60 aniversario de la muerte de Alfonsito a manos de su hermano Juan Carlos

Alfonso XIII, un vicioso insaciable, era un agujero sin fondo de gasto a costa de los españoles, dejó a la reina y a la descendencia plantados en Madrid, mientras él huyo, raudo y voloz, hacia el exilio. Creo que Alfonso XIII tiene que recoger unos zapatos exclusivos de una tienda londinense. A la reina la prestaron ayuda sus parientes británicos. Si es por los Borbones, la reina no pudo esperar nada.

Creo que algunas joyas, que generosamente les entregaron los nobles a la familia real en el exilio, entonces eran pobres, han acabado en el joyero de algunas señoras.
 
Alfonso XIII, un vicioso insaciable, era un agujero sin fondo de gasto a costa de los españoles, dejó a la reina y a la descendencia plantados en Madrid, mientras él huyo, raudo y voloz, hacia el exilio. Creo que Alfonso XIII tiene que recoger unos zapatos exclusivos de una tienda londinense. A la reina la prestaron ayuda sus parientes británicos. Así se las gastan los Borbones.

Te equivocas, tenia dinero a montones escondido, lo heredó Don Juan y a la muerte de este lo heredó Juan Carlos, y un poco las hermanas. Lo puedes ver en las hemerotecas más recientes... Que no quisiese quizas dar dinero a la esposa que le abandonó, pues no me extrañaria del XIII, pero él llevaba vida de rey en el extranjero, se ha demostrado que la pobreza de los Borbones en el exilio fué un mito.
 
Te equivocas, tenia dinero a montones escondido, lo heredó Don Juan y a la muerte de este lo heredó Juan Carlos, y un poco las hermanas. Lo puedes ver en las hemerotecas más recientes... Que no quisiese quizas dar dinero a la esposa que le abandonó, pues no me extrañaria del XIII, pero él llevaba vida de rey en el extranjero, se ha demostrado que la pobreza de los Borbones en el exilio fué un mito.
Es cierto. Tengo entendido que el XIII no se cortaba en ningún tipo de gasto y lujo. Le gustaba la vida de marino, como a algún otro royal de su generación.

Sin embargo, cuando el hijo Juan vivía con su familia, en Roma y en Estoril, entre otros, fingían austeridad y andar justos de dinero, por lo que consiguieron "préstamos" (favores) de sus amigos, pero también del dictador, a quien le salía barato a cambio de sumisión fuera de España. Don Juan padre no era una persona brillante, ni se esforzó lo suficiente. La realidad es que vivió una vida despreocupada de clase alta, en Estoril.

El hijo usó este nombre, JC., pese a que todos le llaman Juan. Don Juan padre, al que sus leales le llamaban Juan III, se llamaba Juan Carlos etc.. Es lo que me dijo, hace años, una profesora de historia, enamorada de este periodo, pero puede que estuviera desactualizada.
https://xaviercasals.wordpress.com/...-el-mito-del-pretendiente-al-trono-democrata/
 
Es cierto. Tengo entendido que el XIII no se cortaba en ningún tipo de gasto y lujo. Sin embargo, cuando el hijo Juan vivía con su familia, en Roma y en Estorial, entre otros, fingían austeridad y andar justos de dinero, por lo que consiguieron "préstamos" (favores) de sus amigos, pero también del dictador, a quien le salía barato a cambio de sumisión fuera de España. Don Juan se llamaba Juan Carlos etc.. El hijo usó este nombre, JC., pese a que todos le llaman Juan. Es lo que dijo, hace años, una profesora de historia, enamorada de este periodo, pero puede que estuviera desactualizada.
https://xaviercasals.wordpress.com/...-el-mito-del-pretendiente-al-trono-democrata/

Sí, fingian por lo que te digo, porque encima son rácanos como usureros y mejor que les mantengan, lo sienten como un derecho divino. Tenian que fingir ser pobres para que les mantuviesen ¡que cara! Ten en cuenta que no sabian si recuperarian el trono y Don Juan queria tener sus tesoros a buen recaudo...

Y a Juan Carlos no le llamaban Juan, le llaman Juanito hasta hoy. Fijate que imagen tiene en su familia para que ni siendo rey se convirtiese en Juan en la intimidad. En cambio, en la época de su muerte, a Alfonsito empezaban a llamarle Alfonso, estaban empezando a tratarle como a un joven adulto. Ojo al dato...
 
En el supuesto de que ese fuese el precio que pagó por la corona.( precio altisimo) y por tanto el valor que le dió. creeis que dejaria que su hijo lo tirase todo por la borda, casandose con quién se caso?.
Yo creo que fué un accidente.
Si su madre hubiese tenido la mas minima sospecha de que no fué un accidente ¿habría intercedido por J.Carlos ante su marido?
Yo creo que fué un accidente, aunque le sobrasen motivos.
 
Según algunos historiadores,(entre ellos Zabala) era un presuntuoso,soberbio,autoritario y borracho mujeriego.Su corte eran los "nobles" que lo mantenían y le hicieron "rey"de palabra y no de hecho por que no pudieron.JC decidió llamarse con el nombre compuesto por no ahondar más el puñal en el ego del padre,por que si no lo hacía así,su nombre tendría que ser Juan III.
 
En el supuesto de que ese fuese el precio que pagó por la corona.( precio altisimo) y por tanto el valor que le dió. creeis que dejaria que su hijo lo tirase todo por la borda, casandose con quién se caso?.
Yo creo que fué un accidente.
Si su madre hubiese tenido la mas minima sospecha de que no fué un accidente ¿habría intercedido por J.Carlos ante su marido?
Yo creo que fué un accidente, aunque le sobrasen motivos.

Ninguna madre va a pensar que un hijo mató al otro, la idea es demasiado horrible para asumirlo, pensará que fué un accidente si o si, forma parte de la psicologia materna, bastante horrible es para ella que sucediese todo por accidente, lo de que fuese intencionado la madre lo rechazará con todas sus fuerzas porque es inasumible para ella que su hijo matase al otro, psicológicamente se lo tiene que negar igual que las madres son las ultimas en asumir que un hijo desaparecido esté muerto aunque sea evidente que es asi. Asi que por supuesto que Doña Maria defendió siempre a Juanito, para ella era imposible pensar que pudiese ser intencionado porque se habria vuelto loca, es un mecanismo psicológico de autodefensa, bastante tenia con haber perdido a su hijo pequeño.

Y no entiendo lo que de Juan Carlos tiró por la borda su futuro casandose con Sofia. Al contrario, cuando el Caudillo la conoció se enamoró de ella y fué su dama pelotera. Juancar le debe mucho a Sofia durante esos años de "espera".
 
Ninguna madre va a pensar que un hijo mató al otro, la idea es demasiado horrible para asumirlo, pensará que fué un accidente si o si, forma parte de la psicologia materna, bastante horrible es para ella que sucediese todo por accidente, lo de que fuese intencionado la madre lo rechazará con todas sus fuerzas porque es inasumible para ella que su hijo matase al otro, psicológicamente se lo tiene que negar igual que las madres son las ultimas en asumir que un hijo desaparecido esté muerto aunque sea evidente que es asi. Asi que por supuesto que Doña Maria defendió siempre a Juanito, para ella era imposible pensar que pudiese ser intencionado porque se habria vuelto loca, es un mecanismo psicológico de autodefensa, bastante tenia con haber perdido a su hijo pequeño.

Y no entiendo lo que de Juan Carlos tiró por la borda su futuro casandose con Sofia. Al contrario, cuando el Caudillo la conoció se enamoró de ella y fué su dama pelotera. Juancar le debe mucho a Sofia durante esos años de "espera".
No me refefia al matrimonio Borbon-Ortiz.
 
No me refefia al matrimonio Borbon-Ortiz.

Entonces no entiendo a que venia esto. Exagerais el tema del almudenazo. El régimen ampara la monarquia a muerte, tanto que impide el acceso al poder a cualquier nuevo partido que pueda cuestionar el status quo, has podido ver como se coronó al Preparado con la oposición de medio país, corriendo y deprisa como hicieron con el Juancar, da igual con quien estuviese casado. De todos modos, no convirtamos el hilo en otro antiLetizia, que ya hay muchos abiertos, ciñamonos al tema.

Un saludo
 
El nombre completo de Don Juan: Juan Carlos Teresa Silverio Alfonso de Borbón y Battenberg,

Don Juan ‘Náufrago de su destino', historia del rey mendigo
ÁLVARO GONZÁLEZ. 28/02/2013

El periodista y escritor José García Abad relata la vida del padre del rey Juan Carlos, un pretendiente al trono que parecía no intentar reinar con demasiadas ganas por si acaso lo conseguía


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MADRID. Después de glosar las miserias del PSOE prácticamente desde dentro en el ‘Hundimiento Socialista' y las de José Luis Rodríguez Zapatero en ‘El Maquiavelo de León', ahora José García Abad se ha unido a la oleada de libros sobre la corona que nos invade con un retrato de don Juan, el padre del rey. Parece que al director de El Siglo le atraen las figuras malditas de nuestra historia reciente, pues sólo así puede definirse la curiosa vida de este monarca que finalmente no pudo reinar por lo caprichosa que es la política española. No sería de extrañar, incluso, que el periodista ya esté tomando notas sobre la no menos singular estancia de Mariano Rajoy en La Moncloa.

En este "retrato más íntimo y personal del padre del rey", como reza la portada, don Juan aparece como un blandengue pata negra. No quiso ser Príncipe de Asturias cuando le nombró su padre, pero aceptó a regañadientes. No apoyaba el franquismo, pero había sido voluntario en el bando nacional durante la Guerra Civil y encima no le admitieron. No tuvo determinación para unirse a la oposición a Franco, pero el Generalísimo lo único que quería era quitárselo de en medio. Se puso hecho un basilisco cuando su hijo aceptó coronarse rey, pero abdicó para facilitarle sus objetivos. Claudicación tras claudicación, derrota tras derrota. Todo regado con buena ginebra.

Porque en su favor sólo se puede decir que, al menos, se lo pasó pipa. García Abad cita en este sentido a Indalecio Prieto, quien dijo: "Lo de que don Juan se haya pasado veinte años


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preparando la restauración de la monarquía es pura fábula; se los pasó divirtiéndose". Algo que parece constatado a tenor de la estrategia del Caudillo, que captó a su hijo, a Juan Carlos, más pensando en ganar tiempo que en las dotes del muchacho y, mientras tanto, corrió con los gastos de don Juan en Estoril. Sus secretarios, su yate, sus vehículos con matrícula diplomática española, etcétera. De Franco se pueden decir muchas cosas menos que era tonto.

La biografía es una sucesión de oportunidades perdidas de don Juan para, al menos, encarnar una reivindicación monárquica en condiciones. Ideológicamente, fue errante. Aparecen sus fotos con el uniforme de falange, sus opiniones tras la guerra cercanas al absolutismo y, finalmente, sus convicciones demócratas de toda la vida. Y peor aún fue su firmeza frente a Franco. Primero, con los militares monárquicos.

El 8 de septiembre de 1943, cuenta Abad, los tenientes generales Orgaz, Kindelán, Dávila, Saliquet, Varela, Monasterio y Ponte estaban decididos a proclamarle rey de España. Le iban a trasladar al aeródromo de Puerta de Hierro, a ocho kilómetros del Pardo, para llevarle al palacio por sorpresa con la creencia de que Franco, in situ, no se resistiría. No se atrevió ni a intentarlo.

Poco después, su asistente José María Gil Robles, en calidad de representante del centroderecha español, e Indalecio Prieto, como ala moderada del PSOE, suscribieron un acuerdo para reconocer sus derechos dinásticos y poder presionar a Franco con la exigencia de un plebiscito, avalado por Inglaterra, Francia y Estados Unidos, sobre la forma de Gobierno de España.

Cuando todo estaba a punto, don Juan fue citado por el Caudillo para una entrevista, pues estaba inquieto por el plan, y logró persuadirle para lo echara todo abajo desde dentro. Aunque luego, según parece, no es que Franco le mangoneara, sino que don Juan jugó sus cartas: tenía miedo de que el pueblo español votara por la república. ¡Ni con el apoyo del PPSOE se atrevía!

Más adelante, en los albores de la Transición, contó con el apoyo de otro socialista, Tierno Galván, pero el resto de fuerzas estaban más por garantizar la llegada de la democracia que por unos derechos dinásticos que les importaban más bien poco. Por eso, Felipe y Carrillo apoyaron a Suárez y Juan Carlos.


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Y entretanto, fiesta; fiesta y una relación epistolar con Franco que el autor describe como una ducha escocesa, alternando agua fría con agua caliente. Pero la jarana tuvo que ser notoria porque llegó a la agenda del mismísimo Papa. Este pasaje es para enmarcar:

"Su promiscuidad en los tiempos del exilio en Lausana fue de conocimiento común, hasta el extremo de que Pío XII llegó a expresar su preocupación al respecto. El 3 de agosto el Papa recibió en audiencia a José María Gil Robles, quien le entregó una carta de don Juan en la que éste le llamaba la atención sobre los peligros que para la Iglesia Católica representaba la colaboración de la institución romana con el régimen franquista. Pero Pío XII deja la carta en la mesa sin abrir y centró su conversación con el representante del conde de Barcelona en los desvaríos amorosos de éste".

"Le gustaban todas las mujeres menos la suya, claro", sentencia García Abad. "No le hizo ascos a ninguna, para él todas tenían algo". Hasta rozó el divorcio después de enamorarse de Greta, una aristócrata griega. Una amante por la que no terminó abandonando a su esposa cuando advirtió que podía perder sus derechos dinásticos. En su descargo hay que decir que, desde que ocurrió el accidente en el que Juan Carlos sesgó la vida de su hermano, su esposa cayó en una depresión clínica y empezó a darle a la ginebra.

En cualquier caso, el lado menos dulce de la más alta institución del Estado también queda reflejado. Según cuenta el relato, don Juan no disfrutó la vida palaciega cuando era niño. Tenía envidia de los hijos de sus criados, que también vivían en su residencia, a los que veía jugar desde la ventana. Tal vez ahí brotase un afán aventurero que le llevó, en el exilio de su familia por la II República, a ingresar en la Royal Navy.

Allí hizo la mili como uno más y se comió marrones como tener que hacer tareas de limpieza que, si bien en España se consideraban indignas de la oficialidad, en el ejército británico estaban a la orden del día para todos por igual pues era, tal y como señala el autor, mucho más democrático que el nuestro. Lo que no indica es si fue ahí donde se hizo, surcando los mares del Sur, el tatuaje taleguero de un dragón que lució toda su vida en el antebrazo.

También es muy divertida la anécdota del nacimiento de Juan Carlos. Mientras venía al mundo, su
padre había pasado de todo y se había ido de cacería y llegó tarde a la clínica. Entonces Alfonso XIII quiso gastarle una broma. Pidió un bebé negro para cambiárselo. Como no lo encontró, tuvo que conformarse con ponerle uno chino. "¡Este no es mi hijo!", gritó don Juan al cogerle en brazos. Aunque igual le hubiera ido mejor, a la vista de lo sucedido, quién sabe, si lo hubiera reconocido en el acto.

En cambio, la parte más deprimente es cuando aparece en la historia Mario Conde. El banquero, a la hora de diseñar una estrategia para acercarse a la corona, se dio cuenta de la soledad y tristeza del padre del rey en la España democrática. No pintaba nada, como no lo pintó nunca, y trató de sacar partido de ello. Su plan fue digno de encomio. Puso tanto interés en hacerse amigo de don Juan que nadie podría decir que, echándole tantas ganas, se tratase aquello de una conspiración. Al menos porque era demasiada molestia. Así, Conde se iba a su casa a jugar largas y tediosas partidas de cartas. O le llevaba en su yate, donde bautizó a un camarote con su nombre, mientras ya iba enviándole regalos al rey, los cuales Sabino Fernández Campo devolvía puntualmente uno tras otro.

Es curioso el tema de los regalos ahora que se ha puesto de actualidad en España por la trama Gürtel y sus trajes o sus bolsos. Don Juan en una ocasión desairó a un individuo en Ibiza sólo porque pretendía hacerle un regalo caro, recoge el libro. Sólo por ese gesto sintió que le estaban insultando. Se conoce que nuestra clase política ha llegado a estar más degradada que un aristócrata bon vivant que si no puso mucho empeño en reinar fue porque, como él mismo dijo, le resultaba "más cómodo seguir de pretendiente, sin preocupaciones ni peligros". Lo que sirvió para que tanto Franco como un PSOE despechado en el exilio se quejaran de que su estrategia para lograr el trono era, literalmente, mendigarlo. Y así está el nivel ahora mismo, que convierte en un ejemplo al bautizado como ‘Rey mendigo'.
 


  • ¿Que hubiese pasado si Alfonsito hubiese vivido? ¿cual habria sido su papel en el conflicto padre e hijo -Juanito - cuando aceptó ser entronizado por Franco?


  • Alfonso de Borbón y Borbón

    Para otros usos de este término, véase Alfonso de Borbón.
    Alfonso de Borbón
    Infante de España

  • images


    Información personal
    Nombre secular
    Alfonso Cristino Teresa Ángelo Francisco de Asís y Todos los Santos de Borbón y Borbón
    Nacimiento 3 de octubre de 1941
    Roma,
    20px-Flag_of_Italy_%281861-1946%29.svg.png
    Italia
    Fallecimiento 29 de marzo de 1956
    (14 años)
    Estoril,
    20px-Flag_of_Portugal.svg.png
    Portugal
    Entierro Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial
    Religión Catolicismo
    Familia
    Casa real
    Casa de Borbón
    Padre Juan de Borbón y Battenberg
    Madre María de las Mercedes de Borbón y Orleans

    Escudo de Alfonso de Borbón

    [editar datos en Wikidata]
    Alfonso de Borbón y Borbón (3 de octubre de 1941, Roma - 29 de marzo de 1956, Estoril) fue un infante de España, hijo de Juan de Borbón, conde de Barcelona y, por tanto, nieto del rey Alfonso XIII y hermano del rey Juan Carlos I y de las infantas Pilar y Margarita.

    ÍndiceBiografía
    Primeros años
    Alfonso era el hijo menor de Juan de Borbón, jefe de la Casa Real española, y de la princesa María de las Mercedes de Borbón y Orleans. Al igual que sus hermanos Juan Carlos y Margarita, Alfonso nació en el Hospital Anglo-Americano de Roma,1 ciudad en la que se hallaba exiliada la Familia Real española (Pilar, la primogénita, había nacido en Cannes, Francia).

    El recién nacido fue bautizado como Alfonso Cristino Teresa Ángel Francisco de Asís Todos los Santos.2 Su primer nombre, Alfonso, lo recibió en recuerdo de su abuelo, el rey Alfonso XIII, fallecido pocos meses atrás.3

    En el verano de 1942, toda la familia se trasladó a vivir a Lausana, en Suiza, lugar en el que había fijado su exilio a la reina Victoria Eugenia de Battenberg, viuda de Alfonso XIII.4 A principios de 1946 volverían a mudarse, esta vez a Estoril, en Portugal,5 ciudad en la que el conde de Barcelona establecería finalmente la residencia familiar.

    En el otoño de 1950, Alfonso fue enviado a estudiar a España junto a su hermano Juan Carlos,6 que iba a retomar sus estudios en este país tras un paréntesis de diecisiete meses provocado por la mala relación y las desavenencias políticas entre su padre y el general Franco, quien gobernaba España desde el final de la Guerra Civil. Los dos hermanos comenzaron el curso en el colegio que se había instalado en el Palacio de Miramar, antigua residencia de verano de la Familia Real situada en San Sebastián.6

    En Miramar, los niños eran despertados cada mañana con toque de campana, tras lo cual debían dirigirse inmediatamente a los jardines para asistir al izado de bandera. A continuación, asistían a misa y al sermón del capellán del colegio. Una vez terminadas estas actividades, recibían el desayuno justo antes del comienzo de las clases. Al final de la mañana y, tras un corto recreo, los niños comían. Por las tardes, las clases comenzaban de nuevo a partir de las cuatro para acabar con otro breve descanso al final del día y previo a la cena. El día terminaba con el tiempo que había que dedicar al estudio.7

    En el verano de 1954, Jesús Pabón y Suárez de Urbina, historiador que presidió el tribunal que había examinado a Juan Carlos, escribió al conde de Barcelona informándole de la opinión que tenía sobre los infantes. Pabón consideraba a Alfonso más espontáneo y menos retraído que su hermano Juan Carlos pero, aún reconociendo la gran inteligencia de Alfonso, también lo achacaba a la menor responsabilidad que este tenía que soportar en comparación con la que tenía su hermano mayor.8

    Muerte y entierro
    En marzo de 1956, Alfonso y su hermano Juan Carlos partieron hacia Portugal en el Lusitania Express para pasar las vacaciones de Semana Santa en Estoril con sus padres y hermanas.9 Alfonso continuaba con sus estudios de bachillerato, mientras que su hermano había comenzado ese curso su formación militar en la Academia General Militar de Zaragoza.10 Alfonso, por su parte, tenía previsto iniciar su formación en la rama marítima en 1957, ingresando como cadete en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra).11

    El día 29, Jueves Santo, Alfonso comenzó el día acudiendo junto a toda su familia a la misa matutina. A primera hora de la tarde, Alfonso debía acudir al Club de Golf de Estoril, donde competía en la Taça Visconde Pereira de Machado, un torneo infantil de golf.12 Alfonso era un apasionado de este deporte, al igual que su padre, algo que le había acercado mucho a este.12 Aquel día Alfonso disputó, y ganó, la semifinal de la competición. Tras ello, regresó a Villa Giralda, hogar de la Familia Real desde 1949,5 junto a su padre y su hermano, que le habían acompañado al torneo. La familia al completo volvería a salir una vez más, esta vez para asistir a la misa vespertina que se iba a celebrar a las seis de la tarde. Acabada la celebración eucarística, todos regresaron a la casa para pasar el resto de la tarde.

    Alrededor de las ocho, Alfonso falleció de un disparo accidental. Debido al mal tiempo que hacía aquel día, Alfonso y Juan Carlos se encontraban pasando la tarde en el cuarto de juegos de la casa. Comenzaron a jugar con un pequeño revólver del calibre 22 y, en un momento dado, cuando Juan Carlos estaba en posesión del arma, Alfonso recibió un tiro. Por su pequeño calibre, el revólver era, en principio, prácticamente inofensivo a una distancia prudencial, salvo en zonas vitales,13 pero aquella tarde el disparo alcanzó a Alfonso en la cabeza, provocándole la muerte de forma casi instantánea.12

    Cuando los condes de Barcelona subieron al cuarto de juegos, Alfonso yacía sobre un charco de sangre. Pese a los esfuerzos de don Juan por reanimarle, el infante murió en sus brazos.14 Según Antonio Easo, amigo de Alfonso, tras cubrir el cuerpo de su hijo con una bandera de España, el conde de Barcelona exigió a Juan Carlos que jurara que no lo había hecho a propósito.15

    A las ocho y media, Joaquín Abreu, el médico de la familia acudió a Villa Giralda, pero no pudo hacer nada por el joven infante.12

    Al día siguiente, la prensa portuguesa publicó el comunicado oficial que había emitido la embajada española:12

    Mientras su Alteza el Infante Alfonso limpiaba un revólver aquella noche con su hermano, se disparó un tiro que le alcanzó la frente y le mató en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20:30, después de que el Infante volviera del servicio religioso del Jueves Santo, en el transcurso del cual había recibido la santa comunión.

    La versión oficial del Gobierno español difería mucho de la realidad pues Franco en persona había impuesto que se silenciaran los detalles sobre lo ocurrido. Sin embargo, en los días siguientes, el hecho de que Juan Carlos era quien sostenía el arma que disparó el tiro mortal ya era vox pópuli y ni el implicado ni el conde de Barcelona lo negaron en ningún momento.16

    Las circunstancias exactas en las que se desarrolló el accidente no se conocen con seguridad y las versiones varían más o menos según la persona que las cuente. El propio Juan Carlos contó a su amigo Bernardo Arnoso que había apretado el gatillo desconociendo que el revólver estaba cargado y que, tras rebotar en una pared, impactó en el rostro de su hermano.16

    María de las Mercedes aseguró en su autobiografía que el conde de Barcelona había prohibido jugar a sus hijos con la pistola porque el día anterior habían estado disparando a las farolas. Pero que, aquella tarde, los infantes habían cogido igualmente el arma para disparar contra una diana. Poco después de las ocho el arma se disparó. Posteriormente, la misma María de las Mercedes sugirió la posibilidad de que su hijo Juan Carlos apuntara en broma a Alfonso y disparara sin percatarse de que el arma estaba cargada.16 Según un reportaje de la periodista Françoise Laot, basado en las entrevistas concedidas por María de las Mercedes, habría sido la propia condesa de Barcelona la que abrió el secreter donde se guardaba el arma, permitiendo a sus hijos que jugaran con ella.17

    Otra versión sobre lo ocurrido en el cuarto de juegos fue probablemente sugerida por la infanta Pilar, hermana de Alfonso y Juan Carlos. Según este relato, Alfonso regresaba al cuarto de juegos con las manos ocupadas llevando algo de comer para él y su hermano y empujó la puerta con el hombro. Al abrirse súbitamente, la puerta golpeó el brazo de Juan Carlos provocando que este accionara involuntariamente el gatillo. La bala saldría disparada, entonces, justo en el momento en el que Alfonso accedía a la habitación.16

    Alfonso fue enterrado el 31 de marzo en el cementerio de Cascaes. A su funeral, oficiado por el nuncio papal en Portugal, asistieron diversas personalidades de varios países, entre ellas, Francisco Craveiro, presidente de la República Portuguesa, que acudía en representación del Gobierno luso. Por su parte, España estaba representada únicamente por Ignacio de Muguiro, ministro plenipotenciario, debido a que el embajador, Nicolás Franco (hermano del General), estaba recuperándose de un accidente. Sin embargo, entre los muchos mensajes que llegaron para dar el pésame a la familia, se encontraban uno del general Franco y otro de Carmen Polo, su esposa.14

    Una vez acabados los actos, don Juan arrojó al mar el revólver que había causado la muerte de su hijo. Sobre esta arma, el historiador Paul Preston, autor del libro Juan Carlos. El rey de un pueblo comenta que se ha especulado mucho sobre su origen y que existen diversas versiones como que era un regalo que Franco había hecho a Alfonso, que el regalo era del conde de los Andes o que alguien se la había dado a Juan Carlos en la Academia Militar.14 Sobre este tema, en la citada autobiografía de María de las Mercedes se puede leer:14

    [...] de Madrid habían traído los hermanos una pequeña pistola de seis milímetros, que nunca se ha contado quién les regaló.

    Tras estos acontecimientos, la familia quedó muy afectada y Juan Carlos fue enviado de vuelta a Zaragoza. Juan Carlos se volvió huraño, comedido y más solitario, su padre quedó desolado y su madre cayó en una profunda depresión que la obligó a ingresar durante un tiempo en una clínica cercana a Fráncfort.

    En los meses siguientes, Jaime de Borbón, tío de los infantes, enfrentado con el conde de Barcelona por cuestiones dinásticas,n. 1 criticó la actuación de su hermano y exigió que se llevara a cabo una investigación judicial, todo con el propósito de sacar alguna ventaja política del asunto.17 Sobre la actuación del tío de los infantes, Paul Preston comenta en la ya citada biografía del rey Juan Carlos:18

    [...] la mezcla de insensibilidad y pura malevolencia demostradas por don Jaime era inaudita.

    Años más tarde, Franco justificó ante el propio conde de Barcelona su idea de que lo mejor era mantenerle lejos del Trono con las siguiente palabras:19

    Mírese Vuestra Alteza a sí mismo: dos hermanos hemofílicos [Alfonso y Gonzalo], otro sordomudo [Jaime]; una hija ciega [Margarita]; un hijo muerto de un tiro [Alfonso]. A los españoles, tantas desgracias acumuladas sobre una sola familia no puede agradarles.

    Alfonso permaneció enterrado en Portugal durante treinta y seis años hasta que, a petición de su padre, fue trasladado a España, ya durante el reinado de su hermano Juan Carlos. En octubre de 1992 los restos mortales fueron desenterrados en presencia del duque de Alburquerque, jefe de la Casa del Conde de Barcelona, y de José Joaquín Puig de la Bellacasa, embajador de España en Portugal.20 El féretro fue trasladado por carretera hasta el Palacio de El Pardo, donde quedó la noche del 14 al 15. Finalmente, el 15 de octubre fue trasladado al Monasterio de El Escorial, donde se celebró una breve e íntima ceremonia religiosa antes de su entierro definitivo en el Panteón de Infantes. A esta ceremonia asistió toda la Familia Real, a excepción del príncipe de Asturias y la infanta Cristina, incluyendo a los padres de Alfonso, los condes de Barcelona. También acudieron varios miembros de la Familia del Rey, como las infantas Pilar y Margarita, sus hermanas, o Carlos de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria.20 Para poder asistir, como era su deseo, el conde de Barcelona tuvo que abandonar la Clínica Universidad de Navarra, donde se encontraba hospitalizado desde el 16 de septiembre por un cáncer de garganta.20

    Distinciones honoríficas
  • Caballero de la Real Hermandad del Santo Cáliz de Valencia (Reino de España, 29/09/1953).2
 
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