ABSTENCIÓN EN LAS ELECCIONES GENERALES

Josele ¿qué te pasa con VOX?
OPINIÓN
PUBLICADO EL LUNES, 11 MARZO 2019 19:09 ESCRITO POR JOSELE SÁNCHEZ

¿Por qué habrían de ser intocables?



Josele ¿qué te pasa con VOX? me preguntan -todos los días y montones de veces- amigos y lectores bienintencionados de La Tribuna de España.

Y les hablo de los bienintencionados porque los otros, los hooligans de VOX, los fans de Abascal (y los miles y miles de perfiles falsos que en las redes sociales se dedican a defenderle a capa y espada, a insultarme y a amenazarme cada vez que publico una noticia relacionada con VOX) para estos otros –decía- no existe ninguna respuesta lógica y razonable más allá que la yihadista creencia de que Dios es VOX y Abascal su profeta.

Precisamente hablaba de esto ayer por teléfono con el director de Alerta Digital, mi compañero Armando Robles, quien me llamaba para manifestarme toda su solidaridad ante la querella que me ha interpuesto VOX. Y es que Alerta Digital, junto a La Tribuna de España nos hemos convertido en la última resistencia de la disidencia, los únicos medio de comunicación patriotas y disidentes (excepción hecha de algún medio tan pequeño como honesto y recto en sus posiciones) que no han sucumbido a los cantos de sirena de VOX.

Existen medios –como El Correo de Madrid- donde hasta su director (lógicamente ya exdirector) han sido premiados por los servicios prestados, colocándole como director de comunicación de VOX por el lameculismo que vienen prestando a los de Abascal –prácticamente desde su nacimiento…

Incluso medios –antaño ejemplares y con los que he colaborado mucho y muy fecundo tiempo) como Radio Ya -donde a mayor abundamiento el accionista mayoritario es dirigente de una formación política integrada en la Coalición Euroescéptica y social patriota ADÑ- que curiosamente también han tejido un cordón sanitario en torno a VOX: no decir nada malo del partido no sea que se cabreen estos ultraliberales que a mala leche, vengativos y pendencieros no les ganan ni los podemitas.

Y resulta normal que la prensa “supuestamente patriótica” se haya vendido como Judas por 30 monedas; es más, la mayoría ni eso, la inmensa mayoría se ha vendido por la promesa de 30 monedas a cobrar ¡a cuenta de resultados!

Ejemplos como el periódico La Gaceta o la televisión Intereconomía rebasan todas las cuotas de indignidad profesional y de felpudismo periodístico.

Y comentaba todos estos extremos con un siempre agudo analítico Armando Robles que me decía -no sin falta de razón: “mira, Josele, hay que tenerlos muy bien puestos, o tener muy claro cuáles son los valores y principios que nos llevaron al periodismo, para hacer lo que tú y yo hacemos, para no silenciar cada cafrada cometida por un dirigente del partido de Santiago Abascal, aún a sabiendas de que molesta a la mayoría de nuestra audiencia que -sabia o erróneamente- van a votar a VOX

Y así es: ningún animal caga allá donde come. Pero el problema -en este caso de Alerta Digital y de La Tribuna de España (por lo demás, dos medios con muchas coincidencias, pero también con diferencias de visión, análisis y estilo) es que no somos animales, ni buscamos rendimiento económico a esto de la disidencia.

Hacer el periodismo que practicamos ambos periódicos digitales es el peor negocio económico que se pueda emprender y, si se tratara de una inversión mercantil sería, sin duda, una inversión no sólo pésima: ruinosa.

Y no porque nuestros resultados en lectores sean malos: Alerta Digital lleva compitiendo entre los 10 periódicos digitales más leídos de España desde hace ya algunos años -y si sumáramos los lectores del rotativo de Armando Robles a los de La Tribuna de España, estaríamos hablando, con toda probabilidad, de una audiencia superior a la de OK Diario o la del periódico oficial de George Soros, elDiario.es-.

Pero como no hacemos periodismo para hacernos millonarios, como ambos proyectos de comunicación están cargados de una dosis de idealismo muy importante, como más que periódicos al uso (que responden ante una Sociedad Anónima y persiguen una Cuenta de Resultados lo más abultada posible) desde ambas cabeceras nos convertimos en una herramienta para despertar conciencias, para transformar a la sociedad y para mejor servir a la patria, nunca nuestros balances pueden salir positivos.

El precio de la disidencia, el resultado de un periodismo veraz, independiente, insumiso con los poderosos y azote de la corrupción (venga de donde venga) es carecer de propaganda institucional, de publicidad de grandes compañías empresariales y financieras… sobrevivir de donativos y suscripciones, vivir el día a día con absoluta falta de medios y sin saber muy bien cómo podrás trabajar al día siguiente y convencidos de que Dios no nos va a dejar nunca de su mano pues, al fin, esta es una labor auténticamente de FE: la FE del carbonero.

Así las cosas, cada vez que me preguntan Josele ¿qué te pasa con VOX? respondo lo mismo: absolutamente nada, ¿qué habría de pasarme? ¿lo dices porque critico las golferías de Abascal y sus secuaces?

¿Por qué no me preguntas, Josele qué te pasa con el PSOE?

Que yo recuerde, así en los últimos días, además de referirme siempre a Pedro Sánchez como “El Okupa de la Moncloa”, he acusado al suegro del presidente del gobierno y secretario general del PSOE de estar involucrado (a través de la cadena de saunas homosexuales de las que era propietario) en la mayor trama de pederastia de Argentina, he llamado -por enésima vez- (sin utilizar el socorrido “presunto” siquiera) pederasta al diputado socialista y exalcalde de San Sebastián Odón Elorza, hemos denunciado en La Tribuna del Reino de Valencia (uno de los 8 digitales del GRUPO Tribuna de España) a un concejal socialista detenido por violación, hemos acusado al presidente de la Generalidad Valenciana, Chimo Puig (porque eso de Ximo es catalán) de cohecho ¡que es un delito gravísimo! y de beneficiar a las empresas audiovisuales de su hermano, hemos llamado prevaricadora a la ministro de Justicia por haber participado de una mordida de 30 millones de euros para evitar la extradición a Guatemala de un miembro del “clan Botín” y hemos pedido su dimisión por no haber actuado –cuando era fiscal de la Audiencia Nacional- contra los compañeros a los que vio acostarse con menores en Cartagena de Indias, hemos acusado al ministro Borrell de ser un felpudo de George Soros y de venderse –entre otros muchos- a los intereses de la dictadura marroquí, hemos pedido la dimisión del ministro de Interior (que siempre recordamos que es llamado "El mari**n" por su compañera de Gabinete, Dolores Delgado) por utilizar a la Policía Nacional para cargar contra patriotas y defender a las provocadoras de Femen el 20N en la plaza de Oriente de Madrid, hemos denunciado la protección que Susana Díaz prestó -junto a "su osito" el alcalde de Puente Genil- del pederasta Jefe de la Policía Local, hemos denunciado la Ley de memoria Histórica que se caga, literalmente, en la libertad de expresión, de información, de prensa y de cátedra (todas ellas consagradas en la putrefacta Constitución del 78).

¿Por qué no me preguntas, Josele qué te pasa con el PP?

He acusado de pederastas (sin el presunto por delante) a Francisco Camps –expresidente de la Generalidad Valenciana- y a Carlos Fabra –expresidente de la Diputación de Castellón-, hemos acusado a Soraya Sáenz Santamaría (a la que siempre me he referido como “Bolita de Azufre”) de posible encubrimiento de asesinato en la muerte de Emilio Botín, de usar el CNI para perseguir a sus rivales políticos internos y externos, de pactar con los golpistas catalanes, a Rajoy le acusamos de seguir cobrando irregularmente todo el tiempo que estuvo en política de una plaza de Registrador de la Propiedad que no ejercía, además de llamarle cobarde, traidor, tonto, vendido y cualquier adjetivo que puedan imaginar, hemos denunciado al exministro Montero casi por cada frase que ha pronunciado, hemos denunciado los servicios al Banco de Santander de la vicepresidencia del Gobierno, hemos destapado toda la mafia de corrupción en Cartagena y Murcia y cómo se ha vendido el PP a la compañía Aguas de Barcelona financiando con el recibo del agua de los cartageneros el 3% del independentismo catalán, hemos denunciado la reiterada prevaricación del exministro de justicia Rafael Catalá y, hace tan sólo 48 horas publicábamos en otro de los periódicos del GRUPO Tribuna de España, en La Tribuna de la Provincia de Cartagena, “el pedazo de negocio privado” que tienen montado Consejería de Salud de la CARM y Jefe de Servicio de Cardiología del Hospital de La Arreixaca (Murcia) para operar a los pacientes en clínicas privadas a 15.000 euros por intervención, forrándose el propio jefe de servicio y aumentando el índice de morataldad de los cartageneros en lista de espera…

¿Por qué no me preguntas, Josele qué te pasa con Ciudadanos?

Sólo les ofrezco el último titular que ha sido Portada de nuestro periódico, publicado hace tan sólo 4 días -por no alargar este Editorial pero podría sacarles decenas de noticias que han sido portada de La Tribuna de España-: “Reunión secreta entre Alberto Rivera y George Soros, con la embajadora de Marruecos como anfitriona. Se asegura que siga la invasión musulmana de España”.

¿Por qué no me preguntas, Josele qué te pasa con Podemos?

Al igual que en el caso anterior –y sólo en aras a la brevedad- les ofrezco tan sólo el último e ilustrativo titular que ha sido Portada de nuestro periódico, publicado hace tan sólo 5 días: “Una asesina candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila. Pilar Baeza fue condenada a 30 años de cárcel por asesinato”.

Entonces, ¿a qué viene tanto preguntarme por VOX?

¿Es que no reparto estopa, por igual, izquierda, centro (que aún no sé qué coxx es eso del centro) y derecha, venga por dónde venga y caiga quién caiga?

¿Es que tengo yo la culpa de que el presidente de VOX en Lérida sea un “presunto” abusador de menores? ¿Es que tengo yo la culpa de que el presidente de VOX en Salamanaca fuera multado por tenencia de drogas? ¿Es que tengo yo la culpa de que el presidente de VOX en Las Palmas haya sido condenado a dos años de cárcel por delito Fiscal? ¿Es que tengo yo la culpa de que el portavoz de VOX –también en Las Palmas- esté imputado por estafa y haya amenazado públicamente al Policía que le denunció diciendo “la vida da muchas vueltas y a lo mejor mañana yo soy ministro de Interior o amigo del que sea ministro?

Miren ustedes, un periodista vale mucho más por lo que calla que por lo que escribe.

Les aseguro que de VOX –como del resto de partidos- tengo información muy muy muy comprometedora, mucho más que toda la que he publicado hasta el momento.

Lo que ocurre es que VOX es el primer partido que se querella contra este periodista, una querella que -acaso por la experiencia- (me han presentado 28, la de VOX es la número 29 en mi carrera profesional y llevo, hasta día de hoy 0 condenas) no me preocupa lo más mínimo. Porque de todo lo que se me acusa tengo pruebas para presentar ante Su Señoría.

Ocurre, eso sí, que mi paciencia tiene un límite y, tal vez, de aquí al día 20 -fecha en que tengo que acudir al juzgado- si me siguen tocando la masa testicular, cuando termine de declarar ante el juez, igual paso al despacho de al lado y pongo en manos de la Fiscalía documentación suficiente para que inicie acciones en plena campaña electoral que, esto sí podría traer de cabeza al provocador Ortega Smirth y su equipo de abogados.

Así que, el otro día era un ruego esta frase que escribía y que hoy se convierte en una advertencia en toda la regla, en un aviso para navegantes: “Señores de VOX, no disparen al pianista”.





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Josele Sánchez


Director de La Tribuna de España.
 
¿Dónde está nuestro sitio? En busca del sueño perdido
OPINIÓN
PUBLICADO EL LUNES, 11 MARZO 2019 15:02 ESCRITO POR JESÚS BERMEJO VILLAR

En busca del sueño perdido





Una legión de imbéciles piensan que sacar los trapos sucios de un partido que se presenta como "patriota y regenerador de la vida política de España" es hacerle el juego a los comunistas (como si en La Tribuna de España no denunciáramos las miserias y corruptelas de TODOS los partidos políticos). Y en su supina ignorancia creen que apoyamos otras opciones políticas cuando, desde La Tribuna de España, RECHAZAMOS cualquier opción política dentro del sistema, TODAS y abogamos por acabar con el Régimen del 78. A partir de ahí, respetamos que cada lector vote a quien considere menos malo, que vote en blanco, nulo o que recurra a la ABSTENCIÓN -que lejos de ser "tirar el voto"- respresenta el auténtico voto contra el sistema. Nos da exactamente igual a quién vota cada uno y, como decía un viejo cartel falangista auténtico de la Transición "apoya y vota al más decente y si no lo encuentras: abstente".

El artículo de Jesús Bermejo nos habla de donde encontrar nuestro sitio, -como decía José Antonio- "en una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa. No está ahí nuestro sitio".

Este artículo es una necesaria ráfaga de aire fresco, un bello tulipán crecido en medio de un estercolero...








Se hace tortuoso, a veces demasiado angosto, ver pasar el devenir de los días sin conseguir nada gratificante a lo que agarrarnos. Lo que anhelamos se difumina en la búsqueda de un santo Grial que no acabamos ni siquiera de visualizar. Un enjambre de caminos por el cual no saber tirar y terminar actuando sistemáticamente como perros de pavlov. Ese enjambre que solo tiene un destino, triste destino, que es la globalización en su más estricta génesis. Un todo en uno, que más que solucionar unos pocos problemas, los acrecienta de manera considerable al carecer de una idea alta. Un Himalaya de falsedades sin sentido que cobra fuerza dentro de una gran urbe, donde todo ser viviente bebe coca-cola, come en un Mcdonalds y viste de igual forma, estrafalaria, sin el más mínimo sentido de belleza ni de cordura.

¿Y cuál es la solución a este magma de incongruencias? ESCAPAR…



Días largos, en los que una vez hallada la paz del descanso de la familia en el hogar, sin afán de conciliar el sueño, uno hace su trabajo, el de pensar, meditar, mejorar y sumergirse en la lucha más importante del que dispone de alma. Una lucha consigo mismo, una rebelión del pensamiento. Cada uno busca su ruta de escape, su atajo hacia la felicidad. Yo la encontré en los reblos, en mis dos hermosas villas castellanas de encinas centenarias, de sosegada calma, y pueblos cada vez menos rebosantes de agua y de vida. Cogerse el coche, maletas llenas de aventuras, y viajar con tu familia al hombro, unos niños que no cesan de parlar, una mujer que no se cansa de aguantarlos, y un padre que no cesa de sonreír… a la vez que se llena de tristeza al ver esas zonas rurales en constante desaparición. Pueblos llenos de historias en sus ya, cada vez más ancianos “sabios”, pero ningún oído para escucharlos. Persianas bajadas, tejados caídos por el poder incesante de la lluvia a lo largo de los inviernos y sin unas manos fuerte y jóvenes para levantarlos. Montes repletos de animales y tierras sin cultivar. Donde antes había un hombre arañando la tierra que daba de comer a su prole, ahora sólo hay cardos y rebrotes que indican que un día hubo vida. Una época en la que se rezaba a San Isidro Labrador y rebosaban, en las fiestas de guardar, las iglesias. Esos majestuosas templos con sus despampanantes campanarios que ahora sólo cumplen una triste misión, el dar sacro entierro a aquellos que nunca recogerán el fruto de lo que sembraron. He aquí en este punto donde se libra la mayor de las batallas, la batalla cultural de los valores rurales contra los modales mundanos de la metrópoli.



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El mundo rural es un firme defensor de las tradiciones, folklore e identidad de una nación. Un escudo contra el mundialismo y la globalización. La sociedad rural trabaja generalmente en la conservación y mantenimiento de rincones etnológicos a través de sus ferias patrimoniales. Sin duda la sociedad rural está manteniendo un legado histórico que sin su trabajo desinteresado ya se habría perdido. Debido a la distancia entre los asentamientos, la cadena activa de producción es más difícil, permitiendo el uso del trueque que favorece y prioriza la producción doméstica de bienes y comestibles. Mientras en las grandes urbes se tratan asuntos de extrema preocupación como la desigualdad, corrupción… en las zonas rurales estos problemas son apenas intrascendentes. Al disponer de menores tecnologías, se tiende más al apego entre las gentes, solidaridad de forma natural y el respeto a las tradiciones, valores totalmente despojados de las grandes ciudades. En los pueblos se trabaja con una conexión permanente con la madre naturaleza, recorriendo el surco, el gas natural se cambia por la leña a golpe de hacha y directo a la lumbre, sin IVA. Se cambian los grandes restaurantes de estrellas Michelín por laboriosas bodegas de trabajo inmenso, de generación en generación, merendando a 10 metros bajo tierra saboreando el olor de cada golpe de pico que hizo falta para su construcción. Una conexión con tus ancestros que se siente por cada paso que das en el encinar, cada fruto que coges de sus árboles incansables de aportar “cosecha” año tras año, cada uva de sus cepas, cada palo a la estufa, cada matanza, cada…. Imposible recordar sin emocionarse. Ahí es donde está nuestro santo grial en la búsqueda de nuestra identidad. La identidad que se conserva en el trabajo duro, en la disciplina y la “mano dura” de los papás que son más propensos a no conceder cualquier capricho a sus hijos material. Esa identidad que Julius Evola elevaba hacia lo alto”, una civilización tradicional entiéndase como orgánica, tal que en su interior toda la actividad esté orientada de forma unitaria según una idea central, más específicamente, de “lo alto hacia lo alto”, que significa hacia algo superior a lo naturalista. Esta orientación presupone un conjunto de principios inviolables a lo largo de las generaciones de inmutable validez y con carácter metafísico.

O como dice el propio Hegel, se trata de reconocer, en la apariencia de lo temporal y de lo transitorio, la sustancia, que es inmanente, es lo eterno, que es lo actual”.



Claro queda que la búsqueda de la identidad requiere forzosamente la búsqueda del mundo rural. Estamos ante una generación de gente emocionalmente débil, todo debe ser suavizado, porque es ofensivo, incluso la verdad pero el no caracterizarnos como esa juventud amorfa, nos hará audaces, libres, y sobre todo incorregibles ante la búsqueda de nuestro sueño perdido.



Jesús Bermejo Villar en exclusiva para La Tribuna de España
 
Es mucho más coherente subvencionar a la patronal. Sin duda.
Puede que haya gente a la que le gustaría determinadas ayudas o subvenciones fiscales para animar la creación de pymes y de más empleo por esa vía, por que no?

Me refería a la coherencia de votar a un determinado programa político, el de el partido que más te guste o se acerque a tus ideas.
 
Puede que haya gente a la que le gustaría determinadas ayudas o subvenciones fiscales para animar la creación de pymes y de más empleo por esa vía, por que no?

Me refería a la coherencia de votar a un determinado programa político, el de el partido que más te guste o se acerque a tus ideas.

No, claro que no. Es mucho mejor como estamos: la mitad en la miseria. ¡Que se jodan! como diría alguna. Además, el currito de las paguitas no evade el dinero a suiza, así que queda por el país circulando hasta que ya por fin te lo extraiga el banquero. Y ya sí: a suiza de nuevo.
 
¿Dónde está nuestro sitio? En busca del sueño perdido
OPINIÓN
PUBLICADO EL LUNES, 11 MARZO 2019 15:02 ESCRITO POR JESÚS BERMEJO VILLAR

En busca del sueño perdido





Una legión de imbéciles piensan que sacar los trapos sucios de un partido que se presenta como "patriota y regenerador de la vida política de España" es hacerle el juego a los comunistas (como si en La Tribuna de España no denunciáramos las miserias y corruptelas de TODOS los partidos políticos). Y en su supina ignorancia creen que apoyamos otras opciones políticas cuando, desde La Tribuna de España, RECHAZAMOS cualquier opción política dentro del sistema, TODAS y abogamos por acabar con el Régimen del 78. A partir de ahí, respetamos que cada lector vote a quien considere menos malo, que vote en blanco, nulo o que recurra a la ABSTENCIÓN -que lejos de ser "tirar el voto"- respresenta el auténtico voto contra el sistema. Nos da exactamente igual a quién vota cada uno y, como decía un viejo cartel falangista auténtico de la Transición "apoya y vota al más decente y si no lo encuentras: abstente".

El artículo de Jesús Bermejo nos habla de donde encontrar nuestro sitio, -como decía José Antonio- "en una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa. No está ahí nuestro sitio".

Este artículo es una necesaria ráfaga de aire fresco, un bello tulipán crecido en medio de un estercolero...








Se hace tortuoso, a veces demasiado angosto, ver pasar el devenir de los días sin conseguir nada gratificante a lo que agarrarnos. Lo que anhelamos se difumina en la búsqueda de un santo Grial que no acabamos ni siquiera de visualizar. Un enjambre de caminos por el cual no saber tirar y terminar actuando sistemáticamente como perros de pavlov. Ese enjambre que solo tiene un destino, triste destino, que es la globalización en su más estricta génesis. Un todo en uno, que más que solucionar unos pocos problemas, los acrecienta de manera considerable al carecer de una idea alta. Un Himalaya de falsedades sin sentido que cobra fuerza dentro de una gran urbe, donde todo ser viviente bebe coca-cola, come en un Mcdonalds y viste de igual forma, estrafalaria, sin el más mínimo sentido de belleza ni de cordura.

¿Y cuál es la solución a este magma de incongruencias? ESCAPAR…



Días largos, en los que una vez hallada la paz del descanso de la familia en el hogar, sin afán de conciliar el sueño, uno hace su trabajo, el de pensar, meditar, mejorar y sumergirse en la lucha más importante del que dispone de alma. Una lucha consigo mismo, una rebelión del pensamiento. Cada uno busca su ruta de escape, su atajo hacia la felicidad. Yo la encontré en los reblos, en mis dos hermosas villas castellanas de encinas centenarias, de sosegada calma, y pueblos cada vez menos rebosantes de agua y de vida. Cogerse el coche, maletas llenas de aventuras, y viajar con tu familia al hombro, unos niños que no cesan de parlar, una mujer que no se cansa de aguantarlos, y un padre que no cesa de sonreír… a la vez que se llena de tristeza al ver esas zonas rurales en constante desaparición. Pueblos llenos de historias en sus ya, cada vez más ancianos “sabios”, pero ningún oído para escucharlos. Persianas bajadas, tejados caídos por el poder incesante de la lluvia a lo largo de los inviernos y sin unas manos fuerte y jóvenes para levantarlos. Montes repletos de animales y tierras sin cultivar. Donde antes había un hombre arañando la tierra que daba de comer a su prole, ahora sólo hay cardos y rebrotes que indican que un día hubo vida. Una época en la que se rezaba a San Isidro Labrador y rebosaban, en las fiestas de guardar, las iglesias. Esos majestuosas templos con sus despampanantes campanarios que ahora sólo cumplen una triste misión, el dar sacro entierro a aquellos que nunca recogerán el fruto de lo que sembraron. He aquí en este punto donde se libra la mayor de las batallas, la batalla cultural de los valores rurales contra los modales mundanos de la metrópoli.



Ver el archivo adjunto 973564







El mundo rural es un firme defensor de las tradiciones, folklore e identidad de una nación. Un escudo contra el mundialismo y la globalización. La sociedad rural trabaja generalmente en la conservación y mantenimiento de rincones etnológicos a través de sus ferias patrimoniales. Sin duda la sociedad rural está manteniendo un legado histórico que sin su trabajo desinteresado ya se habría perdido. Debido a la distancia entre los asentamientos, la cadena activa de producción es más difícil, permitiendo el uso del trueque que favorece y prioriza la producción doméstica de bienes y comestibles. Mientras en las grandes urbes se tratan asuntos de extrema preocupación como la desigualdad, corrupción… en las zonas rurales estos problemas son apenas intrascendentes. Al disponer de menores tecnologías, se tiende más al apego entre las gentes, solidaridad de forma natural y el respeto a las tradiciones, valores totalmente despojados de las grandes ciudades. En los pueblos se trabaja con una conexión permanente con la madre naturaleza, recorriendo el surco, el gas natural se cambia por la leña a golpe de hacha y directo a la lumbre, sin IVA. Se cambian los grandes restaurantes de estrellas Michelín por laboriosas bodegas de trabajo inmenso, de generación en generación, merendando a 10 metros bajo tierra saboreando el olor de cada golpe de pico que hizo falta para su construcción. Una conexión con tus ancestros que se siente por cada paso que das en el encinar, cada fruto que coges de sus árboles incansables de aportar “cosecha” año tras año, cada uva de sus cepas, cada palo a la estufa, cada matanza, cada…. Imposible recordar sin emocionarse. Ahí es donde está nuestro santo grial en la búsqueda de nuestra identidad. La identidad que se conserva en el trabajo duro, en la disciplina y la “mano dura” de los papás que son más propensos a no conceder cualquier capricho a sus hijos material. Esa identidad que Julius Evola elevaba hacia lo alto”, una civilización tradicional entiéndase como orgánica, tal que en su interior toda la actividad esté orientada de forma unitaria según una idea central, más específicamente, de “lo alto hacia lo alto”, que significa hacia algo superior a lo naturalista. Esta orientación presupone un conjunto de principios inviolables a lo largo de las generaciones de inmutable validez y con carácter metafísico.

O como dice el propio Hegel, se trata de reconocer, en la apariencia de lo temporal y de lo transitorio, la sustancia, que es inmanente, es lo eterno, que es lo actual”.



Claro queda que la búsqueda de la identidad requiere forzosamente la búsqueda del mundo rural. Estamos ante una generación de gente emocionalmente débil, todo debe ser suavizado, porque es ofensivo, incluso la verdad pero el no caracterizarnos como esa juventud amorfa, nos hará audaces, libres, y sobre todo incorregibles ante la búsqueda de nuestro sueño perdido.



Jesús Bermejo Villar en exclusiva para La Tribuna de España

Que bonito artículo... yo suelo hacer muchos km viajando por España cuando tengo alguna vacación o puente y en especial mi marido y yo nos hemos centrado en la provincia de Teruel (ninguno de los dos somos de allí), nos enamoró el paisaje, el agua que salta de aqui o alli, la comarca de Matarraña es bella pero también tienen pueblos clasificados como "los mas bonitos de España" como Mora de Rubielos y Rubielos de Mora... hay muchos pueblos que me encantan pero van camino de tener problemas con la población, que se va reduciendo, otros aún estando abandonados son mágicos, conservan belleza y misterio... bueno pues tal es el enamoramiento que sentimos por esa provincia que una buena parte de mi presupuesto para alimentación lo gasto comprando a pequeños productores que venden en sus webs o a través de otras webs, venden mermeladas, embutidos, verduras en bote de cristal, compro setas deshidratadas, trato de que los productos sean de Teruel para ayudar a la zona, aparte de que me beneficio comiendo cosas que tienen una calidad muy superior a lo que es industrial... Imagino que si internet llegase a muchos de estos pueblos, solo con eso, estas personas se podrían centrar en vender sus productos, pero es que ni siquiera eso, no tienen conexiones buenas, o no tienen y asi se les cierra el futuro y los expulsan de su tierra... pues a lo que voy, a invitar a la gente a que les compren a estas personas de Aragón, Castellón, Extremadura, etc, las zonas que se van desertizando, quizas asi los de las ciudades más grandes podamos mantener vivo a ese campo y esos pueblos que son un tesoro para nuestro pais...
 
No, claro que no. Es mucho mejor como estamos: la mitad en la miseria. ¡Que se jodan! como diría alguna. Además, el currito de las paguitas no evade el dinero a suiza, así que queda por el país circulando hasta que ya por fin te lo extraiga el banquero. Y ya sí: a suiza de nuevo.

No hay que hacerse ilusiones con las paguitas, cuando vas a preguntar por los requisitos tienes que vivir debajo de un puente para que te den algo, por ejemplo si tienes un pequeño local pero estas parado y no tienes con que mantener a tu familia, no te darán NADA,,,, y no te digo la cantidad de locales que solo producen gastos porque no se pueden alquilar, hay gente que no sabe que hacer con ellos... Ahora mismo me estaba leyendo los requisitos de esa paga para mayores de 52 años, necesitas haber cotizado 6 años por cuenta ajena si eres español, si eres inmigrante retornado solo tienes que haber cotizado 1 año, como siempre se lo ponen más fácil al de fuera, esto es una regla de tres... y el tiempo que has cotizado como autonomo no te vale para nada, creo haber entendido, sino es asi pues que alguien me corrija... Lo de las ayudas para españoles es puro humo, por cualquier cosa ya estas descalificado---

Y como venga una crisis económica, esos decretos se anulan en cinco minutos porque no hay dinero, asi lo hizo Zapatero y luego Rajoy, y se cargan tropecientos mil decretos de golpe y de vuelta al punto de partida: PARO Y EMPOBRECIMIENTO... asi que me temo que necesitamos otro tipo de medidas más inteligentes o con distintos requisitos... o vamos a repetir la crisis del 2007 se nos oirá llorando a kilometros de distancia...
 
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