Prisión sin fianza para 6 de los 8 detenidos en Alsasua por "delito de terrorismo"

El caso Altsasu: 'askeamiento'

La calificación de terrorismo fue un auténtico escándalo, y no solo porque en 2016 no había terrorismo en este país, sino porque ninguna de las figuras posibles de tal tipo delictivo concurrían en modo alguno
La decisión del Tribunal Supremo alivia poco, la verdad. Más bien deja, en todo caso, una sensación muy agria

Garbiñe Biurrun Mancisidor

17/10/2019 - 22:52h

Representantes institucionales y políticos de Navarra respaldan la manifestación contra la sentencia del caso Alsasua

Manifestación contra la sentencia del caso Alsasua.

Hace pocos días hemos conocido la Sentencia del Tribunal Supremo en la que se rebaja la pena a las ocho personas condenadas por agresiones a dos agentes de la Guardia Civil y sus parejas, ocurridas en un bar de Altsasu en octubre de 2016. Rebajas de condena aparejadas a modificaciones en las circunstancias agravantes que se habían apreciado en la Sentencia de la Audiencia Nacional recurrida –las de discriminación y abuso de superioridad–, pero manteniendo la calificación de los hechos enjuiciados como delitos de atentado a los agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas.

En efecto, el Tribunal Supremo ha disminuido la condena a privación de libertad hasta un máximo de nueve años y medio, según la literalidad de la Sentencia –de siete años y medio en la práctica, según revelan ya algunas de las defensas por el efecto de la refundición de las penas–. Y ello, partiendo de la condena de la Audiencia Nacional, que impuso penas de hasta trece años de prisión.


Sabido es, por otra parte, que este sumario, cuya incoación no pongo en cuestión, pues los incidentes son innegables y su consideración delictiva también, en mi opinión, se dirigió de manera más que discutida, siguiéndose, a resultas de una denuncia de COVITE, por delito de terrorismo, tal como lo valoró la Fiscalía de la Audiencia Nacional y la propia Audiencia y, no se olvide, también el Tribunal Supremo, desestimando los recursos interpuestos al respecto y contra prácticamente todas las opiniones jurídicas altamente cualificadas –salvo las suyas propias–, notablemente las de un Juzgado de Instrucción de Pamplona y la Audiencia Provincial de Navarra, que entendían que tal calificación de terrorismo era inaceptable.

No seré yo, que no he pasado un solo día en prisión ni he tenido a mis seres más queridos en tal situación, quien minimice esta rebaja de condena. Seguramente nadie la desprecia y desde las personas afectadas supone un mínimo alivio. Pero no es, desde luego, lo esperado desde una perspectiva técnico-jurídica ni desde el sentido ciudadano ordinario de la justicia. Por ello, siento el deber de expresar lo que ya he manifestado en numerosas ocasiones sobre este caso.

La calificación de terrorismo fue, como reputadas gentes del Derecho han gritado, un auténtico escándalo, y no solo porque en 2016 no había, muy afortunadamente, terrorismo en este país, sino porque ninguna de las figuras posibles de tal tipo delictivo concurrían en modo alguno. Y todo, para terminar negando la propia Audiencia Nacional en su sentencia ahora revocada, la concurrencia de tal delito. Pero ya era tarde: ya se había torcido el derecho constitucional al juez natural –que habrían sido el Juzgado de Instrucción correspondiente de Pamplona y la Audiencia Provincial de Navarra– y los criterios también "naturales" de instrucción y enjuiciamiento, y ya se había consolidado una terrible situación de prisión provisional que había durado demasiado tiempo.

La decisión del Tribunal Supremo alivia poco, la verdad. Más bien deja, en todo caso, una sensación muy agria. Descorazona a quienes no hemos comprendido el devenir de este sumario porque, si era incomprensible la calificación de terrorismo, también lo es que se mantenga la calificación de los hechos como atentado a la autoridad, pues el Código Penal exige para ello que sus víctimas –autoridad, agentes o funcionarios públicos– se hallen en el ejercicio de las funciones de sus cargos o con ocasión de ellas, lo que es más que discutible –por ser benevolente– en este caso, en el que los hechos ocurrieron en la madrugada, en un bar, en una localidad en fiestas, estando los agentes disfrutando de su ocio privado. De otro lado, resultaba más que claro para muchas opiniones jurídicas que no concurría la agravante de discriminación –por una parte, ciertamente, jamás podría considerarse a la Guardia Civil ni a sus agentes como un colectivo vulnerable, discriminado o marginado, en los términos requeridos para entender concurrente tal agravante; por otra, ya se había considerado que se trataba de agentes al calificar los hechos como atentado–. Ni la de abuso de superioridad, tal como se produjeron los hechos y porque es difícil de comprender esta agravante en el delito de atentado a la autoridad.

Es evidente que el caso Altsasu no ha terminado. No lo ha hecho desde el punto de vista de su recorrido judicial, pues es claro que continuará en el Tribunal Constitucional y, en su caso, en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, según anuncian las defensas. Tampoco ha terminado, desgraciadamente, para las personas condenadas, que deberán seguir en prisión un tiempo relevante, ni para sus seres queridos. Y tampoco ha terminado para una gran parte de la ciudadanía navarra y de toda Euskal Herria que, amplia y diversa, sigue reclamando justicia. Entiéndase bien: justicia y proporcionalidad, tal como de manera clara y ejemplar se ha expresado reiteradamente en las calles de la localidad, sin apelar jamás a la impunidad o a la absolución, sino asumiendo lo incorrecto e injusto de los hechos enjuiciados, pero pidiendo –exigiendo legítimamente– su justo castigo, con independencia de lo que, también legítimamente, se haya solicitado en el ejercicio del derecho de defensa en el proceso judicial.

Seguramente tampoco ha terminado para los agentes agredidos y sus parejas, que han tenido, como es debido y esperado, apoyo institucional y que, en lo personal, merecen todo el respeto y comprensión. Pero ello tampoco remata la cuestión política que también se agita en este caso, que es el de la presencia de la Guardia Civil en Euskadi y Navarra, que deberá resolverse también políticamente, cuestión que he dejado para el final y de manera marginal para evitar mezclarla con la cuestión prioritaria.

Nota: el título de esta colaboración juega con el lema "Atsasukoak aske" –"los de Altsasu libres"–, que sigue encabezando las críticas ciudadanas a este caso, su tramitación y las soluciones dadas hasta el momento.

https://www.eldiario.es/zonacritica/caso-altsasu-askeamiento_6_951614840.html
 
Por mucho tiempo que hayas tenido la mente ocupada con otros asuntos y hayas pasado de pensar en los gobernantes que hemos tenido,que mucha gente se ha dejado llevar por la inercia,de no fijarse en los detalles de lo que ocurre en la cima de la piramide,en estos últimos tiempos de mayor interés por todo lo que ocurre,te das cuenta de la debilidad que hay en nuestra democracia,que en más de cuarenta años no ha logrado consolidarse gracias a esas instituciones que no han abandonado las prácticas franquistas y han cedido a regañaientes algunos derechos que vienen escritos en la Constitución eso si,algunos muy ambiguos para ser interpretados por quien los lean y si son algunos magistrados los afinan a propia voluntad según la deología que tengan. Las resoluciones de la justicia tienen que ser aceptadas y acatadas gusten, o no.Sean ajustadas a derecho, o interpretada según el criterio de quien la imparte.Con esa versión "magistral" se puede acatar por "imperativo legal" pero no aceptar,un Estado de Derecho implica que todos los servidores públicos están sujetos al escrutineo ciudadano,porque en la Constitución el primer artículo contempla que el pueblo es soberano del cual emanan todas las leyes.Por lo tanto señorias ustedes también están sujetos a las criticas del pueblo,criticas merecidas por esa manera tan personal de impartir esa justicia,depende siempre de donde viene y sea el "reo"Lo de Alsasua es un ejemplo que es un gazapo de la justicia, donde no se ha respetado el derecho de esos ciudadanos a tener un juicio como Dios y la ley natural demanda.Lo peor que le puede pasar a un pueblo es que no tenga confianza en sus leyes y mucho menos en quien la imparte,porque eso significa que no se vive en una democracia si no que una dictadura está maquillada de democracia,que es la manera inmoral de engañar a los ciudadaos.i
 
Iñaki Abad y Aratz Urrizola, dos de los siete, podrán volver a Altsasu tras recibir el tercer grado.

Dos de los jóvenes de Altsasu que tenían las condenas menos graves, Iñaki Abad y Aratz Urrizola, han recibido el tercer grado penitenciario, por lo que podrán empezar a salir de prisión. Otros cinco afrontan aún una larga condena.

NAIZ|2019/12/17 21:07
Altsasuona

Los retratos de los condenados, en la marcha ciclista y concentración de octubre. (Iñigo URIZ | FOKU)


Según se ha conocido a última hora de la tarde del martes, dos de los jóvenes altsasuarras condenados a graves penas de cárcel por los sucesos del bar Koxka en 2016 han recibido el tercer grado y podrán empezar a salir de prisión.

Algunas fuentes apuntaban a que quizás ocurra este viernes, pero Altsasu Gurasoak únicamente confirma que sus informaciones apuntan a que los jóvenes recibirán un primer permiso de salida y no detallan fecha para ello a la espera de tener todos los detalles.



En la mañana del miércoles, fuentes penitenciarias han confirmado la concesión del tercer grado por parte de la Junta de Tratamiento de Zaballa, pero explican que todavía no ha concluido el plan concreto de ejecución de esta progresión de grado, que abriría la puerta a su salida de la cárcel.

Se trata de Iñaki Abad, que tenía cuatro años y dos meses de condena tras el fallo del Supremo, y de Aratz Urrizola, cuyo castigo quedó fijado finalmente en tres años y seis meses. Ambos llevan ya casi dos años de prisión. Y ya han superado los tres ininterrumpidos otros tres condenados: Oihan Arnanz, Jokin Unamuno y Adur Ramírez de Alda.

Precisamente son estos tres los que padecen las mayores condenas, dado que tras el fallo del Supremo en octubre deben afrontar entre 8,5 y 9,5 años de cárcel. A Jon Ander Cob y Julen Goikoetxea se les impusieron 7 años y medio. Les siguen en este escalafón represivo Abad y Urrizola, y la octava condena fue Ainara Urquijo (año y medio tras la revisión del Supremo), que no entró en prisión.

Iñaki Abad es uno de los tres presos que en setiembre, desde la cárcel de Zaballa, respondieron a una entrevista a NAIZ-GARA para remarcar la relevancia total de la decisión que adoptara el Supremo. En ella detallaban el impacto de la prisión y las condiciones de cautiverio.

Las muestras de satisfacción no se han hecho esperar en las redes sociales, pero todas matizadas por el recuerdo a los cinco que seguirán encarcelados e incidiendo en el despropósito del caso. Esto es por ejemplo lo que ha tuiteado la portavoz parlamentaria de EH Bildu en Gasteiz, Maddalen Iriarte.




 
Me parece increíble que esos chicos sigan en prisión. Está claro que eso no es justicia,eso es revancha y abuso de autoridad procesal por que esos chicos no son de su misma cuerda ideológica,penoso y dramático.No encuentro otra explicación lógica a que permanezcan tanto tiempo en prisión.Estos procesos son lo que hacen que la gente sienta desprecio con el comportamiento de esa "justicia" tan poco ecuánime.
 
Clasifican en segundo grado a cinco de los jóvenes condenados por el caso Alsasua
EITB.EUS

La medida les ha sido comunicada una vez cumplida la cuarta parte de su condena, por lo que pueden solicitar permisos puntuales para salir de la cárcel de Zaballa.

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  • Manifestación en apoyo a los jóvenes condenados por el caso Alsasua. Foto de archivo: EFE

    Manifestación en apoyo a los jóvenes condenados por el caso Alsasua. Foto de archivo: EFE



NOTICIAS (5)
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Instituciones Penitenciarias ha clasificado en segundo grado penitenciario a cinco de los jóvenes condenados por el caso Alsasua , por lo que todos ellos podrán optar a permisos penitenciarios y puntuales salidas de prisión, según ha adelantado Diario de Noticias este viernes.

En concreto, Oihan Arnanz (condenado a 9,5 años de prisión), Jokin Unamuno (8,5 años), Adur Ramírez de Alda (8,5 años), Jon Ander Cob(7,5 años) y Julen Goikoetxea (7,5 años) ya han recibido esta notificación de la vigilancia penitenciaria, una vez cumplida la cuarta parte de su condena, por lo que pueden solicitar permisos puntuales para salir de la cárcel de Zaballa (Álava). Oihan, Jokin y Adur llevan ya 1.153 días en la cárcel, mientras que Jon Ander, Julen, Aratz e Iñaki, 619 días.

Esta medida, que se aplica de forma ordinaria a todos los presos con sentencia firme, supone un paso más para acceder a estos permisos y conseguir a medio plazo el tercer grado, que les permitiría salir de la prisión durante el día y los fines de semana, y en el que ya se encuentran Iñaki Abad y Aratz Urrizola, que tienen que regresar a la celda para dormir. El grado penitenciario se revisa de forma automática una vez cada seis meses.

El Tribunal Supremo fijó penas de hasta 9 años y medio de cárcel para los jóvenes de Alsasua acusados de agredir a dos guardias civiles y a sus respectivas parejas durante una trifulca registrada en el bar Koxka de la localidad navarra en octubre de 2016.

Las familias de los condenados denunciaron que la sentencia es "injusta y desproporcionada" y confirmaron que agotarán la vía judicial recurriendo primero ante el Tribunal Constitucional y posteriormente ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

 
Intentan linchar a golpes en Alsasua a dos guardias civiles tras una emboscada abertzale de madrugada
Les esperaron tras una noche de juerga, cruzaron varios contenedores y esperaron la llegada de los agentes para atacarles.
Radicales abertzales, durante una manifestación en favor de los condenados por pegar una paliza a dos agentes de la Guardia Civil en Alsasua. MIGUEL OSÉS


Radicales abertzales, durante una manifestación en favor de los condenados por pegar una paliza a dos agentes de la Guardia Civil en Alsasua. MIGUEL OSÉS
I.M.M.
06 febrero, 2020 - 20:56
GUARDIA CIVIL AGRESIÓN PALIZA ALSASUA
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Detenido el hombre supuestamente armado que se ha atrincherado en un piso de la Milagrosa
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Nueva agresión y emboscada a la Guardia Civil en Alsasua, en este caso con dos agentes heridos y una veintena de radicales que han tratado de repetir la paliza de hace casi tres años en la localidad.
Los hechos han ocurrido, según han confirmado fuentes de la Guardia Civil en Navarra, poco antes de las 7 de la mañana, cuando una patrulla ha acudido a retirar una barricada de contenedores.
La localidad celebraba sus fiestas de los quintos por Santa Águeda y por ese motivo la fiesta se había prolongado hasta altas horas de la madrugada en distintos bares y sociedades.
Cuando los dos agentes han acudido a retirar de la vía pública los contenedores cruzados, una avalancha de abertzales se ha lanzado sobre ellos en actitud violenta, al tiempo que les lanzaban algunos objetos.
El forcejeo ha durado varios minutos e incluso uno de los agentes ha rodado por el suelo y ha recibido patadas y golpes de todo tipo en distintas partes del cuerpo. Uno de los guardias ha podido pedir refuerzos y hasta la zona han llegado agentes de la Policía Foral y otras patrullas del cuartel de la Guardia Civil de Alsasua, momento en el que los agresores se han dispersado sin que se haya arrestado a ninguno de los participantes en la agresión.
Los dos guardias tienen diversas lesiones por golpes, pero no heridas de gravedad, aunque han sido atendidos en el Complejo Hospitalario de Navarra.
Por el momento no hay detenidos, aunque fuentes del cuerpo no han descartado que se puedan producir en las próximas horas

 
Intentan linchar a golpes en Alsasua a dos guardias civiles tras una emboscada abertzale de madrugada
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La localidad celebraba sus fiestas de los quintos por Santa Águeda y por ese motivo la fiesta se había prolongado hasta altas horas de la madrugada en distintos bares y sociedades.
Cuando los dos agentes han acudido a retirar de la vía pública los contenedores cruzados, una avalancha de abertzales se ha lanzado sobre ellos en actitud violenta, al tiempo que les lanzaban algunos objetos.
El forcejeo ha durado varios minutos e incluso uno de los agentes ha rodado por el suelo y ha recibido patadas y golpes de todo tipo en distintas partes del cuerpo. Uno de los guardias ha podido pedir refuerzos y hasta la zona han llegado agentes de la Policía Foral y otras patrullas del cuartel de la Guardia Civil de Alsasua, momento en el que los agresores se han dispersado sin que se haya arrestado a ninguno de los participantes en la agresión.
Los dos guardias tienen diversas lesiones por golpes, pero no heridas de gravedad, aunque han sido atendidos en el Complejo Hospitalario de Navarra.
Por el momento no hay detenidos, aunque fuentes del cuerpo no han descartado que se puedan producir en las próximas horas

Bueeeno, otra pelea de bar ¿no?. Hay que ver lo grandes que son los bares en Alsasua que ocupan todo el pueblo...
 
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La localidad celebraba sus fiestas de los quintos por Santa Águeda y por ese motivo la fiesta se había prolongado hasta altas horas de la madrugada en distintos bares y sociedades.
Cuando los dos agentes han acudido a retirar de la vía pública los contenedores cruzados, una avalancha de abertzales se ha lanzado sobre ellos en actitud violenta, al tiempo que les lanzaban algunos objetos.
El forcejeo ha durado varios minutos e incluso uno de los agentes ha rodado por el suelo y ha recibido patadas y golpes de todo tipo en distintas partes del cuerpo. Uno de los guardias ha podido pedir refuerzos y hasta la zona han llegado agentes de la Policía Foral y otras patrullas del cuartel de la Guardia Civil de Alsasua, momento en el que los agresores se han dispersado sin que se haya arrestado a ninguno de los participantes en la agresión.
Los dos guardias tienen diversas lesiones por golpes, pero no heridas de gravedad, aunque han sido atendidos en el Complejo Hospitalario de Navarra.
Por el momento no hay detenidos, aunque fuentes del cuerpo no han descartado que se puedan producir en las próximas horas




La agresión fue leve, según la Guardia Civil, que instruye diligencias contra una persona por delito de atentado contra la autoridad.



¿Juzgados de Pamplona oooooooooo a la Audiencia Nacional por terrorismo?
 
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