16.º Aniversario de la boda de Felipe y Letizia. Mayo 22, 2020

Begum Inaara, segunda esposa del Aga Khan IV

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No quiso pasar desapercibida
 
Y eso que tenían de fondo la solemnidad de la Almudena, la elegancia y pompa del Palacio Real, un suntuoso desfile por las calles de Madrid y aún así fue una boda triste y aburrida! Lo que refleja en la actualidad esta pareja: tristeza y aburrimiento!

Es que esa lluvia diluvial se llevó toda la solemnidad por delante, solo respeto la llegada de los invitados y cuando llegó el momento, la novia en un Rolls Royce con los cristales de las ventanillas mojados... Y, para colmo, ese vestido de noviavque Pertegaz pensaría que tenía que vestir a Isabel la Católica, tan pomposo y acartonado, con ese velo-cola kilométrico que amenazaba con troncharle el cuello hacia atrás y desnudarla, un horror...

Yo me reí un montón, ya que pagábamos ese dispendio por narices, al menos el Cielo hizo justicia a los contribuyentes aguando la fiesta a toda esa tribu de gorrones con ínfulas de divinidad.
 
Los encargados de maquillar y peinar a las mujeres de la familia de la novia, hicieron un muy buen trabajo, porque iban regias.
Telma estaba divina, el color del vestido es de loro barranquero, pero lo saca adelante.
La señora mayor, abuela materna de Letizia , siempre usaba anteojos de vidrio muy oscuro. Tenía algun problema severo en la vista?
 
ya estaba super delgada, el compromiso la comsumiò
Sí, tenía mucho que hacer y tratar en ese momento, y no se trataba de la boda, sino de dar instrucciones a su primo para que se deshiciera de las tarjetas de la clínica donde había abortado poco antes, de hacer llamadas intimidantes a sus ex amantes para que no hablaran (como Jim Russo escribió), de enseñar a la 'caravana de gitanos', y luego el miedo a ser descubierta antes del 'sí quiero', el suegro que ya la había descubierto. Por supuesto que llegó a la boda consumida y con cara de bruja.
 
Es que esa lluvia diluvial se llevó toda la solemnidad por delante, solo respeto la llegada de los invitados y cuando llegó el momento, la novia en un Rolls Royce con los cristales de las ventanillas mojados... Y, para colmo, ese vestido de noviavque Pertegaz pensaría que tenía que vestir a Isabel la Católica, tan pomposo y acartonado, con ese velo-cola kilométrico que amenazaba con troncharle el cuello hacia atrás y desnudarla, un horror...

Yo me reí un montón, ya que pagábamos ese dispendio por narices, al menos el Cielo hizo justicia a los contribuyentes aguando la fiesta a toda esa tribu de gorrones con ínfulas de divinidad.
Desafortunadamente, el vestido fue manipulado por Letuzza, quien dio instrucciones perentorias para modificarlo, con respecto al diseño de Pertegaz, quien luego no ha vuelto a tratar con la reinilla.
 
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