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- En un país multicolor...
Aviso tocho gordo.
Os hablo de la persona que me regaló mi nick aquí.
Hace casi una década se cruzó en mi vida una persona maravillosa pero llena de inseguridades. Lo he contado alguna vez en el foro, vivimos la relación más fuerte emocional y física que he tenido nunca pero llena de altibajos por su parte ya que yo rompía con todos los moldes que tenía marcados: era independiente, llevaba muchas experiencias detrás y le sacaba unos cuantos años. Su entorno era (y es) muy cerrado, él rozando los 30 jamás había tenido pareja estable. Así que mal por mi parte aguanté que los lunes y los martes me ignorara pero los miércoles recapacitaba y no hacía nada más que buscarme así hasta el domingo.
Me metió en todos sus círculos, incluso se las ingenió para que trabajáramos juntos durante el verano fuera de ojos indiscretos. Cuando parecía que la cosa volvía a encaminarse para bien apareció el peor ser que he conocido nunca y que estaba muy pegado a él y en un viaje que hicieron juntos le hizo prometer que dejaría de verme o el resto de familia le daría la espalda, para asegurarse que yo cumplía también me amenazó por internet y estuvo jugueteando a intentar entrar en mis cuentas de correo, él me pidió que no la denunciara y yo fue idiota y no la denuncié. Él me lo confesó a la vuelta lo que había pasado (el ultimátum) y a pesar de eso nos dimos una última oportunidad que acabó con lágrimas por parte de los dos. Mi primera depresión seria. Y un "ahora marco distancias" y un "me lo vuelvo a saltar mutuo" hasta que pasados unos meses conocí al que hoy es mi marido y le pedí por teléfono que me olvidara y lo borré de redes porque era verlo y desarmarme. Todo esto lo sabe desde el principio mi pareja actual.
Nuestros caminos no se han separado nunca del todo aunque con los años se han ido espaciando mucho los mensajes.
Estamos en el mismo círculo profesional y todavía me sobresalto cuando alguno de mis compañeros lo nombra. La última vez fue esta Navidad cuando una compañera nueva hablaba en voz alta con más gente de un estudio que esta persona le había recomendado leer y alguien le dijo que aquello era mío, entonces se acercó a mi mesa hablamos un poco del texto y se le ocurrió decirme que de alguna forma yo a él le había marcado la vida. Me dejó rota, pensar que me había olvidado por completo y que años después de poner el fin como me contaron “hablaba con mucho cariño de mí”. Otro compañero que es amigo de él se animó a dejarle un mensaje “¿te importa que le dé recuerdos de su parte?”Me puse roja, “pues dáselos”
Los dos tenemos una parte creativa muy chula y no hemos coincidido frente a frente casi de casualidad, 2 veces me atreví a ir con amigas al teatro fuera de donde vivimos porque estrenaban proyecto y vi el espectáculo en una esquinita saliendo antes de tiempo para no encontrarme con él en los pasillos. Y sé que ahora por fin tiene una pareja estable acorde a lo que querían para él y que está bien, muy tranquilo… y él sabe que me casé y fui madre hace no mucho. Su círculo de amigos aunque marcando distancias sigue siendo el mío.
A lo que voy, estos días de confinamiento he soñado varias veces con él y eso me da que pensar, creo que es el miedo a que me pase algo y que no me dé tiempo a darle el abrazo que dejamos pendiente hace muchos años y que me daría paz. Los sueños siempre acaban con un abrazo y yo me levanto con la emoción en la garganta. Y no sé cómo gestionarlo. Mi terapeuta si me leyera me diría seguro que lo pusiera en la lista de cosas pendientes y que por fin debería atreverme a saltar esa barrera: ver la obra de principio a fin, aceptar la invitación de la compañía que siempre está y que fluya…somos adultos y podemos gestionarlo o deberíamos hacerlo. Es la única persona del mundo capaz de romperme con una mirada…
Que alguien me diga que este tipo de “apariciones mentales” son normales después de tantos días de estar encerrado en casa…
Os hablo de la persona que me regaló mi nick aquí.
Hace casi una década se cruzó en mi vida una persona maravillosa pero llena de inseguridades. Lo he contado alguna vez en el foro, vivimos la relación más fuerte emocional y física que he tenido nunca pero llena de altibajos por su parte ya que yo rompía con todos los moldes que tenía marcados: era independiente, llevaba muchas experiencias detrás y le sacaba unos cuantos años. Su entorno era (y es) muy cerrado, él rozando los 30 jamás había tenido pareja estable. Así que mal por mi parte aguanté que los lunes y los martes me ignorara pero los miércoles recapacitaba y no hacía nada más que buscarme así hasta el domingo.
Me metió en todos sus círculos, incluso se las ingenió para que trabajáramos juntos durante el verano fuera de ojos indiscretos. Cuando parecía que la cosa volvía a encaminarse para bien apareció el peor ser que he conocido nunca y que estaba muy pegado a él y en un viaje que hicieron juntos le hizo prometer que dejaría de verme o el resto de familia le daría la espalda, para asegurarse que yo cumplía también me amenazó por internet y estuvo jugueteando a intentar entrar en mis cuentas de correo, él me pidió que no la denunciara y yo fue idiota y no la denuncié. Él me lo confesó a la vuelta lo que había pasado (el ultimátum) y a pesar de eso nos dimos una última oportunidad que acabó con lágrimas por parte de los dos. Mi primera depresión seria. Y un "ahora marco distancias" y un "me lo vuelvo a saltar mutuo" hasta que pasados unos meses conocí al que hoy es mi marido y le pedí por teléfono que me olvidara y lo borré de redes porque era verlo y desarmarme. Todo esto lo sabe desde el principio mi pareja actual.
Nuestros caminos no se han separado nunca del todo aunque con los años se han ido espaciando mucho los mensajes.
Estamos en el mismo círculo profesional y todavía me sobresalto cuando alguno de mis compañeros lo nombra. La última vez fue esta Navidad cuando una compañera nueva hablaba en voz alta con más gente de un estudio que esta persona le había recomendado leer y alguien le dijo que aquello era mío, entonces se acercó a mi mesa hablamos un poco del texto y se le ocurrió decirme que de alguna forma yo a él le había marcado la vida. Me dejó rota, pensar que me había olvidado por completo y que años después de poner el fin como me contaron “hablaba con mucho cariño de mí”. Otro compañero que es amigo de él se animó a dejarle un mensaje “¿te importa que le dé recuerdos de su parte?”Me puse roja, “pues dáselos”
Los dos tenemos una parte creativa muy chula y no hemos coincidido frente a frente casi de casualidad, 2 veces me atreví a ir con amigas al teatro fuera de donde vivimos porque estrenaban proyecto y vi el espectáculo en una esquinita saliendo antes de tiempo para no encontrarme con él en los pasillos. Y sé que ahora por fin tiene una pareja estable acorde a lo que querían para él y que está bien, muy tranquilo… y él sabe que me casé y fui madre hace no mucho. Su círculo de amigos aunque marcando distancias sigue siendo el mío.
A lo que voy, estos días de confinamiento he soñado varias veces con él y eso me da que pensar, creo que es el miedo a que me pase algo y que no me dé tiempo a darle el abrazo que dejamos pendiente hace muchos años y que me daría paz. Los sueños siempre acaban con un abrazo y yo me levanto con la emoción en la garganta. Y no sé cómo gestionarlo. Mi terapeuta si me leyera me diría seguro que lo pusiera en la lista de cosas pendientes y que por fin debería atreverme a saltar esa barrera: ver la obra de principio a fin, aceptar la invitación de la compañía que siempre está y que fluya…somos adultos y podemos gestionarlo o deberíamos hacerlo. Es la única persona del mundo capaz de romperme con una mirada…
Que alguien me diga que este tipo de “apariciones mentales” son normales después de tantos días de estar encerrado en casa…