A 50 años de la muerte de Jimi Hendrix: el duelo con Clapton, el mito y su trágico último día

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A 50 años de la muerte de Jimi Hendrix: el duelo con Clapton, el mito y su trágico último día
Es considerado el más grande guitarrista de rock de todos los tiempos. En apenas cuatro años se transformó en referente de toda una generación que lo veneró. Sus adicciones al alcohol y las drogas marcaron su final. Su muerte tuvo aristas polémicas, y la edad en que falleció lo hicieron parte del “Club de los 27”
Por Matías Bauso
18 de Septiembre de 2020



Jimi Hendrix el más grande guitarrista de rock (Pixabay)
Jimi Hendrix el más grande guitarrista de rock (Pixabay)

Le bastaron apenas cuatro años. Desde su irrupción en 1966 hasta su muerte en 1970, Jimi Hendrix demostró ser el mejor guitarrista de rock no sólo de su tiempo sino de toda la historia. Su legado musical se mantiene intacto pese al medio siglo que pasó desde su desaparición y pese al poco tiempo en el que elaboró su obra. Fue el guitarrista completo: distorsión y melodía, psicodelia y rock, lirismo y potencia, rock y blues, s*x* y espiritualidad, virtuosismo y pasión.

Podía tocar un tema propio, un cover de una canción folk como Hey Joe o Star-Splanged Banner, el himno norteamericano, como en el cierre de su set en Woodstock. El resultado siempre era deslumbrante y novedoso. Iba desde lo dúctil a lo atronador, como si ningún registro le fuera ajeno. En vida publicó tres álbumes definitivos y revolucionarios. Luego de su irrupción, ya nada volvió a ser lo mismo. Cada uno de los guitarristas de rock posteriores (y también la mayoría de sus contemporáneos) son deudores de Hendrix. Su música logra algo poco frecuente. Es cabal representante de una época y al mismo tiempo mantiene la atemporalidad de los clásicos.

Jimi Hendrix en su inolvidable actuación en Woodstock
Jimi Hendrix en su inolvidable actuación en Woodstock

Con Jimi pasa como con los grandes cracks del fútbol. Por más que alguien se quiera endilgar el mérito del descubrimiento, su genio era tan evidente que era imposible que no su momento no llegara. El Maradona de 12 años era muy superior al resto de los chicos (aún varios años mayores que él) que jugaban al fútbol; lo mismo ocurría con el Hendrix de veinte años y los demás guitarristas. Marcianos ejerciendo (marcianamente) actividades humanas.


El mito fundacional establece que fue llevado a Inglaterra por Chas Chandler, el ex bajista de los Animals. Hendrix aceptó viajar a Europa pero exigió tocar con Cream, el primer súper grupo. Eric Clapton, Ginger Baker, Jack Bruce. Cream tocaba música que nadie hacía en esos años. Clapton era inalcanzable, el apodo que le habían puesto definía sus poderes: Dios. Era inconcebible compartir el escenario con esos monstruos. Sin embargo, Hendrix sabía que estaba a la altura del desafío. Clapton eligió Killing Floor, una canción muy complicada. La actuación de Hendrix fue deslumbrante. Dicen que Eric Clapton salió del escenario y le dijo a uno de los allegados: “Nadie me dijo que este tipo era tan bueno”. Esa noche Jimi Hendrix inició su leyenda y se convirtió en deicida. Fue la noche en que Hendrix mató a Dios.


Después vendrían los tres discos, el trío, la Band of Gypsies, los shows, los grandes festivales.

Los tres discos que grabó con su trío
Los tres discos que grabó con su trío

Su habilidad con la guitarra le permitía gestos exhibicionistas, piruetas y trucos que disgustaban a algunos puristas. Tocar por detrás de la cabeza, con los dientes, la guitarra prendida fuego sobre el escenario. Esta última es una imagen que hace demasiada burda la metáfora de lo que sucedía en los momentos más álgidos de sus interpretaciones.


Jimi Hendrix era una fuerza de la naturaleza.

A fines de agosto del 70, apenas tres semanas antes de su muerte, tuvo una gran noche en pleno Nueva York. Muchos músicos importantes fueron a su casa, a su nueva casa. Mick Fleetwood, Johnny Winter y Yoko Ono, brindaban y paseaban por los diferentes ambientes de Electric Lady Studios, el estudio de grabación que Jimi había construido. Era toda una novedad para su tiempo: la primera gran estrella que construía un gran estudio profesional con su dinero (invirtió alrededor de un millón de dólares de la época). Además de posibilitar que otros artistas grabaron sus discos, ese sería el laboratorio en que el guitarrista experimentaría, en el que buscaría sus nuevos caminos e innovaciones, que a esa altura parecían inevitables. Es difícil predecir lo que nunca sucedió pero las búsquedas artísticas que Hendrix había emprendido en esos últimos meses (y su inquietud congénita) parecen indicar eso.


Lo que siempre había soñado, en un punto, se convirtió en su condena. La presión de los medios, el éxito, el público, los shows uno detrás del otro. Pasó sus últimos tres años en una especie de gira permanente. En su infancia y adolescencia anhelaba ser músico. Lo había conseguido pero estaba envuelto en una trama de contratos y exigencias que lo iba minando. Lo mismo ocurría con la fama, súbita, brutal y aplastante."No quiero ser más una estrella de rock, no quiero ser un payaso", llegó a declarar. De ahí su búsqueda y la intención de que su carrera tomara un nuevo giro. “Voy a formar una banda grande, ya no más un trío. Explorar por dónde me lleva eso”, le dijo a un periodista inglés en agosto de 1970.





The Jimi Hendrix Experience



Después de la fiesta de inauguración de su estudio, Hendrix viajó a Londres. En Europa lo esperaban actuaciones en un par de festivales, una gira escandinava y shows en Londres, la ciudad en la que se dio a conocer al mundo.

Cientos de miles de personas (el número según quien lo brinda oscila entre los 300 y los 600 mil) lo escucharon en el Festival de la Isla de Wight. El elenco era impactante: The Doors, Joni Mitchell, Leonard Cohen, Sly and The Family Stone. Tocó muy tarde -casi una costumbre suya- y el show presentó varios problemas, entre ellos de sonido.


En Suecia y Dinamarca era adorado. Allí hizo varias presentaciones. Luego, un nuevo festival. Esta vez en Alemania, en la Isla de Fehmarn. Otra vez la demora hasta la madrugada. Un diluvio y la tardanza hizo que el público lo abucheara y lanzara cosas al escenario. Hay que tener en cuenta que en esos festivales multitudinarios de fines de los sesenta, cada minuto que se atrasara un artista provocaba varios colapsos por exceso de alucinógenos y otras drogas. “Si me van a silbar y abuchear, por lo menos háganlo afinado”, pidió con sorna el guitarrista.

Ya en el escenario, ya con la música echada a correr, la magia se apoderó del lugar. Ese fue su último show en vivo.

Jimi Hendrix prende fuego su guitarra, una imagen clásica
Jimi Hendrix prende fuego su guitarra, una imagen clásica

En la medianoche del 18 de septiembre de 1970 subió al escenario para acompañar a War y a su líder Eric Burdon. Fue ovacionado como siempre. Tomó mucho alcohol y consumió algunas drogas rodeado de hermosas mujeres, también, como siempre. En algún momento, lo rescató -o lo monopolizó Monika Dannemann-. Ella era una de las varias novias que el músico tenía en simultáneo. Bien entrada la madrugada fueron al hotel en el que ella se alojaba en la capital inglesa, el Samerkand. Ella le preparó un sandwich de atún, conversaron y tomaron vino. Pese al cansancio y la hora, Hendrix no podía dormirse. Le dijo a Monika que iba a tomar algo para hacerlo. Ya eran casi las 7 de la mañana. Ella casi enseguida concilió el sueño. De ahí en adelante, los hechos (o el relato de ellos) se vuelve impreciso.

Monika asegura que ella se despertó tres horas después y que al verlo dormido, decidió bajar a comprar cigarrillos. Recién cuando regresó, notó que, acostado, boca arriba, un delgado hilo de vomito se deslizaba por sus labios. Intentó despertarlo y al no obtener respuesta pidió ayuda. Esta es una de las versiones que dio la mujer (muerta en 1996 cuando tenía 50 años presuntamente por su***dio). Se contradijo varias veces en los siguientes días. En algún momento dijo que apenas se despertó vio el cuadro que la preocupó y que se desesperó al no poder despertarlo.







Jimi Hendrix Purple Haze Live at Woodstock


Otras versiones dicen que ella se asustó y llamó a Eric Burdon, con quien habían estado hasta hacía unas horas. Él le dijo que llamara de inmediato una ambulancia, pero ella repuso que eso era imposible: la prensa se enteraría y había demasiadas drogas en la habitación. Burdon le pidió que llamara a emergencias y que tirara las drogas por el inodoro. La ambulancia llegó rápido al hotel pero permaneció un buen rato en él. Más de media hora. Las hipótesis son varias: algunos sostienen que Monika demoró en abrirles varios minutos porque estaba eliminando las sustancias incriminatorias; otros dicen que los que lo retuvo fue que ahí mismo le hicieron las maniobras de resucitación pero que todo fue infructuoso; mientras están los que creen que en ese tiempo trataron de estabilizar sus signos vitales.

Los relatos contradictorios continúan. Hay testigos que sostienen que a la ambulancia subió con vida; otros juran que era llevado con la cabeza colgando para atrás -empeorando la situación de ahogo-. Uno de los médicos afirma que el guitarrista llegó muerto, mientras otro declaró que el deceso se produjo en la guardia hospitalaria.

Los años en vez de aportar claridad, sólo profundizaron las versiones encontradas y las sospechas. Se habló de muerte accidental, de su***dio y hasta de homicidio (en ese caso las sospechas siempre apuntaron a Monika pero como instrumento de la CIA o el FBI por el nexo entre Jimi y las Panteras Negras: una teoría nada verosímil). Cada uno de los que enarbolan una teoría la defienden enfáticamente.

Talento y carisma. Hendrix fue único
Talento y carisma. Hendrix fue único

Lo que se determinó fue que Hendrix había tomado entre 8 y 9 Vesperax, un somnífero fuerte. Lo habitual para cualquier persona era tomar una pastilla o una mitad. Pero entre sus habituales mezclas de drogas y alcohol y el uso casi cotidiano de este medicamento, una sola pastilla no hacía efecto en Hendrix, quien se quiso asegurar dormir una buena cantidad de horas.

Según uno de los doctores tenía tanto vino en el cuerpo que “Parecía como si hubiesen volcado una botella en su garganta”.

El informe final determinó que la causa de muerte fue “inhalación de vómito debida a una intoxicación con barbitúricos”.

La racha, ese año, había empezado 15 días antes y terminaría un mes después. El 3 de septiembre en unas colinas que quedaban detrás de la casa de uno de sus compañeros de banda, fue encontrado muerto por sobredosis Alan Wilson, líder del grupo de blues Canned Heat: su desaparición fue opacada por las dos que le siguieron. Un mes y un día después, la que murió fue Janis Joplin. En el medio de ellos, Hendrix. Los tres además de ser músicos tenían 27 años.

 La tumba de Hendrix en el Greenwod Memorial Park en Seattle, Estados Unidos
La tumba de Hendrix en el Greenwod Memorial Park en Seattle, Estados Unidos

Eran tiempos salvajes, de excesos. Pero la coincidencia de la edad hizo que se hablara del Club de los 27, edad que muchos grandes de la música no pudieron superar. La lista es profusa: el pionero fue Robert Johnson, luego en 1969 Brian Jones. Después de la tríada de 1970, a mediados del año siguiente fue el turno de Jim Morrison. Y más acá en el tiempo se agregaron a la macabra lista Kurt Cobain y Amy Winehouse, entre otros.

Después de la muerte de Jimi Hendrix siguieron apareciendo discos suyos. Inéditos, descartes, shows en vivo. Se publicaron más de 50 álbumes con su música. Medio siglo después de su muerte su música sigue viva. Unas semanas antes de morir había declarado: “La expresión volar la cabeza es válida. Pero vamos a darle a la gente algo que le va a volar la cabeza, pero mientras se la esté volando, va a haber algo que le va a llenar ese hueco. Va ser una música absoluta”. El tiempo confirma que lo consiguió.

 
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18 de Septiembre de 2020



Jimi Hendrix

Jimi Hendrix

La carrera de Jimi Hendrix en el rock n roll fue fugaz, apenas 4 años, pero lo suficientemente extraordinaria como para que, a 50 años de su muerte, sea considerada el más grande guitarrista de la historia.

Nacido en Seattle, anotado como Johnny Allen Hendrix, en 1942, comenzó a tocar la guitarra a los 15 años y, luego de un mal paso por el ejército, comenzó a desarrollarse como músico.

Estuvo al frente de diferentes grupos, pero fue con The Jimi Hendrix Experience, formado en el ’66 junto al bajista Noel Redding y el baterista Mitch Mitchell- con el que alcanzaría la inmortalidad con solo tres discos de estudio -Are You Experienced, Axis: Bold as Love y Electric Ladyland- ubicados por la revista Rolling Stone entre los 100 mejores de todos los tiempos, y por la que ingresó al Salón de la Fama del Rock and Roll en 1992 y en el UK Music Hall of Fame en 2005.

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La primera presentación en TV

“No tienen ningún interés en el Ejército... En mi opinión el soldado Hendrix nunca alcanzará los estándares necesarios para ser un soldado. Creo que el servicio militar se beneficiaría de licenciarle lo antes posible”, con esa frase comenzaba el camino de la libertad de Hendrix en 1962.

Sus primeros años sobrevivió como músico ambulante en el Circuito de Chitlin, los rincones del sur segregado que contrataba a músicos negros. Tocó para gigantes del R&B, soul y blues como Wilson Pickett y Sam Cooke, e incluso formó su primera banda, los King Casuals.


Dicen que fue en aquellos años en los que comenzó a mostrar su repertorio técnico, sus acrobacias que lo convirtieron en un prodigio más allá del prodigio, como tocar la guitarra para diestros al revés como un zurdo, usar los dientes o colocarla atrás de la cabeza.


Para 1965 ya había grabado para The Isley Brothers y realizado una gira con Little Richard, y le llegaba una oportunidad extraña para su alma errática: tocar para Buddy & Stacy en televisión. Fue para el show Night Train, del Canal 5 de Nashville, con el tema Shotgun.







Primera aparición televisiva de Jimi Hendrix, junto Buddy & Stacy

El video, que por suerte sobrevive, no está en la mejor calidad de definición por razones lógicas, pero permite ver algunas estridencias del artista, casi como si su animal enjaulado ya pidiera salir a gritos.

Hendrix, que se encuentra a la derecha del baterista, se mueve de manera desincronizada del resto, por momento perdiendo el ritmo -o más bien yendo a otro-, su pelo se encuentra bastante “menos televisivo” para la época e incluso, por momentos, su mano rompe la monotonía subiendo y bajando por el mástil de la guitarra en unas killer runs innecesarias, fuera de tempo, casi como en una expresión de deseo innata.


Un año después, Hendrix se hartaba de ser un segundón y, sobre todo, de vivir a la sombra de músicos inferiores en el mundo del soul y el rhythm & Blues, para realizar su salto al rock n' roll. La leyenda lo aguardaba.

Monterrey Pop y la emblemática boa rosa


Cuando se piensa en el concierto de rock más emblemático de la historia, el lugar común lleva a Woodstock 1969. Ok, fue un mega concierto, con un line up increíble, eso está fuera de discusión. Sin embargo, el Monterey Pop Festival del ’67, al que se considera su antecesor, tiene una pequeña sutileza que lo hace más especial, no fue mainstream. O sea, tenía en su esencia más rock.

En California, del 16 al 18 de junio, más de 50.000 personas vieron a The Who, Janis Joplin, Otis Redding y, por supuesto, Jimi Hendrix, una semanas antes de tocar en Londres frente a los Beatles. En términos generales, el festival es considerado como la cumbre del “Verano del Amor”.






Jimi Hendix quema su guitarra en Monterrey Pop Festival

Monterrey fue el gran escenario para Hendrix, el que le dio reconocimiento en su propio país, donde había tocado sin mucho éxito al principio de la década, luego de haber alcanzado el éxito en el Reino Unido.

El artista desplegó todo su repertorio estético para impresionar a una audiencia que quedó impresionada: tocó acordes con los dientes, con la guitarra sobre su espalda, y como corolario ejerció por primera vez el ritual de encenderla fuego, la rompió y arrojó sus restos a la multitud.

De aquella presentación hay una imagen que ha quedado en la retina de la historia, en la que luce la famosa boa rosa de plumas alrededor de su cuello.

La boa mágica de Hendrix se subastó por  USD 14.500 (REUTERS/Jason Cairnduff)
La "boa mágica" de Hendrix se subastó por USD 14.500 (REUTERS/Jason Cairnduff)

“Jimi la llamaba su ‘Boa mágica’ porque le trajo mucha suerte... puesto que lo utilizó en la portada de su álbum debut Are You Experienced y en su mejor concierto, Monterey Pop”, dijo Karl Ferris, el fotógrafo de aquella noche y quien recibió la boa de regalo en manos del compositor en su regreso a Londres.

La boa rosa, que aparece en Are you experienced de color naranja por un tratamiento cromático, salió a subasta hace poco más de una semana por USD 14.500.

¿Homenaje o desafío a los Beatles?

1967. Hendrix se presentaba en el Saville Theatre de Londres. Hacía pocos días que los Beatles habían lanzado el icónico Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. La presentación resultará histórica por la interpretación del tema homónimo del disco estando Paul McCartney y George Harrison entre el público.







Jimi Hendrix realiza un cover de Sgt Peppers

Y aquí es donde el mito y la realidad se confunden, se mezclan, agigantando la figura del estadounidense. ¿Sabía Hendrix de la presencia de dos de los Fab Four entre la gente?, ¿fue un homenaje debido a la admiración o una suerte de desafío?

Según la revista especializada NME y la BBC, Hendrix no estaba al tanto. Sin embargo, la biopic Jimi: All is by My Side, se inclina por la versión en la que Hendrix (André Benjamin) sí lo sabía y va un poco más allá.

De acuerdo al film de 2013, decide abrir con Sgt. Pepper’s minutos antes de empezar el concierto, sin ensayo previo, aún ante las objeciones del bajista Noel Redding, quien piensa que los Beatles podrían sentirse insultados.


La cuestión es que, en el tiempo, McCartney declaró que aquella interpretación era " todavía es un recuerdo brillante, porque lo admiraba mucho de todos modos, era tan hábil".

“Pensar que ese álbum había significado tanto para él como para hacerlo el domingo por la noche, tres días después del lanzamiento. Debe haber estado tan metido en eso, porque normalmente podría tomar un día para el ensayo y luego podrías preguntarte si lo pondrías, pero simplemente abrió con eso. Es un cumplido bastante importante en la carrera de cualquiera. Lo pongo como uno de los grandes honores de mi carrera”, comentó Macca.

El día que lo prohibieron en la BBC

4 de enero de 1969. Londres. El programa musical Happening for Lulu salía al aire por segunda vez y con él como estrella invitada.

La cantante y actriz escocesa Lulu, entonces una celebridad de la televisión y que ganaría Eurovision, estaba emocionada. La idea era que sobre el final de la presentación de la banda ella y Jimi interpretaran To Sir, With Love.







LuLu canta "To Sir With Love"

El plan entonces requería que The Jimi Hendrix Experience abriera su set con Voodoo Child (Slight Return) y luego tocara su primer éxito Hey Joe, con Lulu uniéndose en el escenario al final para cantar los últimos compases con él antes de pasar a su número habitual de cierre del espectáculo.

Y así comenzaron con Voodoo Child y apareció Lulu, sentada entre el público: “Eso estuvo muy bueno. Damas y caballeros, en caso de que no lo supieran, Jimi y los chicos ganaron en una gran revista estadounidense llamada Billboard, el grupo del año”.

En ese instante, el chillido de una guitarra suena y ella se sorprende, pero sigue con la presentación: “Ahora van a cantar la canción que definitivamente los hizo conocidos en este país, y me encantaría escucharlos cantarla: Hey Joe’.

Y así fue hasta el momento en que Hendrix corta el tema -justo cuando debía ingresar Lulu en escena- y dice: “Bueno, cortémosla con esta basura. Quiero dedicar una canción a los Cream, independientemente del tipo de grupo en el que estén. Se lo dedicamos a Eric Clapton, Ginger Baker y Jack Bruce” y prosiguieron con una versión instrumental de Sunshine of Your Love de la recién disuelta banda.




El bajista Noel Redding escribió en su libro de memorias, Are You Experienced?: The Inside Story Of The Jimi Hendrix Experience: “Esto fue divertido para nosotros, pero el productor Stanley Dorfman no se lo tomó nada bien ya que los minutos pasaban en su show en vivo. Aparte de correr hacia el set para detenernos o desconectarnos, no había nada que pudiera hacer. Tocamos más allá del punto en el que Lulu podría haberse unido a nosotros, tocamos durante el tiempo para cerrar el programa al final, tocamos mientras Stanley se arrancaba el pelo, señalaba su reloj y nos gritaba en silencio. Hicimos un espectáculo”.

Hendrix, McCartney y Miles Davis: el supergrupo que no fue

Para 1969, Miles Davis atravesaba su época más psicodélica en su disco Bitches Brew y estaba abierto a nuevas posibilidades. “Jimi ... vino del blues, como yo. Nos entendimos enseguida por eso. Era un gran guitarrista de blues”, escribió Davis en su biografía

Miles Davis, Jimi Hendrix y Paul McCartney, la superbanda que no fue
Miles Davis, Jimi Hendrix y Paul McCartney, la superbanda que no fue

Mientras tocaban juntos informalmente en Nueva York, surgió la idea grabar un álbum, pero necesitaban más músicos. El primero en ser confirmado fue el baterista histórico de Davis, Tony Williams. No se sabe quién lo propuso o cómo salió, pero hubo un solo candidato para el bajo: Paul McCartney.

Entonces, enviaron una solicitud improvisada por telegrama el 21 de octubre de 1969 para grabar con ellos en Nueva York: “Vamos a grabar un LP juntos este fin de semana. ¿Qué te parece venir a tocar el bajo? Llama a Alan Douglas al 212-5812212. Paz Jimi Hendrix, Miles Davis, Tony Williams”.

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No está claro si McCartney llegó a leer la solicitud o no. Lo que sí se conoce es que el asistente de los Beatles, Peter Brown, respondió al día siguiente y les dijo a Hendrix y Davis que McCartney estaba de vacaciones y que no se esperaba que regresara hasta dentro de dos semanas.

Las pruebas de aquel encuentro que nunca se produjo, de aquel álbum que no pudo ser, se encuentran en el Hard Rock Café de Praga.

 
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Jimi Hendrix posa en la cama de una habitación del hotel Drake en New York, en 1968.


Jimi Hendrix posa en la cama de una habitación del hotel Drake en New York, en 1968.ROZ KELLY / GETTY IMAGES



CARLOS MARCOS
Madrid - 18 SEP 2020



En el último concierto que ofreció en su vida Jimi Hendrix fue abucheado. Ocurrió el 6 de septiembre de 1970, 12 días antes de su muerte, en un festival llamado Peace and Love, en la isla de Fehmarn, Alemania. Repleto de miembros del bando más violento de los motoristas Ángeles del Infierno, atacado por tormentas y lleno de hogueras para combatir el frío, allí nadie tenía ánimos para defender el emblema del festival: paz y amor. A la hora prevista para la salida de Hendrix un vendaval lo impidió. La actuación no pudo celebrase. Los Ángeles del Infierno no se lo tomaron amigablemente. Sonaron algunos disparos. El recital se pospuso hasta el día siguiente, al mediodía. Cuando Hendrix salió a la tarima comenzaron los abucheos: gente aterida de frío, enfadada por el retraso, moteros con ganas de seguir las algaradas. “Vete a casa”, se escuchó. El músico se acercó al micrófono: “Paz de todos modos, paz”. Las voces de desaprobación continuaron. “Si vais a abuchear al menos que sea afinando”, tiró de ironía el guitarrista y comenzó con una furiosa versión de Killing floor, tema del músico de blues Howlin' Wolf.

Las protestas remitieron para dejar paso a una intensa lluvia. Hendrix recibía pequeñas descargas eléctricas cuando se acercaba al micrófono. Todo era desagradable y violento. Acabó el recital con una buena interpretación de Voodoo Child. Cuando Hendrix se marchó, los moteros treparon al escenario y lo arrasaron. “No fue feliz en el tramo final de su vida”, señala por teléfono desde Londres el escritor Harry Shapiro, seguramente la persona que más lejos ha llegado en la investigación de la muerte del mito y autor de Jimi Hendrix: Electric Gypsy. “Todo el mundo quería un pedazo de Jimi Hendrix: discográficas, managers, groupies, prensa… Estaba siempre en la primera línea. Y eso es extremadamente dañino para alguien, más si eres una persona tan creativa como él. La gente no quería escuchar nuevas canciones. Querían siempre las mismas, que él tocase con los dientes, que rompiese la guitarra… Jimi estaba harto y muy frustrado de todo eso”, explica Shapiro.

En un año y medio (de mayo de 1967 a octubre de 1968) Jimi Hendrix editó sus únicos tres discos de estudio (Are You Experienced, Axis: Bold as Love y Electric Ladyland, este último además doble), unos trabajos que cambiaron el rock para siempre. Lo explica Shapiro: “Está en lo más alto de la historia del rock. La guitarra eléctrica y el blues nunca fueron igual después de Hendrix. Cambió todo lo que la gente blanca conocía sobre la guitarra eléctrica. Hasta que llegó él la electricidad se utilizaba para que la guitarra sonara más alto. Con él la electricidad empezó a ser parte de la música”. Charles R. Cross, otro de los estudiosos de la vida del músico, autor de Jimi Hendrix. La biografía,añade desde Seattle: “Se da toda la importancia a su faceta como guitarrista, pero era mucho más: cantante, compositor, líder de banda… Su música tenía profundidad y vida más allá de los éxitos de la radio”.




Jimi Hendrix, Eric Burdon y Noel Redding en el camerino del Olympia de París en 1968.


Jimi Hendrix, Eric Burdon y Noel Redding en el camerino del Olympia de París en 1968.JAMES ANDANSON / SYGMA VIA GETTY IMAGES




Durante los últimos 50 años se han puesto sobre la mesa hasta cuatro versiones sobre la causa de la muerte prematura con 27 años del que para la mayoría de los especialistas es el mejor guitarrista de rock de la historia: el su***dio por una vida infeliz; asesinado por su manager, el viscoso Michael Jeffery, para cobrar el seguro y acuciado por las deudas que tenía con la mafia; instigada por la CIA, en una época de revueltas raciales (Hendrix era un negro adorado por los blancos); y, la oficial, asfixiado en su vómito por unas potentes pastillas para dormir mezcladas con alcohol.

Hendrix murió en una habitación del sótano de un nada glamuroso hotel londinense, el Samarkand. La mujer que estaba con él se llamaba Monika Dannemann, una patinadora alemana retirada por una lesión y de familia adinerada. Se conocieron en 1969 y se habían visto apenas media docena de veces. Dannemann fue a verlo a Londres y se quedaron en el hotel de ella.

Según el testimonio de la patinadora, el 17 de septiembre pasaron el día juntos, escuchando música y leyendo. Por la noche Hendrix le dijo que le llevará a una dirección. Ella le preguntó con quién se había citado, pero el músico no se lo desveló. Luego pasó a recogerlo. Hendrix le dijo que estaba cansado y que necesitaba dormir, que si tenía algunas pastillas. Ella le dio unas muy potentes (Vesparax) y le advirtió que solo se tomara media. Se quedaron dormidos. Dannemann se levantó a las 10.20 del día 18, vio que él dormía y se fue a por cigarrillos. A la media hora volvió.

El músico seguía aparentemente dormido, como lo había dejado, pero con una diferencia: había un hilo de vómito saliendo de su boca. “Le tomé el pulso y parecía normal. Pero me puse nerviosa porque vi la tableta de las pastillas y faltaban nueve. Llamé a Eric Burdon [buen amigo de Hendrix] y me dijo que me tranquilizara, que esperara y que si no mejoraba que llamase al médico. Pero acabé discutiendo con él y llamé a la ambulancia”, declaró. Un equipo de médicos intentó reanimar al músico, pero no pudo hacer nada. Causa oficial: asfixia provocado por su propio vómito después de una intoxicación de pastillas y alcohol.

Dentro de las decenas de entrevistas que realizó Shapiro para reconstruir los hechos en su libro Electric Gipsy, una fue a Monika Dannemann. “Me contó básicamente la versión oficial que ella asumió los días después de la muerte. El problema es que cada vez que hablaba con los periodistas cambiaba algunos detalles, mínimos, pero eran importantes”. ¿Telefoneó con la suficiente celeridad a la ambulancia? ¿Se puso nerviosa y no fue capaz de hacer la llamada hasta que ya era demasiado tarde? ¿Contactó con un amigo con el objetivo de recoger todas las drogas que había en la habitación para que la policía no las encontrara? ¿Fueron esos minutos vitales para poder salvar la vida del músico?




Hendrix actuando en Hamburgo, Alemania, en 1967.


Hendrix actuando en Hamburgo, Alemania, en 1967.ULLSTEIN BILD / ULLSTEIN BILD VIA GETTY IMAGES




“Es difícil creer en el testimonio de Dannemann porque contiene algunas fantasías. Ella se presentaba como el gran amor de la vida de Hendrix, y está claro que no es cierto. Su relación fue corta. Sí, es posible que fuera negligente y tardara demasiado en llamar a la ambulancia”, apunta Charles R. Cross. Y añade: “Si mezclas drogas, alcohol y pastillas para dormir el resultado es letal. Jimi ya había combinado los tres en varias ocasiones. No creo que fuera un suicida ni un personaje depresivo, pero sí imprudente. Lo que pasó es que la fama, el dinero y el éxito no le proporcionaron lo que pensaba. Las drogas, especialmente su experimentación con la heroína, no ayudaron. Pero incluso en el ámbito de las drogas, Jimi nunca dejó que nada se volviera más importante que la música. Mi conclusión es que la muerte fue una sobredosis accidental que se produjo, probablemente, porque desconocía la potencia de las pastillas para dormir de fabricación alemana”.

Shapiro tuvo una larga entrevista en 2010 con James Tappy Wright, una cara conocida en la escena rockera de los sesenta. Wright ejerció de lo que se llama roadie (técnico y personal de apoyo en las giras) para estrellas como Elvis Presley, The Animals, Tina Turner… y Jimi Hendrix. Wright dijo a Shapiro que el manager de Hendrix, Michael Jeffery, le había confesado que él había provocado la muerte del guitarrista. La razón: agobiado por la presión de la mafia para que le devolviera un dinero prestado y sabiendo que podía cobrar parte de la póliza del seguro que firmó con Warner.

La relación músico/representante estaba podrida en 1970. La deudas no cesaban. El presupuesto para la construcción del estudio del músico en Nueva York, Electric Lady, se había disparado; un contrato firmado al principio de la carrera del músico les estaba desangrando económicamente, y el excesivo ritmo de vida que llevaban los dos necesitaba continuamente de opulentos ingresos. La única manera de hacer frente a aquel mar de dólares era que Hendrix saliera de gira casi de forma constante, sin descanso. Pero el músico quería parar esa frenética vida en la carretera, encerrarse en su reciente estrenado estudio y experimentar. Tenía una colaboración pendiente con Miles Davis. La últimas entrevistas que ofreció no eran tranquilizadoras sobre su estado mental. “Ahora veo milagros todos los días. Solía percatarme de ellos una o dos veces a la semana, pero algunos son tan radicales que si se los hubiera explicado a una persona, a estas alturas ya me habrían encerrado”, dijo a Melody Makerpocos días antes de morir.

Eric Burdon es otro de los personajes centrales de los últimos días de Hendrix. Aunque aquel concierto del 6 de septiembre en Fehmarn, Alemania, fue el último de Hendrix, hubo una postrera presencia en un escenario del músico. Burdon estaba tocando en el londinense Ronnie Scott’s Jazz Club, presentando su proyecto de funk psicodélico War, después de finiquitar The Animals. El británico invitó a tocar a Hendrix, que se presentó el 15 de septiembre “tan colocado” (según recordó Burdon después) que no se pudo subir a la tarima. Sí lo hizo al día siguiente, el 16 de septiembre, 48 horas antes de fallecer. Participó en tres canciones, básicamente tocando la guitarra.




El músico con Kathy Etchingham, en Londres, en enero de 1969.


El músico con Kathy Etchingham, en Londres, en enero de 1969.MIRRORPIX / GETTY IMAGES




Burdon es la persona a la que telefonea Dannemann al sospechar, la mañana del 18 de septiembre, que algo va mal con la situación de Hendrix. Burdon, que todavía vive (tiene 79 años) ha dado varias versiones de lo que pasó esa noche. La más sorprendente fue la que ofreció dos días después de la muerte del músico. Realizó una entrevista afirmando que había sido un su***dio e incluso que existía una nota escrita. El escritor de rock Phillip Norman intentó ponerse en contacto con Burdon para su reciente libro Wild Thing: The Short, Spellbinding Life of Jimi Hendrix, pero el cantante británico declinó aduciendo que contaría en breve su versión.




Monika Dannemann posa con un cuadro de Jimi Hendrix en 1995, un año antes de morir.


Monika Dannemann posa con un cuadro de Jimi Hendrix en 1995, un año antes de morir.JOHN VAN HASSELT - CORBIS / SYGMA VIA GETTY IMAGES




Después de aquel fatídico 18 de septiembre de 1970 se han editado una veintena de álbumes de Hendrix. Tampoco su muerte ha tenido descanso. Kathy Etchingham, la novia más oficial que jamás tuvo el músico, decidió investigar el caso a principios de los noventa y sus pesquisas con un detective determinaron a la policía a reabrir el caso. La conclusión del detective fue que la actitud de Dannemann fue negligente. La policía, sin embargo, volvió a cerrar el caso sin tomar medidas.

“Creo que ella le dio las pastillas, él vomitó y se murió, y a ella le entró el pánico”, cuenta Etchingham a Mick Wall en el libro Vida y muerte de Jimi Hendrix, que publica en octubre Alianza Editorial. Dannemann, a la que se le paró el tiempo aquel día de 1970, vivió 25 años recordando su relación con Hendrix e insultando a Etchingham por poner en duda su versión de aquella noche. Etchingham la llevó a juicio para que dejara de decir en las entrevistas que era una mentirosa. En 1996, un juez condenó económicamente a Dannemann por desacato y por seguir acusando a Etchingham de mentirosa. Dos días después de la condena, Dannemann se encerró en el garaje de su casa, puso en marcha su Mercedes e inhaló monóxido de carbono hasta morir. Tenía 50 años. Unas 70 personas fueron a su funeral. La gran mayoría eran fans de Jimi Hendrix.


 
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