Abusos sexuales en la Iglesia

Lapo Elkann concuñado de Beatrice Borromeo, sufrió tmb abusos sexuales en la adolescencia, creo que estudiaba en un colegio jesuita... de hecho creo que fue a la propia Beatrice que se lo contó.
¡Shabath Shalom Umevorach!

Pues igual eso explica que haya abusado de las drogas desde jovencito y que esté un poco como un cencerro, el pobre. Sabiendo eso, ya no le veo con los mismos ojos.
 
El documental que desmonta la "tolerancia cero" del Papa Francisco con los curas pederastas españoles


Examen de conciencia crea un relato común entre los casos más conocidos de pederastia de nuestro país a través de duros testimonios y entrevistas con algunos de los agresores

"Son los que más violadores de niños tienen empleados, su reputación está hecha jirones en todo el mundo. Y el Papa Francisco es parte del problema"

Mónica Zas Marcos
05/02/2019 - 21:31h
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Examen de conciencia, de Netflix

La justicia de las víctimas de pederastia: ¿Aumentar el plazo de prescripción o suprimirlo?
"Me llega a pillar hace unos años en la calle, y yo estaría en la cárcel y usted, perdone que se lo diga, estaría muerto". Es la primera vez que Emiliano Álvarez se enfrenta a su presunto depredador sexual y exprofesor del seminario de La Bañeza (León), 40 años después del infierno que le hizo vivir en aquel internado.




Le muestra en su piel las marcas de las secuelas, que se cuentan por los orificios que dejó la heroína, las cicatrices de los tres intentos de su***dio y el color amarillento de la piel por la hepatitis B. Frente a él, el padre José Manuel Ramos hace un aspaviento como quien escucha las atrocidades de un tercero en las noticias. Como si él no hubiera forzado cada noche entre 1976 y 1978 a este hombre, por entonces niño, y a muchos de sus compañeros.

Exigir un perdón y ponerle la cara colorada durante dos minutos a su abusador es el mayor acto de justicia que ha conseguido Emiliano. Hacerlo frente a las cámaras del director Albert Solé, es su ofrenda a otros que aún no se han atrevido a denunciar los crímenes sexuales que la Iglesia católica sigue barriendo debajo de la alfombra.

Quizá el documental Examen de conciencia (Netflix) aporte poca información nueva respecto a los casos que ya se conocen por la prensa, pero su virtud es otra. Crea un relato común partiendo de casos particulares, con agresores de todo tipo y víctimas concretas. Porque tan malo es centrar un problema estructural en ciertas personas, como crear una masa homogénea de violadores y abusados que se disimula bajo una bruma de generalidad.


La víctima que funciona como hilo conductor es Miguel Hurtado, único nombre que no había aparecido hasta ahora en los periódicos. "Era muy creyente, incluso pensé en entrar al sacerdocio. Cuando fui abusado, mi mundo se desmoronó, mi sistema de creencias colapsó y me quedé sin referentes", explica el psicólogo infantil y activista en el filme. Su meta: encontrar el valor para sacar a la luz el nombre del cura que le violó hace veinte años en la abadía de Montserrat.

Hurtado se reúne con el periodista de El Periódico que desveló el caso del colegio de los Maristas de Barcelona, saldado con 43 denuncias policiales contra 12 curas pero sin pronunciamiento oficial por la Santa Sede, para elevar las responsabilidades. Era la prioridad del director Albert Solé al realizar este Spotlight español: que el mensaje tranquilizador del Papa Francisco se demuestre como el cambio "cosmético" que es realmente y que están colando desde el Vaticano.

"El Papa Francisco hizo algo bueno, que fue reconocer que hay un problema. Pero él forma parte del problema", dice Pete Saunders, víctima y activista que trabajó en la comisión que creó el obispo de Roma en 2014 para investigar los casos de pederastia en la Iglesia. "Cuando empecé a hacer preguntas que no tenían respuesta, se dieron cuenta de que yo era problemático", dice el británico, que fue apartado inmediatamente de lo que él describe como meros "actos de relaciones públicas".

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Papa Francisco



La "tolerancia cero" que ha abanderado el último Papa, y cuyo mantra han comprado muchos católicos, ha resultado no ser más que una estrategia de marketing. "Son los que más violadores de niños tienen empleados, su reputación está hecha jirones en todo el mundo", opina Saunders. Sin ir más lejos, no fue hasta finales del año pasado cuando el Papa Franciso apartó de su círculo a dos cardenales involucrados en casos de abusos sexuales.

"Pon una peli por**, y eso hacía"
Las víctimas de pederastia tardan una media de 21 años en reconocer el trauma. Con la legislación española, la práctica totalidad de los delitos han quedado impunes. Una clara diferencia en el trato a la víctima que se adivina comparando los datos con otros países como Alemania. Mientras que allí la edad para denunciar prescribe a los 35 años para los delitos leves y a los 50 para los graves, aquí es de 23 y 38 años respectivamente.

Al amparo de esto, Examen de conciencia consigue poner rostro a tres agresores que reaccionan siguiendo un mismo patrón: el de la memoria selectiva. Arnaldo Farré, el mayor depredador de los maristas, lo hace siendo grabado por una de sus víctimas, J. (que durante el documental prefiere mantener su anonimato).

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Arnaldo Farré



"Hacía cualquier cosa que te pudieras imaginar. Pon una peli por**, y eso hacía", desde "felaciones, masturbaciones, correrse encima… y en las colonias ya ni te digo. Conmigo en una casa del pantano hizo lo que quiso, era un puto oso. Recuerdo su sudor constante cayendo encima de mí", dice en su testimonio. Farré, además, tenía la confianza absoluta de las familias de sus víctimas, pues a ojos de los padres era el cura moderno y proactivo que organizaba las actividades para los niños.

"¿Qué sentías cuando me llenabas de esperma?", le pregunta J. al sacerdote muchos años después grabándole en su casa con un boli espía. "Aquí también me traías", le dice, ante lo que el religioso solo responde que "no, no, nada, no lo sé. Era como si lo hiciéramos de crío a crío". Un blindaje similar al que demuestra José Manuel Ramos frente a Emiliano. "Han pasado muchos años", y parecen ser suficientes para expiar las conciencias de los agresores, pero no así la memoria de sus víctimas.

"Sinceramente, nunca me he considerado pederasta. Me he considerado una persona que tiene una debilidad en algunos momentos. He adquirido este comportamiento. El ser es una cosa y el actuar es otra. Yo actuabacomo un pederasta", admite con una frialdad insólita Joaquín Benítez,cura que todavía hoy se encuentra en libertad pese a haber reconocido que abusó de niños durante décadas mientras otros maristas le imitaban y encubrían.

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Joaquín Benítez



Benítez ya protagoniza su propio documental en Shootball, pero en esta ocasión es solo uno de los numerosos ejemplos del adulto que impone su ley del silencio a los menores bajo el paraguas de la opaca Iglesia católica. No existe un registro en la Conferencia Episcopal sobre los casos ni el número de pederastas "más allá de lo que se recoge de los medios", admite su portavoz en el documental.

Un poco más adelante, reconoce que el porcentaje de sacerdotes abusadores en España puede ser del 7%, el mismo que en EEUU, Irlanda o Australia. Quizá más. Siendo así, estaríamos hablando como mínimo de 1.200 curas acostumbrados a forzar y vejar sexualmente a menores.

"Espero que a partir de ahora los que duerman mal por la noche y tengan miedo sean los depredadores sexuales que debajo de una sotana han arruinado la vida a tantos niños", pide Miguel Hurtado, que termina revelando el rostro de su agresor al final de Examen de conciencia. Él ha hecho el esfuerzo, pero la bola, además de en el tejado del Vaticano, está sobre la Moncloa, que necesita encontrar una solución que garantice justicia para las víctimas en lugar de perpetuar la impunidad de los pederastas.

https://www.eldiario.es/cultura/cin...ncisco-violadores-conciencia_0_864414282.html
 
Las víctimas de abusos sexuales de un monje de Montserrat ponen en jaque a la abadía: "Lo sabían y lo encubrieron"


Ya son ocho las personas que han asegurado que el monje Andreu Soler les hizo tocamientos durante su adolescencia en el grupo 'scout' del monasterio

La denuncia que provocó su traslado fue en 1999, pero los casos aflorados se remontan a inicios de los 70 y podrían salpicar a varios abades

"Lo apartaron pero nunca lo sancionaron", lamenta Miguel Ángel Hurtado, una de sus víctimas y activista contra los abusos sexuales a niños

Pau Rodríguez
05/02/2019 - 21:32h
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Andreu Soler, en una foto de un viaje a Roma en 1999 IMAGEN DEL VÍDEO INCLUIDO EN EL LIBRO 'ESCOLTISME I MONTSERRAT'

Tres víctimas denuncian abusos sexuales de un monje de Montserrat que trabajó con menores durante 40 años
Ya van ocho víctimas. Ocho personas que han denunciado que Andreu Soler, monje de Montserrat, abusó sexualmente de ellas -o intentó hacerlo- entre los años 1970 y 1999, mientras fue responsable del grupo de 'scouts' del monasterio.




El goteo de casos ha obligado al actual abad, Josep Maria Soler, a pedir perdón públicamente en su última homilía y a abrir una investigación interna. Pero algunos de los abusados exigen su dimisión al entender que no hizo suficiente cuando conoció las agresiones, en el año 2000, y critican que la comisión creada para esclarecer los hechos no es independiente. La sombra, además, se extiende a sus dos antecesores, que podrían haber tenido constancia de los abusos al remontarse a inicios de los 70.

"Han encubierto durante años un caso de delitos sexuales; lo sabían y lo ocultaron", sostiene Miguel Ángel Hurtado, la primera víctima que habló de los abusos sufridos por Soler, en el documental de Netflix Examen de conciencia. A él se le han sumado en los últimos días otras siete personas que, siendo adolescentes, sufrieron tocamientos en los genitales por parte de este eclesiástico, que falleció en 2007. La mayoría de casos sucedieron durante las noches de sábado que los jóvenes pasaban en la abadía, a la que acudían para participar en el grupo de ‘scouts’ Els Nois del Servei, que había fundado el mismo Andreu Soler.

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Miguel Ángel Hurtado, víctima de Andreu Soler

Soler, que se presentaba ante los chicos como un buen conocedor en cuestiones juveniles y sexuales, se metía en su cama y les tocaba los genitales mientras les daba consejos acerca de la mas***bación. Esta fue su forma de actuar durante años, según describen los denunciantes. A Delfí Urgelés le entró en la habitación -eran individuales- y, mientras hablaban, le puso las manos debajo de la sábana y le tocó el pexx. "Me dijo que me enseñaba una gimnasia para alargarlo, pero le respondí que no y se fue", relata a eldiario.es este hombre, que ahora tiene 65 años.

En su caso, que sucedió en 1972, él tenía 18 años, pero las demás víctimas tenían menos. Él no lo recuerda como un trauma, ni lo había contado a nadie. Pero decidió hacerlo - en una entrevista a El Periódico- para que Hurtado no se quedase sólo. “Si no, iba a ser la palabra del monasterio contra la suya”, expresa.

Soler fundó 'Els Nois del Servei' en 1959 y los dirigió hasta el año 2000, cuando le apartaron del monasterio al denunciarlo Hurtado a la abadía. Aparte de esta actividad era el chófer de la mayoría de monjes (que no tenían carnet). Durante los fines de semana, se ocupaba de la docena de chicos que integraban el grupo ‘scout’ y que dormían siempre en uno de los edificios de la abadía.

La gestión de la abadía, cuestionada
¿Hasta qué punto se conocían en Montserrat los abusos del monje Andreu Soler? Después de un año de recibir sus agresiones, en 1998 Hurtado, que entonces tenía 17 años, lo comunicó al clérigo Josep Maria Sanromà, que más tarde le reconocería que lo había hecho llegar a oídos del entonces abad, Sebastià Bardolet. Pero no ocurrió nada. Dos años más tarde, Hurtado lo explicó en casa, y su madre mandó una carta al ya nuevo responsable de la orden, Josep Maria Soler.

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El abad de Montserrat pidió perdón este domingo en su homilía EFE

Desde entonces y hasta hoy, Hurtado ha mantenido varios contactos con el monasterio. Asegura que el abad le reconoció que le creía pero que le pidió a su familia que no denunciara. Más adelante, Hurtado les reclamó que se hicieran cargo de su tratamiento psicológico -que el monasterio hizo por una cuantía de 8.600 euros- y, ya en 2015, decidió que tarde o temprano haría público su caso cuando vio que la editorial de la abadía había publicado un libro en 2007, ‘Escoltisme i Montserrat’, que era a la práctica un homenaje a su abusador.

Desde el Monasterio, por su parte, niegan haber presionado a la familia de Hurtado y aseguran que fue el joven quien en su día no quiso seguir adelante con la denuncia. Fuentes de la abadía insisten en que ellos apartaron en 2000 al monje Andreu Soler de forma preventiva -lo enviaron al monasterio de El Miracle, en Lleida- y que siempre atendieron a las peticiones del denunciante. Sobre el libro, lo retiraron del mercado poco después de las quejas de Hurtado. En 2016, finalmente, el abad informó de este caso a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en el Vaticano.

Lo que les reprocha Hurtado, sin embargo, es que no iniciaran en el año 2000 un procedimiento disciplinario o canónico a Andreu Soler, en vez de solo trasladarlo. “Ayudaron a que un delincuente no recibiera castigo”, argumenta esta víctima. “Era un depredador sexual y murió sin pasar un día en prisión”, lamenta.

A raíz de los casos que han aflorado en los últimos días, otra sombra que se cierne sobre Montserrat es la de si conocieron los abusos antes de que los denunciara Hurtado. El diario ‘Ara’ publicó un caso, de 1978, en el que un amigo de una víctima, que se mantuvo en el anonimato, aseguró que se lo hizo llegar al entonces abad, Cassià Just. Este caso probaría que la abadía lo supo desde décadas antes de que lo contara Hurtado, pero fuentes del monasterio lo niegan tajantemente, y tanto Just como Bardolet, los dos antecesores del abad actual, han fallecido ya.

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Denuncian abusos sexuales de un monje de Montserrat que trabajó con menores durante 40 años

Una comisión para esclarecer los hechos
Ante el goteo de denuncias, el abad de Montserrat ha creado una comisión de investigación con el objetivo de esclarecer los hechos y ha habilitado un correo (transparencia.montserrat@gmail.com) para nuevas denuncias. La comisión, que es según el monasterio quien gestiona el correo, está formada por Xavier Pomés (exconseller de la Generalitat de CiU), Begoña Elizalde (psicóloga), Cristina Vallejo Ros (miembro de la Junta del Colegio de Abogados) y el monje Bernat Juliol. Aunque este último, según el monasterio, no tiene acceso de entrada al correo ni puede participar en las eventuales entrevistas.

Hurtado ha criticado la comisión por no ser suficientemente independiente y por no contar con expertos en abusos sexuales, algo que sí se ha tenido en cuenta en otros países. De hecho, él ha puesto en circulación otro correo para animar a denunciar: abusos.montserrat@gmail.com Josep Maria Tamarit, catedrático de Derecho Penal de la UOC y coordinador de la primera investigación en España que trata de evaluar el alcance de los abusos a menores en la Iglesia, celebra la creación de este grupo, pero ve "una lástima que no se hayan asegurado de que la comisión esté formada por personas expertas en la materia".

"Se metió en mi cama, empezó a hablar..."
Ricard Zamora fue otra de las víctimas del ‘hermano’ Andreu Soler, aunque él no se considera como tal, puesto que asegura que no ha sufrido secuelas. Cuando tenía 15 o 16 años, sobre el 1978, su padre le llevó a conocer a este monje por recomendación de un amigo de la familia. Creían que el clérigo les ayudaría a “reconducir” lo que les parecía una adolescencia de Zamora, según relata él mismo.

Aquel fin de semana no había ‘scouts’. Estuvieron cenando y, al ir a dormir, Andreu Soler entró en su habitación. "Se metió en mi cama, empezó a hablar… Y sí que se daba ese aire de algo pedagógico. Al final su mano fue a parar a mis genitales", relata. Zamora, “incómodo”, explica que se zafó del abusador y este se fue. Acto seguido, recuerda que se marchó por la ventana y andó hasta el pueblo de Monistrol, al pie de la montaña. Al llegar su casa en Sabadell, explica que les recriminó a sus progenitores que le hubiesen llevado ante una persona como esa. Le explicó los detalles a su padre, pero nunca supo nada más del tema.

Montserrat, un símbolo de Catalunya
Montserrat no es solo un complejo monacal benedictino, es un símbolo catalanista. La ‘Moreneta’, la popular Virgen negra que custodia su basílica, es desde el siglo XIX la patrona de Catalunya, una condición que le ha dado al monasterio y a la montaña del mismo nombre un carácter de emblema de la catalanidad.

Durante el franquismo, de la mano del abad Aurel·li Escarré, que se enfrentó a la dictadura, Montserrat se convirtió en un símbolo de la resistencia. Franco, que al principio tenía buena relación con Escarré, acabó mandándole en 1965 al exilio por sus críticas al régimen. En 1970, durante el proceso de Burgos contra miembros de ETA, unos 300 intelectuales y artistas se encerraron en el monasterio y se constituyeron en la Assemblea Permanent d'Intel·lectuals Catalans. En 1974, aún durante la dictadura, se fundaron en Montserrat el partido Convergència, con Jordi Pujol a la cabeza, y Reagrupament Socialista.

https://www.eldiario.es/catalunya/denuncias-abusos-menores-Montserrat-ocultaron_0_864413927.html
 
Que asco dan todos estos perturbados asquerosos. Tendrían que encerrarlos de por vida y que en la cárcel fueran violados.
 
La Conferencia Episcopal, al fin, recibirá a las víctimas de abusos sexuales
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Juan Cuatrecasas, presidente de la Asociación Infancia Robada RD

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  • Jesús Bastante

    Después de muchas dudas, y tras una dura negociación, las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia española se verán con el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, y con el secretario general, Luis Argüello. La cita tendrá lugar el próximo viernes, 14 de marzo, a las 14,30, en la sede Añastro de la CEE.

    A la reunión, según ha podido confirmar RD, acudirán el presidente de la asociación 'Infancia Robada', Juan Cuatrecasas (el 'padre coraje' del caso Gaztelueta, que acabó con una condena de 11 años de prisión para un profesor del colegio del Opus Dei en Leioa); y Javier, el primer denunciante del pederasta José Manuel Ramos Gordon en La Bañeza.

    Esta fue una de las cuestiones por las que la reunión estuvo a punto de fracasar, pues al comienzo los obispos sólo querían encontrarse con Cuatrecasas, mientras que las víctimas apostaban por una presencia más nutrida, y 'con luz y taquígrafos', como solicitó en su día el presidente de Infancia Robada, vía burofax.





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    El cardenal Blázquez, junto a Luis Argüello y el jefe de prensa de la CEE, Josetxo Vera






    Filtración del encuentro
    Además, la filtración de la reunión en medios conservadores (cercanos al Opus Dei), antes de que Cuatrecasas hubiera recibido la contestación de Blázquez, molestó, y mucho a las víctimas, que ven detrás la mano del sacerdote Silverio Nieto, responsable del Servicio Jurídico de la CEE, miembro de la Comisión antipederastia, y muy criticado por su actuación en el caso Gaztelueta.

    “Es el zorro en el gallinero una vez más”, lamenta Cuatrecasas, quien ayer mismo envió un correo a la CEE para pedir explicaciones. La buena gestión de monseñor Argüello contribuyó a aminorar la tensión, y a fijar los detalles del encuentro.

    “Esta reunión es oportuna, aunque acudiremos, como siempre, con escepticismo”, sostiene a RD Juan Cuatrecasas. “No puede ser de otro modo, porque vemos palabras y de momento ausencia de hechos y medidas concretas”, denuncia.



    Que se investiguen los abusos
    Para Infancia Robada, “las denuncias siguen creciendo día a día en toda España y las víctimas seguimos a día de hoy liderando la causa, mientras solo escuchamos perdón y pecado, pero no reparación y medidas concretas de provención y delito”. No obstante, los supervivientes esperan que este encuentro suponga, de verdad, un primer paso para que, al fin, la Iglesia española aporte medidas concretas, persiga definitivamente a los abusadores y expulse a los encubridores de sus filas.

    Entre los temas que se abordarán en la reunión, las víctimas exigirán a los obispos que abran una investigación de los casos de abusos que se hayan sustanciado en el pasado en la Iglesia española, y que los supervivientes puedan participar, como miembros de pleno derecho, en la Comisión Antipederastia.
https://www.religiondigital.org/esp...os-religion-iglesia-obispos_0_2101589836.html
 
François Ozon: "La iglesia está muy lejos del mensaje de los Evangelios"
  • LUIS MARTÍNEZ
    Berlín
Lunes, 8 abril 2019 - 02:24
Tras remover los cimientos de la Iglesia y la sociedad francesa, 'Gracias a Dios', la película que reconstruye los casos de pederastia en la diócesis de Lyon, se estrena ahora en España a las puertas de Semana Santa

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Una escena de 'Gracias a Dios', de François Ozon.
El 20 de febrero, Gracias a Dios, de François Ozon, se estrenaba finalmente en Francia. En España lo hará el 17 de abril, el miércoles santo. Es decir, el día que se conmemora el momento en el que Jesús fue condenado a muerte. La Justicia francesa entendió que el derecho a la presunción de inocencia debía ser colocado al mismo nivel que el de la libertad de expresión. Sobre la película pesaban dos denuncias que exigían su secuestro de los cines. Una de ellas del propio Bernard Preynat, el sacerdote que ha reconocido haber abusado de decenas de niños durante 20 años en calidad de capellán de los boy scouts en los 70 y los 90. Poco antes de su proyección en la Berlinale, el arzobispo de Lyon, Philippe Barbarin, comparecía ante los tribunales acusado (y finalmente condenado) de encubrir al pederasta confeso. Los dos clérigos aparecen con sus nombres en una cinta que reconstruye la pelea de unos hombres adultos contra la vergüenza de una infancia humillada.

Cuenta Ozon que su idea nunca fue hacer una película de carácter más o menos social ni que le moviera el ruido del escándalo que por fuerza rodea a los abusos infantiles. «En realidad», recuerda poco después de la presentación en Berlín, «mi primera motivación era hacer una película sobre la fragilidad de los hombres. Siempre se dice que el cine sobre mujeres trata de sentimientos mientras la acción queda para los hombres. Buscaba argumentos que me pudieran servir para desmontar este cliché y, por casualidad, descubrí en internet el portal de La parole liberée (la palabra liberada)», comenta para responder quizá a la extrañeza que provoca la distancia entre éste y todos sus anteriores trabajos. Lo que allí encontró fue el testimonio común de un grupo de hombres con la misma herida e idéntico propósito: sanar por medio del recuerdo del mayor de los oprobios.

Gracias a Dios quiere ser «una reconstrucción fabulada basada en unos hechos reales». El entrecomillado es del director. Se trata de dejar claro que es la primera vez que ocurre algo así en Francia. «Antes ha habido documentales, pero esta cinta es diferente», insiste. La película fue rodada en secreto con un título falso. Las escenas que discurren en la Iglesia se tuvieron que llevar a Bélgica lejos de las miradas de los habitantes de Lyon. Los nombres de los sacerdotes no han sido modificados. Los de las víctimas, sí. «Son nombres de sobra conocidos en Francia y han sido expuestos en la prensa. No tenía sentido esconder nada. El sacerdote mismo ha confesado. Sería ridículo o hipócrita cambiar ningún nombre», explica para justificar lo que, al final, ha sido el objeto de todas las polémicas. La película se detiene en el momento en el que cada uno de los tres protagonistas decide hablar delante de sus amigos, de su familia, de sí mismo. Y desde ahí, levanta un durísimo testimonio contra las complicidades, las mentiras y los silencios. Todos culpables.

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François Ozon con unos miembros de la asociación 'La parole liberée' durante al acabar la proyección de su película en Lyon,AFP
«La intención», aclara, «fue siempre partir de un caso muy particular». Y sigue: «No me lo planteé como un juicio general a la Iglesia. Sí que es cierto que, una vez realizada la película, caes en la cuenta de que no es un hecho aislado y que algo similar ha ocurrido en Boston, Sudamérica y España, como usted dice... Lo relevante es que toda institución tiende a defenderse a sí misma a costa de cualquier principio y a pesar de las víctimas. Toda institución desarrolla un mecanismo de autodefensa cruel. Eso sí es algo endémico a la Iglesia».

El que habla reconoce él mismo su educación católica. Y profundamente desengañada. «Estudié el Catecismo e hice la Primera Comunión. Digamos que perdí la fe en mi adolescencia con el descubrimiento de la sexualidad. La radical oposición de la Iglesia a todo lo que tenía que ver con la sexualidad me hizo renunciar a la fe. Llegué al convencimiento de que, en relación al mismo mensaje tolerante de Jesús, la posición de la Iglesia era completamente hipócrita. El mensaje que se lee en los Evangelios de generosidad y comprensión no tiene nada que ver con el conservadurismo egoísta de la jerarquía eclesiástica. Nada que ver con la fraternidad y la tolerancia», dice con una rotundidad que aleja la posibilidad misma de repreguntar.

-Pero ¿por qué cree que hay tantos casos de ped*filia en precisamente la Iglesia católica?

-No sé. Algo parecido ha pasado en el mundo del deporte, de la educación y, apurando, dentro de la misma familia. Todos son instituciones que se defienden. En cualquier caso, no creo que sea a mí a quien le toca responder. Quizá deberían pronunciarse los propios católicos. Mi película acaba con la pregunta.

Y ahí lo deja.
https://www.elmundo.es/cultura/cine/2019/04/08/5ca9c1cf21efa0981a8b46e4.html
 
Yo lo que me ha dejado sorprendida es lo del Hurtado con los abusos en Montserrat. Este chico hi zo muchisimo ruido con este tema, documentals, declaraciónes, etc.. A finales de febrero publico una gravació de un encuentro con el de Montserrat en el que se ve y se oye que el Abad conocia lo de los abusos, salio publicado en el Periòdic, y el Hurtado amenazaba que si no dimitia el de Montserrat que la liaria parda con el Vaticàno.
Pues ni ha dimitído el abad, que es el que sale en el vídeo de Hurtado, y que aun es abad de Montserrat,ni nada con el Vaticàno, ni el Hurtado aparece por ningun lado. Se ha quedado mudo.... Que debe de haber pasado?????
A ver, si alguien sabe algo, que igual no me he enterado
..
 
Última edición:

La olla podrida de la Iglesia​

Los obispos de todo el mundo se enfrentan al escándalo de los abusos sexuales masivos a niños con distintas velocidades, en España con el freno de mano echado​

Pedro Ontoso

PEDRO ONTOSODomingo, 14 noviembre 2021, 00:14
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En el Viacrucis de Viernes Santo de 2005, apenas unas semanas antes del cónclave para elegir al sucesor de Juan Pablo II, el entonces cardenal Ratzinger habló de la necesidad de limpiar «la suciedad» de la Iglesia. El espíritu de los gladiadores flotaba junto al Coliseo romano. Como prefecto (ministro) de la poderosa Congregación para la Doctrina de la Fe (el antiguo Santo Oficio y antes la Inquisición) acumulaba ya un pesado e interminable dosier sobre los abusos a menores por parte de sacerdotes, religiosos y laicos. Una vez elegido pontífice, y rodeado de 'lobos', le faltaron fuerzas para ejecutar el plan de limpieza de la «porquería», aunque sí es verdad que puso los cimientos y abrió la puerta para abordar aquella lacra criminal. Para «destapar la olla», según una expresión utilizada por el Papa Francisco, que ha sido quien ha pegado el puñetazo sobre el altar para poner fin a años de ocultamiento y encubrimiento.

«Un obispo que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta un caso de pederastia, es un inconsciente y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia. ¿Clarito?», contestó a un periodista en mayo de 2014 en el regreso de su viaje a Tierra Santa. Todavía perduraba la doctrina de algunos cardenales de rebajar la exposición mediática y echar tierra sobre los casos, pese a la magnitud de una catástrofe moral que amenazaba con arruinar la credibilidad de la Iglesia católica.

Fue en enero 2018, al estallar el 'caso Karadima' en Chile, cuando Francisco entonó el hasta aquí hemos llegado, al comprobar que había sido engañado sobre el alcance de la violencia de aquel cura depredador, protegido por su arzobispo. El escándalo se llevó por delante a todo el episcopado chileno y forzó a organizar una cumbre antipederastia en Roma. El Papa recurrió al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, una especie de fiscal eclesiástico y uno de los mayores expertos del Vaticano de la lucha contra la pederastia. Scicluna es el que ha pilotado el proceso para romper el muro de silencio y obligar a las iglesias locales a poner orden en sus diócesis con la apertura de oficinas de víctimas, respaldadas con todo un corpus legislativo.

Para entonces, algunas iglesias ya se habían puesto las pilas y habían iniciado sus propias investigaciones, convertidas en piedra de escándalo. Irlanda, con una fuerte tradición católica, fue una de las primeras, aunque lo hizo de manera renqueante y espoleada con informes de instituciones ajenas. La más importante se inició en el año 2000 y concluyó en 2009 tras nueve años de investigaciones y más de 2.000 testimonios. Concluyó que las autoridades eclesiásticas conocían el «abuso endémico» al que fueron sometidos 35.000 niños entre los años 50 y 80. Dado que ocurrieron en centros públicos, el Estado y la Iglesia llegaron a un acuerdo para pagar 'a escote' las indemnizaciones: el primero abonó 1.200 millones de euros, la segunda, 128 (un 10%). El Estado se disculpó por su connivencia con los malos sacerdotes.

El poder de la púrpura​

Fue ese año 2000 cuando arreció la tormenta de escándalos. Por ejemplo, en Estados Unidos, donde algunas de las espinas que laceraban a la Iglesia tenían color púrpura. En 2002, el cardenal Bernard Law, al frente de la poderosa diócesis de Boston, fue forzado a dimitir por haber encubierto a numerosos curas pedófilos. La presión mediática fue determinante tras las exclusivas del 'Boston Globe', cuyo trabajo de investigación fue llevado al cine con la película 'Spotlight'. Aún así, estuvo protegido por el Vaticano.
El arzobispo de Reims, Eric de Moulins-Beaufort, en el centro, asiste a una ceremonia en Lourdes por las víctimas de la pederastia.

El arzobispo de Reims, Eric de Moulins-Beaufort, en el centro, asiste a una ceremonia en Lourdes por las víctimas de la pederastia. / AFP
Años después seguiría su mismo camino el cardenal McCarrick, arzobispo de Washington D.C. Hombre fuerte de los obispos norteamericanos, fue expulsado del clero y reducido al estado laico, la pena más dura de la ley canónica. El Gran Jurado de Pensilvania publicó en 2018 un informe desgarrador en el que concluía que durante sesenta años al menos 300 sacerdotes habían abusado de un millar de menores. Las diócesis de EE UU han pagado miles de dólares en compensaciones, aunque muchas de ellas se han declarado en bancarrota para evitar indemnizaciones millonarias.

La Iglesia alemana también madrugó antes que otras para dedicarse a la limpieza que predicaba Benedicto XVI. Los obispos germanos comenzaron en 2002 a establecer pautas para enfrentarse a la epidemia de abusos, pero fue en 2010 cuando encargaron a tres universidades un estudio criminológico, psiquiátrico y sociológico para determinar el alcance de los abusos desde 1946. Los resultados se conocieron en 2017: al menos 3.600 niños sufrieron algún tipo de abuso sexual por parte de 1.600 depredadores. De ellos, sólo el 38% fueron procesados y la mayoría siguieron procedimientos disciplinarios menores. Hubo denuncias, pero las autoridades eclesiásticas actuaron «con mucho descuido», incluso con actos castigados en sede judicial.

En Australia, las denuncias afloraron pronto en los años noventa gracias a las investigaciones de los medios de comunicación, centradas en el papel de la Iglesia con los más de 4.000 huérfanos de la Segunda Guerra Mundial acogidos en orfelinatos dentro de un plan gubernamental. En 2012 fue el propio Ejecutivo el que creó una comisión, que trabajó durante cinco años y escuchó a 17.000 personas. Las víctimas señalaron a 1.880 sacerdotes y religiosos. En 2018 el primer ministro, Scott Morrison, emitió una disculpa nacional en la que admitió que el Estado había fracasado al no proteger a los menores durante décadas. Y fue el propio Estado el que estableció un plan nacional de indemnizaciones. Alguna de las víctimas recibió hasta 92.000 euros.

Ensañamiento​

Un asunto muy polémico en Australia ha sido el procesamiento del cardenal George Pell, exjefe de finanzas del Vaticano, condenado a seis años de cárcel por cinco delitos de pederastia, pese a que el purpurado siempre defendió su inocencia. Recurrió la sentencia ante el Tribunal Superior, el equivalente al Supremo español, que finalmente decidió su absolución. Fue puesto en libertad tras permanecer 404 días en prisión. Casos como este han abonado la tesis de que la Iglesia ha sufrido un ensañamiento especial frente a otras instituciones, lo cual no rebaja ni un ápice la gravedad de los crímenes cometidos por una parte notable de clérigos y personas consagradas en el contexto de unas relaciones de poder, que se han ejercido desde la supremacía religiosa y el control de las conciencias de los más vulnerables.

La conmoción también ha llegado de manera reciente a Canadá con el descubrimiento de los esqueletos de 250 niños, fallecidos en orfanatos. El Gobierno estableció en su día un sistema de residencias escolares para niños indígenas, gestionadas por órdenes religiosas. Los internos pasaron de 150.000 y se ha documentado que cerca de 4.000 murieron durante su estancia. El Ejecutivo de Otawa cargó en un primer momento contra la Iglesia, sin admitir que se trata de una responsabilidad compartida porque fallaron todos los sistema de control y vigilancia. Ahora se ha comprometido a crear un fondo de compensación. Al margen de estos casos, otras víctimas han alcanzado acuerdos extrajudiciales con la Iglesia por cerca de 50 millones de dólares.

El capítulo más reciente lo ha protagonizado la Iglesia francesa tras reconocer en el Informe Sauvé la existencia de 216.000 víctimas de abusos (de personal religioso ) y 114.000 (de personal laico en espacios católicos) desde 1950. Una cifra escalofriante. La investigación lleva el apellido del vicepresidente del Consejo de Estado de Francia, una figura independiente y con credibilidad social contrastada. Los obispos no sólo han hecho actos de contrición y jornadas de oración tras admitir su responsabilidad institucional y la «dimensión sistémica» de las agresiones, sino que han pasado de las palabras a los hechos y han anunciado que venderán patrimonio para pagar a las víctimas de violencia sexual, una de las recomendaciones de la comisión auditora. En septiembre crearon ya un fondo de 5 millones de euros para compensar a los afectados, aunque los delitos hayan prescrito.

Más transparencia​

La jerarquía gala decidió en 2018 encarar sus responsabilidades tras décadas de mirar hacia otro lado, por lo que encargó la investigación a un grupo independiente de 22 expertos, entre ellos abogados, teólogos e historiadores. Era una forma de reconocer que necesitaba ayuda externa en una institución muy endogámica, acostumbrada a ser poco transparente. Ahora ha formalizado nueve grupos de trabajo para implementar las recomendaciones y ha impulsado un organismo nacional independiente de reconocimiento y reparación, que estará presidido por una mujer, la abogada Marie Derain de Vaucresson, inspectora general de Justicia, dedicada durante años a la protección de la infancia.

La actitud de la Iglesia en estos países a la hora de afrontar la violencia sexual con las menores contrasta con la posición del Episcopado español, que ya ha dicho que no está en su agenda inmediata investigar «de manera proactiva» los abusos cometidos por sacerdotes y religiosos. Hasta ahora ha admitido 358 casos con cerca de un millar de víctimas. Lo que sí ha hecho es abrir oficinas en todas las diócesis para atender a las personas que denuncien agresiones de esta naturaleza. También se ha abierto a compensar a las víctimas tras su evaluación caso por caso.

Los afectados, sin embargo, «no buscan dinero. Quieren que se les escuche y que se les pida perdón tras años de ocultamiento y silencio espeso», asegura un portavoz de la oficina abierta hace dos años en la diócesis de Bilbao, que ha tratado siete expedientes muy distintos, incluso de casos que no tienen que ver con este territorio eclesiástico. Para las víctimas es como «una cadena perpetua».

UN ROSARIO DE CASOS​

  • Francia La Iglesia gala ha admitido la «dimensión sistémica» de las agresiones y anunciado que venderá patrimonio para indemnizar a los que han sufrido violencia sexual por parte de curas. En septiembre crearon ya un fondo de 5 millones.
  • Estados Unidos El cardenal Bernard Law, al frente de la diócesis de Boston, fue obligado a dimitir por encubrir a numerosos pedófilos. Años más tarde siguió sus pasos el arzobispo McCarrick.
  • Canadá El Ejecutivo arremetió contra la Iglesia por los 4.000 niños indígenas muertos en orfanatos sin admitir que era una responsabilidad compartida. Ha creado un fondo compensatorio.
  • Irlanda Tras nueve años de investigación, se concluyó que 35.000 menores habían sido abusados entre los años 50 y 80 en el seno de la Iglesia. La Administración indemnizó con 1.200 millones -los ataques se cometieron en centros públicos- y la Iglesia con otros 128.
  • Australia El cardenal Pell fue encarcelado 404 días por cinco delitos de pederastia, aunque el Tribunal Superior decidió absolverlo, lo que abrió el debate del ensañamiento con la Iglesia.
  • Chile El 'escándalo Karadima' se llevó por delante a todo el episcopado chileno, tras comprobarse que el arzobispo había protegido a ese depredador sexual.
  • Alemania 3.600 niños sufrieron abusos por parte de 1.600 depredadores. Sólo una tercera parte fueron procesados y la mayoría siguieron procedimientos disciplinarios menores
  • España n la agenda de la Iglesia no figura investigar «de forma proactiva», aunque ha abierto oficinas en todas las diócesis para recoger denuncias. Hasta ahora se ha señalado a 358 sacerdotes y unas mil víctimas.

 

Pederasta condenado a ocho años por la Justicia, inocente para la Iglesia​


Pederasta absuelto por el tribunal de La Rota

José Precedo / Rodrigo Ponce de León
13 de noviembre de 2021 21:52h
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@joseprecedo@rodrigopdl
Cuando el Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica de Madrid sentenció el pasado 4 de noviembre que no considera probado que el reverendo José Luis Galán Muñoz haya incurrido en delitos de abusos y agresiones sexuales contra una menor, los tres jueces de la Iglesia ya conocían la sentencia por los mismos hechos de la Audiencia Provincial de Toledo: ocho años y seis meses de cárcel por abusos continuados a una adolescente de 15 años que acumula desde entonces incontables intentos de su***dio. La justicia ordinaria había condenado además al sacerdote a indemnizar a la víctima con 50.000 euros y a no acercarse a menos de 300 metros de ella durante los próximos 18 años.

Todo eso lo dejó por escrito la sección segunda de la Audiencia Provincial de Toledo el pasado 26 de julio, tras describir en la sentencia una película de terror que comenzó en una excursión escolar por el Camino de Santiago durante el verano de 2010.

Ahí fue donde el sacerdote José Luis Galán, de 39 años entonces, entabló "una relación de confianza" con una alumna de 15 y acabó convirtiéndose para el siguiente curso en su director espiritual dentro del colegio religioso donde la menor cursaba cuarto de la ESO.

En los hechos probados, la Audiencia Provincial de Toledo lo relata así: "A partir de enero de 2010 [el párroco] comenzó a preguntar a [la menor] cuestiones relacionadas con su vida sexual, tales como si era pura, si se masturbaba o si había tenido relaciones sexuales con chicos, para, a continuación, en uno de esos encuentros solicitarle de forma insistente y con un evidente ánimo libidinoso que le besara. Y si bien en un principio ella se negó, finalmente accedió debido a la consideración que tenía hacia José Luis Galán, a quien concebía como un referente personal y moral. En sucesivas reuniones, [el sacerdote] procedía a quitar la ropa expresándole simultáneamente que lo hacía porque Dios se lo pedía, para con posterioridad, tocarle su pecho y besárselo. Al finalizar le daba un abrazo a [la víctima] y le pedía perdón, diciéndole que esa situación no se iba a repetir más y reiterándole que todo lo hacía en nombre de Dios".

Luego, en sucesivos encuentros en el despacho sacerdotal de la iglesia de San Ildefonso en Talavera de la Reina vinieron más tocamientos, la introducción de los dedos del cura en la vagina de la menor, la invitación a realizarle felaciones y cuando la adolescente mostraba oposición, las advertencias sobre "la bondad de esas conductas" que eran, según el párroco, "un regalo de Dios". Hubo incluso un exorcismo, en el que el sacerdote que abusó de ella intentó hacerle ver que estaba poseída por el demonio.


Y, fruto de todo lo anterior, hubo también una espiral de intentos de su***dio e internamientos en clínicas psiquiátricas de la joven, a la que se le diagnosticó trastorno de estrés postraumático, trastorno de conducta alimentaria tipo anorexia nerviosa compulsivo-purgativa y trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad tipo límite. Su segunda psiquiatra, la doctora Díaz Marsa, escribió algo más: "Inestabilidad alimentaria y afectiva y persistencia de los pensamientos intrusivos continuos sobre los abusos que la angustian". La joven no ha acabado de recuperarse, una década después de los primeros abusos.

Los argumentos de la Justicia​

Con la sucesión de partes médicos, con las notas que escribió durante las sesiones su primera psiquiatra que aludían a sus "afecciones mentales" y la tendencia de la menor a las autolesiones que la llevó a ingresar en la UCI tras una ingesta masiva de pastillas y a pasar varios meses en coma inducido...

Con el dictamen elaborado por dos forenses adscritas al Instituto de Medicina Legal de Ciudad Real y Toledo, según el cual el diagnóstico de la denunciante es "compatible con la experiencia de acontecimientos traumatizantes, como pueden ser los abusos-agresiones sexuales continuados en el tiempo que la víctima relata"…

Con el testimonio de su padre, que detalló al tribunal los días que llevaba a la joven a la parroquia, cada dos semanas, en jueves o viernes, y que coincidía con las fechas facilitadas por la víctima...

Y, sobre todo, con el relato reconstruido por la propia joven que primero lo escribió y tardó un año en poder contarlo con su propia voz tras un tratamiento psicoterapéutico orientado al procesamiento de información en víctimas de procesos traumáticos…

Con todo lo anterior, a la Audiencia Provincial de Toledo no le quedaron dudas y condenó al sacerdote José Luis Galán "como autor de un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal a las penas de ocho años y seis meses de prisión, inhabilitación especial para el ejercicio de toda profesión u oficio, sea o no retribuido, que suponga el contacto regular con menores de edad durante el periodo de la anterior condena y prohibición de comunicarse con cualquier medio a la víctima, y de aproximarse a su persona, domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro lugar en que se encuentre a una distancia inferior a 300 metros por un período de 18 años.

Así es como estaba la historia. La Justicia había hablado claro en una sentencia de 85 páginas que se inició con la denuncia de una joven a la que la psiquiatra que la había tratado durante cuatro años le recomendó ir al juzgado como parte de su tratamiento tras haberlo intentando todo y que la situación no mejorase. El Tribunal Superior de Castilla-La Mancha debe resolver aún el recurso presentado por la defensa.

Pero en medio de todo eso ha hablado también el Tribunal de la Rota, un jurado eclesiástico, que había abierto su propio procedimiento penal al sacerdote, en un pleito al que ya no quiso concurrir la víctima. Y en esa vía eclesiástica, el trío de jueces que forman Monseñor Antonio José Die López como juez presidente, instructor y ponente, y Carlos Morán Bustos y Jesús Rodríguez Torrente como jueces adjuntos, se aceptaron todos los argumentos de la defensa que habían sido desbaratados en la Justicia ordinaria para tratar de enmendar el veredicto de la Audiencia Provincial de Toledo.

La sentencia de la Iglesia​

La sentencia, de 63 páginas, a la que ha tenido acceso elDiario.es, establece desde el primer momento una comparación entre las vidas de la víctima y el abusador, prácticamente desde la infancia. Sobre la de la menor, escriben los jueces de la Iglesia: "Un ambiente familiar con tensiones y desestructurado", detallan el extenso historial de hospitalizaciones de la joven (la gran mayoría, posteriores a los episodios de abusos y según los profesionales que la trataron originados por ellos), destacan un par de relaciones cortas mantenidas después de ellos (subraya el tribunal que conoció a los dos chicos en aplicaciones de contactos) y se extienden sobre una agresión anterior sufrida cuando tenía 13 años por parte de un miembro de la familia que la acogía durante una estancia en Irlanda, a la que el tribunal sí da credibilidad. En la última línea de los "datos biográficos" de la joven, el tribunal eclesiástico apunta: "La periciada ha negado dificultad para relacionarse con el s*x* masculino".

Al agresor, "imputado" todavía para el Tribunal de la Rota pese a haber sido condenado en la Audiencia Provincial, se le presenta como el hijo de familia trabajadora, "con buena capacidad para el estudio" y una "infancia feliz" que por sus "buenos resultados académicos" tuvo "la oportunidad de entrar al Seminario". Al final de 3º de BUP, prosigue la sentencia, tuvo una novia en verano "por verse al margen de sus compañeros que empezaban a tener este tipo de relaciones". "La relación duró poco porque al señalar ella la incoherencia [de estar él en el Seminario Mayor], José Luis decidió poner fin y entregarse a sus estudios y su vocación".
De su vida posterior como formador en el Seminario Mayor, destaca el tribunal: "Se desprende su extremada delicadeza para corregir, la dificultad para poner límites a la atención de los alumnos, la sobreimplicación en su función y la tendencia a la evasión del conflicto".

La relación entre la víctima y el agresor la despachan los jueces religiosos como una convivencia entre una joven interesada en la Iglesia que tenía al sacerdote "como a un segundo padre, como a ella le gustaba decir".

El papel de la madre de la víctima​

La tesis que defiende a lo largo de decenas de páginas el tribunal eclesiástico es que el retraso en presentar la denuncia –la joven tardó seis años en hacerlo, aconsejada por la psiquiatra que llevaba cuatro tratando sus afecciones mentales– es que las acusaciones fueron una venganza de la menor cuando se enteró de que el sacerdote y su madre mantenían una relación.
Esa teoría aparece desplegada en multitud de párrafos, como este, que contienen la sentencia de La Rota: "El imputado puede hablar con objetividad de su pasado, puede equilibrar sus influencias positivas y negativas, y puede reflexionar sobre la evolución de su comprensión con el paso del tiempo. Su narración es firme y segura y se expresa con toda claridad. Ha sido capaz de confesar sus acciones inmorales, como la relación sentimental que mantuvo durante unos meses con la madre de quien le acusa".
Los jueces eclesiásticos aprovechan el testimonio de la mujer, que fue pareja del sacerdote durante un tiempo, para desacreditar las denuncias de su hija, la víctima, que dio todo tipo de explicaciones en la vía penal pero que se negó a comparecer ante el tribunal religioso.

La sentencia lo justifica así: "Lamentamos no haber tenido la oportunidad de escuchar personalmente la versión y acusación de [la víctima], aunque, bien es cierto, contamos con manifestaciones suyas realizadas en la investigación previa [el juicio en la Audiencia Provincial de Toledo] y las personas muy cercanas a su entorno, incluso de su propia familia como es el caso de su madre".


Tres meses antes, los magistrados en la justicia civil ya habían cuestionado la credibilidad del testimonio de la madre de la víctima, que no solo mantuvo una relación con el agresor de su hija, sino que consintió que este le practicase exorcismos para sacar el demonio de su cuerpo.

Lo dice la sentencia de la Audiencia Provincial con estas palabras: "No consideramos que la declaración [de la madre de la víctima] ofrezca garantías de imparcialidad y objetividad, no sólo por el hecho de que la misma mantuviera una relación sentimental con el actual acusado, como ambos reconocieron en el juicio, sino también porque su testimonio fue contradicho en aspectos relevantes por el de la Dra. De Castro, profesional que, ajena a los vínculos familiares de la querellante y el acusado, declaró en calidad de perito en el presente procedimiento.

Así, si bien [la madre de la víctima] sostuvo en la vista que la Dra. De Castro [psiquiatra que atendía a la menor durante las primeras crisis] mostró interés por acudir al exorcismo que se practicó sobre [la joven], dicho dato fue totalmente negado por esta última, al indicar que, al contrario, mostró su oposición a que dicho rito se practicara [a la víctima], por entenderlo perjudicial para ella".

Validación de pruebas ya descartadas en la Audiencia​

El pleito eclesiástico ha optado por absolver al acusado pese a que el tribunal no ha podido preguntar a la víctima, tras pasar por alto las consideraciones de los magistrados en la vía penal y dando por buenos argumentos de la defensa que quedaron descartados en el juicio de la Justicia ordinaria, donde sí hubo un contraste de versiones entre la acusación y la defensa, además de comparecencias de forenses y médicos independientes.

Uno de los ejemplos más clamorosos es la validación como prueba de la defensa en el tribunal de La Rota de un informe ginecológico cuya relevancia ya había sido desbaratada en la vía penal. Escribe el tribunal de la Iglesia para absolver a su sacerdote: "A pesar de la prueba ginecológica que obra en autos, la supuesta víctima sostiene que hubo una violación por parte del acusado con penetración vaginal. Ha quedado demostrado que es absolutamente falso. Existe una prueba ginecológica practicada en la Clínica de Navarra y a partir de la misma se ha demostrado que tenía el himen intacto, lo que demuestra la integridad física de la joven. De lo que se deduce que hasta la fecha de la emisión de dicho informe clínico no ha tenido relaciones sexuales".

La explicación de la Audiencia Provincial de Toledo para rechazar como prueba ese mismo historial ginecológico en la sentencia dictada tres meses antes había sido muy diferente: "El informe médico en el que se base esta pericial determina expresamente, en el inciso final del apartado relativo a exploración física, 'himen íntegro'. No entendemos que este informe sea determinante para refutar la versión de los hechos ofrecida por [la víctima]. Y es que únicamente en el incidente que acaeció con posterioridad al primer exorcismo, en mayo de 2014, [la víctima] manifestó que José Luis Galán aproximó su pexx a su vagina, aunque no aclaró o especificó con nitidez que existiera penetración o que ésta llegara a culminarse. Es por esta razón por la que este extremo no ha sido integrado en la declaración de hechos probados. En última instancia, no consideramos que este informe enerve la posibilidad de que la introducción de los dedos de José Luis Galán en la vagina de [la víctima] pudiera haberse producido sin generar la rotura del himen".

Línea y media de contexto para explicar lo anterior: la joven había relatado varios episodios en los que el cura le había tocado los genitales y solo en una ocasión había contado que él había acercado su pexx a la vagina, sin detallar entonces si hubo o no penetración.

La tesis de los ruidos​

No se trata de un caso aislado, la sentencia del tribunal religioso está plagada de afirmaciones que habían sido desacreditadas tres meses antes en la Justicia ordinaria. Un par de ejemplos más.

La sentencia de La Rota concluye que el acusado logra desmontar el relato de la joven cuando explica que el despacho parroquial, donde según la víctima tuvieron lugar los episodios de abusos que se dieron cada dos semanas, "no tiene ningún tipo de insonorización" porque "la capilla está muro con muro y es un tabique que no es de hormigón". Según esa tesis que la defensa esgrimió en ambos procedimientos cualquier grito que la joven hubiera proferido se habría oído en la capilla. El tribunal eclesiástico llega a incluir un croquis del templo pintado a mano, para sostener su afirmación.

Prueba aceptada en el juicio para demostrar que los presuntos abusos se hubieran escuchado en toda la Iglesia.

El acusado había aportado además en ambos pleitos un informe pericial midiendo los decibelios en el despacho de la iglesia para probar que los insultos y lloros se hubieran escuchado al otro lado. El tribunal religioso decidió incluir este informe como una prueba de la inocencia de su párroco e incluso calculó los decibelios de un grito tipo, 90 días después de que la Audiencia Provincial de Toledo hubiera concluido que no tiene ninguna relevancia para la investigación. Los magistrados en la Justicia ordinaria emplearon dos párrafos para explicar por qué habían obviado ese argumento.

"Dicho informe ha cuantificado el aislamiento acústico que tienen tanto la fachada como el tabique del despacho parroquial (que linda con el hall de la parroquia) y concluye que el aislamiento existente en ambos casos es muy débil. Asimismo, empleando un sonido de intensidad 80 decibelios, en el que los peritos cifran la intensidad de un grito, aquellos constatan que este sonido, si se emitiera desde el despacho parroquial, se escucharía perfectamente tanto en la calle como en el hall de entrada a la parroquia.

Pero este informe no entendemos pueda ser determinante para rebatir los hechos aludidos en la querella, en la medida en que, en primer lugar, no se ha considerado acreditado que terceras personas ajenas al acusado y a la querellante se hallaren en las inmediaciones del hall de entrada a la parroquia o en el despacho parroquial cuando se produjeron las reuniones entre los implicados, y, en segundo lugar, porque [la víctima] no aludió durante su declaración a la existencia manifiesta de gritos, alaridos o voces de especial relevancia que hubieran sido emitidas por ella o por el querellado, que pudieran ser equivalentes a los sonidos cuya intensidad ha sido cuantificada, evaluada y verificada en la prueba pericial acústica mencionada. Es cierto que [la menor] mencionó que a veces lloró, pero el volumen y entidad de tal conducta no entendemos que pueda siempre equipararse a la intensidad acústica que ha sido empleada por los peritos como parámetro de referencia para constatar la posible transmisión del sonido a través de otras dependencias parroquiales o, incluso, al exterior del inmueble".

El tribunal de la Iglesia también decidió conceder veracidad a los testimonios de tres testigos catequistas según los cuales durante las horas en las que la joven dató los abusos ellos tenían clases, y de varias limpiadoras que dijeron no haber visto nada.
Avaló esos relatos como buenos, pese a que en la sentencia de la Audiencia Provincial de Toledo los magistrados también hubiesen ignorado esas declaraciones: "Hemos de valorar que la querellante mencionó que las reuniones con el actual acusado se celebraban los jueves o viernes, por lo que sólo una parte de los días que se convocaban ambos en la parroquia acudían las limpiadoras al citado lugar.

Por otra parte, debemos reseñar que tanto una de las limpiadoras que declaró (E. G.) como uno de los catequistas que depuso en el juicio oral (A. S.), coincidieron en señalar que el horario de atención a la feligresía o al público en el despacho parroquial se iniciaba a partir de las 6 de la tarde. Y los catequistas relataron que el horario en el que comenzaba la catequesis era a partir de las 5:30 de la tarde. Así, fueron coincidentes a la hora de afirmar que la catequesis de comunión comenzaba a las 5:30 horas y la de confirmación a las 6:30, siendo en unos momentos previos a las 5:30 cuando se personaban los niños con sus padres en la iglesia, dato que, en todo caso, es compatible con las reuniones que [la víctima] sostiene que mantuvo con el acusado a partir de las 4 de la tarde en la parroquia. Todo ello permite considerar acreditado que en el momento en el que se producían los encuentros entre la querellante y el actual acusado, ninguna persona más se hallaba en las inmediaciones del despacho parroquial".

El "historial médico" de ella​

Entre la prueba documental que el tribunal eclesiástico ha estimado para declarar inocente al párroco está la página 134 del historial médico de la menor donde se describen sus sesiones con la psiquiatra. La sentencia del Tribunal de La Rota la recoge así: "Queremos detenernos en la historia clínica de la presunta víctima cuando hace partícipe a la doctora De Castro [la primera psiquiatra que la trató] de un hecho del que ella misma se avergüenza y del que se indica que no ha sido capaz ni de confesarse (que se ha masturbado). Este escrito se fecha el 27 de marzo de 2014 y se dejan ver los escrúpulos de [la víctima] y la vergüenza que siente de sí misma llegando a decir 'me doy asco". Y a continuación los jueces del tribunal de la Iglesia concluyen: "Podrían pasarnos desapercibidos si no fuera porque a lo largo de todo el iter clínico se va poniendo de manifiesto la obsesión" que en ella va generando la cuestión sexual, llegando a reconocer en la carta que escribe a su madre todas las relaciones que ha tenido y como incluso (sic) las buscaba a través de Internet".

La sentencia absolutoria del pleito religioso valora además como elementos de prueba argumentos recabados entre los feligreses a favor del sacerdote y en contra de la joven como los siguientes: "Yo conozco que José Luis ha sido denunciado por acoso sexual, me parece algo totalmente inadmisible, más siendo la denunciante una persona que tiene tan graves problemas psicológicos". "Yo creo que esta niña quería llamar la atención. Porque si hubiera querido suicidarse de verdad, hubiera llevado a cabo hechos más contundentes"...

El Tribunal de La Rota llega a esgrimir la cercanía entre la psiquiatra y su paciente para descartar los informes clínicos aportados por quien había tratado a la menor durante cuatro años y había vivido sus intentos de su***dio y sus sucesivos ingresos hospitalarios. El dictamen de la psiquiatra de la víctima había diagnosticado un episodio de "disociación" en la menor, causado por vivencias traumáticas y que provoca que esas experiencias no se integren en el hemisferio correspondiente del cerebro y que el paciente perciba flashbacks puntuales y recuerdos, hasta que el tiempo y los tratamientos adecuados le permiten interconectarlo todo y procesar el conjunto emocional que ha vivido. Esa es la razón que según la psiquiatra de la víctima llevó a que pasasen seis años hasta presentar la denuncia y no ningún deseo de venganza, del que las profesionales que trataron a la adolescente no vieron signos en ningún momento. La hipótesis fue avalada por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Ciudad Real y Toledo, encargado por el tribunal e incorporado al pleito penal.

El tribunal religioso validó, sin embargo, un informe de la defensa firmado por psiquiatras que en ningún momento exploraron a la víctima pero según el cual los traumas de la joven podrían derivarse de haber descubierto la relación de su madre con el sacerdote.

Esa pericial de parte también se presentó como prueba con una "psicobiografía" del sacerdote que lo describía como un "profesional exitoso" con "unas satisfactorias relaciones personales" que ha precisado "atención psiquiátrica, según explica, por la angustia que le provoca el sufrimiento de los demás, un trastorno con ansiedad y ánimo deprimido al anticipar el daño que la querella ocasionaría en su diócesis y a sus familiares".

Así que a la vista de todo lo anterior, el punto cuarto y último de la sentencia eclesiástica considera "insuficientes las acusaciones de la denunciante por los delitos de agresiones y abusos sexuales atribuidos al clérigo imputado, por lo que queda en pie la presunción de inocencia del acusado".

"Que no se concede credibilidad a las acusaciones de abusos y agresiones por parte del clérigo contra la menor edad, por falta de prueba".

Y lo hace, como todas las sentencias del Tribunal de La Rota, "atendidos el Derecho y las pruebas que se han practicado acerca de los hechos alegados" [...] e invocando a Dios en aras de la Verdad y de la justicia en la Iglesia".

En la otra Justicia, la ordinaria, la de verdad, el párroco está condenado a ocho años de prisión por abusos sexuales continuados a una niña de 15 años y si no ha entrado en prisión es porque todavía está pendiente del recurso presentado ante el Tribunal Superior de Castilla-La Mancha.

 

El Gobierno asume la investigación de los abusos sexuales de la Iglesia que los obispos amenazan con boicotear​

Ha llegado la hora de investigar los abusos sexuales que durante décadas cometió la Iglesia católica en España. Es la conclusión del Gobierno ante la presión de los testimonios de víctimas que se han multiplicado en las últimas semanas, la presentación de una solicitud de comisión de investigación en el Congreso a instancias de Unidas Podemos, ERC y EH Bildu y las iniciativas que otros países están llevando a cabo. La duda que tienen los socialistas, que hasta ahora se habían negado a abrir una investigación, es el formato a utilizar. Pedro Sánchez tiene varias fórmulas sobre la mesa. "Está por decidir", expresan fuentes socialistas que ven con buenos ojos una comisión independiente de expertos que indague en los casos de pederastia y que aleje a las víctimas de la lucha partidista habitual en el Parlamento. Esas mismas fuentes aseguran que las negociaciones con la Conferencia Episcopal para asuntos como el régimen fiscal o las inmatriculaciones no interferirán para llevar a cabo el estudio, aunque los obispos amenazan con torpedear las pesquisas.

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En una reunión del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, con el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, el socialista le trasladó la "preocupación" del Gobierno sobre los casos de abusos sexuales a menores. Pero no pasó de ahí hasta que el duro testimonio del escritor Alejandro Palomas llevó a Pedro Sánchez a mover ficha. Tras una conversación telefónica con el novelista, el presidente del Gobierno se comprometió a reunirse con víctimas de abusos sexuales, un encuentro que está pendiente de fecha por el viaje que Sánchez va a emprender a Emiratos Árabes Unidos, aunque la intención de Moncloa es que sea esta misma semana. Para entonces el Gobierno pretende tener preparada la respuesta sobre cómo llevar a cabo esa investigación.


En paralelo a estas gestiones, la Fiscalía ha abierto su propia investigación, según ha adelantado El País y ha confirmado elDiario.es. El ministerio público ha pedido a las fiscalías superiores de todas las comunidades autónomas que le remitan todas las denuncias y querellas que se estén tramitando sobre agresiones y abusos sexuales a menores en instituciones religiosas.

En el Congreso de los Diputados, los socialistas ya han dado un paso al avalar la tramitación de la comisión de investigación impulsada, entre otros, por su socio de Gobierno. Es un primer trámite meramente formal aunque en el partido no convence el formato ni el contenido planteado por Unidas Podemos y el resto de grupos. El PSOE no descarta terminar apoyando la puesta en marcha de ese órgano parlamentario, pero se inclina por modificar la fórmula para evitar que un asunto tan grave acabe banalizándose en el toma y daca parlamentario.

Las fórmulas posibles y el bloqueo de los obispos​

Una de las fórmulas alternativas que está sobre la mesa es impulsar una comisión con expertos independientes "de prestigio" en la línea de lo que ha planteado el PNV, que tampoco ve en el Congreso el marco adecuado, e involucrar al Parlamento de alguna forma o incluso presentar su propia propuesta de comisión de investigación pero en términos distintos a los de Unidas Podemos, ERC y EH Bildu. Fuentes socialistas apuntan a que tendrán la decisión tomada para el momento en el que la Junta de Portavoces del Congreso tenga que decidir si incluye la petición de sus aliados en el Pleno para así poder justificar el sentido de su voto.

Unidas Podemos ha intensificado la presión este lunes al reunirse con víctimas de abusos que han instado a socialistas y nacionalistas vascos a secundar la iniciativa: "Se está con las víctimas o con los victimarios. Con las víctimas y el Papa o los victimarios y la Conferencia Episcopal", informa Íñigo Aduriz.

Los obispos están decididos a no ponerlo fácil: se quejan de una campaña política y mediática, que se ha agravado tras la fallida escenificación de un acuerdo Iglesia-Gobierno en el conflicto de las inmatriculaciones. Pese a que por el momento no hay prevista una toma de postura oficial, el portavoz de la Conferencia Episcopal (CEE), Luis Argüello, denunció "un uso mediático, un uso político en estas últimas horas". "Eso nos preocupa [....] nos parece especialmente doloroso que se pudiera utilizar, incluso, la situación de las víctimas en la disputa política, en la confrontación propia del Parlamento o de la vida social y política española", agregó en una entrevista con los medios vaticanos después de participar en la visita Ad Limina con el Papa Francisco.

Argüello lamentó que la polémica sigue "sin abordar la problemática de los abusos en el conjunto de la sociedad", en la misma línea que se ha pronunciado el PP. Pablo Casado se ha mostrado partidario de que la pederastia en la Iglesia Católica sea investigada "internamente" y ha cuestionado que el Congreso tenga competencias para investigarlo, pese a que un informe de los letrados de la Cámara ya lo ha avalado. Casado ha señalado que su partido solo apoyará una comisión parlamentaria sobre los abusos siempre que se extiendan "a todos los casos de pederastia o ped*filia, se hayan cometido donde se hayan cometido". "Sea la institución que sea", ha dicho, informa Aitor Riveiro.

La Iglesia se acoge a los acuerdos con el Estado para blindar los archivos​

Los obispos están dispuestos a boicotear una comisión de investigación en el Congreso. "Nacería muerta", diagnostica un funcionario de la Casa de la Iglesia (sede de la Conferencia Episcopal) a la pregunta, que oficialmente los obispos no quieren responder, sobre cómo actuará la CEE si, finalmente, el Parlamento le da luz verde: "Los obispos tratarán de evitar ser llamados a declarar y, si lo hacen, no contestarán a las preguntas. Y, sobre todo, porque los archivos eclesiásticos son inviolables por los Acuerdos Iglesia-Estado".

En buena parte del episcopado se ha asentado la idea de que existe una 'campaña' contra la Iglesia, que hunde sus raíces en la pederastia, pero que también ha tenido su capítulo especial a cuenta de las inmatriculaciones. A pesar del acuerdo aireado entre el Gobierno y la Conferencia Episcopal sobre ese asunto tras la visita de Sánchez a Añastro, no se han producido los efectos deseados por Moncloa y los obispos llegaron a usarlo para intentar dejar en rídiculo al Ejecutivo al hacer una lectura completamente distinta respecto a los bienes incorrectamente puestos a su nombre.

Los datos alejan la idea de una campaña intencionada para señalar la inacción de la Iglesia española, prácticamente la única en Europa que no ha impulsado una investigación interna. Solo nueve de las 31 diócesis implicadas en el informe que el diario El País entregó a Bergoglio –Madrid, Cartagena, Bilbao, Zamora, Barcelona, Ávila, Orihuela-Alicante, Santiago de Compostela y Teruel– han solicitado información sobre los abusos denunciados en sus territorios.

Diferencia de los obispos y las congregaciones religiosas​

Es una realidad muy distinta a la de las congregaciones religiosas, que ya la semana pasada tuvieron un encuentro de superiores mayores y que se han puesto manos a la obra. "Nuestra primera reacción, y por respeto a las víctimas de estos abusos, queremos pedir perdón por no haber obrado correctamente en algo que, como entidades de Iglesia, deberíamos haber cuidado, como son los espacios seguros y de confianza para nuestros niños, jóvenes y adultos vulnerables", subrayaba su secretario general, Jesús María Zamora. Los religiosos se comprometían a investigar: "Es nuestro compromiso con el Evangelio y queremos hacerlo bien, aunque cueste y sea doloroso". "Seguiremos incrementando los contactos para ver cómo hacerlo y veremos a ver qué sale... No sé si será una comisión independiente o qué, pero vamos a seguir hablando para intentar resolver las cosas cuanto antes", sostuvo Zamora en una entrevista con la Agencia Efe.

La actitud de las congregaciones religiosas contrasta con la tesis de la Conferencia Episcopal, que sigue considerando poco fiables los datos aportados al Papa y al cardenal Omella por el diario de Prisa. De hecho, en la carta que Argüello envió a los obispos junto con la investigación del diario, se aseguraba que "el informe mezcla denuncias muy creíbles y rigurosas con otras sin rigor ni forma de investigar. Eso daña a las víctimas verdaderas, que aparecen entremezcladas con situaciones que hacen dudar de todo el informe”.

El escrito del obispo criticaba, además, que tenga que ser la Iglesia quien deba comunicarse con las víctimas, y no al contrario: “El País debería enviar las acusaciones a las congregaciones y a las diócesis correspondientes, señalando también el nombre y el contacto de quien acusa, para que puedan hacer una investigación preliminar y enviar el caso a Roma. En caso de prescripción, la diócesis decide si solicita levantar la prescripción y si podría ser verosímil. De no entender esto, se podría pensar que el interés no está en sanar a las víctimas sino en atacar a la Iglesia”, recalcaba el portavoz de la CEE.

Uno de los mayores expertos en la lucha contra la pederastia en la Iglesia, el jesuita Hans Zollner advirtió, en una entrevista en la RAI, que la Iglesia se enfrenta a dos opciones frente a la exigencia de la opinión pública de crear comisiones sobre los abusos. "O decide crearlas por su cuenta y ordenar la investigación a personas independientes, como ha ocurrido en Francia o Alemania, o llegará un momento en el que se verá obligada por el Estado a adherir a estos procesos".

"Si no es la Iglesia quien comienza a arrojar luz sobre estos hechos, serán otros quienes gestionen este asunto". En España, algunos partidos ya han propuesto que sea el Congreso y el Gobierno ha cogido el guante.

 
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