67 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN /2019

67 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN
'Seberg': de cómo el FBI intentó acabar con una estrella de Hollywood
Kristen Stewart inaugura la sección de Perlas del Festival de San Sebastián con un filmsobre la actriz Jean Seberg, que fue objeto de escuchas por por parte del FBI



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Kristen Stewart en 'Seberg', un biopic sobre la actriz americana más icónica de Francia.



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MARTA MEDINA. SAN SEBASTIÁN
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PELÍCULAS

21/09/2019




Jean Seberg murió en circunstancias extrañas cuando tenía 40 años. Llevaba varios días desaparecida y encontraron su cadáver en un coche, en el barrio parisino de Passy, aparentemente víctima de una sobredosis de barbitúricos. La americana más francesa, la protagonista de 'Al final de la escapada', película icónica de la Nouvelle Vague, había intentado suicidarse en siete ocasiones. Una de ellas tras la muerte de su hija, con apenas dos días de vida. El caso se cerró como otra tenativa más de acabar con su vida, pero lo que cuenta 'Seberg', la primera película de Perlas en la 67 edición del Festival de San Sebastián es mucho más oscuro: Seberg sufrió el acoso y derribo del FBI por sus vínculos con los Panteras Negras, una historia que el director Benedict Andrews ha rescatado del olvido.




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Kristen Stewart, muy alejada del papel de estrella adolescente que la lanzó a la fama con 'Crepúsculo', interpreta a la actriz en un 'biopic' excesivamente ortodoxo que no acaba de profundizar ni en el contexto social de la América segregacionista de finales de los sesenta ni en el compromiso de Seberg con las causas sociales, en particular con la reivindicación de los derechos civiles en Estados Unidos.


El retrato que hace Andrews de Seberg es el de una mujer frívola: el primer encuentro de la actriz con quien será su amante, Hakim Jamal (Anthonie Mackie), miembro de la cohorte que rodeó a la viuda de Malcolm X, se queda en un terreno ambiguo en el que no queda claro si Seberg quiso implicarse con la causa de los Panteras Negras o simplemente se dejó arrastrar por el deseo sexual y por la perspectiva de construirse una identidad como la estrella rebelde del cine americano. Aun así, el hecho de protagonizar una relación interracial, sobre todo por su condición de estrella de Hollywood, fue un revulsivo dentro de la industria del entretenimiento.




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'Seberg' cuenta, primero, el intento de la actriz de validar su trabajo como un instrumento de transformación social, pero a la vez parece un discurso adquirido, una reivindicación de sí misma como algo más que una estrella de Hollywood: la mujer blanca famosa aparece en la foto más como un reclamopublicitario que como una amenaza a la América blanca y pudiente. Uno de los personajes la califica como una "turista" en la causa y, a pesar de las consecuencias que provocó su apoyo económico y publicitario a los Panteras Negras, es difícil creer que la implicación de Seberg fuera algo más allá de un capricho, según el relato de Andrews.

La película se centra, sobre todo, en la vuelta de Seberg a Hollywood después de haber triunfado en Francia. Seberg está casada con Romain Gary (Yvann Attal), un intelectual francés, con quien tiene un hijo. 'Seberg' contapone la moral hedonista francesa con la lucha sobre los derechos civiles que se encuentra a su llegada en Estados Unidos. Y de una manera bastante fortuita, la intérprete acaba relacionándose con grupos antisistema que son sujeto de escuchas por parte del FBI. El film describe una sociedad patriarcal en la que la mujer era el eslabón más vulnerable, y esa vulnerabilidad es la que utilizan los agentes Jack Solomon ( Jack O' Conell) y Carl Kowalski (Vince Vaughn) para "neutralizarla" como figura pública, no sólo aireando su relación interracial, sino apoyándose en la prensa amarillista para difundir falacias respecto a su vida privada.




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Lo más interesante es, quizás, el paralelismo entre la carrera de Kristen Stewart y la de Jean Seberg; poco más explicaría la implicación de una actriz que ha renegado de la complacencia del Hollywood más comercial para apostar por el cine de autor. Stewart dejó su faceta 'Crepúsculo' para ponerse a las órdenes de directores como Olivier Assayas, al igual que Seberg lo hizo con Godard. Sin embargo, en la película falta todo ese espíritu subversivo y contracorriente que ha caracterizado a las dos actrices y 'Seberg' se siente como un mero 'biopic' de encargo cuyo máxima atracción es la de ver una renegada de la industria 'blockbuster' pasear por la alfombra roja de San Sebastián.

https://www.elconfidencial.com/cultura/2019-09-21/seberg-san-sebastian-kristen-stewart_2243831/
 
EDICIÓN 67
Los mejores y peores looks de la gran noche del Festival de San Sebastián
Entre elecciones tan poco acertadas como la primera de Kristen Stewart, el Dior de Bárbara Lennie y el magnífico vestido de Cayetana Guillén Cuervo salvaron, estilísticamente, la tarde



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La actriz Kristen Stewart, promocionando el estreno de la película 'Seaberg' en el Festival de Cine de San Sebastián. (Reuters)



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CARLA HERNÁNDEZ
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FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN
PENÉLOPE CRUZ
BÁRBARA LENNIE

21/09/2019




El Festival de San Sebastián ha empezado con una pasarela de estilismos que nos han dejado la boca abierta. La moda y el cine batallan en una alfombra roja en la que los nombres de los diseñadores son amuletos que repiten cual mantra las actrices para que nuestro magnánimo dedo se dirija hacia el cielo y no el infierno.

[LEER MÁS: JLo, Katie Holmes, el look de Georgina Rodríguez y más en Milán]

La primera en pisar la alfombra fue la actriz Kristen Stewart pocas horas antes de empezar la gala. Muy desmejorada, nos hacía prever que todo sería igual, pero no. Atuendos como el Dior de Bárbara Lennie llegaron al rescate para levantarnos la moral. Looks 'made in Spain' (no tantos como nos hubiera gustado, la verdad) que han estado al nivel del chic parisino, mucho glamour... Aquí tienes los mejores y peores looks de la primera noche del Festival de San Sebastián.

Kristen Stewart




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La actriz Kristen Stewart ha elegido un atuendo muy poco favorecedor para su gran tarde de estreno. Un look compuesto por una camiseta blanca, americana y pantalón que nos ha dejado estupefactas, para mal. Los detalles de cordones en la pierna, hombros y brazos, así como la americana ajustada y los botones de diferente color dan la impresión de que el traje se cayó a pedazos y fue remendado sin una pizca de éxito.



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Sin embargo, su segundo look fue un acierto y ¡cuánto nos alegra!, porque no hay muchos en su récord. Un vestido largo azul marino de seda, con escote halter y acompañado de un cinturón negro ideal.

Bárbara Lennie


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La actriz española nos ha sorprendido gratamente con un body y una faldaestampada espectacular de la colección Crucero 2020 de Dior, por Maria Grazia Chiuri. No sabemos qué es lo que más nos gusta de su acertadísimo look. Tanto los motivos naturales del estampado como el escote halter y la falda con apertura funcionan de maravilla juntos y resaltan su figura espléndidamente. ¡Olé por ella!.

Ana Rujas


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Ana Rujas lucía fabulosa, elegante y sofisticada en su paso por la alfombra roja con una falda larga con ligera apertura y una americana de destellossutiles. La clave del outfit ha sido el cinturón anudado que marcaba su figura de la manera más favorecedora. La actriz ha demostrado que no se necesita ser extravagante para triunfar y que el color negro nunca falla.

Mónica de Tomás


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Hay que saber cuándo parar y lo cierto es que el look de Mónica de Tomás no nos ha convencido. Le damos créditos por intentarlo con un vestido diseñado por Vicky Martín Berrocal, sandalias Jimmy Choo y pendientes Rabat, pero el resultado ha sido 'too much'. No tenemos nada en contra de las plumas, la pedrería y el drapeado, pero cuando está todo junto, mal vamos. Lo sentimos, no podemos darle el visto bueno.

Ángela Cremonte


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Una de 'Las chicas del cable' ha protagonizado lo que parece ser un auténtico homenaje a Jessica Rabbit y a la Mujer Maravilla con un vestido rojo y ajustado Stella Mccartney con aberturas en los costados y una capa larga desde los hombros. Puede que si hubiera elegido otro color, no le diéramos una calificación negativa, pero las cosas son como son.

Los Javis


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Una de las parejas más 'in' del momento no nos ha decepcionado con sendos looks de Mans Concept, la firma del diseñador Jaime Álvarez Pérez. Aunque no nos convence mucho el cinturón de Javier Calvo, que parece más bien de karate, nos fascina el detalle del estampado a un costado, al igual que el traje más tradicional de Javier Ambrossi.

Cayetana Guillén Cuervo


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La actriz y presentadora de televisión nos ha conquistado con un preciosísimo vestido estilo griego, con escote en pico y muy pero que muy fluido. Además ha elegido un color verdaderamente favorecedor para su tono de piel, que no hace más que elevarla en nuestra escala de elegancia y sofisticación.

Leticia Dolera


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Leticia Dolera ha impartido una clase: principios básicos de cómo ser elegante mostrando mucha piel. El vestido negro sencillo de Dolores Promesas que ha lucido no necesitaba mucho más que esa gran abertura en la espalda. Ya nos gustaría a nosotras vernos tan bien como ella en ese modelito.

Continúa...
 
Alejandro Amenábar


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El director de cine chileno-español estaba impecable con un look de lo más tradicional. El traje negro, la camisa blanca y la corbata gris, que en cualquier otra persona nos parecería aburrido, en él lucen fantástico. Definitivamente, porte no tienen todos.

Ruth Gabriel


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Esto sí que no. Parece que haya ido a la alfombra roja recien salida de la cama, un conjunto de seda negro te puede valer para una cena elegante, pero ¿para la gala inaugural del Festival de Cine de San Sebastián? Simplemente no funciona para este evento, lo sentimos. Ey, aunque un punto positivo por el anillo y los pendientes de Eugenio Lumbreras.

Eva Hache


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Al igual que Ruth, lo sentimos, Eva. Tú tampoco has acertado con este mono fluido de escote en pico, simplemente no es un outfit de alfombra roja. Pero debemos admitir que el bolso mini de Andrés Gallardo demuestra que estás al día con las tendencias de este año y eso se debe aplaudir siempre.

https://www.vanitatis.elconfidencia...peor-vestidas-festival-san-sebastian_2245555/
 
Todos los looks de la gala de inauguración del Festival de cine de San Sebastián


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Con septiembre empiezan las alfombras rojas de nuevo, y llega nuestra cita con el Festival de cine de San Sebastián. Esta ya es su 67ª edición y se esperan grandes estrellas nacionales e internacionales, como Kristen Stewart. Pero anoche Donosti también tuvo más invitadas luciendo de gala.

Una de las estrellas más esperadas de la noche era Kristen Stewart, que ha lucido un vestido azul noche de satén con escote halter.


Un vestido que la actriz ha ceñido a la cintura con un cinturón ancho, y que como acostumbra, ha acompañado de un maquillaje de fantasía que llama la atención. Siempre arriesga en ese sentido.



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Bárbara Lennie, jurado del Festival de cine, ha llevado un body y una falda plisada con estampado tropical de Dior Crucero 2020. Acompañaba también el look un bolso shopper de tamaño minoi y joyas de Chaumet.



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Leticia Dolera ha optado por un escote a la espalda en un sencillo vestido negro con hombreras. Ya no sorprende este estilo de vestido como antes.



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Lo mejor del vestido, por detrás.


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Cayetana Guillén Cuervo, presentadora de la gala, ha apostado por un bonito vestido de estilo griego, de tul rosa empolvado de Santos Costura.



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El look de Ana Rujas, en negro con chaqueta con cinturón y falda larga, queda demasiado sobrio y poco deslumbrante sobre la alfombra roja.



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Fotos | Gtres


https://www.trendencias.com/alfombra-roja/todos-looks-gala-inauguracion-festival-cine-san-sebastian
 
Última edición por un moderador:
Festival de San Sebastián
Antonio de la Torre, un 'topo' iluminado en San Sebastián
  • El actor deslumbra en la aplaudida La trinchera infinita, de los creadores de Loreak y Handia
  • Es la historia de un ‘topo’ escondido de la represión franquista entre los muros de su casa durante 30 años

Por ESTEBAN RAMÓN (San Sebastián)



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Antonio de la Torre es un hombre en permanente conflicto. Con su profesión, con sus ideas sobre la sociedad o de las relaciones humanas. Transmite, simultáneamente, una seguridad casi fría y un nerviosismo físico burlón. El actor presenta en San Sebastián La trinchera infinita, dirigida por los creadores de Loreak y Handia (Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga), que ha sido aclamada y se coloca favorita para el palmarés.

En los últimos 10 años, De la Torre acumula 12 nominaciones a los Goya. Y un cataclismo tendría que suceder para que no vuelva el año que viene con su papel de ‘topo’ escondido de la represión franquista entre los muros de su casa durante 30 años.

La trinchera infinita traspasa su tiempo histórico para crear, en palabras de sus creadores, una “alegoría del miedo”. Junto a una inmensa Belén Cuesta, De la Torre compone una -otra más- cima de su carrera, en un papel que le pesaba especialmente por retratar su tierra y, tangencialmente, sus raíces.

PREGUNTA.: Los directores han dicho que para ti era una obsesión recrear fielmente un pueblo andaluz y el acento del personaje.

RESPUESTA: Nos jugábamos la película. Totalmente. Es verdad que por el hecho de ser andaluz, con toda la humildad digo esto, les decía: vosotros habéis hecho películas en euskera, pero cuidado que esto es un pueblo. A veces me pierdo con los acentos porque soy actor y voy de aquí a allá. Me presentaría así: 'Hola, me llamo Antonio de la Torre y tengo un suave acento andaluz'. Aunque te parezca cerrado, te aseguro que es muy suave. Así que no valía mi acento normal. Teníamos que hacer un viaje a una época y a un pueblo. Y ya te digo que me he quedado corto. Debatíamos sobre eso y, como boutade, les decía que si no se entendía pusieran subtítulos. Lo que tengo claro es que no quiero hacer películas que sean de mentira.







Te cuento una anécdota: preparando
La noche de 12 años (la historia real de presos uruguayos aislados más de una década durante la dictadura en Uruguay) conocí a Henry Engler, uno de los rehenes que la película no muestra y que luego dirigió el Centro Uruguayo de Imagenología Molecular. Durante el encierro se volvió completamente loco, empezó a oír voces de una mujer y de extraterrestre. Y le hice una pregunta pavorosa, mitad al científico neurológico que es y mitad al hombre que vivió la locura: ¿Cómo es posible? Y me contestó: El hombre necesita estímulos, y si no los tiene, los crea. Cuando me despedí de él, me dijo: me encanta la gente que se toma en serio su trabajo. Que alguien con esa experiencia me dijera eso, es un halago tremendo. Por determinados oficios –como el de periodista, que también lo he sido- no se puede transitar de cualquier modo.

P.: Ayer se estrenó
Mientras dure la guerra, y hoy La trinchera infinita. ¿Algo flota en el ambiente en un tema tan polarizado como la memoria histórica?

R.: Creo que no hay debate. Es tan obvia la necesidad de revisar el pasado, de denunciar las atrocidades para no volver a cometerlas. Cualquier ser humano que tenga una aspiración ética, sincera y firme de buscar la verdad desde lo más existencial de su alma debería hacer eso. Pero la historia de la humanidad la cuentan los vencedores. Y eso también es la dinámica de poder. Al ser humano también le mueven otras cosas, relacionadas con imponer su relato. Y hay mucha gente convencida de que el franquismo estuvo bien.

R.: También están los que piensan que estuvo mal, pero que no hay que hablar de ello porque está superado.

R: Si, es una interesante reflexión, Entramos en un terreno… Cuando yo era más joven huía también del dolor, es un instinto supongo. Ahora, porque me queda menos camino y tengo menos miedo a la muerte, y por todo lo que me lo he trabajado, pienso que tienes que transitar los caminos de tu conflicto, transitar lo que te duele. La única manera de crecer como persona y, entre comillas, hacer un mundo mejor, es pasar por todo aquello que te hace sufrir y te hace más oscuro. Todos deberíamos hacerlo.

Esto me lleva a otro debate: somos una sociedad que necesita una educación sentimental. Una asignatura, que podrímos llamar interpretación o autoconocimiento, sería fundamental en la escuela. Hemos superado mucho ya la educación del franquismo, mi madre por ejemplo era analfabeta y la recuerdo yendo a la escuela para mayores. Ahora tenemos el reto de la educación sentimental. Tenemos que hacer clases para aprender empatía.

.: Tu personaje prácticamente olvida que es una víctima. Cuando se lo recuerda a sí mismo es una secuencia catártica.

R.: Sí, es conmovedora, es la única escena en la que llora. Ojalá sea catártica. Descubro las películas en las promociones. Cuando vi la película por primera vez me gustó, pero se me plantearon dudas. Pero he asumido que ni puedo ver mis películas como espectador nuevo. Es el precio que pago por dedicarme a esto tan maravilloso.

Respecto a las víctimas, el régimen no murió: se murió el dictador. El régimen hizo la transición. Me ha quedado una frase de Íñigo Errejón (risas).

P.: La película es también una historia de amor muy metafórica, porque en cualquier relación de pareja alguien puede encerrarse en sí mismo y rompe el vínculo.

R.: Claro, pero hay algo esperanzador, porque a pesar de todo siguen juntos, se aman. El amor sobrevive a todo ese dolor. También es una manera de amar limitada. Ando en conflicto con cómo se amaba en aquella época, creo que porque empiezo a ser padre. Mis padres fueron hijos del franquismo, hijos del machismo. Mi madre sufrió lo que fue el franquismo para las mujeres pobres. Y mi padre también. Son cosas que hay que manejarlas con mucho cuidado, pero, evidentemente siendo grandes verdugos, los machistas también son víctimas.

P.: ¿En qué sentido?

R.: En la incapacidad para amar. El que concibe el amor como una posesión no puede amar. El machista es más limitado para amar. En ese sentido, es víctima. Con consecuencias terribles obviamente, como es la muerte de mujeres, pero una de las grandes tragedias del machismo es que niega el amor en la medida de que no ve al otro como alguien con quien unirse desde la igualdad. En ese sentido, la historia de amor de ellos dos está en un marco en el que el amor es prácticamente imposible.

P.: Más allá de los cambios de peso, ¿cuál era el reto de penetrar psicológicamente en tu personaje?

R.: Si me preguntas cuál es la gran dificultad para el actor, te respondo: captar el alma de un personaje. Antes hablamos de La noche de 12 años porque tenía que ver con los encierros, hemos hablado de los acentos, todo es un trabajo importante pero, al final, es el alma.

P.: ¿Y cómo es el alma de tu personaje?

R.: Yo qué coxx sé.


VIDEO:
http://www.rtve.es/noticias/20190922/antonio-torre-topo-iluminado-san-sebastian/


 
67 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Dos retratos de la guerra civil parten San Sebastián: la trinchera contra la academia
Los últimos films de Amenábar y del colectivo de Aitor Arregi, Jon Garaño y José María Goenaga coinciden en el puntode partida, perono en la concepción de la forma de hacer cine



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Antonio de la Torre da vida a Higino, inspirado en la vida del carpintaro y novelista andaluz Juan Rodríguez. (eOne)




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MARTA MEDINA. SAN SEBASTIÁN
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GUERRA CIVIL
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24/09/2019




El primer fin de semana del Festival de Cine de San Sebastián se ha trasladado a 1936. Dos de las películas españolas de Sección Oficial, dos de los títulos que aspiran a hacerse con la medalla de película española del año, se han solapado casi con estrenos contiguos, y si las comparaciones son inevitables, más si ambas se remontan al comienzo de la Guerra Civil, para deleite de quienes no se cansan de repetir que en el cine español el único género es el del guerracivilismo. La primera, 'Mientras dure la guerra', es la esperada vuelta de Alejandro Amenábar cuatro años después de regresión y tras más de una década rodando fuera de España. La segunda, 'La trinchera infinita', el tercer largometraje del colectivo formado por Aitor Arregi, Jon Garaño y José María Goenaga.

Dos películas que arrancan en el mismo punto de la historia de España, que están dirigidas por cineastas pertenecientes a la misma generación -Amenábar ha cumplido 47 años y Arregi, Garaño y Goenaga se mueven entre los 42 y los 44 años- , pero que son producto de una concepción del cine muy diferente. 'Mientras dure la guerra', con 6,4 millones de euros de presupuesto, es un fresco con una intención de didacticismo objetivo que recupera un momento histórico, el enfrentamiento entre Miguel de Unamuno y Millán Astray en el Paraninfo de Salamanca, como un ejercicio de concordia social y de memoria, que intenta mantenerse en el plano de la narración y la reconstrucción.



Por el contrario, y aunque también está basada en un hecho real como fue el caso de Juan Rodríguez Aragón -un gaditano que se escondió en un zulo a comienzos de la Guerra Civil y que sólo salió de su escondite 30 años después, habiendo vivido la vida a través de apenas un resquicio-, 'La trinchera infinita' es un ejercicio de una belleza plástica y un despliegue de emoción nada convencional, que reconfirma a Arregi, Garaño y Goenaga como voces fundamentales del cine actual en nuestro país. Su cine, expresivo y táctil, no pretende en ningún momento ser un reflejo ortodoxo del hecho, sino que utilizan la ficción como un destilado de la verdad. Si 'Mientras dure la guerra' es un 'tableau vivant' académico, 'La trinchera infinita' es una pintura barrocaen el mejor sentido del adjetivo. La trinchera contra la academia.



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Para reconstruir uno de los momentos más trágicos de la historia reciente de España y construir una analogía con la actualidad, Amenábar se apoya en personajes que fueron indispensables para el devenir de los acontecimientos: por su película pasan Franco, Carmen Polo, Millán-Astray y el propio Unamuno. La historia vista en plano general, con una narración ortodoxa y una cronología severa.

Por 'Mientras dure la guerra' pasan Franco, Carmen Polo, Millán-Astray y el propio Unamuno


Sin embargo, 'La trinchera infinita' se centra en el detalle, en lo aparentemente significante, pero que resulta representativo de un contexto mayor. Los cineastas vascos se centran en Rosa e Higinio, una pareja como cualquier otra si no fuese por la muestra de heroísmo y abnegación de ambos, que en el cine se convierten en los protagonistas de una historia de amor en tiempos de guerra. Higinio, vecino de un pueblo andaluz, Republicano y esposo es la representación de todas aquellas vidas puestas en hiato por un conflicto que, aunque la guerra en sí durase tres años, se extendió durante cuatro décadas y marcó profundamente el espíritu de un país.




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'Miesntras dure la guerra' es el intento de reconstruir el pasado pieza a pieza, pero desde un punto de vista externo y distante. 'La trinchera infinita' es el opuesto absoluto, contado desde los ojos de una pareja encerrada en una casa y que vive la contienda de una forma íntima y parcial. Mientras las frase de Miguel de Unamuno, aquella de "venceréis pero no convenceréis", ha quedado grabada para los anales, el sacrificio de Juan Rodríguez Aragón, Higinio en la película, es la demostración de cómo los grandes acontecimientos geopolíticos toman como rehenes -y mártires- a miles de vidas anónimas a las que la historia no ha compensado ni aplaudido. Mientras Unamuno es la representación de la academia, de la oratoria más elevada, Higinio y Rosa hablan la lengua del pueblo.

Donde sí coinciden 'La trinchera infinita' -que se postula como una de las favoritas a la Concha de Oro- y 'Mientras dure la guerra' es en la reflexión sobre la imprevisibilidad y la confusión reinante cuando se produce un seísmo como es una guerra a nivel nacional, entre vecinos, entre hermanos. El film de Amenábar se reitera en la legitimidad de la duda -Unamuno empezó apoyando el levantamiento- y en la dificultad de tener una perspectiva clara sobre los acontecimientos cuando no hay distancia temporal ni emocional. Los cineastas vascos profundizan en la incertidumbre, en la incapacidad de acotar el espacio y el tiempo de influencia de un conflicto externo en la vida de cualquier individuo. Y ambas trazan una analogía con la actualidad, cuando el fascismo parece resurgir de sus cenizas a nivel global y los ciudadanos nos enfrentamos al dilema entre la acción y la inacción, y al juicio al que nos someterá la historia.

https://www.elconfidencial.com/cult...stian-amenabar-la-trinchera-infinita_2247947/
 
Festival de San Sebastián
Juliette Binoche: "Necesito parar y no me angustia la idea de no volver a trabajar"
  • La actriz presenta en San Sebastián La verdad, en la que se reúne con Catherine Deneuve
  • Es la primera película francesa del japonés Hirokazu Kore-eda


Por ESTEBAN RAMÓN (San Sebastián)


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Ha tenido que llegar un japonés para unir a dos leyendas francesas. Catherine Deneuve y Juliette Binoche nunca habían compartido escenas, hasta que Hirokazu Kore-eda, el gran autor japonés contemporáneo, las ha reunido frente a la cámara en La verdad, una cinta que, precisamente habla del cine y del oficio de intérprete.

Puede que Juliette Binoche sea una estrella, pero no hay indicios alrededor. No arrastra un séquito y no guarda distancias en las entrevistas. La verdad habla de divismo -algo asociado más Deneuve- que, además, juega con su imagen, dando vida a un mito del cine, que es también una madre egocéntrica que ha descuidado a su hija, interpretada por Binoche.

Para Binoche, Deneuve forma parte de su educación sentimental. “Cuando era pequeña, ella era para mí era la enamorada que iba buscando a su príncipe azu de Piel de Asno (Jacques Demy, 1970). No se podía decir que estaba fascinada, pero era admiradora de esa belleza, de esa ligereza y también de esa espera siempre del amor”.





Porque si Binoche tiene que elegir sus grandes referentes no pestañea y recita de memoria: “Liv Ullmann, Gena Rowlands y Anna Magnani. De pequeña adoraba a Deneuve, pero hablando de interpretación esas tres".

Fue Binoche quien pidió en 2011 a Kore-eda trabajar juntos, tiene ese estatus poco frecuente de propiciar su carrera. El cineasta, ganador de la Palma de Oro en 2018 por Un asunto de familia, rueda su primera película no japonesa, pero no sale de zona de confort. La familia sigue siendo el centro de sus conflictos y aquí indaga, en un tono edulcorado, en la relación de una madre ausente y una hija necesitada.



 
67 EDICIÓN DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN
Houellebecq y Depardieu, la decadencia del hombre occidental
Cinco años después de su 'secuestro', Houellebecq decide iniciar un tratamiento en un balneario. Allí se encuentra a Gérard Depardieu y filosofan sobre el s*x*, la muerte y Dios


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Michel Houellebecq y Gérard Depardieu en 'Thalassos'.(Wild Bunch)




AUTOR
MARTA MEDINA. SAN SEBASTIÁN
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@MartaMedinadelV
25/09/2019



¿Es usted Michel Houellebecq?", pregunta uno de los residentes del balneario de talasoterapia de Cabourg, al norte de Francia. "Y usted es Gérard Depardieu, ¿no?", continúa, mientras sus ojos pasan del escritor al actor y del actor alescritor. Ambos asienten, probablemente a la espera de algún cumplido, de la petición de un autógrafo. Pero en vez de eso, el hombre les espeta vehemente: "Ustedes dos son la vergüenza de Francia". Y es que si hay dos artistas franceses controvertidos que causen las reacciones más virulentas en el país vecino son Houellebecq y Depardieu; el primero por sus ideas reaccionarias y la radicalidad de su pensamiento, el otro por su falta de filtros, su apoyo a Putin y por convertirse en ciudadano ruso con la intención de esquivar impuestos.



Trailer de Thalasso (HD)




Desde que en 1994 publicó su primera novela, 'Ampliación del campo de batalla', Houellebecq se convirtió en una de las voces más representativas de la literatura francesa contemporánea: sus leitmotivs son la frustración sexual, la apatía, la insipidez de la existencia. Además de narrador, Houellebecq se convirtió a sí mismo en personaje de ficción con 'El mapa y el territorio', donde, con el humor ácido que le caracteriza, se autoparodiaba describiéndose como un alcohólico maloliente y caprichoso. Por ello, más temprano que tarde Houellebecq estaba destinado a convertirse también en una ficción cinematográfica.




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Lo hizo en 2014 en 'El secuestro de Michel Houellebecq', de Guillaume Niclox, quien ahora recupera al Houellebecq personaje en una secuela en la que lo reúne con el actor de 'Cyrano de Bergerac' y que no llega a la altura cómica de su predecesora. La apuesta fuerte de 'Thalasso', que se ha proyectado este martes en el Festival de San Sebastián y que compite por la Concha de Oro, se limita a seguir a Houellebecq, enclenque y envejecido, a través de una serie de tratamientos que para el escritor resultan entre la tortura y la humillación. El humor está en el sempiterno rictus de perplejidad de un hombre que ha dejado de entender el mundo que lo rodea y que le arrebata los derechos y placeres adquiridos. Y encima pagando por ello.

Houellebecq pasea por las instalaciones en albornoz mientras los empleados le someten a un tormento de prohibiciones

Houellebecq pasea por las instalaciones en albornoz mientras los empleados le someten a un tormento de prohibiciones: no puede fumar ni beber alcohol, ni siquiera comer algo que no sea verde y depurativo. Sin embargo, el escritor encuentra consuelo cuando, fortuitamente, se encuentra a Gérard Depardieu fumándose un cigarrillo a escondidas. 'Thalasso' se convierte entonces en una 'buddy movie' en la que dos ácratas alternan conversaciones existenciales y gamberrismo senil. Houellebecq y Depardieu funcionan a la manera de unos Laurel y Hardy posmodernos: el escritor se muestra más frágil e introspectivo, mientras el actor es una fuerza hedonista e irreverente. Como en la vida real, Depardieu habla sin tapujos de un supuesto pasado de actor por**, de su alcoholismo no aceptado, y da los nombres de algunas de las actrices francesas con las que se ha acostado. Si es realidad o ficción, da igual. Como resumen de brocha gorda: 'Thalasso' es el Gordo y el flaco en 'La juventud' de Sorrentino, pero sin el espectáculo de Madalina Ghenea falta de ropa y pudor, y en su lugar enseñando las carnes blandas de dos señores decrépitos.



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"Lo peor de envejecer es seguir sintiéndose joven", se lamenta en un momento la película. Porque los personajes de Houellebecq y Depardieu se niegan que les impongan el retiro de los que fueron, el castigo de la irrelevancia. 'Thalasso' es la decadencia del hombre occidental: dos de los artistas más famosos de Francia acaban tratados como menores de edad y su opinión parece importarles sólo a ellos. Hablan casi siempre del pasado y del futuro sólo parece interesarles la muerte. Houellebecq se resiste: "La muerte no existe".

Niclox relaciona este film con 'El secuestro de Michel Houellebecq' a través de una subtrama que resta y enlentece la trama y que recupera a los secuestradores, que sólo existen para desencadenar un final desbarrante en el que interviene el doble de Sylvester Stallone (Jade Roberts) en el papel de Sylvester Stallone. Lo más interesante radica en las disertaciones existenciales de los protagonistas: el personaje de Houellebecq cree en Dios depende del día, también en la reencarnación de manera literal, se niega a sumir la existencia de la muerte y sólo le gusta hacer el amor mirando cara a cara y uniendo boca con boca. El de Depardieu confiesa, por el contrario, que se ha acostado con hombres y mujeres sólo por el placer de hacerlo y discute las creencias de Houellebecq sobre la divinidad y la muerte.



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'Thalasso' es lo entretenida que puede ser ver a un Houellebecq consumido y sin dientes superiores y a un Depardieu excesivo y rebosante en un 'tête-à-tête' de dos chicos malos, de dos rebeldes que quieren seguir siendo relevantes. Beben, comen, hablan y se dan masajes con barro del mar muerto, y ninguno de los dos sabe qué significa la realidad del ahora. Y mientras el primero se deja llevar por el pasmo y la melancolía, el otro se revuelve vehemente. Ya no son inmortales y las mujeres, por mucho que tengan 80 años, están reivindicando una libertad que les deja de lado. El fin del hombre occidental ha empezado en un balneario de Francia.

https://www.elconfidencial.com/cult...cq-depardieu-thalassos-san-sebastian_2251847/
 
'LA HIJA DE UN LADRÓN
Una emocionante ópera prima española sacude por sorpresa San Sebastián
Belén Funes une en pantalla a Eduard Fernández y Greta Fernández, padre e hija,para interpretar a padre e hija en un drama intimista sobre la necesidad de amar y ser amado



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Tomás Martín, Eduard Fernández en 'La hija de un ladrón', la ópera prima de Belén Funes. (BTeam)




AUTOR

MARTA MEDINA. SAN SEBASTIÁN
Contacta al autor
@MartaMedinadelV
26/09/2019



En los festivales de cine uno se encuentra con, como síntesis, cuatro tipo de películas: las que cumplen las expectativas, las que defraudan, las templadas y las tapadas. 'La hija de un ladrón' pertenece a esta última categoría. La ópera prima de una directora desconocida que consigue colarse en una sección destacada dentro de algún festival importante y se destapa como la revelación tanto del certamen como de la temporada de premios. Es la categoría de la que forma parte 'Verano 1993', de Carla Simón. También 'Carmen y Lola', de Arantxa Echevarría. Películas pequeñas que acaban imponiéndose por méritos propios a los nombres con mayúscula y al rodillo de las campañas publicitarias.



LA HIJA DE UN LADRÓN, Teaser Trailer





Cuando el Festival de San Sebastián anunció 'La hija de un ladrón' como una de las participantes en la Sección Oficial, las miradas se volvieron hacia Belén Funes (Barcelona, 1984), otra directora salida de esa cantera inagotable que es la ESCAC -en otro momento habrá que hablar sobre la generación de cineastas mujeres y millennials salidas de la Escuela de Cine de Cataluña- con una trayectoria nada desdeñable como cortrometajista y asistente de dirección. Su ópera prima es, de hecho, la prolongación de su primer cortometraje, 'Sara a la fuga', rodado en 2015 y ganador del Premio a Mejor cortometraje de ficción en el Festival de Málaga.



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La presentación de Funes es un drama intimista, el intento -exitoso- de representación de la rutina de esas hijas jóvenes obligadas a madurar y a actuar de madres de sus propios progenitores. La directora reúne por primera vez dentro de la pantalla a Eduard Fernández y Greta Fernández, padre e hija en la ficción, pero también en la realidad. Ella es Sara, una madre de apenas 22 años acogida en un piso de los servicios sociales. Él es un delincuente recién salido de la cárcel. A Sara le ha tocado madurar para sobrevivir, encargada de su bebé y de su hermano pequeño, interpretado por Tomás Martín, otra de las grandes revelaciones de la película: Martín no interpreta, sino es. Una de las secuencias más emocionantes es en la que el niño celebra su primera comunión, uno de los pocos momentos de relativa felicidad con los que se encuentra la joven durante el metraje.

Tomás Martín es una de las grandes revelaciones de la película: no interpreta, es

La directora no oculta sus referencias, acotadas entre Loach y los hermanos Dardenne. Y 'La hija de un ladrón' reconstruye una rutina de trabajos precarios y poco agradecidos, escasez material y, sobre todo, carencias emocionales. Funes sigue a Sara de trabajo temporal en trabajo temporal -limpiadora, camarera, ayudante de cocina-, siempre a la carrera para llegar a todo, siempre con la carga de un bebé que pasa de mano en mano para que Sara pueda cumplir su jornada laboral. Funes no cae en la 'pornomiseria' y cada decisión de puesta en escena es un acierto de honestidad. No hay subrayados. Ni sobreexplicaciones. Ni violines tristes. Con la sequedad del ambiente es suficiente.



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De manera fortuita, la chica se entera de la salida de la cárcel de su padre. Y comienza una lucha interna entre la hija necesitada de cariño y la hija que repudia al padre por algo que no necesita explicarse, pero que se supone oscuro. La protagonista es una superviviente: pragmática por necesidad y fría por disfraz, porque en cuanto la cámara profundiza un poco se entrevé el deseo de amar y de ser amada. La familia de la que es hija no funciona, pero tampoco de la que es madre: su ex novio Dani cumple como padre del bebé, pero la relación de pareja está muerta. También es fallida la familia fabricada dentro del piso de acogida: cada cierto tiempo sus compañeras rotan y el desarraigo pesa.



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Cartel de 'La hija de un ladrón'




Belén Funes ha dirigido una película austera y áspera, pero que rezuma de sensibilidad, que no sensiblería. Un film que no cae en el moralismo ni en lasconclusiones categóricas, sino que deja espacio para la interpretación y para comprender los motivos de los personajes. Funes escribe el guión junto a Marçal Cebrian, coguionista también de 'Sara a la fuga'. Y ambos se basan en la historia real de un preso que conoció la directora en una cárcel de hombres de Barcelona y que tenía una hija que lo odiaba por haberla dejado sola y desamparada. Funes reconoció en la historia la posibilidad de construir una heroína moderna dentro de un drama social pegado a la tierra. Y lo ha hecho.Y además, aunque la Concha de Oro se prevea improbable, se ha convertido en una de las revelaciones del año del cine español, que no es poco.

https://www.elconfidencial.com/cult...-un-ladron-festival-de-san-sebastian_2253251/
 
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