianus, pero en el siglo XV. Recibe el nombre de un bibliófilo polaco, Wilfrid Voynich, que en 1912 compró este tocho medieval de doscientas cuarenta páginas en un convento jesuita, cerca de Roma. Estaba entre otros muchos que vendían los religiosos porque andaban mal de dinero. Resultó ser un libro extrañísimo, escrito en una lengua desconocida y lleno de dibujos de plantas, constelaciones y cosas que no existen, además de un buen número de mujeres desnudas por todas partes. Hay unas rarísimas en unas piscinas verdes conectadas a tubos intestinales gigantes.

Este códice es un misterio que ha obsesionado a estudiosos y pirados de todo el mundo hasta hoy, aunque algunos sostienen que es una simple tomadura de pelo. Pero, si lo es, es original: la prueba del carbono 14 ha determinado que data de una fecha entre 1404 y 1438. Expertos lingüísticos, además, han concluido que esta especie de élfico, que todavía nadie ha logrado descifrar, no es una mera acumulación de signos al tuntún, sino que mantiene una coherencia interna. Por lo visto, lo más que se le parece es el idioma rongorongo de la Isla de Pascua, que también sigue siendo intraducible.

Pensando en cómo escribir este artículo, acabé en otro libro, y por curiosísimas coincidencias, fruto en realidad del mismo Codex: llamé a la amiga que me llevó aquella vez a la cena en casa de Serafini. Fue hace muchos años y le sorprendió mucho el motivo de mi llamada, porque justo el fin de semana anterior había estado hablando del autor, del que hacía años que ni se acordaba, con otro de esos iniciados en el Codex, alguien que ella había conocido de casualidad. Terminé conversando con él por teléfono. Se llama Geri Della Rocca de Candal, investigador de la Universidad de Oxford y miembro de su Sociedad Bibliográfica. Un tipo encantador, experto en las primeras ediciones de imprenta del siglo XV. Charlamos del libro de Serafini, al que también ha llegado a conocer en persona —pero mejor que yo, porque le invitó a Oxford—, y de todas estas sensaciones que he relatado, que compartíamos y son el efecto más asombroso de los libros: hacerte sentir empatía con desconocidos más allá del tiempo y el espacio. Además, me contó cosas de otros libros fascinantes, tema del que sabe mil veces más que yo, algo fácil por otra parte, porque no sé nada, y me habló de otro: el Myriobiblion, de Focio, un sabio bizantino del siglo IX. El título real del libro es este: Inventario y enumeración de los libros que he leído, o de los cuales nuestro querido hermano Tarasio me pidió un análisis general. No me digan que el título no es buenísimo. La lista es de doscientos ochenta libros y solo leerla es como caminar por un pasillo con puertas a mundos desconocidos, en el que dudas cuál abrir. Lo interesante es que muchos de los libros de la Antigüedad que se leyó este hombre se han perdido, ya no existen, y lo único que sabemos de ellos es precisamente lo poco que nos cuenta él. Es decir, la única prueba de la existencia de esos libros, lo que nos queda, es el recuerdo y las sensaciones de un remoto lector, puestos por escrito. Ahora bien, ¿y si el bueno de Focio, patriarca de Constantinopla, se lo hubiera inventado? Y, si así fuera, ¿hemos estado imaginando igual esos libros que nos relata como si hubieran existido? Y, en el fondo, ¿cambia eso algo? Focio, ávido lector de bibliotecas legendarias, podría ser uno de esos individuos que exagera sobre los libros que ha leído por una de las mayores debilidades de los fetichistas de libros, de quienes los aman demasiado: imaginar que los has leído. Tal es el poder de la imaginación, y de los libros.
https://www.jotdown.es/2019/04/la-enciclopedia-de-lo-que-no-existe/
 
Mamá, quiero ser ministro de Cultura
Publicado por Martín Sacristán
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Exposición sobre Lorenzo Lotto en el Museo del Prado. Fotografía: Cordon.
Jot Down para la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas

Imaginarse un futuro en el que todas tus decisiones modelen, impulsen y creen entornos propicios para fomentar las artes y las letras. Hasta convertir la industria cultural en un motor de desarrollo económico y social. Hasta que tu nombre figure junto al de los artistas inmortales, quienes, sin los promotores adecuados, seguirían siendo completos desconocidos. Si Màxim Huerta imaginó este escenario para sí al ser nombrado ministro de Cultura, la brevedad de su mandato nos dejó con la incógnita de qué hubiera conseguido. Lo que sí puso de manifiesto su elección fue que la sociedad demanda dejar la gestión cultural en manos de profesionales formados para ello. No todos reconocían tal mérito en la doble condición de escritor y periodista de Huerta, pero al menos su currículum tenía algo que ver con su cartera. Algo que ha sido la excepción, más que la regla, en la historia del ministerio.

Repasemos. Pío Cabanillas, primer ministro de Cultura de la democracia, notario. A Ricardo de la Cierva, catedrático e historiador, le podemos considerar más idóneo por su formación, pero era abierto defensor de algunos aspectos de la dictadura. Eso mejoró con Soledad Becerril, filóloga, y primera mujer en ocupar el cargo desde la República. Tampoco estuvo mal lo de Javier Solana, doctor en Ciencias Físicas, y hoy asiduo asistente a las reuniones del Club Bildeberg. Se sospecha que de la evolución cultural se habla también en esas reuniones tan opacas. La condición de Jorge Semprún, por escritor, intelectual, y superviviente al campo de exterminio nazi de Buchenwald ya empezó a estar más acorde a las exigencias de este ministerio. Aunque fue un jurista, y padre de la Constitución, Jordi Solé Turá, quien llevó a cabo los dos hitos más relevantes, culturalmente hablando, de esta cartera. Convertir el Reina Sofía en museo de arte contemporáneo, trasladando allí el Guernica, y conseguir que la sede del Thyssen-Bornemisza se estableciera en Madrid.

El cambio de mentalidad iniciado en los años noventa lo revela el nombramiento de Carmen Alborch, profesora de Derecho Mercantil. La cultura comenzó entonces a ser considerada un negocio de explotación, con el caso más visible en los museos, cuyas exposiciones puntuales y organización de colecciones estaban destinadas a conseguir grandes ingresos. Este modelo, consolidado hoy, contrasta con una herencia de siglos, donde el Estado o los reyes proporcionaban fondos y recursos del Tesoro a fondo perdido para conservar el patrimonio. Como liberales económicos, profundizaron en esta idea los siguientes ministros, cuya formación estuvo otra vez alejada del propio ámbito cultural. Esperanza Aguirre, licenciada en Derecho y técnica de información y turismo del Estado. Mariano Rajoy, registrador de la propiedad. Con Pilar del Castillo, catedrática de Ciencia Política, volvieron a producirse logros visibles, las ampliaciones del Museo del Prado y del Reina Sofía, y la creación del Museo del Traje.

Luego llegó Carmen Calvo, doctora en Derecho Constitucional y ministra polémica por autorizar la devolución de parte del Archivo de Salamanca a la Generalitat de Catalunya. Tampoco fue muy popular su Plan Antipiratería, aunque por primera vez el ministerio identificaba un problema de calado en el ámbito cultural. Atendía además la gestión económica de estas industrias, con una reducción del IVA al sector editorial, la Ley del Libro y la Ley del Cine, medidas todas ellas que siguen vigentes, al menos en su esencia. En su mandato parecía haber calado por fin la idea de que la cultura es un ámbito para cuya adecuada gestión son imprescindibles unas capacidades técnicas orientadas a ella. Y a la vez, que su peso en el PIB del Estado puede ser tan relevante como la de sectores tradicionalmente mejor considerados por el gobierno. La formación de los ministros comenzó también a reflejar esta realidad. César Antonio Molina, licenciado en Derecho y escritor, había sido director del Instituto Cervantes. Ángeles González-Sinde, filóloga y cineasta, promovió una ley antipiratería que se aprobó en el mandato del PP, y que adelantó las directrices ahora contenidas en la Ley de Copyrigth de la UE.

Con José Ignacio Wert, licenciado en Derecho, volvió a cambiar el tercio. No solo por su ideología, sino porque como Mariano Rajoy cuando ocupó esta cartera prefirió centrarse en las reformas educativas. El siguiente, Íñigo Méndez de Vigo, era jurista. A Màxim Huerta ya hemos aludido. Y así es como llegamos al último, José Guirao, quien, si por currículum fuese, señalaríamos como el ministro mejor formado para el cargo de la democracia. Y también como el primero al que podemos llamar propiamente gestor cultural, algo que le reconocen desde todos los ámbitos culturales.

Guirao comenzó desarrollando importantes proyectos en Andalucía, entre ellos la creación del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Ha sido director de Bellas Artes y Archivos, y del Museo Nacional Reina Sofía. También dirigió el experimento cultural La Casa Encendida en Madrid, que se mantiene como éxito permanente y referencia de gestión internacional. Su nombramiento como ministro ha dado a conocer su nombre, pero es su trayectoria la que atrae el interés de quienes desean hacer de la cultura su profesión. Independientemente de que aspiren, siquiera sea en sus sueños, a ocupar algún día el ministerio.

Tampoco es desdeñable ser director de un gran museo, una fundación, convertirse en promotor de las artes escénicas, o hacer viable tu sostenimiento como artista a través del emprendimiento. Esas son solo algunas de las actividades que se enmarcan dentro de esa profesión, relativamente nueva, de gestor cultural. Para definirla y hacerla posible han sido necesarias una batería de experiencias de formación, cooperación e investigaciones en los ámbitos de la cultura, el arte y la creatividad. Algo que la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas, FIBICC, lleva años haciendo, y con las que ha extendido su influencia a Europa, Iberoamérica y África.

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CC0.
Ese conocimiento acumulado ha sido trasladado de manera específica a la formación, mediante el Instituto de Gestión Cultural y Artística, la primera escuela de negocios especializada en esta industria. Que imparte tanto el Máster de Dirección y Gestión de Industrias Culturales como una serie de cursos ideados para profesionales, estudiantes y personas relacionadas con el sector cultural. Su éxito responde a haber sido diseñado acorde las medidas sugeridas por la Unesco para la enseñanza en el ámbito de las industrias culturales y creativas. Además de eso, FIBICC ha establecido un convenio de colaboración con la Universidad Europea Miguel de Cervantes, que respalda la calidad de sus programas y expide las titulaciones oficiales.

De acuerdo a las directrices Unesco, se ha eliminado tanto la necesidad de acudir a las aulas de forma presencial como la obligatoriedad de cumplir unos horarios. Condiciones difícilmente compatibles con el ejercicio de la actividad profesional, o con la proximidad geográfica al centro docente, con sede en Valladolid. Gracias a lo cual los alumnos matriculados proceden de muy diferentes países, abarcando la mayoría de los latinoamericanos, todas las regiones españolas, muchos europeos como Italia, Francia, Alemania y Portugal, y también China.

La formación se imparte a través de una plataforma de aprendizaje electrónico, el campus virtual. Los inscritos pueden acudir a las clases cuando lo deseen, y de forma ilimitada. También les permite trabajar en red, realizar tutorías con sus profesores, plantear dudas, enviar sus trabajos y recibir calificaciones. Cuentan además con materiales y bibliografía técnica, así como foros de debate. La formación es impartida por doctores y por expertos acreditados en el ejercicio de profesiones culturales. La carga de trabajo es flexible, de tal forma que el alumno puede adaptarla a sus circunstancias a lo largo del año, hacerla compatible con otra actividad, y pedir prórrogas en aquellos casos en que se le presenten imprevistos. La única parte presencial la constituyen las prácticas, garantizadas al finalizar la formación, en un amplio abanico de empresas e instituciones del mundo empresarial, con las que FIBICC mantiene acuerdos de forma permanente.

Los cursos del instituto permiten ampliar conocimientos mediante una combinación de teoría y práctica, en programas de entre treinta y cincuenta horas de duración. La variedad de ámbitos contemplados incluye la gestión y el management, la comunicación y el marketing, la gestión musical y los aspectos jurídicos y fiscales. Además imparten gestión del turismo cultural y patrimonio, de archivos y bibliotecas, de la industria musical, de empresas audiovisuales, culturales, editoriales y fundaciones.

Y es que el gestor cultural encuentra hoy día una amplia variedad de campos en que desarrollar su carrera laboral. A diario estos profesionales son requeridos para museos, orquestas, teatros, galerías de arte, montaje de exposiciones, desarrollo rural y festivales. Y sin bien esas áreas son las más solicitadas, las fundaciones, compañías de artes escénicas, centros culturales, empresas de videojuegos, cine y cooperación al desarrollo demandan cada vez más estos perfiles.

Porque nadie duda ya de que la cultura y la creatividad son bienes que pueden proporcionar beneficios, y un medio de vida a muchas personas. Algunas iniciativas desarrolladas por FIBICC se han demostrado especialmente exitosas, como La Harinera, un lugar para el intercambio de proyectos y la colaboración entre profesionales y no profesionales. Conjunto de museo y espacio cultural con alojamiento para sus usuarios, y de dimensión internacional, recupera el patrimonio industrial y fomenta el desarrollo del ámbito rural. Fábrica de la Memoria, por su parte, se dedica a la divulgación de contenidos relevantes sobre las luchas individuales y colectivas de las mujeres hacia la igualdad, sus logros y conquistas, hasta formar un museo virtual y un importante archivo documental.

FIBICC es socio además de numerosos proyectos, como Up Skill, dedicado a mejorar y actualizar las habilidades y competencias de los gestores culturales, conectando su formación con las necesidades del mercado de trabajo, e integrado por asociaciones de Italia, Hungría, Reino Unido y Dinamarca. CultUp destinado a fomentar las vocaciones en el ámbito del emprendimiento cultural o la Cátedra Iberoamericana de Patrimonio Cutural e Industrias Culturales que han creado junto a la Universidad de Granada.

Desde estas experiencias y su desarrollo, la Fundación Iberoamericana de las Industrias Culturales y Creativas puede responder con programas de excelencia en la formación, tanto práctica como teórica, y adaptarse a las demandas del mercado. Solo en España existen ya ciento quince mil empresas de ámbito cultural, y casi seiscientos mil trabajadores, un crecimiento que se está dando también en toda Iberoamérica. Ese ministro o ministra de Cultura que superará las máximas aspiraciones de todos quienes integramos el ámbito cultural ya se está formando. Felizmente para él, o para ella, tiene por delante todo un abanico de salidas profesionales que le permitirán dedicar su vida profesional a la cultura. Sin necesidad de llegar al ministerio, o quizá soñando con ocuparlo. El futuro ha comenzado a escribirse ahora, y además de los sueños de los creadores necesita como nunca la gestión de los profesionales. Quienes ya cuentan con una escuela de negocios específica donde formarse.
https://www.jotdown.es/2019/04/mama-quiero-ser-ministro-de-cultura/
 
El bikini hecho de cinta adhesiva que arrasa en las playas de todo el mundo
Un reto iniciado por el diseñador y fotógrafo Joel Alvarez, apodado «The King of tape» (Rey de la cinta) y pionero en el «body tape art», que consiste básicamente en tapar las partes íntimas de la mujer con cinta adhesiva

Los asistentes a los festivales más famosos del mundo -como el Coachella o Ultra- son famosos por tomar lucir modelitos de lo más extravagantes, pero la nueva moda de los bikinis hechos de cinta adhesiva se encuentra entre los más arriesgados y polémicos.

Este año, en vez de optar simplemente por llamativas gafas de sol, plumas, tops cortos o camisetas provocativas, muchas de las asistentes se han paseado por las playas con unos bikinis hechos de cinta adhesiva. La tendencia de estos trajes de baño «adheridos» ha llamado la atención especialmente durante la celebración del Festival Ultra de Miami.

Un reto iniciado por el diseñador y fotógrafo Joel Alvarez, apodado «The King of tape» (Rey de la cinta), y pionero en el «body tape art», que consiste básicamente en tapar las partes íntimas de la mujer con cinta adhesiva creando dibujos en su cuerpo. Tras su reciente éxito, Alvarez abrió su primera tienda en Miami bajo el nombre «The Black Tape project», desde donde promueve una «moda alternativa» incluyendo variedades de cinta metálica. «Aunque este proyecto de arte comenzó exclusivamente con cinta negra, ahora he comenzado a experimentar con diferentes técnicas y nuevas formas de cintas adhesivas», explica el diseñador a través de su página web.



Aunque existen desde 2008, no fue hasta los festivales de este año de Coachella y Ultra cuando se han hecho realmente famosos y ya han aterrizado en España para recibir el Zoo Project, que se celebrará en Ibiza.

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