2014 y el Oriente Medio - el Avispero de un mundo en cambio

las alianzas estratégicas / preparación para una guerra más avanzada se siguen desarrollando:

Al Shabab se hace con el control de una ciudad en Puntland, en Somalia, en el Golfo de Aden, justo en frente de Yemen.

http://www.foxnews.com/world/2016/1...ants-seize-port-town-in-northern-somalia.html

Al Shabab es la versión somalí de ISIS: cortacabezas wahabistas, creados, como siempre, con el dinero y los imams de Arabia Saudí.
 
...y mientras todos estamos mirando pa´el otro lado y que decir que para los mass-media ni siquiera existe, la tragedia en Yemen es cada día más terrible...

03/22/2018
YEMEN: THREE YEARS ON, US AND UK ARMS SUPPLIES TO SAUDI ARABIA-LED COALITION ARE DEVASTATING CIVILIAN LIVES

https://www.amnestyusa.org/press-re...g-civilian-lives/?link_id=10&can_id=fe3cb9362

Ship carrying wheat to Yemen hit by missile: EU navy force
Reuters | May 23, 2018

https://m.investing.com/news/world-...it-by-missile-eu-navy-force-1459934?ampMode=1
 
As the War Escalates, Yemen Risks Disintegration, With No End in Sight

‘‘My family is completely destroyed, we have no more hope in life.’’

By Sharif Abdel KouddousTwitter

APRIL 10, 2015

  • Yemenis stand amid the rubble of houses destroyed by Saudi-led airstrikes in a village near Sanaa, Yemen, April 4, 2015. (AP Photo / Hani Mohammed)

    https://www.thenation.com/article/war-escalates-yemen-risks-disintegration-no-end-sight/

    Yemen: Human suffering at risk of further deterioration, warns UN aid chief
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    UNICEF/Clarke for UNOCHA
    A student stands in the ruins of one of his former classrooms, which was destroyed in June 2015, at the Aal Okab school in Saada, Yemen. Students now attend lessons in UNICEF tents nearby.

    Humanitarian Aid
    An escalation in fighting, increasing obstacles to aid delivery and lack of food and fuel, is compounding Yemen’s dire humanitarian crisis, the United Nations top relief official warned on Thursday, calling on all parties to the conflict to end the violence.

    Across Yemen, more than 22 million people are dependent on humanitarian assistance or protection, of whom around 8.4 million are severely food insecure and at risk of starvation.

    If conditions do not improve, a further 10 million people will fall into this category by the end of the year,” cautioned Mark Lowcock, the UN Emergency Relief Coordinator, in a statement.

    The threat of a resurgence in deadly cholera, together with watery diarrhoea also looms, which infected over 600,000 people during the last outbreak, he added.

    https://news.un.org/en/story/2018/05/1010651
 
...ya sabéis: no nos lo han contado los telediarios, luego, no se ha producido :sneaky:...así es como funciona el asignar los papeles de buenos y malos en esta nuestra post-modernidad donde lo que reina es la post-verdad :eggface::eggface:...malo Assad (porque así dice la CNN&Co), buenos los Arabia Saudi & los EEUU (por la misma razón :sneaky:)



...por cierto, el amigote de Bibi Netanyahu, Trump acaba de retirar los EEUU del Consejo de DDHH de la ONU, porque, dice que éste, "está haciendo bullying contra Israel" :eek: ..:wtf: ...:facepalm:...la post-verdad en su esplendor :blackeye::blackeye:

https://www.larazon.es/internaciona...sejo-de-derechos-humanos-de-la-onu-NL18751491
 
ENTENDER EL MUNDO ISLÁMICO I: INTRODUCCIÓN
el junio 10, 2018

Todo ciudadano occidental mínimamente preocupado por temas de actualidad se habrá dado cuenta del enorme número de titulares en la prensa dedicados a sucesos y acontecimientos que tienen lugar en lo que podemos llamar el Mundo islámico. El estupor producido por muchos hitos que han tenido lugar en ese contexto geográfico es una constante desde aproximadamente los años 60, cuando los ciudadanos del Primer mundo empezaron a tener constancia de las acciones perpetradas por grupos militantes de un movimiento, recién nacido por aquel entonces, como era el Islamismo. Cuando los ataques comenzaron a golpear a países occidentales, la sorpresa dejó paso al terror, tal como ocurriría en el 11-S o como viene siendo ya tristemente habitual en numerosas calles de ciudades europeas. Lo que está ocurriendo en estos ambientes islámicos, tan lejanos en lo cultural pero cercanos en lo geográfico, sin duda despierta el interés de un gran público.


Entre los que se autodenominan como patriotas, el interés no es menor. De hecho, acontecimientos y situaciones acaecidas en el Mundo islámico son claves a día de hoy para entender gran parte del ideario y las propuestas de numerosos grupos identitarios en Europa. El problema llega cuando ese interés no va ligado a un conocimiento en profundidad de la cuestión, provocando que los mitos y las simplificaciones, imperen sobre lo racional y el análisis.
Podría pensarse que, al tratarse de cuestiones relacionadas con ambientes extra-europeos, las concepciones en torno al mundo islámico son secundarias dentro del conjunto de ideologías que podemos denominar como ‘’patriotas’’ en España. Paradójicamente ésto no es así: Muchas de las opiniones sobre el mundo islámico son auténticos mitos movilizadores de no pocas organizaciones.
Tenemos por tanto dos situaciones combinadas: Por un lado, el tremendo interés (Entre patriotas y no patriotas) sobre qué está ocurriendo y por qué en el contexto islámico; y por otro, el desconocimiento de unas causas profundas que nos lo expliquen. La combinación de estos dos factores acaba generando un conjunto de simplificaciones e idealizaciones absurdas que han alcanzado en algunos grupúsculos la categoría ''credo político''.
Para poner cierto orden y aclarar una serie de conceptos mínimos en torno a cómo ha llegado el Mundo islámico a la situación en la que se encuentra, desarrollaré una serie de artículos analizando en profundidad la cuestión, con el firme propósito de disolver de una vez por todas los numerosos mitos que rodean el tema.
Comencemos hoy por una mera introducción, en la que sentar las bases para explicaciones ulteriores.

Contexto geográfico y situación económica general
Primeramente, conviene aclarar cuáles van a ser los límites geográficos de nuestro estudio: Cuando hablo de Mundo islámico me estoy refiriendo al enorme espacio que comprende la mayor parte de las regiones desde Marruecos hasta Indonesia. El epicentro de esta gigantesca área se encuentra en las zonas árabes, en tanto que desde allí surgió el Islam, que es la fe religiosa que mantiene unidos y articula tan diversos territorios. Dentro de las zonas árabes habría que destacar la propia Península arábiga, que posee un carácter sagrado para los musulmanes al ser donde predicó por primera vez Mahoma; y Egipto, que conecta el área africana (Magreb) con la asiática (Mashrek) y es además el principal centro cultural de todo el mundo islámico.
Desde esta franja, el Islam se extiende también hacia el sur, penetrando en un gran número de países de la llamada África negra.
Ocupando también una zona central dentro del mundo islámico, y haciendo frontera al este con el área árabe, tenemos a Irán, donde no se habla lengua árabe ni se profesa el Islam suní (La corriente mayoritaria), lo que provoca, tal como veremos posteriormente, no pocos enfrentamientos con las regiones que le rodean.


Teniendo ya claro de que regiones del mundo vamos a estar hablando, profundicemos ahora en sus características principales: De acuerdo con los actuales criterios de clasificación económica, son áreas en vías de desarrollo que se encuentran en un auténtico Boom demográfico: La población aumenta a un ritmo vertiginoso y hay una alta proporción de población joven. Esta situación explica en gran medida la enorme conflictividad interna existente, ya que la población joven es la que demanda servicios y empleo, prestaciones que ni las economías ni los Estados de estos territorios son capaces de proveer. Así, también esta situación explica la inmigración masiva que llega a Occidente desde estas zonas.
Otro importante factor es el analfabetismo imperante, que afecta en muchos lugares al 50% de la población, lo que limita en gran medida los márgenes de desarrollo económico a medio plazo.
La conflictividad no solo es social (Interna) sino que también hay enormes tensiones entre los diferentes países: Gran parte de los presupuestos de los precarios estados se invierten en el fortalecimiento de los ejércitos.

Los dos grandes conflictos a partir de los cuales se puede entender el resto, son el enfrentamiento entre Suníes y Chíes, que se traduce en una auténtica ‘’Guerra fría en miniatura’’ entre Arabia Saudía e Irán, y la guerra, directa o indirecta, de todo el Islam internacional contra Israel.
Es evidente que, en un espacio geográfico tan extenso, las particularidades dentro de cada zona son numerosas, pero estos son los rasgos principales que articulan y conectan el Mundo islámico.

Las diferentes corrientes del Islam
Si bien el Islam es el elemento que articula este espacio, éste no es ni mucho homogéneo, sino que internamente se subdivide en diversas corrientes.

Ésto es clave para entender la enorme conflictividad que se vive en esta zona del mundo, tal como ocurre con el ya citado enfrentamiento entre Arabia Saudí e Irán, que no es más que la plasmación en nuestros días de una rivalidad basada en cuestiones étnico-religiosas que dura ya siglos.
Además, el Islamismo, movimiento religioso-político al que dedicaremos no pocas líneas, tiene como base de su doctrina política a la religión islámica, con lo cual, para poder entender las diferentes versiones del Islamismo debemos comprender también las diferentes versiones del Islam.
Pasemos, por tanto, a analizarlas:

Islam Sunnita
En el mundo existen aproximadamente 1.000.000.000 de musulmanes si bien esta cifra crece ante sus desorbitadas tasas de natalidad. De todos ellos, el 90% profesa la versión suní. Esta corriente tiene 5 pilares básicos que todo fiel debe seguir:
1. La Shahada (Testimonio): Los musulmanes deben dar testimonio de que el ‘’Único Dios es Ala y Mahoma es su profeta’’. Igualmente, el Corán es la única verdad, revelada por Dios a este profeta.
2. Al-Salat (Oración): Se deben realizar 5 rezos diarios de entre 5 y 10 minutos cada uno de ellos, mirando siempre hacia La Meca.
3. Al-Zakat (Limosna obligatoria): Se debe pagar a una serie de instituciones que se encargan de repartirlo entre los más desfavorecidos.
4. Ramadán (El ayuno): Siguiendo el calendario lunar musulmán, hay un mes al año que deben ayunar de comida y bebida durante todo el día. Curiosamente, el Ramadán es más practicado que la Oración.
5. Al-Hajj (Peregrinación): Al menos una vez en la vida, todo musulmán debe peregrinar a La Meca.
Estos cinco principios son los que van a determinar el día a día de la población musulmana, y son imprescindibles para entender sus formas de vida.
Otro rasgo importante que debemos destacar es que el Islam tiene la pretensión de controlar tanto la vida pública como la privada: No existe una separación entre lo religioso y lo político. Los califas de antaño eran la máxima autoridad política y religiosa. No existía nada parecido a la separación entre el Papado y las Monarquías europeas que se dio en Occidente, o a la supremacía del poder político (Basileus) sobre el religioso (Los patriarcas ortodoxos) típica del Imperio bizantino. En el Mundo islámico poder político y religioso conforman un único cuerpo.
Por ello, las leyes que han de regir la sociedad deben tener un carácter jurídico-religioso: La Sharia es esta Ley que, basada en el Corán, debería servir teóricamente para legislar en las sociedades musulmanes (Posteriormente profundizaremos en el conflicto entre los modernizadores y los defensores de la Vuelta atrás)
El problema llega cuando, al leer el Corán, comprobamos que hay muy pocas normas concretas recogidas en él, con lo cual es muy difícil regir una sociedad utilizando únicamente los Textos sagrados. Por ello, se traen a colación los Hadices, es decir, los dichos y los hechos de Mahoma, que no aparecen en el Corán. Así, la biografía del Profeta funciona también como una guía vital para los musulmanes: Si una acción fue desarrollada por Mahoma, entonces es legítima (Es importante tener esto en cuenta porque ni mucho menos Mahoma fue un modelo moral, al menos como lo entendemos en Occidente)
Esta solución va unida a un nuevo problema: Es necesario interpretar tanto el Corán

como las acciones y palabras del Profeta, por lo que surgen las Escuelas jurídicasque se encargan de esta tarea, y que desarrollan los códigos legales que por fin es posible aplicar en la práctica.
Dentro del Islam suní tenemos las siguientes escuelas:
Escuela Hanafita: Se considera la más abierta y tolerante. Fue la que siguió el Imperio otomano, y a día de hoy continúa en Irak y Siria.
Escuela Shafiíta: Presente en Egipto, Indonesia, Malasia y Filipinas.
Escuela Malejita: la principal en el Magreb y una de las más intolerantes.
Escuela Hanbalita: La más rigorista de todas. Es la que ha desarrollado el derecho en países como Arabia Saudí, Qatar o entre los talibanes.
Estas escuelas surgieron en época medieval, lo que hace que a día de hoy sea muy complicar seguido sus preceptos, lo que genera numerosos conflictos.

Islam chiíta
Los chiíes componen entre el 9 y el 10% de la población musulmana global. Se separaron de los suníes 29 años después de la muerte de Mahoma, en el contexto de la elección de una nueva cabeza visible del por aquel entonces recién nacido mundo islámico.
Los suníes sostenían que para ser Califa bastaba con ser de la tribu de Mahoma, mientras que los chíies defendían que debía ser descendiente directo del Profeta.

Dentro de los chiítas existe otra subdivisión entre ismaelíes y duodecimanes. Estos segundos son los más numerosos y los que imperan sobre Irán, el estado musulmán chií por excelencia. También existen importantes minorías chiítas en Irak, Siria o el Líbano.
La principal diferencia que tiene con respecto a la corriente suní es que rechazan la versión coránica utilizada por éstos: Consideran que Mahoma entregó una Revelación mucho más extensa y completa que, sin embargo, fue eliminada y manipulada por los padres de la corriente suní. Se entenderá por tanto que, dado lo grave de esta acusación, haya habido un enorme conflicto histórico entre ambos grupos, tal ya he adelantado antes.
Conviene detenerse también en la figura del imán, que es la principal autoridad

religiosa para los chiítas: Es el alter ego del Califa para el mundo suní. Debe ser descendiente de Alí, yerno de Mahoma, y se encarga de interpretar el Corán, labor muy importante, ya que los chiítas no hacen una lectura literal de los Textos sagrados, sino que diferencian entre lo escrito (Material) y el contenido trascendente que encierra el texto (Espiritual), siendo esta segunda parte la que debe ser desgranada por el imán.
Los suníes, por su parte, no realizan esta diferenciación, sino que practican una lectura literal y rigorista.
Dentro del Islam chií de los duodecimanes, tenemos más subdivisiones como por ejemplo entre los alauitas y los alevís. Entre los alauitas se encuentra Basher al-Assad, lo que explica las buenas relaciones entre Siria e Irán, y la importancia de este país en el tablero de ajedrez que existe en Oriente próximo en el enfrentamiento entre el mundo suní, encabezado por Arabia Saudí y el mundo chií, encabezado por Irán. Conflicto, que como ya hemos visto, parte desde la Edad media.

Los jayiritas
Los jayiritas son una corriente muy minoritaria del Islam (1% del total), concentrados en los desiertos de Argelia. Dado su escaso número, no nos detendremos en ellos.

Estos son a grandes rasgos los bloques en los que se divide el Islam. No hemos profundizado en todas las ramificaciones que existen, ni en cuestiones de tipo teológico o filosófico, porque es un material que excede los objetivos de este artículo que tan solo pretende ser una introducción al tema.
Sin embargo, queda claro que el Islam no es un todo homogéneo y conviene resaltarlo, ya que que el Islamismo es una corriente política que tiene como base la religión, y por ellos las diferentes versiones religiosas constituirán diferentes versiones políticas.

Contexto histórico
Desde el nacimiento mismo del Islam, éste ha estado amenazando Europa: En las
décadas siguientes a la predicación de Mahoma, los musulmanes ya habían ocupado toda la ribera sur del Mediterráneo y habían hecho retroceder al Imperio Bizantino en todo el Oriente próximo. Posteriormente, llegaría la invasión a España, a Sicilia, los asaltos a Constantinopla, …
El éxito de la Primera cruzada no sería, a la postre, más que una victoria fugaz que no volvería a repetirse en tiempos medievales. Para cuando llega la Edad moderna, Constantinopla, la Segunda Roma, ha caído, y los turcos, el gran poder islámico del momento, penetran hasta el mismo corazón de Europa.
Esta dinámica desarrollada durante siglos comenzó a tornarse en Lepanto: Por primera vez la Armada otomana, que hasta ese momento estaba consideraba como invencible,
era derrotada, y a pesar de que fue rápidamente reconstruida, jamás volvería a ejecutar ofensivas de importancia en el Mare Nostrum. Junto a este hito, tenemos la doble derrota de los turcos en Viena, seguida de las ofensivas polacas y húngaras, que
recuperarían un gran número de territorios en suelo europeo. Ya en el siglo XVIII otra gran potencia comenzaría a traer nuevos quebraderos de cabeza a la Sublime puerta: El ascenso de Rusia y su presión militar sobre el Mar negro y el Caúcaso.
Para cuando llegamos al siglo XIX, el Imperio otomano, aunque aún poderoso, es ya una potencia de segundo orden.


La llegada del Nacionalismo provocaría levamientos en la zona de los Balcanes que llevarían a la independencia de un gran número de nuevos territorios. Para entonces ya se habla del Imperio otomano como el Hombre enfermo de Europa.
En este contexto, comenzará la época dorada de Occidente: Las naciones europeas al calor de los fuegos de la industria, alcanzarán una supremacía total sobre el resto de pueblos del Globo. Prueba de ello, es la ocupación del continente africano en cuestión de pocos años: Por primera vez, territorios históricamente islámicos pasan a manos europeas.
El colofón a este cambio de dinámica llegaría tras el final de la I Guerra mundial y el tratado de Sèvres: Oficialmente el Imperio otomano queda desmantelado y sus posesiones históricas pasaban a ser protectorados de potencias europeas. Es en este momento donde comienza nuestro estudio para entender el Mundo islámico actual: Tanto el final del Imperio otomano como la ocupación colonial posterior, supusieron

una auténtica conmoción para la Umma(Comunidad de musulmanes) y supone, incluso a día de hoy, un auténtico trauma histórico: El último imperio islámico, había sido destruido y ocupado por sus rivales históricos.
Esta situación de postración ante Europa originó dos movimientos de respuesta que son el origen de las actuales corrientes que aun imperan en el Mundo islámico: Los nacionalistas modernizadores y los islamistas.

Nacionalismos modernizadores(Panarabismo): Una parte de la intelectualidad

Nasser, principal representante
de los nacionalistas modernizadores
indígena, especialmente aquellos que habían sido formados en instituciones europeas,
entendieron que, si querían liberar a sus territorios del control europeo y alcanzar un nivel de desarrollo similar al de Occidente, debían imitar las formas y técnicas europeas. Así, comenzaron los intentos por construir Estados-nación, industrializar las economías, separar al poder religioso del político, … En definitiva, debían llevar a cabo las reformas que los europeos habían ejecutado a lo largo del siglo XIX.

La semilla del islamismo (Panislamismo): Junto a los nacionalismos modernizadores surgió su antítesis. Otros autores dieron un diagnóstico totalmente diferente a los problemas de su tiempo: La postración del Mundo islámico frente a Occidente no se debía a su menor desarrollo técnico, sino que se trataba de un castigo divino provocado por haber abandonado la ortodoxia religiosa. La solución, por tanto, era sencilla: Los musulmanes deben volver a la ortodoxia, a las formas puras de la

religión mahometana, para recuperar la grandeza de los califatos de antaño cuando era Europa la que temblaba ante el avance de las hordas islámicas. La solución pasaba por una Vuelta atrás, y no por una modernización Hacia adelante.
Esta corriente nace como respuesta al control europeo de Oriente próximo, pero, una vez esos territorios son descolonizados, las formas europeas permanecen, en tanto que los nacionalistas modernizadores querían implementarlas en sus propios países. Bajo la óptica de los islamistas son, por tanto, igual de enemigos que los occidentales, ya que, como éstos, tratan de consolidar la impiedad y el pecado

Al hablar del Mundo islámico en el siglo XX debemos tener en cuenta la existencia de estas dos corrientes ya que son absolutamente fundamentales: Una no se entiende sin la otra. La fortaleza inicial demostrada por los nacionalistas, tendrá como resultado la marginalidad política de los islamistas. Pero cuando los modernizadores comiencen a perder apoyos e influencia, los integristas islámicos comenzarán a extenderse, creciendo de manera exponencial hasta llegar a ser la fuerza principal de todas las regiones islámicas del Planeta.
En los siguientes artículos, analizaremos en profundidad estas dinámicas.

Continuar con la serie Entender el mundo islámico:
Panarabismo
Islamismo

Identidad española: ENTENDER EL MUNDO ISLÁMICO I: INTRODUCCIÓN http://identidadesp.blogspot.com/2018/06/entender-el-mundo-islamico-introduccion.html?spref=tw

Fuentes y material para ampliar
FLAQUE, Jaume (2004) El Islam: Descripción actual, dimensión mundial, movimientos islámicos. Eguzkilore, San Sebastián.
Conferencia J.J. Esparza analizando los orígenes y la actualidad de la Yihad:
 
ENTENDER EL MUNDO ISLÁMICO II: PANARABISMO
el junio 17, 2018


La caída del Imperio otomano y la colonización europea de territorios históricamente musulmanes provocaron un auténtico terremoto en el Mundo islámico. Algunas réplicas de este seísmo duran hasta hoy día.
Como ya hemos comentado en el artículo anterior, una de las reacciones a la situación de postración del mundo islámico en general y de los pueblos árabes en particular, fue el desarrollo del Panarabismo: Una serie de intelectuales locales, muchos de ellos formados en instituciones occidentales, comenzaron a plantear que la única forma de recuperar la grandeza de antaño y liberarse del yugo occidental, era imitando las formas y técnicas de sus colonizadores: Debían diseñarse modernas instituciones políticas, instalarse industrias, promover instituciones culturales modernas, limitar la acción del poder religioso sobre el político, …
En definitiva, los países descolonizados debían reproducir los procesos que los europeos habían implementado en sus respectivos países a lo largo de los siglos XIX y XX, para superar su momentáneo subdesarrollo.
Esta corriente, que llamaremos ‘’modernizadora’’, tuvo una enorme importancia desde la misma Descolonización. Veamos como se desarrolló:

Gobiernos títere tras la Descolonización
Las potencias europeas comienzan a abandonar Oriente próximo y África desde el final de la II Guerra mundial. Estos territorios eran ya en ese momento un avispero muy peligroso, plagado de numerosos grupos, que, unidos por el objetivo común de expulsar a las fuerzas de la metrópoli, perpetran numerosos altercados, disturbios y atentados.
Los europeos, conscientes de la importancia estratégica y económica de los territorios que estaban abandonado, dejan en muchos casos gobiernos títere afines a ellos, a través de los cuales mantener algún tipo de control sobre la zona. Así surgen una serie de élites políticas que en algunos casos perduran hasta hoy y que podemos llamar los conservadores: Este el origen, por ejemplo, del poder de la Casa de Saud en Arabia Saudí.

Estos grupos van a caracterizarse normalmente por la búsqueda de unas buenas relaciones con Occidente y por la defensa del mantenimiento del statu quo en Oriente próximo, es decir, defendían la organización heredada de la Descolonización.
Frente a estos gobiernos, va a surgir el Panarabismo que no va a tener la más mínima intención de perpetuar el sistema de ordenación dejado de los europeos, y va a tratar de desarrollar políticas revolucionarias en todos los ámbitos.
Tal vez la primera muestra de grupos de carácter modernizador y revolucionario en el mundo islámico la tengamos en Turquía, con el ascenso de Kemal Ataturk y la proclamación de la República de Turquía (1923), primer caso de estado musulmán con

un alto componente laico. Fue el propio Ataturk el que disolvió el Califato en 1924, institución que por aquel entonces no tenía ya un poder real, pero si un altísimo componente simbólico y religioso para la Umma (Comunidad de creyentes musulmanes)
Como Ataturk, otros grupos, normalmente salidos del ejército, derrocaron algunos de los gobiernos títere dejados por los europeos: Tal es el caso de Gamal Abdel Nasser y los Oficiales libres, que derribaron la monarquía del Rey Faruq en Egipto (1952)
En estos primeros años, en los que aun el Islamismo no era más que una semilla que aun tardaría unos cuantos años en germinar, el conflicto clave del mundo islámico se basaba en el enfrentamiento entre unas élites conservadoras que pretendían mantener la situación heredada de la Descolonización, y unas fuerzas revolucionarias y modernizadoras que pretendían dar un giro de 180º. Profundicemos ahora, en qué pretendía concretamente el movimiento panárabe.

Representación de G. Abdel Nasser. Curiosamente, tras él aparecen representaciones de figuras del Egipto antiguo pertrechados con armas modernas, y no hay alusiones a elementos islámicos

Programa del Panarabismo
A pesar de la Descolonización, los integrantes del Panarabismo rechazaban una serie de situaciones que se habían mantenido tras la salida de los europeos del territorio, a destacar, el Estado de Israel, territorios que aún permanecían colonizados como Argelia, los gobiernos títere como la ya citada monarquía del Faruq, y la gran dependencia política y económica de los estados árabes a pesar de haber logrado una teórica independencia.
En definitiva, existía un rechazo generalizado a la tutela occidental, que, si bien no se traducía ya en un sistema colonial, permanecía con fórmulas más sutiles como los ya explicados ‘’gobiernos de Paj*’’.
Para poner remedio a todos estos males, debían ponerse en marcha políticas radicales que diesen un vuelco a la situación heredada. Dentro del programa modernizador, destacaría las siguientes propuestas:

-Cambio políticos y territoriales: El Estado-nación árabe
Los cambios en las instituciones y en la organización territorial que pretendían los panarabistas son posiblemente los más radicales de todo su programa. Tanto es así, que la teoría que planteaban estaba en gran medida enfrentada con la propia realidad existente en el mundo árabe.
Básicamente pretendían dinamitar todo el sistema regional creado tras la Descolonización, para crear un gigantesco estado-nación árabe que englobase gran parte de los pueblos que habitaban desde Marruecos hasta la frontera oeste de Irán.

Este planteamiento, si bien grandilocuente e ilusionante para una gran parte de musulmanes que aun añoraban el esplendor del ya extinto Imperio otomano, era prácticamente imposible de llevar a la práctica ya que, tal como nos demuestra la Historia, ningún Estado-nación puede sostenerse sobre una población que no conforma una Nación: Ahí están los ejemplos en África, en los que diversos grupos de tipo tribal se han enzarzado en durísimos enfrentamientos civiles, a pesar de encontrarse compartiendo un mismo territorio y estar sujetos a una misma administración estatal.
Si bien el caso árabe no es 100% identificable con la situación africana, sí que existen ciertos rasgos comunes: No podía crearse una Estado-nación árabe, porque la población árabe no constituía una Nación. De hecho, es complicado hablar incluso de ‘población árabe’, porque bajo ese término general, existían numerosísimas diferencias de tipo regional.
Aun así, este programa tuvo ciertos avances, como la proclamación de la

República Árabe Unida
(1958) tras la unión entre Siria y Egipto, los dos estados modernizadores por excelencia. Sin embargo, como ya he adelantado, la realidad se impuso, y el experimento toca a su fin tan solo tres años después.
La democratización era también otro de los procesos políticos que querían implementar en el largo plazo: El panarabismo funcionó tradicionalmente a base de dictaduras que buscaban ‘’modernizar desde arriba’’ para, tiempo después, con los cambios ya implementados y consolidados, avanzar hacia una democratización paulatina y ordenada.
No sabemos si estas propuestas eran una pose o una intención real, pero lo cierto es que nunca se llevó término: Primero, las reformas no acabaron de tener los efectos esperados, y el posterior auge del Islamismo, especialmente entre las capas populares, impidió la posibilidad de hacer depender al gobierno de las urnas y el sufragio.
En el caso de la política internacional, decir que normalmente los países con gobiernos panárabes se integraron dentro del Grupo de los No Alineados en la Guerra Fría, si bien es cierto que tuvieron normalmente una mejor relación con la URSS tanto por el apoyo recibido desde la potencia soviética como por conexiones de tipo ideológico, a través del llamado Socialismo árabe.

Mapa con los países no alineados durante la Guerra fría. Normalmente tuvieron mejores relaciones con el Bloque soviético
-Cambios económicos: Industralización
Una de las grandes reivindicaciones por parte de los modernizadores panárabes era la superación de la dependencia económica de Occidente, que la interpretaban en clave de neo-colonialismo: No eran ya una colonia de una potencia europea, pero dependían
por entero de las relaciones comerciales y económicas con ellas.
Para superar esta situación pretendían desarrollar una potente industria, al modo europeo, que les permitiese no solo lograr esa autonomía sino también aprovechar los considerables recursos energéticos con los que cuentan las regiones árabes.
Dentro de este ámbito podemos señalar los intentos por parte de Nasser de construir la presa de Assuán, la nacionalización del canal de Suez y el desarrollo de la industria en
gran parte del mundo árabe.
Se puede hablar aquí de un éxito relativo, ya que si se logró cierto crecimiento económico, pero éste no se tradujo en un desarrollo notable: Las economías por lo general mejoraron con un crecimiento sostenido del PIB, pero dicha mejora no llevó a un aumento paralelo de los servicios y de la calidad de vida de la población. Así, años después, una gran parte de los más perjudicados por la pobreza y el subdesarrolloacabarían integrando las filas islamistas, atraídos por la idea de ‘’solidaridad musulmana’’ planteada por este movimiento.
El Socialismo árabe, promulgado por Nasser y que introducía bastantes elementos de

corte socialista, no tuvo todo el éxito pensado, a pesar de la consecución de ciertos logros.
A día de hoy, gran parte de los países que mantienen en cierto modo el ideario panárabe o que han tenido gobiernos de este tipo, se encuentran dentro del grupo de los países en vías de desarrollo.

-Cambios culturales: Modernización ‘’a la árabe’’
Los intentos de modernización y de imitar los modos europeos no se limitaron únicamente a crear estados-nación e industrializar las economías, sino que también se desarrolló una suerte de Cultura liberal árabe: La Nahda, que se traduce como El Renacimiento. Este movimiento estaba formado principalmente por intelectuales sirios y libaneses, siendo su máximo exponente Mohamed Abdo (1849-1905) el llamado Reformador del siglo. Las ideas de este autor decimonónico fueron recuperadas durante los años del Panarabismo.
Gran parte del ideario modernizador se puede resumir en esta cita de Abdo:
>>La patria que construiremos mediante la libertad, el pensamiento y la fábrica<<
- Patria, lo que indica el carácter nacionalista del movimiento.
-Libertad, el valor por excelencia de la Ilustración y de la Modernidad europea que se pretende imitar.
-Pensamiento, desarrollo de la ciencia, otro de los exponentes de la Modernización europea
-Fábrica, como el gran símbolo de la superioridad técnica europea
Lo cierto es que en un primer momento el movimiento panárabe contó con no pocos intelectuales, muchos de ellos influenciados por la potencia de la cultura occidental y algunos incluso habían surgido de instituciones académicas coloniales.
Nuevamente, la imitación de la modernización europea quedó en una mera proposición de intenciones. Un ejemplo de ello sería lo limitada que estuvo libertad de prensa: Conscientes del apoyo popular al Islamismo, los gobiernos modernizadores controlaron estrechamente la prensa, convirtiéndose ésta en un arma política más para dirigir la opinión pública.

El papel del Islam en la política
El Islam era la religión que articulaba no ya los países árabes, sino toda el mundo islámico. El desmantelamiento del califato, que recordemos encarnaba tanto el poder político como el religioso, no hizo que el Islam perdiese su trascendental importancia en las sociedades musulmanes: Continuaba determinando la cosmovisión, las formas de vida y la cultura de los pueblos bajo su órbita.
Por ello, las tres fuerzas en liza de la segunda mitad del siglo XX (Conservadores, panárabes e islamistas) tenían la obligación de ‘’contar’’ con el Islam para sus correspondientes proyectos políticos si querían gozar de una mínima perspectiva de éxito.
Posiblemente fuese el Panarabismo el movimiento que menos importancia dio al

Islam, cosa lógica ante el importante componente laico que poseía su programa: Al hacer énfasis sobre la cuestión nacional, la religión se consideraba un elemento más dentro del amplio abanico cultural de los pueblos árabes. Era un elemento identitario importante, pero ni mucho menos el factor en el que había de basarse la doctrina política.
Para tratar de compatibilizar el Islam, reducto de tradiciones y formas arcaicas entre los musulmanes, con sus postulados modernizadores y socialistas, se trató de encontrar las similitudes entre ambos. Un buen reflejo es la siguiente cita de Nasser:
>> ¿El socialismo se opone en sus principios a la religión? Algunos así lo pretenden. Pero eso significaría que la religión justifica la explotación. La religión nunca ha dicho eso. La religión musulmana es una religión socialista al cien por cien (..) El socialismo no es, consecuentemente, más que la aplicación de justicia social mencionada en la religión. << (Discurso de Nasser en 1965)
Los conservadores, por su parte, buscaron instrumentalizar al Islam, para legitimar ideológicamente sus intereses: Para contestar a los proyectos revolucionarios y tratar de mantener la situación tal y como les había sido entregada durante la Descolonización, se fundamentaron en el Islam como elemento para evitar los movimientos modernizadores y las revueltas sociales.
Finalmente, cuando entra en juego el Islamismo, el Islam deja de ser un instrumento al
servicio de uno u otro proyecto político, para convertirse en la base doctrinal fundamental, que será analizada en futuros textos: La vuelva al Islam original, conversiones masivas y forzosas, reconstrucción de los califatos de antaño, árabe como lengua vehicular al estar el Corán escrito en dicha lengua, lectura literal de los Textos sagrados, …
La concepción que se tenía sobre la religión en cada corriente política, es representativa de lo que pretendía cada una de ellas. Queda explicado en el siguiente cuadro:

PAPEL DEL ISLAM EN CADA CORRIENTE POLÍTICA
CONSERVADORES
PANARABISTAS
ISLAMISTAS

· Idea general:Debía mantenerse la situación heredada de la Descolonización
· El Islam era un factor de estabilidad, y permitía reducir la conflictividad social y los movimientos revolucionarios
· Idea general: Querían implementar cambios revolucionarios
· El Islam era un factor identitario importante dentro de la ‘’Nación árabe’’, pero ni mucho menos el elemento clave, ni la piedra angular sobre la que construir el proyecto político modernizador.
Debía limitarse su importancia política y social

· Idea general: Regreso al Islam original predicado por Mahoma y que inspiró los primeros Califatos
· El Islam es la base sobre la que se construye el proyecto político: Proselitismo y conversiones masivas, vuelta a ‘’los orígenes’’, lectura literal de los textos sagrados, …


Auge del Panarabismo
En un primer momento, el Panarabismo y Nasser como su principal cabeza visible, gozaron de una popularidad notable, incluso fuera del mundo árabe, por los avances económicos y la modernización experimentada por bastantes de los países bajo su órbita.
Podemos señalar los años 50 como la década dorada de esta corriente en todo el mundo árabe. Dentro de ese periodo, destacan dos hitos trascendentales que tuvieron lugar en el Egipto de Nasser: La nacionalización del canal de Suez y la constitución de la República Árabe Unida.
La primera de las medidas citadas, fue tomada debido a que el Reino unido y Estados Unidos rechazaron financiar la construcción de la presa de Asuán, una obra faraónica (Nunca mejor dicho) que permitió, cuando finalmente se llevó a término, una considerable producción de energía eléctrica, controlar el irregular caudal del Nilo y mejorar la agricultura.
La negativa de las potencias anglosajonas, llevó a que Nasser decretase la nacionalización del Canal de Suez (1956). Inglaterra y Francia, las grandes
perjudicadas por la decisión, apoyadas por Israel, ocuparon ese punto estratégico sin demasiada oposición. Sin embargo, Estados Unidos y la Unión Soviética condenaron la intervención occidental y las fuerzas de ocupación abandonaron sus conquistas. Quedaba demostrado ya que las potencias europeas jugaban un papel secundario en la política internacional en comparación con las dos superpotencias de la Guerra fría.
De este modo, Nasser convirtió una estrepitosa derrota militar en un gran éxito diplomático que le proporcionó una enorme popularidad en todo el mundo árabe.
Al año siguiente, en 1958 se produjo el otro gran éxito panárabe: La fusión entre Siria
y Egipto en la República árabe unida, bajo la presidencia del propio Nasser. Parecía el espaldarazo definitivo al programa de unión nacional árabe: Habían derrotado a las potencias que tradicionalmente habían dominado Oriente próximo y dos de los estados más potentes de la zona (Siria y Egipto) se habían unificado conformando un único estado.
Sin embargo, la realidad, que es obstinada, no tardaría en imponerse: Tres años después, en 1961, un golpe de estado por parte de militares sirios proclama nuevamente la independencia de Siria. La República Árabe Unida queda disuelta y el proyecto de unión árabe comienza una lenta agonía que, curiosamente, coincidirá con el deterioro físico del propio Nasser.

Caída del panarabismo
A
partir de 1961 podemos hablar ya de crisis dentro del Panarabismo: La disolución de la República Árabe Unida, el estancamiento económico y los conflictos y conspiraciones internas que azotaban el mundo árabe estaban paralizando todas las intenciones de unidad territorial y modernización.
A pesar de que Nasser mantuvo su liderazgo, ya bastante maltrecho, hasta 1970, año de su fallecimiento, lo cierto es que dos fechas marcan el descrédito panárabe: La ya explicada disolución de la RAU (1961) y la estrepitosa derrota contra Israel en la Guerra de los Seis días (1967)
La época de mayor esplendor del Panarabismo había coincidido con la victoria diplomática en el Canal de Suez. Por ende, una nueva victoria, ahora de carácter militar, sobre el enemigo más acérrimo del mundo árabe, Israel, podía devolver a Nasser la credibilidad pérdida durante la década de los 60, además de hacer olvidar el estancamiento económico y el desarrollo de los últimos años. Focalizar la atención en el enemigo exterior, permitiría unir a todos los pueblos árabes bajo la misma bandera. La idea estaba clara: Debía cumplirse la vieja promesa de ''echar a los judíos al mar''.
La grandilocuencia y la beligerancia con la que se irradiaron los discursos en aquel

momento, unido a las altas expectativas puestas en la victoria, hizo que la derrota militar, rubricada en tan solo seis días, fuese un mazazo absoluto sobre Nasser en lo personal y sobre todo el Panarabismo en general.
Tras el fracaso, Nasser dimitió de su cargo momentáneamente, aunque finalmente retiró su renuncia y continuó ocupando puestos de relevancia hasta su fallecimiento.
Si bien muchos estadistas han tratado de retomar el legado de Nasser y de recuperar el liderazgo del mundo árabe, lo cierto es que desde ese momento el Panarabismo ha sido incapaz de recuperarse.

La mayoría de los estados que de un modo u otro trataron de desarrollar el proyecto, se han disuelto en luchas intestinas. Los que no, están dirigidos por dictaduras que a duras penas son capaces de mantener el orden social ante empuje de los radicales islámicos.
La caída del Panarabismo provocó un vacío que fue llenado por otro movimiento en auge: El Islamismo. Si los años 50 fueron los años del nacionalismo árabe modernizador, los 60 y 70 lo serían de los movimientos islamistas que se extenderían no ya por el mundo árabe, sino por todos los ambientes islámicos del Planeta. En futuros textos analizaremos las bases y las causas del auge de esta corriente.

Conclusiones y reflexiones finales entorno al Panarabismo
Con la perspectiva que nos proporciona el tiempo, podemos acercarnos con mayor objetividad a las causas que explican el desmoronamiento de los proyectos nacionalistas. En mi opinión, la causa principal de todas es un principio básico que rige la vida de todos nosotros: Una cosa es la teoría, y otra su aplicación práctica.
Tal como ocurrió con el Marxismo, la teoría trató de imponerse sobre una realidad que la rechazaba, y el resultado no puede ser otro que un desastre: La base del Panarabismo era la creación de un Estado-nación árabe, pero lo cierto es que no existía ninguna nación árabe:
El Imperio otomano estaba basado en el poder de los turcos sobre un abanico muy amplio de pueblos, que en la mayoría de los casos se organizaban de manera más o

menos autónoma basándose en estructuras de tipo tribal. Bajo el epíteto de ‘’árabes’’ se esconden no pocas diferencias culturales, religiosas y antropológicas de tipo regional.
El ‘’tribalismo’’ del Imperio otomano, además, se agudizó con el tiempo fruto de su progresiva pérdida de poder: En numerosos puntos tuvo que transigir y ceder el poder a élites locales que gobernasen las regiones-satélite de la Sublime puerta, como ocurrió con los mamelucos en Egipto.
Las luchas coloniales provocaron el espejismo de que existía ‘’unidad’’ en el mundo árabe, aunque ésta se basaba únicamente en que pueblos diversos se oponían a un enemigo común. Desaparecido ese rival externo y aglutinador, las divergencias de tipo regional hicieron acto de aparición.
Este fenómeno no es exclusivo del mundo árabe: Ocurriría lo mismo en zonas de Asia o África, que se mantuvieron unidas en las luchas por la Descolonización, pero una vez lograda la Independencia, los recién nacidos estados se enzarzaron en conflictos civiles.

El propio Gandhi, que había articulado la lucha anti-colonial en el continente indostánico, fue abatido por un nacionalista hindú.
Este hecho es vital y trascendental, y nos transmite claramente el imperio de la realidad sobre la teoría: No existía una nación árabe a nivel antropológico, y las diferencias regionales eran notables, lo que impedía el desarrollo de un Estado basado en la fórmula europea del Estado-Nación.
Pero, ¿La formación de la RAU y el apoyo notable que cosechó Nasser en el Mundo árabe no es la prueba de que sí existía? Lo cierto es que el apoyo al líder panárabe no se debía en exclusividad a su programa político de unión y, de hecho, cuando más apoyos cosechó fue precisamente cuando se enfrentó a enemigos extranjeros (Europeos o Israel): Nuevamente, los ‘’pueblos árabes’’ se unían ante un rival externo, pero cuando el peligro provocado por éste desaparecía, las tendencias regionalistas volvían a imponerse.
El nivel máximo de popularidad de Nasser coincidió con su victoria diplomática en el Canal de Suez. En contraposición, la derrota contra el ejército israelí marcaría el inicio del declive: En el momento en el que Nasser pierde ‘’su estrella’’ como paladín del mundo árabe contra los poderes extranjeros, tras la Guerra de los Seis Días, el proyecto panárabe queda prácticamente extinto hasta nuestros días.
No deja de ser curioso como unos territorios que llevaban milenios bajo el control de imperios notables, cuando por primera vez logran una independencia de la que no gozaban desde la noche misma de los tiempos, son incapaces de llevar adelante un proyecto de unidad territorial común.

Identidad española: ENTENDER EL MUNDO ISLÁMICO II: PANARABISMO http://identidadesp.blogspot.com/2018/06/entender-el-mundo-islamico-ii.html?spref=tw
 
ENTENDER EL MUNDO ISLÁMICO III: EL ISLAMISMO
el junio 24, 2018

Como ya comenté en el artículo introductorio a esta serie, el Islamismo, o mejor dicho los acontecimientos inspirados por éste, es uno de los temas que más titulares inspira dentro de la prensa y los medios de información occidentales. A pesar de ello, el desconocimiento sobre el fenómeno es notable: Las explicaciones dadas quedan reducidas muchas veces a un conjunto de tópicos sin profundidad, que no consiguen acercarse a las causas elementales del problema.
Siendo esto así, me gustaría tratar de acabar con una serie de ideas preconcebidas y mitos que abundan entre el ciudadano español medio, para tratar de contribuir a clarificar una cuestión tan importante como es la del Islamismo y las causas de su proliferación.

Orígenes del Islamismo: Colonización europea y Hermanos Musulmanes
Las primeras manifestaciones del Islamismo moderno surgieron como resultado de la desmembración del Imperio otomano a partir de 1918 (Conviene repasar el artículo ya enlazado anteriormente) y la posterior disolución del Califato por Ataturk en 1924:
Por primera vez desde los orígenes del Islam, éste había sido sometido a los poderes europeos, los territorios históricamente islámicos habían sido ocupados por los ‘’infieles’’ y la institución del Califato había sido suprimida…¡Por un musulmán!
La respuesta a esta nueva situación de postración ante Occidente se dividió en dos variantes, cada una con su propio diagnóstico y sus soluciones particulares:
Los nacionalistas modernizadores interpretaban que los musulmanes debían imitar las ‘’formas europeas’’ para tratar de salir de su situación de postración; mientras que los Islamistas, por el contrario, planteaban una ‘’vuelta atrás’’:

Debían regresar a los primeros momentos del Islam, cuando sus modos de vida no habían sido contaminados, ni se había abandonado la ortodoxia impuesta por Alá a través de Mahoma.
Antes de que esta escisión dentro del mundo musulmán fuese perceptible, ya había aparecido un grupo, a la postre la semilla del Islamismo, que sostenía que la ocupación colonial europea era una suerte de castigo divino provocado por el abandono de la ortodoxia islámica: Los Hermanos Musulmanes, fundado por Hassan el Banna (Egipto, 1928)
La solución, por tanto, era sencilla: Los musulmanes debían volver al Islam puro, que no era otro que el predicado por Mahoma, recogido en el Corán, si querían salir de su situación de inferioridad y postración ante Occidente.
Para cuando surge esta agrupación, existe un sentimiento más o menos unánime dentro del mundo islámico (Y de todas las colonias en general) que no era otro que el de Independencia con respecto a las metrópolis europeas.
Este objetivo común, provocó que grupos de ideologías y planteamientos diversos, y
en algunos casos antagónicos, presentasen un frente unitario frente a los occidentales.

Una vez lograda la Independencia y desaparecido el enemigo que aglutinaba tan diversas corrientes, las diferencias entre unos y otros hicieron acto de presencia y se tornaron insalvables, llegándose incluso a la violencia civil.
De este modo ocurrió en Egipto, donde los Hermanos Musulmanes colaboraron con otros grupos políticos para tratar de expulsar a los británicos de Egipto e incluso apoyaron a los Oficiales Libres de Nasser cuando disolvieron la Monarquía corrupta del rey Faruq (1952)
Sin embargo, al cabo de pocos años, ya les consideraban enemigos acérrimos y perpetraron todo tipo de atentados contra ellos, siendo ilegalizados por Nasser en 1954.
Para entender el por qué de esta rivalidad, conviene analizar el programa político islamista.

Programa político islamista y mitos varios
El Islamismo NO es un accidente en la historia de los musulmanes. ¿Qué quiero decir con esto? Se ha propagado la idea, desde ambientes progres como no, de que el "Islamismo no es el auténtico Islam". Así, los terroristas islámicos no serían más que unos pocos extremistas, frente a una gran masa que los rechaza. Realmente esto no es así:
El Islamismo responde a una tradición islámica que se remonta a la muerte de Mahoma y que se basa en la lucha por la ortodoxia. Se han dado infinidad de conflictos dentro del mundo musulmán legitimados y basados en la idea de la vuelta al Islam ortodoxo y original, y el Islamismo no es más que el ejemplo contemporáneo de dicha tradición. Tenemos multitud de ejemplos: El enfrenamiento que provocó la escisión entre suníes y chíes tras la misma muerte del Profeta,
la proclamación del califato omeya, el califato abasí, la llegada de los almorávides y después los almohades, los turcos suníes contra persas shíes, … Todos esos enfrentamientos en el seno del Islam, se basaron en el regreso al Islam verdadero. NO es una excepción a la historia musulmana, sino más bien todo lo contrario.
Otra idea a aclarar, es la diferencia entre integristas y fundamentalistas:
-Integristas: Defienden una doctrina inmutable que se debe mantener en el tiempo
-Fundamentalistas: Doctrina monolítica que surge de la lectura de los textos sagrados.
Los Islamistas combinan ambos principios. De hecho, el Islam, de por sí, es una religión que tiende tanto al integrismo como al fundamentalismo, ya que no existe la idea de separación entre lo político, lo religioso y los sistemas morales.

También conviene detenerse en el por qué de la rapidísima expansión del Islamismo durante el siglo XX. Ésto se explica, básicamente, por la acción combinada de la sencillez de los planteamientos islamistas, unido a la crisis y disolución de la otra gran cosmovisión que ha existido dentro del mundo árabe durante el siglo XX que no fue que otra que el ya explicado Panarabismo.
Mientras que la Modernización planteada por los nacionalistas no acababa de llegar, los Islamistas prometían una utopía que podía ser lograda con tan solo cumplir una serie de pasos relativamente sencillos y simples:
1. Califato como modelo de Estado: las instituciones políticas deben imitar a los primeros califatos que instauraron los musulmanes durante la vida de Mahoma y justo después de su muerte, ya que estos fueron los que más fielmente reflejaron las ordenanzas coránicas. Su idea, como ya he comentado, es la de una ‘’Vuelta atrás’’ hacia un pasado que consideran idílico.
2. Unión de todos los musulmanes por los vínculos de la fe y la lengua árabe coránica: El vínculo fundamental entre los seres humanos es la fe, que queda por encima de la nacionalidad, la raza, la lengua o la cultura.

Un asiático o un blanco musulmanes, son para ellos, al menos en teoría, iguales. Del mismo modo, un árabe que no sea un ‘’buen musulmán’’, será considerado un enemigo independientemente de su nacionalidad.
Así, podemos hablar de movimiento Panislámico, unión de todos los musulmanes; frente al Panarabismo, unión de los árabes en un Nación árabe. Esto explica el continuo enfrentamiento que hubo entre estas dos corrientes: Se estableció un ‘’diálogo’’, muchas veces violento, que llega incluso hasta nuestros días.
El Islamismo, en ese sentido, es una Contraideología: Es una respuesta a las formas y estructuras europeas importadas por los colonizadores, y que después adoptaron los modernizadores autóctonos.
3. La Sharia y los Hadices (Biografía de Mahoma) como base del código legal del

Califato. Cuando en el siglo XX estaba en su máximo apogeo el enfrentamiento entre Panarabismo e Islamismo, los segundos contraponían a los principios ilustrados una premisa muy sencilla: ‘’El Corán es nuestra Constitución’’. Esa cita refleja bien el concepto que inspira el legalismo en los regímenes islámicos. Si quieres leer más sobre el tema, te recomiendo este artículo introductorio.
4. Ataque a las corrientes heréticas del Islam y a otras religiones: Siguiendo los dictámenes y las órdenes expresas del Corán, se debe propagar la fe con los medios que sean necesarios. Ello implica no solo el sometimiento de otras religiones (Tradicionalmente el islam se ha enfrentado a hindúes, cristianos y judíos con mayor fiereza), sino también a otras corrientes islámicas que se consideran heréticas. Así se explica el eterno enfrentamiento entre Arabia saudí e Irán.
5. Proselitismo forzoso y masivo, muy relacionado con el punto anterior. Mahoma propagó la fe por las armas, y según los Hadices (Dichos y hechos del Profeta) toda acción o palabra de éste, se considera moralmente aceptable.
6. Interpretación literal del Corán, partiendo de la idea de que ‘’El Corán es su Constitución’’, también debe tenerse en cuenta que éste debe ser interpretado literalmente ya que es la Palabra de Alá. Conviene matizar que los Chíies no defienden la interpretación literal de los Textos, sino su interpretación (Más información en el artículo de introducción)
Como podemos ver, el programa es extremadamente sencillo, lo que ha permitido no solo su rapidísima expansión, sino también su transformación en un movimiento de masas e interclasista, apoyado no solo por los desheredados de las áreas islámicas sino por clases medias y altas, todos ellos descontentos ante el fracaso de la Modernización árabe.

Ideólogos del Islamismo: Qotb, Mawdudi y Jomeini
Tras Hassan el Banna, el Islamismo pasó por una fase de adaptación a los nuevos
tiempos: La Descolonización se había completado y no existía ya un enemigo externo a través del cual aglutinar las diversas corrientes políticas que estaban presentes en el mundo islámico en aquel momento. Los islamistas que actuaban en los primeros años post-descolonización, auténticos pioneros en ese sentido, rechazaban dos grandes herencias dejadas por los occidentales: A las élites conservadoras aliadas con los occidentales y entronizadas por los colonizadores antes de su marcha para asegurarse países satélites, que defendían el mantenimiento del statu quo; y las propias ideas y formas europeo-liberales que unas élites indígenas hicieron suyas y trataron de implantar en sus propios países, como por ejemplo Nasser en Egipto, para llevar a cabo una modernización.
(Leer más sobre el triple enfrentamiento entre conservadores,modernizadores e Islamistas)
Los conservadores trataban de mantener la situación heredada tras la Descolonización, y no pretendían ninguna ‘’vuelta atrás’’ ni la recuperación de la ortodoxia, algo que no era aceptado por los islamistas. Por su parte, los modernizadores trataban de adaptar la modernización europea al contexto islámico lo que, de facto, les hacía enemigos de los islamistas al tratar de instaurar las formas pecaminosas e impías de los occidentales.
Durante todo el siglo XX, los acontecimientos acaecidos en el mundo islámico estarán influidos e impulsados por estas tres cosmovisiones.
Curiosamente, el clero musulmán casi siempre estuvo del lado de los conservadores, y rechazaban la participación en política, al menos hasta la Revolución iraní encabeza por Jomeini, que supone el primer caso de clero revolucionario.
En este contexto jugó un papel fundamental Qotb, miembro de los Hermanos musulmanes. Fue el encargado de adaptar el Islamismo primigenio anti-colonización de Hassam el Banna, al nuevo contexto modernizador encabezado por Nasser.
Este personaje fue ahorcado en 1966 por orden de Nasser, lo que no impidió que sus

obras fuesen claves para la consolidación del pensamiento islamista en los nuevos tiempos.
Su gran aportación se basaba en una nueva interpretación de la historia islámica: Frente a la historiografía y la cultura que estaban desarrollando los nacionalistas modernizadores, centrada en sus correspondientes estados y en el mundo árabe, Qotb desarrolló su propia interpretación en la que se condenaba toda la Historia del mundo islámico desde la misma caída del Imperio otomano: Desde el final del último imperio islámico, todo lo que había ocurrido en el mundo musulmán carecía de valor alguno, catalogando el periodo con un término que puede traducirse como ‘’ignorancia’’: Desconocimiento de Dios y la Fe.
El mundo post-colonial es, para ellos, identificable a los tiempos previos a la

predicación de Mahoma
, cuando los pueblos del mundo no habían recibido aún la Revelación del Profeta, siendo los nacionalistas y los modernizadores del siglo XX comparables a los paganos de entonces, ya que éstos adoran también a sus propios falsos ídolos: La Nación, el Estado, la ideología, el Partido, …
Del mismo modo que Mahoma entró en La Meca y destruyó todos los ídolos adorados desde tiempos ancestrales por los pueblos arábigos, ahora los Islamistas debían hacer lo propio: Arrasar con los nuevos ídolos. El Partido, la Nación y las ideologías debían ser destruidos para establecer la única adoración posible: Alá.
>> Quotb proclamó el surgimiento de una ‘’nueva generación coránica’’ que pudiera construir en el mundo contemporáneo una nueva comunidad ideológica, islámica, sobre las ruinas del nacionalismo, de la misma manera que el Profeta y su generación habían edificado la comunidad de los creyentes sobre los escombros del paganismo árabe que habían destruido. << (Kepel Gilles, La Yihad)
Se puede entender a través de lo dicho que el Islamismo va a convertirse en el enemigo más acérrimo del panarabismo, no solo por la cuestión de los ‘’falsos ídolos’’, sino porque la proclamación de estados-nación fragmentó en su momento el mundo islámico (Umma), el cual, según las tesis islamistas, debía estar unido bajo el Califato.
La aportación de Qotb es fundamental, ya que recoge el principio de pasado utópico al que hay que regresar, y deja planteado el procedimiento que debe seguirse para lograrlo: Destruir el ‘’nuevo paganismo modernizador’’. Además, adapta el programa islamista a los nuevos tiempos post-coloniales: El enemigo no es ya el colonizador europeo, sino el indígena que ha adoptado las formas de los extranjeros, trayendo el pecado al propio mundo islámico

Otro gran ideólogo del Islamismo de aquellos años fue Mawdudi, procedente de Pakistán.

Su procedencia nos demuestra que el Mundo islámico va mucho más allá de las regiones árabes en las que tradicionalmente ponemos más atención.
Tras la prohibición de los Hermanos musulmanes en Egipto y la ejecución de Qotb (1966), el Islamismo de las zonas árabes quedó relativamente desmantelado y retraído hasta posiciones muy marginales. En ese momento, fue Mawdudi y otros pensadores de la zona del Indostán los que tomaron el relevo intelectual: En este territorio no ha habido una ruptura, sino que el pensamiento y las acciones de corte islamista comenzaron en los años 30 y continúan hasta nuestros días de manera ininterrumpida, en gran medida porque no hubo persecución como en el caso egipcio.
La gran aportación de Mawdudi fue la idea del Estado islámico, concepto que nos sonará bastante: Contraponía este modelo de estado, al Estado-Nación que planteaban los modernizadores a imitación de Europa.
Aplicando esto al caso pakistaní, el recién nacido estado tras la descolonización británica era un estado-nación para los ‘’musulmanes de la India’’. Mawdudi, por su parte, defendía un Estado islámico que abarcase toda la India. Mientras que la primera idea tiene una vocación nacional, el segundo se basa en el criterio religioso.
Este autor también habla de la idea de Yihad: En su primer libro, La Yihad en el Islam, plantea que la ‘’lucha’’ debe orientarse hacia la creación de este Estado islámico, que será el encargado de ‘’islamizar desde arriba’’ al resto de la población. El Estado es un instrumento al servicio de la fe. Este planteamiento también es novedoso, porque frente a la postura tradicional del clero musulmán que evitaba la participación política, Mawdudi sostiene que el Islam y la política son inseparables:
>> La política era un componente integral e inseparable de la fe islámica. <<
Nuevamente Mawdudi se retrotrae hacia ‘’el primer Islam’’ para legitimarse: Del mismo modo que Mahoma había expandido la fe por las armas, ahora debía hacerse lo mismo, con una lucha política activa, adaptada a los nuevos tiempos.
Su pensamiento combina perfectamente con el de Qotb: Mawdudi parte de las tesis del egipcio y concreta aún más el ‘’plan de acción islamista’’, que debe orientarse hacia la construcción del Estado islámico.
Curiosamente, Mawdudi y sus seguidores normalmente siguieron vías legales y trataron de ganar elecciones en Pakistán aunque con escaso éxito en estos primeros momentos. Fueron especialmente Qotb y Jomeini los que le dieron un componente revolucionario al movimiento.
Para la década de los 70, el islamismo ha quedado ya planteado teóricamente a través de estos dos autores, a pesar de existir aun importantes lagunas en la doctrina fruto de la natural complejidad que entraña el tratar de implementar sistemas y esquemas de origen medieval en plena época contemporánea.

Ante este panorama, el que viene a completar la evolución es el ayatolá Jomeini, el primero en llevar la teoría a la práctica a través de una revolución (1979). De hecho, este hito es para muchos el inicio de la llamada Era islamista, periodo durante el cual se expandirían estas ideas de manera sorprendente por la mayoría de los ambientes islámicos del Planeta.
La Revolución iraní derroca al Sha de Persia, un auto-proclamado monarca que trataba
de legitimar su gobierno evocando a los emperadores persas pre-islámicos y estaba siguiendo los pasos ‘’modernizadores’’ en el país. De la manera más sorprendente, el dirigente es depuesto por una serie de levantamientos populares encabezados por clérigos, algo que como ya he comentado, rompía con la tónica habitual en la cual los religiosos musulmanes no se inmiscuían demasiado en política. Para Jomeini, el clero (Llamados imanesen el caso chíi) debían conquistar el poder porque ellos eran los guías espirituales de su pueblo, y para dicha tarea, debían contar con las instituciones.
Los imanes eran unas figuras muy consideradas dentro del mundo chiita: Estaban encargados de interpretar el Corán (Algo que solo se hace en la versión chií del Islam),

lo que le daba un enorme prestigio y autoridad dentro de la población del país. Sin embargo, no debemos explicar su éxito en base a unos ‘’extremistas islámicos’’, ya que a la revuelta se unieron jóvenes universitarios, clases medias y altas, e incluso grupos de orientación marxista. El auténtico éxito de Jomeini éxito radicó en su capacidad para aglutinar corrientes tan diversas.
Nuevamente, los islamistas, en este caso chiíes, se legitiman en el pasado, aunque no ya en la primera predicación de Mahoma, sino en los intentos de su yerno, Alí, de hacerse con el poder tras la muerte del Profeta. Igual que él, debían levantarse contra el poder injusto e impío del Sha de Persia, como se había hecho antaño contra los monarcas usurpadores sunitas.
Aunque adaptado al caso chiita, vemos como la legitimación del poder basándose en los primeros momentos de vida del Islam es una constante en todas las corrientes islamistas.
Los sucesos iraníes tuvieron una importancia fundamental en todos los ámbitos musulmanes: Por primera vez se había instaurado un estado islámico, además, a través de cauces violentos y revolucionarios que habían logrado derrotar a una de las principales potencias de la región.
Había comenzado la Era islamista.

Los años dorados: La Era islamista
La República Islámica de Irán, primer estado teocrático proclamado en el siglo XX, había sido instaurado. El Islamismo podía ser llevado a la práctica. Sin embargo, iba a empezar a sufrir problemas desde muy pronto: Tan solo un año después de la instauración de la República, las fuerzas iraquíes de Saddam Husseim, por aquel entonces ya unos de los grandes referentes del nacionalismo modernizador, rompieron la frontera oeste de Irán y penetraron en el territorio, iniciando la llamada Guerra de Irak-Irán (1980-1988). Este conflicto es posiblemente el gran enfrentamiento abierto y a gran escala entre el Panarabismo modernizador (Irak de Saddam Husseim) y el Islamismo político (República islámica proclamada por Jomeini).
Los iraquíes pretendían lograr una victoria rápida sobre un gobierno aun inestable tras la revolución, anexionándose las regiones más ricas en petróleo y con población árabe. Sin embargo, los iraníes, muchos de ellos aun imbuidos por el espíritu de Guerra santaque había derrotado a la monarquía del Sha, se alistaron en masa como voluntarios al ejército.
Muchos de estos voluntarios, buscando voluntariamente el martirio, realizaron ataques en masa sobre las trincheras enemigas o avanzaron sobre campos de minas para limpiarlos. Las bajas fueron enormes, pero lograron, a pesar de todo, agotar al ejército iraquí que, por otra parte, estaba mejor pertrechado con armas y medios modernos.
La guerra podría decirse que quedó en tablas, pero Irán disfrutó más del empate: Irak había quedado arruinado y desprestigiado en una guerra que creían sencilla, mientras que el régimen islámico había sobrevivido al envite, mostrando al mundo además que contaban con no pocos individuos dispuestos a convertirse en mártires y a sacrificarse voluntariamente en defensa de la religión. Un nuevo espaldarazo al Islamismo.

S. Husseim e Irak se encontraban tremendamente endeudados como resultado de la derrota. Para subsanar la situación, los iraquíes iniciarían una nueva ofensiva, esta vez sobre el pequeño vecino Kuwait, al que arrebatarían sus abundantes reservas petrolíferas, lo que les permitiría salir de la bancarrota.
La invasión tuvo lugar en 1990, con consecuencias enormes: Un Estado laico, nacionalista y modernizador, había invadido la Península arábiga, territorio sagrado para los musulmanes. En tan solo dos días, la zona había sido ocupada y anexionada como provincia al resto de Irak.
La respuesta no se hizo esperar: Tan solo un año después, Estados Unidos encabezó una coalición, apoyada por toda la comunidad internacional que expulsó a los iraquíes de los territorios kuwatíes.
Saddam Husseim, paradójicamente, fue mantenido en el cargo, ya que se le consideraba un bastión contra la extensión del islamismo por Oriente medio.
La intervención internacional, que en teoría garantizaba la continuidad del régimen saudí, provocó que éste sufriese un fuerte descrédito de cara a las fuerzas islamistas de la región: Habían convocado a los enemigos occidentales, y los habían abiertos las puertas de la Tierra sagrada, lo que fue considerado un ultraje y una traición.
Otro de los grandes hitos del Islamismo en estos años, fue la guerra de Afganistán (1978-1992) con la Unión Soviética: Las milicias islamistas de los muyahidines, tras
una brutal guerra de guerrillas lograron desgastar y derrotar a una de las dos grandes superpotencias del Globo. Esta victoria es posiblemente el mayor éxito islamista junto con la proclamación de Irán, un éxito, además, que ellos creían que podía ser exportado al resto del Planeta. Si la Unión Soviética, epicentro de uno de los dos bloques del Mundo, había sido derrotado por la lucha armada, entonces podría hacerse lo mismo con cualquier otro gobierno. Había nacido la Yihad Internacional.
Tres fueron los primeros objetivos de este proyecto de internacionalización de la lucha islamista: Egipto, Bosnia y Argelia.
En Bosnia trataron de islamizar la Guerra de los Balcanes a través de la población europea de religión musulmana, aunque no lo lograron, a pesar del considerable envío de combatientes armados a la zona.
En Egipto comenzaron a perpetrar ataques espectaculares, pero más allá de las víctimas tampoco lograron ningún cambio notable: Tras el asesinado del sucesor de Nasser, Sadat (1981), Murabak alcanzó el poder en el que se mantuvo hasta tiempos recientes a través de fórmulas dictatoriales. En ese tiempo, los islamistas han llevado a cabo numerosos atentados contra los turistas, con el fin de arruinar la economía del país, pero no han logrado ningún cambio sustancial.
Finalmente, en Argelia se creó el Frente Islámico de Salvación en 1989, que logró
ganar la primera vuelta de las elecciones al año siguiente. Esto provocó que el ejército interviniese y anulase la segunda vuelta, ilegalizando la organización y encarcelando a sus dirigentes, lo que provocó una guerra de baja intensidad en el país, que se ha mantenido hasta el acuerdo de paz de 1999. A pesar de la renuncia a las armas, el Frente Islámico de Salvación mantiene los principios islámicos y sigue siendo una amenaza latente.
En los tres casos citados, se puede hablar de cierto fracaso ya que a pesar de que se llevó la lucha a esos países, no se logró ningún cambio sustancial político ni se consiguió derrocar a los ‘’gobiernos impíos’’.
A lo largo de la última década del siglo XX se considera que termina la ‘Era islamista’, reduciéndose las actividades de estos grupos en todo el mundo. Sin embargo, en los inicios del nuevo milenio, se ha producido un cierto renacimiento.

Actualidad y falsos referentes
En los comienzos del siglo XXI se producen una serie de ataques que podemos considerar como un renacimiento islamista, a destacar el derribo de las Torres gemelas el 11 de Septiembre: Del mismo modo que los muyahidines habían derrotado a una de
las dos grandes superpotencias planetarias de aquel momento, Al-Qaeda golpeó en el corazón mismo de la que en ese momento era la única superpotencia global.
Para muchos, entre los que me incluyó, aquel acontecimiento marcó el final de la edad contemporánea, y nos introdujo en la Posmodernidad.
Los acontecimientos en Oriente medio también nos demuestran que el Islamismo sigue vivo: La lucha armada en Afganistán ha continuado, y tras la caída de Husseim y de Gadafi, Irak y Libia respectivamente se han disuelto en luchas intestinas protagonizadas en muchos casos por grupos islamistas. También en Siria el gobierno está combatiendo por expulsar a los últimos reductos islamistas mientras se escriben estas líneas.
La llamada Primavera árabe también ha sido una buena muestra de la situación real
del mundo islámico:
La democratización de algunos estados árabes no ha sido más que la antesala a la llegada de los islamistas al poder. Este principio, tal como ocurrió en Argelia, nos demuestra que el Islamismo cuenta con apoyo popular y está muy vivo.
Por si esto fuera poco, los ataques han comenzado a extender también por Occidente: Esto se explica en base a que la inmigración masiva ha llevado a la proliferación de enormes masas de musulmanes asentadas en suelo europeo, lo que, unido a que el Islamismo goza del apoyo de un gran número de musulmanes, ha provocado el aumento de los atentados en nuestros países.
Llegados a este punto, conviene hacer una puntualización: Es cierto, como dicen los progres, que no todos los musulmanes son terroristas, pero una gran parte de los musulmanes apoyan el Islamismo.
El Islamismo, como venimos viendo, es el movimiento político que trata de instaurar un estado y un gobierno islámico. Esta tarea puede llevarse a cabo a través de cauces violentos, terrorismo, o pacíficos, formación de partidos, grupos, círculos, … Evidentemente, la mayoría de los musulmanes no son terroristas, pero sí apoyan en gran medida al Islamismo, tanto en Europa como en sus propios países. En los países musulmanes, las elecciones libres conceden el poder a los Islamitas, mientras en Europa, los barrios musulmanes son auténticos territorios independientes que viven prácticamente al margen de la administración, y en muchos casos bajo preceptos islámicos. Es un hecho el que el Islamismo es a día de hoy la única doctrina política que existe en el mundo musulmán, debido a la desaparición del Panarabismo, que pervive tan solo en ciertos estados de manera aislada, siendo por ello tremendamente seguida por una gran parte de los más de 1.000.000 millones de musulmanes que hay en el mundo.
En la misma Turquía, donde nació el primer movimiento laico dentro del mundo
musulmán encabezado por Ataturk, el presidente Erdogan, consciente del apoyo creciente al Islamismo, ha optado por ‘’islamizarse’’, ganando así un considerable respaldo electoral.
También conviene repasar en estas notas finales la relación que existe entre Islamismo y Globalización: No falta quien ve en el Islamismouna especie de contrapeso a ese fenómeno, al ser un defensor de elementos ‘’tradicionales’’. Lo cierto es que no se puede hablar de una lucha entre Islamismo y Globalización, sino de dos proyectos de globalización diferentes: El objetivo final islamista es la proclamación de un califato global que englobe a toda la población del mundo bajo la fe musulmana, todos hablando la lengua árabe coránica y regidos por las mismas leyes. En otras palabras, están planteando su propio modelo de Globalización, el cual, además, difunden utilizando todas las modernas técnicas que tienen a su disposición: Internet, vídeos editados digitalmente, televisión, …
El siquiera plantear el Islamismo como una alternativa a la Globalización o al propio Irán como un ‘’aliado patriota’’, ya demuestra el enorme desconocimiento que existe no ya de la historia reciente, sino de las mismas bases y fundamentos doctrinales del movimiento islamista.


Identidad española: ENTENDER EL MUNDO ISLÁMICO III: EL ISLAMISMO http://identidadesp.blogspot.com/2018/06/entender-el-mundo-islamico-iii-el.html?spref=tw

Artículos anteriores:
Introducción al mundo islámico
El Panarabismo

Fuentes y material de ampliación
Kepel, Gilles (2001), La yihad, Galaxia Gutenberg, Barcelona
Etienne, Bruno (1996), El Islamismo radical, Siglo XXI, Madrid
Elorza, Antonio (2002), Islam: Pluralidad cultural y terrorismo, Claves de razón práctica, Madrid

Vídeo J.J. Esparza explicando el Islamismo
 
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