30 años como portera y sin pensión

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30 años como portera y sin pensión

La lucha de Carmen contra la comunidad de vecinos ' vip', en Madrid, que no cotizó por ella a la Seguridad Social
09/02/2017 10:11
Todas las mañanas, durante 30 años, Carmen Villamide, cubo y fregona en mano, ha sacado brillo al suelo de mármol blanco y gris del número 61 de la madrileña calle de Ferraz. Una buena finca, aparentemente, para ser portero: ubicada en una zona muy cotizada de Madrid -en las cercanías del Palacio Real, a 150 metros de la sede del PSOE-, en sus buzones se leen apellidos compuestos y casi todos los vecinos tienen personal de servicio. Allí vive, por ejemplo, el jefe de calidad de una empresa que cotiza en Bolsa, un catedrático de la Universidad Complutense o el hijo de un ex vicepresidente del Tribunal Constitucional.

Desde 1986 Carmen Villamide les ha abierto y cerrado el portal, les ha dado las buenas tardes y los buenos días, ha encendido y apagado las luces y la calefacción, ha recibido la correspondencia, ha sacado y recogido la basura, ha limpiado las zonas comunes, ha cambiado las bombillas, ha gestionado las averías... Ha hecho también otras cosas fuera de sus cometidos: como subir al sexto a dar compañía a la fallecida doña Conchita, ir a buscar el ABC para doña Lucía o repartir un poquito de caldo gallego cada vez que lo cocinaba. La llamaban "la abuela Carmen".

Que todo esto lo ha sido así lo jura y rejura la hija de Carmen Villamide, Cristina Campo, quien ha recurrido a change.org, la plataforma que da difusión a peticiones ciudadanas, para denunciar que a su madre le ha ocurrido esto: "Después de 30 años continuados trabajando como portera, honrada, formal, dedicada, dispuesta, cumplidora y cariñosa, en el que se ha ganado el respeto y la admiración de todos los que la conocemos, ha llegado el momento de su jubilación, y resulta que no puede jubilarse. La comunidad de Ferraz 61, esa que durante años le ha regalado sonrisas y aparente aprecio, nunca había dado de alta en la seguridad social a mi madre". En cinco días, su petición -"conceded la jubilación a Carmen, de 77 años, tras más de 30 trabajando como portera"- ha superado las 6.000 firmas de apoyo.

"En Ferraz 61 vive gente importante, influyente y poderosa", continúa Cristina en change.org. "Después de acudir a la justicia para reclamar lo justo, todo es un eterno inconveniente, un retraso infinito en los plazos y una falta de entendimiento por parte de las personas en cuyas manos cae esta situación, que se van pasando el caso como si fuera una brasa en sus manos".

"Heredó" el puesto del marido fallecido
Los hechos que relata arrancan en 1981 cuando ella tenía un año y su padre, José Campo, se empleó como portero en Ferraz, 61. La familia al completo, incluyendo al hermano de Cristina, José, se trasladó al edificio, un piso de 40 metros que la comunidad tenía habilitado para el conserje. En agosto de 1986, el padre falleció. "Mi madre se encontró sola y con dos hijos, así que cuando le ofrecieron quedarse como portera aceptó sin dudar", cuenta Cristina.

Es todo cuanto sabe de aquel acuerdo laboral, porque la madre nunca le comentó los términos concretos ni siquiera cuánto cobraba, aunque las estrecheces económicas en casa siempre fueron evidentes. Tampoco se puede recurrir a la anciana Carmen para que arroje luz al asunto, ya que le fue diagnosticado Alzheimer hace unos tres años. Pese a la enfermedad, Carmen siguió trabajando como portera hasta que, a principios de 2016, su estado empeoró. "Una vecina me llamó y me dijo que me la tenía que llevar, que iba a haber junta de vecinos y que los nuevos no la querían porque estaba muy mayor".

Cristina se puso entonces a tramitar la pensión de jubilación de su madre y el INSS, para su desconcierto, se la denegó: "Por no reunir en la fecha del hecho causante los requisitos de periodo mínimo de cotización de 15 años...". Pidió el historial laboral de su madre, convencida de que se trataba de un error, explica, que sus notorios vecinos no podían haber hecho eso, y la sorpresa fue aún mayor. "La comunidad la había contratado en 2012 como empleada del hogar, a media jornada y con un sueldo de 150 euros". Entre agosto de 1986 en que, asegura Cristina Campo, su madre se hizo cargo de la portería y el alta como trabajadora en noviembre de 2012 median 26 años y tres meses en los que nadie cotizó a la Seguridad Social por ella. A día de hoy, Carmen sigue contratada y cobrando esos 150 euros.

La familia presentó una demanda en 2016 y la vista oral para el juicio se fijó para el 28 de noviembre pasado. "Sorprendentemente, el juez dijo que el procedimiento era inadecuado y tuvimos que desistir, pero vamos a iniciar un nuevo procedimiento", anuncia Alberto Rodríguez Garduño, abogado de Carmen.

"Es una cuestión de justicia social", dice Cristina. "Sólo pido que se reconozca que mi madre ha trabajado esos años y que se abonen las cuotas de la seguridad social para que pueda cobrar su pensión". Su madre, Carmen, está ahora viviendo con ella, su marido y sus dos hijos en un piso de 40 metros cuadrados.

Carmen Villamide es muy popular en los aledaños de Ferraz, 61. Acudimos a la calle con la fotografía que acompaña estas líneas y la mostramos al dueño de un negocio: "¿La conoce?". "Sí, es la portera de ese edificio", responde señalando a Ferraz, 61. "¿Y cuánto puede llevar trabajando ahí?". "Mucho. Yo llegué hace unos 25 años y ella ya estaba".

Igual respuesta obtenemos de mensajero unos metros más allá -"Es la portera de Ferraz, 61"-; de un vecino que toma el sol en un banco -"la portera de ahí"-; de la conserje de un edificio cercano: "Es Carmen, es portera y es un solete"....

Carmen Villamide, se lee en el buzón de la izquierda dentro de Ferraz, 61, escrito con la letra torpe de quien sólo fue al colegio hasta los ocho años. Ninguno de los vecinos abre la puerta cuando tocamos el timbre. "Eso lo lleva el presidente de la comunidad", es todo cuanto dice la única pareja de ancianos que nos atiende. El presidente de la comunidad, al que dejamos mensaje en el buzón, no se ha puesto en contacto con nosotros. La administradora, también contactada por este periódico, no desea hacer declaraciones.


http://www.elmundo.es/sociedad/2017/02/09/589b73f6468aeb19298b4708.html
 
He firmado una peticion para q le reconozcan una pension, pero la peticion que me gustaria firmar es que les caiga un puro del quince a los sin vergüenzas que le han hecho esto!!

Deberian pagarle la pension con su patrimonio!!

¿Tienes el enlace a la petición? Yo también lo firmaría (y)
 
Acabo de firmar. Ojala se arregle el tema de su pension. Me parece una pu...ada lo que le han hecho a este pobre mujer.
 
Gracias, acabo de firmar yo también. :)
 
Firmado. Espero se haga justicia y pongan en su sitio a esa indecente comunidad... ya puedo imaginarlos, la típica gente acomodada que mira por encima del hombro creyéndose algo, con esa típica y peculiar "simpatía" que les caracteriza. Mucha arrogancia, pero resulta que esta señora ha estado más de treinta años quitándoles la mierda y haciéndoles incluso todo tipo de favores. Malnacidos, pagarle 150 euros al mes... 150 palos les daba yo. Es que me indigno con estas noticias.
 
Pero no son los 150 euros que cobraba, es que algún vecino ha dicho que la tenían ahí por caridad. ¿Caridad? Dice que tenía que levantarse al punto de la mañana para echar carbón todos los días y luego otra vez.
Una chica que venía conmigo al instituto era la hija del portero y decía que había que echar carbón hasta el día de navidad, el de año nuevo...
Lo que no entiendo es que su hija que tiene 41 años, no se haya dado cuenta del salario de esclava que tenía su madre.
Seguramente, esto vendrá de antiguo, donde un vecino listo le diría al administrador, hazlo así que no se darán cuenta. Y así se ha quedado para siempre.
 
Lamentable el tema. ¿ La señora cobra la pensión de viudedad?. Lo pregunto porque mi padre se murió hace tres años y mi madre pidió la viudedad. Mi madre cobra su pensión de jubilación y la seguridad social le envió una carta en la cual le comunicaba que no podía coger dos pagas por la seguridad social o cogía la viudedad o cogía su pensión de jubilación pero las dos no era posible.
 
También fue el periódico El Mundo el que empezó toda la campaña de la niña Nadia ¿no? Y ya hemos visto después la cruda realidad.

No cabe duda de que la Comunidad de Vecinos debería haber asegurado a esta trabajadora. Y son culpables de no haberlo hecho. Pero hay detalles que me resultan sospechosos:

Que esta señora no se haya enterado durante más de treinta años de que no estaba asegurada. Analfabeta total no es, puesto que según el artículo era capaz de gestionar averías o encargarse de la correspondencia… ¿Nunca preguntó? ¿Nunca pidió? ¿No veía la televisión ni leía la prensa y no pudo enterarse de que le asistía ese derecho? ¿Tan aislada vivía que no sabía que los trabajadores tienen que estar asegurados?

Suponiendo que ella no supiera que tenía derecho a que sus empleadores le pagaran una Seguridad Social, me pregunto si la hija tampoco lo sabía. Por edad (nació en 1980) esta muchacha no podía ser analfabeta puesto que cuando era pequeña ya existía en España la Educación Obligatoria. ¿Ella tampoco sabía de la existencia de la Seguridad Social? ¿Ella tampoco trabajaba legalmente? ¿No firmaba una nómina en la que constaba su aportación o cotización a los seguros sociales? ¿No encontró ninguna diferencia a estos efectos entre la situación laboral de su madre y la suya o la de otras personas conocidas? ¿No fue capaz de acudir a ningún Sindicato a preguntar (te informan gratuitamente aunque no estés afiliado)?

Haciendo cálculos, si en la actualidad la señora cuenta con 77 años en el 2012, cuando le hicieron el supuesto contrato de empleada de hogar a media jornada, tenía 72…. ¿Cómo firmó un contrato de trabajo una persona en edad de estar ya jubilada (concretamente con siete años más de la edad de jubilación)? ¿Quién selló ese contrato? Es imposible que ese contrato esté validado por ningún organismo tipo INSS o similar, porque el Régimen de Jubilación de los Empleados de Hogar contempla la jubilación a los 65.

Contrato o no contrato, 150 euros es muy poco dinero, cierto… Pero no hay que olvidar que tenía derecho a vivienda. Pocos metros, efectivamente, pero al precio que están los alquileres en Madrid… es mucho aunque hablemos de sólo 40 m2. Y más en la calle Ferraz. Y, por lo que dice el artículo, ha ocupado este apartamento desde 1981.

¿Por qué se promueve todo esto ahora? ¿Por qué se ha esperado a que la señora tenga 77 años y esté enferma de Alzheimer?


Resumiendo: De ser cierta toda esta información de El Mundo, me parece una canallada por parte de los empleadores. Pero considero que la señora en cuestión y su hija tampoco se han preocupado para nada del tema durante los 37 años en los que se ha prolongado la situación. A no ser que dicha situación fuese totalmente aceptada por la trabajadora a quien, tal vez, se le presentó en su momento la opción de elegir entre que sus empleadores le pagasen la Seguridad Social o cobrar un poco más, práctica habitual aunque no por acostumbrada menos repugnante.

O sea, que para ser justos habría que repartir responsabilidades.
 

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