Abogado de la SGAE Pedro Letai, pareja de Laura Ponte, pillado plagiando.

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El abogado de la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE) Pedro Letai, pareja de Laura Ponte, publica un libro de aforismos y varios tuiteros descubren que son frases plagiadas de cuentas de Twitter. Para más guasa este hombre escribió un libro titulado
"La infracción de derechos de propiedad intelectual sobre la obra musical en internet" que se puede ver aquí:
https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/9333/48795_Letai Pedro.pdf?sequence=1



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Pedro Letai, abogado, poeta y novio de Laura Ponte, acusado de plagio en twitter

Los plagios en Twitter y otras licencias a considerar. El enfado y la pasión se ha desatado en la red más polémica. Hablamos de la última

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En Twitter no hace falta el chiste fácil para triunfar. Se pueden alcanzar la fama tuitera con cosas complicadísimas. Con ejecutar una tabla de ejercicios de gimnasia rítmica a ritmo de Michael Jackson con tanta vitalidad que despiertan ganas de volver al gimnasio a la más enyesada de todas las suscriptoras de Netflix, por ejemplo. O con haber publicado un libro de aforismos sembrado de tuits ajenos.

Es lo que le ha pasado a Pedro Letai, abogado, poeta y novio de Laura Ponte. Varios tuiteros lo acusan de haber compuesto su último libro, Las cosas que no pueden ser, a base de tuits ajenos.

En noviembre de 2018, la periodista @CharoLagares añadió a uno de sus tuits, lanzado en 2016, las imágenes del aforismo “de Letai” ya en papel. La publicación de ella decía: “De sobra es conocido que los jerséis de cuello vuelto masculinos solo son para modelos, esquiadores o poetas malditos”. La de él, también. Pedro Letai, añade en el hilo tuitero, le aseguró que “debió de apuntarlo en uno de sus cuadernos y se lió con la autoría”. El 16 de enero, el tuitero @CaryGooper compartió un caso parecido. Se topó con una entrevista al poeta y el titular le llamó la atención. “La genética es una estafa piramidal”, sentenciaba Letai. La frase le sonaba. La había escrito él en 2014.

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No era la única. “Para qué queremos a Dios si tenemos ibuprofeno, que perdona igual pero no juzga” o “Reparto excusas con la pericia de un mago que lanza dagas a una doncella giratoria” también se encontraban en el copy & paste de Letal. La Huerta Grande, la editorial que ha publicado el libro, ha respondido a @CaryGooper que sienten “como editorial lo que dice. Los autores son responsables de la propiedad intelectual de la obra, pero, como editorial, nos vemos obligados a esclarecer el asunto y nos ponemos a ello”. En esas están. Al diario El Español, Letai ha explicado “que seguro que contienen ideas que otros hayan podido expresar antes”. Él sabe de estas cosas, del origen de las ideas y las obras. Por algo es abogado de la SGAE.

https://www.marie-claire.es/planeta...nte-acusado-de-plagio-en-tuitter-871547660947
 
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Ray Loriga y Manuel Jabois, los autores plagiados por Pedro Letai, abogado de la SGAE. Carmen Suárez.


Cultura Propiedad intelectual
Pedro Letai, abogado de la SGAE, plagió artículos completos de Ray Loriga y Jabois en su novela

La novela de Letai 'Siete canciones pasada la medianoche' contiene 99 páginas con plagios a Loriga y Jabois, de las 160 totales.

29 enero, 2019 03:40

Lorena G. Maldonado @lorenagm7

“En la vida uno apenas puede hacer nada; en la ficción todo es propio, hasta lo robado”. Lo escribió Ray Loriga -autor de obras como Héroes, Tokio ya no nos quiere, Ya sólo habla de amor o Rendición, esta última ganadora del Premio Alfaguara de novela 2017- en un artículo de Babelia publicado en 2004 y lo plagió Pedro Letai -abogado de la SGAE y experto en propiedad intelectual- en su libro Siete canciones pasada la medianoche (editorial noVelnoBel), publicado en 2014.

Que la frase sea idéntica no es una raya en el agua; no una mera coincidencia. Esta novela, en la que “el autor repasa la vida desde el escepticismo de un periodista que busca su lugar definitivo”, como reza la sinopsis, está construida a base de plagiar artículos enteros del propio Ray Loriga y del escritor y periodista Manuel Jabois. También fusila algún aforismo de Benjamín Prado, como “si te lo piensas dos veces, te equivocas el doble”. Pueden verse 11 ejemplos en el siguiente enlace, desglosados al final del artículo.

[Consulte algunos de los textos de Loriga y Jabois plagiados por Letai]

Letai fue acusado de plagio hace unos días por varios usuarios de Twitter, que denunciaban que hubiese usado sus tuits, sin citar, en su otro libro Las cosas que no pueden ser (editorial La Huerta Grande). El abogado de la SGAE, consultado por este periódico, se limitó a alegar que ese tomo “se compone de más de 300 aforismos, además de algunos poemas y textos en prosa, recopilados a lo largo de cuatro años”: “Por su propia naturaleza y por la época en la que vivimos, seguro que contiene frases breves, y sobre todo, ideas, que otros hayan podido expresar con anterioridad, de forma igual o parecida. Nada más lejos de mi intención el que sientan que me he apropiado de ellas”, clausuró.


En esta ocasión esa excusa no sirve: de las 160 páginas de Siete canciones pasada la medianoche, 99 contienen plagios -que EL ESPAÑOL haya podido contrastar-. Se trata de textos copiados de El País, Babelia, El País Semanal, El Mundo, GQ o Frontera D, siempre firmados por Loriga o Jabois. Algunos de los extractos robados también pertenecen a obras como Ya sólo habla de amor (Ray Loriga, Alfaguara, 2008), Días aún más extraños (Ray Loriga, El Aleph Editores, 2007), Irse a Madrid y otras columnas (Manuel Jabois, Pepitas de Calabaza, 2011) o Manu (Jabois, Pepitas de Calabaza, 2013).

Plagio desde el prólogo

El plagio arranca ya en el prólogo de la novela de Letai y se extiende hasta sus últimas páginas: mezcla constantemente párrafos de Loriga y de Jabois. A veces se permite corregir al autor plagiado. Por ejemplo, en esta columna de Loriga titulada Gracias, señor Dylan, y publicada en El País el 4 de julio de 2004. “Ya lo dijo Lorca, todas las cartas de amor son necesariamente estúpidas, y aun así, bien lo saben los fascistas, no hay nada más difícil que tumbar a un buen poeta”, escribe Loriga. Letai se da cuenta de su error; la cita era de Pessoa, y así la incluye en su libro: “Ya lo dijo Pessoa, todas las cartas de amor son necesariamente estúpidas, y aun así, bien lo saben los fascistas, no hay nada más difícil que tumbar a un buen poeta”. Exactamente igual, pero con el detalle de la corrección.

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Página plagiada, excepto el detalle de Pessoa.


Más descubrimientos sorprendentes. En un artículo de Jabois llamado La noche que no fue, publicado en Frontera D en septiembre de 2010, cita lugares como el “Teatro Principal de Pontevedra”. Letai copia los párrafos de forma idéntica, pero cambia la localización por “el Teatro Villa de Móstoles”. En otras ocasiones sustituye “Pontevedra” por “Madrid”. En el relato original de Jabois aparece Leonor Watling cantando. Letai le cambia el nombre por Sophie Auster.

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Extracto donde Letai cambia a Leonor Watling por Sophie Auster.


"Me recuerdas a Ray Loriga"

En las páginas 48 y 49 de Siete cuentos pasada la medianoche, encontramos una alusión a Ray Loriga, pero no para citar sus palabras. Letai cuenta cómo Cris, una de las protagonistas de la novela, llama al protagonista “Ray”: “Ella me llamaba así y nunca por mi nombre porque cuando leyó un librito de poemas míos, Caballo salvaje que arrasas la madrugada, me dijo que lo que escribía y esa estética del perdedor americano le recordaba a Ray Loriga, aquel escritor que encabezó lo que Vázquez Montalbán bautizó como la Generación X, una especie de grupo de aprendices de Bukowski, Foster Wallace y Easton Ellis que se cansaban de repetir que no les gustaban especialmente Bukowski, Wallace ni Easton Ellis, y que acabó con todos peleados. Aún así, a mí aquello me hacía cierta gracia y hasta me daba cierto orgullo”, escribe.

En las páginas 69-70 de la novela, Letai vuelve a copiar un texto prácticamente íntegro de Jabois publicado en El Mundo, pero mientras que el periodista dice que se va a comprar “un Ferrari”, Letai lo cambia por “un Audi”, como vemos en la siguiente fotografía.

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Páginas de Letai copiadas de Jabois, cambiando el "Ferrari" por el "Audi".


En la 71-72, tras otro artículo de Jabois publicado en Frontera D y copiado del inicio al fin, se permite cambiar una alusión a “Antonio Gala” por “Juan Manuel de Prada”. Puede verse en la imagen superior, en la página de la derecha.

En las páginas 144-149 del libro, Letai plagia un texto de Ray Loriga publicado en El País y recogido también en Días aún más extraños (El Aleph Editores, 2007). De la primera palabra a la última. Sin embargo, mientras Loriga cita a Ricardo Piglia en varias ocasiones, Letai elimina las alusiones, como si también hubiesen sido ocurrencia suya.

Experto en propiedad intelectual

El caso de las 99 páginas que contienen plagios obsesivamente recurrentes sobre el trabajo de Loriga y Jabois resulta más llamativo aún teniendo en cuenta que Letai es experto en propiedad intelectual y que ha publicado artículos como éste, La vida después de un largo naufragio, en El Notario, donde señala que la problemática por los derechos deviene de la “total falta de conciencia que en nuestra sociedad tenemos actualmente respecto de lo que significa la propiedad intelectual y la necesaria protección del trabajo de nuestros autores y artistas”.

Sigue: “Descargarse ilegalmente un disco o una película ha pasado a convertirse en una costumbre más de nuestra vida cotidiana, casi diaria. La propiedad intelectual ha dejado de entenderse como lo que es, una propiedad privada, y nos enfrentamos así a un problema educacional grave. No dejaremos jamás, espero, a nuestro hijo robar un cuadro en un museo o subirse a jugar a una embarcación ajena cuando paseemos por un puerto con él en verano. Pero, después, llegaremos a casa y nos descargaremos una película para verla juntos, o buscaremos esa canción que tanta gracia nos hace para escucharla en el coche. Ni siquiera al leer estos ejemplos nos resultan ya situaciones equiparables a las del museo o la lancha, pues nuestra óptica ha quedado totalmente deformada. Créanme que, jurídicamente, estamos hablando de lo mismo”, escribe.

Pedro Letai y Jabois responden

Letai, consultado por este periódico, cuenta al teléfono que fue engañado por un editor de Salamanca -Ricardo González- que presuntamente murió hace dos años, y que, por tanto, no reconoce "los hechos". "Pero en cualquier caso pido que se deje de hurgar en el personaje público que no soy ni he pretendido nunca ser", sostiene. No le dio mayor importancia al tratarse de una "editorial mínima", aunque reconoce que tuvo que haber "pedido la retirada de los pocos ejemplares que había circulando" y "emitir un comunicado explicando la confusión".

Ray Loriga, por su parte, no quiere hacer declaraciones. Manuel Jabois también prefiere "no decir nada": "Me dan mucha vergüenza ajena estas cosas. Es como si estoy en un cuarto con una persona, hay 50 euros míos encima de la mesa, salgo, vuelvo y no están. Me parecería tan ridículo que haría como si estuviesen".

Desglose del PDF adjunto

En total, son 99 páginas las que contienen plagios. Aquí, a modo de muestra, 11 de ellas.

1. A la izquierda, el original, a la derecha, la copia. Izq: 'A modo de presentación', publicado por Jabois en GQ. A la derecha, el extracto copiado por Letai en su libro, extraída de su versión en Kindle.

2. '¡Adiós, Madrid!', una columna de Ray Loriga publicada en El País. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.

3. 'Tres palos', una columna de Ray Loriga publicada en El País. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.

4. 'Gracias, señor Dylan', una columna de Ray Loriga publicada en El País. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.

5. 'En compañía', un artículo de Ray Loriga publicado en El País. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.

6. 'La noche que no fue', un artículo de Manuel Jabois publicado en Frontera D. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.

7. 'La serpiente', un artículo de Ray Loriga publicado en El País Semanal. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.

8. 'Los libros quemados', una crónica de Ray Loriga publicada en El País. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.

9. '¡Adiós, Madrid!', una columna de Ray Loriga publicada en El País. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.

10. 'La que está cayendo', una columna de Manuel Jabois publicada en El Mundo. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.

11. 'La nueva de Woody Allen', una columna de Jabois publicada en El Mundo. A la derecha, el extracto copiado por Pedro Letai en su libro.
https://www.elespanol.com/cultura/2...-articulos-ray-loriga-jabois/371963967_0.html
 
Con la cara que se gasta Laura Ponte en esta foto, el plagio es lo de menos.
Lo realmente grave es que tenga un ojo pa-cá y otro pa-llá, y el resto de la cara desencajada al consonante.
Por Dior, que tiene mi edad, más o menos !!
Lo que le pasa a Laura se llama envejecer y le pasa a toda la población si no se muere antes. Con el paso de los años la gente se vuelve más fea, se arruga y se le descuelga la cara. Laura es del 73, es imposible que luzca como cuando modelaba en los 90. A mi me parecía guapa sin más, no me parecía espectacular. Sumado a que es muy delgada y fumadora se ve demacrada. Si eres más o menos de la edad de Laura verás a otra gente que su cara y cuerpo ha cambiado desde la década de los 90 y el 2000. El otro día me crucé en el super con un hombre que tiene ahora 41 y cuando tenía 17-18 me parecía guapísimo. Ahora tiene una cara que parece una mezcla entre Shrek y Hulk, grande con mucha grasa, el entrecejo todo arrugado y de tono rosado. El año pasado me encontré con una conocida que debe ser de la edad de Laura y se había puesto toda la dentadura nueva y le había cambiado toda la forma de la cara. Debió ir a lo barato y parecía que llebaba la dentadura de un burro. Con todo esto quiero decir que yo a Laura la veo normal para su edad. Guapísima no fue nunca, no va a serlo ahora con 45 años.
 
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