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Madrid 1961: cuando Ava Gardner se lo bebió y se lo metió todo
Movistar+ comenzará en enero el rodaje de 'Arde Madrid', una comedia que recuerda el paso de las estrellas de Hollywood por la España de los sesenta dirigida por Paco León
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Luis Miguel Dominguín y Ava Gardner, en una imagen de archivo.
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MARTA MEDINA
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29.11.2017 – 05:00 H.


Cuenta la leyenda —confirmada por uno de sus protagonistas— que una noche de principios de los sesenta, a las puertas del mítico Pasapoga, una achispada Ava Gardner montó en un taxi para ir a buscar a un bailaor gitano de nombre Falico —lúbrico hasta el nombre—, quien se le había puesto entre ceja y ceja a la actriz y que la obligó a recorrer todos los locales flamencos de la farándula noctámbula madrileña hasta altas horas de la madrugada. Gardner, petaca en mano, fue de tablao en tablao hasta que el taxista, a eso de las seis de la mañana, le sugirió irse a dormir, que ya iba siendo hora, y que ya de paso le pagase la carrera. Pero la actriz no tenía dinero ni alegría de vivir encima, así que el solícito taxista tuvo que volverse a casa, con la factura sin pagar y más de uno y dos tejos tirados en saco roto. Eso sí, al día siguiente volvió a buscarla y saldaron cuentas de lo primero, pero no de lo segundo, por mucho que las malas lenguas fabulen. Y el taxista, atención, acabó dejando el taxímetro, dedicándose a la canción y convirtiéndose en un icono tan castizo que no hubiese desentonado en la mesa que Gardner compartía día sí, día también en Chicote. No era otro que José Luis Cantero Rada, más conocido como 'El Fary'.

Una anécdota que es 'peccata minuta' dentro del seísmo que supuso en la noche capitalina el desembarco de las estrellas hollywoodienses —Gardner, Sophia Loren, Charlton Heston, el productor Samuel Bronston— en una España franquista que acababa de abandonar la autarquía y se abría poco a poco al mundo exterior. Y precisamente en esta época es en la que se ambienta 'Arde Madrid', la próxima serie que Movistar+ empezará a rodar este 15 de enero bajo la dirección de Paco León y con Inma Cuesta, Anna Castillo, Julián Villagrán y el propio León en el reparto, además de algunos actores internacionales todavía por desvelar. Creada también por el director de 'Kiki, el amor se hace' junto a la guionista Anna R. Costa, 'Arde Madrid' retratará el contraste de esa España sumergida en "la realidad de la dictadura y del franquismo" en la que aterriza la 'dolce vita' de los grandes estudios, en una extraña convivencia espacio-temporal de dos polos que no podían ser más opuestos. Además, será la primera serie española producida para una cadena privada rodada en blanco y negro.

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Lucía Bosé, Luis Miguel Dominguín y Ava Gardner, en una imagen de archivo.

Una serie que en su primera temporada —Movistar+ no descarta que haya más— contará con ocho capítulos que recrearán la convulsión de una "élite hedonista y libre" —en palabras del propio León durante la presentación de la serie a los medios— a su llegada en 1961 a una España conservadora en la que "la gente de fuera se corría juergas" mientras "la clase trabajadora llevaba una vida pobre e ignorante de lo que ocurría fuera de sus fronteras". Por eso, León y Costa han elegido el punto de vista del servicio para contar una historia de contrastes, una "comedia llena de glamur y verdad" que da pie para hablar de "la dictadura, la liberación de la mujer y el analfabetismo sexual" de gran parte de la sociedad española de la época.

Sus vecinos no eran otros que Perón y su mujer Isabelita, que acabaron hasta el moño de las fiestas de Gardner
Un proyecto en el que León y Costa han estado trabajando durante más de cinco años, documentándose a través de la crónica rosa de la época y de libros como 'Beberse la vida', de Marcos Ordóñez, "una crónica testimonial de aquellas noches locas que la actriz pasó en el Madrid de los cincuenta, años en los que las cinematográficas estadounidenses iban a la caza del suelo español para sus rodajes", como contaba la desaparecida Ana María Moix en 2004. Una época en que las barras de Riscal, Lhardy o Chicote veían desfilar a actores, marqueses, americanos de la embajada y de la CIA, toreros y folclóricas que, a puerta cerrada, vivían el cachondeo madrileño acompañados de prost*tutas y artistas de diverso pelaje.



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Juan Domingo e Isabelita Perón. (Movistar+)


Y entre los sufridores ilustres de los desbarres 'gardnerianos', los vecinos de abajo del dúplex de la actriz en la avenida Doctor Arce 11, del barrio de El Viso, que no eran otros que el general Juan Domingo Perón y su mujer Isabelita, que acabaron más arriba del moño de las multitudinarias 'soirées' de la estadounidense. "El contexto histórico que hemos buscado parte de una anécdota: en 1961, Ava Gardner es la vecina de arriba del general Perón. Imaginaros lo que tuvo que pasar ese señor", bromea León

Paco León: "Ava Gardner era una mujer que actuaba como un hombre, era una marciana"
En la primavera de 1950, Ava Gardner recaló en Tossa del Mar para el rodaje de 'Pandora y el holandés errante' (1951), donde además de caer prendada —según las revistas— de su compañero de reparto,Mario Cabré, también lo hizo de "España y todo lo que ofrecía, incluidos los toros… y los toreros". ¿Cómo decirle que no a un país en el que los hombres desayunaban un 'sol y sombra'? La actriz vivió por temporadas en Madrid durante 12 años, más o menos, una época en la que"se lo bebió, se lo f*lló y se lo metió todo", cuenta el actor y director. "Gracias a que había un Gobierno fascista, no había libertad de prensa", así que pudo crearse el clima de la 'dolce vita' madrileña en que las celebridades —propias y extranjeras— podían desfasar a lo grande sin aparecer en la portada de ninguna revista.



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Actrices de Hollywood y folclóricas mezcladas gracias a la noche matritense. (Movistar+)


"Ava Gardner era una mujer que actuaba como un hombre, era una marciana" que "hacía lo que le daba la gana, se acostaba con quien le daba la gana, que no era madre porque no le daba la gana —había abortado tres veces— y que, lo más importante, tomaba ella misma las decisiones de su vida", cosa que las mujeres de la época no solían poder hacer. Cuenta León que a Gardner, cuando empezó su carrera a eso de los 18 años, la Metro Goldwyn Mayer le dio un diafragma para evitar sobresaltos inesperados, algo a lo que se había acostumbrado a llevar toda la vida pero de lo que las mujeres españolas no habían oído ni hablar. Y en la serie, hay un momento en el que "están las criadas todo el rato preguntándose por qué la señora no se queda embarazada".

León: "Decían que tenía un organismo fabricado para beber y que, al día siguiente, podía rodar hasta dieciséis horas sin problemas"

"Ava estaba muy mal vista", explica Costa. "Era considerada una put* y una borracha". Y una estrella de Hollywood que había llegado a cobrar 400.000 dólares de la época por protagonizar '55 días en Pekín'´(1963) junto a Charlton Heston y David Niven,un filme rodado entre Madrid, Las Matas y Valencia. Corrían entonces por los corrillos de enterados un sinfín de anécdotas de la vida salvaje que llevaba "el animal más bello del mundo": que si un día, en la barra de un tablao —pongamos el Villa Rosa, por entonces propiedad de Lola Flores y El Pescaílla—, Gardner se bajó la bragas y se puso a hacer pis,mientras la gente comentaba que "aun meando era una diosa". O que una noche Dominguín y ella se batieron en duelo para ver quién podía beber más bourbon de un trago, y que si el torero se bebió lo correspondiente a dos copas, la actriz acabó con toda la botella y las mismas ganas de siempre de seguir de farra. "Decían que tenía un organismo fabricado para beber y que, al día siguiente, podía rodar hasta 16 horas sin problemas".

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Ava Gardner, vestida de faralaes. (Archivo ABC)


En 'Arde Madrid' recordarán momentos como el bautizo de Antonio Flores —al que acudió Gardner— o cómo cayó en el grupo la muerte de Hemingway, pero también se centrarán en las vidas ficticias de la criada de Gardner, Ana Mari, interpretada por Inma Cuesta —una antigua "profesora de la Sección Femenina", una "mujer franquista muy franquista, bastante convencida, coja por la poliomielitis, una virgen, analfabeta sexual", describe el director—; el chófer, Manolo —encarnado por el propio León—; la joven criada Pilar —Anna Castillo—, y Floren, el hermano esquizofrénico de Ana Mari —Julián Villagrán—, en un fresco rodado en espacios reales y teniendo en mente las referencias del neorrealismo italiano o la comedia de Berlanga.

'Arde Madrid' será la fotografía de un país que también acogió a Sinatra —por entonces amante y examante cíclico de Gadner— que vino a rodar 'El coronel Von Ryan' en Málaga, allá por 1964, y que acabó en los calabozos por una pelea de bar. Después de pagar una sanción de 25.000 pesetas y escoltado por la policía militar, el cantante se despidió de España con —dicen— la siguiente frase: "Nunca volveré a este puto país". ¡Y olé!

https://www.elconfidencial.com/cult...serie-movistar-paco-leon-inma-cuesta_1485032/
 
12 RAZONES POR LAS QUE AMAMOS A PAUL NEWMAN

Fue la mirada más azul de Hollywood, un galán incontestable e icono de elegancia de todos los tiempos.



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Y para colmo era buen actor, muy bueno, de los mejores, como avalan sus 9 nominaciones al Oscar y 3 estatuillas (2 honoríficas), sus 42 premios y 52 nominaciones. Pero hay decenas de razones por las que amamos a Paul Newman porque cuando se movía temblaba el aire, poseía esa atracción de los más grandes, de los que siempre estarán aunque se hayan ido, leyendas que viven más allá de la muerte.


1. Porque podía brillar incluso bajo la lluvia
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2. Porque era sensible y no tenía miedo a llorar
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3. Porque tenía muy buenos amigos
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4. Porque era un ganador
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5. Por supuesto, porque podía comer 50 huevos
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6. Porque confiábamos en él
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7. Porque adoraba a los animales
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8. Por lo bien que le quedaba la barba
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9. Porque tenía un gran talento musical
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En especial para @Aguileño ;)
Era un bombón. El tío más guapo que he visto en mi vida.
 
Cine
La chica que inspiró 'Bonnie and Clyde'
    • JAVIER MEMBA
    • Madrid
  • 3 ENE. 2018 19:08
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La actriz Peggy Cummings, recientemente fallecida


La transcendencia de Peggy Cummings en la historia del cine es sutil. Así, además de la imagen más recordada de El demonio de las armas (Joseph H. Lewis, 1950): la extraída de aquel plano que nos la muestra en su creación de Annie Laurie Starr, pistola en mano, enfurecida, mientras la sujeta Barton (John Dall), su amante y cómplice en aquel filme, para que no vuelva a liarse a tiros en un atraco, la pareja fue un claro precedente de Bonnie and Clyde (Arthur Penn, 1967). Fallecida recientemente en Londres, Peggy Cummings, en su creación de Annie Laurie Starr dio vida a la chica de una de las parejas de amantes fugitivos más recordadas de todo el cine negro y de la serie B. Ella era la mala en aquella ocasión, la chica loca por las pistolas, que al juntarse con un chico también enajenado por tan temible inquietud, lo aboca a inexorablemente a la senda del mal. En efecto, Arthur Penn tomó buena nota de aquella obra maestra.

Aunque nació en Denbighshire (Gales) en 1925, sus padres eran irlandeses y cursó sus primeros estudios en Londres. Hija de un profesor de música y de la actriz Margaret Tracy, no es de extrañar que Peggy debutase en las tablas con tan sólo 13 años. Nada hacía presagiar en su candor de entonces -al margen de sus dotes para la interpretación- que con el correr de los años habría de dar vida a una de las chicas más perversas de todo el cine negro. Sólo tenía 15 primaveras cuando, aún en el Reino Unido, coprotagonizó su primera película: Dr. O'Dowd (Herbert Manson, 1940). Viajó a Hollywood por primera vez para presentarse a un casting organizado por Darryl F. Zanuk en busca de la protagonista de Ambiciosa (Otto Preminger, 1947). Fue rechazada.

Ese mismo año integró el reparto de El mundo de George Apley, de Joseph L. Mankiewicz. Aquella fue su primera cinta americana notable. "No era suficientemente sexy para Hollywood", solía recordar la actriz. Acaso fuera ese el motivo de que se le relegase a la serie B.

Ya de vuelta a su país, protagonizó una de las grandes comedias de la Ealing: La lotería del amor (Charles Crichton, 1954). Y volviendo a aquellas impagables cintas de bajo presupuesto en las que forjó su leyenda, además de la magistral El demonio de las armas, protagonizó La noche del demonio (1957), del gran Jacques Tourneur. Después, ya siempre en el Reino Unido, llegaron delicias como ¡A la orden, Almirante! (1957), del gran Val Guest. Dio por concluida su carrera en algunas telecomedias de mediados de los años 60.







http://www.elmundo.es/cultura/cine/2018/01/03/5a4d1bf222601df1678b467c.html
 
¿HASTA QUÉ PUNTO FUE CIERTO?
La verdad (con datos) tras el romance entre Marilyn Monroe y Kennedy
La revista 'Pop Sugar' ha recuperado varios de estos testimonios para demostrar que las pruebas en torno al posible romance son bastante escasas


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Marilyn Monroe en una imagen de archivo. (Tres)

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J. MADRID
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JoseMadridG
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20.02.2018 –

"Ningún biógrafo serio puede mantener la existencia de un romance entre Marilyn y Kennedy. Lo único que podemos decir con certeza es que la actriz y el presidente se han reunido cuatro veces, entre octubre de 1961 y agosto de 1962". La frase es de Donald Spotto, resucitador de la memoria de las estrellas y también biógrafo de Norma Jean Baker, la mujer que se ocultaba tras el 'disfraz' (y el nombre) de la rubia platino más famosa de Hollywood.

La revista 'Pop Sugar' ha recuperado varios de estos testimonios para demostrar que las pruebas en torno al posible romance entre el que fuera presidente de los Estados Unidos a principios de los 60 y la rubia platino que le cantó el 'Cumpleaños feliz' se redujo a una sola noche de pasión.

Recorramos las evidencias que existen. La primera noche de la que existen evidencias de un encuentro entre ambos tiene lugar en el hotel Waldorf-Astoria de Nueva York el 11 de abril de 1957. Marilyn está acompañada por su marido en ese momento, Arthur Miller. JFK, que aún no es presidente, acude al evento de la mano de Jackie, su mujer. A ellos se suma Eunice Kennedy Shriver, familiar del brillante joven. No existe una sola evidencia de que los dos matrimonios se cruzasen en ningún momento. La segunda noche en la que los destinos de la actriz y el político se cruzan tiene lugar en 1961. Peter Lawford, buen amigo de Frank Sinatra, organiza una cena a la que acude John Fitzgerald Kennedy y en la que también se encuentra la protagonista de 'Con faldas y a lo loco'. Hay un encuentro, pero no parece que vaya más allá de las simples presentaciones.





No ocurre lo mismo, según mantienen el propio Spotto y otros historiadores, el 24 de marzo de 1962. En ese momento es otro actor (y cantante), el inefable Bing Crosby, el que celebra una fiesta multitudinaria en Palm Springs. Y es entonces cuando entra en escena un masajista de la actriz. Se llama Ralph Roberts y recibe una llamada de ella. Marilyn le pregunta por técnicas de masaje para la espalda y él se queda atónito. De fondo, escucha un acento de Boston y ella le confiesa, días más tarde, que se trataba del mismísimo Kennedy y que ha tenido un escarceo sexual con el presidente. Ni más ni menos. El de Roberts fue el único testimonio que pudo recopilar Donald Spotto a lo largo de su incesante rastreo de una aventura presidencial. El 'affaire', por tanto, queda sin confirmación absoluta. Prueba de ello son otros testimonios aledaños.



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El presidente John Fitzgerald Kennedy.


Hasta la propia Susan Strasberg, hija del fundador del American Film Institute y buena conocedora de la vida de la estrella, aseguró al biógrafo que "estuvo bien acostarse con un presidente carismático" en referencia a aquella noche en la que Marilyn y JFK se dejaron llevar por la pasión. Seguramente fue también en aquella velada cuando Kennedy le pidió a la estrella que le cantase el celebérrimo 'Happy Birthday' en el Madison Square Garden un par de meses más tarde. Pese a la rumorología, 'Pop Sugar' asegura que la cosa se queda ahí, en una noche. Ni documentos oficiales ni ningún tipo de escrito más han podido demostrar de forma fidedigna que hubiese algo más que un encuentro sexual entre la rubia y el mandatario. Entonces, ¿qué es lo que ha alimentado la leyenda?

Seguramente, el mito forma parte del imaginario colectivo y del rosario de dudas que aún planean sobre la trágica e inesperada muerte de la actriz en agosto de 1962, cuando tenía 36 años y nadie esperaba que un día apareciese boca abajo, muerta y con un bote de barbitúricos en su mesita de noche. Como su propia imagen de rubia oxigenada, de ingenua sexy maltratada por todos aquellos que la idolatraron hasta erosionar su verdadera personalidad, lo de Marilyn y su amor por John Fitzgerald Kennedy sigue siendo, a estas alturas, un cuento de hadas que seguramente nunca existió.

https://www.vanitatis.elconfidencia...n-monroe-kennedy-amor-happy-birthday_1524310/
 
En especial para @AMBERS ;)
Saludos:kiss:
pilou12


La vida de Romy Schneider, la reina del exceso, en diez imágenes

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SUSANNE BEYER
LARS-OLAV BAIER
STEFAN SIMONS


GALERIA FOTOS: https://www.gentleman.elconfidencia...omy-schneider-vida-imagenes-excesos_1572689#0

04.06.2018
Verano de 1971: el calor azota París. La rutilante estrella de cine austriaca Romy Schneider se encuentra con el productor Luggi Waldleitner, quien trabajó con ella en filmes como Fantasma de amor. La actriz luce un vestido negro de escote pronunciado, muy elegante. Él le susurra: “Romy, pequeña Romy, haz caso al viejo Luggi: tus nietos seguirán queriéndote. Has sido una Sissi extraordinaria, insuperable”.

Romy (Viena, 1938) tiene 33 años y todos saben que reniega de la azucarada emperatriz adolescente. De hecho, como demuestra la carta que ella misma escribirá luego a una amiga, pierde los nervios: “¡Vete a la mierda! –grita–. ¡Mi recuerdo no será ni del tamaño de una alga insignificante en el rincón más profundo de vuestro Danubio! Es más, le pondré una piedra encima para que vuestros malditos nietos no encuentren ni rastro de mí”. Y añade: ¡No volveréis a interpretar mi vida nunca más! ¡Lo haré yo, y como yo quiera!”.

Sin embargo, Romy Schneider nunca llegaría a cumplir su deseo, y hoy se sigue hurgando en su vida y especulando con su muerte. Desde el 29 de mayo de 1982, cuando la hallaron en su cama, sin vida, se han publicado cientos de biografías en docenas de idiomas, miles de artículos –con o sin excusas de aniversarios de por medio– y de fotografías inéditas, desde las instantáneas que captó César Lucas de una Schneider con sombrero cordobés y pose torera mientras rodaba en España 'Las 10:30 de una noche de verano', hasta la Schneider más osada y transgresora que posa desnuda en su apartamento parisino frente al objetivo de Giancarlo Botti para Paris Match.
 
ARCHIRRIVALES
El odio visceral entre Joan Crawford y Bette Davis que duró hasta la muerte
Elsa Fernández-Santos
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SR. GARCÍA
22 JUL 2018

La meca del cine era demasiado pequeña para el ego desbordante de estas dos leyendas. El rodaje de ‘¿Qué fue de Baby Jane?’, en el que coincidieron, desató un odio visceral que les duró hasta la muerte.

CUANDO EN SU ÚLTIMO encuentro con periodistas le preguntaron por el amor, Bette Davis fue sincera y precisa: “No ha sido uno de mis grandes éxitos”. Apenas unos días después, el 6 de octubre de 1989, la actriz fallecía en el hospital

Americano de París, a los 81 años. Davis había viajado desde Los Ángeles hasta Europa no solo para recibir en el Festival de Cine de San Sebastián un premio más en su laureada carrera, sino para, literalmente, morir con las botas puestas, aunque fuese interpretando el papel de sí misma en el escenario de un país lejano. Como recoge el documental El último adiós de Bette Davis (Pedro González Bermúdez, 2014), la férrea determinación y la profesionalidad que demostró la actriz durante aquellos días fueron sobrecogedoras. Midió cada aparición pública, preparó de forma meticulosa cada detalle y controló con mano de hierro algo que le preocupaba: que la fotografiasen en silla de ruedas. Sentenciada por un avanzado cáncer, era un cadáver, pero nada minó su voluntad, y el registro que queda de aquel último suspiro solo engrandece su leyenda.

La gestualidad es el patrimonio de los actores y esconder la condena a una silla de ruedas no es un detalle nimio cuando hablamos de una estrella del Hollywood clásico. Joan Crawford, cuatro años mayor que Davis, fallecida en 1977, a los 69 años, también de cáncer, conocía bien la importancia de esos gestos que muchas veces se etiquetan como meros caprichos de diva. El director George Cukor dijo de Crawford que se la podía fotografiar desde cualquier ángulo, porque siempre resultaba magnífica, aunque su mayor talento, el más misterioso de todos, era su manera de caminar. “Crawford atrae su atención por el simple hecho de moverse. Ni siquiera necesita abrir la boca: solo tiene que andar. Y estará soberbia”.

Crawford no solo envidiaba a Davis, cuenta un biógrafo, sino que había estado secretamente enamorada de ella


Cuando en San Sebastián le preguntaron por su compañera de reparto en ¿Qué fue de Baby Jane?(Robert Aldrich, 1962), Davis prefirió dar la espalda a la verdad: “Al trabajar juntas desilusionamos a toda la prensa americana, que esperaban que nos tirásemos de los pelos. Nada de eso ocurrió y tuvimos una relación muy amistosa”. Como recoge la serie Feud, que ha devuelto actualidad a la célebre enemistad entre las dos “fieras”, este manoseado cliché responde a hechos reales. La terrible manipulación a la que fueron sometidas las dos estrellas por parte de sus jefes, encabezados por el capo del estudio, Jack Warner, respondía a un solo y perverso fin: divide y vencerás. Las dos actrices daban mucha más publicidad y, por tanto, eran mucho más rentables si su relación se vendía como un patético combate entre dos viejas glorias. De nada sirvió la astucia de ambas; cayeron como niñas en la trampa y a partir de la película de Aldrich vivieron para odiarse.

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Joan Crawford (izquierda) y Bette Davis, en un fotograma de '¿Qué fue de Baby Jane?'. CORDON PRESS


Los 21 días de rodaje fueron suficientes para tejer la serie de malentendidos que derivaron en su célebre hostilidad. La película, que suponía el regreso de Davis a la Warner, estudio que había llevado a los tribunales para recuperar su libertad y poder dirigir el rumbo de su carrera, era la historia de dos hermanas, grotescas ex niñas prodigio, que viven atrapadas en su ocaso con un sórdido Hollywood como telón de fondo. Un éxito que instauró el subgénero de viejas-estrellas-interpretando-papeles-de-freaks.

Lo que no se cuenta en Feud, interpretada por dos enormes Jessica Lange y Susan Sarandon, es lo que se puede leer en la crónica negra de Hollywood y en muchas biografías, sobre todo las que salvan a la talentosa y altiva Davis frente a la bella y voraz Crawford. Según Charles Higham, autor de Bette Davis al desnudo, Crawford no solo envidiaba a su compañera de cartel, sino que había estado secretamente enamorada de ella. “Bette estaba irritada por el hecho de que Joan había reemprendido su asedio enviándole zapatos, pañuelos y bisutería”, escribe Higham. La supuesta pasión se remontaba a cuando las dos estrellas habían coincido por primera vez en la Warner; allí Crawford había intentado sin éxito captar la atención de su colega con regalos e invitaciones a cenas que Davis rechazaba una y otra vez. Harta de tantos desaires, alimentada por sucios chismes que solo querían provocar su rivalidad, Crawford empezó a engendrar la semilla del odio.

Durante el rodaje de Baby Jane, y ante la nueva negativa de Davis, Crawford se volvió insoportable y quisquillosa, según Higham. El pasado de La Bruja Joan, como la llamó el cineasta y escritor Kenneth Anger en su conocida crónica Hollywood Babilonia, estaba manchado por unos inicios en los que tuvo que hacer algo más que cine por** para sobrevivir. Crawford reinó en el Hollywood libre y disoluto de los años veinte, donde nadie, ni hombre ni mujer, resistía sus encantos. Pero con la llegada a mediados de los años treinta del temible código Hays (con el que los productores cinematográficos regularon lo moralmente aceptable en una película), el cristalino aire de las colinas de Hollywood se volvió turbio e irrespirable. Se ha hablado del Círculo de la Costura, secreto club de lesbianas que incluía a Greta Garbo, Marlene Dietrich, Barbara Stanwyck y a la propia Crawford, pero lo cierto es que cada una capeó como pudo el temporal. En el caso de Crawford, la forma de ahogar su homosexualidad fue seducir a todos los hombres posibles y, a la vez, construirse una postal familiar de una pulcritud insoportable junto a sus cuatro hijos adoptados. Obsesionada con su imagen, se protegió con una coraza de moralidad estridente. Cuando enviudó de Alfred Steele, presidente de Pepsi-Cola, la estrella entró a formar parte de la directiva de la compañía llevando al delirio su imagen-anuncio.


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Davis (izquierda) y Crawford parecen charlar animadas mientras preparan su papel. CORDON PRESS | EVERETT COLLECTION


Quizá lo más gracioso de la pelea entre Bette Davis y ella es cómo la protagonista de La loba (Davis) sacaba de sus casillas a la de Mildred Pierce (Crawford) invitando a todo el equipo a beber la marca rival, Coca-Cola. Guerra sucia que llevó a sus últimas consecuencias el día que organizó una fiesta Coca-Cola en el plató de Canción de cuna para un cadáver (Aldrich, 1964). La película pretendía explotar el filón de ¿Qué fue de Baby Jane? reuniendo por segunda vez a las enemigas. Pero la idea fue un desastre que acabó con Crawford en cama y Olivia de Havilland, amiga de Davis, arrebatándole el trabajo. Era la venganza por el lamentable papelón de Crawford en los Oscar de 1962, donde hizo lo indecible para robarle el protagonismo y boicotear la que hubiese sido la tercera estatuilla de su némesis. El Oscar lo ganó Anne Bancroft por El milagro de Ana Sullivan, pero lo recogió Crawford, que se ofreció voluntaria para sustituir a la ganadora, ausente en Broadway. Davis nunca se lo perdonó.

Había celos profesionales (la Academia había reconocido solo el trabajo en Baby Jane de Bette Davis), pero también la certeza de que absolutamente nada podía herir tanto a su colega como quedarse sin lo que más ambicionaba: un tercer Oscar. En una entrevista televisiva de 1987, la anciana Davis lo confesaba con su habitual altivez: “Estaba furiosa, se comportó como una idiota, nos hizo perder mucho dinero. Yo hubiese sido la primera persona en lograr tres Oscar. Y además, lo merecía. Éramos, como actrices y como mujeres, muy distintas”.

Se equivocaba también en esto último, porque las coincidencias entre ellas no son anecdóticas: nacidas bajo el signo de Aries, tercas como mulas, bebedoras empedernidas, casadas cuatro veces y, ya reconvertidas en madres solteras, unas incompetentes a la hora de querer a sus vástagos. La venganza de Barbara D. Hyman, primogénita de Davis, y la de Christina Crawford, una de sus hijas adoptivas, fue la misma: regalaron a sus madres sendos libros donde desnudaban el calvario que según ellas había sido su infancia. En Mommie Dearest (1978), Christina pintaba a su madre como una borracha ninfómana, mientras que en My Mother’s Keeper (1987), B. D. Hyman retrataba a Davis como una tirana egoísta que arruinó su vida. Cuando esta viajó a San Sebastián acompañada de su secretaria y varias decenas de baúles ya había firmado el testamento que excluía a su hija y sus dos nietos. Crawford hizo lo mismo antes de morir: desheredó a sus hijos mayores, Christina y Christopher.

Las coincidencias se alargan hasta la ficción, a las dos obras maestras que han fijado el mito moderno de ambas actrices. En Eva al desnudo (Joseph L. Mankiewicz, 1950), Davis daba vida a Margo Channing, torrencial actriz en su madurez que descubre con pavor cómo una dulce y servil advenediza es capaz de todo por suplantarla. En Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954), Crawford era Vienna, otra mujer con edad y pasado que decide tirar las maletas y levantar un salón de juego en un pueblo dominado por una joven celosa y cacique, en la piel de la magistral Mercedes McCambridge, capaz de todo por arrebatarle a la forastera el árido trono del desierto. Margo y Vienna se parecían tanto como Bette y Joan: dos diosas con cicatrices, dos guerreras hartas de luchar, dos mujeres admiradas por hombres jóvenes y adultos, dos seres amenazados por un nuevo orden al que se enfrentaron, dentro y fuera de la pantalla, con uñas y dientes.

https://elpais.com/elpais/2018/07/16/eps/1531742283_741269.html
 
Bette Davis hizo lo que debía, desheredar a su hija por haber escrito un libro poniéndola a caldo y lucrarse con ello. ¿Se puede ser más miserable?

Si no te entiendes con tu progenitora y consideras tener poderosos motivos para detestarla, corta toda relación y sigue con tu vida. Debería contar que su madre se pasó la vida sacándola de los apuros económicos que tuvo durante muchos años, y no solamente a ella, sino también al yerno y los nietos. No debió de parecerle suficientemente tirana cuando le pedía ayuda una y otra vez.

Cría cuervos y te sacarán los ojos. Qué gran verdad.
 
Fallece el actor Burt Reynolds por un paro cardíaco
Su trayectoria en el mundo del cine fue bastante amplia y laureada.

Por La Prensa Gráfica

6 de Septiembre de 2018 - 13:13 HS
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Fallece el actor Burt Reynolds por un paro cardíaco

El actor estadounidense Burt Reynolds, un icono que lideró la taquilla de su país durante cinco años consecutivos a finales de la década de 1970 e inicios de 1980, falleció hoy de un paro cardíaco en un hospital de Florida.

Reynolds murió en Jupiter, sur de Florida, a los 82 años en un deceso que, de acuerdo a un comunicado de la familia emitido por su sobrina Nancy Lee Hess, fue "totalmente inesperado" a pesar de que tenía problemas de salud.


De acuerdo a Nancy Lee Hess, Reynolds "esperaba ansioso" por ser parte de la próxima película de Quentin Tarantino, "Once Upon a Time in Hollywood", en donde iba a compartir cartel con otras estrellas como Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Al Pacino y Margot Robbie.

"Mi tío no solo fue un icono del cine, fue un hombre generoso, apasionado y sensible que estaba dedicado a su familia, amigos, seguidores y estudiantes de actuación", agregó la sobrina.

Afincado en el sur de Florida desde hacía años, el actor, con más de seis décadas de trayectoria en cine y televisión, puso en marcha el Burt Reynolds Institute for Film & Theatre, en North Palm Beach, donde daba clases de actuación.

Si bien se mantuvo activo hasta la actualidad, vivió sus momentos de mayor gloria en la gran pantalla, entre fines de las décadas de 1970 y comienzos de 1980, periodo en el que estrenó "Los caraduras" ("The Smokey and the bandit"), su primer éxito de taquilla y que protagonizó con Sally Field, con la que tuvo un publicitado romance.

Tras años en la televisión, dio el salto a la gran pantalla con "Deliverance-Defensa" (1972), de John Boorman, cuyo rodaje fue turbulento y accidentado.


Reynolds no eludió la polémica en sus primeros años, como ocurrió cuando apareció desnudo para las paginas centrales de la edición de abril de 1972 de la revista Cosmopolitan, la cual cimentó su imagen de símbolo sexual.

No obstante, fue aquel largometraje de 1977 que hizo con Field, dirigido por su viejo amigo Hal Needham, y al que le siguieron otras dos secuelas, el que inició un ciclo de taquillazos que elevaron su figura al olimpo de Hollywood, un lugar en el que solo quiso "pasarlo bien".

Como recuerda en su libro de memorias de 2015, "But Enough About Me", no estaba interesado en abordar retos actorales o aceptar guiones de nuevos escritores, ello explica que tras el estreno de "Boogie Nights", de Paul Thomas Anderson, con el que mantuvo sonoras broncas durante el rodaje de la cinta despidiera a su agente.

Reynolds no quedó contento con el resultado de su trabajo en aquel largometraje, que irónicamente le valió su única nominación a los Oscar y el recibir un Globo de Oro.

Al estreno de aquel largometraje le antecedió "striteas*" (1996), junto a Demi Moore, en el que ambos lograron recuperar parte del protagonismo perdido tras los éxitos de taquilla de las décadas anteriores, aunque el de Michigan protagonizó la serie televisiva "La familia Newton" (1990-1994), que le granjeó un Globo de Oro y un premio Emmy en 1992.

A pesar del bajón en su atractivo en las taquillas y la edad, el intérprete se mantuvo activo y este año presentó "Shadow fighter" y tiene pendiente de estrenar la comedia "Defining Moments", prevista para diciembre próximo, y en la cinta "The Last Movie Star" (2017) encarnó precisamente a una estrella de Hollywood en declive.

La partida del actor ha desatado varios pronunciamientos del mundo del cine, entre ellas la de Sally Field, quien conocida la muerte de su expareja y compañero de reparto dijera que hay momentos en la vida "que son tan indelebles, nunca se desvanecen. Siguen vivos, incluso cuarenta años después".

"Mis años con Burt nunca me abandonaron. Él estará en mi historia y en mi corazón mientras viva. Descansa, Buddy", añadió en un comunicado.


Mark Wahlberg, con el que coincidió en "Boogie Nights", dejó sus condolencias en su cuenta de Twitter a una "leyenda y amigo".






21:31 - 6 sept. 2018



Otro duro de Hollywood como él mismo, Arnold Schwarzenegger, reconoció que Reynolds fue uno de sus "héroes", "un pionero" que pasó de ser atleta (jugador de fútbol americano en una universidad de Florida) al "actor mejor pagado", destacó.




Arnold

@Schwarzenegger


Burt Reynolds was one of my heroes. He was a trailblazer. He showed the way to transition from being an athlete to being the highest paid actor, and he always inspired me. He also had a great sense of humor - check out his Tonight Show clips. My thoughts are with his family.




Sylvestre Stallone también rindió tributo al intérprete al recordar anécdotas durante los primeros años del protagonista de la saga "Rambo" y recordó que tenía "un gran sentido del humor".

https://www.laprensagrafica.com/far...nolds-por-un-paro-cardiaco-20180906-0047.html
 
Muere Sondra Locke, actriz nominada al Oscar y expareja de Clint Eastwood

Cinemanía

Hace 4 horas


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© Proporcionado por Cinemanía Magazine SL

Describir la carrera de una actriz a partir de su asociación con un hombre (actor, director o ambas cosas) no es en absoluto justo.

Pero en el caso de Sondra Locke, es difícil abordar sus trabajos de otra manera.

La actriz y directora, cuya muerte a los 74 años tuvo lugar el 3 de noviembre y se ha hecho pública hoy, figura en la memoria colectiva debido a su asociación con Clint Eastwood, su pareja durante 14 años y quien la dirigió en cinco películas.

Nacida en Alabama, hija de una muy disfuncional familia de clase obrera, Locke debutó en Hollywood por todo lo alto en 1969 al ganar un concurso de talentos para protagonizar El corazón es un cazador solitario, adaptación de la novela de Carson McCullers que le granjeó sendas nominaciones al Oscar y al Globo de Oro como actriz de reparto.

Pese a este prometedor debut, su carrera se encauzó rápidamente hacia la televisión, por entonces un medio considerado de segunda fila, llevándola a intervenir en series como El planeta de los simios, Kung Fu o Galería nocturna.

Durante esos años se casó con Gordon Leigh Anderson, un escultor gay al que llamaba afectuosamente “hermana” y del que no tardaría en divorciarse.

Pero en 1975, durante el rodaje de El fuera de la ley, Locke conoció a Eastwood y pasó a ser su compañera sentimental. Durante los 14 años que duró su relación, Locke solo actuó en películas dirigidas por el autor de Sin perdón, entre ellas títulos estimables (Bronco Billy, Ruta suicida o Impacto súbito, la desaforada tercera parte de Harry el sucio) y otros de gran éxito comercial, como Duro de pelar y su secuela La gran pelea.

En 1986, debutó como directora con Ratboy, una película fantástica producida por Malpaso, la compañía de su pareja.

En 1989, los periódicos se llenaron de titulares sobre la ruptura de Eastwood y Sondra Locke.

Las declaraciones de la actriz revelaban que el comportamiento de él durante su relación había sido mucho menos que ejemplar, obligándola a someterse a una ligadura de trompas y echándola de su casa cuando la convivencia entre ambos resultó insostenible.

Entre los puntos de su acuerdo de separación figuraba un compromiso por parte de Warner Bros. para financiar la carrera de Locke como directora, pero dicho compromiso resultó ser pura fachada, lo cual llevó a otro proceso judicial en 1999.

En 1990, justo después de separarse de Eastwood, Locke desarrolló por primera vez el cáncer que, tras décadas de tratamiento, ha puesto fin a su vida.

 
Bette Davis hizo lo que debía, desheredar a su hija por haber escrito un libro poniéndola a caldo y lucrarse con ello. ¿Se puede ser más miserable?

Si no te entiendes con tu progenitora y consideras tener poderosos motivos para detestarla, corta toda relación y sigue con tu vida. Debería contar que su madre se pasó la vida sacándola de los apuros económicos que tuvo durante muchos años, y no solamente a ella, sino también al yerno y los nietos. No debió de parecerle suficientemente tirana cuando le pedía ayuda una y otra vez.

Cría cuervos y te sacarán los ojos. Qué gran verdad.
Es cierto.
Adoro a B.D.

 
Muere Sondra Locke, actriz nominada al Oscar y expareja de Clint Eastwood

Cinemanía

Hace 4 horas


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Describir la carrera de una actriz a partir de su asociación con un hombre (actor, director o ambas cosas) no es en absoluto justo.

Pero en el caso de Sondra Locke, es difícil abordar sus trabajos de otra manera.

La actriz y directora, cuya muerte a los 74 años tuvo lugar el 3 de noviembre y se ha hecho pública hoy, figura en la memoria colectiva debido a su asociación con Clint Eastwood, su pareja durante 14 años y quien la dirigió en cinco películas.

Nacida en Alabama, hija de una muy disfuncional familia de clase obrera, Locke debutó en Hollywood por todo lo alto en 1969 al ganar un concurso de talentos para protagonizar El corazón es un cazador solitario, adaptación de la novela de Carson McCullers que le granjeó sendas nominaciones al Oscar y al Globo de Oro como actriz de reparto.

Pese a este prometedor debut, su carrera se encauzó rápidamente hacia la televisión, por entonces un medio considerado de segunda fila, llevándola a intervenir en series como El planeta de los simios, Kung Fu o Galería nocturna.

Durante esos años se casó con Gordon Leigh Anderson, un escultor gay al que llamaba afectuosamente “hermana” y del que no tardaría en divorciarse.

Pero en 1975, durante el rodaje de El fuera de la ley, Locke conoció a Eastwood y pasó a ser su compañera sentimental. Durante los 14 años que duró su relación, Locke solo actuó en películas dirigidas por el autor de Sin perdón, entre ellas títulos estimables (Bronco Billy, Ruta suicida o Impacto súbito, la desaforada tercera parte de Harry el sucio) y otros de gran éxito comercial, como Duro de pelar y su secuela La gran pelea.

En 1986, debutó como directora con Ratboy, una película fantástica producida por Malpaso, la compañía de su pareja.

En 1989, los periódicos se llenaron de titulares sobre la ruptura de Eastwood y Sondra Locke.

Las declaraciones de la actriz revelaban que el comportamiento de él durante su relación había sido mucho menos que ejemplar, obligándola a someterse a una ligadura de trompas y echándola de su casa cuando la convivencia entre ambos resultó insostenible.

Entre los puntos de su acuerdo de separación figuraba un compromiso por parte de Warner Bros. para financiar la carrera de Locke como directora, pero dicho compromiso resultó ser pura fachada, lo cual llevó a otro proceso judicial en 1999.

En 1990, justo después de separarse de Eastwood, Locke desarrolló por primera vez el cáncer que, tras décadas de tratamiento, ha puesto fin a su vida.




Esta mujer disfrutó de Clint Eastwood en los mejores años de él, mis respetos. Hacían una gran pareja aunque llegaron a las manos. DEP.
 
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