Hablemos de la soledad, una realidad con la que debemos aprender a convivir

Es la posmodernidad. Ahora no hay relaciones sino meras conexiones. Nos conectamos tratamos de satisfacer nuestra necesidad y cuando lo hemos hecho, desconectamos. Estamos en una sociedad cada vez mas egoista.
Desde la propia medicina y psicologia se fomenta esto: lo primero tu, luego tu y despues tu...da igual el daño que puedas hacer a los demas. Ande yo caliente, riase la gente. Y se de lo que hablo. Cada vez mas gente sola y no sola fisicamente (que tambien) sino emocionalmente: estamos rodeados de 40 y nos sentimos solos porque eso realmente no es estar acompañados
Yo siempre he sido de servir de apoyo a otros (por eso de no hacer lo q no te gustarian y porque soy especialmente sensible a las situaciones de soledad porque mi familia es muy reducida y me veo muriendo sola) , pero jamas me han devuelto ese apoyo (y eso que solo lo he pedido una vez por un fallecimiento). Acabas decepcionada y hasta las narices de ser tan tonta. En fin, supongo que es lo que hay. En la sociedad en la que estamos, la soledad no deseada ha llegado para quedarse
 
Dos millones de mayores pasarán solos la Navidad: «El silencio absoluto puede llegar a sobrepasarlos»
Miles de ancianos viven estas fechas con especial tristeza, solos en casa o en residencia
Diversas asociaciones organizan estos días cenas y meriendas, para muchos, «el único momento de celebración»

Nieves Mira
Madrid Actualizado:18/12/2019 01:28h

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Merienda de Navidad organizada por Grandes Amigos el pasado fin de semana en Madrid - Isabel Permuy

La Navidad es una época de encuentros y reencuentros familiares, de celebración y, por lo general, de bienestar. Sin embargo, hay un colectivo para el que estas fechas son sinónimo de dolor, por un pasado que ya no está o un presente que no tienen con quién compartir, como es el caso de los mayores que viven en soledad no deseada. En España hay 4,7 millones de personas viviendo solas, de las que alrededor del 43 por ciento tienen más de 65 años. La soledad que sufren muchos de ellos tiene un impacto directo sobre su salud física, mental y emocional. A estas personas, fechas tan señaladas resultan especialmente dolorosas.

Mantenerse ocupado

«La Navidad es un momento duro para los mayores que acompañamos porque aunque estemos con ellos durante todo el año, al no tener compañía familiar, se ponen ante un espejo de la situación en la que se encuentran», señala Albert Quiles, director de Amigos de los Mayores, una asociación que tiene presencia en tres comunidades autónomas. Lamenta que cada vez sean más los que acuden hasta organizaciones como la que dirige en busca de ayuda, aunque sí que han notado que ha habido un repunte en el número de voluntarios que se ofrecen a acompañarlos semanalmente, sobre todo menores de 35 años.
«Hay una frase que nos dicen a menudo y siempre nos golpea, “el silencio tiene ruido”», señala Quiles, y es que el silencio «puede llegar a sobrepasarlos». Muchas de estas personas con las que tratan, a menudo se lo dicen: «Pensaba que había dejado de ser persona, no le preocupo a nadie ni nadie me llama», cuenta sobre la «muerte social» con la que tienen que convivir a diario.

Conscientes de este problema, cada vez son más las organizaciones que trabajan por quienes se encuentran solos, y en estas fechas, muchas de ellas organizan cenas o meriendas para que nadie se quede sin celebrar la Navidad. En el caso de Amigos de los Mayores, estos encuentros son el acto más multitudinario, y para muchos, «el único momento en el que van a celebrar la Navidad». Ellos han lanzado este año una campaña para concienciar a la población: «Hay algo más angustiante que recibir a 12 invitados por Navidad… no tener ninguno».

Cena de Navidad organizada en Madrid el pasado fin de semana

Cena de Navidad organizada en Madrid el pasado fin de semana - Isabel Permuy

El pasado fin de semana, la asociación Grandes Amigos celebró en Madrid su gran merienda navideña, un evento donde no faltaron ni la música ni las ganas de pasárselo bien, y es que muchos de ellos esperan con ansia este evento todo el año. Su campaña de concienciación y captación de voluntarios gira en torno a Paquita, una señora mayor que celebrará estas fiestas con su familia hinchable.
«Muchos de los que acuden a nuestros eventos nos cuentan que han ido al médico posteriormente y le han dicho que se encuentran mejor, y es que la actitud y la implicación en actividades tiene efectos positivos en el bienestar de la persona», cuenta Quiles.

La labor del voluntario


Nacho Vidal, voluntario
Nacho Vidal, voluntario

Parte esencial del éxito de estas oenegés es la ayuda de los voluntarios que atienden las necesidades de cada persona mayor en su tiempo libre. Es el caso de Nacho Vidal, que lleva más de 40 años siendo voluntario y ayuda a estos ancianos con tareas puntuales, como ir al médico o acudir al banco. «Su mayor problema es paliar la soledad en la ciudad porque cuanto más grande es la población, más solos están sus habitantes. Aunque vivan en un edificio con otras 50 personas más, al final, cada uno está solo», cuenta. «El mayor, lo que hace es protegerse y proteger a su familia, ocultándole sus problemas en el día a día por no preocuparle y, al final, cada vez se van encontrando más solos», añade.

Algunos de estos casos llevados al extremo han desembocado en sucesos en los que las autoridades encuentran sus cuerpos sin vida tras años muertos. «Es el fin de la soledad en una ciudad grande. Por ello es tan importante pensar qué apoyo podemos dar a los mayores», cuenta Vidal. Él ayuda a una señora mayor que vive en una corrala «con unas escaleras tan empinadas que la artrosis le impide poder agarrarse a la barandilla», por lo que no puede salir de casa sola.
Mientras, en diversas ciudades se suceden cenas especiales, o hay iniciativas como la del Ayuntamiento de Logrosán (Cáceres), que, consciente del alto porcentaje de habitantes que no tienen familia, organizará cenas tanto en Nochebuena como en Nochevieja para aquellos que quieran brindar en compañía.

Se habla de ancianos, sin embargo conozco personas adultas que pasan de los 40 y que van a estar en Navidad, solos/as...como dicen "es un día más".
No se plantean ni juntarse, les da mucha vergüenza admitir que están en la más absoluta soledad en fechas claves de estos días...
 
Se habla de ancianos, sin embargo conozco personas adultas que pasan de los 40 y que van a estar en Navidad, solos/as...como dicen "es un día más".
No se plantean ni juntarse, les da mucha vergüenza admitir que están en la más absoluta soledad en fechas claves de estos días...

A veces no se admiten cosas porque vivimos en una sociedad que estigmatiza todo lo diferente, o lo que consideran "inferior" o incómodo. Admitir una soledad puede conllevar irónicamente a más aislamiento o rechazo.

Por eso un tema como la depresión y el suicido es un tabú enorme en la sociedad. No hay más que ver el poco encaje televisivo que tienen y cuando se trata se hace de manera superflua hablando de "estar depre", precisamente culpabilizando a la persona. He pasado por ello, está falsamente idealizado eso de compartirlo, etc. La gente no es tan receptiva a estas cosas e incluso te puede llevar a problemas en el trabajo
 
Última edición:
A veces no se admiten cosas porque vivimos en una sociedad que estigmatiza todo lo diferente, o lo que consideran "inferior" o incómodo. Admitir una soledad puede conllevar irónicamente a más aislamiento o rechazo.

Por eso un tema como la depresión y el suicido es un tabú enorme en la sociedad. No hay más que ver el poco encaje televisivo que tienen y cuando se trata se hace de manera superflua hablando de "estar depre", precisamente culpabilizando a la persona. He pasado por ello, está falsamente idealizado eso de compartirlo, etc. La gente no es tan receptiva a estas cosas e incluso te puede llevar a problemas en el trabajo
Cualquier enfermedad mental es un tabú.
 
Sí, el discurso neoliberal que se lleva ahora: la culpa siempre es de uno mismo. Habrá de todo: gente que está sola porque es insoportable y gente que tiene mil amigos y que podría liderar un aquelarre. Esta idea de que cada cual tiene lo que se merece va muy bien para vender libros de autoayuda y para eludir responsabilidades. "Algo habrá hecho para merecer sus desgracias". Es un sesgo cognitivo que se estudia en ciencias del comportamiento.

Pues nada, todo el mundo a lo suyo y no preguntemos ni qué tal, no vaya a ser que nos hablen en lo que dura el trayecto del ascensor. Y en los supermercados, mejor cajas de autopago. Y ya si eso, nos ponemos el antifaz que les ponen a los caballos, blinkers, no sé la palabra en castellano, para evitar todo contacto visual.
Me encantaría que leyeras otros hilos en los que participo en los que claramente estoy en contra de esa "felicidad impostada" y del "todo está en tu mente".
Eso no quita que haya gente insoportable, que no se ha "cultivado" en la vida ni sabe llevar una conversación sin "pisar" al otro. Eso lo sabes tú, lo sé yo y lo sabemos todos.

Créeme si te digo que he aguantado chapas de desconocid@s, muchas veces por pena, a veces son puros monólogos y oye, ASÍ NO
B I N G O

Hay mucho "azar" en ello. Existen millones de personas insoportables que tienen mil amigos y son muy queridas (a veces más bien temidas), personas insociables que por narices tienen que sociabilizar mucho (encajar con el círculo social de una pareja que puede ser amplio, muchos compromisos familiares, actividades con compañeros de trabajo, etc.) y gente estupenda que sin elegirlo se han quedado solas y hagan lo que hagan no consiguen remediarlo.

Salvando mis familia directa y amistades en la distancia, estoy totalmente sola sin elegirlo y es duro cuando tu carácter es "social". En muy pocos años los familiares que más trataba han fallecido casi todos (encima siendo una familia reducida de por sí), mi hermana a la que adoro se fue a vivir a la otra punta del mundo viéndola una vez cada año y medio y todas mis amistades/conocidos emigraron por la falta de oportunidades de mi zona. ¿He sido mala persona con ellos? ¿He matado a alguien? ¿Me he peleado a muerte con todos? Pues no.

¡Ah! La gente es una interesada hasta límites rastreros. Cuando trabajaba de orientadora laboral, con buen sueldo, coincidiendo que tenía aquí toda mi gente (lo que suponía una vida social muy activa) y encima coincidía que yo físicamente estaba muy bien, me venía la gente caída del cielo. Con el tiempo me di cuenta que lo que quería era que les buscase un curro por la agencia de colocación de la entidad que trabajaba, usarme como "gancho" por mi físico para ligar, que la viesen por ahí con la "guay triunfadora" (yo por entonces) o bien, yo conocía al chaval/pandilla del chaval que le gustase a la de turno y me iba a encontrar con ellos ese fin de semana. Todo lo que ayudé desinteresadamente a esas personas no me lo han devuelto, al revés me daban la patada cuando lo conseguían o cuando vieron que mi vida iba cuesta abajo y sin frenos.
 
La soledad, una de las principales causas de la «depresión navideña»
Anticipar o imaginar unas navidades como las que vemos reflejadas en la publicidad es el primer paso para desilusionarnos
S. F. Actualizado:23/12/2019 01:18h

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La Navidad, como toda gran celebración, debería ser uno de los momentos más felices del año ya que nos brinda la oportunidad de compartir nuestra felicidad y ser agradecidos con nuestros seres queridos. Sin embargo, según cuenta el Psicólogo de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Casa de Salud de Valencia, Tony Crespo «desde el punto de vista de la Salud Mental, resulta una época inmensamente cargada de tristeza para muchos, motivo por el cual en esas fechas escuchamos a menudo hablar sobre la «depresión navideña». «Anticipar o imaginar unas navidades como las que vemos reflejadas en la publicidad es el primer paso para desilusionarnos», asegura el doctor Crespo.

¿Qué es la depresión navideña?

Según Crespo, «en ocasiones hace referencia a ciertas personas que pueden padecer una depresión mayor, que entre otros síntomas conlleva cierta anhedonia, que es la incapacidad para experimentar placer o la pérdida de interés en casi todas las actividades, algo que se pone de manifiesto en muchas de las situaciones sociales que se dan en estas tan señaladas fiestas».
«En otros casos- añade- se trata de un trastorno afectivo estacional asociado a los periodos en que se reducen las horas de exposición a la luz natural como en invierno, y que altera los niveles de serotonina y melatonina - sustancias relacionadas con la regulación del estado de ánimo -. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos no se trata de depresiones clínicas clásicas, sino de distintos factores que pueden tener un efecto negativo sobre el estado de ánimo».

Soledad y recuerdo de los que ya no están

Según nos indica el especialista en Salud Mental Tony Crespo, una de las principales causas de la «depresión navideña» es la soledad. Según datos demográficos de 2018, en España más 4,9 millones de personas viven solas, sin familiares o conocidos cercanos, la mayoría de ellas mayores de 65 años, y de ellas un 82,1% son mujeres.
Asimismo, indica Tony Crespo, «para muchas familias, estas fiestas también traen a la memoria recuerdos de seres queridos que han perdido». «No debemos olvidar-recuerda- que las navidades resaltan el hecho de que hay personas importantes de nuestra vida que ya no están con nosotros y, que su ausencia es más evidente e incrementa los sentimientos de tristeza y dolor, ya que inevitablemente recordamos los momentos vividos junto a ellos». Algo similar sucede en situaciones de separación o divorcio, con el agravante de que muchos días festivos uno de los progenitores deberá pasar dicha festividad sin la compañía de los hijos.
«No hay que autoimponerse unas navidades ideales ni dar por hecho que la mayoría de las personas son completamente felices», asegura el psicólogo del Hospital Casa de Salud, ya que «la diferencia entre esta exigencia y la realidad experimentada, en muchas ocasiones viene asocia a un alto grado de malestar emocional y, remordimientos de culpabilidad al no cumplir con la "tónica" de ser feliz y estar alegres».

Otros factores

Muchas personas entristecen en Navidad y hasta se enojan a causa de la excesiva comercialización de estas fiestas, centradas en el consumismo y las actividades sociales «perfectas». Otros se «deprimen» porque la Navidad parece ser un disparador de una excesiva auto-reflexión y rumiación sobre las insuficiencias de la vida en comparación con otras personas que parecen tener menos, como año tras año nos bombardean en anuncios como el de la «lotería de Navidad».
Otros, se vuelven ansiosos en Navidad debido a la presión - tanto comercial como auto inducida- de la obligación de gastar cantidades inexistentes de dinero en regalos, e incurrir en deudas que no podamos hacer frente. Otras personas dicen que temen Navidad a causa de las expectativas para reuniones sociales con familiares, amigos y conocidos, con los que prefieren no pasar el tiempo.
Otra de las principales causas de la «depresión navideña» según nos indica el Dr. Tony Crespo, es que «la vivencia de nuestras navidades está directamente relacionada con los recuerdos de la infancia, con la nostalgia de la magia e ilusión con que vivíamos estas festividades en la niñez. Conforme crecemos las Navidades esa magia es sustituida por la presión consumista, por la necesidad de regalar “bienes materiales” en vez de “abrazos y cariño», lo que hace que algunas personas adultas no disfruten de la Navidad dado que conservan como único modelo de referencia el de sus recuerdos infantiles”.

Además, hay otro factor relevante y es que conforme con los años los hijos van emancipándose y creando sus nuevas familias hay que ir adaptando los días de reunión, lo que en ocasiones genera discrepancias y conflictos. Asimismo, para los hijos adultos de padres divorciados puede resultar complicado distribuir el tiempo de modo que puedan ver a los padres con sus parejas respectivas.

Por último, los sentimientos negativos de tristeza y desánimo también pueden relacionarse con la Navidad, porque esas fechas ayudan a reflexionar sobre lo sucedido durante todo el tiempo que «termina» y que nos hace recrear un balance personal.

Ante esta realidad, desde la Unidad de Psiquiatría del Hospital Casa de Salud recomiendan:

• Establecer unos límites personales en relación con el dinero gastado en regalos y nuestra capacidad económica y en relación al número de eventos sociales que tengamos. Si no nos apetece, no tenemos porqué ir.
• No aceptar ninguna representación «perfecta» de la Navidad que los medios de comunicación, instituciones u otras personas tratan de hacer creer porque no son reales.
• Ser agradecido por lo que tenemos y darle valor en lugar de centrarnos en lo que no tenemos.
• Es vital evitar la rumia excesiva sobre nuestra vida y los infortunios acontecidos en ella ya que no se pueden cambiar.
• Enfocar los pensamientos sobre todas las cosas buenas de la Navidad: la oportunidad de participar en la bondad, la generosidad de espíritu, y la gratitud hacia los demás.
• Si la depresión es grave, ponerse en manos de profesionales de la salud mental, que nos ayuden a lidiar y a mitigar todos los síntomas asociados a ella.

 
La soledad, una de las principales causas de la «depresión navideña»
Anticipar o imaginar unas navidades como las que vemos reflejadas en la publicidad es el primer paso para desilusionarnos
S. F. Actualizado:23/12/2019 01:18h

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La Navidad, como toda gran celebración, debería ser uno de los momentos más felices del año ya que nos brinda la oportunidad de compartir nuestra felicidad y ser agradecidos con nuestros seres queridos. Sin embargo, según cuenta el Psicólogo de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Casa de Salud de Valencia, Tony Crespo «desde el punto de vista de la Salud Mental, resulta una época inmensamente cargada de tristeza para muchos, motivo por el cual en esas fechas escuchamos a menudo hablar sobre la «depresión navideña». «Anticipar o imaginar unas navidades como las que vemos reflejadas en la publicidad es el primer paso para desilusionarnos», asegura el doctor Crespo.

¿Qué es la depresión navideña?

Según Crespo, «en ocasiones hace referencia a ciertas personas que pueden padecer una depresión mayor, que entre otros síntomas conlleva cierta anhedonia, que es la incapacidad para experimentar placer o la pérdida de interés en casi todas las actividades, algo que se pone de manifiesto en muchas de las situaciones sociales que se dan en estas tan señaladas fiestas».
«En otros casos- añade- se trata de un trastorno afectivo estacional asociado a los periodos en que se reducen las horas de exposición a la luz natural como en invierno, y que altera los niveles de serotonina y melatonina - sustancias relacionadas con la regulación del estado de ánimo -. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos no se trata de depresiones clínicas clásicas, sino de distintos factores que pueden tener un efecto negativo sobre el estado de ánimo».

Soledad y recuerdo de los que ya no están

Según nos indica el especialista en Salud Mental Tony Crespo, una de las principales causas de la «depresión navideña» es la soledad. Según datos demográficos de 2018, en España más 4,9 millones de personas viven solas, sin familiares o conocidos cercanos, la mayoría de ellas mayores de 65 años, y de ellas un 82,1% son mujeres.
Asimismo, indica Tony Crespo, «para muchas familias, estas fiestas también traen a la memoria recuerdos de seres queridos que han perdido». «No debemos olvidar-recuerda- que las navidades resaltan el hecho de que hay personas importantes de nuestra vida que ya no están con nosotros y, que su ausencia es más evidente e incrementa los sentimientos de tristeza y dolor, ya que inevitablemente recordamos los momentos vividos junto a ellos». Algo similar sucede en situaciones de separación o divorcio, con el agravante de que muchos días festivos uno de los progenitores deberá pasar dicha festividad sin la compañía de los hijos.
«No hay que autoimponerse unas navidades ideales ni dar por hecho que la mayoría de las personas son completamente felices», asegura el psicólogo del Hospital Casa de Salud, ya que «la diferencia entre esta exigencia y la realidad experimentada, en muchas ocasiones viene asocia a un alto grado de malestar emocional y, remordimientos de culpabilidad al no cumplir con la "tónica" de ser feliz y estar alegres».

Otros factores

Muchas personas entristecen en Navidad y hasta se enojan a causa de la excesiva comercialización de estas fiestas, centradas en el consumismo y las actividades sociales «perfectas». Otros se «deprimen» porque la Navidad parece ser un disparador de una excesiva auto-reflexión y rumiación sobre las insuficiencias de la vida en comparación con otras personas que parecen tener menos, como año tras año nos bombardean en anuncios como el de la «lotería de Navidad».
Otros, se vuelven ansiosos en Navidad debido a la presión - tanto comercial como auto inducida- de la obligación de gastar cantidades inexistentes de dinero en regalos, e incurrir en deudas que no podamos hacer frente. Otras personas dicen que temen Navidad a causa de las expectativas para reuniones sociales con familiares, amigos y conocidos, con los que prefieren no pasar el tiempo.
Otra de las principales causas de la «depresión navideña» según nos indica el Dr. Tony Crespo, es que «la vivencia de nuestras navidades está directamente relacionada con los recuerdos de la infancia, con la nostalgia de la magia e ilusión con que vivíamos estas festividades en la niñez. Conforme crecemos las Navidades esa magia es sustituida por la presión consumista, por la necesidad de regalar “bienes materiales” en vez de “abrazos y cariño», lo que hace que algunas personas adultas no disfruten de la Navidad dado que conservan como único modelo de referencia el de sus recuerdos infantiles”.

Además, hay otro factor relevante y es que conforme con los años los hijos van emancipándose y creando sus nuevas familias hay que ir adaptando los días de reunión, lo que en ocasiones genera discrepancias y conflictos. Asimismo, para los hijos adultos de padres divorciados puede resultar complicado distribuir el tiempo de modo que puedan ver a los padres con sus parejas respectivas.

Por último, los sentimientos negativos de tristeza y desánimo también pueden relacionarse con la Navidad, porque esas fechas ayudan a reflexionar sobre lo sucedido durante todo el tiempo que «termina» y que nos hace recrear un balance personal.

Ante esta realidad, desde la Unidad de Psiquiatría del Hospital Casa de Salud recomiendan:

• Establecer unos límites personales en relación con el dinero gastado en regalos y nuestra capacidad económica y en relación al número de eventos sociales que tengamos. Si no nos apetece, no tenemos porqué ir.
• No aceptar ninguna representación «perfecta» de la Navidad que los medios de comunicación, instituciones u otras personas tratan de hacer creer porque no son reales.
• Ser agradecido por lo que tenemos y darle valor en lugar de centrarnos en lo que no tenemos.
• Es vital evitar la rumia excesiva sobre nuestra vida y los infortunios acontecidos en ella ya que no se pueden cambiar.
• Enfocar los pensamientos sobre todas las cosas buenas de la Navidad: la oportunidad de participar en la bondad, la generosidad de espíritu, y la gratitud hacia los demás.
• Si la depresión es grave, ponerse en manos de profesionales de la salud mental, que nos ayuden a lidiar y a mitigar todos los síntomas asociados a ella.

Las televisiones son la máquina number one de mostrar imágenes de familias de 20 personas comiendo y pasándolo yupi.
Y de niños abriendo regalos a mansalva por papá noel o reyes.
¿No entienden que no en todas las casas es así? ¿Qué intentan vender?
La Navidad es un negocio.
 

Las televisiones son la máquina number one de mostrar imágenes de familias de 20 personas comiendo y pasándolo yupi.
Y de niños abriendo regalos a mansalva por papá noel o reyes.
¿No entienden que no en todas las casas es así? ¿Qué intentan vender?
La Navidad es un negocio.
Continùan mostrando la postal de familia de los años 50, en la que todo era perfecto.
La realidad, al menos en una ciudad como Buenos Aires, es que cada vez màs personas (desde los 35 años en adelante) eligen pasarlo solos, sin grandes complicaciones ni por la comida ni por el traslado ni por las casi seguras internas familiares, que siempre devienen en alguna discusiòn, o la incomodidad de tener que tolerar la compañìa de alguien que no soportas...
Aclaro que esto se da en una ciudad grande, donde las tradiciones no son tan marcadas.
En muchìsimos casos, familias pasan en soledad de su casa, por temor a dejar la vivienda sola y ser asaltados durante su ausencia.
Muchos prefieren viajar ya a lugares turìsticos (en hemisferio sur) y comenzar ya las vacaciones de verano, aprovechando para evitar el "tormento" de una reuniòn familiar.
Muchas familias probablemente no tienen el dinero suficiente para solventar grandes regalos para sus hijos.
En muchas casas en las que sì hay dinero para grandes regalos, porbablemente haya grande discusiones y peleas.
El enorme abanico de posibilidades de la Navidad, muy lejano a la imagen que proyectan comercialmente.
Es cierto: la Navidad es un gran negocio!!!
SI en realidad se tratara de una cuestiòn de fe, todos estarìamos en misa, celebrando la llegada de Jesus.
Es una fecha para exacerbar el sentimiento de soledad de quienes añoran la reuniòn familiar y no pueden tenerla, por el motivo que sea.
 
Continùan mostrando la postal de familia de los años 50, en la que todo era perfecto.
La realidad, al menos en una ciudad como Buenos Aires, es que cada vez màs personas (desde los 35 años en adelante) eligen pasarlo solos, sin grandes complicaciones ni por la comida ni por el traslado ni por las casi seguras internas familiares, que siempre devienen en alguna discusiòn, o la incomodidad de tener que tolerar la compañìa de alguien que no soportas...
Aclaro que esto se da en una ciudad grande, donde las tradiciones no son tan marcadas.
En muchìsimos casos, familias pasan en soledad de su casa, por temor a dejar la vivienda sola y ser asaltados durante su ausencia.
Muchos prefieren viajar ya a lugares turìsticos (en hemisferio sur) y comenzar ya las vacaciones de verano, aprovechando para evitar el "tormento" de una reuniòn familiar.
Muchas familias probablemente no tienen el dinero suficiente para solventar grandes regalos para sus hijos.
En muchas casas en las que sì hay dinero para grandes regalos, porbablemente haya grande discusiones y peleas.
El enorme abanico de posibilidades de la Navidad, muy lejano a la imagen que proyectan comercialmente.
Es cierto: la Navidad es un gran negocio!!!
SI en realidad se tratara de una cuestiòn de fe, todos estarìamos en misa, celebrando la llegada de Jesus.
Es una fecha para exacerbar el sentimiento de soledad de quienes añoran la reuniòn familiar y no pueden tenerla, por el motivo que sea.

Prima aqui en España es igual, hay mucha gente que pasan navidades solas en sus casas, muchas de ellas por elección propia, y por las mismas razones que has mencionado: discusiones familiares, eventos sociales que causan disgustos, no hay ganas de estar con personas que no ves nunca, o soportar preguntas maleducadas.
Como ves es exactamente igual.
 

Prima aqui en España es igual, hay mucha gente que pasan navidades solas en sus casas, muchas de ellas por elección propia, y por las mismas razones que has mencionado: discusiones familiares, eventos sociales que causan disgustos, no hay ganas de estar con personas que no ves nunca, o soportar preguntas maleducadas.
Como ves es exactamente igual.
Gracias Lostie, tu respuesta me permite conocer la realidad de tu paìs.
Evidentemente el fenòmeno se està propagando.
Por un lado es bueno el no aceptar reuniones por obligaciòn. Pero me pregunto si esto nos està llevando a un plano màs solitario... porque no se cambian esas reuniones forzadas por otras que realmente nos satisfagan, directamente se opta por la soledad.
Que no es mala, en absoluto. Pero si nos detenemos a pensar...hacia dònde vamos?
Si somos seres sociales, disfrutamos de la compañìa de otros seres, con los que nos llevemos bien, claro està. Por què elegir la soledad entonces?
 
Gracias Lostie, tu respuesta me permite conocer la realidad de tu paìs.
Evidentemente el fenòmeno se està propagando.
Por un lado es bueno el no aceptar reuniones por obligaciòn. Pero me pregunto si esto nos està llevando a un plano màs solitario... porque no se cambian esas reuniones forzadas por otras que realmente nos satisfagan, directamente se opta por la soledad.
Que no es mala, en absoluto. Pero si nos detenemos a pensar...hacia dònde vamos?
Si somos seres sociales, disfrutamos de la compañìa de otros seres, con los que nos llevemos bien, claro està. Por què elegir la soledad entonces?

La realidad de España es que las familias cada vez son más pequeñas, sus miembros cada vez están más dispersos (mucha gente ha tenido que irse a trabajar al extranjero), la natalidad de nacionales está por los suelos y, básicamente, es que la estructura familiar ya casi no existe. Hace unas semanas hablaba con un matrimonio de estadounidenses afincados en España que me comentaban que una de las primeras cosas que les sorprendió al llegar aquí es el poco arraigo familiar que tenemos: niños que a los 4 meses ya van a la guardería porque los padres se reincorporan al trabajo, actividades extraescolares que se alargan hasta más allá de las 8, abuelos en residencias, gente encerrada en núcleos herméticos sin relacionarse con nadie más.... Dicen que les sorprendió porque tenían la idea preconcebida de que España es un país muy familiar y de mucha vida en comunidad. Yo les dije que eso se terminó en los 90.

Evidentemente, somos seres sociales. Hay un hilo en este foro en el que mucha gente comparte su gusto por estar solos. A mí me parece que confunden estar de Ródriguez y otra estar solo. Son dos cosas MUY diferentes. Estar de Rodríguez le gusta a todo el mundo. Estar solo por obligación es muy malo.
 
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