Verano 2019 de la Familia Real

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Ayer en Cuatro, en el programa de Carmen Chaparro, hablaron con Mariángel Alcázar. Ya llevo un tiempo sorprendida, porque esta periodista, otrora defensora a ultranza de Letizia, observo que viene sutilmente lanzando puyitas o pequeñas críticas a su antes admirada. Ayer dijo lo siguiente, por resumir:

- Que no tenía constancia de que el Rey se hubiera marchado de Mallorca, pero que podría haberse ido 4 ó 5 días a lo sumo, y que el día 16 estaba en Palma (por lo de la firma del Decreto). Por tanto, si el día 10 de agosto estaba en Palma (en la famosa cena con Anglada) y se fue, por ejemplo, el domingo 11 cuadra que estuviera de vuelta el día 16 (esto ya lo digo yo). Otra cosa es que nos creamos o no que realmente estaba el 16 en Palma para firmar.

- Que respecto a Letizia, da igual dónde esté, haya estado o dónde deje de estar, porque ella es la consorte y que da igual. Que el que importa es el Rey. Esto lo comentó displicentemente, pasando de ella, y con una indiferencia calculada.

- Que, respecto al documental alemán, Letizia cuando estaban los periodistas alemanes se comportaba de una manera muy diferente a la habitual: más cercana, más simpática y abierta. Que esto lo percibían claramente todos los periodistas que cubren habitualmente las noticias de la Casa Real. O sea, en román paladino, que es una vendedora de humo y que quería dar buena imagen, y que esa actitud no es la normal en ella.

Mi sensación general de toda la intervención de Mariángel es que lo que se ha venido comentando en el foro, y que ha podido resultar exagerado en un tiempo es absolutamente real: la pareja hace vidas separadas, o al menos no son un matrimonio normal. Creo que ella está tragando con las apariciones con la Reina Sofía y demás porque forma parte del pacto que han hecho respecto a las hijas, y más concretamente para no perjudicar a Leonor. Pero no hay más. A Felipe lo encuentro agotado, hastiado, amén de su apariencia avejentada que no corresponde con un hombre atractivo y aún joven como él, que tiene todo a su favor para cuidarse físicamente. En su actitud corporal la famosa noche de la cena en Palma con su madre, esposa e hijas se percibe que va apartado, como voluntariamente no formando parte del grupo, con la mirada perdida y el gesto contrariado. Creo que en algún rincón de su corazón sí sigue queriendo a Letizia, y si esta cambiara su actitud de forma definitiva y sin marcha atrás probablemente las cosas podrían solucionarse, pero la realidad es tozuda y ella es como es. Estoy segura por el carácter que tiene que desde el principio, ya desde novios, se ha dado más importancia que el propio Felipe por todo eso de que ella venía del pueblo, que era una profesional, que sabía lo que era la vida normal... y hasta lo habrá despreciado por su sangre azul, sus facilidades para criarse y su estatus, y su lejanía con la vida real y los problemas de los ciudadanos. Me apostaría lo que fuera a que sigue con esos razonamientos, queriendo hacer creer a su marido y a su entorno que los cambios que ella quiere son los correctos, que la Monarquía sólo se salvará si ella imprime el carácter que la institución necesita. Entiendo que Felipe se ha cansado, ve imposible reconducirla, y lo único que ahora le interesa es allanar el camino a su hija mayor. Yo creo que se ha dado cuenta, tarde, de que ha sido uno de los mayores errores de su vida dejar a Leonor y Sofía bajo la tutela casi absoluta de su madre, y ahora aunque quiere retomar su educación, le es muy complicado salvar la gran influencia de Letizia sobre las niñas, porque el carácter de éstas ya está formado.

Disculpad el rollo, pero me apetecía.
 
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