Alberto II de Mónaco visita el Palacio de La Zarzuela. Abril 22

El Mundo Orbyt.

PRINCESA CORINNA

23/04/2016

PROTAGONISTA AUSENTE EN PALACIO
Alberto de Mónaco celebró ayer una cena en la Quinta de El Pardo. El monarca venía con su fundación, que maneja bajo el consejo de la “amiga entrañable” de Don Juan Carlos. Corinna no pisó España, pero estuvo presente POR CONSUELO FONT

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LA NOCHE DE AYER, VIERNES, TUVO lugar en el palacio de la Quinta de El Pardo en Madrid una glamurosa cena, servida por El Mentidero de la Villa y tan restringida, que los vips citados para la cita a las nueve menos cuarto “en punto”, tenían que acudir con su carnet de identidad entre los dientes. Entre los convocados, numerosas celebrities, entre las que destacaban Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, Blanca Suelves, Paloma Segrelles y Beatriz de Orleans. La organizaba Carol Portabella, hija del político y cineasta catalán, y flamante presidenta de la fundación príncipe Alberto II de Mónaco en España.

Centrada en la protección medioambiental, por la mañana se había presentado en sociedad en la sede de la fundación Areces de Madrid una conferencia titulada Mediterráneo 2050 presidida por el soberano monegasco, que viajó sin su esposa Charlene. La esperada presencia del príncipe en la velada de la noche vino precedida de su audiencia con el monarca español, Felipe VI, que le recibió, si Letizia, por la tarde en el palacio de la Zarzuela, su residencia y también de los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, cuya entrada se sitúa enfrente del palacio de La Quinta por la carretera de El Pardo.

Curiosamente, también en El Pardo, muy cerca de La Quinta, se ubica la finca La Angorrilla, cuyo huésped fue la princesa Corinna Zu Sayn Wittgenstein mientras duró su “amistad entrañable” con Don Juan Carlos y que, tras ser invitada a marcharse de España en abril de 2012 a raíz de la “crisis del elefante” de Botsuana, encontró cobijo en otra corte, la monegasca, bajo el paraguas de Alberto de Mónaco. Se convirtió en su asesora, y también de su esposa Charlene, cuya ausencia en los actos celebrados en Madrid no fue por cierto la única comentada.

Sin nombrarla, flotaba en el ambiente el nombre de Corinna, quien dicen ha colaborado activamente en que esta fundación se expanda por países como España, que ella conoce tan bien. De hecho, suele acudir a los saraos que organiza la fundación en otros países, como por ejemplo la cena de gala celebrada en Sotheby’s, en Londres, el 29 de octubre pasado, a la que acudió junto a Alberto II y asistieron personajes como la condesa de Wessex, esposa del príncipe Eduardo, o el jeque Bin Talal de Arabia Saudí, con los que Corinna se encuentra en su salsa.

En España es otra cosa. Aquí los servicios de inteligencia aún la tienen clasificada como riesgo/país, es decir, peligro potencial, y oficialmente no ha vuelto a regresar desde que en abril del 2012 dos agentes del CNI la escoltaran al aeropuerto. Aunque parece que sí hizo alguna visita más, ya que dio la bienvenida al 2013 en la misma finca donde Don Juan Carlos se tomó ese año las uvas. Sin embargo, desde el verano de 2013, a raíz de conceder a EL MUNDO un par de entrevistas donde no se cortó en hablar de su relación con el padre de Felipe VI, se rompieron definitivamente sus lazos con España y aseguran que también con el Rey. Lo cual no quita para que Corinna, maestra en el arte de la “presencia invisible”, continúe estando en boca de todos, al menos en nuestro país.

Coincidiendo esta semana con la inauguración de la delegación en Madrid de la Fundación Alberto II de Mónaco, Corinna ha regresado, esta vez involuntariamente, a las portadas. La razón es que el nombre de esta “reina del offshore” que ya salió en prensa vinculado a empresas en la isla de Malta, así como a los paraísos fiscales de Jersey e Islas Vírgenes, donde se publicó que radicaban las empresas que gestionaban el fondo hispano saudí que ella asesoraba.

Ha aparecido también, cómo no, en los papeles de Panamá. Algo que provocó sudores fríos en Zarzuela, donde ya se llevaron un susto morrocotudo cuando vieron el nombre de Pilar de Borbón, hermana de Don Juan Carlos. Según la noticia aportada por la La Sexta este martes, la princesa protagonizó una venta de acciones el 14 de abril de 2003, que se frustró por problemas burocráticos, a través de un entramado societario: el trust Universal Protection de Wioming (USA). Había intentado vender 25.000 acciones a una empresa de islas Vírgenes a través de la gibraltareña Industrial Consultancy. El broker de la operación iba a ser el despacho panameño de Mossak Fonseca, protagonista de los papeles de Panamá.

MANO DERECHA DE ALBERTO II

Claro que eso ocurrió un año antes de que Corinna iniciara su “entrañable amistad” con el Rey Juan Carlos en 2004, lo cual alejaba la sospecha de la órbita del Monarca. Pero el miércoles, el nombre de Corinna aparecía de nuevo en el periódico Ok diariocomo socia de dos presuntos defraudadores: Gerardo Díaz Ferrán, en la cárcel por el caso Marsans, y el restaurador Arturo Fernández, amigo del monarca emérito, a quien el fisco le reclama 20 millones de euros. Esta vez se trataba de una empresa de chocolates de lujo, Sir Hans Sloane and Chocolat, que quebró en 2012, y cuya caja de 60 bombones costaba la friolera de 2.400 dólares.

Nada de esto, ni siquiera que Diego Torres, socio de Urdangarin, la acusara en el juicio de Nóos de proponerles crear una sociedad en Londres para ocultar sus cobros de la fundación Laureus, parece hacer mella en Corinna, que a sus 50 años sigue imparable con sus negocios de “asesora estratégica”, tal como le gusta definir las opacas mediaciones que realiza a través de su consultora, Apolonia.

Sin pareja estable, en este momento continúa también con su obsesión de “desembarcar” en cortes europeas: primero fue España, luego Mónaco, donde además de intentar atraer al Principado fortunas rusas, ha ejercido como asesora de la mustia Charlene. Y últimamente Inglaterra, donde ha colaborado con la fundación Felipe de Edimburgo. A su vivienda de Londres, una casa de 240 metros entre Buckingham Palace y el exclusivo barrio de Knightsbridge, se escapa frecuentemente por trabajo y para estar con su hijo Alexander, de 13 años, fruto de su unión con el príncipe Casimir Sayn Wittgenstein, que estudia en un internado británico. Su otra hija, Nastassia, de 23 años, nacida de su primer matrimonio con Philip J. Adkins, vive en Nueva York.

LUJO EN ‘LA ROCA’

Pero el hogar preferido de Corinna es Montecarlo, donde reside en el piso 13 de un edificio de apartamentos frente al mar en la avenida Grace de Mónaco, y dos plantas más abajo tiene su despacho de Apollonia Associateds. Arropada bajo el manto protector de su buen amigo de la infancia, Alberto de Mónaco, cuyo retrato juntos en la gala de la Cruz Roja de 1984 preside su salón, Corinna, nacida Larssen, “reina” en la adinerada jet de La Roca. Aunque muchos tildan el Principado de “corte de opereta”, allí Corinna puede mantener la imagen (o al menos la apariencia) de ese poderío que siempre le fascinó y desarrolló al lado del Rey Don Juan Carlos.

Según un personaje del entorno del monarca.”Debe sentir una rabia inmensa por el chollo que perdió, porque con todos los respetos, no es lo mismo ir del brazo de Alberto de Mónaco: si se le ponían al teléfono jeques árabes o mandatarios rusos para hacer sus negocios, era por deferencia a nuestro Rey”. Dicen que la venganza se sirve en plato frío, y que Corinna, una mujer de rompe y rasga, nunca perdonará su humillante salida de España.

Tal vez eso la empuja a seguir en el candelero, por ejemplo concediendo puntuales entrevistas. La última en febrero en el semanario alemán Gala, donde inevitablemente surge su “entrañable amistad” con Don Juan Carlos, a la vez que despliega sus sibilinas estrategias de presencia invisible. Valga como ejemplo lo ocurrido ayer viernes en Madrid, en los actos presentación de la fundación príncipe Alberto II: aunque ni remotamente se esperaba la presencia de Corinna, tuvo su buena dosis de protagonismo en la sombra, ante los escándalos en que se ha visto envuelto su nombre esta semana y que inevitablemente salpican la imagen de Don Juan Carlos.

Quien, ironías del destino, será quien acuda a los festejos por el 70 cumpleaños de Carlos Gustavo de Suecia, que se celebran este viernes 30 de abril en Estocolmo. La noticia es que no irá solo, sino acompañado por la Reina Sofía, que desde su abdicación en junio de 2014 sólo le ha acompañado a un viaje fuera de España con motivo del entierro en Bruselas de la Reina Fabiola. Los monarcas eméritos, que tampoco han llevado a cabo este 2016 ningún acto oficial juntos, hacen vidas separadas desde que irrumpió en la existencia de Don Juan Carlos la princesa Corinna.

:D



m
 
Tiene que haber fotos de esa cea, por favor, si están los reyes auténticos, y un momento, que están la pareja de abuelitos, la china y su viejecito.
 
Alberto hizo muy bien en no casase con la hermana de la kk, no es bruto como el mojon!!! . . . La kk no tiene nada que perdonarle a Alberto, sinceramente dudo que el príncipe alguna vez haya sentido interés por el partidazo de Telmizia, más bien fue cuento de la prensa para tratar de enaltecer a la familia de burrizia!!!
 
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