15 aniversario de boda de Felipe y Letizia. Mayo 22, 2019

18/05/2019


A nadie se le escapa que la relación conyugal en este caso no es un asunto meramente privado, sino que afecta absolutamente a la institución sobre la que descansa nuestro sistema político-institucional. De ahí que la crisis a la que aludimos, hoy felizmente superada, provocara en su día una honda preocupación.

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Que un Estado, el régimen de un pais, base la seguridad de su sistema en la mejor o peor avenencia del Jefe del mismo y su consorte, parece afirmación hecha y defendida por las revistas al estilo Hola, sin más trascendencia que las fotos bien tomadas y repartidas para embeleso y edulcoramiento de sus compradores.

La fragilidad de tal sistema está afirmada dentro de sus propios cánones. Y nosostros, españolitos de a pie, seguimos acatando, manteniendo y, en resumen, cotizando, para que una nube imprudente no afee el panorama conyugal del que dependen nuestro presente y futuro.

Jamás se ha visto tan enaltecido el Sacramento del Matrimonio.
 
Lamida de culo vía El País

Reinar al estilo Letizia
Cuando se cumplen 15 años de su boda y a punto de celebrar cinco del relevo en la Corona, la esposa de don Felipe VI intenta adaptar su papel a su personalidad

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La reina Letizia, el pasado día 14 de mayo. PAOLO BLOCCO WIREIMAGE

MÁBEL GALAZ

Madrid 18 MAY 2019 - 00:03 CEST

Los Reyes de España celebran con pocos días de diferencia dos fechas claves. Una personal: el 22 de mayo se cumplen 15 años y otra institucional: el 19 de junio hará cinco años que se produjo el relevo en la Corona. Fue cuando don Juan Carlos decidió abdicar para dar paso a la monarquía del siglo XXI, encarnada en la figura de su hijo Felipe que ya había dado el primer paso a una cierta modernidad al casarse con una periodista divorciada. Letizia Ortiz de 46 años, es una reina que conquista portadas en la prensa de medio mundo por su vestuario pero a quien le gustaría que se hablara más de sus trabajo, del esfuerzo que hace por desempeñar lo mejor posible su papel. En algunas conversaciones informales, la Reina ha contado que cuando llegó a la familia real para ella todo fue nuevo, que ha tenido que aprender un oficio al que se dedica con esfuerzo por mejorar cada día.

Por eso doña Letizia se ha quejado alguna vez de que se hable tanto de cómo se viste o de cómo se peina y nada del trabajo que realiza. Pero lo cierto es que los miembros de las casas reales, y sobre todo si son mujeres, están sometidos a este escrutinio. Con una cierta aceptación a esta norma, la Reina de España intenta mandar mensajes con sus estilismos. Apuesta por la moda española, aunque de vez en cuando hace guiños a firmas internacionales, y se viste con asiduidad con ropa low cost que se agota en las tiendas en cuanto se la pone.

Pero al margen de la evolución de su vestuario, que no deja de ser un asunto menor, Letizia ha introducido algunos cambios en el palacio de La Zarzuela, más notables desde que se convirtió en Reina. En su primera época en la casa real se movió con notable cuidado hasta que se adaptó a su nueva vida. Esos años coincidieron, además, con la llegada de sus dos hijas, Leonor y Sofía. Fue poco después cuando la entonces princesa de Asturias se encontró con la tarea de trabajar para una institución que necesitaba una renovación y en la que ella intentaba dejar su sello, la mayoría de las veces sin lograrlo. Ahora, sin embargo, se notan algunos cambios. El más significativo llegó en la primera audiencia que los Reyes de España celebraron con diversos sectores de la sociedad en el palacio de El Pardo a donde convocaron a los colectivos gais, algo que no se había hecho nunca.

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Los Reyes de España en el 175 aniversario de la Guardia Civil. CHEMA CLARES GTRES

Doña Letizia vivió especialmente preocupada el escándalo del caso Nóos y los problemas de su cuñado Iñaki Urdangarin, que pasó de ser el encargado de comprar el anillo de su pedida a ser un personaje non grato en Zarzuela. El cortafuegos que creó fue tan férreo que provocó una fractura familiar con sus cuñadas Elena y Cristina. Con don Juan Carlos es un secreto a voces que nunca ha habido sintonía. Y con doña Sofía, que siempre ha actuado con profesionalidad, también ha habido momentos de tensión. Letizia pasó de agradecer el "ejemplo impagable" de su suegra cuando llegó a La Zarzuela a protagonizar con ella un rifirrafe histórico a las puertas de la catedral de Palma de Mallorca en la misa de Pascua de 2018.Ese día la popularidad de la Reina bajó muchos enteros. Ella, que como periodista sabe la importancia de los gestos, se dejó llevar y sufrió un resbalón que todavía no se ha olvidado.

Eso sí, Letizia, con el paso de los años, se siente más segura en su papel y en la manera en que quiere ser reina. Hay una leyenda que apunta a que intenta tener un horario de trabajo y los fines de semana libres, aunque el último presidió la final de la Copa de la Reina de fútbol en Granada y aprovechó para lanzar ante las cámaras de televisión un mensaje feminista en apoyo a las mujeres en el deporte en general.

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La Reina de en la Fundación Ayuda contra la Drogadiccion, el pasado jueves. CHEMA CLARESGTRES

La cultura, la alimentación, las enfermedades raras y la cooperación son algunos de los asuntos más importantes de su agenda. Siguiendo la tradición que implantó su suegra, realiza todos los años un viaje para seguir los proyectos de cooperación en los que está involucrada España. Este mes ha hecho el cuarto. El destino ha sido Mozambique. Antes estuvo en Honduras y El Salvador, en 2015; en Senegal, en 2016 y en Haití y República Dominicana, en 2018.

La Reina dispone de un reducido equipo de trabajo al frente del cual está su secretario, la persona que trabaja día a día con ella desde hace 12 años: José Manuel Zuleta. En él se une una completa formación militar y un extenso pedigrí aristocrático que le abrieron las puertas de La Zarzuela, a mediados de los 90. Pero fue el 25 de junio de 2014, seis días después de la proclamación de Felipe VI, cuando Zuleta, fue nombrado jefe de la Secretaría de la Reina.

Letizia impone su criterio a la hora de organizar los actos a los que acude. Así, por ejemplo, prefiere las reuniones de trabajo con temas concretos a los interminables saludos que impiden profundizar en el conocimiento de los asuntos. Intenta ser tan perfeccionista en todo lo que hace que a veces se percibe como distante.

Su llegada a la vida de don Felipe dio un soplo de aire fresco a la cotidianidad del entonces príncipe. Es normal ver a la pareja en los cines y teatros madrileños o paseando por el barrio de Malasaña. Les gusta viajar en familia. Hacen excursiones con sus hijas por España y suelen viajar por países mediterráneos cuando llegan las vacaciones. Otro asunto en el que Letizia ha impuesto su criterio hasta convertir esos días en un asunto de alto secreto del que Zarzuela nunca informa. Del último que hay noticias fue en Semana Santa, cuando la Reina y sus hijas se fueron a Roma en un vuelo regular de Iberia donde ocuparon asisentos en la clase business.

Pero el aspecto en el que se muestra más firme la Reina es en la manera de educar a sus hijas, a las que protege todo lo posible de la atención mediática. Tanto que son las herederas europeas que menos se dejan ver en público. En esta decisión cuenta con la complicidad de don Felipe, que en más de una ocasión y en conversaciones informales ha apoyado esta manera de proceder con el argumento de que “ya tendrán tiempo” de una vida bajo los focos.

Las luces apuntan ahora a don Felipe y a doña Letizia, que tienen por delante la tarea de renovar una institución que todavía se recupera de tiempos de sombras.

https://elpais.com/elpais/2019/05/16/gente/1558006736_154146.html
 
Última edición por un moderador:
de todooo lo que leí solo me hace ruido algo..que refieran a Los Reyes que algunos años el aniversario los pilló "trabajando"; 2 cosas:
1- nuestro aniversario de bodas cayó entre semana a todos los que estamos/estuvimos casados y nos pilló trabajando. pero a estos dos los pintan como héroes o como gran acto patrio hacerlo.
2- "el trabajo" es ir a un acto donde los esperan con alfombra roja y los aplauden, les hacen correr una cortina y leer un discurso que no escribieron, a un promedio de 8 mil euros la presentación, vaya pues que trabajo ese. obvio que la lagarta lo sabe y nunca va a soltar ese hueso así le cueste la vida o la felicidad (ya le costó la hermana...)
 
Don Felipe y Doña Letizia, 15 años de matrimonio con altibajos
CASA REAL
España
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  • 18 MAY. 2019 02:23
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Los Reyes, el día de su boda EFE
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Sus allegados aseguran que siguen muy enamorados tras superar crisis como la de 2013, en la que se temió por el fin de la relación

Es la Familia Real española la que menos sentido de la pompa tiene de todas las dinastías reinantes de Europa. Por una obsesión de la austeridad mal entendida, la Corona es muy poco dada a la celebración de las efemérides que atañen a sus miembros. Nada que ver con otras Monarquías como la británica o la sueca donde cualquier ocasión es buena para la exaltación de la Jefatura del Estado. De ahí que no quepa esperar ningún evento con motivo de los 15 años del matrimonio de Don Felipe y Doña Letizia que se cumplen el próximo 22 de mayo. Y, sin embargo, es una fecha importante para una institución de naturaleza familiar.

El de Don Felipe y Doña Letizia ha sido en estos 15 años un matrimonio plagado de altibajos, muchos de los cuales han trascendido a pesar de la gran opacidad que rodea a la Corona. Pero, como sostienen expertos y personas próximas a La Zarzuela, tan cierto es que los Reyes siguen hoy profundamente enamorados -se destaca sobre todo lo mucho que quiere el Monarca a su mujer- como que han pasado al menos una crisis muy seria en su relación que hizo temer que el matrimonio se rompiera.

A nadie se le escapa que la relación conyugal en este caso no es un asunto meramente privado, sino que afecta absolutamente a la institución sobre la que descansa nuestro sistema político-institucional. De ahí que la crisis a la que aludimos, hoy felizmente superada, provocara en su día una honda preocupación. Porque aunque nos hemos empezado a acostumbrar a separaciones y divorcios en el seno de las familias reales -ya no hacen falta eufemismos como el del "cese temporal de la convivencia" con el que en su día se anunció el distanciamiento de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar-, en el Viejo Continente todavía supone una complicación extraordinaria la ruptura definitiva de reyes en ejercicio. Y, así, los ciudadanos parecen aceptar sin problema que monarcas como Don Juan Carlos o la propia Isabel II de Inglaterra hayan hecho vidas independientes de sus cónyuges durante décadas, pero los políticos prefieren mirar hacia otro lado para no regular las situaciones de derecho que se derivarían del divorcio del Jefe del Estado y su consorte.

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Don Felipe y Doña Letizia en un momento de la ceremoniaEFE
No está claro si el entonces Príncipe de Asturias y la periodista de TVE Letizia Ortiz se conocieron o no en una cena en casa de quien fuera director de Documentos TV, Pedro Erquicia, el 17 de octubre de 2002. En todo caso aquel fue el encuentro en el que, al parecer, saltó la chispa y permitió que comenzará un breve cortejo envuelto de un gran secretismo, con ayuda de un escaso grupo de celestinos.

En Zarzuela, inicialmente creyeron que se trataba de un mero tonteo, de una relación sin mayor trascendencia. Los amigos de Don Felipe que conocieron la historia desconfiaban de que ésta fuera a llegar a buen puerto conscientes de que el pasado de la periodista, divorcio incluido, iba a ser una bomba para la institución.

UN HEREDERO ESCALDADO
Pero el Príncipe estaba escaldado. Lo de Isabel Sartorius lo había digerido porque su noviazgo le había pillado demasiado joven aún. Sin embargo, el modo en que se había finiquitado su relación con la noruega Eva Sannum,con la intervención de dirigentes de renombre, le había dejado tocado. Así que con Letizia dejó claro que no iba a dar su brazo a torcer. La Reina Sofíale apoyó cuando vio que eran lentejas. A Don Juan Carlos le costó mucho más aceptarlo.

En octubre de 2003, un año después de la famosa cena en casa de Erquicia, el hoy Rey echó un órdago a su padre. Don Felipe no asistió al desfile militar con motivo del 12 de Octubre. En aquella época, la Familia Real aún estaba bastante sobreprotegida por los medios. Y, aun así, aquel gesto veleidoso le acarreó a Don Felipe algunas reprimendas veladas en artículos de buenos conocedores de la institución como Luis María Anson. El Heredero se encontraba en Estados Unidos, con Letizia Ortiz. Su viaje institucional a Washington y Nueva York había concluido el 10 de octubre, con tiempo suficiente para estar en España el 12-O. Pero prolongó la estancia a modo de órdago ante la oposición de Don Juan Carlos a la relación con la presentadora del Telediario.

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Los Reyes abandonan la Catedral de La Almudena recién casadosEFE
El Príncipe ganó. El plan de seguridad diseñado por Zarzuela para que se preservara en la intimidad el noviazgo real fue un éxito hasta que del bombazo tuvieron conocimiento demasiadas personas. Y, como es sabido, todo se precipitó el 31 de octubre de aquel 2003. Los españoles se quedaron de piedra al conocer que la futura consorte sería el popular rostro de los informativos. El expresivo titular de la portada de nuestro periódico fue "La Reina de la televisión".

La lluvia no faltó al enlace celebrado el 22 de mayo de 2004 en la Catedral de La Almudena de Madrid. Siempre se ha subrayado que la boda estuvo teñida de cierta tristeza por lo cercanos que estaban los atentados del 11-M. Tampoco ayudó el nerviosismo de Doña Letizia, a quien el Príncipe apenas pudo arrancar un casto beso en la mejilla cuando salieron a saludar desde el Palacio Real.

Nada tiene que ver la actual Reina, que demuestra seguridad en su papel institucional y confianza en sí misma, con la inexperta joven de hace 15 años que debió sentirse perdida en una institución como la Monarquía. Sin embargo, mantiene muchos tics de su carácter -es muy impulsiva, perfeccionista hasta la exasperación, hipercontroladora-, que han influido tanto en su rol público como en su relación matrimonial.

Un grupo de periodistas se quedó asombrado por su ímpetu en 2008 durante una recepción en Zarzuela para preparar un reportaje sobre la labor institucional de la pareja. "Hijo, hoy estás sordo, ¡la verdad!", le espetó Doña Letizia a su marido, que no parecía entender o escuchar sus indicaciones. El auditorio no sabía dónde meterse.

Con todo, los primeros años del matrimonio fueron muy buenos, marcados por el nacimiento de sus dos hijas, Leonor y Sofía, y por el tesón de la consorte para aprender a ejercer su papel. Eran días de vino y rosas para la Corona.

Cuando la rutina y el desgaste de la convivencia, como pasa siempre, empezaron a dejarse notar, las amistades del Príncipe se convirtieron en un motivo de fricción. Y no tardó en llegar el día en el que Doña Letizia decidió que ya no disimulaba más. Es de sobra conocido que la actual Reina tiene nula sintonía con el grueso del grupo de amistades que Don Felipe conserva desde joven. Y eso ha hecho que éste poco a poco se haya distanciado de personas tan allegadas como su primo Pablo de Grecia. Cuentan próximos a la pareja que llegaron a un pacto por el que cada uno mantiene un grupo de íntimos con el que disfrutan de actividades de ocio por separado. A la Reina se la ve muchas veces con sus amigas más cercanas en conciertos o restaurantes. Y el Rey, por su parte, no perdona escapadas como la que volvía a protagonizar en marzo a Baqueira para esquiar junto a varios miembros de su pandilla, sin Letizia, poco aficionada a los deportes de invierno.

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Don Felipe y Doña Letizia, en un momento de su bodaEFE
ENFADOS PÚBLICOS
Algo que ha sido objeto de muchas críticas estos años han sido las peleíllas en actos públicos. Doña Letizia no ha ocultado sus enfados con su esposo en momentos en el que tenían el foco mediático apuntándoles. Así ocurrió, por ejemplo, en junio de 2015, durante el Fórum Impulsa de la Fundación Princesa de Girona, en el que se mostraron fríos y muy distantes.

Aunque uno de los episodios bochornosos más recordados se produjo en 2011, durante una recepción en el Ayuntamiento de A Coruña. El Heredero charlaba animadamente con los asistentes cuando su mujer le soltó: "Si te paras con cualquiera no vamos a acabar nunca". El concejal de Festejos, interlocutor en ese instante de Don Felipe, se sintió humillado.

2013 fue el annus horriblis para el matrimonio. Ya había estallado el caso Nóos. Y había tenido lugar el accidente de Don Juan Carlos en la cacería de elefantes de Bostwana, que destapó el escándalo de su entrañable amistad con Corinna. La popularidad de la Corona caía en picado. Y a la crisis institucional se sumó un enfriamiento en la relación de los Príncipes.

En marzo de ese año, en Roma, durante un acto en nuestra embajada ante la Santa Sede, mientras Don Felipe charlaba con prelados de la Conferencia Episcopal, su mujer se le acercó destemplada y le soltó: "Me han dicho que esto se acaba ya, que nos echan, nos vamos ya". El mal rollo entre ambos fue la comidilla del acto.

Pero cuando saltaron las alarmas fue en verano. Doña Letizia llegó a Palma de Mallorca mucho más tarde que el resto de la Familia Real y se marchó enseguida, antes de lo previsto, dejando plantados a su marido, a sus hijas y a su familia política. La crisis sentimental ya no podía disimularse.

Parece que costó tiempo que se recompusieran las piezas del puzzle conyugal. Pero desde el entorno real se transmite que de un tiempo a esta parte los Reyes viven una segunda luna de miel. Los gestos de arrobo que la pareja se ha dedicado en más de un acto institucional no se ensayan. Doña Letizia es una mujer excesiva en sus formas e igual que le cuesta disimular su malestar, es capaz de transmitir afecto sin el recato al que constriñe el corsé del protocolo.

Y, así, durante el acto en el Congreso en diciembre por el 40º aniversario de la Constitución, Doña Letizia atravesó al Rey con una mirada de complicidad y le obsequió con un interminable aplauso tras su discurso que hizo que Don Felipe, un tímido empedernido, no pudiera por menos que ruborizarse.

Aquella cena en casa de Erquicia unió a dos personas que ya habían amado y desamado lo suyo. Pero si, como decía Antoine de Saint-Exupéry, al primer amor se le quiere más, pero a los demás se les quiere mejor, puede que los Reyes hayan encontrado el necesario equilibrio para que su matrimonio funcione tanto en lo personal como en lo institucional 15 años después de darse el sí quiero.

https://www.elmundo.es/loc/famosos/2019/05/18/5cdeaff821efa048718b4653.html
 
Don Felipe y Doña Letizia, 15 años de matrimonio con altibajos
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Los Reyes, el día de su boda EFE
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Sus allegados aseguran que siguen muy enamorados tras superar crisis como la de 2013, en la que se temió por el fin de la relación

Es la Familia Real española la que menos sentido de la pompa tiene de todas las dinastías reinantes de Europa. Por una obsesión de la austeridad mal entendida, la Corona es muy poco dada a la celebración de las efemérides que atañen a sus miembros. Nada que ver con otras Monarquías como la británica o la sueca donde cualquier ocasión es buena para la exaltación de la Jefatura del Estado. De ahí que no quepa esperar ningún evento con motivo de los 15 años del matrimonio de Don Felipe y Doña Letizia que se cumplen el próximo 22 de mayo. Y, sin embargo, es una fecha importante para una institución de naturaleza familiar.

El de Don Felipe y Doña Letizia ha sido en estos 15 años un matrimonio plagado de altibajos, muchos de los cuales han trascendido a pesar de la gran opacidad que rodea a la Corona. Pero, como sostienen expertos y personas próximas a La Zarzuela, tan cierto es que los Reyes siguen hoy profundamente enamorados -se destaca sobre todo lo mucho que quiere el Monarca a su mujer- como que han pasado al menos una crisis muy seria en su relación que hizo temer que el matrimonio se rompiera.

A nadie se le escapa que la relación conyugal en este caso no es un asunto meramente privado, sino que afecta absolutamente a la institución sobre la que descansa nuestro sistema político-institucional. De ahí que la crisis a la que aludimos, hoy felizmente superada, provocara en su día una honda preocupación. Porque aunque nos hemos empezado a acostumbrar a separaciones y divorcios en el seno de las familias reales -ya no hacen falta eufemismos como el del "cese temporal de la convivencia" con el que en su día se anunció el distanciamiento de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar-, en el Viejo Continente todavía supone una complicación extraordinaria la ruptura definitiva de reyes en ejercicio. Y, así, los ciudadanos parecen aceptar sin problema que monarcas como Don Juan Carlos o la propia Isabel II de Inglaterra hayan hecho vidas independientes de sus cónyuges durante décadas, pero los políticos prefieren mirar hacia otro lado para no regular las situaciones de derecho que se derivarían del divorcio del Jefe del Estado y su consorte.

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Don Felipe y Doña Letizia en un momento de la ceremoniaEFE
No está claro si el entonces Príncipe de Asturias y la periodista de TVE Letizia Ortiz se conocieron o no en una cena en casa de quien fuera director de Documentos TV, Pedro Erquicia, el 17 de octubre de 2002. En todo caso aquel fue el encuentro en el que, al parecer, saltó la chispa y permitió que comenzará un breve cortejo envuelto de un gran secretismo, con ayuda de un escaso grupo de celestinos.

En Zarzuela, inicialmente creyeron que se trataba de un mero tonteo, de una relación sin mayor trascendencia. Los amigos de Don Felipe que conocieron la historia desconfiaban de que ésta fuera a llegar a buen puerto conscientes de que el pasado de la periodista, divorcio incluido, iba a ser una bomba para la institución.

UN HEREDERO ESCALDADO
Pero el Príncipe estaba escaldado. Lo de Isabel Sartorius lo había digerido porque su noviazgo le había pillado demasiado joven aún. Sin embargo, el modo en que se había finiquitado su relación con la noruega Eva Sannum,con la intervención de dirigentes de renombre, le había dejado tocado. Así que con Letizia dejó claro que no iba a dar su brazo a torcer. La Reina Sofíale apoyó cuando vio que eran lentejas. A Don Juan Carlos le costó mucho más aceptarlo.

En octubre de 2003, un año después de la famosa cena en casa de Erquicia, el hoy Rey echó un órdago a su padre. Don Felipe no asistió al desfile militar con motivo del 12 de Octubre. En aquella época, la Familia Real aún estaba bastante sobreprotegida por los medios. Y, aun así, aquel gesto veleidoso le acarreó a Don Felipe algunas reprimendas veladas en artículos de buenos conocedores de la institución como Luis María Anson. El Heredero se encontraba en Estados Unidos, con Letizia Ortiz. Su viaje institucional a Washington y Nueva York había concluido el 10 de octubre, con tiempo suficiente para estar en España el 12-O. Pero prolongó la estancia a modo de órdago ante la oposición de Don Juan Carlos a la relación con la presentadora del Telediario.

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Los Reyes abandonan la Catedral de La Almudena recién casadosEFE
El Príncipe ganó. El plan de seguridad diseñado por Zarzuela para que se preservara en la intimidad el noviazgo real fue un éxito hasta que del bombazo tuvieron conocimiento demasiadas personas. Y, como es sabido, todo se precipitó el 31 de octubre de aquel 2003. Los españoles se quedaron de piedra al conocer que la futura consorte sería el popular rostro de los informativos. El expresivo titular de la portada de nuestro periódico fue "La Reina de la televisión".

La lluvia no faltó al enlace celebrado el 22 de mayo de 2004 en la Catedral de La Almudena de Madrid. Siempre se ha subrayado que la boda estuvo teñida de cierta tristeza por lo cercanos que estaban los atentados del 11-M. Tampoco ayudó el nerviosismo de Doña Letizia, a quien el Príncipe apenas pudo arrancar un casto beso en la mejilla cuando salieron a saludar desde el Palacio Real.

Nada tiene que ver la actual Reina, que demuestra seguridad en su papel institucional y confianza en sí misma, con la inexperta joven de hace 15 años que debió sentirse perdida en una institución como la Monarquía. Sin embargo, mantiene muchos tics de su carácter -es muy impulsiva, perfeccionista hasta la exasperación, hipercontroladora-, que han influido tanto en su rol público como en su relación matrimonial.

Un grupo de periodistas se quedó asombrado por su ímpetu en 2008 durante una recepción en Zarzuela para preparar un reportaje sobre la labor institucional de la pareja. "Hijo, hoy estás sordo, ¡la verdad!", le espetó Doña Letizia a su marido, que no parecía entender o escuchar sus indicaciones. El auditorio no sabía dónde meterse.

Con todo, los primeros años del matrimonio fueron muy buenos, marcados por el nacimiento de sus dos hijas, Leonor y Sofía, y por el tesón de la consorte para aprender a ejercer su papel. Eran días de vino y rosas para la Corona.

Cuando la rutina y el desgaste de la convivencia, como pasa siempre, empezaron a dejarse notar, las amistades del Príncipe se convirtieron en un motivo de fricción. Y no tardó en llegar el día en el que Doña Letizia decidió que ya no disimulaba más. Es de sobra conocido que la actual Reina tiene nula sintonía con el grueso del grupo de amistades que Don Felipe conserva desde joven. Y eso ha hecho que éste poco a poco se haya distanciado de personas tan allegadas como su primo Pablo de Grecia. Cuentan próximos a la pareja que llegaron a un pacto por el que cada uno mantiene un grupo de íntimos con el que disfrutan de actividades de ocio por separado. A la Reina se la ve muchas veces con sus amigas más cercanas en conciertos o restaurantes. Y el Rey, por su parte, no perdona escapadas como la que volvía a protagonizar en marzo a Baqueira para esquiar junto a varios miembros de su pandilla, sin Letizia, poco aficionada a los deportes de invierno.

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Don Felipe y Doña Letizia, en un momento de su bodaEFE
ENFADOS PÚBLICOS
Algo que ha sido objeto de muchas críticas estos años han sido las peleíllas en actos públicos. Doña Letizia no ha ocultado sus enfados con su esposo en momentos en el que tenían el foco mediático apuntándoles. Así ocurrió, por ejemplo, en junio de 2015, durante el Fórum Impulsa de la Fundación Princesa de Girona, en el que se mostraron fríos y muy distantes.

Aunque uno de los episodios bochornosos más recordados se produjo en 2011, durante una recepción en el Ayuntamiento de A Coruña. El Heredero charlaba animadamente con los asistentes cuando su mujer le soltó: "Si te paras con cualquiera no vamos a acabar nunca". El concejal de Festejos, interlocutor en ese instante de Don Felipe, se sintió humillado.

2013 fue el annus horriblis para el matrimonio. Ya había estallado el caso Nóos. Y había tenido lugar el accidente de Don Juan Carlos en la cacería de elefantes de Bostwana, que destapó el escándalo de su entrañable amistad con Corinna. La popularidad de la Corona caía en picado. Y a la crisis institucional se sumó un enfriamiento en la relación de los Príncipes.

En marzo de ese año, en Roma, durante un acto en nuestra embajada ante la Santa Sede, mientras Don Felipe charlaba con prelados de la Conferencia Episcopal, su mujer se le acercó destemplada y le soltó: "Me han dicho que esto se acaba ya, que nos echan, nos vamos ya". El mal rollo entre ambos fue la comidilla del acto.

Pero cuando saltaron las alarmas fue en verano. Doña Letizia llegó a Palma de Mallorca mucho más tarde que el resto de la Familia Real y se marchó enseguida, antes de lo previsto, dejando plantados a su marido, a sus hijas y a su familia política. La crisis sentimental ya no podía disimularse.

Parece que costó tiempo que se recompusieran las piezas del puzzle conyugal. Pero desde el entorno real se transmite que de un tiempo a esta parte los Reyes viven una segunda luna de miel. Los gestos de arrobo que la pareja se ha dedicado en más de un acto institucional no se ensayan. Doña Letizia es una mujer excesiva en sus formas e igual que le cuesta disimular su malestar, es capaz de transmitir afecto sin el recato al que constriñe el corsé del protocolo.

Y, así, durante el acto en el Congreso en diciembre por el 40º aniversario de la Constitución, Doña Letizia atravesó al Rey con una mirada de complicidad y le obsequió con un interminable aplauso tras su discurso que hizo que Don Felipe, un tímido empedernido, no pudiera por menos que ruborizarse.

Aquella cena en casa de Erquicia unió a dos personas que ya habían amado y desamado lo suyo. Pero si, como decía Antoine de Saint-Exupéry, al primer amor se le quiere más, pero a los demás se les quiere mejor, puede que los Reyes hayan encontrado el necesario equilibrio para que su matrimonio funcione tanto en lo personal como en lo institucional 15 años después de darse el sí quiero.

https://www.elmundo.es/loc/famosos/2019/05/18/5cdeaff821efa048718b4653.html
Espero ahora que al rey si su hija se va con un plebeyito de poca casta. El Rey se lo permita.....y no se ponga peor que sus padres.
 
A mí lo que me chirría es que después de tantos escándalos y crisis se diga, que "están profundamente enamorados". Lo siento, no me lo creo.
Porque todas esas crisis , enfrentamientos entre ellos, desplantes, enfrentamientos con otros familiares...esas tensiones constantes en determinados actos...bluf...eso va dejando un poso.
Y hay que ser muy frío para que todo eso no te afecte y vaya deteriorando la relación.
No sé si entre ellos hay amor o no, y si ahora han llegado a un acuerdo, porque quizá no fuese un buen momento para anunciar un divorcio.
Es una absurdez que porque una vez entre ellos se sonrían o se miren, que ya se hable de "complicidad". A ver, que llevan muchos años juntos, que tienen dos hijas, que se conocen al dedillo.
Que en un momento dado uno diga algo y el otro se ría no quiere decir nada.
Y si Letizia le da la mano a Felipe, y este no le da una manotazo y se la suelta, tampoco quiere decir nada.
Habría que verlos en su casa, fuera de cámaras.
A mí la mayoría de las veces no me transmiten nada.
 
Pues vaya gracia recordar el aniversario todos los años,menudo día aciago para los españoles.
De verdad que al Felipe le faltan dos hervores y tres pucherazos,seguir "profundamente enamorado" de un tía que lo ha humillado y se ha reído de él.Este tío es tonto pá siempre.
 
Pues vaya gracia recordar el aniversario todos los años,menudo día aciago para los españoles.
De verdad que al Felipe le faltan dos hervores y tres pucherazos,seguir "profundamente enamorado" de un tía que lo ha humillado y se ha reído de él.Este tío es tonto pá siempre.


Hay hombres a los que les gusta que les den caña, y hasta los hay que disfrutan con que les den con un látigo. No se si este pertenece al primero o al segundo grupo, lo que si parece es que es bastante blandengue y manipulable.
 
Pues vaya gracia recordar el aniversario todos los años,menudo día aciago para los españoles.
De verdad que al Felipe le faltan dos hervores y tres pucherazos,seguir "profundamente enamorado" de un tía que lo ha humillado y se ha reído de él.Este tío es tonto pá siempre.
Es que a lo mejor el no es tan Bueno Como tu te piensas. Dios los cria ellos se juntan
 
A mí lo que me chirría es que después de tantos escándalos y crisis se diga, que "están profundamente enamorados". Lo siento, no me lo creo.
Porque todas esas crisis , enfrentamientos entre ellos, desplantes, enfrentamientos con otros familiares...esas tensiones constantes en determinados actos...bluf...eso va dejando un poso.
Y hay que ser muy frío para que todo eso no te afecte y vaya deteriorando la relación.
No sé si entre ellos hay amor o no, y si ahora han llegado a un acuerdo, porque quizá no fuese un buen momento para anunciar un divorcio.
Es una absurdez que porque una vez entre ellos se sonrían o se miren, que ya se hable de "complicidad". A ver, que llevan muchos años juntos, que tienen dos hijas, que se conocen al dedillo.
Que en un momento dado uno diga algo y el otro se ría no quiere decir nada.
Y si Letizia le da la mano a Felipe, y este no le da una manotazo y se la suelta, tampoco quiere decir nada.
Habría que verlos en su casa, fuera de cámaras.
A mí la mayoría de las veces no me transmiten nada.

Es que yo creo que estos dos son iguales solo que FVI lo disimula mejor
se dice de FVI que en público es más frío
 
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