Actores de Hollywood Clásico.

El gusto y alegría son míos,

Y de actores clásicos, siempre incluiré a mi Jeremy Irons,

jeremy_irons7.jpg
en esa de Obsesion molamil!

a5b92ab341385b67915a3196685bcd8b.jpg
 
A R. R. ni tocarlo. Soy celosa.
He visto hoy, "Un paseo por el Bosque".
Ni media palabra, el protagonista es el abuelete R. R., muy abuelo, pero lo sigo queriendo.
Si no fuera porque interviene el, diria que a esa pelicula le falta algo, o le falta un poquito de todo, no obstante no voy a decir nada negativo. En este caso no puedo ser imparcial.

Aunque yo entraba aqui por otro asunto. No tan importante como para abrir mensaje nuevo.

Me he quedado a cuadros al ver a Mary Steenburgen.
Claro ya tiene unos añitos, está completamente desfigurada por tanto intento de rejuvenecimiento como lleva su cara, es increible, da pena.
No encuentro una foto actual.

La edad acaba siempre con los fisicos, claro que los cirujanos no se quedan cortos.
MarySteenburgenDec09.jpg
 
Quiero contaros dos bobadas y no sé dónde pueden encajar. Quizá en este hilo.

Vi una vez por curiosidad una peli entera de Rodolfo Valentino. Tenia una nariz muy recta y muy bonita así que se pasa de perfil casi todas las escenas. Sus fotos de perfil también son numerosísimas.

He encontrado en una biblioteca cercana un viejo libro de memorias de David Niven: La aventura de mi vida. Me está gustando. Escribía bien con clase, humor, elegancia. Leyéndole te transmite exactamente lo mismo que viéndole en pantalla.
 
Creo que David Niven estuvo con Grace Kelly, y si no ando mal de memoria es primo hermano de Christopher Plummer, el famoso y mítico barón Von Trapp de Sonrisas y Lágrimas. Actorazo, y uno de mis favoritos:

christopher-plummer.jpg


De joven estaba riquísimo:

8a13bdbd13bed0b1cec4278c9eb73675.jpg
 
Quiero contaros dos bobadas y no sé dónde pueden encajar. Quizá en este hilo.

Vi una vez por curiosidad una peli entera de Rodolfo Valentino. Tenia una nariz muy recta y muy bonita así que se pasa de perfil casi todas las escenas. Sus fotos de perfil también son numerosísimas.

He encontrado en una biblioteca cercana un viejo libro de memorias de David Niven: La aventura de mi vida. Me está gustando. Escribía bien con clase, humor, elegancia. Leyéndole te transmite exactamente lo mismo que viéndole en pantalla.

He visto dos o tres suyas, y, la verdad, tienes mérito en conseguir distinguir las facciones de los actores en la neblina de esas imágenes tan antiguas. La fotografia de las películas de Chaplin, Keaton o Lloyd era mucho mejor, siendo tan antiguas se ven mucho mas nitidas.

El Valentino como actor era patético, sobreactuado... en algunas escenas da risa. En general las peliculas de la época todavia tenian mucho de teatrales, pero él era un soso de campeonato.

David Niven, en cambio, era todo un gentleman, nada que ver.
 
¿Qué fue de... Gene Wilder?
A sus 83 años, Gene Wilder, que lleva más de una década retirado de la interpretación, se ha convertido en el protagonista de uno de los memes más virales de Internet.
Que-fue-de-Gene-Wilder_landscape.jpg


Gene Wilder junto a su actual esposa, Karen Webb, en el Open de Estados Unidos de tenis de 2015.

Todos lo hemos recibido alguna vez por whatsapp, o lo hemos visto colgado por alguien en nuestro muro de Facebook. Gene Wilder, caracterizado como el Willy Wonka de 'Un mundo de fantasía' (Mel Stuart, 1971), nos observa con mirada socarrona mientras su imagen viene acompañada de alguna frase ocurrente referida a algún hecho que nos provoca un interés morboso. Algo así como "Interesante... ¡cuéntame más!", una interpelación que no encontraría emoticono más apropiado que ese fragmento congelado en el tiempo de Wilder en aquella película, una de las más míticas de su filmografía. No hay duda, no obstante, de que Wilder fue, y sigue siendo, mucho más que carne de meme.

Nominado a dos Oscar a lo largo de su carrera (uno por su papel en 'Los Productores', otro por el guión de 'El jovencito Frankenstein'), la comedia estadounidense de los años 70 y 80 lleva inscrito su nombre en letras de oro. Sin embargo, el actor, productor, guionista y director lleva retirado del cine y la televisión desde 2003, cuando le vimos en un episodio de la serie 'Will y Grace'. Si nos fijamos en el cine, aún tenemos que remontarnos más para encontrarle en algún film estrenado en salas en nuestro país: la comedia 'No me mientas, que te creo', la última en la que apareció junto a su compañero de aventuras Richard Pryor, de la que se cumplen 25 años desde su estreno. ¿Qué ha ocurrido en todo este tiempo en la vida de Wilder?

UNA DOLOROSA PÉRDIDA

El actor se ha casado cuatro veces a lo largo de su vida.

Desde 1991 está emparejado con Karen Webb, la profesora de lenguaje de signos que le entrenó en la lectura de labios para su papel en 'No me chilles, que no te veo' (Arthur Hiller, 1989).

Sin embargo, si un matrimonio marcó su vida fue el que le unió durante apenas cinco años con la actriz Gilda Radner. Ambos se conocieron en 1981 durante el rodaje de la película de Sidney Poitier 'Hanky Panky (Una fuga muy chiflada).

En aquel momento Radner estaba casada con uno de los guitarristas del 'Saturday Night Life', G.E. Smith. Cuando se divorció de él empezaron a salir juntos y en 1984 pasaron por el altar.

Pero sus sueños de futuro y sus ganas de ser padres se vieron truncadas cuando a ella le diagnosticaron un cáncer de ovarios que acabaría siendo letal. En 1989 Wilder se quedó viudo, y decidió dedicar su vida activamente a la lucha contra esta enfermedad. Fundó un centro de detección de cáncer de ovarios en Los Angeles, y también el llamado 'Club de Gilda', un grupo de apoyo a nivel nacional para mujeres que tienen que afrontar lo mismo que su esposa.

92495_full.jpg

Lo cierto es que, pese a que títulos como 'La mujer de rojo' (1984) o 'No me chilles, que no te veo' (1989) son de grato recuerdo para los cinéfilos nostálgicos, estas películas, como otras dirigidas por Wilder -'El hermano más listo de Sherlock Holmes' (1975) o 'El mejor amante del mundo' (1977)- fueron bastante maltratadas por la crítica, y ninguneadas por el público.

Su prestigio ganado como actor y guionista tiempo atrás había sido puesto en entredicho por un Hollywood con mala memoria y sin piedad para los que no cumplen con las perspectivas financieras.

El estreno en 1994 de la serie 'Something Wilder' le fue acercando cada vez más a la pequeña pantalla y alejándole de los caros y grandilocuentes rodajes cinematográficos.

DE NUEVO EL CÁNCER

En 1999 otro duro golpe quebró definitivamente su carrera como actor.

Se le diagnosticó un linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer que surge en los linfocitos. Tras un largo e intenso tratamiento que incluyó sesiones de quimioterapia y un transplante de células madre, los médicos le dijeron que había superado definitivamente la enfermedad en 2005.

Fue entonces cuando el actor y su esposa Karen Webb decidieron retirarse a vivir a una casa colonial en Connecticut, una zona mucho más tranquila que Los Angeles.

Dos episodios de la serie 'Will y Grace' supondrían su último trabajo como actor.

Con todo, Wilder no se ha estado quieto en todo este tiempo.

Junto a su trabajo a favor de la lucha contra el cáncer, el actor ha emprendido una activa carrera como escritor.

En 1998 ya había escrito, junto al oncólogo Steven Piper, 'Gilda's Disease', en el que recordó muchas de sus vivencias personales durante la enfermedad de su ex esposa Gilda Radner.

Desde entonces ha publicado otro libro de memorias ('Kiss Me Like a Stranger, 2005), y cuatro novelas de ficción: 'My French Whore' (2007), 'The Woman Who Wouldn't' (2008), 'What is this Thing Called Love?' (2010) y ''Something to Remember You By' (2013).

GettyImages-98271644.jpg


En su última entrevista conocida hasta la fecha, publicada en Time Out New York en 2013, Wilder no cerró las puertas a un hipotético regreso a la interpretación: "Recibo unas 52 propuestas al año, de las cuales sólo dos o tres son realmente buenas. Es por eso que empecé a escribir. Jamás dije que no fuera a actuar de nuevo. Mándame el guión, y si es algo realmente bueno, lo haré".
 
Montgomery Clift, la estrella más triste de Hollywood
14692702736496.jpg

Montgomery Clift en una escena de la película 'The young lions'.
4 Comentarios
Fue el primero en encarnar a un nuevo prototipo de galán que causaría sensación entre hombres y mujeres

La actriz Elizabeth Taylor fue su ángel de la guarda

  • BORJA NEGRETE
23/07/2016 12:39
Un alma atormentada, un hombre perturbado, una salud enclenque, "el suicido más largo de la historia de Hollywood". Son algunas de las palabras vertidas sobre Montgomery Clift, un mito del cine que falleció a los 45 años tras haber castigado su cuerpo día tras día durante décadas.

Hoy, cincuenta años después de su muerte, su legado trasciende los litros de alcohol que ingirió y su mirada perdida en el celuloide. Fue el primero en encarnar a un nuevo prototipo de galán que causaría sensación entre hombres y mujeres: personajes sensibles, melancólicos y reprimidos. Su forma de interpretar sería imitada después por iconos como Marlon Brando o James Dean.

De hecho Brando, cuatro años más joven y su principal competidor por el pódium de actor más sexy de la gran pantalla, entabló amistad con él. En su autobiografía, Las canciones que mi madre me enseñó, el actor se refiere a Clift como un "buen amigo que murió prematuramente".

Su incursión en el cine se produjo en 1948, en el western Río Rojo, con 28 años y compartiendo cartel con una superestrella de la época como John Wayne. Ese mismo año estrenaría la película que le haría famoso y por el que sería nominado a su primer Oscar, Los ángeles perdidos, un drama ambientado en el ocaso de la Segunda Guerra Mundial.

Si hubo un ángel de la guarda en la vida de Clift, ese fue Elizabeth Taylor. La actriz tenía 19 años y los ojos más felinos de la época cuando le conoció en el rodaje de Un lugar en el sol. "Él fue mi mejor amigo hasta el día de su muerte, nos amábamos en el sentido más puro de la palabra", diría sobre él años más tarde en una entrevista para la televisión.

La fatídica noche
Tras su memorable rol como el díscolo y traumatizado soldado Robert E. Lee Prewitt en De aquí a la eternidad (1953), un suceso transformaría definitivamente a Clift en el caballero de la triste figura de Hollywood. La noche del 12 de julio de 1956, Liz Taylor daba una fiesta en su casa de Coldwater Canyon, en Malibú. Invitó a varios amigos, como a los actores Rock Hudson y Kevin McCarthy. Monty, con el que rodaba por aquel entonces El árbol de la vida, también fue invitado pero en un principio rehusó la propuesta, no le gustaban los grandes eventos. La insistencia de Liz dio resultado y finalmente asistió, aunque se arrepentiría el resto de su vida.

14692702846254.jpg

Clift, borracho como una cuba, decidió que era el momento de irse a casa y consideró buena idea conducir en su estado. McCarthy optó por coger el coche y ser su guía por el camino de la ladera. El serpenteante recorrido y las copas de más adormecieron a Monty, que en una curva se salió de la carretera y estampó su coche con brutalidad contra un poste telefónico. Se reventó la cara contra el salpicadero. McCarthy percibió lo ocurrido y llamó a los integrantes de la fiesta.

El chasis delantero estaba completamente aplastado. Sólo se podía acceder al vehículo por el maletero y la única persona que cabía era Elizabeth Taylor. Al llegar hasta su amigo descubrió un rostro demacrado, un rostro con el labio partido, la nariz rota, el seno nasal aplastado, la mandíbula desencajada y la mejilla izquierda desgarrada. Además, no podía respirar porque cuatro dientes se habían introducido en la tráquea. Taylor tuvo el coraje suficiente para mantener la calma y sacarle los dientes de la garganta, un acto que le salvó la vida.

Clift ya era un ser infeliz antes del accidente. Hay quien dice que su ansiedad se debía al rechazo a aceptar su condición de homosexual, pero nunca hizo declaraciones al respecto. Sin embargo, después del accidente, a sus antiguos traumas se añadió uno más, el complejo a su aspecto físico. A pesar de la buena labor de los cirujanos que le operaron, nunca más hubo un espejo en su casa. Los dolores que sentía en la cara y sus rémoras le hicieron empacharse de alcohol y pastillas los 10 años que le quedaban.

Segunda etapa
Su carrera continuó al son de sus adicciones, y su lucidez asomaba por momentos en geniales interpretaciones en películas como El baile de los malditos, coprotagonizada por Marlon Brando y Dean Martin. Monty consideró su actuación como el noble judío Noah Ackerman la mejor de su carrera. Durante el rodaje, Brando le advirtió de que se estaba destruyendo como su madre alcohólica. Por supuesto, hizo caso omiso a la advertencia de su compañero.

Dos años más tarde participaría junto a Marilyn Monroe y Clark Gable en Vidas rebeldes, dirigida por John Huston. Ésta sería la última película de Marilyn, lo que da una idea de cómo estaba su salud por aquel entonces. Aun así, Monroe llegaría a afirmar de él: "Es la única persona que conozco que está en peor estado físico que yo".

Participó en otra película memorable en 1961, Vencedores o vencidos de Stanley Kramer. El film narra los juicios de Nuremberg desde la perspectiva del magistrado estadounidense Dan Haywood (Spencer Tracy), que ha de decidir sobre cuatro jueces nazis que firmaron penas de muerte y órdenes de esterilización. Clift interpreta a Rudolph Peterson, un discapacitado mental que fue esterilizado.

Monty estaba tan perjudicado por los efectos del alcohol y los antidepresivos que era incapaz de recordar su guión. Kramer finalmente le dijo que se olvidara del guión, que el fiscal y el abogado le harían unas preguntas y que improvisase, su confusión le daría credibilidad al personaje. Clift se calmó y clavó la escena. Siete minutos en pantalla que le valdrían su cuarta nominación al Oscar.

Montgomery Clift falleció cinco años más tarde, el 23 de julio de 1966, en su apartamento de Nueva York. El parte médico indicó que la causa había sido una obstrucción coronaria. Aunque en realidad fueron la falta de autoestima y el desasosiego, acrecentados por un fatal accidente de coche, los que hicieron que la estrella más triste de Hollywood fuese ya un cadavér.
http://www.elmundo.es/cultura/2016/07/23/579346ccca4741d7428b457a.html
 
Montgomery Clift, la estrella más triste de Hollywood
14692702736496.jpg

Montgomery Clift en una escena de la película 'The young lions'.
4 Comentarios
Fue el primero en encarnar a un nuevo prototipo de galán que causaría sensación entre hombres y mujeres

La actriz Elizabeth Taylor fue su ángel de la guarda

  • BORJA NEGRETE
23/07/2016 12:39
Un alma atormentada, un hombre perturbado, una salud enclenque, "el suicido más largo de la historia de Hollywood". Son algunas de las palabras vertidas sobre Montgomery Clift, un mito del cine que falleció a los 45 años tras haber castigado su cuerpo día tras día durante décadas.

Hoy, cincuenta años después de su muerte, su legado trasciende los litros de alcohol que ingirió y su mirada perdida en el celuloide. Fue el primero en encarnar a un nuevo prototipo de galán que causaría sensación entre hombres y mujeres: personajes sensibles, melancólicos y reprimidos. Su forma de interpretar sería imitada después por iconos como Marlon Brando o James Dean.

De hecho Brando, cuatro años más joven y su principal competidor por el pódium de actor más sexy de la gran pantalla, entabló amistad con él. En su autobiografía, Las canciones que mi madre me enseñó, el actor se refiere a Clift como un "buen amigo que murió prematuramente".

Su incursión en el cine se produjo en 1948, en el western Río Rojo, con 28 años y compartiendo cartel con una superestrella de la época como John Wayne. Ese mismo año estrenaría la película que le haría famoso y por el que sería nominado a su primer Oscar, Los ángeles perdidos, un drama ambientado en el ocaso de la Segunda Guerra Mundial.

Si hubo un ángel de la guarda en la vida de Clift, ese fue Elizabeth Taylor. La actriz tenía 19 años y los ojos más felinos de la época cuando le conoció en el rodaje de Un lugar en el sol. "Él fue mi mejor amigo hasta el día de su muerte, nos amábamos en el sentido más puro de la palabra", diría sobre él años más tarde en una entrevista para la televisión.

La fatídica noche
Tras su memorable rol como el díscolo y traumatizado soldado Robert E. Lee Prewitt en De aquí a la eternidad (1953), un suceso transformaría definitivamente a Clift en el caballero de la triste figura de Hollywood. La noche del 12 de julio de 1956, Liz Taylor daba una fiesta en su casa de Coldwater Canyon, en Malibú. Invitó a varios amigos, como a los actores Rock Hudson y Kevin McCarthy. Monty, con el que rodaba por aquel entonces El árbol de la vida, también fue invitado pero en un principio rehusó la propuesta, no le gustaban los grandes eventos. La insistencia de Liz dio resultado y finalmente asistió, aunque se arrepentiría el resto de su vida.

14692702846254.jpg

Clift, borracho como una cuba, decidió que era el momento de irse a casa y consideró buena idea conducir en su estado. McCarthy optó por coger el coche y ser su guía por el camino de la ladera. El serpenteante recorrido y las copas de más adormecieron a Monty, que en una curva se salió de la carretera y estampó su coche con brutalidad contra un poste telefónico. Se reventó la cara contra el salpicadero. McCarthy percibió lo ocurrido y llamó a los integrantes de la fiesta.

El chasis delantero estaba completamente aplastado. Sólo se podía acceder al vehículo por el maletero y la única persona que cabía era Elizabeth Taylor. Al llegar hasta su amigo descubrió un rostro demacrado, un rostro con el labio partido, la nariz rota, el seno nasal aplastado, la mandíbula desencajada y la mejilla izquierda desgarrada. Además, no podía respirar porque cuatro dientes se habían introducido en la tráquea. Taylor tuvo el coraje suficiente para mantener la calma y sacarle los dientes de la garganta, un acto que le salvó la vida.

Clift ya era un ser infeliz antes del accidente. Hay quien dice que su ansiedad se debía al rechazo a aceptar su condición de homosexual, pero nunca hizo declaraciones al respecto. Sin embargo, después del accidente, a sus antiguos traumas se añadió uno más, el complejo a su aspecto físico. A pesar de la buena labor de los cirujanos que le operaron, nunca más hubo un espejo en su casa. Los dolores que sentía en la cara y sus rémoras le hicieron empacharse de alcohol y pastillas los 10 años que le quedaban.

Segunda etapa
Su carrera continuó al son de sus adicciones, y su lucidez asomaba por momentos en geniales interpretaciones en películas como El baile de los malditos, coprotagonizada por Marlon Brando y Dean Martin. Monty consideró su actuación como el noble judío Noah Ackerman la mejor de su carrera. Durante el rodaje, Brando le advirtió de que se estaba destruyendo como su madre alcohólica. Por supuesto, hizo caso omiso a la advertencia de su compañero.

Dos años más tarde participaría junto a Marilyn Monroe y Clark Gable en Vidas rebeldes, dirigida por John Huston. Ésta sería la última película de Marilyn, lo que da una idea de cómo estaba su salud por aquel entonces. Aun así, Monroe llegaría a afirmar de él: "Es la única persona que conozco que está en peor estado físico que yo".

Participó en otra película memorable en 1961, Vencedores o vencidos de Stanley Kramer. El film narra los juicios de Nuremberg desde la perspectiva del magistrado estadounidense Dan Haywood (Spencer Tracy), que ha de decidir sobre cuatro jueces nazis que firmaron penas de muerte y órdenes de esterilización. Clift interpreta a Rudolph Peterson, un discapacitado mental que fue esterilizado.

Monty estaba tan perjudicado por los efectos del alcohol y los antidepresivos que era incapaz de recordar su guión. Kramer finalmente le dijo que se olvidara del guión, que el fiscal y el abogado le harían unas preguntas y que improvisase, su confusión le daría credibilidad al personaje. Clift se calmó y clavó la escena. Siete minutos en pantalla que le valdrían su cuarta nominación al Oscar.

Montgomery Clift falleció cinco años más tarde, el 23 de julio de 1966, en su apartamento de Nueva York. El parte médico indicó que la causa había sido una obstrucción coronaria. Aunque en realidad fueron la falta de autoestima y el desasosiego, acrecentados por un fatal accidente de coche, los que hicieron que la estrella más triste de Hollywood fuese ya un cadavér.
http://www.elmundo.es/cultura/2016/07/23/579346ccca4741d7428b457a.html

Era maravilloso, simplemente maravilloso... y muy buena persona. Nadie ha podido decir absolutamente nada malo de él en ese sentido, siempre estaba dispuesto a escuchar y ayudar. Elizabeth le adoraba, fué su amor imposible. Mientras estuvo casada con sus cuatro primeros maridos quien fué el centro de su vida fué realmente él como amigo y confidente, solo con Richard Burton llegó a convertir a un marido en el verdadero centro de su vida, aunque siguió queriendo a Monty como amigo, por supuesto. Ella se hubiese casado con él aunque fuese gay, pero en eso Monty, por mal que llevase su condición homosexual era muy consecuente y jamás aceptó casarse con una mujer por disimular, sabia que no podia hacer feliz a Elizabeth como marido. Su belleza dolorida traspasaba la pantalla...
 
Última edición:
Para mi el más guapo de todos los tiempos, elegante,con clase y buen actorVer el archivo adjunto 417579

¡La mismísima encarnación de Apolo! Y supo ser un actor polifacético, con esa belleza estaba destinado a ser galán, pero él lucho por romper con esa imagen y los pillos que encarnó en la pantalla fueron inolvidables... ¡Que envidia ha despertado siempre Joanne, como debe de echarle de menos...!

Como dijo Pilar Bardem cuando le preguntaron quien le hubiese gustado ser aparte de ella misma: "¿Yo? ¡Joanne Woodward, porque lleva cuarenta años durmiendo todas las noches con Paul Newman!"
 
Back