Un antes y un despues para muchas personas. Los que perdieron a un ser querido, los que quedaron mutilados; los bomberos, policias y demás personal sanitario que tuvieron que ser tratados por psicologos y de lo que algunos no se han recuperado.
Ese dia es inolvidable. Como de una explosión de paso a 4 muertos y la cifra crecía y crecia y la gente no entendía nada.
La conmoción se mezclaba con la emoción de saber que en los hospitales habia filas de gente esperando a donar sangre.
Dos compañeras llegaron a la oficina a las 11. Venian de Atocha, en el metro que cogian todos los dias. Se sentaron, se taparon taparon la cara con las manos y sin poder articular palabra. n
Después, por la tarde vino el silencio y la tristeza y el miedo que se respiraba en las calles. Nunca he visto Madrid así.
Guardo con cariño un e-mail de las 10h de esa mañana. Me escribia una conocida vasca, cuando aun se pensaba en ETA, diciendo cuanto lo sentía.
Recuerdo aquella manifestacion, de noche, jarreando agua donde no cabía más gente en las calles. Despues, la entrada a la estacion de Atocha se convirtió en una alfombra de velas y flores dibujos de niños y mensajes de dolor. Solo se podia llorar y abrazarsse unos a otros.
Recuerdo el primer aniversario. A las 8 de la mañana todas las campanas de Madrid sonando y la gente en el autobus en silencio y disimulando las lágrimas...
