Tengo cena de empresa y me escaqueo todos los años.
Siempre me escaqueo de las cenas de empresa.
Mi primera comida de empresa (la jefa no quería cena), era empresa pequeña y no me sentí cómoda, a la jefa le molestó hasta apoquinar y éramos ¡¡cinco personas!! y el restaurante normalito, normalito (una especie de franquicia, no digo más). Eran los tiempos de cuando todavía los jefes pagaban las cenas de empresa (y los tiempos del contrato fijo, los 45 días de paro por año trabajado, la bonanza).
Más tarde no me gustaba el ambiente que había y no iba a hacer el paripé en una farsa que servía para peloteos, veía que los de mi departamento se escaqueaban siempre y yo por supuesto hacía lo mismo. Además que en esa empresa en concreto no era cena de empresa, cada uno se pagaba lo suyo, acaba de petar la crisis y esto no gustó a la gente. Veníamos todos de la era en la que el jefe pagaba la cena en otras empresas y en esa que estaba consistía más bien en una quedada con el jefe y compañeros, que entre ellos, se llevaban a matar, ahí volaban las puñaladas y la mala leche que era para verlos. Los nuevos veíamos el ambiente y nos escaqueábamos.
No fui a ninguna más excepto cuando se empezaron a proponer planes alternativos espontáneos que surgieron; cenas independientes con los compañeros con los que mejor me llevo; este año hemos hecho dos, por ejemplo pasando de todo y sin contar con el resto de la empresa. Si no la podemos hacer en Navidad la haremos a principios de año. Yo me lo he pasado mejor así, reuniéndome con los que más conecto. Y mira que no me gusta tener trato más allá del trabajo con compañeros, pero he hecho grandes lazos con alguna gente en este plan independiente, de hecho una gran vínculo se creó entre nosotros en una cena a nuestro rollo y ahí pude descubrir burradas que les hacían a mis compañeros, cómo acosaban a dos compañeras mías y muchas historias más.
Ahora bien de irme a cenar con jefes, encargados y sus pelotas, ni de coña. Las cenas siempre independientes.