Letizia y Pertegaz según Pilar Eyre

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Que traje más feo! ¡El de Letizia, ese gris con unos floripondios como coliflores y lazo en el cuello! Con todo el respeto al maestro Pertegaz, al que quise mucho, Letizia llevó en Oviedo “un asunto de la marca renacida Pertegaz… ¡además de feo, desconcertante!”, según el impecable Carlos García Calvo. ¡Pertegaz y Letizia, una historia de amor ‘interruptus’!

Hizo el traje de novia, ¿recuerdan? ¡Qué gran relato hay detrás, daría para una serie! Tuve la exclusiva porque me lo contó inocentemente uno de sus escoltas, “la acompañamos a un piso de la Diagonal”, y pronto se filtraron datos de aquellos encuentros.

Que si a Letizia no le gustó el diseño del genial aragonés, que si se quejaba porque el vestido no le sentaba bien ¡y era que adelgazaba semana a semana! Lo último fue el escote. Obligó a modificarlo y, al final, optó por un cuello tipo ‘Maléfica’ que no le favorecía.

A través de las gruesas puertas de madera maciza del taller del modisto’ se oían gritos, y llegó a tal punto el runrún que Pertegaz se vio obligado a salir al paso, contó que todo era mentira y que Letizia Ortiz era encantadora y dócil. Luego, el 22 de mayo de 2004, fueron a Madrid a dar los últimos toques.

Una oficiala me confesó que, “de la mañana a la tarde pasamos de forma natural de tutearla y llamarla Letizia, a darle tratamiento de alteza, nadie nos dio instrucciones”. El vestido, con el bajo destrozado por la lluvia, tuvo que restaurarse, pasó al Museo del Traje y todo pareció olvidado. Pero Letizia siempre sospechó que el modisto se había ido de la lengua y le retiró su confianza. ¡Nunca más volvió a hacerle un encargo! Manuel Pertegaz se murió diez años después con esa pena dentro.
Pilar Eyre
 
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Que traje más feo! ¡El de Letizia, ese gris con unos floripondios como coliflores y lazo en el cuello! Con todo el respeto al maestro Pertegaz, al que quise mucho, Letizia llevó en Oviedo “un asunto de la marca renacida Pertegaz… ¡además de feo, desconcertante!”, según el impecable Carlos García Calvo. ¡Pertegaz y Letizia, una historia de amor ‘interruptus’!

Hizo el traje de novia, ¿recuerdan? ¡Qué gran relato hay detrás, daría para una serie! Tuve la exclusiva porque me lo contó inocentemente uno de sus escoltas, “la acompañamos a un piso de la Diagonal”, y pronto se filtraron datos de aquellos encuentros.

Que si a Letizia no le gustó el diseño del genial aragonés, que si se quejaba porque el vestido no le sentaba bien ¡y era que adelgazaba semana a semana! Lo último fue el escote. Obligó a modificarlo y, al final, optó por un cuello tipo ‘Maléfica’ que no le favorecía.

A través de las gruesas puertas de madera maciza del taller del modisto’ se oían gritos, y llegó a tal punto el runrún que Pertegaz se vio obligado a salir al paso, contó que todo era mentira y que Letizia Ortiz era encantadora y dócil. Luego, el 22 de mayo de 2004, fueron a Madrid a dar los últimos toques.

Una oficiala me confesó que, “de la mañana a la tarde pasamos de forma natural de tutearla y llamarla Letizia, a darle tratamiento de alteza, nadie nos dio instrucciones”. El vestido, con el bajo destrozado por la lluvia, tuvo que restaurarse, pasó al Museo del Traje y todo pareció olvidado. Pero Letizia siempre sospechó que el modisto se había ido de la lengua y le retiró su confianza. ¡Nunca más volvió a hacerle un encargo! Manuel Pertegaz se murió diez años después con esa pena dentro.
Una ignorante en moda dando órdenes a uno de los mejores diseñadores y destrozando los diseños. Pues me alegro que terminase pareciendo una bruja vieja, porque ella misma se ha calificado con ese horrendo diseño en el que, por lo visto, ella insistió en quererlo así. Y sigue destrozando los diseños que se pone.
 
Una ignorante en moda dando órdenes a uno de los mejores diseñadores y destrozando los diseños. Pues me alegro que terminase pareciendo una bruja vieja, porque ella misma se ha calificado con ese horrendo diseño en el que, por lo visto, ella insistió en quererlo así. Y sigue destrozando los diseños que se pone.
Exactamente. Recién llegada a la monarquía, con un gran diseñador a sus pies, y ¡ ponerse a dar voces en un atelier! Es de mala educación, de desquiciada, de fuera de lugar. No se lo hago yo ni a una modista humilde, que aunque no te entienda, pues se lo razonas.
El pelo de la dehesa se le veía ya y al novio le ponía...supuestamente
 
Exactamente. Recién llegada a la monarquía, con un gran diseñador a sus pies, y ¡ ponerse a dar voces en un atelier! Es de mala educación, de desquiciada, de fuera de lugar. No se lo hago yo ni a una modista humilde, que aunque no te entienda, pues lo razonas.
El pelo de la dehesa se le veía ya y al novio le ponía...supuestamente
Eso pasa cuando a los vanidosos engreidos pedantes se les da un puesto con poder. Y se olvida del guantazo que por lo visto metió a una costurera que metiendo el traje le pinchó con una alfiler sin querer y tuvo que intervenir Sofia.
 
recuerdo de ese día gris de Madrid, lo feisima que me pareció la novia
el vestido es como que no podía con él y le hacía parecer brujil
el cielo tampoco se puso de su parte y la gente pasó de ellos tres pueblos
no estaba la cosa para bollos

Hay que respetar el duelo. Es de cajón.

Madrid estaba de luto.

Lo superó, como tiene que ser y vuelve a ser la ciudad viva que siempre ha sido.

Pero en tres meses no.
 

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