Juan Urdangarin

El descabellado plan para hacer a Juan Valentín Urdangarin rey de Argentina


Mario Carosini encabeza un movimiento que pretende instaurar una monarquía en Argentina. El hijo mayor de la Infanta Cristina, Juan Valentín, era su candidato preferido para ser rey.

Mario Carosini, líder del Movimiento Monárquico Argentino.

Mario Carosini, líder del Movimiento Monárquico Argentino.

Las posibilidades de sacarlo adelante adelante son cercanas a cero, pero nadie puede negarle su atractivo al plan: la Infanta Cristina, reina madre de Argentina, y su primogénito, Juan Valentín de Todos los Santos, rey del octavo país más grande del planeta, el mismo que hace 205 años declaró su independencia y se encaminó hacia una república que lo distanciara de las convulsiones de la monarquía en España.

Juan Valentín, rey de Argentina y con palacio en Buenos Aires. "Pretendíamos que parte de su educación la tuviera en Argentina y que viniera asiduamente para que conociera la política institucional del país. Hubiese sido de enorme ayuda porque nos hubiese abierto caminos que nos estaban cerrados en ese momento", dice a EL MUNDO Mario Santiago Carosini, cabeza del movimiento que quiere instaurar una monarquía en Argentina.

"Técnicamente nuestro movimiento está huérfano de casa real porque no hay ninguna que se reivindique como tal en Argentina, por lo tanto, no hablamos de restauración de la monarquía, sino de instaurar la monarquía constitucional con un proyecto propio e innovador, adecuado a la era digital", añade Carosini, que heredó la pasión monárquica de su padre, Luis José, ya fallecido y que puso en marcha el proyecto en 1987.

"Queremos lograr que una Asamblea Constituyente apruebe una Constitución en la que se designe la casa real que mejor convenga a los intereses de nuestra patria", detalla Carosini, que a sus 58 años vive de su profesión de contador y está muy lejos de hacerlo a cuerpo de rey. No está casado, no tiene hijos y tiene puestas sus energías en promover la propuesta que, cree, sería la solución para un país que vive casi permanentemente en crisis.

La monarquía argentina no sería como la española. "El sistema que proponemos es innovador porque incorpora dentro de las instituciones monárquicas elementos que provienen de la ciencia del análisis de sistemas, la técnica de la auditoría y el control, la cibernética y, en general, de todos los estudios científicos que se refieren a la mejora de eficiencia de los esquemas organizativos. La monarquía y la república lo son, y como tales deben ser comparados en función de su eficiencia".

"Una mirada mundial nos dice que la república es un sistema absolutamente ineficiente, ya que el 90% de las repúblicas del mundo son dictaduras pobres con presidentes ricos, muchos de los cuales llegan al genocidio de su pueblo para mantenerse en el poder. Todo lo contrario sucede con la monarquía parlamentaria, países prósperos que se encuentran siempre en los primeros lugares de todo ranking internacional".

CORRUPCIÓN REPUBLICANA​

"Buscamos eliminar la corrupción institucional que caracteriza al esquema organizativo republicano", insiste. Carosini quiere cambiar la Constitución argentina, nacida en 1953 y reformada en 1994, donde la jefatura del Estado y del Gobierno confluyen en una misma persona. Su modelo es la Constitución española de 1978, que determina que el rey "arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones".

Cuando EL MUNDO le explica que ese artículo 56 es bastante abstracto porque el Rey tiene limitadísimas sus funciones en España, Carosini muestra cierta decepción. "Tienes razón en cuanto a que no tiene herramientas efectivas sobre el funcionamiento habitual del Gobierno, por eso yo planteo darle herramientas para proteger a los ciudadanos de los abusos gubernamentales. Hay mucho gobierno y poco Estado, hay una excesiva republicanización de la monarquía. Por ello creo que el rey debe estar dotado para poder ejercer efectivamente el arbitraje y la moderación en las instituciones y eso incluye el Sistema de Protección del Contribuyente. Está incorporado como capítulo tres, titulado Atribuciones del Rey en mi proyecto de Constitución del Reino de Argentina. Que también debería ser adoptado por España".

"Pero hay un sentido en el cual el Rey ejerce plenamente su poder moderador. Es en el caso de las Fuerzas Armadas que dependen de él. Precisamente este diseño organizativo evita que el Gobierno lo utilice para generar un autogolpe y por lo tanto, tener la fuerza para imponer una dictadura. Como por ejemplo Nicaragua, Venezuela y otras repúblicas latinoamericanas".

La Infanta Cristina y su hijo Juan Valentín.

La Infanta Cristina y su hijo Juan Valentín.

Carosini revela algo poco conocido: el presunto enfado del Rey Juan Carlos con los promotores del Reino de Argentina. En 1993 Brasil, vecino de Argentina, definió en un plebiscito si mantenía su formato institucional de república o recuperaba la monarquía que convirtió al país en imperio entre 1822 y 1889. Los promonarquía obtuvieron más de seis millones de votos, pero eso implicaba apenas el 10%. Así y todo, el tema despertó las pasiones de los escasos monárquicos argentinos, y la propuesta de que el futuro primogénito de la Infanta Cristina -no había nacido aún- fuera rey de Argentina tomó forma.

"Hubo repercusión en diferentes diarios del extranjero, pero con muchas tergiversaciones, entre las cuales se cuenta la de que nos habíamos reunido con emisarios del Rey de España para tratar el asunto, cosa evidentemente falsa. Hicimos un comunicado desmintiendo tal afirmación. Mucho tiempo después, a través de un blog monárquico español nos enteramos de que un escritor catalán, biógrafo de los Borbones, en un capítulo de su libro Las coronas huecas comentó nuestro plan que involucraba a la Infanta Cristina y que el Rey Juan Carlos se enojó con nosotros por la falsa noticia de la reunión".


A le lety le daría un jamacuco :LOL::LOL:
 

El descabellado plan para hacer a Juan Valentín Urdangarin rey de Argentina


Mario Carosini encabeza un movimiento que pretende instaurar una monarquía en Argentina. El hijo mayor de la Infanta Cristina, Juan Valentín, era su candidato preferido para ser rey.

Mario Carosini, líder del Movimiento Monárquico Argentino.

Mario Carosini, líder del Movimiento Monárquico Argentino.

Las posibilidades de sacarlo adelante adelante son cercanas a cero, pero nadie puede negarle su atractivo al plan: la Infanta Cristina, reina madre de Argentina, y su primogénito, Juan Valentín de Todos los Santos, rey del octavo país más grande del planeta, el mismo que hace 205 años declaró su independencia y se encaminó hacia una república que lo distanciara de las convulsiones de la monarquía en España.

Juan Valentín, rey de Argentina y con palacio en Buenos Aires. "Pretendíamos que parte de su educación la tuviera en Argentina y que viniera asiduamente para que conociera la política institucional del país. Hubiese sido de enorme ayuda porque nos hubiese abierto caminos que nos estaban cerrados en ese momento", dice a EL MUNDO Mario Santiago Carosini, cabeza del movimiento que quiere instaurar una monarquía en Argentina.

"Técnicamente nuestro movimiento está huérfano de casa real porque no hay ninguna que se reivindique como tal en Argentina, por lo tanto, no hablamos de restauración de la monarquía, sino de instaurar la monarquía constitucional con un proyecto propio e innovador, adecuado a la era digital", añade Carosini, que heredó la pasión monárquica de su padre, Luis José, ya fallecido y que puso en marcha el proyecto en 1987.

"Queremos lograr que una Asamblea Constituyente apruebe una Constitución en la que se designe la casa real que mejor convenga a los intereses de nuestra patria", detalla Carosini, que a sus 58 años vive de su profesión de contador y está muy lejos de hacerlo a cuerpo de rey. No está casado, no tiene hijos y tiene puestas sus energías en promover la propuesta que, cree, sería la solución para un país que vive casi permanentemente en crisis.

La monarquía argentina no sería como la española. "El sistema que proponemos es innovador porque incorpora dentro de las instituciones monárquicas elementos que provienen de la ciencia del análisis de sistemas, la técnica de la auditoría y el control, la cibernética y, en general, de todos los estudios científicos que se refieren a la mejora de eficiencia de los esquemas organizativos. La monarquía y la república lo son, y como tales deben ser comparados en función de su eficiencia".

"Una mirada mundial nos dice que la república es un sistema absolutamente ineficiente, ya que el 90% de las repúblicas del mundo son dictaduras pobres con presidentes ricos, muchos de los cuales llegan al genocidio de su pueblo para mantenerse en el poder. Todo lo contrario sucede con la monarquía parlamentaria, países prósperos que se encuentran siempre en los primeros lugares de todo ranking internacional".

CORRUPCIÓN REPUBLICANA​

"Buscamos eliminar la corrupción institucional que caracteriza al esquema organizativo republicano", insiste. Carosini quiere cambiar la Constitución argentina, nacida en 1953 y reformada en 1994, donde la jefatura del Estado y del Gobierno confluyen en una misma persona. Su modelo es la Constitución española de 1978, que determina que el rey "arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones".

Cuando EL MUNDO le explica que ese artículo 56 es bastante abstracto porque el Rey tiene limitadísimas sus funciones en España, Carosini muestra cierta decepción. "Tienes razón en cuanto a que no tiene herramientas efectivas sobre el funcionamiento habitual del Gobierno, por eso yo planteo darle herramientas para proteger a los ciudadanos de los abusos gubernamentales. Hay mucho gobierno y poco Estado, hay una excesiva republicanización de la monarquía. Por ello creo que el rey debe estar dotado para poder ejercer efectivamente el arbitraje y la moderación en las instituciones y eso incluye el Sistema de Protección del Contribuyente. Está incorporado como capítulo tres, titulado Atribuciones del Rey en mi proyecto de Constitución del Reino de Argentina. Que también debería ser adoptado por España".

"Pero hay un sentido en el cual el Rey ejerce plenamente su poder moderador. Es en el caso de las Fuerzas Armadas que dependen de él. Precisamente este diseño organizativo evita que el Gobierno lo utilice para generar un autogolpe y por lo tanto, tener la fuerza para imponer una dictadura. Como por ejemplo Nicaragua, Venezuela y otras repúblicas latinoamericanas".

La Infanta Cristina y su hijo Juan Valentín.

La Infanta Cristina y su hijo Juan Valentín.

Carosini revela algo poco conocido: el presunto enfado del Rey Juan Carlos con los promotores del Reino de Argentina. En 1993 Brasil, vecino de Argentina, definió en un plebiscito si mantenía su formato institucional de república o recuperaba la monarquía que convirtió al país en imperio entre 1822 y 1889. Los promonarquía obtuvieron más de seis millones de votos, pero eso implicaba apenas el 10%. Así y todo, el tema despertó las pasiones de los escasos monárquicos argentinos, y la propuesta de que el futuro primogénito de la Infanta Cristina -no había nacido aún- fuera rey de Argentina tomó forma.

"Hubo repercusión en diferentes diarios del extranjero, pero con muchas tergiversaciones, entre las cuales se cuenta la de que nos habíamos reunido con emisarios del Rey de España para tratar el asunto, cosa evidentemente falsa. Hicimos un comunicado desmintiendo tal afirmación. Mucho tiempo después, a través de un blog monárquico español nos enteramos de que un escritor catalán, biógrafo de los Borbones, en un capítulo de su libro Las coronas huecas comentó nuestro plan que involucraba a la Infanta Cristina y que el Rey Juan Carlos se enojó con nosotros por la falsa noticia de la reunión".


A le lety le daría un jamacuco :LOL::LOL:
Eso yo ya lo vi en un libro en 1993 pero con la infanta que se convirtiera en reina
 
Que se los lleve a todos! Se los regalamos! Les ayudamos incluso a hacer las maletas y los montamos
personalmente en el avión!
 
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