Chinolandia: la experiencia

Una vez me pegué una leche en un chino porque se habían caído lápices al suelo, no vi uno y resbalé con él. Precioso momento, el chino diciéndome "tú no caído aquí". Mira chico, ponme esa cámara, que tienes aquí un circuito que ni en Alcatraz y el chino "no graba solo se ve ahora". Tuve que llamar a la policía y de pronto las cámaras ya grababan y ahí estaba yo pegándomela. Y el chino palante patrás y yo pabajo parriba. Le tuvo que decir la policía que ya era suficiente, que parara. El seguro del chino acabó indemnizándome porque me hice un esguince en la muñeca y, alguna vez que he entrado después por necesidad, el chino me viene al lado y me va avisando de todos los peligros, que le falta cogerme del brazo y llevarme como yo a mi abuela la ciega: escalón, giramos derecha, escalón.
 
Bueno, pues con riesgo de mi integridad física, sin avatar ni ná, a porta gayola como dirían los rasiales: empiezo yo

Compro a mi peque un sacapuntas con lapiceros en un hiper de estos y me voy a una clase extraescolar. Mientras empieza, en una hora desde que sale del cole, le doy la merienda y hace deberes. Peeero, el sacapuntas es matador. Arranca, deshace, parte literalmente a cachos la madera del lápiz. Dejo a miniNueve en clase y me voy rauda a devolverlo.
excusa número uno : es que ese sacapuntas é de lápi de ojo :wideyed::wideyed::wideyed::wideyed::wideyed:
escusa dos: no devuelvo dinero, te has equivocado tu, coge otro.
Yo, con cara de...me estás tomando el pelo?? lápiz descuartizado y cojo otro sacapuntas del estante y en su presencia empiezo a sacar punta y salían astillas que parecía aquello un critter con hambre. No quiero otro, dame mi dinero, están todos rotos
dame una hoja de reclamaciones: es que la tiene mi jefa y está fuera, está fuera, en XXXXXX ( a 70 kms de distancia, capital de provincia)
Vale, pues ahora llamo a la policía. Yo mientras a todos lo que están en cola, diciéndoles vosotros veréis, os venden cosas defectuosas y se niegan a devolverte ni dinero ni rpoducto, te comes lo roto
Viene la policía que justo estaba al lado y les cuento el percal. Aparece la dueña que debía venir en cohete porque tardó 6 minutos en hacerse los 70 kms
Les dicen que tienen que dar hojas de reclamaciones si las piden, tal pascual...O le das el dinero o al final levantaremos acta por no tener hojas a disposición del usuario y la multa es fina....total, me fui triunfante con mis 0.75 céntimos de euro, sintiéndome Bruce Willis cuando empuja a Ben Affleck fuera del taladrador en Armaggedon, una heroína de mi tiempo, diréis qué cutre por menos de un euro la que lió.
NO compañeras y primas todas, era mi dignidad la que estaba en juego, y gané, gané al gigante asiático y con mis 75 céntimos de euro no pudieron comprarse un yatekomo para cenar. gracias por llegar hasta aquí :love::love::love::love::love:
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Una vez me pegué una leche en un chino porque se habían caído lápices al suelo, no vi uno y resbalé con él. Precioso momento, el chino diciéndome "tú no caído aquí". Mira chico, ponme esa cámara, que tienes aquí un circuito que ni en Alcatraz y el chino "no graba solo se ve ahora". Tuve que llamar a la policía y de pronto las cámaras ya grababan y ahí estaba yo pegándomela. Y el chino palante patrás y yo pabajo parriba. Le tuvo que decir la policía que ya era suficiente, que parara. El seguro del chino acabó indemnizándome porque me hice un esguince en la muñeca y, alguna vez que he entrado después por necesidad, el chino me viene al lado y me va avisando de todos los peligros, que le falta cogerme del brazo y llevarme como yo a mi abuela la ciega: escalón, giramos derecha, escalón.
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Es que no se hacen los suecos, se hacen los chinos. Donde vas, manzanas traigo
 
A principios de un curso escolar, fuí a comprar una agenda. Miro, remiro y al final me decido y la compro. Cuándo llegué a casa, me dí cuenta que era de 3 años antes:ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:
El tío me la dejó cambiar y le dije que las otras las sacase de la venta... Ahí deben estar aún!

Lo que no puedo entender de los chinos, es que te vigilan, te persiguen, "No tocal no tocal"... y yo, he trabajado en un lugar público dónde hay mucha clientela "china" y cuidado como lo dejaban todo...
 
Bueno, pues yo no tengo grandes momentos. A excepción de cuando encuentro lo que buscaba. Vivo al lado de un megachino trechíc en el que TODO lo que necesitas está ahí. Eso si, tienes que encontrarlo. Si preguntas, no vas a obtener más información. Las respuestas son:
- A fondo, delecha
- Tú mila
- Eta ahí
Tengo que decir que son majísimos, pero claramente no dan pa más. Cuando está la hija de unos 17 años y que se ha criado en España, todo cambia para mejor.
 
En mi barrio desmantelaron una tienda china donde había entrado una mujer y no salía, el marido preocupado entró, no la encontraba, había entrado, no había salido y no estaba. Llamó a la policía y la tenían en la sobretienda atada. Parece ser que era para tráfico de órganos, salió en las noticias. Yo me eche las manos a la cabeza, porque había entrado alguna vez.
 
https://www.elmundo.es/f5/2016/04/25/5717a79446163f425d8b4672.html

  • PELAYO ÁLVAREZ
25/04/2016 03:00

Fagocitaron a las tiendas de Todo a 100 y Todo a un Euro. Fliparon a tu madre y abuela por parecerse a los mercadillos de los sábados. Están en tu barrio, en tu manzana, debajo de tu casa. Todos parecen iguales, pero no hay dos con los mismos productos. Dentro de ellos, hay toda una orgía de artículos textiles de decoración, ferretería y papelería, una bacanal de las baratijas, una explosión de kitsch y vintage a la oriental. Los bazares chinos tienen sus puertas siempre abiertas para nosotros, pero los misterios que estos templos de la distribución guardan aún son muchos. Exploramos sus mitos, sus códigos y sus tópicos en un artículo bueno, bonito y también barato.

1. Copias por doquier
Si los chinos son los principales fabricantes de ropa, productos tecnológicos y otro sinfín de cosas y lo copian todo, todo y todo, ¿por qué copian tan mal? ¿Por qué lo mismo te juntan a Bob Esponja con Spiderman y las Tortujas Ninja en una mochila de marca Adidax y con símbolo de Nike? ¿Tan difícil era estar atento a los detalles para la réplica? ¿Por qué juegan a ser Dios mezclando a los Power Rangers con los Teletubbies? En estos pequeños almacenes las licencias se funden en abrazos nunca vistos, los blisters muestran criaturas imposibles y los copycats parecen sacados de la Isla del Doctor Moreau. En el blog Costreando son ávidos cazadores de estas especies.

2. Siempre es Navidad, Halloween y Carnaval
Cuando uno entra en un bazar chino se pierde la noción del espacio-tiempo y se entra en un universo en el que los mundos paralelos se tocan. ¿Dónde estoy? ¿Es Hawai? ¿Sevilla? ¿Zombieland? ¿En qué época del año me encuentro? ¿Ya es Navidad? ¿Estamos en Halloween? Ya es primavera en El Corte Inglés, pero allí siempre lo es. Y verano, otoño e invierno.

3. El vigilante
Te hace un marcaje al hombre en toda regla. No hay Cristiano Ronaldo que le dé esquinazo ni quiebro que le despiste. Es una inquietante figura de mirada petrificante que te sigue a una distancia prudencial y de vez en cuando asoma la cabeza entre los lineales. Una y otra vez. No sea que te vayas a llevar ese legendario cenicero de plástico de la dinastía Nisu sin pagarlo.

4. Los locales no acaban nunca
Has entrado más de 100 veces a coger pilas, pero siempre parece haber un pasillo nuevo. ¿Han tirado un tabique? ¿Existe un fallo en Matrix? ¿Hay una Tardus dentro de la sección de lencería para señoras mayores? Lo más probable es que se hayan hecho con el local que tenían justo al lado y ni te hayas dado cuenta.

5. Viven allí
Están acostumbrados a trabajar interminables jornadas en China y a hacer la mayor parte de su vida en su lugar de trabajo. Así que no es raro que en España hagan lo mismo. Abren muy pronto y cierran tarde, ocasionando que los pequeños comercios no puedan competir con ellos por horario. Comen, meriendan, cenan y crían a sus pequeños allí. ¿Pero duermen en los propios locales? ¿Tienen colchones en las trastiendas? Pese a que en su país de origen puede ser habitual, aquí no lo es mucho. En el caso de la tienda de chinos de mi edificio el mito casi se cumple. Además del local a pie de calle, tienen un 'piso franco' en el segundo.

6. Pueden encontrar cualquier cosa
Desatascador, apósito, pelapatatas, alpargatas, palangana, pisapapeles, amperímetro, cornucopia. Pregúntales, pregúntales. Ponles a prueba. Usa la palabra más rara del mundo o pide el utensilio olvidado en la España profunda. Son el Google de las herramientas y en pocos segundos te lo habrán encontrado. Si lo que buscas no está en la tienda, seguro que está en el almacén, esos lugares inaccesibles aún más misteriosos donde esconden a Doraemon, que abre su bolsillo mágico.

7. Son baratos
Puedes entrar con un billete de 5 euros y salir con la cesta llena. Con uno de 10 ya tienes para hacerte un outfit nuevo al completo. Si tu presupuesto es de 20, podrás llevarte a casa la última tecnología: el pelapatatas eléctrico, la maquinilla para afeitarte los pelos de la nariz, la bola de discoteca para el salón o el colchón inflable con forma de beso. Y si le caes bien al chino tendero, lo mismo hasta te regala un paquete de chicles o unos caramelos de menta.

8. Ven programas raros
¿Por qué nunca tienen puesto Humor Amarillo? Los chinos son amantes de sus propios contenidos audiovisuales y no ven otra cosa. Algunos ni levantan la vista de la pantalla para atenderte de lo ensimismados que están con ellos. Culebrones, películas fantásticas o concursos muy raros son trending topic en sus bazares. Pero por probabilidad, si en España hay gente a la que le encanta el anime, el cine de acción de Hong Kong o las películas de Zhang Yimou ¿no habrá algún chino indie que pase sus jornadas laborales viendo capítulos de Juego de Tronos, Walking Dead, Cuéntame o Los vigilantes de la Playa?

9. Siempre sonríen
Hasta que Piqué se encontró con George Bush en las Azores los comerciantes mandarines tenían el récord de hacer el mayor número de asentimientos en el más breve lapso de tiempo. Cada pequeño movimiento de cabeza se suele acompañar de una risotada. Y es que cuando uno entra en uno de sus bazares se siente como un humorista o sale pensando que quizás tenga la bragueta bajada o algo en la cara. No importa lo que digas, porque ellos siempre lo repetirán riendo. Como esa novia del instituto que estaba loca por ti. Ellos se lo pasan bien y tú te sentirás como Dani Rovira. Todos contentos
 
Última edición por un moderador:
Valen trifulcas con chinos, en vez de en un chino? O con chinas?

Ayer por la mañana tuve yo que salir de mi casa con las primeras luces de la mañana a comprar unos artefactos muy necesarios para un tema del colegio. Salí sin desayunar y, una vez terminadas las compras, me compré un sándwich en un supermercado.

Cogemos un autobús (a todo esto mi hija mayor de repente necesitaba una cosa para salir ayer tarde; es lo que tiene ser madre de una aborrescente) y una vez afianzamos nuestros culetes en los asientos, sube al bus una señora mayor, muy mayor, china. Hija mayor, muy educada ella pese a la edad del pavo, ofrece su asiento a la señora mayor china, que lo declina diciendo bastante enfadada que si es que la tomamos por vieja, que ella está MUY bien de todo.

Me dispongo a comerme mi sándwich, tardío desayuno, cuando mi hija pequeña me pide sándwich (j—-r, con el pedazo de desayuno que se ha metido entre pecho y espalda con su señor padre), y como buena gallina clueca, le paso la mitad (de esos sándwiches que van dos “triángulos”).

Nos disponemos a hincarle el diente, al fin, al sándwich, y la señora china da un manotazo que casi tira al suelo el de mi niña y nos dice que si es que no sabemos que no se puede comer en los autobuses.

Y grita tanto que está todo el autobús mirando.

Yo tardo un poco en reaccionar (habrán prohibido comer en los buses, como hicieron con el alcohol, y no me he enterado?) pero al final le pregunto que desde cuándo, no sin antes pegarle un buen bocado al dichoso sándwich, no sea que fuera verdad.

Y la señora, gritando, con la cara desencajada, y señalándome con el dedo, me dice que soy LO PEOR, comiendo en un autobús, y que por mi culpa Y LA DE GENTE COMO YO (esta vez señalando a todo el piso inferior del autobús), están arruinándose los restaurantes de Londres, porque COMEMOS SÁNDWICHES Y WRAPS EN LOS AUTOBUSES, EL METRO Y LOS PARQUES en vez de ir a los restaurantes como el de su marido y los de sus hijos. Y luego decimos que no pagan impuestos, cuando lo que pasa es que NO PUEDEN PAGAR IMPUESTOS PORQUE COMEMOS SÁNDWICHES Y WRAPS EN CUALQUIER SITIO.

Dicho esto, se dio la vuelta muy dignamente, y se bajó del autobús en la siguiente parada, mientras el descojone era general.

Luego, como aquí la gente es muy flemática, se apagaron las risas y nadie comentó nada.

El sándwich, muy rico. Pero como era solamente la mitad me supo a poco y me tuve que comer un cramique de chocolate en el metro de vuelta a casa.

Así voy, arruinando a los propietarios de restaurantes.
 
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