80 años de la Guerra Civil.

Gracias a todas por el hilo. En mi familia se habla poquísimo del tema, por un lado son de la Andalucía profunda y olivarera, por otro del Madrid castizo, ambos lados simpatizantes de la república. De lo poco que me han contado sobre el horror de la guerra, el hambre en Madrid que estuvo casi todo el tiempo sitiada, y el infierno de posguerra en Madrid para la gente de Madrid, todos tenían al parecer "cuernos y rabo" y cualquiera inmigrante de fuera lo tenía más fácil, durísimo. Recomiendo las bicicletas son para el verano, el final es demoledor. La parte andaluza aún señala en la intimidad a descendientes de los que delataron a gente, en fin una herida que aún supura y dista de estar cicatrizada como muchos aseguran. No sé dónde está el problema en reconocer los desmanes y las injusticias y en apoyar y reconocer a quienes estuvieron al lado del gobierno legítimo. Que siga habiendo cuerpos en cunetas es algo que no comprendo, que haya gente de mi edad que defienda eso y se pongan como hidras porque alguien mató a su bisabuelo, tampoco lo entiendo, que vinieran los pocos brigadistas que aún quedaban y se les prohibiera la entrada en el congreso por parte de Mandahuevos Trillo me parece inconcebible. Se trata de hacer una valoración lo más objetiva posible y ayudar a cerrar heridas para quien aún las tiene abiertas que es una grandísima parte de la población. Claro que esto va en contra del rodillo que se usó durante más de cuarenta años y eso no se cambia en unas décadas.
 
Era otra forma de educar. Se lo callaban todo. No se hablaba de las emociones, ni de lo que vivieron. Se quedó dentró y siguieron con su vida.

Al revés de los últimos años, hay que hablarlo todo con todo el mundo. Hasta del pedo que te has echado en el pasillo.

Es diferente, querida Azafrán, ahora se habla hasta de fruslerias, como bien dices, pero entonces no se hacia por miedo y los horrores vividos hubiesen necesitado de terapia psicológica...



Es Chaves el de Andalucía, e imputado por corrupción ???

No, mujer, fué un periodista, reportero y escritor de la época, de los mejores.

https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Chaves_Nogales
 
Última edición:

Es diferente, querida Azafrán, ahora se habla hasta de fruslerias, como bien dices, pero entonces no se hacia por miedo y los horrores vividos hubiesen necesitado de terapia psicológica...
Me llamó la atención que sea el mismo nombre y los mismos apellidos.Es posible que el actual sea un descendiente de ese escritor??



No, mujer, fué un periodista, reportero y escritor de la época, de los mejores.

https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_Chaves_Nogales
 
Es Chaves el de Andalucía, e imputado por corrupción ???
Me autocito para corregirme.El presidente de la Junta de Andalucía es Manuel Chaves Gonzalez.Hijo de un coronel de infantería franquista,y su madre era de Ceuta y estaba en la sección femenina franquista.No se por que me he liado jejejeje
 
GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
80º aniversario

NACIDOS EL 18 DE JULIO DE 1936
PACO REGO
ILDEFONSO OLMEDO
FOTOGRAFÍA Y VÍDEO: CARLOS GARCÍA POZO
Actualizado:18/07/2016 07:24 horas5
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Con el puño cerrado. Y hace un gesto levantando su mano izquierda. Así se imagina que vino a este mundo Pedro Ruiz García, que después terminaría fundando el Partido Comunista en Castilla- La Mancha. "No pudo ser más desgraciada la fecha de mi llegada, sí", musita en una mueca ya menor este hijo y nieto de mineros. Era sábado cuando su madre apretaba los dientes, a la hora de la siesta, en aquella casa familiar de un pueblo de Córdoba. Un día caluroso. Hasta 39º subió el mercurio. La temperatura del país se dispararía muy por encima. Una mujer, la del capitán aviador Virgilio Leret, de los primeros en ser fusilados por mantenerse leal a la II República, acertó al describir los sonidos de aquel amanecer guerracivilista que sólo iluminó para ella dolor y viudez, y para España y Europa algo más grave. Dejó escrito Carlota O'Neill que en aquella madrugada del 17 al 18 de julio se oyeron madrugadores "los primeros disparos que iban a incendiar el mundo". Continuaron sin cesar hasta que terminó la Segunda Guerra Mundial.

En su casa nueva del Ensanche de Vallecas, con la madre de sus ocho hijos postrada en una silla de ruedas, Pablo Cardona acepta viajar al día en que empezó todo. Al 18 de julio de 1936. Porque este lunes él también celebra su 80 cumpleaños. "Estoy acudiendo a memoria", dice para explicarnos cómo el taller que le imparten en su junta municipal le ayuda a combatir el olvido. "Nací en un sótano junto a la Gran Vía de Madrid porque en la calle ya había comenzado la ensalada de tiros"... Sus padres vivían en un tercero, en la calle Hortaleza, pero el miedo que ya sobrevolaba el ambiente les llevó a buscar la protección de la tierra.

Desde las dos de la madrugada, en que llegó la corajuda comadrona amiga, hasta su primer llanto, a las ocho de la mañana de aquel sábado, otros gritos lejanos empezaban a señalar aquel día 18 como el que cambiaría para siempre la Historia de España.

Dice Pablo Cardona que quizá por haber nacido en fecha tan señalada le emocionan "las marchas militares". O que por eso él salió de derechas. Lo cierto es que aquella madrugada que su madre estuvo en vilo con los dolores que anunciaban el parto fue de insomnio y conspiración en el protectorado español de Marruecos y en Canarias, desde donde el general Franco pilotaba ya la sublevación militar que partiría a España en dos mitades y la arrastraría a dos años, 8 meses y 15 días de sanguinaria guerra fratricida.

Todo se precipitaba a cada instante. El viernes 17, adelantándose a la hora acordada (5 de la madrugada del 18 de julio), del ruido de sables se había pasado al estruendo de los fusiles. El golpe militar contra la II República prendió rápido en las plazas españolas del Norte de Marruecos y allanó el despegue al vuelo en el que salió desde Las Palmas, con destino final en Tetuán, el pequeño militar gallego llamado a convertirse en el último gran dictador. Tras pasar la noche en el hotel Madrid, y firmar de su puño y letra a las 05.15 horas el llamado Manifiesto de Las Palmas, que confirmaba la rebelión militar y anunciaba su "fe ciega en el triunfo", Francisco Franco Bahamondevoló en el avión de hélices Dragon Rapide [lo pilotaba un galés, Cecil Bebb, al que Franco condecoraría por ello en 1958] para, al día siguiente y tras pernoctar en Casablanca, tomar enseguida el mando del Ejército de África y preparar su salto a la Península. Era la guerra. Y aquel 18 su primer día declarada. Peor canción de cuna no puede haber para el pelotón de neonatos. Escribiría Antonio Machado, víctima postrera de aquella matanza: Españolito que vienes al mundo /te guarde Dios./ Una de las dos Españas / ha de helarte el corazón.

Por eso dice Pedro el comunista que "no pudo ser más desgraciada la fecha" de su llegada a este mundo. Él, según le contaron sus padres, fue alumbrado a las cuatro de la tarde. Poco antes, en el juzgado de un pueblo granadino, nacía civilmente el molinero Antonio Fernández Adarve. A las diez de la mañana era inscrito por el juez de paz con José García Capilla, un amigo de su padre, como testigo. Apenas cuatro días después, el juez estaba en el bando de los sublevados y el amigo José encarando un pelotón de fusilamiento junto al Camborio del poema de García Lorca. Hasta 60 fueron pasados por las armas en Chauchina. La mancha roja de la guerra se extendía sin tregua.

No hay registro que contenga los datos de cuántos españoles vinieron al mundo aquel sábado. Si dividimos los 613.691 nacidos en todo 1936 (fue bisiesto) en 366 días, la estadística dice que serían 1.677 bebés. En Madrid, en el distrito Congreso, uno de los más céntricos de la capital, entre casas particulares y hospitales (la maternidad Santa Cristina de la calle O'Donell era el principal), 10 bebés fueron alumbrados en esas horas. Seis niñas y cuatro varones. La mayoría siguen vivos (pese a que quienes nacían en aquella España tenían una esperanza de vida de poco más de 50 años). Salvadora Aledo, cuya madre rompió aguas en el Clínico adscrito a la Facultad de Medicina, es una de ellas. O Antonio Machuca, cuya esposa le aprieta para que no hable de "eso" cuando este periódico contacta con él en Móstoles...

Al cumplirse este lunes el 80º aniversario del primer día de aquella inmensa matanza (651.000 muertos y más de 470.000 exiliados serían sus cuentas finales), Crónica va en busca de los protagonistas más inocentes de esa fecha tan señalada en el calendario de la Historia. El día de Franco (muerto el 20 de noviembre de 1975, tras 39 años de dictador). Pero también el día que nació Pablo. Y Pedro. Y Salvadora Aledo. Y Anuncia Fernández. Y Daniel Alvarez. Y Manuela Prieto. Y Martina Juárez. Y Alfredo Inchusta... Y la extremeña Ana Sánchez Polo, que lleva de segundo apellido el de la esposa de Franco y, en la memoria, las cartillas de racionamiento de su infancia. Todos cumplen este lunes 80 años y tienen voz y cabeza para contarlo. Son los españoles nacidos el 18 de julio de 1936. A los que les tocó arrancar a vivir el mismo día en el que otros muchos empezaban a ser citados para morir. En nombre de una de esas dos Españas que, decía el poeta, te helaban entonces el corazón...

"DE AQUELLA GUERRA FUIMOS TODOS PERDEDORES"
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Nacidos el 18 de julio de 1936: Testimonio de Martina Juárez Fuertes

MARTINA JUÁREZ FUERTES

Hay que empezar por el final de la historia para hacerse uno a la idea de cómo es la nieta del sastre de sotanas más famoso de España. "Yo me subo a mi Hyundai y me voy a León de compras, solita. Ah, y conservo todos los puntos. Soy feliz así". Y con 80 años que va a cumplir Martina. Cosa diferente es si mira por el retrovisor. "Prefiero no ver según qué momentos".

Habla de aquel sábado en Astorga, donde Iginia, su madre, que era primeriza, la trajo al mundo en casa. Fue la primera de cuatro hermanos.

"Mi padre, que era taxista, se encontraba en Madrid atrapado, no se podía salir. El 18 de julio había estallado y las carreteras estaban cortadas".

Mientras su madre la alumbraba, un tío suyo y su abuelo el sastre, que era teniente de alcalde del ayuntamiento republicano, estaban encerrados en el consistorio... Al final no les ocurrió nada. Aunque tres días después, a las cuatro de la tarde, la localidad fue ocupada militarmente y su alcalde, el socialista Miguel Carro Verdejo, quien había ordenado detener y encarcelar a 50 vecinos de derechas, sí fue fusilado en las tapias del cementerio.

Seguía siendo 18 de julio en Astorga cuando, por la noche, un grupo de fascistas puso unas bombas a varios miembros del Frente Popular en sus viviendas. Corrían las venganzas...

"Ese fue mi nacimiento", dice apenada Martina, quien, sin embargo, da gracias por su buena suerte. Ella no pasaría grandes privaciones.



El abuelo, don Juan Antonio, tenía las mejores telas y el corte de sotanas "más elegante" de aquella España. Sastrería Fuertes. Un clásico. "Venían curas y obispos de todas partes", precisa la octogenaria. "No éramos ricos, pero al menos de vez en cuando había cocido en la mesa. Y eso, en aquellos tiempos, era un lujo".

Incluso pudo asistir al colegio público Blanco de Celis, cercano a las murallas romanas de Astorga, donde hizo el bachillerato. "A veces escuchaba cosas terribles sobre lo que estaba pasando, de gente que salía de casa y ya nunca más volvía. Los niños estaban desnutridos, faltaba la penicilina, faltaban médicos... Aquellos años fueron como una noche muy larga, interminable para todos".

¿Tuvo fallecidos en la familia? "No... Perdone, no quiero recordar, quiero quedarme con los momentos felices".

"Mi padre, Secundino, se vino de Madrid y, como se le daba bien lo de conducir, consiguió que le dieran trabajo en la empresa Enelsa (hoy Fenosa). Era el chófer de los jefes". Y su madre, la encargada de llevar las cuentas de la sastrería del abuelo, al que una enfermedad terminaría dejando ciego de los dos ojos.

Y de Astorga, en la que pasó los nueve años de la infancia, a León, adonde trasladaron a su padre. Ahí se casó Martina y estuvo hasta hace ocho años, cuando enviudó de Manuel, afectado por una grave enfermedad del corazón.

Ahí sigue en La Pola de Gordón, su último refugio, recorriendo al volante del Hyundai gris los 32 kilómetros que la separan de la capital. Sin mirar por el retrovisor de la memoria. "De aquella guerra no quiero acordarme. Fuimos todos perdedores", se despide.

"MI MADRE EMPAREDÓ A MI PADRE PARA SALVARLE LA VIDA"
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Nacidos el 18 de julio de 1936: Testimonio de Pablo Cardona Ramírez

PABLO CARDONA RAMÍREZ

Cuando Pablo vino a este mundo, eran las 8 de la mañana del 18 de julio. Nunca supo, dice, el nombre de aquella comadrona que se atrevió a cruzar las calles de Madrid para ayudar al parto de Gertrudis, su madre, una buena mujer de Martos (Jaén). Ya se oían tiros. Será por eso, especula él, que le "emocionan las marchas militares". O por lo que es de derechas: "Como mi padre, aunque hoy en día estás un poco mosca entre tantos jodidos (de izquierda), cabrones (de centro) y esos ladrones (derecha)".

Pero Pablo Cardona, que casi llegó a odiar el rosario que su padre, de Falange, quiso "inculcar" a la familia, dice que la vida le ha enseñado a analizar a los hombres no por su físico o lo que dicen; "sólo por sus hechos". Por ejemplo, una vez un compañero de trabajo, "comunista hasta el tuétano", perdió un monedero con 2.000 pesetas y él, que lo encontró, se lo devolvió. "He tenido amigos de todos los colores".

Hay muchas cosas de sus primeros años, los de guerra y muerte, de las que Pablo no guarda recuerdo. Quizás porque se libró de contar con parientes "asesinados". Su padre se escapó por los pelos. "Mi madre, para salvarle la vida, lo emparedó en casa de unos amigos", porque sabía que iban a ir a buscarlo los republicanos que resistían a Franco en Madrid. Un mes estuvo enterrado en vida. "Y al salir, echamos todos a correr. Mi abuelo, que era director de la Caja de Ahorros de Gandía, aunque más agarrado que un chotis, le encontró un sitio en Adoor (Valencia). Allí nació mi hermana Trinidad... Hasta que no terminó la guerra no regresamos, aunque no me acuerdo...". Mejor, porque a veces tiene "fogonazos de memoria" que duelen. Habla de su madre, "un pedazo de pan", y de aquel padre ultrarreligioso. "La maltrataba...", susurra.

Su juicio de Franco es benevolente. "Nunca me sentí incómodo con él; tampoco le daba aplausos". Lo mejor: "Sus más de 60 pantanos" y "los 40 años de paz, porque ni Hitler lo convenció cuando la II Guerra Mundial". Lo peor: "El pueblo oprimido bajo la censura".

Con 80 años que cumple este lunes, Pablo dice que haber nacido aquel 18 y en un sótano le dejaron menos huella que otro 18 de julio en la Plaza de Oriente. Aún no existía la paga extra del 18, ni Pablo tenía edad para ella. Un gentío encendido conmemoraba, con Franco de maestro de ceremonias, el Glorioso Alzamiento Nacional. "Yo tendría 8 o 9 años. No volví nunca. Desde entonces padezco fobia a la multitud". Al poco quedó huérfano de padre...

Pablo Cardona, en lo profesional, arrastra una vida muy de Cuéntame. Empezó de cine, en el Palacio de la Música, donde vendía bombón helado y asistió al estreno de Lo que el viento se llevó. "300 ó 400 veces la vi". Después, como Antonio Alcántara, fue botones en el Sindicato Vertical, funcionario en Trabajo y, por las tardes, empleado de la mayor imprenta de Madrid, alemana, que lo mismo imprimía el Hola! que, muerto Franco, papeletas y cartelería electoral o las revistas Interviú y Mundo Obrero.

"Hemos sido muy felices...", dice contemplando a Carmen Nieto, la madre de sus ocho hijos, hoy postrada en una silla de ruedas. Y cada 18 de julio era, es, fiesta en su casa. Aunque Franco, dice con humor, nunca le mandara flores o un regalo por su cumpleaños. "He sido, hasta mi jubilación un 18 de julio, porque elegí para irme el día de mi cumpleaños, un funcionario de a pie... Y aunque mido poco, 1,64, Franco era más bajo que yo".

"NO SABÍAN DÓNDE ESCONDERME DE TANTOS CAÑONAZOS"

Nacidos el 18 de julio de 1936: Testimonio de Antonio Fernández Adarve

ANTONIO FERNÁNDEZ ADARVE

"Por eso le llamaban Paco Pantanos". La voz de Antonio, el molinero granadino de Chauchina, cuando cuenta el día que en persona vio a Franco ("Vino a inaugurar el pantano de los Bermejales"), no es la de un hombre octogenario. Nadie diría oyendo su timbre y vivacidad que nació el día que empezaba la Guerra Civil. En realidad fue poco antes, en el molino de la familia, pero sus padres no fueron a registrarlo hasta el sábado 18 de julio de 1936. Y en el retablo de los presentes en la ceremonia registral se puede visualizar a las claras la tragedia que vivió España a partir de aquel día.

Firmaba su partida de nacimiento el juez de paz Eduardo Gutiérrez. Y como testigo, José García Capilla, líder republicano local y amigo de su padre. Apenas cuatro días después, con la sublevación ya triunfante en Granada, el juez estaba en el bando del Alzamiento y el amigo Capilla, frente a un pelotón de fusilamiento. Él y otros 60 vecinos fueron paseados en unas horas.

Antonio no conserva recuerdo alguno de tanto martirio. Sí de lo que vino después: el hambre. En su casa, por regentar ellos un molino histórico (perteneció al Duque de Wellington: era un regalo de las Cortes de Cádiz en pago por sus servicios contra los franceses en la Guerra de la Independencia), nunca faltó pan que llevarse a la boca. Fuera del Molino de San Juan la carestía apretaba. Su madre, Adoración, se compadecía y dejaba un recipiente de leche cada noche a las puertas del molino. A la mañana siguiente no quedaba ni una gota. El propio Antonio, con seis años, hacía de buen samaritano trayéndose de la escuela, día sí y día también, "a dos o tres niños para que pudieran comer". Porque, explica, "después de la guerra hubo mucha miseria".

El molino y su gran cortijo anexo fueron testigos de lo mejor y lo peor de aquellos años de contienda. Con él recién nacido, le dijeron sus padres, hubo un día que creyeron que alguno de los cañonazos que tronaban junto a su casa terminaría llevándoselo por delante. "No sabían dónde esconderme", le dijeron. Fue la habitación más céntrica del molino la que le sirvió de búnker. Pero la vecina población de Fuente Vaqueros cayó tras mucha resistencia ante los nacionales y la guerra como que pasó de largo. El cortijo de los molineros quedó en retaguardia. Y se convirtió en pieza clave en el corazón de la Vega de Granada. "Aquí, porque teníamos teléfono, venía la Guardia Civil a dar el parte de guerra... Y aquí también, poniendo su vida vendida, mi padre refugió a gente de los dos bandos, de los rojos y de los azules... Sé que salvó a muchos. Era amigo del conductor del camión que venía a recoger a los que iban a fusilar, y el buen hombre le adelantaba los nombres para que mi padre pudiera avisarles y que escaparan...".

La vida quiso que muchos años después de su nacimiento Antonio Fernández terminara conociendo en persona al dictador. Fue, en cierta manera, una orden: "¡Tenéis que ir al pantano!". Y allí, con su tractor repleto de "gente para aplaudir", el molinero fue al encuentro de "Paco Pantanos". No se ve intención política en sus palabras. Dice Antonio que él nunca fue de partidos, que quizá su padre fuera algo de derechas y que muerto Franco ha votado siempre. Y siempre a uno distinto: "Una vez hasta le tocó al PCE"...

Hasta ahora Antonio no sabía que un testigo de su partida de nacimiento fue fusilado días después. Se lo cuenta el investigador Miguel Caballero, gran experto en García Lorca, que conduce a Crónica hasta el molinero.

"TAMBIÉN SOBREVIVÍ AL CRUCERO COSTA CONCORDIA"

Nacidos el 18 de julio de 1936: Testimonio de Anuncia Fernández González

ANUNCIA FERNÁNDEZ GONZÁLEZ

Hay dos fechas que a ella no se le olvidan: la primera, más cercana, el 13 de enero de 2012. La segunda, el 18 de julio de 1936, el día de su nacimiento. Empecemos por aquel viernes noche de enero. Anuncia -en compañía de su esposo, Virgilio, y de María José, su única hija- va rumbo a Mónaco a bordo del crucero Costa Concordia. Eran sus bodas de oro. Y el reloj marcaba las 21.42 horas. No quedaba un palmo de mantel libre en el comedor. "Estábamos cenando al lado de una ventana cuando de repente nos fuimos todos al suelo, todo se vino abajo, las lámparas, las mesas... El barco se quedó torcido hacia un lado y a oscuras...". 32 turistas murieron y 21 fueron dados por desaparecidos.

Aquel día de naufragio, Anuncia Fernández volvió a nacer. "Ni en el 36 llegué a ver la muerte tan de cerca", confiesa. Habla de cuando Oseira, su tierra natal en Ourense, era un lugar idílico, de gente humilde, rodeado de montañas verdes, huertos y minas de agua. Un pueblecito conocido por su imponente monasterio trapense, El Escorial gallego, levantado ocho siglos atrás entre bosques de pinos y montañas. "Aquí estuvimos a salvo, era como vivir en una isla, no llegaba el jaleo de la guerra, sólo las noticias que traían los comerciantes", prosigue Anuncia. "La tierra era muy fértil y nos daba de comer a los cinco hermanos y a mis padres, dueños de vacas, ovejas, cerdos y gallinas. Otros vecinos sí lo pasaron muy mal. Los niños que robaban o eran rebeldes iban al reformatorio, que estaba dentro del monasterio. Los monjes, que tenían de todo, hasta electricidad, se movían en un Biscúter (un minicoche de origen francés que se fabricaba en España) por las aldeas y pueblos de los alrededores. Y los novicios, los domingos, salían de paseo. Eran muy agradables...".

De vez en cuando se le escapa un suspiro. Hace un silencio. "Es una mezcla de amargura y nostalgia", siente ella. Amargura "por los muchos hombres que se quedaron sin brazos o sin piernas, por culpa de aquel 18". Anuncia no lo entendía, era muy pequeña. Y entre los vecinos el miedo impedía las preguntas.

"Luego oí que el día del Alzamiento Nacional, cerca de aquí, la gente se metió en las casas, cerró puertas y ventanas y únicamente salía para ir un rato al campo a por verduras y sacar a los animales". Los hombres de Oseira se juntaban para jugar a las cartas a la luz de un candil. "Aquella fue una noche larguísima" (una Larga noche de piedra, escribiría el gran poeta Celso Emilio Ferrerio) que duró 40 años. La guerra le dejó sin un tío, hermano de su madre -ella dice que no sabe bien en qué bando luchaba-, y uno de sus primos perdió un brazo.

Hace una década que un riñón trasplantado le alargó la vida a Anuncia, que desde muy chica salió adelante tejiendo punto, y ya de mayor, con una tienda "en la que vendía un poco de todo" en San Cristóbal de Cea, el municipio que acoge a Oseira, donde hizo un hogar y vive.

El último viaje con su amado esposo terminó en naufragio frente a la Toscana. Más tarde enviudó. Por eso este lunes, por su 80º cumpleaños, no habrá fiesta en casa. Está de luto el 18 de julio.

"ME ENVOLVIERON EN UNA SÁBANA Y ME LLEVARON AL CAMPO"

Nacidos el 18 de julio de 1936: Testimonio de Daniel Álvarez Vizueta

DANIEL ÁLVAREZ VIZUETA

No había abierto los ojos del todo cuando su madre lo envolvió en una sábana y apurando el paso se lo llevó lejos de la ciudad, a una casa que había arrendado en medio del campo. "Fue como nos salvamos de lo peor", asiente Daniel Álvarez. Entre cabritos y gallinas transcurriría su infancia y juventud.

Por las calles semivacías de Azuaga (Badajoz), en poder de republicanos la tarde noche del 18 de julio, aparecían los primeros hombres armados con rifles y pistolas. Dos meses duró la numantina resistencia antes de que los sublevados tomasen la ciudad. "Mi madre, la pobre, les llevaba garbanzos a los niños de otras familias... Ah, y los plátanos eran un lujo, te daban uno sólo cuando te ponías malito de la barriga. La juventud de ahora no sabe lo que hubo que pasar parar sacar a España adelante".

Padre de tres hijos (dos son agricultores como él y la chica es médico) y abuelo de cinco nietos, más que pesarle los años, lo que de verdad le cuesta es volver al pasado. "A las cosas que supe del día en que nací. Qué España aquella, Dios mío".

En su casa no había ni radio. La gente colgaba los melones al aire fresco -"así duraban seis meses"- y en los pozos se metía la comida para que no se pudriera con el calor. "Eran las neveras de entonces", rememora hoy el Hermano Mayor de la Hermandad San Isidro Labrador de Azuaga desde el saloncito de su casa. Mientras, Dolores, su esposa, le repite que se dé prisa porque tienen que irse a la compra. Él gastaba 25 años y ella 21 cuando se casaron. "Yo, ni las cuatro reglas sabía. Fui a la escuela dos o tres años, como mucho, y ya está... Lo bueno es que aprendía mucho escuchando a los mayores y las historias que contaban". Como la de unos guerrilleros que se plantaron en su casa cuando la familia huyó de Azuaga.

Tuvo la suerte de que a su padre, Modesto, hombre de campo, no le movilizaran en la guerra. "No era hombre de luchas". Sí lucharon unos primos suyos y su suegro, de cocinero, con los nacionales. Por fortuna, ninguno murió.

Otros, como los maquis antifranquistas, harían la guerra por su cuenta. "Una vez nos amenazaron de muerte y mis padres tuvieron que darles una recompensa, no sé de qué tipo...". El caso es que al niño Daniel, el mediano de cinco hermanos, nunca más volvería a picarle la curiosidad. "Lo que sí le puedo decir es que cuando yo vine al mundo era tal la necesidad que ni los cartones se tiraban a la basura. Se usaban para hacerles a los niños caballitos de cartón el día de Reyes. Era mi único juguete", cuenta Daniel, antes de enfilar la calle que conduce al mercado.

No lejos de allí, en Valdefuentes (Cáceres), vino al mundo también Ana Sánchez Polo. "Mi madre me dijo que nací el día de la guerra, me contó que pasó mucho miedo", recuerda. Ana comparte apellido con la mujer de Franco, Carmen Polo, pero sus vidas no han sido ni remotamente parecidas. Su niñez fue "trabajar y trabajar" con sus padres en el campo. Sus cumpleaños, míseros. "¡Uy, celebrarlo, madre mía! ¡Si no teníamos ni una chica! Ese día mi madre me daba un beso y me decía: "Hija, que es el día de tu cumpleaños" [se le quiebra la voz]. Y a trabajar".

Lo sigue haciendo. Hoy aquella niña campesina, viuda y madre de tres hijos, vive en una residencia de monjas en la que ayuda pelando patatas y tomates. Allí festejará este lunes, esta vez sí, su 18 de julio.

Con información de Jaime Lázaro

"NO TUVE NIÑEZ, PERO SÍ MIEDO Y HAMBRE"

Nacidos el 18 de julio de 1936: Testimonio de Pedro Ruiz García

PEDRO RUIZ GARCÍA

Se presenta dentro de una guayabera blanca, pantalón crema y zapatos a juego. Pelo cano. Deja al aire dos brazos extremadamente delgados, unos tendones que abultan como cables y unas manos huesudas que aprieta con fuerza cuando el pasado le remueve las tripas. "Vine al mundo así, con el puño cerrado", suelta Pedro, "y así me iré, con el puño en alto". Comunista de palabra y obra. Su madre, costurera, lo parió el mismo día que nació la Guerra Civil. Eran las 4 de la tarde del 18 de julio del 36. Y en Villanueva de Córdoba, tumbada al fresco de la habitación matrimonial -caían 39º en las calles-, la joven Isabel resoplaba a cada contracción.

"No pudo ser más desgraciada la fecha de mi llegada", murmura aquel naciente, hoy a punto de cumplir los 80. Y mientras rebusca en un montón de anotaciones y fotos que hablan de su niñez y una juventud de cárcel, exilio y lucha obrera, a Pedro Ruiz García se le encharcan los ojos. "No tuve niñez, pero sí miedo y hambre... Por las noches mi padre me llevaba al campo para que el miedo se me quitara. Quería que escuchase a los lobos en la oscuridad". Tendría cinco años. "Y esa cercanía a las alimañas, al peligro, fue lo que me ayudó a forjar el carácter, a ser valiente". Era el germen de un futuro líder.

Se acuerda de muchas cosas terribles Pedro, pero sobre todo de lo que supo luego de aquel sábado de julio. Corría el rumor de que "el alzamiento" -así llamaban los sublevados al golpe militar- había empezado a cobrarse los primeros fusilamientos más allá de Villanueva. Esa noche, obreros y campesinos de la villa, afines al Frente Popular, salieron a defender las calles bajo las luces de las farolas. Pedro estaba en la cuna cuando su padre, Cayetano, marchó armado con otros vecinos a Cerro Muriano, a 15 km de Córdoba. "A cortarle el paso a los nacionales que avanzaban desde el sur". Fue allí donde Robert Capa tomó la icónica foto del miliciano Federico Borrell desplomándose tras recibir un disparo.

Con siete años tuvo que abandonar la escuela y ponerse a cuidar las vacas, los cerdos y las cabras de los pudientes. Y sin nada a cambio. Iba incluido en el "salario de hambre" que su padre juntaba por trabajar los campos de "los que habían ganado la guerra". Hasta que el ansia de una vida mejor llevó a Pedro, el mayor de tres hermanos, y a sus padres a Puertollano (Ciudad Real). El patriarca encontró tajo en una mina de hulla. Y Pedro empezó a cargar teja, de sol a sol. Cumplía 11 años. Y volvía a la escuela... Una tarde le preguntó a su padre, que había llegado a teniente de los republicanos en la guerra: "Papá, ¿has matado a alguien?".Hubo un largo silencio. "Ninguna guerra es justa, Pedro", fue toda su respuesta. Y nunca más hablaron de lo ocurrido.

Cumplidos los 18, Pedro entró de electricista en la Empresa Nacional Calvo Sotelo. Allí se jubiló. Entre tanto fundaría CCOO y el PCE en La Mancha; fue detenido 23 veces, tres veces procesado, declarado en rebeldía y se exilió a Francia ocho años. Y a su lado, siempre, Carmen ("mi compañera de alegrías, penas y luchas"), que le dio tres hijos. Me enseña Pedro un folio, fechado en abril de 1999. Es su última voluntad. Dice así: "Que mis cenizas se esparzan en el campo, si es posible donde nos reuníamos en los 60 para discutir y luchar por la libertad, la dignidad y por (...) la esperanza de un mundo mejor, a pesar de que cada día estoy más convencido de que el hombre nuevo que anunció Marx ni llega ni llegará sin la ayuda de la manipulación genética".

"MI PADRE IBA A LA GUERRA CUANDO NACÍ. ESTUVO EN LA BATALLA DEL EBRO"

Nacidos el 18 de julio de 1936: Testimonio de Manuela Prieto Atanes

MANUELA PRIETO ATANES

Sábado. Una mujer pasea por Verín (Ourense). "¡Genoveva, ves con la cesta para tu casa, que hay guerra! Estás embarazada, tienes que estar en casa...".

Todavía no sabe Manuela si fue el miedo a lo que se avecinaba, o que ya estaba cumplida, lo que llevó a su madre a traerla a este mundo aquel 18 de julio. "Porque ese día nací yo. No sé si por el susto o por lo que fuera... En el dormitorio pegado a la cocina". Era la quinta hija.

Lo cierto es que el parto, horas después, pilló a su padre, Sergio, camino del frente de Barcelona. "Vino a casa una mujer del pueblo que entendía de esas cosas, ya sabe usted: no tenía estudios pero igual atendía a una parturienta que hacía un aborto casero. A algunas las metían en la cárcel... Era todo oscuridad y miseria". No había Seguridad Social y "los céntimos escaseaban más que un mendrugo de pan"... Se acuerda de todo Manuela. "Llámeme mejor Manoli, que es como me conocen todos", pone por delante.

Casada y madre de tres hijos, Manoli ha gastado años pero no memoria. Tiene muy presente a una monja que llevaba la escuela, a la que en invierno acudía sin calcetines y muchos días con el estómago vacío. "Ella se quejaba mucho de mí", cuenta, porque Manoli le robaba el bocadillo a las demás niñas. "Era el hambre, filliño (hijo)", espeta al periodista. "Los niños no aguantaban ni una gripe. Muchos morían de tuberculosis".

Verín entonces contaba con 6.000 vecinos (hoy son casi 15.000) y entre los pueblos fronterizos con Portugal sumaba más nacionales que ningún otro. Por el bando republicano luchó el padre de Manoli. "Él me contaba que el río bajaba rojo, lleno de sangre, cuando la batalla del Ebro". Una noche, también le relató, entró a dormir en un almacén, pensando que el resto de los hombres allí tendidos descansaban como él. Pero no: "A la mañana siguiente, cuando se despertó, resulta que eran muertos".


Ningún pariente de Manoli murió en el campo de batalla. Sí fuera de él. A un primo le cortaron el cuello en una barbería. Ella no sabe si lo degollaron por ser nacional o de izquierdas.

Hasta seis años después de empezada la guerra el padre no regresó. Así que, "para sacar unas pocas pesetas", la pequeña Manoli tuvo que escoltar a su madre en noches de contrabando. Cruzaban la frontera hasta Portugal acarreando pan, macarrones y aceite por los viñedos. "A una embarazada la mató de un tiro un guardia", recuerda.

Y si la urgencia era grande, se echaba mano de algún animal. "Al médico, por recetarle penicilina a mi madre, que casi se muere de una infección, se le pagó con la cabra que nos daba la leche y que yo misma ordeñaba". Las penurias vividas la empujaron, ya adolescente, a marcharse a Barcelona con una prima. Allí cuidaría niños, limpiaría, sería camarera... y acabaría deambulando por las calles, sola. "Entonces no había las ONG que hay ahora...". Al verla llorando sentada en una acera, una señora le ofreció su casa. Seis meses después conoció a Ramiro, que arreglaba televisores. "Él se acercó y me invitó a una Coca-Cola, era muy insistente. Hasta hoy", cuenta.

Le queda la espinita clavada de no haber conocido a un hermano fruto de una relación extramatrimonial de su padre en tierras del Ebro. "Se enamoró de otra mujer y con ella tuvo un hijo o una hija, nunca llegué a saber la verdad, cuando él ya tenía cuatro esperándole. Nos lo contó al volver. Yo se lo he perdonado. Ese hermano también es hijo de la misma guerra".

"SOÑABA CON SER ALGO EN LA VIDA... NO PUDE LLEGAR A NADA"

Nacidos el 18 de julio de 1936: Testimonio de Carmen Obes Guerra

CARMEN OBES GUERRA

"El pueblo se fue quedando vacío. Iban casa por casa y se llevaban a los hijos y a los maridos. Decían que iban a darles un paseo, y ya nunca volvían". Hasta que Carmen Obes, pasado el tiempo, supo la verdad de aquel paseo: era una manera disfrazada y cruel de llamar a las ejecuciones. Por eso el lamento con el que arranca: "En qué mal día yo nací". Le cuesta, le cuesta demasiado retroceder 80 años. Cuando A Gudiña, paso obligado para salir de Galicia por los túneles que llevan a Castilla, se quedó "vacía de hombres jóvenes" por aquel 18 de julio en el que ella abrió los ojos a ese mundo, a las 4 de la madrugada.

"Ese día, por el pueblo y alrededores, se montó la marimorena, unos contra otros. No había respeto a la gente ni a la vida. Era todo noite (noche). En las casas se alumbraba con candiles de aceite. En la mía mataban un cerdo y nos tenía que durar todo el año. Crecimos comiendo muchas patatas. Otras familias ni eso tenían, sólo el unto cocido del animal". Aunque tuvo que dejar la escuela con siete años -"para atender a las ovejas e ir con mi madre al río o al pilón a lavar la ropa"-, Carmen fue siempre curiosa y autodidacta. Soñaba con "ser algo en la vida, abogada o así", y al final "no pude llegar a nada". Pero fue honrada y valiente. Dura de doblegar. "Me viene de nacimiento".

Cuenta la vecina de A Gudiña, en Ourense, cómo trabajó en el campo, con animales, cuidó a ancianos a domicilio, vendió carbón... Enviudó de un minero y juró que sus cuatro hijos nunca pasarían necesidades. "A mí me dieron al nacer una muñeca de trapo, no había juguetes ni casi nada, nuestro mundo era el que cada cual imaginaba". O veía en las historias fantásticas que grupos de titiriteros iban representando por las aldeas y pueblos de la provincia orensana. "Aquí se nacía, se vivía y se moría uno sin saber qué había más allá".

De hecho, Carmen no sabía cómo era el mar. Ni en postales lo había visto. Lo conoció por primera vez hace 49 años, en Vigo, gracias a una prima. "Al ver aquella enorme bolsa de agua me entró una inquietud extraña, me gustó... Y ya no volví más", suelta con nostalgia ella, que por momentos enmudece. ¿En qué está pensando, Carmen? "En aquel día, ya sabe...". ¿Y qué más ocurrió? "A mi padre, Florentino, lo cazaron cuando iba a por agua a la fuente a las siete de la mañana, tres horas después de haber nacido yo, pues en las casa no había agua. Pasaron cuatro amigos suyos, por decir algo, y le preguntaron por un tal Ramón, un vecino. Mi padre les dijo que era una gran persona. Y por decir eso le tiraron el cubo, le dieron tres patadas en el culo y dos bofetadas en la cara. Sí, le golpearon con saña. ¿Qué le parece?".

Pudo ser mucho peor. A nueve vecinos los fusilaron y 46 fueron detenidos y presos, según Nomes e Voces (Nombres y Voces es una investigación sobre las víctimas de la Guerra Civil, a cargo de la Universidad de Santiago de Compostela).

Le viene a la cabeza una copla de Estrellita Castro que, dice Carmen, se escuchaba desde que a ella la pusieron en la cuna aquel 18. Ella insiste en tararearla, no una sino dos veces: Hoy, Lolita, me marcho a la guerra / Tú conmigo no quieres venir / Si no quieres venirte conmigo, una carta te voy a escribir.... A la pregunta de cómo festejará este lunes sus 80 años, Carmen Obes Guerra responde: "Pues no lo sé, voy de luto". Le hablo de la costa y suelta un suspiro y un deseo: "Volver a ver el mar".

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Memoria prêt à porter: Entre la cal viva y los payasos de la tele
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JUAN CARLOS MONEDERO

Memoria prêt à porter: Entre la cal viva y los payasos de la tele


JUAN CARLOS MONEDERO

Es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Hizo sus estudios de posgrado en la Universidad de Heidelberg (Alemania). Su tesis doctoral sobre el hundimiento de la República Democrática Alemana recibió la calificación de sobresaliente cum laude. Actualmente es profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid y presenta el programa de debate político La Tuerka en Público TV.

"Los mayores se preparan para la muerte con el perdón que el cristianismo otorga y los más jóvenes creen que Franco está en el horizonte histórico tan lejos como Napoleón"

Una alcaldesa de Guadamur, Toledo, hace una proyección en un castillo con dos torretas. En una, el rostro de Franco. En la otra, el de Himmler, el autor de la “solución final”. Una leyenda proyectada en el muro de la fortaleza dice que Franco fue un gran estadista. Dio un golpe de Estado contra la Constitución de 1931 traicionando su juramento militar. El pueblo resistió el golpe de Estado y comenzó una guerra que duró tres años. Franco ganó con la ayuda de Hitler y Mussolini. Terminada la guerra, Franco mandó fusilar, al menos, a150.000 españoles. Les acusaron de delito de rebelión. La rebelión de defender la legalidad vigente. Al menos 114.000 siguen enterrados en zanjas, fosas comunes y carreteras. Franco le ofreció en Hendaya ayuda a Hitler en la Segunda Guerra Mundial. No se la aceptó porque pensaba entregarle el norte de Marruecos a los franceses. Muchos españoles que salvaron la vida abandonando España en 1939 continuaron la lucha contra el fascismo en Europa. Los condecoran y ensalzan en los días nacionales de Italia, Francia, Alemania. El Rey Felipe VI inauguró en junio de 2015 un parque dedicado a “La Nueve”, la compañía de republicanos españoles que liberó París. Lo inauguró en Francia. Aquí casi nadie les conoce. Aquí no tienen placas ni parques. Lucharon contra Franco y luego contra los nazis y los fascistas. Pura coherencia. Algunos terminaron en campos de concentración y fueron gaseados y quemados en el Holocausto. La alcaldesa que hizo apología del genocidio franquista en Toledo es del mismo partido que activó a la Fiscalía por unos tuits del concejal de Ahora Podemos Guillermo Zapata con chistes desagradables, entre otros, sobre judíos. A Guillermo Zapata quieren encarcelarle jueces cercanos al Partido Popular. A la alcaldesa de Guadamur nadie la ha molestado por hacer apología del genocidio y por haber ensalzado al dictador que era amigo del que eliminó a seis millones de judíos. Y unos cuantos miles de españoles.

Es bastante probable que en Valencia, más tarde o más temprano, no quieran hablar de la corrupción. Algo tan extendido termina tocándote, por acción o por omisión, y cuando la biografía se niebla y espesa es mejor, dirán, que sople el aire. Es incluso probable que una fuerza política novedosa que quiera conseguir votos de caladeros antiguos decida no mencionar la corrupción porque pudiera quitarle votos. Los mayores se preparan para la muerte con el perdón que el cristianismo otorga y los más jóvenes creen que Franco está en el horizonte histórico tan lejos como Napoleón. Los viejos olvidan y los jóvenes no saben. Se ponen de moda los libros que hablan de los objetos que manejamos los que estudiamos la EGB y se hace noticia que el 22 de junio de 1976 murió Fofó. Pero no cites la cal viva que te quemas. El cristianismo, que vive de recordar cada domingo la pasión y la muerte de Dios, es el mejor antídoto contra la memoria porque todo lo perdona.

España se acostó franquista y se levantó demócrata. Catedráticos franquistas amanecieron demócratas. Y jueces, y periodistas, y policías, y guardias civiles, y militares, y empresarios, y obispos. El carnet de demócrata es gratis a veces. Entonces el compromiso con la democracia es mínimo. El Ministro del Interior, Fernández Díaz, monta una suerte de “policía de partido” para ir contra adversarios políticos. Se reúne con un magistrado para sembrar pruebas falsas. Y disparar a la “línea de flotación” del independentismo catalán o busca llevar a los tribunales por financiación ilegal a Podemos. Es un exceso llamarla policía política porque la Brigada Político y Social del franquismo, la que perseguía a los sindicalistas, obreros, estudiantes, mujeres que luchaban por la democracia, asesinaba. Estos solamente intentan encarcelar a los adversarios. O difamarlos públicamente con ayuda de periodistas que recuerdan a los periodistas del régimen. Maestros de muchas de las grandes figuras actuales del periodismo de España. Grandes figuras ellos mismos. Franquistas. Hasta que amanecieron demócratas.

El Ministro es del mismo partido que la alcaldesa de Guadamur. Lo fundó Manuel Fraga, un Ministro de Franco que firmó sentencias de muerte con un estremecedor “enterado”. Un Ministro de Franco que cuando la Brigada Político Social tiró por la ventana a Enrique Ruano, estudiante de quinto de derecho de la Complutense, mandó falsificar sus diarios para que pareciera un su***dio. El ABC, que se levantó demócrata, publicó la versión del su***dio en un editorial aquel enero de 1969. El ABC defiende al Ministro Fernández Díaz y dice que las grabaciones sacadas a la luz por el diario Público, que demuestran que preparó pruebas contra adversarios políticos, son en verdad un ataque al Ministro. Delito de rebelión. El ABC, cuando la guerra de Irak sostuvo que había armas de destrucción masiva. El director de opinión escribió un artículo que se llamaba “De Lepanto a Bagdad”. El ABC presentó como ciertos los falsos informes policiales contra Podemos. Publicó unapágina entera de publicidad contra Pablo Iglesias diciendo que todo lo que publican es cierto. Todo, como diría Rajoy, menos alguna cosa. También es de ese mismo partido.

Dicen que una parte de la luz de Pablo Iglesias se nubló cuando citó dos veces en el Parlamento español la “cal viva”. Los más jóvenes no sabían de qué se trataba. Como los jóvenes valencianos del futuro tampoco sabrán qué fue la corrupción. En 1949 terminó el débil proceso de desnazificación en las dos Alemanias. En la Alemania occidental explotaría en mayo del 68 con los jóvenes quejándose del poso autoritario de su país. En España, el peso de la continuidad del franquismo se hizo insoportable hasta que estalló el 15-M. Ahí se certificó el fin de la cultura de la Transición. Pero, paradójicamente, el 15-M era un movimiento sin memoria. Se llamaban “indignados” en honor a Stephan Hessel, un luchador antifascista miembro del Consejo Nacional de la Resistencia. Los jóvenes del 15-M no sabían que fue “La Nueve”, con blindados que se llamaban Madrid, Guadalajara, Brunete, quienes entraron a liberar París en 1944. Sin memoria, la impunidad construye las vigas del nuevo edificio. Fraga, después de firmar sentencias de muerte en una dictadura, firmó la Constitución de 1978. Recordarlo es molesto. Hace todas nuestras biografías más feas. Pero saberlo y recordarlo ayudaría a que algunas cosas no pasen. Hoy.

Si hubiéramos hablado más de la cal viva, si hubiéramos llevado a los libros de texto que con dinero público hubo terrorismo de estado en España, que hubo policías corruptos y políticos que decidieron, con nuestros votos, ponernos a la altura de los terroristas, no sería tan fácil que Fernández Díaz, del PP, hubiera creado una Brigada para perseguir a sus adversarios políticos. Si hubiera aparecido Míster X, el vértice de aquél entramado criminal que eran los GAL, si hubiera pagado con la cárcel sus desmanes, sería más difícil que un Presidente de Gobierno pudiera seguir siéndolo después de mandar un SMS a un detenido diciéndole “Sé fuerte Luis”. Si habláramos más de dónde venimos, resultaría más difícil imaginar los Bárcenas, los Fabra, los Cotino, las Rita Barberá, los Urdangarín y las Cristina de Borbón, los Ignacio González, los Francisco Granados, los Chaves y Griñán, los ex Presidentes que graban vídeos ensalzando a brokers iraníes que tienen negocios petroleros en paraísos fiscales o que escriben a dictadores africanos pidiéndoles favores. A la cultura franquista le ha seguido una cultura posfranquista. Que no se va porque la mierda no se va nunca sola. Hay que frotar. Y la mierda de la historia se frota con la memoria hasta que se limpie. Aunque duela. Porque alguna vez se tendrá que acabar esa mierda. O no. Depende de si se nos olvida


"Los mayores se preparan para la muerte con el perdón que el cristianismo otorga y los más jóvenes creen que Franco está en el horizonte histórico tan lejos como Napoleón"

Una alcaldesa de Guadamur, Toledo, hace una proyección en un castillo con dos torretas. En una, el rostro de Franco. En la otra, el de Himmler, el autor de la “solución final”. Una leyenda proyectada en el muro de la fortaleza dice que Franco fue un gran estadista. Dio un golpe de Estado contra la Constitución de 1931 traicionando su juramento militar. El pueblo resistió el golpe de Estado y comenzó una guerra que duró tres años. Franco ganó con la ayuda de Hitler y Mussolini. Terminada la guerra, Franco mandó fusilar, al menos, a150.000 españoles. Les acusaron de delito de rebelión. La rebelión de defender la legalidad vigente. Al menos 114.000 siguen enterrados en zanjas, fosas comunes y carreteras. Franco le ofreció en Hendaya ayuda a Hitler en la Segunda Guerra Mundial. No se la aceptó porque pensaba entregarle el norte de Marruecos a los franceses. Muchos españoles que salvaron la vida abandonando España en 1939 continuaron la lucha contra el fascismo en Europa. Los condecoran y ensalzan en los días nacionales de Italia, Francia, Alemania. El Rey Felipe VI inauguró en junio de 2015 un parque dedicado a “La Nueve”, la compañía de republicanos españoles que liberó París. Lo inauguró en Francia. Aquí casi nadie les conoce. Aquí no tienen placas ni parques. Lucharon contra Franco y luego contra los nazis y los fascistas. Pura coherencia. Algunos terminaron en campos de concentración y fueron gaseados y quemados en el Holocausto. La alcaldesa que hizo apología del genocidio franquista en Toledo es del mismo partido que activó a la Fiscalía por unos tuits del concejal de Ahora Podemos Guillermo Zapata con chistes desagradables, entre otros, sobre judíos. A Guillermo Zapata quieren encarcelarle jueces cercanos al Partido Popular. A la alcaldesa de Guadamur nadie la ha molestado por hacer apología del genocidio y por haber ensalzado al dictador que era amigo del que eliminó a seis millones de judíos. Y unos cuantos miles de españoles.

Es bastante probable que en Valencia, más tarde o más temprano, no quieran hablar de la corrupción. Algo tan extendido termina tocándote, por acción o por omisión, y cuando la biografía se niebla y espesa es mejor, dirán, que sople el aire. Es incluso probable que una fuerza política novedosa que quiera conseguir votos de caladeros antiguos decida no mencionar la corrupción porque pudiera quitarle votos. Los mayores se preparan para la muerte con el perdón que el cristianismo otorga y los más jóvenes creen que Franco está en el horizonte histórico tan lejos como Napoleón. Los viejos olvidan y los jóvenes no saben. Se ponen de moda los libros que hablan de los objetos que manejamos los que estudiamos la EGB y se hace noticia que el 22 de junio de 1976 murió Fofó. Pero no cites la cal viva que te quemas. El cristianismo, que vive de recordar cada domingo la pasión y la muerte de Dios, es el mejor antídoto contra la memoria porque todo lo perdona.

España se acostó franquista y se levantó demócrata. Catedráticos franquistas amanecieron demócratas. Y jueces, y periodistas, y policías, y guardias civiles, y militares, y empresarios, y obispos. El carnet de demócrata es gratis a veces. Entonces el compromiso con la democracia es mínimo. El Ministro del Interior, Fernández Díaz, monta una suerte de “policía de partido” para ir contra adversarios políticos. Se reúne con un magistrado para sembrar pruebas falsas. Y disparar a la “línea de flotación” del independentismo catalán o busca llevar a los tribunales por financiación ilegal a Podemos. Es un exceso llamarla policía política porque la Brigada Político y Social del franquismo, la que perseguía a los sindicalistas, obreros, estudiantes, mujeres que luchaban por la democracia, asesinaba. Estos solamente intentan encarcelar a los adversarios. O difamarlos públicamente con ayuda de periodistas que recuerdan a los periodistas del régimen. Maestros de muchas de las grandes figuras actuales del periodismo de España. Grandes figuras ellos mismos. Franquistas. Hasta que amanecieron demócratas.

El Ministro es del mismo partido que la alcaldesa de Guadamur. Lo fundó Manuel Fraga, un Ministro de Franco que firmó sentencias de muerte con un estremecedor “enterado”. Un Ministro de Franco que cuando la Brigada Político Social tiró por la ventana a Enrique Ruano, estudiante de quinto de derecho de la Complutense, mandó falsificar sus diarios para que pareciera un su***dio. El ABC, que se levantó demócrata, publicó la versión del su***dio en un editorial aquel enero de 1969. El ABC defiende al Ministro Fernández Díaz y dice que las grabaciones sacadas a la luz por el diario Público, que demuestran que preparó pruebas contra adversarios políticos, son en verdad un ataque al Ministro. Delito de rebelión. El ABC, cuando la guerra de Irak sostuvo que había armas de destrucción masiva. El director de opinión escribió un artículo que se llamaba “De Lepanto a Bagdad”. El ABC presentó como ciertos los falsos informes policiales contra Podemos. Publicó unapágina entera de publicidad contra Pablo Iglesias diciendo que todo lo que publican es cierto. Todo, como diría Rajoy, menos alguna cosa. También es de ese mismo partido.

Dicen que una parte de la luz de Pablo Iglesias se nubló cuando citó dos veces en el Parlamento español la “cal viva”. Los más jóvenes no sabían de qué se trataba. Como los jóvenes valencianos del futuro tampoco sabrán qué fue la corrupción. En 1949 terminó el débil proceso de desnazificación en las dos Alemanias. En la Alemania occidental explotaría en mayo del 68 con los jóvenes quejándose del poso autoritario de su país. En España, el peso de la continuidad del franquismo se hizo insoportable hasta que estalló el 15-M. Ahí se certificó el fin de la cultura de la Transición. Pero, paradójicamente, el 15-M era un movimiento sin memoria. Se llamaban “indignados” en honor a Stephan Hessel, un luchador antifascista miembro del Consejo Nacional de la Resistencia. Los jóvenes del 15-M no sabían que fue “La Nueve”, con blindados que se llamaban Madrid, Guadalajara, Brunete, quienes entraron a liberar París en 1944. Sin memoria, la impunidad construye las vigas del nuevo edificio. Fraga, después de firmar sentencias de muerte en una dictadura, firmó la Constitución de 1978. Recordarlo es molesto. Hace todas nuestras biografías más feas. Pero saberlo y recordarlo ayudaría a que algunas cosas no pasen. Hoy.

Si hubiéramos hablado más de la cal viva, si hubiéramos llevado a los libros de texto que con dinero público hubo terrorismo de estado en España, que hubo policías corruptos y políticos que decidieron, con nuestros votos, ponernos a la altura de los terroristas, no sería tan fácil que Fernández Díaz, del PP, hubiera creado una Brigada para perseguir a sus adversarios políticos. Si hubiera aparecido Míster X, el vértice de aquél entramado criminal que eran los GAL, si hubiera pagado con la cárcel sus desmanes, sería más difícil que un Presidente de Gobierno pudiera seguir siéndolo después de mandar un SMS a un detenido diciéndole “Sé fuerte Luis”. Si habláramos más de dónde venimos, resultaría más difícil imaginar los Bárcenas, los Fabra, los Cotino, las Rita Barberá, los Urdangarín y las Cristina de Borbón, los Ignacio González, los Francisco Granados, los Chaves y Griñán, los ex Presidentes que graban vídeos ensalzando a brokers iraníes que tienen negocios petroleros en paraísos fiscales o que escriben a dictadores africanos pidiéndoles favores. A la cultura franquista le ha seguido una cultura posfranquista. Que no se va porque la mierda no se va nunca sola. Hay que frotar. Y la mierda de la historia se frota con la memoria hasta que se limpie. Aunque duela. Porque alguna vez se tendrá que acabar esa mierda. O no. Depende de si se nos olvida
 
TECNOLOGÍA
Diez armas que se estrenaron en la Guerra Civil

En este dramático episodio bélico las potencias extranjeras encontraron una oportunidad para ensayar novedades militares.

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Destrucción tras un bombardeo en Madrid. Hulton Archive

PABLO G. BEJERANO @pablogbej
18.07.2016 02:22 h.

Se cumplen 80 años del estallido de la Guerra Civil, que a partir de aquel 18 de julio de 1936 y durante los siguientes tres años, hasta abril del 1939, sangraría España, sembrándola de ruinas, hambre y silencio.

Se sabe que durante la contienda se utilizaron nuevas estrategias bélicas, como simulacros de guerra relámpago o bombardeos masivos sobre población civil. Pero lo que es menos conocido es que también se probó la última tecnología militar del momento. Alemania y la Unión Soviética, que estaban rehaciendo sus ejércitos en el periodo de entreguerras, trajeron el armamento más puntero para estudiar su rendimiento.

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Desde el Instituto de Historia y Cultura Militar, dependiente del Ministerio de Defensa, especialistas en el armamento del conflicto apuntan que la ayuda recibida de las potencias extranjeras no fue ni ideológica ni altruista: la vendieron a buen precio y, además, pudieron probar en situación de guerra sus nuevas armas.

Aquí detallamos diez herramientas que sembraron el terror por primera vez durante la Guerra Civil española. Desgraciadamente, no sería la última vez.

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Apodado El Chato, este avión soviético no era rival para los modelos italianos o españoles. Dmitry Terekhov (CC)

Apodado El Chato por su morro plano, este avión soviético llega a España como un prodigio de velocidad y de altura (podía volar entre 300 y 450 metros por encima de los aviones italianos y españoles). Está en el bando republicano desde los primeros momentos de la contienda y se usa como caza, para ametrallar posiciones de tierra o proteger convoyes.

Es el primer avión que trae una emisora de comunicación con tierra (la tenía uno de cada escuadrilla), según señalan desde el Instituto de Historia Militar. Y es que, hasta el momento, las órdenes se daban antes de despegar; después, los aviones se quedaban aislados. Durante la Segunda Guerra Mundial, el empleo de la radio en los aviones se generalizará.

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A partir del I-16 se crearía el avión de combate soviético para la Segunda Guerra Mundial. D. P.

Lo llamaban El Mosca. Capaz de alcanzar gran velocidad y altura, es de los primeros aviones monoplano, toda una novedad en el campo aeronáutico. También llega a principios de la contienda y se usa como caza durante toda la guerra, en donde participa en batallas como la de Brunete o la del Ebro. A partir de las pruebas en España con el I-16, la Unión Soviética creará el avión de combate que su ejército utilizará durante la Segunda Guerra Mundial.

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Los alemanes moldearon su caza en la Guerra Civil para ponerlo a punto de cara al conflicto europeo. BoyerBundesarchiv

Llega con los alemanes de la Legión Cóndor, que guardaban celosamente sus aviones más sofisticados para sus pilotos. Es uno de los primeros cazas modernos y llega para combatir a los I-15 e I-16 del bando republicano. A primeros de 1937 logra igualar a estos aviones en velocidad, aunque no en altura. Se usaba para atacar posiciones de tierra y proteger a los aviones bombarderos.

Durante el conflicto español se perfecciona mucho, y sus siguientes versiones serán el núcleo de la fuerza de caza alemana en la Segunda Guerra Mundial.

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Este avión, principal protagonista de los primeros bombardeos a ciudades en la Segunda Guerra Mundial, se estrena en España. Schödl Bundesarchiv

El He 111 es ya un bombardero moderno. Tiene una capacidad (de transportar bombas) muy superior a la de la época y cuenta con dos motores, una ingeniería sofisticada en la aeronáutica del momento. Trae visores ópticos que mejoran la puntería y es el primer avión alemán que lleva radio para comunicarse con tierra.

Se puso a punto en la Guerra Civil y después protagonizaría algunos de los bombardeos más destructivos de la Segunda Guerra Mundial, como el de Coventry o los de Londres. En España se usó para bombardear ciudades y complejos industriales. En el bombardeo de Guernica se hizo una batida sólo con este tipo de aviones para estudiar mejor los efectos que causaban.

TUPOLEV ANT-40
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Los soviéticos también perfeccionan su avión de bombardeo en España. PD-RUSSIA

Al parecer a los aviones soviéticos siempre les ponían un mote. El de éste era el Katiuska. Es el primer bombardero soviético de alta velocidad y gran capacidad para llevar bombas. Se utilizó en bombardeos contra la población civil, como el de Cabra (Córdoba), frecuentemente descrito como el equivalente a Guernica en el bando contrario.

Evolucionaría y la Unión Soviética lo usaría en la Segunda Guerra Mundial, siendo decisivo en batallas importantes, como la de Stalingrado, el gran tropiezo militar de los alemanes en el frente Este.

STUKA (JUNKER JU 87)
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El Stuka se usaría en prácticamente todos los escenarios de la Segunda Guerra Mundial. Imperial War Museums

La novedad de este avión alemán consistía en que era un bombardero en picado. Nunca antes se había visto uno de su clase con esa precisión y velocidad. Este tipo de aviones se lanzaba hacia el objetivo y dejaba caer la bomba con mayor puntería y más cerca del suelo que los bombarderos tradicionales.

Se estrenó en España, aunque llegaron muy pocos: éstos participarían en la Batalla de Teruel o el avance hacia Bilbao. Con algunas modificaciones, será el avión más representativo de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Y, junto con los tanques Panzer, será la columna vertebral de la famosa guerra relámpago.

T-26
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Los T-26 fueron los primeros tanques que dispusieron de una emisora de radio. D. P.

Es el primer tanque moderno que aparece. Hay dos aspectos que destacan por encima de otros tanques de la época. Cuenta con un cañón (de 37 mm), mientras que el resto de estas máquinas contaban sólo con ametralladoras. El segundo aspecto es una radio de onda media que llevaba uno de cada cuatro T-26, para transmitir y recibir órdenes del puesto de mando.

Eran tan sofisticado que, según algunas fuentes consultadas en el Instituto de Historia Militar, el bando sublevado ofrecía una recompensa de 3.000 pesetas a quien capturara uno de estos tanques. Los T-26 destacan en la Batalla de Brunete y luego en el Ebro. Con la experiencia que obtienen, los soviéticos diseñan el tanque T-34, que será su arma principal en la Segunda Guerra Mundial.

PANZER I
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Es el primer tanque que diseñan los alemanes tras la Primera Guerra Mundial y España fue el lugar perfecto para probarlo.John Erling Blad (CC)

Los alemanes no podían fabricar ni tener vehículos acorazados por el Tratado de Versalles (1919). Para cuando incumplen esta norma, la guerra está a punto de estallar en España y se presenta una oportunidad de oro para probar su Panzer I, que acaban de construir. Tiene avances de motor y en la protección, aunque lleva una ametralladora en vez de un cañón.


En la Guerra Civil, los alemanes se dan cuenta de que su tanque necesita un cañón y modifican el diseño del Panzer I para incluirlo. Este tanque participó en la Batalla del Jarama, la de Brunete y también en la del Ebro.

PANZER II
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Al Panzer II lo equipan con un cañón tras la experiencia aprendida en la Guerra Civil. Dörner Bundesarchiv

En los últimos meses de la guerra llega el Panzer II, una evolución del Panzer I a partir de lo aprendido en los meses anteriores. Es mucho más avanzado en motor y blindaje, y cuenta con un cañón además de una ametralladora.

Este modelo es el que se usará para la invasión a Polonia que desencadenará la Segunda Guerra Mundial. En este conflicto, la principal arma de los alemanes será el Panzer III, una clara evolución del tanque que se usó en la Guerra Civil.

88 FLAK
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Cuando llegó a España, el 88 Flak era el arma antiaérea más moderna que existía. Briecke Bundesarchiv

Es un cañón antiaéreo de factura alemana, el primero de tiro rápido que lleva una dirección electromecánica de tiro para predecir con más fiabilidad la trayectoria del proyectil.

En España se usó en las bases aéreas de la Legión Cóndor y, a partir de estos ensayos, se modifica para mejorar el cañón y la dirección de tiro. En la Segunda Guerra Mundial será el arma antiaérea alemana por excelencia.

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Bombardeo italiano sobre la ciudad de Barcelona en 1938. F. A. I. (D. P
.......
Fuimos y seremos conejillos de indias.
 
Lo decían mis mayores, abuelos y tíos, también vecinos. Al cruzar la frontera, no existían bandos, sino ESPAÑOLES huyendo del horror de la guerra, la cerrazón y la miseria. Hubo favoritismo, vete a saber por qué razones, ya sea por tema político o por tener amistad con un cura o un cacique, éstos pasaban antes por la frontera que todos los demás.

Si los soldados llegaban a tu casa o a un pueblo, había que atenderlos bien y darles todo lo que pedían, dinero, comida, animales, las alianzas de oro, joyas, la flor de tus hijas, llevarse a tus hijos como infantería. So pena de ser fusilado allí mismo. Las familias escondían lo poco que tenían, más mal que bien. Siempre interceptaban lo que llevabas a vender (el sustento de una familia) o lo que escondías.

Federico García Lorca, grande, hijo de un cacique, fue asesinado por envidias. Hay una leyenda negra, sobre Carrillo, el político, dejó asesinar a una familia entera, que le escondía en su casa, para salvar su vida.
 
Francia, Inglaterra, Estados Unidos, se lavaron las manos frente a la situación de la República española por miedo a Hitler y Mussolini, permitiendo, en cambio, que éstos apoyasen a Franco y los golpistas. Fué una vergüenza y lo pagaron haciendo creer a los nazis y fascistas que las democracias decadentes no tenian eggs para enfrentarse a ellos - de hecho, mientras España se desangraba defendiendo su democracia ellos le regalaban a Hitler los Sudetes, es increible - y, claro, ¿que iba a pensar Hitler? II Guerra Mundial al canto. Y encima reprochando al gobierno republicano que aceptase la ayuda soviética, hace falta tener caradura...

Ya no hablemos de las condiciones en que tuvieron en Francia a los refugiados españoles, en playas y campamentos con alambres en condiciones insufribles... Y lo peor estaba por llegar: el Régimen de vichy se pone a colaborar con Franco entregando a cualquiera, asi terminó fusilado el president Companys.

Es una pena que los derrotistas diesen el golpe de Estado contra el presidente Negrín antes del estalllido de la guerra. Negrín sabia lo que ocurriría si habia rendición, que la palabra de Franco valia menos que papel mojado, pero Besteiro, Casado,... todos esos anticomunistas - y Negrin no lo era, no era culpa suya que la resistencia dependiese ahora de la ayuda de la Unión Soviética y el partido comunista - rindieron la República dejando al pueblo con el c... al aire... La fuerza de los sublevados estuvo en su disciplina militar piramidal bajo Franco, mientras que en la República todos intentaron aprovechar la coyuntura para hacerse con el poder en vez de dejar a un lado las diferencias ideológicas para después... ¡Que catástrofe! Ese golpe de Estado interno, con Azaña sin apoyar a Negrin pero al mismo tiempo sin dimitir para dejarle las manos libres para maniobrar fué una catástrofe para lo que quedaba de la República. Una democracia que habia resistido nada menos que casi tres años a todo su Ejercito y el potencial militar nazi e italiano...

El presidente Negrin fué un hombre injustamente vilipendiado, un científico demócrata a machamartillo que supo siempre que en la rendición estaba la perdición. Y si para eso habia que pactar con la Unión Soviética, pues se hacia, después ya se vería, él no pensaba entregar la República a los soviéticos, desde luego, su esperanza estaba en que con la Guerra Mundial acabasen interviniendo las potencias europeas... La historia le está reivindicando, menos mal, asi como el papel del presidente Azaña al final fué deplorable... Era un buen hombre, pero mentalmente se rindió...

Sobre el presidente Juan Negrín:

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Según Ángel Viñas, después de las últimas investigaciones las acusaciones que con mayor frecuencia se han dirigido contra Negrín no se sostienen:

  • Negrín no envió por las buenas el oro del Banco de España a Moscú.
Artículo principal: El oro de Moscú
  • No intrigó ante las autoridades soviéticas para que Manuel Azaña cesara a Francisco Largo Caballero.
  • Trató de evitar el rapto y asesinato de Andrés Nin.
  • Cesó a Indalecio Prieto por iniciativa propia sin considerar las presiones soviéticas.
  • Los dirigentes del PCE dejaron en manos de Negrín la solución de la crisis gubernamental de abril de 1938 y se olvidaron de la campaña previa contra Prieto.
  • Pese al cese de Prieto sus relaciones con Negrín nunca se rompieron.
  • Sus afanes por prolongar la guerra no tenían nada que ver con los intereses de la Unión Soviética.
  • No fue el hombre de Moscú en España.
  • No prolongó la guerra inútilmente.
  • Nunca ninguneó al Gobierno republicano en el exilio al declarar su voluntad de entregar al Gobierno de Franco la documentación que guardaba relacionada con el "oro de Moscú".
Ángel Viñas y Fernando Hernández Sánchez concluyen (2009):

Negrín fue lo más próximo que los españoles de la época tuvieron a una figura de la talla del líder francés Charles de Gaulle o a la de Winston Churchill. Si España no continuara siendo la proverbial madre amarga y su política no fuera menos cainita es verosímil que la memoria de Negrín hubiese sido rehabilitada hace tiempo con todos los honores. Aunque ello no haya sido así... ofrece cierto consuelo el que al menos, en el año 2008, su partido decidiera readmitirle póstumamente a la militancia junto con treinta y cinco de sus partidarios, expulsados ignominiosamente de este en 1946 en los albores de la guerra fría

 
Mi padre se aficionó en la guerra a la radio a galena y durante todo el resto de su vida se dedicó a coleccionarlas y restaurarlas. Se solía poner la BBC y la Deutsche Welle y sin haber estudiado apenas idiomas, entendía perfectamente el ingles y el alemán. Jamás me habló directamente de la guerra, salvo la paliza de caminar que se metieron de niños para llegar desde Teruel a San Sebastián.
Me temo, @Batuca que mis vivencias están en lado contrario. Mi padre escuchaba La Pirenaica, debajo de una manta. Era de los "afortunados"que tenian radio. Una :lock::censored: nacida en los cincuenta.
 
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