245 MILLONES DE CRISTIANOS SON PERSEGUIDOS EN EL MUNDO Y 4.305 FUERON ASESINADOS EN 2018

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UN GENOCIDIO EL QUE NADIE HABLA: 245 MILLONES DE CRISTIANOS SON PERSEGUIDOS EN EL MUNDO Y 4.305 FUERON ASESINADOS EN 201

23.01.2019
Mundo
Santiago Fontenla

Las persecuciones contra cristianos aumentaron en 2018 en el mundo por sexto año consecutivo, según la ONG Puertas Abiertas, que ha publicado su índice anual.
Esta organización protestante analiza la situación de los cristianos que son víctimas de opresión, discriminación y hasta asesinatos en 50 países del mundo.
En total, 245 millones de cristianos – católicos, ortodoxos, protestantes, bautistas, evangélicos, pentecostales, cristianos expatriados, conversos – son perseguidos, lo que equivale a “uno de cada nueve cristianos”, comparado con uno de cada doce el año pasado, según la organización.
El número de cristianos asesinados aumentó de 3.066 a 4.305 entre noviembre de 2017 y octubre de 2018, un aumento del 40%. “El índice revela una persecución contra las minorías cristianas que aumenta año tras año”, escribe Michel Varton, director de Doors Open, en este informe.
“Lo que llama la atención es que África se ha convertido en el centro de la violencia contra los cristianos”, con 4.165 muertos. Sólo Nigeria tuvo 3.731 muertos” (frente a 2.000 en 2017). Este país se enfrenta a una doble amenaza, la del grupo yihadista Boko Haram, que es “cada vez más violento”, y la de los “pastores Peuls, que descienden al sur del país y atacan sistemáticamente las aldeas cristianas”.
Sin embargo, es Corea del Norte el país encabeza nuevamente este ranking anual. Pero se desconoce el número de muertes en este país debido a la falta de “datos fiables”. La oenegé señala que “decenas de miles de cristianos están encerrados en campos de trabajos forzados”.
La ONG alerta también sobre la situación en México, en donde “organizaciones criminales y carteles de la droga atacan a cristianos porque consideran a las iglesias como fuentes de ingresos” y en Colombia, país en donde según esta organización “grupos criminales amenazan a los cristianos que se oponen a su autoridad y los obligan a menudo a pagar un impuesto para su protección”.
Afganistán, Somalia, Libia, Pakistán, Sudán, Eritrea, Yemen, Irán, India, Siria, figuran en la lista de países donde ocurren “persecuciones extremas”.
La ONG considera que el “extremismo islámico” es “un factor importante en la persecución de los cristianos en 38 de los 50 países del índice”, sobre todo África, Oriente Medio y Asia.
En un año, “el número de iglesias atacadas, dañadas o quemadas (…) casi se duplicó, pasando de 793 a 1.847”, mientras que “el número de cristianos detenidos aumentó de 1.905 a 3.150” en el mismo período.

Un genocidio el que nadie habla: 245 millones de cristianos son perseguidos en el mundo y 4.305 fueron asesinados en 2018 http://katehon.com/es/article/un-ge...s-de-cristianos-son-perseguidos-en-el-mundo-y
 
EE.UU. NO VE GENOCIDIO EN LAS MATANZAS DE CRISTIANOS DEL DAESH EN IRAK Y SIRIA
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Jueves, 3 Marzo, 2016 - 14:15
EE.UU. no considera “genocidio” las matanzas de cristianos en Irak y Siria por parte del grupo terrorista Daesh.

“En mi opinión, este término (genocidio) incluye una definición jurídica muy restringida que por el momento es inaplicable”, señaló el martes Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, durante una rueda de prensa.

Sin embargo, Washington destaca "con toda honestidad" que las acciones de Daesh sí merecen la reacción que está mostrando ahora la comunidad internacional. Earnest expresó también la preocupación del Gobierno estadounidense por los asesinatos cometidos contra minorías religiosas en Irak y Siria.

La cadena Fox News señaló en 2015 que desde el año 2003 la cantidad de cristianos en Irak disminuyó de 1,5 millones a 275 mil, y subrayó que estaban a punto de ser aniquilados. Según el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), las mujeres y niñas izadíes han sido objeto de violencias sexuales y de género, torturas y violaciones, y son vendidas como esclavas sexuales entre los takfiríes.

Hace unas semanas, algunas organizaciones defensoras de los cristianos publicaron una solicitud dirigida al secretario del Departamento de Estados Unidos, John Kerry, para que este reconozca como genocidio la persecución y masacre de los cristianos en Oriente Medio perpetrada por la banda takfirí Daesh.

En respuesta, el alto diplomático norteamericano anunció, el 24 de febrero, estar trabajando para aclarar si el exterminio de los cristianos de la región se puede calificar de "genocidio".

En el mismo sentido, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha acusado en reiteradas ocasiones a los terroristas del EIIL de cometer crímenes de lesa humanidad, genocidio y limpieza religiosa y étnica en Irak y Siria, denunciando en particular atentados terroristas de Daesh contra los izadíes, así como contra los cristianos y otras minorías de los pueblos y localidades que ha tomado en Irak.

Un grupo de 62 diputados del Parlamento Europeo envió, el 27 de febrero, a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, una carta en la que llaman a reconocer como genocidio a la actividad de Daesh contra los cristianos, yazidíes y otros grupos religiosos y étnicos. Los eurodiputados también recalcaron la necesidad del inicio de enjuiciamiento de "los delincuentes que son responsables por los actos genocidios, los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad".

EE.UU. no ve genocidio en las matanzas de cristianos del DAESH en Irak y Siria http://katehon.com/es/news/eeuu-no-...anzas-de-cristianos-del-daesh-en-irak-y-siria
 
EL CRISTIANISMO OCCIDENTAL ESTÁ ESPIRITUALMENTE CONFUNDIDO Y EQUIVOCADO POR EL MULTICULTURALISMO
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CRISTIANISMO
EUROPA


22.03.2017
Dinamarca
Iben Thranholm
(El siguiente texto es la transcripción de una entrevista)

El cristianismo ha desaparecido totalmente de la esfera pública. Pero creo que el principal problema es espiritual, no político. La razón por la que tenemos todos estos problemas con los inmigrantes y los refugiados es debido a nuestra falta de fe cristiana. No es la fuerza del Islam el problema; es la debilidad de los cristianos.

Tenemos este tipo de compasión o misericordia equivocada hacia desconocidos que ni siquiera conocemos. No creo que esta sea una verdadera caridad, creo que es una especie de sentimiento centrado en nosotros mismos. Quieres hacer algo, así que te sientes bien tú mismo. Pero si realmente quieres ser caritativo y amar a tu prójimo debes por lo menos hablarle sobre el cristianismo o debes ser firme y decir: "Esta es una sociedad cristiana. Te damos la bienvenida, pero estas son nuestras reglas, no queremos que tus reglas sean impuestas en nuestra cultura cristiana".

Por lo tanto, debido a que nuestra cultura cristiana es tan débil, hemos perdido nuestra brújula, ya no sabemos cómo distinguir entre el bien y el mal. Creemos que todas las cosas son iguales; estamos impulsados por este relativismo, que es un punto débil en nuestra cultura. No sabemos cuándo decir no y cuándo decir que sí. Es por eso que muchos inmigrantes quieren imponer la ley islámica en nuestra cultura y muchas personas piensan que es un signo de tolerancia decir que sí. Pero también hay mucha gente que no está de acuerdo. Tenemos este enorme enfrentamiento dentro de nuestros propios círculos.

Hay un conflicto civil dentro de la sociedad europea. La mitad de la población está en contra de la clase política y de esta idea multicultural, que creo que puede funcionar muy bien si hay una base cristiana.

Me di cuenta de que en Moscú hay muchos musulmanes, pero donde paseo no veo a muchas mujeres cubriéndose la cabeza. En Europa los ves por todas partes. Le pregunté a la gente en Rusia cómo es que las mujeres musulmanas no se cubren el cabello y me dijeron: "Bueno, tal vez no lo necesitan". Creo que la razón por la que no lo necesitan es porque la mayoría de la población rusa es cristiana ortodoxa. Así que saben que son tolerados y bienvenidos, pero no deben imponer leyes islámicas, deben ser rusos. Creo que Rusia es una sociedad multicultural, pero la razón por la que funciona tan bien es porque tiene un base cristiana.

En una sociedad cristiana, todas las minorías son bienvenidas, pero no deben imponer su religión a otras personas y este es el problema en Europa. No tenemos un marco cristiano para mantener a las personas en su lugar. Debido a que estamos confundidos espiritualmente, moralmente y culturalmente, ya no sabemos lo que está mal y lo que es correcto. Y usted puede ver que la sociedad se derrumbará con el tiempo o algún otro sistema de creencias tomará el control.


El cristianismo occidental está espiritualmente confundido y equivocado por el multiculturalismo http://katehon.com/es/article/el-cr...spiritualmente-confundido-y-equivocado-por-el
 
CONTRA EL ISLAM EN DEFENSA DE NUESTRA “IDENTIDAD”: SÍ, PERO ¿CUÁL?
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POLÍTICA
EUROPA


04.05.2016
Stefano Di Ludovico
Entre las ideas fuerza que Matteo Salvini presenta como esenciales para el nuevo curso de la Liga Norte continúa estando el “no a las mezquitas”, o el rechazo a la construcción de lugares de culto islámicos en nuestras ciudades. Decimos “continúa” porque si en otras áreas Salvini parece haber dado un giro importante e innovador a la política de su partido (véase, por ejemplo, a nivel interno, la atención a la dimensión nacional o, a nivel internacional, el apoyo a la Rusia de Putin), sobre tal punto no hubo novedades sustanciales respecto a las tradicionales posiciones anti islámicas propias del movimiento liguista, en el que el “tema de la inmigración” y la “cuestión islámica” siempre se han visto como las dos caras de la misma moneda. Y a partir de esta identificación parece surgir una serie de problemas cuyo enfoque creemos será útil para aclarar los límites y las contradicciones en las que incluso la nueva Liga de Salvini continúa moviéndose, y con ella los diferentes partidos y movimientos europeos considerados “identitarios” -etiquetados como “populistas” o de “extrema derecha” – con los cuales la Liga está hoy más estrechamente aliada, límites y contradicciones que van a invertir la naturaleza, los valores de referencia y la misma visión del mundo que son la base de toda esa área política.

Como se sabe, el “no a las mezquitas” es parte de una batalla política general encaminada a obstruir y detener la propagación en Italia de las prácticas, usos y costumbres islámicas, consideradas incompatibles, si no hostiles, a las de nuestro propio país y a las de Occidente en general. El “no a las mezquitas” va de la mano con el no al velo para las mujeres, el no al kebab, el no a la comida islámica en los comedores escolares y así sucesivamente. La cuestión decisiva es por consiguiente la de la llamada “amenaza islámica”, y por lo tanto ligada a la de la “invasión extracomunitaria” que pondría en riesgo, más allá de los costos materiales y sociales que implica inevitablemente la inmigración sin reglas, la identidad y, por lo tanto, la propia supervivencia de nuestra civilización. Si no fuera por esto, sería difícil de entender cómo se podría justificar la negativa a reconocer el derecho fundamental de los fieles musulmanes a rezar en los lugares adecuados (¿o los quieren dejar quizá en sótanos y garajes?), derecho que no nos parece que los liguistas, como los partidos afines a ella antes mencionados, quieran negar a los representantes de otros cultos no cristianos. No nos consta, de hecho, que estos se movilicen cada vez que temen la construcción de un templo judío, budista o de la nueva era, sin tener en cuenta el hecho de que entre los musulmanes también se cuentan en la actualidad decenas de miles de ciudadanos italianos convertidos (por lo tanto, no ciertamente “extracomunitarios”): en este caso encontrar alguna razón que pueda justificar la denegación del derecho de culto reconocido a los italianos cristianos, judíos o budistas sería aún más difícil y un tanto paradójico. Así que, más que una cuestión de elementales cuanto descontados derechos subjetivos, el problema parece ser aquello mucho más importante de la defensa de nuestra “civilización”, dado que ésta, al decir de estas fuerzas políticas, se pondría en riesgo principalmente por el Islam, no constituyendo en este sentido otras religiones ningún peligro, tanto por el número limitado de sus miembros, como porque principalmente estos, más allá del Dios particular en el que creen o del culto específico que le reservan, aparecen para el resto perfectamente integrados en la sociedad occidental, reconociéndose plenamente en sus costumbres y en sus valores subyacentes.

Uno se pregunta, entonces, cuál sería esta “civilización” occidental, cuáles sus costumbres y valores, en nombre de los cuales la Liga y otras fuerzas identitarias europeas llevan a cabo su lucha anti islámica. Que se sepa, la única “civilización” que caracteriza a Occidente hoy es la llamada civilización “moderna”, o civilización laica materialista y consumista, que nació precisamente en Occidente hace unos dos siglos, se ha ido gradualmente ampliando gracias al predominio de éste al resto del mundo, mundo casi por completo “occidentalizado”: como tal civilización fue construida aquí, con nosotros haciendo tabla rasa de todas las civilizaciones y culturas “otras”, civilizaciones y culturas de tipo esencialmente “tradicional” que caracterizaron en origen al Occidente mismo, y del mismo modo se va imponiendo a nivel global, barriendo la civilizaciones locales tradicionales, algunas de las cuales no han sido totalmente erradicadas, en algunas zonas todavía están tratando de resistir en nombre de la defensa de su propia identidad. El Islam, aunque también profundamente distorsionado por la modernidad, es una de ellas, más allá de las diferentes articulaciones y corrientes, a menudo en una amarga lucha entre ellas, lo que inevitablemente caracteriza cualquier gran tradición (si hay una cosa que une a los sunitas del Isis o de la Hermandad Musulmana, y los chiítas de Irán o de la libanesa Hezbolá es la ‘hostilidad hacia las costumbres y estilo de vida occidentales). Cuando la Liga y los partidos “identitarios” dicen que luchan por la “identidad” occidental contra la amenaza islámica, entonces es de esta identidad de la que esencialmente están hablando, dado que en Occidente, desde hace varias décadas, no se ve otra. Hablar incluso de defensa de la “identidad cristiana”, como estos movimientos hacen, como si el Occidente todavía se identificara con esta su última, en un sentido temporal, tradición, parece más un mero pleonasmo, visto que los cristianos de Occidente y sus respectivas iglesias están desde hace mucho tiempo completamente homologados a la cultura “moderna” que, en contra de su propia “tradición”, fue construida. Ni en este sentido puede hacer escuela la exigua y por lo tanto completamente irrelevante minoría de “tradicionalistas” que aún permanece dentro de las Iglesias cristianas: si los partidos identitarios fueran la expresión de tales instancias minoritarias, sin duda no serían esos partidos de masas que son hoy o que, al menos, aspiran a ser.

El Islam, en cambio, incluso en nuestras sociedades, a menudo trae elementos y valores realmente incompatibles con la modernidad y, por lo tanto, difícilmente “integrables”. Y es eso lo que las fuerzas identitarias le reprochan, viendo a sus miembros como sujetos extraños y alógenos respecto a nuestro mundo, a diferencia, como se ha dicho, de los seguidores de otras religiones que, al igual que los cristianos, más allá de las formas externas que aún permanezcan en las prácticas del culto, por lo demás están totalmente homologados a las costumbres y al estilo de vida materialista y consumista propio de nuestra civilización. Así, una mujer musulmana que viste su ropa tradicional, como por ejemplo el velo, genera protestas y casi un sentimiento de repulsión que está en conformidad con nuestra “tradición”, los atuendos con los cuales se engalanan nuestras chicas respetando la última moda lanzada por la etiqueta del momento. Del mismo modo, la apertura de un kebab o de una carnicería musulmana irían a desfigurar, para los lugareños “identitarios”, la decoración urbana de nuestras calles, mientras que un McDonalds o un local de moda y tendencias no. Los ejemplos podrían multiplicarse: hace años, en Suiza, los partidos identitarios organizaron un referéndum contra la construcción de minaretes porque éstos implicarían la ruptura de la arquitectura típica de las ciudades suizas: no consta que tales partidos, en Suiza como en otros lugares, se hayan levantado alguna vez, al menos con el mismo ardor, en contra de la excéntrica arquitectura moderna que desfigura habitualmente nuestros centros históricos, como en general nuestros barrios, por no hablar de los eco-monstruos de nuestros suburbios, donde ahora todo el sentido de la proporción, la armonía, y por lo tanto de lo “bello” está completamente perdido, y no ciertamente por culpa de los minaretes o de quién sabe qué otro exótico edificio.

El hecho es que ahora también los representantes de los movimientos y partidos que intentan, a menudo de buena fe, denunciar la crisis y la decadencia de nuestra civilización, y presentarse como los defensores del “localismo” y del “pluralismo” en contra de la homologación y la globalización provocada por la modernidad, son hasta tal punto adictos y están tan comprometidos con su estilo de vida y sus valores, que terminan por sentir como una amenaza y un peligro cada realidad que se presenta como efectivamente “otra” y diferente. Si cavamos a fondo, detrás del “no a las mezquitas” se esconde justamente la desconfianza, si no la verdadera y propia “fobia” del hombre moderno hacia una civilización, como el Islam, todavía atada, como toda civilización digna de ese nombre, a los fundamentos religiosos, “sagrados”, por lo que la presencia de personas que acuden a un lugar de culto genera malestar a la mera visión y estaría perturbando la vida del barrio, mientras que no se tendría nada que decir si esas mismas multitudes fueran a invadir, en día de fiesta, un centro comercial o un centro deportivo. Hace años en Milán se montó un escándalo, justo por parte de la Liga y otros partidos de la derecha, debido a que un grupo de musulmanes, durante una manifestación, se detuvo a orar en la plaza de la catedral: se habló hasta de una “profanación” del principal lugar sagrado de los milaneses. No nos consta que aquellos mismos partidos hayan montado nunca un escándalo frente a la profanación permanente a la que aquel lugar es sometido a causa de las más variadas y extravagantes iniciativas mundanas y consumistas que tienen lugar allí, a menudo promovidas y financiadas por aquellos que, como ellos, han administrado la ciudad de Milán. ¿Pero qué debería ofender principalmente a un espíritu religioso: gente, a pesar de ser de otra fe, orando, o la campaña publicitaria para lanzar el último producto de consumo, tal y como se hace cada día en la Plaza del Duomo? Volviendo a los ejemplos del velo o de los locales musulmanes, el problema es que en Occidente no se puede dar razón de personas tan tenazmente vinculadas a los dictados religiosos incluso en la ropa y en la alimentación (cosa que es perfectamente normal en todas las civilizaciones tradicionales, donde todos los aspectos de la vida son una expresión de lo “sagrado”), mientras que ser determinado por la lógica consumista incluso en los ámbitos más intelectuales y espirituales, como ocurre en Occidente, se considera “normal” y por lo tanto es tolerado. E incluso las campañas que los partidos identitarios emprenden a menudo a favor de los símbolos y costumbres propios de nuestra tradición religiosa (véase la defensa del crucifijo o del presepe [Nacimiento, Belén. N.t.] en lugares públicos) cuando estos son prohibidos por celosos representantes institucionales en respeto a la “laicidad” del Estado, son hechas sobre todo en el nombre de una tradición entendida como mero folklore (folklore que del consumismo es sólo una variante) y por políticos que en general han perdido completamente el verdadero espíritu religioso y tradicional, y que no siguen ya ciertas costumbres siquiera al nivel de una sola adhesión formal.

Queriendo negar a los musulmanes la oportunidad de seguir sus propias costumbres y valores, a los cuales deberían renunciar para aceptar los nuestros, los partidos identitarios se ponen así, sustancialmente y más allá de las diferencias aparentes, en el mismo plano que los partidos de izquierda que, en nombre de la “integración” y de la “sociedad multiétnica” que van pregonando como alternativas a aquellas del “rechazo” y de la “intolerancia” que reprochan a la derecha, persiguen en realidad el mismo fin de “asimilación” de los musulmanes, como de cualquier otra diversidad, al único modelo de civilización considerado legítimo, el occidental moderno. Y la equívoca mezcla entre la “cuestión de la inmigración” y la “cuestión islámica”, que lleva erróneamente a los partidos identitarios a acusar a la izquierda de “filoislamismo” como consecuencia de su “immigracionismo”, cuando en realidad la izquierda puede ser todo excepto “filoislámica”, ya que los valores y costumbres propios de la tradición islámica, como los de cualquier “tradición”, son incompatibles con los valores y las costumbres de la modernidad, de la que la izquierda es la representante por excelencia. ¿O los liguistas creen que las mujeres progresistas italianas desean la adopción en nuestro país de la sharia en lo que respecta a, por ejemplo, las relaciones hombre-mujer? En realidad, ellas quieren lo que básicamente quieren también ellos: que los musulmanes renuncien a tales “bárbaras” y “atrasadas” tradiciones y se conviertan a la magníficas y progresivas suertes de la modernidad, al ritmo del tan cacareado multiculturalismo que para la izquierda no se reduce más que, también desde su punto de vista, a la preservación de las aspectos “folklóricos” de las otras tradiciones dentro del único modelo de civilización tolerado y reconocido.

La Liga y los partidos identitarios europeos se encuentran así frente a una encrucijada: o bien definen claramente cuál sería la ‘identidad’, o el modelo de civilización al cual se adhieren y que quieren salvaguardar contra la presunta “amenaza islámica”, o se arriesgan a servir ellos también, en última instancia, de simples “perros guardianes” del sistema, alternativos sólo en apariencia, en los detalles de los métodos y de las estrategias políticas, a las fuerzas del centro o de la izquierda que tal sistema gobiernan y en el que se reconocen plenamente. Además, algunos de estos partidos -especialmente aquellos del área protestante o nórdica – no ocultan en erigirse en los paladines más intransigentes y rígidos justo del modelo de desarrollo occidental, contra un Islam no asimilable en él: el LPF holandés por ejemplo, del difunto Pim Fortuyn, siempre ha rechazado claramente la etiqueta de partido “reaccionario”, de “extrema derecha”, declarando varias veces querer defender contra el tradicionalismo musulmán los valores laicos y seculares propios del Occidente moderno, como la igualdad entre hombres y mujeres y los derechos gays (Fortuyn fue efectivamente homosexual declarado), y posiciones similares adoptaron partidos “populistas” de países como Dinamarca, Suecia o Noruega, que ven en su propio modelo de desarrollo “escandinavo” la punta de lanza de la modernidad, en su opinión cuestionada por la cada vez mayor presencia de inmigrantes musulmanes. En la práctica la ideología en la que tales partidos se basan es aquella que, con un término en boga hoy en día, se llama “fallacismo”, la violenta polémica anti-islámica de la conocida periodista italiana, debido precisamente a su plena participación de los valores occidentales modernos que el Islam se obstina en no reconocer; “fallacismo” que, como es bien conocido, continúa asomando la cabeza también en la Liga salviniana. La persistencia de parecidos horizontes ideológicos encuentra su confirmación también en ciertas posiciones de política exterior que tales partidos expresan, y que van a chirriar con las al tiempo interesantes innovaciones – tales como la proximidad a la Rusia de Putin en clave antiatlantista y antieuropeísta -, antes mencionadas: véase, por ejemplo, el filosionismo, el estado de Israel visto como el “baluarte de Occidente” en el mar islámico de Medio Oriente, o el apoyo a los regímenes y movimientos árabes considerados “laicos” o “moderados”, terminando con hacer propias las categorías interpretativas occidentalistas totalmente fantasiosas y espurias, tendentes únicamente a reiterar que el único Islam que Occidente tolera es un Islam hecho a su imagen y semejanza, un Islam que ya no es tal y que acepta ser “asimilado” en todo y para todo al estilo de vida occidental (por cierto, el filosionismo parece realmente paradójico en fuerzas declaradamente antinmigracionistas, ya que el propio Israel es un estado fundado sobre la inmigración “ilegal” y la expulsión y guetización de los nativos).

Si en lugar de un modelo de sociedad diferente, de un modelo diferente de civilización, la Liga y los partidos de la destra identitaria desean hacerse portavoces contra la decadencia y la anonimia del mundo moderno y globalizado al que incluso dicen oponerse, entonces su invectiva y sus flechas deberían ser dirigidas a otro lugar, contra un “enemigo” que no es, como el Islam, externo y exótico, sino interno y endógeno, en cuanto que lo que ha destruido e impide el florecimiento de una civilización “otra”, y que realmente pueda considerarse tal, se encuentra en la historia y en las decisiones tomadas por Occidente a lo largo de su historia reciente, y en la actualidad tiene sus bastiones en las instituciones y en los centros de poder de nuestros propios países. Así, en lugar de despotricar contra la presunta cuanto misteriosa “invasión islámica”, es contra la invasión “americana”, sea por sus bases militares como especialmente por sus costumbres de vida – el estilo de vida americano -, contra lo que cualquiera que se presente como defensor de la identidad y de la civilización europea debería despotricar; en vez de protestar contra la construcción de mezquitas o por el uso del velo islámico, es contra la construcción de hipermercados, de sedes de multinacionales, de todos los centros y los símbolos de la industria del consumo contra lo que deberíamos revolvernos, porque son éstos los que perturban, humillan y degradan cotidianamente y a sabiendas nuestras ciudades y nuestras propias vidas. La historia enseña que ninguna gran civilización, si se ha mantenido firme y fuerte en sus tradiciones, ha sido borrada por el contacto y la colisión con una civilización extranjera, la decadencia y la crisis siempre han sido principalmente debido a factores internos. Del mismo modo sería completamente ilusorio pensar en salvaguardar nuestras tradiciones obligando a los demás a abandonar las propias; de hecho, la obstinación con la que los musulmanes siguen teniendo fe en sus costumbres frente a un mundo que va hacia otro lugar, debería ser para nosotros una fuente de admiración y de ejemplo. Siempre que se sepa salir de la equivocación de intercambiar nuestra tradición por aquello que en su lugar la ha destruido, y se comprenda de una vez por todas cuál es ahora la verdadera batalla, el verdadero reto para todos aquellos que realmente tienen en el corazón el destino de cada identidad y de cada civilización: como escribió Guénon, “desde diferentes partes se habla mucho hoy de “defensa de Occidente”; pero por desgracia, no parece entenderse que es, sobre todo, contra sí mismo que Occidente necesita ser defendido”.


Contra el Islam en defensa de nuestra “identidad”: sí, pero ¿cuál? http://katehon.com/es/article/contra-el-islam-en-defensa-de-nuestra-identidad-si-pero-cual
 
EL SENTIDO PROFUNDO DE LA IDENTIDAD
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FILOSOFÍA POLÍTICA
AMERICA LATINA


Alberto Buela
Esto nos mueve a volver escribir o reescribir aquello que venimos sosteniendo desde hace años para que, no ya en el ámbito reducido de un congreso sino en el mega ámbito de Internet, lo pongamos al conocimiento de muchos.

En realidad la pregunta por la identidad tiene que ser más bien la pregunta por las identidades. Así, si del mundo no hay una sola versión y visión sino varias según las ecúmenes culturales que lo constituyen, es lógico que estemos obligados a preguntarnos por las identidades y no por la identidad.

Aclarado esto, cuando hablamos de identidad, hablamos de identidades. Esto es, que cada uno la aplique a la suya.

No debemos buscar la identidad de hombres y pueblos en la repetición mecánica de lo idéntico. Ésta radica en la repetición ritual de modos, maneras y costumbres como lo hacen los centros tradicionalistas cuando desfilan o se visten de paisanos. (charros en México, gauchos en Argentina, tiroleses en Italia o bretones en Francia).Eso no es malo, pero se está limitando al orden de la repetición. Es que la repetición tiene mucho de remedo, de mala copia.

La repetición los latinos la llamaban idem, lo igual, mientras que la identidad debemos buscarla en el ipse, en la búsqueda del sí mismo.

Las identidades de los pueblos y de los hombres no son algo pétreo, algo consolidado de una vez y para siempre, sino que se logra, se accede a ellas a través de la reencarnación de valores de generación en generación que forman parte de cada una de sus tradiciones. Las identidades son un hacerse cotidiano.

¿Qué es la tradición? No es juntar cosas viejas sino la transmisión de valores, de cosas valiosas de una generación a otra. Lo sustancial es lo que se transmite como valores, lo accidental es la forma o manera como esos valores se expresan.

La tradición se funda en valores y vivencias. Estas últimas son las experiencias histórico-políticas de un pueblo o de un individuo a lo largo de su vida, en tanto que los valores son, como dijimos, los actos o productos transformados en valiosos, porque en ellos se encarnó un valor. Así Iberoamérica posee vivencias que les son comunes como sus luchas por la emancipación en donde lo anglo americano es vivido como el enemigo y en donde la libertad es su ideal a lograr o valor máximo a realizar.

Para entender la identidad tenemos que partir del ipse, del ser sí mismos. ¿Y cómo somos sí mismos? Cuando nos preferimos a nosotros mismos, cuando no imitamos. Perón decía: “no seamos un espejo opaco que imita e imita mal”. La imitación es la que ha tintineado en toda la intelligentsia culturosa iberoamericana que piensa así: veamos qué está de moda, lo traducimos, lo presentamos, lo traemos, y lo adoptamos.

Este es el paso previo: erradicar el remedo, el ser un espejo opaco, la mala imitación. Preferirse a uno mismo es decir, voy a preferir los valores que hacen a mi tradición cultural que se expresa bien en una lengua, que es la lengua que yo hablo. La preferencia de nosotros mismos nace del acto primordial por el cual privilegiamos el nosotros a los otros.

Esto no quiere decir que reneguemos del otro, enseguida lo vamos a ver, sino que el acto primordial del acceso a la identidad es un acto de preferencia, que como acto valorativo, prefiere unos valores y pospone otros.

Pero la identidad no se agota en la preferencia de nosotros mismos, ese es el primer paso de acceso a ella.

Si bien nosotros pensamos y nos preferimos formando parte de tal o cual ecúmene cultural, de tal o cual identidad, eso es un acto subjetivo que tiene el valor de la convicción personal, pero no más. Es necesario entonces introducir la categoría de reconocimiento, que solo se logra si “el otro” me reconoce como tal. Por eso los viejos criollos nos enseñaban: nunca digas que sos gaucho, esperá que los otros te lo digan.

El otro o los otros juegan aquí, en este segundo momento, un papel fundamental pues es él o ellos quienes producen lo que la fenomenología llama la verificación intersujetiva, por la cual sabemos que una cosa es lo que es, y no un simple producto de nuestros deseos o de nuestra imaginación.

Ahora bien, dado que la preferencia de sí mismo es el acto primordial en la búsqueda del ipse, algunos autores despistados como André Lalande han sostenido que “le principe d´identité déclare la superiorité du même sur l´autre”, cuando en realidad lo que establece el principio de identidad a través de la preferencia de sí mismo es la diferencia, la distinción de uno con el otro, del sí mismo con el otro de sí, y no la superioridad de uno sobre otro
Gran parte de las taras de nuestra sociedad radican en la no distinción entre igualdad y diferencia.

Los hombres son iguales en dignidad pero naturalmente desiguales por estar dotados de diferentes talentos y caracteres. Esto lo ha tratado la filosofía desde siempre apelando a la noción de analogía que fue definida como parte idem, parte diversa.

Si ponemos el acento en la igualdad caemos en el igualitarismo que es una de las tantas construcciones ideológicas de la modernidad y si ponemos el acento en la desigualdad caemos en nominalismo tipo Ockam que nos lleva al error del univocismo.

Ciertamente que nosotros en la vida práctica política nos acercamos a remarcar las diferencias por sobre la uniformidad de mundo todo uno del pensamiento políticamente correcto. El enfrentamiento a la homogenización del hombre y su cultura no tiene que hacernos caer en la disolución del hombre y su cultura. Así rechazamos tanto la definición del la identidad como "la de todos por igual", como la de que "cada uno haga y se sienta lo que quiera".

Desde la teología los hombres somos iguales en dignidad en tanto que hijos de Dios. Cristo vino a redimir a todos los hombres, no a algunos sí y otros no. Esta igualdad de derechos no tiene ni puede confundirse con el igualitarismo promovido por la modernidad en general y por la Revolución Francesa en particular. Ni atribuirle la culpa del igualitarismo moderno al cristianismo, porque eso es poner el carro delante del caballo.

Todo hombre es un animal rationale. La desigualdad de los hombres se da, básicamente, en sus actos y acciones, en sus elecciones y postergaciones, en sus valores y disvalores. El mundo no es un universo sino más bien un pluriverso en donde conviven varias ecúmenes culturales: la iberoamericana, la anglo sajona, la eslava, etc.

La desigualdad o mejor las desigualdades culturales son la raíz de la diferencia, y esta diferencia es la que nos hace ser “uno mismo”, la que nos da la identidad de ser y existir en el mundo. Tanto a título individual o como naciones, que como afirma el gran profesor español Dalmacio Negro Pavón son la mejor y más sana invención política de la modernidad. Cuando la querida Bolivia nos habla de un estado plurinacional con 36 naciones (que no incluye a los criollos que son la mayoría) produce un sinsentido, un desatino.

Las diferencias, del latín differre, ir por otro camino, buscan la caracterización en su ser, de un algo cualquiera que sea. Mientras que las distinciones están vinculadas con la separación, con la discriminación (perdón por semejante palabrota) de una cosa respecto de otra.

Cuando nosotros afirmamos que hoy el gran enemigo de las identidades el la propuesta del one World, de mundo uno con sus ideas de homogenización cultural bajo un solo modelo, la del dios capitalista del libre mercado, el de la sociedad de consumo que posee miles de medios pero que tiene confusos los fines, la del homo oeconomicus dolaris, lo que estamos haciendo es darnos cuenta que en la conformación de nuestra diversas identidades ha tomado primacía la visión y versión “del otro”, la de la ecúmene anglo sajona, con EEUU a la cabeza.

Es que la identidad no es una idea compleja como sostienen algunos autores sino que lo que es complejo es su acceso. Pues primero es la afirmación subjetiva de lo que somos, después el enraizamiento en una tradición nacional con la actualización de valores para finalmente buscar el reconocimiento del otro.

Y es en este último punto donde surge la verdadera complejidad para el logro de una genuina identidad. Algunos autores cuando llegan a este punto caen en la inocente actitud de hablar de “construcción dialógica de la identidad”, cuando en realidad no existe tal diálogo, pues el diálogo auténtico solo se da entre amigos, esto es: con el otro de sí mismo. Porque solo con el amigo se da el trato en igualdad, Aristóteles dixit.

Si buscamos la identidad en el diálogo entre ecúmenes diferentes lo que logramos es poner en marcha el mecanismo de dominación ya señalado por Hegel en la dialéctica del amo y el esclavo.

La identidad en esta instancia hay que buscarla en la explicitación de la relación dialéctica con el otro, evitando caer en la colonización cultural, hoy entendida como americanización por los europeos.

No podemos, filosóficamente hablando, conformar nuestra identidad más genuina en diálogo con los otros sino en tensión dialéctica con ellos, de lo contrario seremos dominados y terminaremos perdiendo nuestra identidad.

(*) arkegueta, eterno comenzante

El sentido profundo de la identidad http://katehon.com/es/992-el-sentido-profundo-de-la-identidad.html
 
“NEW-AGE”: PSEUDO-ESPIRITUALIDAD Y CONTRA-TRADICIÓN
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FILOSOFÍA POLÍTICA
ATLANTISMO GLOBAL


Esaúl R. Álvarez
Tanto por parte de la ‘élite cultural’ de nuestra sociedad como por parte de los medios que forman y dirigen la opinión del gran público, el fenómeno de la new-age ha recibido poca o ninguna atención. Desde su pretendida superioridad intelectual se considera este un asunto de importancia muy menor, algo poco serio y propio de frikis, carente de relevancia social y poco digno de tratar.

Sin embargo para cualquier observador atento la realidad del día a día contradice este olvido voluntario que como un velo de no reconocida censura se impone sobre el tema. Lo cierto es que la new-age, bajo la forma de una pseudo-espiritualidad vaga y confusa, está cada día más presente en la vida cotidiana de la gente y ejerce sobre el imaginario del ciudadano occidental una influencia mucho mayor que todas las elucubraciones teóricas provenientes de prestigiosos académicos.

Es evidente que buena parte de este ‘olvido’ nace de la soberbia intelectual con que el racionalismo exclusivista desprecia todo aquello que no entra dentro de su ámbito. Esta pretendida superioridad que el cientifismo y el racionalismo muestran por cualquier planteamiento que trascienda su reduccionismo materialista impide abordar seriamente el estudio de este movimiento en su verdadero alcance social y analizarlo como merece en tanto hijo de la postmodernidad y fenómeno a todas luces anti-tradicional.

Por tanto este silencio por parte de los medios considerados ‘serios’ no hace sino ocultar y enmascarar una realidad que está ahí para cualquiera que alcance a ver un poco más allá de la ficción elaborada por los mismos medios y que ejerce una influencia social innegable.

Al referirnos a la ocultación de la new-age en los medios de opinión ‘serios’ que señalan aquello que debe ser de interés general, nos encontramos en realidad ante la continuación de la clásica división de la existencia moderna en una ‘zona de luz’, dominada por la racionalidad exclusivista, y una ‘zona de sombra’ en la que reinan el irracionalismo y la superstición y donde no existe el más mínimo rigor intelectual.

Hay que advertir que esta ‘zona de sombra’ es consecuencia directa e inevitable del exclusivismo racionalista al marginarse regiones completas de la existencia humana en tanto son consideradas como no dignas de estudio y atención desde la centralidad del paradigma. De este modo esta ‘zona de sombra’, que es como un negativo del iluminismo positivista y pragmático, queda abandonada en manos de los amigos del misterio y de lo oculto dando lugar con ello a que se desarrollen todo tipo de falsedades, pseudo-mitos y nuevas supersticiones. Es en esta zona de sombra evidentemente donde se desarrolla y habita la new-age, nutriéndose de todos aquellos restos de la experiencia humana que la racionalidad hegemónica no asume, rechaza y desprecia.

No es casual por tanto que el auge del ocultismo, el espiritismo y demás corrientes oscurantistas como magia, brujería, adivinación, así como la recuperación de tradiciones antiguas ya extintas -corrientes y modas que están todas ellas en el origen de la moderna new-age-, tuviera lugar precisamente al tiempo que triunfaba violentamente el iluminismo y la diosa razón en Europa ni tampoco que se reivindicaran ya entonces como una especie de primitiva ‘contra-cultura’ que defendía un ‘espacio de libertad’ frente al puritanismo de la época. Tampoco sorprende que aquellas incipientes corrientes ocultistas pretendieran acabar con el ‘dogmatismo religioso’ al igual que sigue reivindicándose hoy por parte de todas las corrientes new-age: una nueva era de pluralidad y libertad. Desde demasiados estrados hemos oído la misma promesa…

Ciertamente estas pseudo-doctrinas son mucho más enemigas de una espiritualidad verdadera que del cientifismo o el materialismo reduccionista, tendencias de las cuales en realidad la new-age está repleta. Es decir, y aunque pueda resultar chocante a primera vista, el oscurantismo y la superstición avanzan de la mano del ateísmo filosófico y racionalista y del prejuicio anti-religioso.

Nada de esto ocurre por casualidad y el papel socio-político que la ‘zona de sombra’ del paradigma racionalista ha jugado en la historia de occidente no puede ser menospreciado, a pesar del silencio por parte de la ‘ortodoxia intelectual’. Y ello es así aunque la cara que nos muestra la new-age sea siempre cambiante: desde los ‘espíritus’ corporeizados de las ya lejanas sesiones mediúmnicas del siglo XIX hasta los más modernos ‘extraterrestres’.

Básicamente el papel jugado por esta ‘zona de sombra’ ha sido doble:

de una parte ofrecer un ámbito de expresión -y por tanto de distensión- para todo aquello que la racionalidad hegemónica negaba o ignoraba.
de otra parte, socavar la tradición auténtica e impedir cualquier acercamiento serio al tema. La new-age supone la ‘democratización’ de la espiritualidad según el conocido proceder moderno de mesocratización y de ‘igualar por abajo’.
*

Pero para ver la dimensión social que posee la new-age en el mundo actual debemos analizar en primer lugar su estatus como ‘conocimiento alternativo’ respecto al paradigma epistemológico normativo impuesto por el núcleo iluminista y racionalista de la modernidad.

Ya explicamos en su momento (ver aquí) cómo una serie de ideologías de nueva creación se adueñaron a principios del siglo XIX del paradigma moderno definiendo la nueva episteme cultural y acotando así cuáles serían en adelante los ‘conocimientos’ aceptables -la ‘zona de luz’- y cuáles debían ser considerados inaceptables y quedaban por tanto excluidos. Por sorprendente que pueda parecer es sólo a la sombra de esta episteme materialista y positivista -y anti-tradicional- que la new-age puede desarrollarse, sencillamente porque donde existe una tradición espiritual fuerte y sana -que abarca de modo comprehensivo toda la realidad humana en su diversidad y sirve de marco general a cualquier conocimiento particular- la superstición que supone la new-age no tiene cabida [1].

Puede apreciarse entonces de qué modo la new-age encuentra acomodo en la ‘zona de sombra’ de la que ya hemos hablado. Si las ideologías políticas modernas y las preocupaciones de índole económica ocupan el polo racional y la ‘zona de luz’ del paradigma moderno, todo aquello que se considera más personal e interior, psicológico o emocional, ese enorme ‘espacio vacío’ que ha dejado tras de sí la labor de demolición de la postmodernidad, queda del lado de la ‘zona de sombra’. Prueba de ello es que no se trata en público sino que queda relegado al ámbito de lo privado, como la religión misma según el punto de vista profano.

Por esta razón la new-age se encuentra en esta zona muy a menudo con las ‘nuevas psicologías’ y con mucha frecuencia se influyen mutuamente. En realidad, debido a la carencia de principios teóricos estables, nada diferencia a una de las otras, tan solo se trata de una cuestión de prestigio social [2].

En resumen la new-age se sitúa -junto con otras disciplinas de conocimiento- a la sombra de la razón exclusivista en un intento por llenar todos los vacíos -sociales y anímicos- que atormentan al hombre moderno y es la ‘cara oculta’ del paradigma moderno, cara oculta que paradójicamente se nos presenta como un conocimiento ‘alternativo’ que pretende revolucionar el paradigma mismo…

*

“New-age” y postmodernidad.

Antes de tratar los aspectos interiores que caracterizan la new-age y que la configuran como una pseudo-espiritualidad dirigida a suplantar la espiritualidad auténtica e impedir el acceso de los hombres y mujeres de esta época a la misma, vamos a analizar su carácter de síntoma cultural de la postmodernidad, pues la new-age constituye uno de sus frutos más acabados y como tal, alimenta el proceso de desestructuración social e individual -a nivel psíquico- en que está inmerso el mundo occidental.

Quizá el rasgo que más destaca a simple vista en todo este aparente caos que es la new-age sea su pronunciado eclecticismo: un verdadero cajón de sastre donde se mezclan creencias, ritos y supersticiones de las más diversas procedencias dando lugar a un entramado en apariencia informe y difícil de definir. Esta apariencia caótica, donde se juntan desordenadamente ideas de toda procedencia debe considerarse un ‘signo de los tiempos’ propio de la globalización y la postmodernidad. Más adelante veremos que esta característica emparentan la new-age con otros fenómenos culturales no menos característicos de este momento histórico pero en apariencia independientes y lejanos.

Al respecto de su carácter de ‘mosaico cultural’, resulta evidente que un movimiento como es el de la new-age, solo puede tener lugar en una sociedad en la que las tradiciones propias han sido totalmente devastadas y, si no han desaparecido por completo, son cuanto menos rechazadas en masa por los miembros de su sociedad, tal y como es el caso en la sociedad actual. La new-age es así una consecuencia directa y previsible de la pérdida de las tradiciones y de la extrema disolución social a que ha conducido la postmodernidad.

A grandes rasgos la postmodernidad ha inoculado un profundo auto-odio en el mundo desarrollado por su ‘herencia cultural’ y un sentimiento de inferioridad que se expresa en ese afán por el progreso. Todo esto se pone de manifiesto a través del pronunciado rechazo por el pasado, la historia e incluso por las más simples tradiciones y el folclore, por parte de los mismos ciudadanos occidentales, completamente vaciados de toda identidad grupal o sentimiento de pertenencia a una colectividad. En este sentido, es innegable que uno de los objetivos evidentes del proyecto de la modernidad es el de convertir al hombre en una mónada, atomizarle, lo cual solo se consigue desarraigándole y adoctrinándole en el individualismo y el egoísmo más extremos, es decir privándole definitivamente de su historia y sus antepasados [3].

Es solo tras este proceso de ‘borrado’ de la identidad personal que es posible llenar el vacío identitario con formas culturales prefabricadas por la ‘industria cultural’ global, que elabora un mosaico a base de piezas ajenas y exóticas. Este proceso de vaciar de lo propio y destruir toda herencia cultural para llenar el vacío con todo aquello que sea extraño y lejano es lo que hemos denominado en otras ocasiones ‘cultura del palimpsesto’ [4].

Este vaciamiento de la identidad social que ha padecido occidente a lo largo del último siglo ha tenido por efecto deconstruir al ciudadano occidental en tanto sujeto social y político -como parte de una colectividad- ante lo cual el sujeto se ve impelido a buscar fuera de su sociedad la identidad y la comunidad que esta le niega. Todo esto enlaza con la ilusión, tan extendida como falsa, de que es imprescindible la auto-construcción activa de una identidad ‘a la carta’ por parte del sujeto. Es aquí, sobre este vacío que es social pero también espiritual -en tanto estos son los dos marcos más devastados por la modernidad individualista y materialista- donde la new-age encuentra su ‘espacio de mercado’ otorgando al hombre postmoderno un simulacro de identidad.

El eclecticismo ‘multicultural’ de la new-age es inseparable asimismo de otros caracteres propios de la postmodernidad como por ejemplo la inclinación, tan exagerada como superficial, del hombre occidental por lo exótico. Este pronunciado gusto por lo extraño, lejano y exótico que presenta la sociedad occidental -y que supone toda una rareza histórica- es resultado directo de la demolición de la propia cultura, acompañada de ese sentimiento de desarraigo y des-identificación con el propio pasado. Ciertamente, y tanto a nivel individual como colectivo, cuando uno ama lo propio difícilmente abre la puerta a lo ajeno.

Es así como hay que analizar el fenómeno, centrifugador y sintomático donde los haya, del turismo de masas y esa irrefrenable necesidad del hombre moderno por inmiscuirse en las demás vidas y culturas.

El fenómeno del turismo de masas es en su dimensión psíquica bastante distinto a las clásicas ‘vacaciones’ o ‘veraneo’ de antaño y ciertamente ambos fenómenos designan el prototipo de hombre de su época. Debe tenerse en cuenta en primer lugar que el verano -el tiempo entre la cosecha y la vendimia para los pueblos europeos tradicionales- es el tiempo del descanso por antonomasia. Las ‘vacaciones’ eran un hecho propio del proletariado que aprovechaba ese tiempo para regresar a su origen -al que comúnmente se refería como el ‘pueblo’-, juntarse con la familia y sobre todo poder entregarse a un ocio o a una molicie que el embrutecedor ritmo de trabajo fabril le impedía durante el resto del año. De este modo las ‘vacaciones’ se entendían ante todo como una liberación y una desconexión del ritmo urbanita de la máquina que permitía recargar energías.

Sin embargo la naturaleza del actual turismo de masas es de otra índole. Para empezar el turista cosmopolita viaja en cualquier época del año, no abandona en absoluto el ámbito urbano y desde luego tampoco viaja para descansar. En parte esto certifica la pérdida de un centro o una referencia siquiera geográfica, no digamos ya familiar, para el hombre moderno: no hay ‘pueblo’ ni origen al que regresar siquiera metafóricamente.

Además este turismo que algunos llaman cultural pero que sería más acertado calificar de compulsivo, no es en absoluto una huida del estrés urbanita o del rimo antinatural del ciclo de trabajo en que consume su tiempo, como a menudo se pretende. Y no lo es porque el hombre postmoderno carga con su velocidad y con su ritmo de máquina a donde quiera que vaya, tan interiorizado lo tiene. Esto es una muestra contundente del nivel de centrifugación psíquica que padece el occidental actual: el turismo compulsivo es una actividad de índole profundamente rajásica y superficial, completamente exterior que se intenta justificar con los más groseros argumentos como que viajar es ‘aprender de otras culturas’ o que nos hace más sabios y mejores… El mito de la ‘cultura’ como acumulación de experiencias e información.

Por otra parte la obsesión por ver y tocar efímeramente una realidad lejana, que poco nos incumbe y de la que nada entendemos -al modo de quien visita un zoológico pero de algún modo especular pues el que está fuera de lugar es el turista, lo que convierte el mundo en un gran parque temático- solo se sostiene por la obsesión complementaria de registrar todas esas experiencias y vivencias, pues sin esta perversión de la memoria aquella obsesión carecería de sentido. Por ello no extraña que a menudo nuestros contemporáneos regresen de sus compulsivas y centrifugadoras actividades turísticas aún más agotados y estresados de lo que partieron. Todo esto daría sin duda para más reflexiones, empezando por la simple constatación de que el hombre moderno se acerca al mundo ya como un mero espectador y lo ve como un espectáculo más, sin participar de él.

En resumen, la fiebre viajera que sacude el mundo occidental, por muy adornada que esté de multiculturalidad, cosmopolitismo y solidaridad con los pueblos en ‘vías de desarrollo’ -bonito eufemismo para decir que van camino de ser como nosotros’…- no puede ocultar el auto-odio, la decepción y la frustración ante la realidad social y cultural. Es el modo más acabado en que el occidental infecta, en apariencia pacíficamente, sin la violencia de las armas pero con la violencia del dinero y de la soberbia cultural, el resto del planeta. Estamos ante un hombre sin centro, un átomo sin rumbo que se mueve según los dictados que le señalan el mercado y la prensa dominical, las poderosas deidades que escriben su destino y le dicen al hombre lo que es digno desear y consumir en el nuevo orden mundial.

Tanto el ansia de búsqueda [5] -poco importa si se trata de ‘nuevas experiencias’ de consciencia o de nuevos lugares- como el interés exclusivo por lo exterior y por los ‘fenómenos’ -que deben en todo caso quedar convenientemente registrados- denotan el origen común que emparenta ambos fenómenos: la fiebre turística y la new-age.

Estamos por tanto ante manifestaciones diversas de una misma realidad, el desarraigo y la centrifugación, tendencias que no dudamos en incluir como parte de un problema psicológico mayor que atrapa al hombre moderno.

II

“New-age” y pseudo-espiritualidad.

Hasta aquí hemos visto de qué modo la new-age está enraizada con las tendencias más disolventes y propias de la postmodernidad:

acercar lo que es más lejano, a lo que se otorga un halo especial como si fuera mejor por ser extraño o exótico; y
alejar y despreciar lo propio, lo cual se desprecia en primer lugar por ser propio.
De hecho parece haber una inclinación no solo hacia culturas y tradiciones alejadas en el espacio sino también y quizá especialmente hacia aquellas alejadas en el tiempo, lo que lleva a intentar ‘reconstruir’ o ‘resucitar’ restos de tradiciones desaparecidas, con la consiguiente perversión de las mismas pues no se comprenden en absoluto desde la perspectiva moderna. Por otra parte en tanto que se carece de la necesaria continuidad en su transmisión puede decirse que cualquier labor que se haga con las mismas está destinada al fracaso y es en sí misma contra-tradicional.

Los ejemplos más evidentes de lo que decimos son los casos de Egipto y la nueva y sorprendente moda del neo-paganismo. Ambas tendencias tienen una fuerte presencia en los círculos new-age. El caso de Egipto es particularmente significativo pues parece recorrer todo el ocultismo y la ‘zona de sombra’ desde su mismo origen, allá por el siglo XVIII -el ‘siglo de las luces’…-, hasta la actualidad. Egipto y sus dioses parece que nunca pasan de moda, y su imaginería ha sido reivindicada tanto por tendencias relativamente ingenuas que no pasan de lo ridículo como por desviaciones ocultistas a todas luces maléficas.

La ‘revitalización’ de entidades pasadas no deja de entrañar serios peligros, pues todas las tradiciones advierten que los dioses pasados y vencidos se convierten en demonios para las civilizaciones que vienen a reemplazarlos. Esto, además de servir de reflexión para más de un incauto, es suficientemente significativo acerca de qué influencias empujan y mueven toda esta ‘nueva espiritualidad’ tan vaga como inquietante y que como decíamos vino a surgir curiosamente en los tiempos del más radical iluminismo ilustrado.

Respecto de la moda neo-pagana poco más se puede añadir más que en el mejor de los casos -si excluimos el caso de las posibles influencias maléficas- no pasa de ser, en razón de la muerte de dicha tradición y la consecuente pérdida de su cadena iniciática hace más de un milenio, no lo olvidemos, una mera farsa. Farsa que cuesta creer que nadie pueda tomarse realmente en serio [6].

Por lo demás, demasiado a menudo estos intentos de recuperación de tradiciones pretéritas esconden un poco disimulado anti-cristianismo y con ello una vez más el odio al propio pasado.

Al margen del carácter anti-cristiano de muchos de estos movimientos neo-paganos no se puede negar la evidente contradicción que encierra el hecho de considerar el propio pasado de occidente como indigno y oscuro, una edad de tinieblas y horror, y a la vez alabar e idolatrar las culturas más extrañas y lejanas, las cuales el occidental medio dista mucho de comprender convenientemente… Hasta este extremo llega el sinsentido de la ideología relativista, la multiculturalidad disolvente y el auto-odio occidental.

*

La ‘espiritualidad progresista’.

Pero de todas las confusiones modernistas de que se nutre la new-age la que mejor define su esencia anti-tradicional es la penetración en el discurso pretendidamente espiritual de la noción de progreso. Estas ideas progresistas dirigidas hacia la espiritualidad deben ser rechazadas y desmanteladas en toda ocasión pues a menudo las encontramos intoxicando incluso tradiciones verdaderas. Para rebatirlas debemos fijarnos ante todo en los fundamentos sobre los que se asienta toda tradición espiritual verdadera. Como es sabido, aunque se olvida con demasiada facilidad, la ciencia moderna se ocupa del estudio del mundo manifestado, es decir del ‘dominio de los fenómenos’.

La metafísica sin embargo no se dirige ni presta atención a los fenómenos, pues se ocupó siempre y en todas partes del estudio de los ‘principios’, que son eternos, dejando aparte el estudio de los fenómenos y no confundiendo nunca ambos marcos de realidad, tal y como incluso la filosofía antigua deja claro.

Así, en virtud de su campo de estudio ambas disciplinas -que podemos resumir como física, en tanto que estudio de la Physis, es decir de la naturaleza, y metafísica– miran la realidad en direcciones diferentes por no decir opuestas, como los dos rostros del dios Jano. Metafóricamente se diría que una mira hacia arriba y la otra hacia abajo. La metafísica, así como todo el conocimiento que ella elabora, vuelve su vista a lo eterno -representado tradicionalmente por los Cielos- mientras por el contrario la física -entendida en el sentido que hemos definido- tiene forzosamente la vista dirigida hacia el mundo material, es decir el mundo de la corrupción y del cambio.

De tal suerte que puede decirse que si la metafísica atiende a lo eterno e invariable, la ‘ciencia’ atiende exclusivamente -y el matiz es importante- a los cambios y a los fenómenos, lo que está sujeto al tiempo, esto es el reino de la manifestación grosera, pues trata de desentrañar las reglas de funcionamiento de este. Esto la convierte, desde la perspectiva del hombre tradicional, que nunca pierde de vista la presencia de lo eterno en el mundo, en un conocimiento de por sí muy inferior.

En otras palabras la ciencia estudia lo exterior, aquello que está sujeto a la ley del tiempo y al cambio. La metafísica atiende a lo interior, aquello que a pesar de la siempre cambiante manifestación exterior permanece inafectado y constante.

Ahora bien, la idea de progreso solo puede aplicarse, como resulta evidente por lo que hemos dicho, en el nivel de los fenómenos y nunca por definición en el nivel del noúmeno, donde no tiene cabida ni sentido. Siendo el noúmeno inafectado es imposible que exista ‘progreso’ alguno, no solo en lo que le atañe a Él mismo sino tampoco siquiera desde su perspectiva. Es decir, en relación con el noúmeno no puede hablarse de progreso alguno, menos aún de ‘progreso espiritual‘ como pretenden los modernos de la new-age, pues desde la perspectiva de lo Único incondicionado toda la manifestación -preséntese cómo se presente- vale nada y la distancia entre cualquier ente manifestado y el Uno inmanifestado es siempre la misma, todo el ‘progreso’ que se quiera no acorta en nada esta distancia [7].

En resumen hay que decir que desde el punto de vista de la metafísica -lo que equivale a decir desde la perspectiva tradicional- la idea de ‘progreso’ es un simple absurdo lógico y además una imposibilidad ontológica. El progreso solo es pensable en términos de cambio y por tanto en el nivel exclusivo de los fenómenos groseros.

El resultado es que el progresismo en tanto ideología es una superstición de orden materialista que pone la atención exclusivamente en lo más exterior, los fenómenos, y en la obsesión por el control del cambio de estos. Y como es obvio todo punto de vista materialista desprecia aquella realidad que permanece inalterable bajo la infinita variedad de las formas cambiantes.

Por tanto los ideales del progresismo y el evolucionismo son por sí mismos contrarios a cualquier verdad metafísica, por ello no es posible de ningún modo una ‘espiritualidad progresista‘ ni tampoco una ‘evolución’ ni un ‘progreso’ espirituales y el empleo de estos términos pone bien de manifiesto la ignorancia absoluta de quien los emplea.

En definitiva, progresismo y espiritualidad auténtica son conceptos incompatibles y la aplicación de cualquier concepción progresista a una doctrina espiritual es siempre una perversión de la misma, tal y como ya denunciara hace casi un siglo Guénon (‘El teosofismo, historia de una pseudo-religion’). El progresismo es pura desviación materialista y pura obsesión por la apariencia y lo más exterior, es decir, todo lo contrario a cualquier espiritualidad auténtica que pone la atención en la dimensión interior. Todo progresismo es una negación implícita de los principios espirituales y por tanto una oposición flagrante a todo criterio o verdad tradicional. Y así debe ser denunciado cualquier ‘progresismo’ que trate de inocularse en el ámbito espiritual y de intoxicar sus enseñanzas con sus particulares supersticiones.

*

La conclusión de todo lo que llevamos dicho hasta ahora es que el cajón de sastre de la ‘nueva espiritualidad’ es por muchas razones una forma cultural perfecta para el estado de cosas actual, la pseudo-espiritualidad ideal para los tiempos de la confusión generalizada, en una sociedad marcada por la descomposición de toda referencia cultural, un mundo sin historia donde no hay pasado ni tradiciones y en el cual el uno y las otras pueden re-inventarse de nuevo a cada momento.

Ante la desolación espiritual y comunitaria en que se encuentra occidente la new-age responde de forma grotesca a necesidades humanas básicas, sociales y espirituales, llenando el vacío dejado a su paso por la dictadura de la racionalidad exclusivista y su reducida y castrante visión mecánica y ‘pragmática’ de la vida humana.

Esto sitúa la new-age en su verdadero contexto histórico, pues viene a llenar -de forma ciertamente grotesca y además peligrosa- el hueco dejado por el desbaratamiento de las tradiciones auténticas de la sociedad. Es la reacción previsible al desmantelamiento de todos los mitos que alimentaban y mantenían viva el alma de la sociedad occidental: el hombre de la postmodernidad, privado tanto a nivel comunitario como a nivel personal y emocional de un ‘alma’, busca llenar esta carencia entregándose a los exotismos más descabellados y participando de pseudo-tradiciones que ni comprende ni le son de provecho.

III – Californismo y contraculturas

“New-age” y contra-cultura.

Después de todo lo dicho hasta ahora no puede extrañar que la new-age se difunda de forma especialmente exitosa precisamente entre aquellos sectores sociales que presentan un estado más avanzado de disolución social e intelectual y que son por lo general los que abrazan más explícitamente los ideales del globalismo, la multiculturalidad y el rechazo de toda identidad, en definitiva los ideales más propios de la postmodernidad. Y tales sectores suelen ser precisamente aquellos que se presentan como ‘progres’, ‘alternativos’ e incluso muy a menudo como ‘anti-sistema’.

No se trata de una simple coincidencia. Se hace necesario advertir la ‘unidad de proyecto’ que subyace bajo la aparente diversidad de movimientos sociales y ‘modas culturales’ que, aunque se disfracen de reivindicativos y ‘alternativos’ -o precisamente por ello- forman parte de las fuerzas del globalismo.

No debe olvidarse además que en occidente la descomposición social e intelectual es mucho más avanzada entre la juventud, vaciada por completo de identidad y de tradiciones y adoctrinada desde su infancia -por parte de la educación obligatoria y los mass-media- en la ‘cultura del palimpsesto’, el rechazo por todo lo pasado -empezando por la cultura de sus propios padres- y la consideración de todo vestigio de identidad colectiva como el más grave peligro para la ‘paz social’.

En definitiva, y como sucede tan a menudo, son los sectores sociales más progresistas, aquellos que conforman la vanguardia cultural y la ‘contra-cultura’ los que suponen la punta de lanza de la postmodernidad, también en lo que respecta a la pseudo-espiritualidad por paradójico que pudiera parecer. Así, más que perfilarse una ‘alternativa’ al grotesco orden cultural y espiritual actual tal y como dicen representar, lo que suponen en realidad es un preocupante adelanto de lo que está por venir.

Es entre estos grupos ‘alternativos’ que la new-age encuentra el terreno abonado para propagar sus fantasías bajo la forma de pseudo-mitos y se extiende sin oposición ni traba, a no ser un materialismo o ateísmo radicales cada vez más infrecuentes y que nadie se toma ya realmente en serio, a excepción de algún grupúsculo marxista tan recalcitrante como irrelevante.

Por otro lado cabe señalar que los escasos grupos sociales que aún pueden ser calificados de ‘resistencia’ al ‘globalismo cultural’ y a la dictadura de lo políticamente correcto -que suelen ser descalificados como ‘reaccionarios’-, como por ejemplo aquellos que mantienen una red comunitaria fuerte o una identidad religiosa/cultural firme -como pueden ser los musulmanes y algunas comunidades cristianas, en particular allí donde son minoría- tienden a considerar como un patrimonio valioso sus raíces culturales y sus tradiciones, y por ello se encuentran mucho más protegidos de las influencias disolventes del globalismo y la new-age.

Nos encontramos por tanto ante otro claro ejemplo de ‘cultura underground‘ o ‘contra-cultura’ -nacida en sectores sociales marginales y ‘malditos’, de escasa cultura y nula cualidad intelectual- que ha sido elevada a la categoría de ‘cultura dominante’ y a fenómeno social de masas -el ‘mainstream‘ en la jerga postmoderna-.

Esta es la aparente paradoja: en la postmodernidad la ‘contra-cultura’ constituye la ‘cultura del poder’ y la ideología más extendida entre los sometidos. Y es que, más allá de ser tales movimientos pseudo-culturales un signo del estado de descomposición de la sociedad actual, cumplen un papel estratégico decisivo en la labor de aculturación de los mismos sometidos, rompiendo cualquier resto identitario común que pudiera servir de resistencia al ‘nuevo orden’ global.

Cabe preguntarse asimismo cómo un ‘fenómeno de masas’ que ha sido divulgado durante décadas desde las mismas estructuras del poder a través del cine, la televisión y la prensa, puede ser considerado ‘alternativo’ o ‘contra-cultural’. Conmueve ciertamente la inocencia y la facilidad con que el ciudadano corriente se deja embaucar y manipular.

Hay que empezar a considerar el movimiento new-age como una ‘ideología del poder’ elaborada para entretenimiento y adoctrinamiento de las mayorías y dirigida ante todo a aumentar la confusión mental de los sujetos e impedir la disidencia de cualquier tipo por el conocido método de ofrecer un medio de expresión adecuadamente canalizado para el descontento de aquellos que se dicen ‘críticos’ o ‘disconformes’. Una vez más comprobamos de qué manera la periferia social del paradigma -la ‘clase media’- es dirigida cual rebaño hacía ‘regiones’ donde su todo inconformismo y afán revolucionario queda reducido a una moda de consumo… Aquí toda protesta es mera apariencia.

El ejemplo paradigmático de lo que decimos es sin lugar a dudas el conocido fenómeno OVNI y su corolario, el mito extraterrestre, una farsa que ha terminado por contagiar, como si de una pandemia se tratara, las mentes de la mayoría de nuestros contemporáneos hasta lograr convertirse en una ‘verdad’ incuestionable. Estamos sin duda ante uno de los ‘mitos’ centrales de todo el movimiento new-age. Este ejemplo nos da idea no solo del nulo rigor intelectual en que se mueve la new-age sino sobre todo de su peligrosidad y su maldad, al servir como instrumento para inocular en el común de las gentes ideas completamente desviadas y alejadas de la verdad.

Pero una vez más, gracias a la dictadura del relativismo, aquí todo vale y cualquier idea puede ser defendida aún en la carencia más absoluta de argumentos. En todo caso, no debe olvidarse la ayuda decisiva que proporcionan para la extensión e implantación de semejantes ‘ideas’ las estructuras de propaganda y de manipulación de pensamiento del poder.

*

El contexto cultural de la “new-age”: el “californismo”.

En cuanto al pretendido carácter contra-cultural con que se reviste socialmente la new-age puede ser interesante añadir algo más. Resulta bastante llamativo que todos los actuales movimientos sociales ‘alternativos’ -desde la lucha por los derechos de los animales hasta las modas más estrafalarias, y en ocasiones directamente perversas, que se pueda imaginar- así como también la mayoría de las ‘contra-culturas’ que han aparecido durante la segunda mitad del siglo XX -o lo que es lo mismo, desde el fin de la segunda guerra mundial-, provengan todos de una zona geográfica muy concreta: la costa Oeste de los Estados Unidos y más específicamente de la región de California. Esta circunstancia no ha pasado desapercibida para la cultura popular y ha dado lugar a que se acuñe el término californismo para agrupar todas estas nuevas tendencias y ‘culturas’.

El análisis en profundidad de California como centro generador y difusor de todos estos movimientos ‘contra-culturales’ -y de sus respectivas modas de consumo en el mercado global-, aunque todavía pendiente de hacer, conduce inevitablemente a la identificación de esta región como un auténtico centro ‘contra-tradicional’, y quizá no sea exagerado decir que se trate del centro principal de difusión de la ‘contra-tradición’ a nivel mundial en estos tiempos finales.

Al margen de su papel real como centro generador y difusor de ‘contra-culturas’, valores y formas de vida disolventes y anti-tradicionales, California posee un importante valor simbólico, generalmente ignorado, de cara a cumplir este papel.

En efecto, atendiendo al simbolismo tradicional y aplicando las reglas de la Geografía Sagrada, si Japón es la ‘tierra del sol naciente’, California no puede ser más que la ‘tierra del sol poniente’. California es la tierra última, el Finis Terrae de nuestra civilización, y no solo en un sentido geográfico -el viejo occidens latino, el horizonte final, la tierra de los muertos y última frontera de una civilización- sino también en un sentido histórico pues ésta fue curiosamente la última tierra conquistada por los europeos, tras la gran dispersión europea de las eras mercantilista e industrial, de lo cual el episodio de la conquista del Lejano Oeste ofrece un magnífico testimonio.

La conquista del Lejano Oeste resulta ser desde esta perspectiva una representación tan real como dramática de esa ‘cultura del palimpsesto’ que hemos citado en ocasiones, con su promesa de un ‘Nuevo Mundo’ levantado, en este caso concreto, sobre el yermo dejado por el genocidio de los indígenas. En verdad aquí los europeos predicaron como en ninguna parte con el ejemplo imponiéndose mediante la estrategia colonial de ‘tierra quemada’ y suplantando tanto cultural como demográficamente lo que existía. Un ejemplo radical de nihilismo pocas veces visto en la historia de la humanidad.

A estos apuntes de orden simbólico aún debemos añadir como decíamos antes el decisivo papel de California como centro difusor de las contra-culturas más propias del pensamiento débil y la postmodernidad, y en definitiva de todos los valores que pueden calificarse de ‘anti-tradicionales’.

En este influyente papel de creador de gustos, modas y corrientes sociales de todo tipo suele obviarse que está allí precisamente el mayor núcleo económico-industrial de la forma espectacular por antonomasia, el cine, del cual California ha sido a lo largo del siglo XX su mayor centro a nivel mundial y lo sigue siendo en buena medida, si no ya en un sentido cuantitativo -dicen que ha sido superado por Bollywood- sí a nivel cualitativo dada su influencia ideológica y cultural sobre el imaginario colectivo occidental.

Siempre ha existido conciencia de este poder de influencia pues durante todo el pasado siglo esta industria fue empleada como un instrumento de propaganda al servicio del colonialismo cultural y comercial. Recordemos que la re-creación espectacular de la realidad es absolutamente imprescindible para el mantenimiento de la actual ‘cultura de la imagen’ en la cual las ideas entran más que nunca por los ojos [8] a la hora de adoctrinar y embaucar al moderno hombre-espectador.

Y un detalle más de índole simbólica: no parece casual la extravagante denominación de ‘meca del cine’ que se ha dado a este lugar, una denominación a todas luces blasfema y que, a tenor de las influencias psíquicas que allí se generan y que de allí parten y se extienden sin freno, pareciera indicar el reconocimiento, siquiera inconsciente, de que nos encontramos ante un auténtico centro contra-iniciático.

*

Como otro ejemplo brillante de ‘cultura del palimpsesto’ y rasgo central del californismo encontramos el culto a la juventud, al cuerpo y a la ‘salud’. Todo esto constituye una prueba más de la fijación en lo más exterior. Cabe señalar que el cuerpo es el rasgo más exterior de la persona, por tanto lo más sujeto al cambio, lo más impermanente. Apegarse a la impermanencia, además de ser una fuente segura de infelicidad, dolor y frustración, es la enseñanza exactamente contraria a la que haya podido transmitir cualquier tradición espiritual en cualquier tiempo y lugar.

Vemos ahora la relación invisible a primera vista que existe entre esta fijación por lo más exterior y lo menos esencial y la ‘nueva espiritualidad’ que mira solo a los fenómenos en lugar de a lo eterno.

Casi lo mismo se podría decir de la idea de ‘salud’ que promueve el californismo y que lejos de buscar la simpleza y lo natural como pregona, no es más un programa de re-ingeniería corporal con diferentes grados de violencia sobre el cuerpo que empiezan por la esclavitud de la dieta, siguen por el gimnasio y acaban en el quirófano… Todo ello tremendamente artificioso y experimental. En esta ‘contra-cultura’ el cuerpo se convierte en un espacio más de aplicación de la dictadura tecno-industrial, una zona más de dominio.

En cuanto al contenido de su imaginario y sus valores el californismo ha llamado la atención incluso a nivel popular por presentar la vida humana como una suerte adolescencia eterna, que nunca debe acabar y en la que cualquier rasgo estable -que proporcione estabilidad o raíces al sujeto, como la familia- debe ser rechazado por ser una ‘atadura’.

Esta característica es interesante simbólicamente pues describe en pocos rasgos al ‘hombre del fin de los tiempos’, en tanto que ser desarraigado, detenido en el tiempo, sin pasado, y por ello mismo sin futuro. Este hombre sin pasado ni futuro, sin raíces ni frutos, que es como hierba que crece en el tejado (Sal. 128:6), representa, como ya hemos apuntado en alguna ocasión, la inversión exacta del nómada de los orígenes.

Por otra parte y haciendo un breve repaso histórico, es especialmente relevante que tales movimientos ‘contra-culturales’, comenzaran su difusión masiva precisamente tras la segunda guerra mundial. Y nuevamente se puede poner como ejemplo de ello el ya citado fenómeno OVNI que jugó un papel decisivo de adoctrinamiento de masas durante las grises décadas de la guerra fría.

El papel que jugaron ciertos movimientos sociales de protesta, como el movimiento hippie o la subcultura rock con todo su malditismo calculado, en la difusión de todas estas pseudo-culturas anti-tradicionales ha sido fundamental y es pocas veces denunciado. La relación entre el ‘hippismo’ de los años ’70 y las más actuales modas naturista y vegana es ciertamente indiscutible, pero también lo es el vínculo que tuvieron aquellas contra-culturas con la espiritualidad ‘light’, el ya citado neo-paganismo, la magia e incluso el satanismo. Los vínculos son ciertamente innegables.

Y no puede tomarse a la ligera el hecho de que todas estas ideologías anti-tradicionales y que conducen a la disolución definitiva del ‘cuerpo social’ tengan su principal foco de generación y difusión en la costa oeste de los Estados Unidos. Desde este punto de vista California adquiere unas connotaciones simbólicas, históricas y culturales verdaderamente siniestras y difícilmente igualables por ninguna otra región del planeta. En ello además vemos lo que significa realmente la consumación de la promesa de una tierra nueva para el paradigma de la modernidad.

Por tanto, a pesar de su enorme diversidad y su apariencia caótica californismo y new-age son fenómenos inseparables, tanto en su origen histórico y geográfico como en los principios ideológicos que imponen un poco por todas partes, todos ellos conducentes a la disolución de la identidad social y personal.

IV – La gran ceremonia de la confusión

Finalmente intentaremos esbozar algunas conclusiones acerca de las implicaciones profundas que supone un fenómeno social tan extendido, y a la vez tan poco definido, como este de la nueva espiritualidad ‘alternativa’. Para empezar enumeremos muy brevemente las conclusiones a que hemos llegado hasta el momento.

En primer lugar hemos mostrado que la new-age se desarrolla en la ‘zona de sombra’ del paradigma materialista y racionalista en que nos encontramos y que no dudamos en identificar con la modernidad misma. Es por ello un movimiento confuso y oscuro, de mensajes calculadamente ambiguos e incluso contradictorios, que evita siempre ser estudiado y categorizado. Es parte de su esencia impedir ser adecuadamente definido.

En segundo lugar hemos visto que esta pseudo-espiritualidad, enteramente exterior y superficial, posee innegables rasgos postmodernos -el gusto por lo exótico, el igualitarismo democrático, la falta de rigor frente a la unidad y cohesión doctrinales de toda tradición auténtica, la libertad personal y el juicio propio como derechos irrenunciables, la negación de todo principio de autoridad y por tanto el rechazo de todo verdadero maestro, etc…- lo que la convierte no solo en un acabado ‘signo de los tiempos’ presentes con una enorme deuda con el punto de vista protestante de la espiritualidad -lo cual tendría ante todo un interés sociológico-, sino también en la ‘forma religiosa’ –pseudo-religiosa en realidad pues es una falsificación de las formas religiosas verdaderas- más idónea para los tiempos de la postmodernidad, tan democráticos y opuestos a cualquier dogmatismo… Y puesto que esta pseudo-religión ocupa el espacio que en las sociedades tradicionales ocupaba la religión, suplantándola, la new-age se erige en la ‘falsa doctrina’ propia de los últimos tiempos. Por esto no sorprende en absoluto que sus seguidores sean partidarios cada vez más explícitamente de abolir la viejas religiones y sustituirlas por una nueva ‘religión universal’ -en la que suponemos cada cual podría practicar y participar a su manera en virtud del principio de libertad individual- lo cual nos será ‘vendido’ como un progreso más, un progreso sin duda en la actual espiral descendente que sigue la civilización moderna…

Por último podemos advertir que, contrariamente a lo que se cree, esta ‘nueva espiritualidad’ no solo no debilita o combate el paradigma civilizatorio de la modernidad sino que se nutre de él y a la vez lo fortalece. Lo fortalece en particular debido a su carácter ‘anti-tradicional’, perceptible sobre todo en su intención de falsificación y suplantación de las tradiciones auténticas a las que ataca desde fuera o intoxica desde dentro bajo pretexto de re-inventarlas y modernizarlas. Por tanto no es exagerado decir que la ‘nueva espiritualidad’ es hoy por hoy el mayor enemigo de toda verdadera espiritualidad así como de todo aquel que persiga sinceramente un acercamiento a la Verdad última.

Nos encontramos por tanto ante una influencia maléfica de primer orden cuyas sugestiones están desviando a muchos del camino auténtico.

Por ello, para quien pueda pensar que nuestros argumentos resultan un tanto exagerados recurriremos a continuación al simbolismo tradicional -universal y eterno- para comprobar sin margen de duda el carácter maléfico e infernal de toda la ‘nueva espiritualidad’.

Comenzaremos indicando que el ecumenismo globalista y la indefinición ideológica y doctrinal que es propia a todas estas pseudo-doctrinas, características que propician que la new-age sea un cajón de sastre que abarca todo tipo de ideas, algunas de ellas contradictorias entre sí, convierten este amasijo supersticioso en una suerte de ‘Frankenstein cultural’, de aspecto ciertamente grotesco, lo cual, como es bien sabido es un signo diabólico per se.

Recordemos que a menudo se representó al diablo mediante una imagen simiesca debido a su empeño en imitar y suplantar lo sagrado para confundir a los hombres. Por ello el diablo ha sido llamado en ocasiones el ‘mico de Dios’. Pero como ha expresado a menudo la teología tradicional lo grotesco, la fealdad y el desequilibrio son caracteres propios del diablo, caracteres que le resulta imposible ocultar a pesar de todas sus elaboradas artimañas a la hora de emular y suplantar la Tradición y la Verdad.

Así, no pudiendo presentar la armonía y belleza de la Verdad a causa de su desequilibrio y maldad interiores, en su afán de suplantación el diablo no puede evitar delatarse al mostrar algo burdo y grotesco, ridículo, en su imitación. Características éstas que deben ser siempre tenidas en consideración a modo de signo y que solo los incautos pueden pasar por alto y tomar así tal imitación simiesca por una manifestación de la Verdad misma.

Es así, como un signo propio de la ‘contra-tradición’, como debemos interpretar el desorden profundamente inscrito en el ‘mercadillo espiritual’ que es la new-age y de forma más general en todas las contra-culturas que forman parte de esa tendencia que hemos denominado californismo.

Antes de continuar observemos por un momento la siguiente ilustración que muestra un detalle del grabado ‘El caballero, la muerte y el diablo’ de Alberto Durero, una de sus tres ‘Estampas Maestras’.

Como puede apreciarse el diablo del grabado es representado mediante una figura deforme, carente de orden y armonía y por tanto de belleza, compuesto por una mezcla grotesca de características propias de diferentes animales, es decir muestra una confusión de diversas naturalezas. Nótese la tradicional pata de cabra que asoma en la parte inferior de la ilustración, y que siempre se ha considerado uno de los rasgos más distintivos del diablo.

La new-age guarda una gran analogía con la anterior figura diábolica y puede decirse que es, en buena medida, su expresión cultural. Ambos, a la manera de aquel engendro humanoide de la novela de Mary Shelley, están compuestos de restos de cadáveres -residuos psíquicos de las tradiciones desaparecidas que ahora se pretende revivir y devolver a la vida– y de retales pseudo-intelectuales de todo tipo: desde la magia y el espiritismo decimonónicos a las teorías e hipótesis científicas más modernas, todo ello mezclado en una inextricable confusión. Esto es lo que esconde el cajón de sastre pseudo-doctrinal de la new-age.

Además cabe señalar que, en tanto que es una pseudo-doctrina propia del fin de los tiempos, la new-age cumple su papel de dar voz a ‘los muertos’ -de un modo ciertamente peligroso- al servir de escaparate para todo tipo de restos psíquicos de antiguas tradiciones que han quedado de algún modo como latentes. Los usos perversos de herramientas y conocimientos tradicionales como pueden ser la astrología o el Tarot, así como el empleo de otros métodos de nueva invención todavía más inquietantes y siniestros así lo demuestran. Y es en esta confusión que la disolución del mundo psíquico del hombre actual se hace más manifiesta.

Se ha dicho en ocasiones que para que un proyecto falso y maléfico -como el del diablo- pueda extenderse y dominar a los hombres ha de contener algunas trazas de verdad -las cuales extrae de las tradiciones verdaderas- y ponerlas al servicio de la mentira. Esto se debe no solo a la necesidad por parte del diablo de perfeccionar su capacidad de engaño sino a una razón más profunda, de carácter ontológico: la mentira no puede existir ni durar por sí misma de ningún modo pues no tiene ser propio, existe y pervive en tanto es un reflejo, si bien torcido o falso, de la Verdad, que de este modo forzosamente la antecede en la dimensión ontológica. Es así como toda mentira es una imitación y una suplantación de una verdad, y por ello en último término de la Verdad.

Imitación y suplantación que lo es también de la Tradición, en tanto que expresión en el mundo de dicha Verdad inmanifestada, con el objetivo de confundir a los hombres y mujeres del fin de los tiempos e impedir su acceso a la verdadera senda espiritual, privándoles así del conocimiento de esa Verdad última.

Por lo tanto la pseudo-espiritualidad está muy lejos de ser un fenómeno inocente y sin consecuencias para quienes lo siguen, tal y como se nos pretende hacer creer en la cultura del relativismo. Como vemos además se trata de un fenómeno mucho más elaborado de lo que podría parecer a simple vista y por ello más peligroso que el simple y burdo materialismo positivista, tan propio del paradigma moderno, que era una negación bastante grosera y en el fondo emocional de toda espiritualidad. Aquí estamos ante otra cosa, ante un grado más acabado de deformación: una versión infernal -por inferior e invertida- de la espiritualidad.

En efecto la ideología racionalista, positivista y materialista podía alejar a muchas personas de la senda espiritual pero la new-age les ofrece algo peor: una interpretación desviada -materialista y pseudo-positivista- de la espiritualidad y con ello una senda equivocada en la que perderse; lo cual es mucho más elaborado y maligno que un materialismo o un cientifismo puro y simple. No debemos olvidar que la new-age, a la vez que ofrece sus propios ‘caminos’ y enseñanzas de nuevo cuño, ataca y desprestigia las tradiciones auténticas a fin de destruirlas y pervertirlas.

Y quizá por esto mismo no sorprenda tanto que, a pesar de la beligerancia con que el laicismo progresista y el racionalismo positivista atacan las tradiciones antiguas, la new-age sea consentida y presentada a veces incluso como un ‘necesario retorno a la espiritualidad’ por parte de la civilización occidental.

Como vemos hay mucho más que una simple falsedad, estamos ante una suplantación de la Tradición a fin de confundir y extraviar a los hombres. Esta es la preocupante realidad que se oculta tras los aparentemente inocentes valores del ecumenismo y la multiculturalidad con que se nos presenta en cada nueva reinvención la new-age y con que tratan de seducirnos las diversas modas y contra-culturas que adopta el californismo, la imagen más acabada de la postmodernidad.

*

[1] Como puede verse la fragmentación del conocimiento -y de la sociedad- propiciada por el nuevo paradigma científico no es independiente del giro anti-metafísico. Se trata de fenómenos análogos y profundamente relacionados, aunque su estudio en profundidad nos alejaría del tema actual.

[2] Hay que notar que la psicología moderna es una (pseudo-)ciencia por completo liminar en el paradigma moderno, por ello carece de un objeto de estudio, así como de una metodología, claros y definidos. Ello es importante a la hora de adaptarse a las realidades sociales en constante cambio de la sociedad postmoderna, téngase en cuenta que la ‘ciencia psicológica’ es ante todo una herramienta de manipulación social. En todo caso, por la razón ya señalada de dirigirse y tratar en parte a aspectos interiores -como emociones, miedos e inseguridades, es decir la ‘zona de sombra’- de la experiencia humana queda relegada a la periferia del paradigma.

[3] Los antepasados, pieza fundamental para la identidad de los pueblos tradicionales.

[4] Los defensores del globalismo lo llaman eufemísticamente ‘multiculturalidad’, cuando en realidad lo que hay es un genocidio cultural, una destrucción sistemática de todas las culturas humanas, empezando por la propia, para alcanzar una mezcla informe que es de algún modo el reflejo análogo del caos primigenio en que estaba sumida originalmente la manifestación universal. No hay tal convivencia de culturas en el desorden postmoderno sino una sustitución de las culturas ancestrales por los disvalores de la disolución.

[5] A menudo los sujetos más imbuidos de la new-age usan este término de ‘búsqueda’ para sus arbitrarias experimentaciones e incluso se refieren a sí mismos como ‘buscadores’. Delatan con ello la verdadera naturaleza de su ‘conocimiento’, pues solo busca el que está perdido.

[6] Pensemos por ejemplo en las celebraciones cada año más populosas en ciertos monumentos megalíticos y todas las pseudo-creencias y supersticiones que ello propicia a su alrededor… Realmente una nueva pseudo-religión. En todo caso imitar alegremente a una casta sacerdotal como fueron los druidas resulta ser, además de muy significativo de los tiempos que vivimos, algo más serio que una simple pantomima. Pero precisamente lo que caracteriza la idiocia moderna es que estas irreverencias se abordan con total despreocupación…

[7] En todas estas consideraciones seguimos a René Guénon.

[8] No es descartable el advenimiento de un nuevo modo de analfabetismo e idiocia debido a esta ‘deformación visual’ del carácter del nuevo hombre-espectador cuya capacidad para adquirir ideas por otros medios, sobre todo los que afectan a la facultad racional, va siendo paulatinamente mermada. En esto la moderna ‘cultura visual’ -de la cual el cine es el mejor exponente- es la inversión exacta del lenguaje simbólico de las artes visuales tradicionales, pero este tema nos alejaría del objetivo del presente artículo.

“New-age”: pseudo-espiritualidad y contra-tradición http://katehon.com/es/article/new-age-pseudo-espiritualidad-y-contra-tradicion
 
Resultados de la Lista Mundial de la Persecución 2018
Publicado el 10 enero 2018
La persecución a cristianos en el mundo sigue al alza y provoca más de 3.000 muertos en el último año

La tendencia al alza de la opresión y la violencia anticristiana en el mundo no se ha visto frenada tampoco durante el período de investigación de la Lista Mundial de la Persecución 2018, informe elaborado anualmente por Puertas Abiertas (Open Doors) en el que se evalúa la situación de persecución a cristianos en el mundo y se elabora un ranking de países donde vivir la fe cristiana es más arriesgado. En total, Puertas Abiertas ha registrado 3.066 cristianos muertos por causas directamente relacionadas con su fe, así como 793 iglesias o propiedades de iglesias atacadas. Tal como se puede observar en la siguiente tabla, el número de cristianos muertos a causa de su fe aumenta después del descenso de la estadística en 2017.

Número verificado de cristianos muertos por su fe

LMP 2016>>>7.106

LMP 2017>>>1.207

LMP 2018>>>3.066

Fuente: Puertas Abiertas


Pero la persecución no solo se ve reflejada en actos de violencia y encarcelamientos, y la investigación evalúa mucha otras formas de persecución entendidas como “opresión” en diferentes niveles y ámbitos sociales. Eso explica el hecho de que Nigeria, a pesar de haber sido el país con mayor número de cristianos muertos a causa de su fe (2.000 aproximadamente), solo ocupe el 14º puesto de la clasificación de los 50 países donde existe mayor persecución. Los primeros dos puestos de esta lista los ocupan Corea del Norte y Afganistán, respectivamente, países muy diferentes en cuanto a política y estructura social, pero cuyos resultados en la investigación muestran que ambos países han alcanzado a día de hoy el máximo nivel de opresión sobre los cristianos en todos los ámbitos comprendidos en el estudio (privado, familiar, social, eclesial y nacional). Las diferencias en la puntuación del apartado de violencia es lo que ha determinado finalmente que Corea del Norte ocupe, por 17º año consecutivo, la primera posición.


Los diez países con mayor índice de persecución a cristianos son los siguientes:

PAÍS>>>>>>>>PUNTUACIÓN (MÁX.=100)

Corea del Norte>>>94

Afganistán>>>>>>93

Somalia>>>>>>>>91

Sudán>>>>>>>>>87

Pakistán>>>>>>>>86

Eritrea>>>>>>>>>86

Libia>>>>>>>>>>86

Irak>>>>>>>>>>86

Yemen>>>>>>>>85

Irán>>>>>>>>> 85

Fuente: Puertas Abiertas



Violencia anticristiana en el mundo (y también en Europa)

En relación a actos violentos, de entre todos los países, Pakistán está considerado el país en el que los cristianos sufren mayor brutalidad, siendo el único que alcanza el nivel máximo de violencia anticristiana según el estudio. En el último año, además de 15 cristianos asesinados por su fe, Pakistán ha sido el país donde más iglesias y propiedades de iglesias han sido destruidas o gravemente dañadas: 168. También se han registrado 110 casos de cristianos detenidos sin juicio previo, arrestados, condenados y encarcelados, 700 casos de raptos y secuestros a cristianos (primer país en esta categoría con 550 casos más que el segundo), 83 casos de violaciones y otras formas de violencia/acoso sexual, 700 casos de matrimonios forzados y 169 ataques a casas, tiendas, negocios u otras propiedades de individuos cristianos.

Atendiendo a los registros de actos violentos anticristianos, cabe destacar también los 635 casos de cristianos detenidos sin juicio previo, arrestados, condenados y encarcelados registrados en la India, si bien en la mayoría de casos la estancia en prisión es relativamente corta (varias semanas o inclusos meses). Asimismo, de los más de 33.000 casos en el mundo de cristianos que declararon en el último año haber sido víctimas de abuso físico o mental a causa de su fe, 24.000 se dieron en la India. Por su parte, a pesar de la disminución de la presencia de Boko Haram en el norte de Nigeria, los casos de violaciones y otras formas de violencia sexual por causa de la fe de las víctimas ha superado los 500 en este país.

Puertas Abiertas ha contado este año con la colaboración del Observatorio de la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos en Europa, con sede en Viena, para analizar también actos violentos sufridos por cristianos o por iglesias e instituciones cristianas en el continente europeo. De estos datos destacan los 101 ataques (profanación, vandalismo y quemas) a iglesias y otros edificios cristianos, de los cuales 30 se dieron en España (segundo país de esta categoría tras los 41 ataques registrados en Francia). Los dos únicos casos registrados de muertes relacionadas directamente con la fe cristiana de las víctimas se dieron en Alemania.


Países al alza y nuevos países en la lista

Las novedades en la lista de 50 países de la Lista Mundial de la Persecución 2018 son dos: Nepal y Azerbaiyán. Nepal (64 puntos / Puesto nº25) ha sufrido un brusco incremento del nacionalismo religioso en su política nacional, de lo que se han aprovechado los radicales hindúes para presionar y actuar violentamente contra los cristianos. Los cristianos de Azerbaiyán (57 puntos / Puesto nº45), por su parte, han visto el aumento de las medidas de las autoridades para acceder a información a través de redadas y arrestos, lo que ha causado también una mayor puntuación en otros factores de persecución tenidos en cuenta en el proceso de investigación y puntuación de la lista.

Preocupa especialmente la situación en Libia (86 puntos / Puesto nº7) y en India (81 puntos / Puesto nº11). Ambos países tienen 8 puntos más que en 2017. En el caso de India, esto se debe principalmente a la escalada cada vez más rápida del radicalismo hindú. Por su parte, la retirada del autoproclamado Estado Islámico en Irak y Siria ha aliviado los índices de persecución en ambos países, aunque siguen ocupando puestos muy altos de la clasificación: 8º y 15º, respectivamente.

Haciendo visible la realidad de los cristianos perseguidos

La Lista Mundial de la Persecución de Puertas Abiertas, así como la información detallada de los países, publicados anualmente, sirven como herramienta para llamar la atención del mundo acerca de una realidad a menudo silenciada, así como para informar de los resultados en el ámbito de las relaciones diplomáticas internacionales y para concienciar a cristianos e Iglesias de todo el mundo con el objetivo de mostrar apoyo a los cristianos perseguidos.


La metodología y los resultados de la Lista Mundial de la Persecución son auditados de forma independiente por el International Institute for Religious Freedom.


Se puede consultar más información relevante en: https://www.puertasabiertas.org/persecucion/

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LMP 2019: La persecución se extiende en todo el mundo
Publicado el 16 enero 2019

En la nueva Lista Mundial de la Persecución, 73 países del mundo alcanzan niveles de persecución “altos”, “muy altos” o “extremos”.

La Lista Mundial de la Persecución (LMP) ratifica un año más que la persecución a cristianos a escala global no es un acontecimiento aislado, sino que vive una tendencia al alza que no parece tener límites. La cifra de cristianos perseguidos a un nivel “alto, “muy alto” o “extremo”, según la estimación actualizada, es ya de cerca de 245 millones en todo el munbdo solo para la suma de los países que conforman los primeros 50 puestos de la lista. Esto significa que, mínimo, un cristiano de cada nueve en el mundo sufre persecución a un nivel alto, muy alto o extremo. Esta realidad se agudiza en el continente asiático, donde uno de cada tres cristianos sufre persecución en uno de estos tres niveles estipulados por Puertas Abiertas, mientras que en África se trata de uno de cada seis.

Además, aunque la lista a 50 países de los 150 considerados y analizados, para la LMP 2019, 73 países han entrado en la categoría de persecución “alta”, “muy alta” o “extrema”, de los cuales 23 no aparecen en la lista de los primeros 50. El año pasado, solo 8 países con nivel de persecución “alta” no aparecieron en la LMP 2018. De los 73 países, 33 han sido calificados con nivel “alto” de persecución (más de 41 puntos sobre 100), 29 con nivel “muy alto” (más de 61 puntos) y 11 con nivel “extremo”.

“Tenemos evidencias estadísticas que respaldan nuestra experiencia acerca de que la persecución está creciendo tanto en intensidad como en el número de países y cristianos a los que afecta”, ha dicho Wybo Nicolai, fundador de la Lista Mundial de la Persecución hace ya 26 años y ahora director de operaciones externas de Puertas Abiertas Internacional. “La Lista no rompe la tendencia de años anteriores, sino que es incluso peor que el año pasado”, añade.

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Corea del Norte es desde 2002 el nº1 de la Lista Mundial de la Persecución /©Puertas Abiertas
Corea del Norte, Afganistán y Somalia siguen ocupando, en este orden, los tres primeros puestos de la lista que ya ocupaban en la LMP 218. Los dos primeros países tienen la misma puntuación (94 sobre 100) y se diferencian por pocas décimas, mientras que Somalia sigue con 91 puntos sobre un máximo de 100.

Respecto al número de cristianos asesinados, Nigeria vuelve a ser el escenario de mayores crímenes mortales contra aquellos que profesan seguir la fe cristiana. 3.731 personas, como mínimo, han sido asesinadas por razón de su fe cristiana en suelo nigeriano, casi el doble que la cifra de 2.000 registrada el año pasado. La violencia en Nigeria también ha dejado aldeas cristianas totalmente despobladas donde los creyentes han tenido que huir por la llegada de sus atacantes, quienes se mueven por la región con total impunidad.

Nigeria recoge el 87% de las 4.305 muertes registradas por Puertas Abiertas a causa de la fe cristiana de las víctimas. Esto supone un aumento del 29% respecto al mínimo de 3.066 muertes de la LMP 2018. También se ha observado un alarmante aumento en el número de iglesias atacadas, de 783 en 2017 a 1.847 en 2018. Este apartado de violencia también lo lidera Nigeria, con 569 iglesias atacadas, seguido de China (171) y Myanmar (100). De nuevo es importante recalcar que estos números deben considerarse como mínimos. Por su parte, el número de cristianos detenidos, procesados y encarcelados por causas directamente relacionadas con su fe es otro de los datos alarmantes en la LMP 2019: 3.150 por los 1.905 casos registrados en la LMP 2018. En este caso, es China la que lidera la tabla con la vergonzosa cifra de 1.131, como mínimo.

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Nigeria es el país más mortífero para los cristianos /©Puertas Abiertas
Dejando de lado el nivel de violencia visible anticristiana, cabe destacar que la opresión sufrida en los cinco ámbitos considerados para el estudio (privado, familiar, social, nacional y eclesial) ha aumentado de una puntuación media de 52,9 en 2014 a 61,4 en 2019 para los primeros 50 países de la clasificación.




  • La realidad detrás de los números
De la lista roja de once países con nivel de persecución “extrema”, solo Irak se queda fuera respecto a los resultados del pasado año gracias a la derrota definitiva del autoproclamado Estado Islámico y el receso del conflicto armado. Por su parte, India sube una posición más y ya se sitúa 10ª en una escalada de posiciones en la LMP que no se ha detenido desde 2011.

Gobiernos nacionalistas como la India o Myanmar continúan negando la libertad religiosa a una minoría cristiana que ya no es tan pequeña, enviando un mensaje claro de que para ser indio se debe ser hindú y para ser birmano se debe ser budista.

Por su parte, nuevas legislaciones en China y Vietnam muestran que ambos países están aumentando el control sobre toda forma de expresión religiosa. En China, la situación de libertad religiosa es la peor de la última década y empieza a recordar a la época de la Revolución Cultural.

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Vietnam (nº20 en la LMP 2019) tiene 8,5 millones de cristianos /©Puertas Abiertas
Con India y China en niveles extremos y muy altos de persecución, respectivamente, dos de las naciones con mayor número de cristianos del mundo están viviendo una persecución a gran escala.

La persecución extrema también se da a manos de los extremistas islámicos en países como Egipto, en cuya península del Sinaí opera todavía una red del autoproclamado Estado Islámico, así como en Libia, Somalia y regiones del Sahel africano y del África subsahariana. En el Sureste Asiático, el triple atentado a iglesias de la ciudad de Surabaya en Indonesia ha sido uno de los actos terroristas contra cristianos más destacados en 2018.



Conoce más:

 
Aldeas libres de cristianos, objetivo en el este de India
Publicado el 23 enero 2019

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Imagen representativa de un cristiano en la india
Los extremistas hindúes han estado promoviendo las llamadas aldeas libres de cristianos

En el este de India, nuestros hermanos necesitan nuestras oraciones de manera especial. Recientemente, trece familias se han visto obligadas a abandonar sus aldeas. Según nos informó uno de nuestros socios locales en India, “los extremistas hindúes han estado promoviendo las llamadas aldeas libres de cristianos, y están contaminando las mentes de los aldeanos e inculcando el odio contra ellos, lo que resulta en la expulsión de estos”.

A principios de diciembre, una mujer fue quemada viva, presuntamente debido a su fe. A partir de ese momento, todas las familias cristianas de las aldeas tuvieron que huir del lugar. "Los aldeanos trataban de hacer ver que ella se había suicidado, pero sabemos que fue un asesinato. Ellos habían estado amenazando a los cristianos en la aldea con graves consecuencias si no renunciaban a su fe desde hace mucho tiempo", nos indican.

Tras el asesinato, los aldeanos comenzaron a protestar porque querían obligar a los cristianos de la aldea a realizar todos los rituales hindúes necesarios para llevar la paz al espíritu de la mujer muerta o, de lo contrario, sería un mal presagio para el lugar. Trataron de forzar a estas familias a pagar una alta cantidad de dinero; además, les amenazaron con abandonar el cristianismo o estarían en serios problemas.

Con miedo, los cristianos terminaron huyendo de la aldea. Actualmente, viven en los campos de las afueras del pueblo, a unos 2 km del mismo. “Hace mucho frío y no tienen ropa ni comida adecuada”, menciona su pastor a nuestro socio local. Aún en estas circunstancias, las familias fueron a la aldea cercana para asistir a una reunión de oración. Desafortunadamente, la gente de su aldea llegó allí también amenazándolos de no volver a la aldea salvo que abandonasen el cristianismo.

Por otro lado, en otra aldea cercana, ocho familias cristianas se vieron obligadas a abandonar su aldea después de que los aldeanos golpearan severamente a dos jóvenes cristianos. "Temían ser golpeados o incluso asesinados", informa un socio local. También están residiendo en los campos de las afueras.

En total, el número de incidentes en 2019 se ha elevado hasta 769, con 14 asesinatos registrados.

Aldeas libres de cristianos, objetivo en el este de India https://www.puertasabiertas.org/act...es-de-cristianos-objetivo-en-el-este-de-india
 
La violencia de Boko Haram continúa causando un gran temor en Camerún
Publicado el 30 enero 2019

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*Imagen representativa.
El pasado 24 de enero, los yihadistas de Boko Haram atacaron las aldeas de Gochi y Toufou, en Camerún

El pasado 24 de enero, los yihadistas de Boko Haram atacaron las aldeas de Gochi y Toufou, en Camerún. Los atacantes incendiaron dos iglesias y saquearon una clínica perteneciente a la Unión de Iglesias Evangélicas de Camerón; también incendiaron cuatro motos utilizadas en la clínica.

“Había muchos de ellos y se dividieron en tres grupos cuando irrumpieron en la aldea”, explicó un líder de la iglesia en la zona. “Lo que pasó es terrible. El autobús que servía de ambulancia para el centro de salud fue incendiado. Casi todas las habitaciones fueron destruidas y/o quemadas, a excepción de la farmacia y la oficina del jefe del centro de salud”.

Los radicales también lograron destruir casi 200 hogares de estas aldeas, de mayoría cristiana y animista. Al menos una mujer no identificada resultó herida durante el ataque en Gochi. Los oficiales militares rápidamente se la llevaron rápidamente para recibir atención médica. “Agradecemos a Dios que no hubo pérdida de vidas humanas. Los agresores fueron tantos durante este ataque, y es probablemente por eso que los militares no intervinieron para detenerlos. Operaron sin trabas hasta que se fueron ", informó una fuente local.

Otras fuentes indican que estos radicales también intentaron atacarlos nuevamente el viernes, pero esta vez el ejército les ahuyentó. No obstante, pudieron atacar la aldea de Zelevet, incendiando cinco casas antes de que los militares pudieran ahuyentarlos.

“Por favor, ora por nosotros, porque aún no ha terminado. Ellos (Boko Haram) siguen intentando volver. El problema es que quieren que abandonemos el lugar para que podamos asumirlo ", suplica otro líder de la iglesia en Tourou." La gente está tan asustada que muchos ni siquiera duermen en sus hogares. Por favor, oren para que el Señor ayude nosotros."

La violencia de Boko Haram continúa causando un gran temor en Camerún https://www.puertasabiertas.org/act...am-continua-causando-un-gran-temor-en-camerun
 
Ahok, ex gobernador de Yakarta, liberado antes de tiempo de la cárcel
Publicado el 24 enero 2019
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Ahok, ex gobernador de Yakarta, liberado antes de tiempo.
Ahok, cristiano y ex gobernador de Yakarta en Indonesia, ha sido puesto en libertad hoy, 24 de enero.

Ahok, cristiano y ex gobernador de Yakarta en Indonesia, ha sido puesto en libertad hoy, 24 de enero. Su hijo mayor publicó una foto suya con su padre en Instagram con el mensaje: "¡Ha vuelto! ¡Mi padre está libre! Gracias a todos por el apoyo".

En una carta a sus partidarios esta semana, Ahok dijo: "Gracias por vuestras oraciones y apoyo... Me siento tan amado y vuestro amor por mí es mejor que el oro, la plata y otras riquezas".

Ahok pidió a la gente que no saliera a las calles para darle la bienvenida en aras del orden público, o que acampara frente a la prisión y dijo: "Estoy muy agradecido a Dios, el Creador del cielo y de la tierra, por permitirme pasar tiempo en prisión. Estoy agradecido de no haber sido elegido en las elecciones a Gobernador de Yakarta de 2017. Si hubiera sido elegido, me habría convertido en un hombre que controlaba la ciudad. Aquí, por el contrario, aprendo a controlarme".

También instó a sus partidarios a no abandonar la política: "Las elecciones presidenciales y legislativas se celebrarán el 17 de abril de 2019. Insto encarecidamente a todos mis seguidores a que no se abstengan de votar. Tenemos que defender los cuatro pilares de la democracia, Pancasila (la ideología de Indonesia), la Constitución, Bhinneka Tunggal Ika (el lema de Indonesia) y NKRI (la forma estatal de Indonesia) votando por los partidos políticos que defienden estos pilares en Indonesia".

Acusaciones de blasfemia
Ahok - cuyo nombre completo es Basuki Tjahaya Purnama - fue condenado a dos años de prisión tras haber sido acusado de blasfemia en mayo de 2017, en un ataque por motivos políticos durante su campaña de reelección.

Fue el primer gobernador cristiano y de minorías étnicas de la capital desde la década de los sesenta. Se le acusó de "profanar" el Corán cuando dijo en un discurso que los grupos islámicos estaban utilizando mal un versículo del Corán para desalentar su apoyo. Algunos interpretan que el versículo prohíbe a los musulmanes vivir bajo el liderazgo de un no musulmán.

Alrededor de 100.000 musulmanes radicales salieron a las calles y exigieron que fuera procesado. Un manifestante murió, policías resultaron heridos y dos motocicletas fueron quemadas.

"Un líder de un grupo radical fue sorprendido diciendo lo mismo que Ahok sobre el Corán. Como era de esperar, no fue considerado una blasfemia", dijo un investigador de campo de Puertas Abiertas.

A pesar de tener una fuerte base de apoyo, Ahok perdió las elecciones. Los fiscales de Ahok entonces rebajaron las acusaciones de blasfemia a `expresar sentimientos hostiles u odio hacia un grupo en particular' [sus oponentes políticos]. A pesar de ello, se le impuso una dura condena de dos años. La sentencia fue ampliamente condenada en todo el mundo, ya que políticos, académicos y grupos de defensa de los derechos de los ciudadanos expresaron su preocupación por las pocas garantías que tiene el pluralismo religioso en Indonesia.

Ahok no fue elegido gobernador de Yakarta, pero ascendió al cargo cuando el ex gobernador, Joko Widodo, fue elegido presidente en 2014. Durante sus dos períodos de gobierno, Yakarta fue reformada y convertida en una ciudad mucho mejor. Las inundaciones y el tráfico pesado, por los que era famosa, se han reducido de manera efectiva, y el transporte de la ciudad ha mejorado. En esta campaña para gobernador, Ahok se comprometió a seguir mejorando Yakarta con "acceso gratuito a la salud, la educación, una mejor vivienda y transporte". La batalla de Ahok contra el corrupto núcleo burocrático de Yakarta ha atraído a muchos partidarios que anhelan funcionarios honrados. Ahok fue galardonado con el premio al Mejor Gobernador de Asia en 2015 por la revista Globe Asia Magazine.

Persecución en Indonesia y Asia
En 2017, cuando Ahok fue encarcelado, Indonesia ocupaba el puesto 46 en la Lista Mundial de la Persecución de Puertas Abiertas. Ahora está en el número 30. Aunque la Constitución de Indonesia promueve la libertad religiosa, los grupos extremistas islámicos son cada vez más influyentes a la hora de presionar a favor de una nación islámica. Algunas regiones de Indonesia ya operan bajo la ley islámica (Sharia), lo que supone una amenaza para los cristianos y otras minorías religiosas.

Los creyentes de origen musulmán a menudo se enfrentan a la persecución de sus familias y comunidades y se les presiona para que renuncien a su fe. Las iglesias son difíciles de construir; incluso si las congregaciones logran cumplir con todos los requisitos legales, las autoridades locales pueden negarles el permiso. Los hijos de los cristianos a menudo se enfrentan a abusos verbales; se les llama infieles y a veces se les obliga a sentarse en la parte de atrás de la clase. Mientras que los creyentes en Indonesia no suelen enfrentarse a la persecución violenta, en 2018, 18 cristianos murieron y muchos más resultaron heridos en un atentado suicida coordinado contra tres iglesias de la ciudad de Surabaya.

Asia es el nuevo foco de persecución para los cristianos según la Lista Mundial de la Persecución 2019. Las cifras muestran que la persecución en Asia ha aumentado drásticamente en los últimos cinco años y que uno de cada tres cristianos asiáticos sufre ahora altos niveles de persecución. En el sudeste asiático ha habido un preocupante aumento del extremismo islámico: los terroristas suicidas de Indonesia atacaron tres iglesias en un día. Pequeños grupos afiliados al Estado Islámico en lugares como Mindanao en las Filipinas y Aceh en Indonesia están ganando terreno y ampliando su territorio.


Ayuda a tu familia perseguida en Indonesia
Puertas Abiertas apoya a los creyentes perseguidos en Indonesia proporcionando capacitación, Biblias y literatura cristiana, proyectos de desarrollo socioeconómico, ayuda humanitaria y apoyo en la defensa de sus intereses.

Ahok, ex gobernador de Yakarta, liberado antes de tiempo de la cárcel https://www.puertasabiertas.org/act...yakarta-liberado-antes-de-tiempo-de-la-carcel
 
1 COREA DEL NORTE

Dirigente
Líder Supremo Kim Jong-Un
Población
25,6 millones
Número de cristianos
300 000
Religión principal
Ateísmo, creencias tradicionales
Gobierno
Dictadura comunista

NIVEL DE PERSECUCIÓN

VIOLENCIA
10,9

VIDA ECLESIAL
16,7

VIDA CIVIL
16,7

VIDA SOCIAL
16,7

VIDA FAMILIAR
16,7

VIDA PRIVADA
16,7


Los cristianos deben mantener su fe en secreto. Si se descubre su fe, son enviados a campos de trabajos forzosos donde podrían morir por malnutrición o tortura.

¿QUÉ TIPO DE PERSECUCIÓN SUFREN LOS CRISTIANOS?
Opresión comunista y poscomunista: Corea del Norte se rige por las costumbres administrativas de las sociedades comunistas (anticristianas).

Paranoia dictatorial: Desde 1948, Corea del Norte ha estado gobernada por una sola familia, ahora en la tercera generación. La adoración casi divina a los gobernantes no deja lugar para ninguna otra religión.

¿QUÉ Y QUIÉNES CAUSAN LA PERSECUCIÓN?

El principal causante de la persecución en Corea del Norte es el Estado. Durante tres generaciones, todo en el país se ha centrado en reverenciar a la familia Kim. La paranoia del líder ha aumentado con el creciente aislamiento del país debido a la reciente serie de pruebas nucleares y balísticas y las sanciones resultantes. Esta paranoia persiste a pesar de que las pruebas han sido suficientemente exitosas. Los cristianos son vistos como elementos hostiles en la sociedad que deben ser erradicados. Debido al constante adoctrinamiento que impregna todo el país, los vecinos e incluso los miembros de la familia están vigilantes y deben informar de cualquier cosa sospechosa a las autoridades.

Especialmente los niños son adoctrinados de tal forma que a veces delatan a sus propios padres, convencidos de que están haciendo algo bueno y correcto. Por ello y por la propia inocencia de los niños, muchos padres prefieren no contarles nada acerca de su fe cristiana a los hijos, especialmente cuando aún son muy jóvenes.



¿CÓMO AFECTA A LOS CRISTIANOS?

Si se descubre a los cristianos, no solo son deportados a los campos de prisioneros como criminales políticos o incluso asesinados in situ, sino que sus familias también compartirán su destino. Los cristianos no tienen el más mínimo espacio en la sociedad y los ciudadanos son conscientes de ello. Encontrar a otros cristianos para adorar y orar en comunidad es casi imposible y si algunos se atreven a hacerlo, se reúnen en el más absoluto secreto. Las iglesias que se muestran a los visitantes turísticos en Pyongyang tienen fines meramente propagandísticos.
 
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